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Las hojas de los rosales en invierno: ¿Defoliar? ¿No defoliar? ¿Cuándo?

A las puertas del invierno. Los rosales son teóricamente arbustos caducifolios. Digo teóricamente porque el comportamiento que las hojas de los rosales tienen, depende en buena parte del clima dónde se cultivan
En climas suaves, los rosales incluso no llegan a estar en período de dormancia nunca y aunque disminuida siempre tienen algo de actividad vegetativa y conservan la mayoría de sus hojas a lo largo de todo el año.

Por el contrario, en climas fríos como el que tiene mi jardín, los rosales tienen sus hojas ya muy castigadas por las heladas. En un alto porcentaje se han caído o tienen un color muy amarillento/aranjado que hace prever que en breve caerán en buena parte. 
Al final del invierno, de no intervenir el jardinero, los rosales aún conservan buena parte de sus hojas, en un estado lamentable, eso sí. El engrosamiento de las yemas a partir de febrero provocará la caída definitiva de muchas de las hojas que aún permanecen prendidas de sus peciolos y el rosal empezará su actividad vegetativa conservando parte de la vegetación de la temporada anterior.
En otros climas más fríos aún los rosales quedan totalmente desnudos de hojas.
A estas alturas del año en casi todos los jardines los rosales lucen ya hojas viejas, muy dañadas, a veces incluso con insectos en estado larvario en su envés...
  

Qué hacemos con estas hojas? Buena pregunta!! No tengo una respuesta única. Me explico.
Teóricamente conviene eliminarlas porque en estas hojas viejas y muchas enfermas, se conservan esporas y larvas cuya conservación no tiene beneficio alguno para el rosal. Muy al contrario, su permanencia en el rosal permite que sigan estando en ellas esporas e insectos en estado larvarios que una vez vuelvan a subir las temperaturas en primavera, favorecerán el desarrollo de enfermedades y plagas al inicio de la estación.


Luego está claro que si no matizamos, la respuesta es sí, sin duda, conviene eliminarlas!
Bien, esto lo tenemos claro. Ahora vienen dos preguntas?:
La primera es: Hay que eliminar las hojas de todos los rosales? 
Si hemos dicho que defoliar los rosales en invierno contribuye a eliminar buena parte de las plagas hivernantes y de esporas, parece lógico que eliminemos las hojas de todos los rosales. Es cierto, sí, y realizarlo en un arbusto de un metro de altura no es nada ni difícil ni una labor que tardemos en llevarla a cabo más allá de media hora (con limpieza del suelo incluido).


Pero.... y defoliar un rosal trepador adulto? jejejeje La cosa ya no parece tarea tan fácil y rápida. Verdad?
Hasta ahora, y hablo de que éste es el cuarto invierno que cuido de mi jardín, he realizado escrupulosamente esta tarea cada año. Todos y cada uno de mis rosales han sido desnudados de sus hojas manualmente y de forma meticulosa. Ya el año pasado cuando empecé a afrontar la labor me plantee si la siguiente temporada (ésta de este año) podría seguir llevando a cabo este trabajo.
Hasta ahora, los rosales no son todavía enormes. Incluso el trepador más grande que tengo, un jovencísimo Rosa 'Eden Rose 85' (O R. 'Pierre de Ronsard') no ha llegado ni con mucho a alcanzar la envergadura que tendrá en breve. Así está el "pequeñuelo" listo para comenzar su tercer año. En dos o tres años, reconozco que dudo mucho que pueda defoliarlo. Ni subiéndome a una escalera (con el peligro que para mí supone esto porque tengo vértigo) podré alcanzar algunas de sus ramas.

