Mi pedido de rosales a raíz desnuda de este otoño 2014 ya está en casa!!!

Es todo un ritual. Para mí lo es.  Se termina el verano, el ajetreo, el trajín sin parar, el día entero sin entrar en casa herramientas de jardín abajo y arriba... quitando flores, tutorando, eliminando malas hierbas... son los días agotadores de trabajo en el jardín de la plena temporada.
Todo el día con el traje de faena sin soltar las tijeras de podar en una mano y una bolsa para recoger los restos en la otra.
Pero luego llega el otoño y comienzan las tardes frescas y el olor del jardín cambia, el aire cambia, los colores cambian...poco a poco el trabajo es menos, lo que te permite recogerte  un poco más en casa, te posibilita tener algo de tiempo libre, algo de tiempo para pensar y dejar de hacer. El otoño es el tiempo de la reflexión y de los proyectos!! 
Es el tiempo de las lecturas, de reflexionar sobre lo hecho, de volver a mirar con algo más se sosiego, de ver dónde te has equivocado con la benevolencia que se tiene cuando sabes que aún puedes rectificar...es el tiempo de leer los libros que compraste en verano pero que no has tenido ni un día para echarles un ligero vistazo... son los días de poderte tomar un café tranquila, sentada a la  mesa leyendo el correo electrónico o curioseando qué novedades traen los catálogos que acaba de meter el cartero en tu buzón.
Los catálogos!! Para mí representan el cambio de ritmo, de estación, de actitud, representan el límite entre el frenesí del trabajo agotador del verano y la calma de los meses otoñales. Es el momento de imprimir algo más de lentitud a los días..las coloraciones de las hojas de los arbustos comienzan a cambiar casi imperceptiblemente virando a los naranjas, amarillos y rojos...Los catálogos en mi buzón son el punto de inflexión. Marcan una línea entre lo que se ha hecho y lo que puede hacerse. Son para mí como una nueva oportunidad  con sus preciosas imágenes de rosales. 

Y sueñas...cómo no soñar con las rosas que te proponen? Casi las imaginas, casi las tocas...casi las hueles!! Y las sueñas en tu jardín. Las anhelas con tanta pasión!!
Es el tiempo de hacer los pedidos de los rosales a raíz desnuda. Yo hice el mío a primeros de este mes de noviembre. Como siempre... Te paseas por tu jardín, te paras, miras... contemplas posibilidades, espacios, texturas. Te preguntas qué tal aquí aquel o aquel otro rosal. Te cuestionas si combinará con este o con aquel arbusto. Consultas en tu base de datos la coincidencia en el tiempo en floraciones. Compruebas el espacio que ocuparía si fuera adulto... Siempre es igual,, una mezcla entre angustia por equivocarte pero un anhelo irrefrenable de probar suerte a ver si no te equivocas!! Empiezan los primeros listados. Yo los hago manuscritos en un folio en el que transcribo nombres de variedades que tacho y elimino según voy teniendo en cuenta una u otra variable (espacio, texturas, floraciones, coincidencias con las floraciones de los arbustos próximos, colores, aromas, escaramujos, atracción para los pájaros e insectos...) añado, quito, vuelvo a agregar...Voy y vengo al jardín para no dejar demasiado a la imaginación y ver el espacio real en directo..Borro. De nuevo sentada a la mesa me viene de una página web otra información que me ilusiona sobre esta o aquella variedad..,y vuelvo al jardín a comprobar el espacio, a imaginarlo!!! No es suficiente o lo es en exceso.... Borro de nuevo. Añado...ajajjajaj Qué trajín tan emocionante!!! y te dices..qué tal aquí este rosal cuya imagen acabas de ver en el catálogo o acabas de leer sus bondades en un libro o de escuchar a una amiga que lo cultiva?
Pasan los días lentos mientras las tardes se acortan y tú disfrutas tu proceso de elaboración del pedido. No tienes prisa. Al menos yo no la tengo. Sé que es un proceso que durará semanas en las que me deleitaré con el proceso y lo disfrutaré intensamente.
Por fin lo tienes casi perfilado con todo, altura, anchura máxima, refloreciente, no refloreciente...peculiaridades, virtudes, defectos... imágenes de los nuevos huéspedes para tu jardín. Lo tienes todos o eso crees pero de pronto lees una pagina web o la de un libro y ves un detalle que desconocías y que te hace cuestionarte todo..."Propenso al oidio" lees en el blog de un amigo jardinero. Uffffffff, ni hablar!! Lo borras del pedido y ya que te creías que tenías el listado de los candidatos completo sabes que debes comenzar de nuevo la búsqueda de un nuevo candidato que lo complete.
La terminé a principios de este mes. Repleta de mis sueños para la próxima primavera...
Algunos son ya conocidos en mi jardín, como  Guirlande d´amour... tan incansable en su floración!! Pero otros son simples presagios de hermosura.
El  miércoles 19 un aviso en mi correo me informaba de que el pedido se había enviado ya desde Holanda. Como si fuera una película de policías comienza la persecución. Visitas la página de seguimiento de tu paquete varias veces al día. Ha salido de Holada. Está en transito. Llegó a España... suspiras aliviada porque ya te los imaginas más cerca jajajaj  Ay!!! Cómo somos jardineros apasionados por las rosas!! Llamé como una pesada absoluta dos veces a la cartera de mi localidad (Que todo sea dicho de paso es una encantadora señora o señorita, para preguntarle si ya estaba la caja que contenía mis rosales en la Oficina). La mañana del 25  por fin llegó y puntualmente fui informada de que había sido entregada a un vecino tal como acordamos por teléfono.
Me pasé la mañana en el trabajo pensando en qué estado me los encontraría una vez abriera la caja cuando a mediodía llegara a casa. Probablemente nadie que no esté enamorado de las rosas como yo pueda entenderme pero estoy segura que los muchos que  se emociona cultivando rosales saben de qué estoy hablando...a que sí?
Por fin la caja en mi poder.

