Quienes me conocéis sabéis que me encanta la cocina. De hecho tengo un blog dedicado a eso, se llama Con María en su Cocina y os invito a que lo visitéis si os atrae lo de meteros entre fogones. Con el tiempo que me roba el cuidado del jardín y ahora con las dificultades de movimiento que tengo desde que me fracturé la pierna, la verdad es que no lo tengo demasiado actualizado pero no obstante contiene muchas recetas sobretodo de cocina casera y en concreto muchas recetas de la Cocina Clásica Española y algunas de Cocina Internacional.
A la hora de elaborar los platos en mi casa no me gusta demasiado usar especias ni hierbas de las que venden secas en botes. Prefiero sin duda el aroma que desprenden las aromáticas frescas, cultivadas en el jardín o en mi huerto. Estaréis de acuerdo conmigo en que no es comparable el sabor y aroma de un eneldo fresco en un salmón marina con "eso" seco que te venden en botes y que en nada se parece al incomparable gusto que aporta la hierba fresca. Igual pasa con la hierbabuena o la menta. Tanta diferencia noto que si pienso hacer alguna receta que lleve hierbabuena fresca y no tengo en ese momento en el jardín, simplemente no lo cocino porque me niego a usar la hierbabuena desecada que hay en el supermercado. La hierbabuena fresca me parece deliciosa hasta para comer unas hojitas crudas así sueltas, la de bote tiene un olor que me desagrada profundamente!!
Por eso el otro día, cuando Huría (la chica que me ayuda en casa) me ofreció darme algunas raíces de perejil acepté sin duda. Yo nunca las había visto. Simplemente cuando después de dos temporadas las macetas que he comprado y que crecían en tierra, morían, nunca me dio por mirar si habían desarrollado o no raíces. Por eso me ha sorprendido ver estas grandes raíces. Imagino que como su lengua de origen no es el español, usará el término perejil para lo que nosotros lo usamos y no para designar otra hortaliza. Porque lo cierto es que las hojas parecen un poco pequeñas pero me parecen iguales a las del perejil. Ya hasta tengo dudas de que lo sea. Tendré que confirmar que lo es. Una amiga que las ha visto me ha dicho que pudieran ser chirivías.
Esta mañana, mientras esperaba que viniera la ambulancia para llevarme a rehabilitación me di cuenta de que ayer debió pasear por mi calle y a través de la reja me dejó sobre el borde de la fuente de piedra tres o cuatro raíces de perejil brotadas. Sin tardanza las metí en una jarra con agua fresca antes de irme para que no se laciaran.
No he querido tardar en plantarlas así que he elegido un contenedor de barro bien profundo para que las raíces pudieran desarrollarse sin problema y he elaborado una mezcla bien mullida de sustrato a base de tierra del jardín, sustrato universal y una buena cantidad de estiércol maduro para aportarle materia orgánica y que al contener bastante nitrógeno es muy adecuado para las necesidades de crecimiento del perejil.
Nunca me ha dado por sembrarlo lo que he hecho es comprar macetitas en cualquier vivero y ponerlas en tierra para que crecieran pero esta vez al regalarme Huria estas raíces he querido probar a ver qué tal se daba de esta forma.
Simplemente he llenado el contenedor de barro con la mezcla y no lo he compactado con las manos porque quería que le sustrato quedara bien esponjoso y suelto. Luego he practicado cuatro profundos orificios en el sustrato de una profundidad superior al largo de las raíces.
Con ayuda de un palillo de comida oriental he introducido con mucho cuidado para no dañarlas las raíces. Primero la parte final empujando suavemente hasta que ha ido descendiendo cada raíz y el inicio de las hojas ha quedado al nivel del sustrato.
Una vez las cuatro raíces introducidas he asentado un poco la tierra con las manos sin apretar demasiado.
Un buen riego y por unos días a la sombrita. Luego lo pondré en algún lugar que reciba algunas horas de sol pero no las centrales del día. No lo regaré en exceso porque es una aromática que no precisa demasiada hidratación.