Este año me armaré de paciencia. Comenzaré un sábado o domingo bien temprano y me pondré como meta del día exclusivamente eliminar sus hojas. Pero con las trazas que lleva, el crecimiento que tendrá esta primavera, hará imposible que pueda volver a realizar este trabajo.
Esta siguiente imagen corresponde a un Rosa 'Eden Rose 85' que yo cultivaba en mi anterior jardín y que tenía tan solo cuatro años. No sé vosotros, yo lo veo y me siento incapaz de dejarlo desnudo ajajjaja.
Bien, asumido que en ocasiones, ciertos rosales alcanzan un tamaño que para muchos jardineros (entre los que me encuentro) les resulta imposible afrontar su defoliación, sentí curiosidad por buscar alguna información que me diera ideas de algún sistema para eliminar estas hojas que no fuera el hacerlo de forma manual.
Comentaré lo que he encontrado porque lo he leído en bastantes páginas y algunas de ellas creo que tienen garantías en cuanto a la seriedad de la información que suelen ofrecer.Parece ser que rociar a conciencia (el haz y el envés) el rosal con una mezcla de polisulfuro de calcio mezclado con aceite de invierno en un día soleado (esto importante) provocará que las hojas se "quemen" facilitando que la mayoría caigan por sí solas.
Aclaro que yo no lo he probado aunque también digo que en el momento que encuentre dónde puedo hacerme con este producto voy a intentar comprobar qué resultados da el sistema.
Aun sin saber si el azufre que contiene el polisulfuro de calcio reacciona igual que el azufre micronizado cuando se mezcla con aceite de invierno, sospecho que debe ser efectivo para el fin que buscamos dado que precisamente siempre se advierte  de que no se mezclen nunca el azufre y el aceite de invierno, incluso se acoseja que se dejen transcurrir al menos 30 días desde la aplicación de tratamientos a base de azufre antes de la aplicación del aceite. Y ello mucho menos en días soleados por el peligro de que las hojas se quemen.
Por tanto, parece bastante probable que precisamente, como buscamos eso, que se quemen y caigan, voy a probarlo en alguno de mis rosales y cuando lo haga os hablaré de cómo me ha funcionado. No creo que la defoliación que produzca haga ningún daño al rosal ahora que están prácticamente sin actividad vegetativa.
Si no logro comprar polisulfuro de calcio antes de que llegue el momento de la poda, tendré que hacerlo manualmente como he hecho hasta ahora pero intentaré el asunto. 
Desde luego si el método es efectivo e inocuo, me parece una forma rápida y fácil para lograr deshacernos de esas hojas viejas del rosal evitando así (al menos en parte) enfermedades y plagas en la siguiente estación.
Para quién lo desconozca diremos que este producto concentrado se utiliza para el control de plagas hibernantes de cochinilla, áfidos, ácaros y de forma preventiva para controlar el oídio. Se usa en pulverizaciones mezclado con agua y diría que está aceptado en agricultura ecológica cuando se trata de un formulado al 18,5 % y es utilizado sobre frutales de hoja caduca y parrales de vid.
Para los curiosos, aquí tenéis un vínculo del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente en el que se ofrece información detallada sobre este producto.
Bien ahora vendría la segunda pregunta: Cuándo eliminamos estas hojas viejas de los rosales? Antes o después de la poda?
Aunque solamente sea por razones de economía de tiempo parece lógico pensar que es más práctico eliminarlas inmediatamente tras la poda dado que el tamaño de la planta se reduce y por tanto la cantidad de hojas a eliminar también será menos.
Por qué entonces convendría hacerlo antes de la poda si nos llevará más trabajo? Os daré las dos razones que yo encuentro para hacerlo así.
A mí me resulta más fácil podar con los arbustos completamente desnudos. Veo mejor su estructura y accedo más fácilmente a las ramas que deseo podar