Ainssss!!! Rota un poquito en uno de sus laterales. Cachissssss!!! Mi naturaleza previsora me ayuda a frenarme ante mi impaciencia por abrir la caja. Sé que tengo que hacer una fotografía por si los rosales en su interior vienen mal para enviársela al vivero que me hace la venta y poder reclamar.

La abro y ahí están!! Parecen sanos. Ahora hay que contarlos. Puntear el pedido con las variedades que realmente vienen y comprobar la coincidencia. Están todos.
Tienen bonito hasta los nombres..."Ghislaine de Feligonde"....No me digáis que no es para morirse el nombre? O no? jajaja
Ni uno más ni uno menos, el pedido está completo!! Mirar uno por uno, comprobar el estado, la robustez de las raíces.

Están bien, parecen bien. Y te tranquilizas, te alivias... recortas sus raíces para fomentar el surgimiento de otras nuevas y los metes en un cubo con agua a la espera del fin de semana en que tendrás tiempo para plantarlos.
Los hoyos llevan hechos hace días. También están preparados los sustratos, abonos, enraizantes,.. todo está preparado antes de su llegada, con y con pausa para que todo resulte bien!!
Hoy por fin es sábado y la mayoría están ya en el lugar que les tenía asignado. Me tranquiliza!! Ya están en su sito plantados con todo el mimo del que he sido capaz. Sé que los rosales son de una robustez increíble y que aguantan mucho más de lo que a primera vista alguién pueda creer pero yo siempre actúo con ellos como si fueran fragiles...Ya sé que no lo son pero yo los trato como si lo fuera..
No me acostumbro...y mira que llevo rosales plantados!! Cada vez que meto uno en un hoyo siento la misma ilusión y la misma responsabilidad sobre su futuro...Miras ese pequeño rosal injertado sobre unas raíces que acabas de recortar y si no entendieras algo de rosales te parecería imposible que en tres o cuatro años pudiera convertirse en un ejemplar de una belleza que emociona!!


Pero lo es...vaya que si es capaz!! Por eso te afanas en hacerlo bien, todo lo bien que sabes, con todo el cuidado que puedes!! Porque eres consciente de que el modo, la forma, el momento de plantarlos será determinante para su futuro...
Un hoyo de buenas dimensiones dónde sus raíces crezcan sin agobios, un lugar dónde el sol los bañe, un sustrato que les dé nutrientes pero que también les de el aire que precisan, recorte de ramas y raíces demasiado largas, espolvorear estimulador de raíces, humus de lombriz, un par de puñados de harina de sangre...y más sustrato enriquecido hasta llenar el hoyo, del mejor que has podido adquirir...y terminas con una capita de estiércol bien fermentado cubierta con un acolchado de hojas que protegerá sus raíces de las heladas del invierno. No escatimas mimos para tus rosales porque ellos no escatimarán belleza para ti cuando llegue mayo y te premien con la hermosura de sus rosas que te dejan sin aliento cuando las contemplas...No te tienta la tacañería en sus cuidados porque siempre es mucho más lo que te regalan que lo que tú les das...
Jude the obscure


Jude the obscure

Rectificar el pH del suelo y sustrato para el cultivo de acidófilas (III)

Esta entrada es la continuación de otras dos anteriores:
Importancia del pH del suelo para el cultivo de plantas acidófilas (I) y Clorosis férrica en suelos alcalinos. Quelatos de hierro. Asuntos importantes para el cultivo de las acidófilas (II)

Una vez hemos visto en las entradas anteriores conceptos como el pH del suelo y por qué se produce la falta de nutrientes, en especial del hierro, en los suelos alcalinos provocando frecuentemente en las plantas acidófilas que cultivamos en él, la conocida "clorosis férrica" ...podemos entender mejor algunas soluciones para corregir estos problemas.

La actuación para corregir las deficiencias nutricionales de las plantas acidófilas que se cultivan en suelos alcalinos debemos afrontarla desde distintos "frentes":


1- ACTUACIONES SOBRE EL SUELO O SUSTRATO
Estas actuaciones están encaminadas a lograr hacer asequible a las plantas el hierro y demás micronutrientes presentes de por sí en el suelo pero imposibles de asimilar por la planta, acidificando el suelo dónde crecen. El modo de proceder será distinto si el cultivo es en el suelo del jardín o en un contenedor.

1.1 Modificar el pH del SUELO DEL JARDÍN:
Lo ideal es la corrección o rectificación del pH, es decir, bajando el pH de este suelo con aportes de enmiendas que logren hacer más ácido el medio dónde crecerá la planta.
Es una solución del problema de fondo pero no una solución definitiva dado que los suelos calizos tienden a neutralizarse con el tiempo y revertir la situación, con lo que estas correcciones deberemos repetirlas en el futuro más o menos cada dos o tres años.

Hay muchos productos, materiales o sustancias que mezclados con el suelo nos ayudarán a bajar su pH: el estiércol, el mantillo, acículas de pino, compost. Pero además debemos recordar que usar acolchados a base de algunos materiales también facilita las cosas en este sentido.
Estiércol


Acículas de pino

Vamos a tratar en concreto los siguientes:

1.1.1. Turba rubia: la turba es una sustancia orgánica procedente de la descomposición con poco oxígeno (lenta) de las musgos y los residuos de bosques ubicados en zonas climáticas muy frías y con lagunas y humedales con aguas muy ácidas como la zona del Báltico o el Norte de Europa. El proceso de formación de la turba es lentísimo llegando a formarse a veces capas de varios metros de espesor a lo largo de miles de años en las turberas.

Hay dos clases de turba:

La turba negra, de color oscuro, casi negro, más mineralizada, con menos materia orgánica y más descompuesta que la rubia. Es un estado intermedio en la formación del carbón.

La turba rubia (esfagno) que contiene mayor cantidad de materia orgánica pero que está menos descompuesta y de color pardo. Cuánto más claro es el color de la turba menos edad tiene. Mientras más tiempo de descomposición tiene más oscura es.

Se utiliza en jardinería para mejorar los suelos aportando materia orgánica y por su alta capacidad de retención de humedad. Para el fin que nos interesa se usa la turba rubia que no aporta practicamente nutrientes al suelo pero sí estructura y aireación haciéndolo menos compacto lo que facilita el desarrollo del sistema radicular de la planta. De por sí es un sustrato con un pH muy bajo (alrededor de un 3,5).

Cabe mencionar un problema con este material que habremos observado alguna vez al adquirir pequeñas macetitas con plantas cultivadas en turba y que hemos descuidado su hidratación permitiendo que se reseque totalmente. Luego es muy difícil volver a hidratarla, se forma una especie de esponja rígida incapaz de volver a empaparse por mucha agua que le echemos.

Si estamos tratando una zona del jardín que aún no tiene plantaciones hechas, deberemos mezclar los 30 cm primeros de suelo del jardín al 50 % con turba rubia y mezclarlos bien.


Este tratamiento es mucho más cómodo, evidentemente, cuando estamos acidificando un suelo en el que aún no hemos hecho plantaciones porque podemos removerlo fácilmente. 

Si se trata de una zona con plantaciones la cosa se dificulta bastante ya que es difícil mover los 30 cm primeros del suelo y mezclarlos con turba sin dañar las raíces de las plantas que haya en el lugar. En este caso aportaríamos aproximadamente 1 kg de turbia rubia por cada metro cuadrado de suelo, tratando de mezclar lo más hondamente posible ( 30 cm) sin dañar las raíces de las plantas de la zona.

1.1.2. Azufre en polvo: Este sistema (el más barato dado el bajo precio de este producto) es más lento que el anterior dado que no produce una acidificación instantánea si no que tarda unos meses en hacer efecto. Es aconsejable hacer este tratamiento en otoño para que haya tiempo suficiente para que a la hora de hacer las plantaciones el suelo tenga ya la acidez necesaria

La dosificación aconsejada está en torno a los 90 gramos de azufre en polvo por metro cuadrado mezclando bien el azufre con los primeros 30 cm de suelo.



1.1.3. Sulfato de hierro: Su utilización es primordialmente para bajar el pH del suelo más que por el aporte de hierro al suelo dado que no es mucho.

Lo podemos encontrar a la venta de dos formas que determinará la forma de aplicarlo:


Sulfato de hierro granulado, generalmente de color marrón que no se suele utilizar para disolver en agua si no para aportar directamente al suelo mezclándolo con él superficialmente. Probablemente es suficiente con hacer aportación una vez al año mezclándolo superficialmente con la tierra y regando a continuación en profundidad. Esta forma de aplicación se usa más bien en jardines grandes dónde la zona a tratar es muy amplia.

Sulfato de hierro en forma de partículas más finas de color verde claro que puede utilizarse disuelto en el agua de riego.




El sulfato de hierro, al bajar el pH del suelo favorecerá la liberación de otros nutrientes en el suelo como el manganeso y el cobre.
Conviene aclarar que no es conveniente usar el sulfato de hierro para las macetas. El sulfato al disolverse añade sales a la tierra y eso, con la poca tierra que hay en las macetas produce concentraciones que son perjudiciales para la planta porque a mayor salinidad del sustrato mayor dificultad de la planta para absorber el agua.
1.2. Utilizar sustratos ácidos para el cultivo en CONTENEDOR
Deberíamos elegir para rellenar el contenedor un sustrato de ph ácido, para ello podemos usar uno específico para acidófilas, o tierra de castaño.
También podríamos hacer una mezcla de sustrato normal con turba rubia.