Pero además, le veo otra ventaja y es que yo suelo hacer tres aplicaciones de aceite de invierno para combatir plagas hibernantes y esporas. Comienzo en noviembre/ diciembre y voy aplicando cada mes hasta que podo. Hace unos días he realizado la segunda aplicación del aceite de invierno y lo he hecho con los rosales todavía con bastantes hojas. Me gustaría que la tercera aplicación fuera ya con los rosales desnudos y ello porque indudablemente me permitirá empapar a conciencia todos los tallos y yemas latentes si no tengo hojas que me estorben.
Pero se me ocurre otra razón más y es el ahorro económico. Cada vez que hago una aplicación de aceite de invierno más oxicloruro de cobre a todos los arbustos y pequeños arbolitos de mi jardín me supone llenar al menos 5/6 mochilas de 12 litros. Haced las cuentas y veréis que no sale barato precisamente.
Impregnar bien por ejemplo un rambler con las hojas todavía en las ramas indudablemente se lleva mucha más cantidad de mezcla que hacerlo sobre un rosal desnudo.
Vemos por tanto que aunque teóricamente convendría eliminar  las hojas de todos los rosales, no siempre dispondremos del tiempo, de la energía e incluso por dificultad de acceder a algunas partes del rosal, podremos realizar este trabajo.
De otra parte, el hacerlo antes o después de la poda parece bastante indiferente estando como están los rosales sin actividad. Si la permanencia de las hojas no os dificulta la tarea que tendremos que realizar allá por febrero (en climas fríos con heladas) podría realizarse perfectamente después. Así nos ahorraríamos eliminar hojas de ramas que se van a cortar en febrero.
En caso contrario, como es mi caso, y como me supone una tarea en la que no voy a tardar ni un día ni dos, me lo tomo con calma y en este mes que me queda hasta la próxima aplicación de aceite de invierno con oxicloruro de cobre, iré poco a poco eliminando las hojas de todos los rosales que pueda. Haciéndolo así la tarea no será tan laboriosa y cansada.
Digamos por último que si la eliminación de las hojas viejas es un asunto de higiene muy importante, no lo es menos la escrupulosa limpieza del suelo tras realizar este trabajo.

Una vez defoliado el rosal hay que barrer bien todo el terreno que rodea la base para evitar precisamente que la permanencia de hojas infectadas de esporas y larvas permanezcan en él y contribuyan a contagiar la planta en primavera.
Ya lo hemos comentado varias veces pero lo repetimos aquí, las hojas de los rosales, precisamente porque tardan bastante en compostarse, porque tienen aguijones que pueden dañarnos a la hora de manipular el compost con las manos, pero sobre todo porque son un foco de infección, no deben incorporarse a la pila del compost si no que es preferible quemarlas si disponéis de un lugar y espacio para ello en el jardín o embolsarlas y tirarlas a la basura.
Aquí lo dejo...por cierto, como van las compras navideñas? Decidido el menú de Nochebuena? Disfrutando ya de la compañía de algunos de vuestros queridos familiares? En breve yo iré a por mi madre y estará aquí conmigo un tiempo, lo cual, para mí es una gran alegría el poder estar junto a ella al menos un tiempecito.
Un saludo, queridos lectores.