2. ACIDIFICAR el PH del AGUA de RIEGO

Tanto en un caso como en el otro, es decir, tanto si hablamos del suelo del jardín como del sustrato de un contenedor tendremos que tener en cuenta que lo ideal sería regar las plantas acidofilas con agua de lluvia pero como esto no siempre es posible, muchas veces utilizaremos agua del grifo para este fin. 
Si el agua de nuestra zona es dura (alcalina) provocará que, una vez acidificado el suelo (jardín) o sustrato (maceta o contenedor) la situación revierta de nuevo, es decir, el suelo o el sustrato tenderán de nuevo a elevar su pH pasado un tiempo. 

Para paliar este problema deberemos bajar también el pH del agua de riego. También aquí será diferente si se trata del riego del suelo del jardín o de un contenedor

2.1. Con SULFATO DE HIERRO en partículas finas (VERDE) si es para regar el suelo del jardín 

Deberemos regar una vez al mes el suelo del jardín con una mezcla 3/4 gramos de sulfato de hierro por cada litro de agua.

Pensemos que es conveniente empapar bien toda la zona que crece alrededor de la planta abarcando todo el espacio que ocupen las raíces.
Así compensaremos la cal que pueda contener el agua del grifo. 

2.2. Con ÁCIDO CÍTRICO si es para el riego de contenedores.
Las plantas acidófilas que crecen en contenedor deberíamos regarlas siempre con agua que tenga un pH bajo, lo ideal es lograr un pH 5. Por ello es cómodo preparar cierta cantidad de este agua ácida con la que tengamos para regar varias veces. Las tiras indicadoras de pH de las que hablamos en la entrada anterior son idóneas para este fin.
En un recipiente amplio dónde quepan por ejemplo 50 litros de agua será suficiente con añadir una cucharadita de ácido cítrico. Sería conveniente comprobar el pH del sustrato de vez en cuando para no pasarnos con el aporte de demasiado ácido cítrico que podría conducir a la acumulación perjudicial de sales en el contenedor. 
Durante el invierno podemos interrumpir el riego con esta agua de pH ácido.


3.- ACTUACIONES con los FERTILIZANTES:

3.1. APORTACIONES DE QUELATOS DE HIERRO. 

A la vez que bajamos el pH del suelo o del sustrato del contenedor y que regamos con agua de pH ácido, sería conveniente tener en cuenta las dificultades que tienen las plantas para tener acceso a algunos micronutrientes cuando se cultivan en suelos básicos. 

En este sentido, debemos hacer aportaciones de este hierro y micronutrientes  presentes  en el suelo pero "bloqueados" e "inaccesibles" para las plantas, incorporando fertilizantes que los contengan en una forma o estado que las plantas puedan asimilarlos (Estos fertilizantes se llaman, como habíamos visto,  quelatos)

La incorporación de quelatos de hierro, hay que decir que aunque es una solución válida (y cara) no soluciona "el problema de fondo" que es la dificultad que tiene la planta para absorber el hierro presente en el suelo pero no soluble, porque con los quelatos le damos a la planta el nutriente pero no modificamos el pH del suelo que es el problema de fondo.


Los quelatos de hierro pueden aplicarse esparciendo el granulado directamente sobre el suelo alrededor de la base de los troncos de la planta abarcando el área en el que se desarrollan las raíces. Pero también pueden emplearse disolviendo previamente en agua la misma dosis que hubiéramos utilizado "en seco". Tanto una forma como la otra son válidas para aplicar a las plantas que crecen en el suelo del jardín.
Aunque también lo son para las plantas cultivadas en contenedor deberíamos decir que es aconsejable a veces utilizar los quelatos a modo de abono foliar disolviéndolos en agua y aplicándolos sobre las hojas.
No olvidemos que los quelatos deberíamos utilizarlos en semanas distintas a la que hayamos usado sulfato de hierro en el suelo y que durante el invierno es conveniente interrumpir este aporte.

Lo apliquemos de la forma que lo apliquemos hay algo importantísimo: Debemos respetar escrupulosamente las dosificaciones y frecuencia que indica la etiqueta del envase. Recordemos lo que habíamos hablado sobre el "antagonismo". La presencia excesiva de algunos nutrientes impide en ocasiones el acceso de la planta a otros nutrientes porque el exceso de unos bloquea otros. Además de este bloqueo, con un exceso de cualquier fertilizante podemos provocar quemaduras en las raíces de las plantas.

3.2. LOS OTROS MICRONUTRIENTES. 

Al haber bajado el pH del suelo o sustrato y utilizando para el riego aguas ácidas estamos posibilitando que el resto de micronutrientes se "liberen" teniendo acceso las plantas a ellos. Son micronutrientes  que la planta necesita en muy poca cantidad y que generalmente están ya presentes en el suelo pero bloqueados como venimos repitiendo. 

3.3. LOS MACRONUTRIENTES (Fósforo, Potasio y Nitrógeno)

Por último, tendremos que aportar fertilizantes que contengan el resto de nutrientes que precisan las plantas (Nitrógeno, fósforo y potasio) con fertilizantes, mejor si son de los llamados de "lenta liberación". 
Recordemos que en este tipo de suelos alcalinos, tanto los micronutrientes como los nutrientes, tienen problemas para hacerse solubles con lo que sería conveniente que aumentáramos ligeramente la dosis de estos fertilizantes.


Lo prometido es deuda. Con esto termino este tema. Ha sido largo. Qué atracón!! Verdad? jajja
Espero haberlo explicado de un modo asequible. Reconozco que a mí también me ha costado agrupar la información de manera que fuera mínimamente inteligible.

Os dejo un cuadro que resumiría esta entrada. Lo he ido confeccionando según preparaba la información de estas entradas. 

Por último un CONSEJO: Si no estáis seguros o tenéis alguna duda, antes de aplicar este tipo de productos es importantísimo PREGUNTAR a un profesional, en el ESTABLECIMIENTO dónde los adquiráis. Ellos os aconsejarán dosificaciones y modos de empleo. 

No quiero terminar sin una información que considero muy útil para todo aquel que no sepa dónde adquirir muchos de los productos de los que he hablado en estas tres últimas entradas.
En Madrid hay una tienda de esas de toda la vida. Es una tienda de referencia, se trata de Manuel Riesgo S.A. tengo pensado poner una entrada dedicada a este establecimiento, en esta solo decir que aquel que no vive en Madrid puede solicitar algunos de sus productos a través de su página web. 
Os aconsejo que si tenéis oportunidad visitéis esta tienda en la calle Desengaño número 22 de Madrid. Además de un sitio con todo el encanto y con sabor añejo podréis encontrar productos de jardinería a un precio muy inferior a los que solemos pagar cuando vienen envasados para la venta en viveros o tiendas del ramo.

Clorosis férrica en suelos alcalinos. Quelatos de hierro. Asuntos importantes para el cultivo de las acidófilas (II)

Vamos a seguir en esta entrada el tema que comenzamos en la entrada anterior : el pH del suelo, las dificultades de asimilación de algunos nutrientes por este factor y lo que podemos hacer para rectificar el pH del suelo o del sustrato con la finalidad de que sea adecuado al cultivo de las plantas acidófilas.
Espero que si me lee algún químico sea benevolente conmigo y no se eche demasiadas veces las manos a la cabeza. Repito en esta entrada lo que decía en la anterior, esto no pretende tener el nivel y rigurosidad de una exposición científica. No soy más que una jardinera aficionada ante un problema en una zona de mi jardín que requiere solución: cultivar acidófilas en un suelo que no es el adecuado para estas plantas y que precisa por tanto rectificar su pH.
Lo cierto es que con conocimientos de química o sin ellos, una debe enfrentarse a algunos problemas y buscar las soluciones si se quiere dar a las plantas las condiciones idóneas y entonces tienes que buscar información en libros o en dónde sea si no la tienes. Eso he hecho aquí. Me limito a plasmar las prácticas que durante estos años he utilizado en el cultivo de hortensias y otras acidófilas y a reunir la información que he ido obteniendo con el paso del tiempo, como siempre digo, con la propia experiencia, con lecturas de libros, consultas en páginas web y aportaciones de mis grandes amigos los jardineros de la web. 
El profesional de la jardinería o la gente con conocimientos químicos no encontrarán nada en estas páginas que sea novedoso para ellos, está claro. Pero seguramente habrá gente tan perdida como estaba yo hace unos años y si tener algo de información reunida y explicada de un modo sencillo aunque no riguroso le puede facilitar las cosas...pues para eso se tiene un blog (Al menos yo). Si además, motiva o despierta la curiosidad de algún lector insatisfecho con lo leído aquí, y le anima a profundizar y consultar libros técnicos o sitios de un nivel científico... miel sobre hojuelas!!

Decíamos en la entrada anterior que los suelos con un pH alto (El que tienen los suelos alcalinos o básicos), generalmente tienen presentes en él los nutrientes que precisan las plantas acidófilas. El problema es que ese mismo pH alcalino provoca que estos nutrientes (Imprescindibles para las acidófilas), como es el hierro, se encuentren en un estado que impide que las plantas puedan acceder a ellos. Lo cual viene a ser casi igual que si no estuvieran presentes.

Para que se entienda mejor y aunque quizás un químico me rectificara si me leyera, entiendo que el problema sería en algo semejante al que las personas que padecen una anemia tienen cuando ingieren alimentos que contiene hierro pero su organismo tiene dificultades para asimilar este hierro. Aunque aquí el problema en sí no lo tienen las plantas, si no que es el estado en el que esos micronutrientes se encuentran en el suelo o en el sustrato de pH alto.