Elegir el momento para podar nuestros rosales

No tenía pensado escribir este artículo. Al menos no en este momento pero una pregunta de una amiga en un Grupo de Facebook al que pertenezco, me ha animado a hablar un poco aquí de este tema a tenor de las dudas que nos solemos plantear cada año cuando llegan estas fechas.
Ya estamos en invierno y según dónde vivamos empezamos a preguntarnos si ya es la hora de acometer el trabajo de la poda de nuestros rosales y cuando nuestra experiencia en su cultivo es poca nos inquieta mucho la posibilidad de equivocarnos a la hora de elegir las fechas.
El momento idóneo para realizarla dependerá sobretodo de la zona climática dónde nos encontremos.
Si nuestro jardín soporta temperaturas invernales bastante bajas, produciéndose heladas rigurosas (Por debajo de los -12º C) no deberíamos plantearnos ni remotamente podar en otoño. Podar después de que comience a helar fomenta el crecimiento del rosal, crecimiento que matará las heladas más profundas posteriores. Se trata de los climas dónde más tarde se realiza la poda porque es dónde más tarde comienzan las temperaturas primaverales a subir y dónde persisten más tiempo las peligrosas heladas que pueden dañar la vegetación nueva que surgen tras la poda. Los jardineros de estas zonas suelen retrasar incluso a pleno marzo los trabajos de poda de sus rosales.
Si por el contrario en nuestra zona los inviernos son más o menos suaves (comparativamente claro ajjaja) y no solemos sufrir heladas por debajo de los -8/-9º C convendría que podáramos antes puesto que los rosales comienzan su actividad vegetativa también antes que en las zonas descritas anteriormente Sobre finales de febrero o incluso inicios de marzo podría ser un buen momento. 
En zonas en las que disfruten de temperaturas suaves en invierno y dónde no se produzcan heladas, los rosales pueden podarse al finalizar el otoño o al inicio del invierno sin riesgo de que la bajas temperaturas puedan matar los crecimientos nuevos que pudieran haber.
En zonas con invierno no excesivamente rigurosos los rosales es difícil que lleguen a estar inactivos totalmente de manera que cuando nos ponemos a podar el arbusto aún está con buena parte de su follaje
Aunque los rosales en teoría son arbustos caducifolios, solo en los climas muy, muy fríos  pierden sus hojas. En mi zona por ejemplo, en la Sierra Oeste de Madrid que puede considerarse una zona climática de bastante frío con heladas frecuente aunque no suelen ser persistentes y solo puntualmente son muy profundas, no llegan a estar del todo sin hojas, ni en pleno invierno.
La época adecuada para podar, por tanto, dependerá de dónde vivimos.
Susan Fox define muy bien cómo elegir el momento:
Dependiendo de dónde viva usted la poda puede efectuarse entre mediados de enero y finales de abril. La idea no hacerlo tan tarde que se vea obligado a cortar el crecimiento nuevo ni tan pronto que fomente un crecimiento prematuro. Por lo general, este momento sería cuando las yemas comienzan a hincharse. 
En general lo adecuado es observar el comportamiento de nuestros rosales, en definitiva, será nuestra propia observación y nuestro conocimiento personal y directo de nuestro jardín el que nos marque el mejor momento para podar. 
En general, el riesgo de una poda demasiado temprana deriva del hecho de que la poda fomenta el crecimiento y en climas no muy fríos una poda adelantada puede producir un crecimiento de brotes que no habrán tenido tiempo de madurar si se producen posteriormente heladas, dañándose irremediablemente con ellas si se producen heladas tardías.
También tiene sus efectos negativo una poda demasiado tardía ya puede debilitar la planta. Si podamos un rosal cuando ya ha comenzado su actividad vegetativa, la savia ya habrá comenzado a circular de nuevo produciéndose pérdida de ella al practicar los cortes de la poda. No debemos esperar por tanto en exceso. Si vemos que están comenzando a brotar, está claro que no hay que esperar demasiado. 
Podar con retraso el crecimiento reciente puede provocar el retraso de la floración. Tan pronto las yemas se abren y emerge de ellas el crecimiento que dará lugar a las pequeñas ramitas en cuyo lateral poco a poco van apareciendo las hojas, no tardan en tener formado ya aunque sea incipientemente los diminutos capullos, a veces difíciles de ver porque están metidos entre las hojas del ápice del pequeño y nuevo vástago. Pero si delicadamente con los dedos separamos estos "proyectos" de hojas, podemos encontrarnos ya entre ellos los diminutos capullos de rosas, tan chiquitos que apenas son perceptibles, pero ahí están. Si podamos en un momento ya tan avanzado estaremos eliminando con la poda estos capullos inicialmente formados obligando al rosal a formar de nuevo capullos en las ramas que brotarán de las yemas existentes en las ramas que dejemos en el arbusto.
Evidentemente no mataremos el rosal porque los rosales, como siempre decimos, son increíblemente fuertes y son capaces de soportar nuestras malas prácticas pero si podemos evitarles un sufrimiento, parece lo más razonable hacerlo. Verdad? :)
Aunque como hemos dicho, en el norte de la Península, en climas sin heladas muchos jardineros podan al final del otoño o inicios del invierno, es más mayoritaria la poda a finales de invierno/comienzos de primavera, tan pronto observamos que las yemas de los rosales comienzan a activarse. 
Si dedicamos unos minutos de observación frecuente a nuestros rosales durante algún momento del invierno veremos claramente como se van transformando las yemas y empiezan a hincharse. Antes de comenzar de lleno la actividad vegetativa las yemas se tornan más rojizas, presenta un engrosamiento y en ocasiones, en tan solo unos días se transforman a una velocidad de vértigo alargándose y de repente "estallando", es el momento en que de pronto vemos su transformación y cómo las "capas" externas que la cubren cambian de aspecto y claramente comienzan a abrirse. En breve, a veces en tan solo unos días, ya hacen su aparición las diminutas hojitas perfectamente plegadas unas junto a otras.
Por cierto, no puedo dejar de mencionar qué placer me causa observar esto!! Me parece tan maravilloso todo lo que una yema guarda en su interior!! Siempre que veo aparecer las diminutas hojitas me pregunto cómo pueden haber cabido dentro de algo tan pequeño como una yema!! Pero ahí estaban, plegaditas, apretujadas unas a otras, sin desenvolver jejejje Maravillosa la naturaleza!! Como un pañuelo delicadamente doblado una y otra vez dentro de las yemas,  las hojas del rosal aparecen como por arte de magia y lo que hasta ayer estaba protegido y amorosamente guardado en el interior, hoy, animado por el aumento de la cantidad de luz solar y la leve subida de temperaturas, emerge y regala a nuestros ojos unas maravillosas formaciones, incipientes aún, sí, pero que ya son el presagio del gran regalo, las hermosas rosas que se abrirán en mayo!! :P