Decíamos también que la incapacidad que tiene la planta para absorberlos puede venir producida por dos motivos:
  • Por el exceso de otros nutrientes (antagonismo)
  • porque el pH del suelo dónde estamos cultivando la planta hace que el nutriente no esté disponible. 
Y será en función de este pH que la planta tenga carencias de uno u otros nutrientes. Así en suelos básicos las plantas suelen tener problemas de carencias de hierro (clorosis férrica) o zinc por ejemplo; y el suelos ácidos, las carencias suelen ser de calcio, magnesio o potasio.


Consideremos el "recorrido" que hace el hierro desde el sustrato hasta llegar a las hojas. Para que el hierro llegue a la parte superior de la planta (a las hojas) 
  1. Será preciso que el hierro presente en el suelo se haga soluble y esto se producirá en menor medida cuánto más alto sea el pH del suelo. 
  2. Pero después, este hierro "disuelto" debe ser transportado hacia las raíces de la planta. Si en este suelo existen elementos "transportadores" del hierro hacia las raíces será algo muy beneficioso. 
  3. A continuación, el hierro deberá ser absorbido por las raíces jóvenes de la planta. Y en este punto, la presencia de caliza y bicarbonato y el pH del suelo influyen sobremanera de forma negativa. 
  4. Y por último, el hierro deberá "subir" hasta la parte aérea de la planta y será necesario que se distribuya por ella. Si hay presencia de bicarbonato o demasiado nitratos, se producirá la inmovilización en la planta del hierro, al igual que ocurre en el suelo.

Vemos pues que el problema de la clorosis férrica no es generalmente por la falta de hierro si no porque este hierro no tiene suficiente movilidad. En esta falta de movilidad del hierro los pH elevados y la presencia de bicarbonatos en los suelos influye negativamente.


Por tanto, será muy positivo aplicar aquellas técnicas que favorezcan la movilidad del hierro y por tanto su transporte, como es la aireación del suelo con el aporte de materia orgánica de forma abundante, que favorecerá, el desarrollo de las raíces jóvenes que son las que se ocupan de transportar el hierro desde el suelo hacia las plantas.


De otra parte, o mejor, en paralelo, el uso de fertilizantes que actúen sobre el hierro impidiendo sobre él los efectos del pH alto y de la presencia de bicarbonatos, convertirán este hierro presente en el suelo en un nutriente accesible a la planta. Estos fertilizantes especiales, son los que llamamos "quelatos"


Qué diferencia un quelato  de otros tipos de fertilizantes? En un fertizante normal lo que actúa son los elementos que aporta el fertilizante; por el contrario los quelatos de hierro están acompañados de un "agente quelante".

Los agentes quelantes son también conocidos como "secuestradores de metales pesados" y vienen a ser, si no estoy en un error, una molécula capaz de asociarse con un ión del nutriente (en este caso, hierro) haciendo que éste sea estable ante los agentes del medio dónde se encuentra.
Puede que podamos prescindir de la explicación química pero debemos saber que en última instancia, el agente quelante, es el responsable de la efectividad del quelato (unión del agente quelante y el metal).


Los quelatos de hierro no solo aportan el hierro que contienen en sí mismos si no que favorecen el aprovechamiento del hierro que se encuentra en el suelo.
Y todo esto deben hacerlo siendo capaces de luchar contra la competencia del pH alto y de la presencia de bicarbonatos y otros metales en suelos de distinta acidez o basicidad.

Seguro que habéis comprado más de una vez quelatos de hierro. A que sí? Este por ejemplo?
Bien, ahora os propongo que nos fijemos en la etiqueta. Lo habéis hecho alguna vez? La habéis leído? Seguro que muchos de vosotros sí. Para el que no lo ha hecho, os la muestro aquí:
Para empezar, estamos tratando un jardín. Cerciorémonos de que el producto está indicado para su uso sobre ornamentales. En efecto, así lo indica "Corrector de carencias de hierro en cítricos, frutales y ornamentales" pero la etiqueta dice más...

Repito, sin aspiraciones de rigurosidad científica pero creyendo que es necesario que nos habituemos al uso de algunos términos. Tenemos que saber que los quelantes existentes son varios y sería aconsejable que "nos sonaran" aunque no conozcamos los entresijos de su formulación. 

A la hora de comprar un quelato de hierro es un detalle en el que es imprescindible fijarse ya que la calidad del mismo está en función del quelato que utilice.

Los quelatos existentes son EDTA, HEDTA Y DTPA... más adecuados para el zinc y el manganeso pero no para el hierro.
También están EDDHA, EDDHMA Y EDDCHA...y son éstos últimos los que determinan la estabilidad del quelato férrico y en última instancia su efectividad en sustratos o suelos en un determinado rango de pH altos, convirtiéndolos en mucho más eficaces a la hora de mantener el hierro disuelto en este tipo de suelos alcalinos.

No todos los agentes quelantes garantiza la solubilidad del hierro en suelos de cualquier pH. Los hay que solo permiten esa solubilidad en suelos de hasta cierta alcalinidad pero no en más.