Como en todas las reglas, también aquí hay excepciones: Los rosales a los que no sería de aplicación estas "reglas" serían los rosales ramblers (sarmentosos) y los rosales trepadores de floración única. En ambos casos conviene podarlos tan pronto termina su floración sobre el final del verano.
Me gustaría mencionar aquí tres asuntos que creo son interesantes
* Uno es la practica de defoliar los rosales cuando los podamos. En algunos artículos de este blog he comentado que de momento suelo defoliar los rosales cuando los podo. Digo que de momento porque una cosa es defoliar uno o dos rosales grandes y otra quitarse a mano las hojas de los rosales de un jardín de dimensiones generosas dónde se cultivan muchos, muchos rosales...
La poda junto con la eliminación simultánea de sus hojas ayudan a forzar al rosal a entrar en una latencia aunque sea breve y que siempre beneficiará al rosal pero además tiene otro propósito y es el eliminar organismos patógenos que suelen estar latentes muchas veces en formas de larvas cuando se trata de plagas y frecuentemente en forma de esporas que con el buen tiempo darán origen a enfermedades.
De momento y mientras no alcancen un tamaño que me resulte imposible afrontar el trabajo de la eliminación exhaustiva de todas las hojas, hago eso, espero al momento en que podo y una vez eliminadas las ramas que deseo quito todas las hojas que quedan en el rosal.
En todo caso creo que es una buena idea si no eliminar todas y cada una de las hojas porque nos parezca un trabajo demasiado meticuloso para que el que no tenemos tiempo o ganas, sí intentar terminar de desprender muchas de las hojas que quedan tan ligeramente prendidas en el rosal que no cuesta nada sacarlas. En este momento del año ya no le sirven de nada al rosal y tan solo son focos de infecciones y cobijo para larvas y esporas como comentaba.
Sí hay que aclarar que si se decide eliminar las hojas debemos hacerlo con cuidado, tratando de no dañar la madera, tirando suavemente del peciolo de la hoja e intentando que se desprenda del punto de unión con la rama. Si vemos que ofrece resistencia, si seguimos tirando es a riesgo de llevarnos también parte de las fibras verticales que cubren las ramas. En ese caso es mejor tener unas tijeras a mano con las que cortar el peciolo evitándonos desgarros en la madera que representan siempre un riesgo de enfermedad para el rosal.
* El segundo tema del que quería hablar viene a propósito de un precisamente de esta latencia tan conveniente y ya lo cometamos en un artículo de este blog de primeros de febrero del año pasado: Cuidados "extras" para los rosales en climas con inviernos muy fríos: Permitir que hagan semillas. En él recordábamos uno de los consejos que nos da la American Rose Society.
Durante el final del otoño y el invierno ya no deberíamos cortar las rosas cuando se pasen porque de seguir eliminando las rosas ajadas en realidad estamos provocando un poco que el rosal no entre en estado de latencia y comience a dormir. 
De hacerlo, estamos fomentando que siga creciendo y ya sabemos lo peligroso que es que estos nuevos crecimientos vegetativos no lleguen a formar madera madura antes de que vengan las heladas corriendo gran peligro de que se congelen. Sería bueno por tanto, dejar estos escaramujos en el rosal tras pasarse y permitir que formen la semilla dentro de sus escaramujos. De esta manera estamos permitiendo que el rosal cierre su ciclo natural.
Según la American Rose Society podemos eliminar los pétalos de esas rosas ajadas si queremos adecentar un poco el aspecto de nuestro arriate pero no debemos cortar los escaramujos.
* El último aspecto  que quería comentar es el de la conveniencia de eliminar en otoño las ramas largas que sobresalen del rosal para evitar que lleguen a quebrarse con el peso de la nieve, con los vientos o  las tormentas de esta época. 
Sabemos que algunos de estas ramas largas forman o servirán para formar parte de la estructura de rosales por ejemplo trepadores, claro, en ese caso no parece lógico eliminarlas pero sí tener precaución de asegurarse antes de que venga el mal tiempo de tener este tipo de ramas suficientemente bien ancladas al soporte como para que el viento no las mueva de aquí para allá llegando a a quebrarse. Recordemos la importancia que tiene que los rosales trepadores crezcan sobre soportes adecuados y que las ataduras de sus ramas a ellos sean las adecuadas.
Y por último, como bien dice David Austin en su página: la poda no es una ciencia exacta!! :) 
Feliz Día de Reyes, amigos!!