Fijaos de nuevo en la etiqueta que mostraba antes: "Estable a pH 2-10) Es decir, efectivo en suelos con ese margen de pH desde 2 hasta 10. Vemos por tanto que se trata de un quelato que nos va a valer para cualquier suelo o sustrato que tengamos porque abarca toda la gama de los pH que tienen habitualmente los suelos de los jardines.

No es mi caso porque estoy en una zona con suelos que tienden a la acidez pero pensemos en alguien que va a  usar un quelato férrico sobre suelos con un grado de alcalinidad muy elevado, deberá asegurarse antes de adquirirlo, que será efectivo también en suelos de pH tan alcalinos como el suyo porque de lo contrario puede que esté adquiriendo un producto que va a resultar inútil en su suelo.

Estas diferencias entre los quelatos nos pueden explicar muchas veces las diferencias en el PVP que observamos entre unos y otros. Generalmente son bastante más caros los que tienen la molécula EDDHA.


Bueno, pues ahora que sabemos un poquito más sobre los quelatos vamos a recordar el cuadro que colgábamos ayer:
Una vez que tenemos claros ya ( o casi, eso espero jajaja) algunos conceptos, como es lógico lo primero a averiguar será el valor del pH de nuestro suelo de la forma más ajustada posible.
Si necesitamos un análisis riguroso deberemos llevar a un laboratorio unas muestras de nuestro suelo para ser analizadas. Pero generalmente, al nivel al menos de jardinero aficionado como yo, será suficiente con el uso de tiras indicadoras de pH fácilmente asequibles en farmacias y en algunos centros de jardinería.
Las hay de distintos tipos e indicadas para diferentes rangos de pH. Las hay que ofrecen resultados de grado en grado de pH e incluso hay otras que llegan a indicar valores de medio grado.

Aclaremos que para que no se vean "contaminadas" estas tiras debemos guardarlas en lugares dónde no haya gases o sustancias ácidas o básicas; dentro del envase en el que se venden y en lugar fresco y seco.
Cuando procedamos al análisis deberemos tomar varias muestras de nuestro suelo en diferentes puntos de la zona que nos ocupe. Con unos puñados de tierra será suficiente. Tomaremos varias porque el pH puede ser bastante variable de una zona a otra. Y desde luego será importante, si se trata de una zona dónde ya haya plantaciones, tomar la muestra de tierra en la zona cercana a las raíces, no solo en superficie si no a mitad de altura entre el nivel del suelo del jardín y las raíces más profundas.
A estos puñados de tierra que pondremos en un recipiente les agregaremos agua destilada (es decir, con un pH neutro, es decir, 7, para que no distorsione los resultados) en cantidad suficiente para formar una pasta o papilla algo fluida. Dejaremos que la mezcla repose un par de horas tras las cuales solo nos resta introducir una tira indicadora de pH en la mezcla durante un par o tres segundos. Sacudiremos el exceso de líquido y compararemos las coloraciones obtenidas con las que acompañan las cajas en las que se venden este tipo de indicadores. Deben de coincidir los tres colores verticalmente.
Quizás no es el sistema más exacto posible pero en general los resultados de este tipo de medidores, salvo que se trate de cultivos muy concretos que precisan un pH muy exacto, serán suficientemente aproximados los resultados que nos aporte.


Pensé que terminaría con esta entrada pero no es así. A pesar de mis previsiones, al final, veo que resultaría demasiado extensa si entramos con algo de detalle en el tema de los sistema para la rectificación del pH del suelo y en concreto su acidificación. Disculpad la extensión (por pesada) de esta entrada y os emplazo a una tercera, esta sí, bajo promesa de ser la última sobre este asunto si es de vuestro interés.

Importancia del pH del suelo para el cultivo de plantas acidófilas (I)

Nos pasa a muchos jardineros, nos encantan las acidófilas pero no tenemos la suerte de tener el clima y el suelo adecuados para su cultivo. Estas plantas precisan mucha humedad atmosférica, una pluviosidad abundante, no recibir los rayos de sol a las horas más fuertes, y un sustrato rico, suelto y ácido.
Evidentemente hay factores que no están en nuestra mano su modificación como es la humedad atmosférica, pero otros sí podemos cambiarlos, al menos hasta cierto punto.
El modo de plantarlas y las condiciones de cultivo que les aplicamos puede, si son adecuadas, redundar de forma muy beneficiosa de manera que palíe la falta de condiciones naturales idóneas en nuestro jardín para ellas.
En su día colgué dos entradas en las que se explica de modo pormenorizado la forma idónea de plantarlas así como las condiciones de cultivo para los rododendros pero que pueden hacerse extensivas a las acidófilas en general. Estos son los enlaces por si interesa a alguien: Cultivo rododendros y Plantar un rododendro.
Estos días estoy preparando un seto de unos 15 metros que tengo pensando formar a base fundamentalmente de hortensias aunque puede que introduzca alguna camelia y algún rododendro.