Cuidados "extras" para los rosales en climas con inviernos muy fríos (II) ¿Crear una capa de hielo sobre las ramas?


Wow!! Impacta el título de la entrada. No? ajjajaj Cuando lo he leído a mí sí me ha impactado. Os cuento. Ayer como sabéis, en la zona de la Sierra de Madrid dónde yo vivo cayó una buena nevada y varios de los rosales presentaban este aspecto:
Ayer, con el entusiasmo de la nevada no quise preocuparme pero como tengo esta naturaleza sufriente jajajjaj hoy, apenas llegué a casa me puse a buscar información sobre el daño que el hielo pudiera ocasionar a mis rosales.


Y lo que son las cosas, me he encontrado con un consejo de Paul Zimmerman en el que no solo se asegura que el hielo no hace daño si no que es una protección ante bajadas muy grandes de las temperaturas. 
Zimmerman no habla de regar el sustrato, y lo aclara muy bien recordando el peligro de daño para las raíces. Es cierto que los mayores daños no los provoca el frío si no el viento gélido que produce una gran desecación e incluso daños con zonas necróticas.

Él basa su consejo en lo que dice que se hace en el norte de Florida para proteger la cosecha de cítricos. Lo que hay bajo la capa de hielo queda a temperaturas que no bajan de 0º, es decir, protegidas de las temperaturas exteriores mucho más bajas y preserva las ramas del rosal de la desecación que producen las ráfagas de viento.
Está claro que esta medida no la aconseja, como él dice, por una leve racha de viento, es más bien una medida a adoptar justo antes de que se prevea una situación de vientos muy fuertes, con muy bajas temperaturas. Una situación como la que hemos vivido y estamos viviendo aún hoy, aquí en Madrid en la que los termómetros todo el día han estado bastante por debajo de cero grados y sobretodo acompañando todo el rato con un viento tremendo!!