La zona suroeste de mi jardín presenta un desnivel que se salva a base de tres terrazas, siendo la de nivel más bajo la que corresponde al seto (límite sur de la parcela). Este último "escalón" quiero subirlo hasta el nivel del anterior para que las plantaciones estén al nivel de la plataforma superior. De ahí que las plantaciones no las efectuaré en el nivel del suelo que hay actualmente, sino que deberé aportar sustrato hasta que llegue a la altura necesaria para que la terraza que hay por encima y el nivel del seto coincidan en altura.

Son demasiados metros cúbicos de tierra que hacen impensable, por el costo económico que supondría, adquirir la tierra ácida necesaria para llenarlo.

Por eso me veo en la obligación de acidificar el suelo dónde irán las hortensias, es decir, bajar su pH aportando las enmiendas necesarias para ello.


Como sé que estos temas de pH, de acidez, alcalinidad del suelo, correcciones de pH, etc, suponen un verdadero lío muchas veces a los jardineros aficionados como yo, aprovecharé que estoy preparando este seto para hablar un poco de estos asuntos. Lo explicaré de la mejor manera que puedo y sé y si con ello aclaro  un poquillo algún concepto a alguien me doy por satisfecha. No aspiro a más.
Vaya por delante que yo no soy ninguna experta, ni tengo titulaciones o conocimientos que permitan una explicación técnica y con la rigurosidad que lo haría un químico. Lo que sigue a continuación es simplemente lo que yo hago y  la información que en páginas de Internet, lecturas personales y consejos de jardineros amigos que he tenido la fortuna de que me transmitieran en Grupos y foros de Internet. El nivel en el que estoy interesada no llega a formulaciones químicas, De los productos que hablaré me interesa de qué modo pueden variar el pH de la tierra y por ende de qué manera lograr las condiciones idóneas para el cultivo de acidófilas. Las formulaciones y entresijos de la química se me escapan, la verdad. Si alguien está interesado en ellas esta entrada no colmará en absoluto sus espectativas. Tan solo son unos pocos consejos y unas explicaciones de algunos temas un poco en un estilo "de estar por casa". Como digo esto no pretende ser un artículo de rigurosidad científica para la que no estoy capacitada su pretensión se limita a una mera aproximación a estas prácticas que de otra parte puede que sean algo áridas pero pienso que debemos conocer si queremos entender un poco algunos procesos que faciliten el cultivo de estas plantas tan hermosas.


Qué es el pH del suelo? La explicación química del pH la desconozco pero creo que para la mayoría de jardineros aficionados como yo nos basta saber que el pH es un valor, una medida, que indica si un suelo es ácido, neutro o alcalino.

Se dice que un suelo es neutro cuando el valor de su pH se encuentra alrededor de 7. Si el pH de ese sustrato es superior a 7 se dice que el sustrato es alcalino o básico y si está por debajo de 6,5 estamos ante un suelo ácido.

Debemos saber que la mayoría de las plantas se encuentran a gusto en sustratos o suelos con un pH entre 6 y 7, es decir, en los valores centrales.
Pero entre esas plantas que gustan de suelos neutros no están las acidófilas. Precisamente éstas necesitan crecer en un suelo con un pH bajo, es decir, en un suelo ácido y lo idóneo es que este pH tenga un valor entre 5 (incluso 4,5 algunas) y 6,5

Un síntoma frecuente en plantas acidófilas (y que precisan de bastante hierro en el sustrato) que crecen en suelos alcalinos es la típica palidez o amarilleamiento de las hojas permaneciendo de color verde las nervaduras (puede haber otras causas para este amarilleo, no solamente una carencia en hierro), especialmente de las hojas nuevas,  llamada técnicamente clorosis férrica.

En los suelos alcalinos se encuentran presentes micronutrientes como el hierro pero debido a su pH alto no pueden ser absorbidos por las plantas porque no están solubles (esta explicación es para entendernos, repito, sin pretensión de explicación científica) o dicho de otro modo, no están al alcance de las raíces de las plantas aunque estén presentes en el suelo. Digamos que están como "bloqueados". 


Pero también se presenta el problema contrario: cuando la presencia de un elemento es excesiva impide en ocasiones la "disponibilidad" para las plantas de otros elementos. Es lo que se conoce como "antagonismo" . Debemos tener muy en cuenta este aspecto a la hora de dosificar los aportes de nutrientes o enmiendas a nuestro suelo ya que mientras solucionamos un problema puede que estemos ocasionando otro si nos excedemos en las cantidades.
Qué hacer entonces si queremos cultivar acidófilas pero no contamos con un suelo en el jardín con un pH adecuado (bajo o ácido)? Deberemos lograr que el hierro y los demás micronutrientes puedan estar al alcance de las plantas  que cultivamos directamente en el suelo del jardín y para ello hay varias soluciones.

Pero para no hacer demasiado extensa esta entrada dejaremos para la próxima la explicación de estos procedimientos. Espero que la lectura de esta entrada no te haya puesto demasiado "ácido" ;)

Creo que este cuadro reúne bastantes datos de los que hemos hablado hasta ahora.

Termino con una curiosidad. Sabías que las letras pH son una abreviatura de "pondus hydrogenii" (potencial de hidrógeno para entendernos) un término acuñado por el químico Sorensen a principios del siglo XX.

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