Este es el consejo de alguien que no puede decirse que no entienda de rosales :) De todos modos he dado un repaso a páginas en las que se habla de la aspersión de agua como método de protección de frutales ante las bajas temperaturas creando una capa de hielo sobre toda la planta. Y desde luego las que yo he consultado da la impresión de que no es un simple mojado lo que hacen en estos casos. Tiene toda una técnica que considera caudales de agua, tiempos, tamaño de las gotas...en fin, que no parece algo tan sencillo.
También es verdad que en ese caso hablamos de protección de una cosecha. No es el caso de un rosal que suele estar en latencia ya en el momento del año en que se producen estos vendavales gélidos.
He relacionado este tema con los alimentos congelados. Os habéis fijado en la capa de hielo que presentan los pescado congelados? Bajo ella el pescado parece estar mucho menos duro, no sé si a más temperatura? Esto es lo que sucede en la naturaleza con una planta bajo el hielo? O quizás es necesario que cuando se congela el pescado decrezca rápidamente la temperatura para que el interior se conserve en ese estado menos duro que la capa externa gélida...umm No sé responder :) 

En fin, como veis he puesto entre interrogantes la propuesta de una capa de hielo sobre las ramas de nuestros rosales. En mi caso no ha sido necesario regar las ramas, ellas solitas han creado una capa de hielo porque estuvo lloviendo justo antes de empezar a nevar y la capa húmeda sobre los rosales se congeló. La lluvia duró las suficientes horas como para tener la seguridad de que las ramas se mojaron por todas partes.  Así que podré ver el efecto que se ha producido, si es que se ha producido alguna, sobre ellos una vez pasen estos días de nevadas y esta capa gélida se deshaga. 
Os contaré. Sin duda!! :)

Cuidados "extras" para los rosales en climas con inviernos muy fríos (I) Permitir que hagan semillas.

La tendencia de cualquier planta y por supuesto la de los rosales es hacer semillas para perpetuarse. Precisamente por eso una vez pasada la primera floración nos afanamos en cortar lo antes posible las rosas ya ajadas. Para que no gasten energía inútilmente en formar escaramujos sí, pero en última instancia lo que fomentamos con ello es provocar que la naturaleza propia del rosal siga intentando perpetuarse creando una nueva rosa que de cultivarse en la naturaleza daría lugar a un escaramujo que encierra las semillas.

En muchas zonas vemos rosales que siguen dando alguna flor que otra. En mi jardín aún con este tiempo y estas heladas que están cayendo todavía veo algunas flores a medio abrir, en estado lamentable, también hay que decirlo.

Durante el final del otoño y el invierno ya no deberíamos cortar esas flores cuando se pasen porque de seguir eliminando las rosas ajadas en realidad estamos provocando un poco que el rosal no entre en estado de latencia y comience a dormir. Por el contrario, al formarse los escaramujos se produce en el rosal una hormona que inhibe el nuevo crecimiento, permitiendo con ello que el rosal cierre su ciclo como decimos.
Eliminar las flores marchitas incluso en otoño e inicios del invierno fomenta que el rosal siga emitiendo nuevos brotes en su anhelo de formar nuevas rosas que le permitan la perpetuación formando semillas y ya sabemos lo peligroso que es que estos nuevos crecimientos vegetativos no lleguen a formar madera madura antes de que vengan las heladas corriendo gran peligro de que se congelen. Sería bueno por tanto, dejar estos escaramujos en el rosal tras pasarse y permitir que formen la semilla dentro de sus escaramujos. De esta manera estamos permitiendo que el rosal cierre su ciclo natural.
Según la American Rose Society podemos eliminar los pétalos de esas rosas ajadas si queremos adecentar un poco el aspecto de nuestro arriate pero no debemos cortar los escaramujos.

Es cierto que algunas rosas dan un aspecto descuidado ahí, en el extremo de las ramas, con sus pétalos deteriorados pero...también es cierto que algunas variedades forman preciosos escaramujos!!

Así que disfrutemos de los escaramujos y de paso nos estamos ahorrando algo de trabajo. Por una vez!! Un cuidado que consiste en no hacer algo...jajajja Qué bueno!! 
Ya vendrá pronto el momento en que no tengamos tiempo de tanto como hay que hacer...


Tutorial: Pomazón, cojinete, guantelino, cojín o almohadilla de dorador. Cómo hacerlo paso a paso

Son muchos los nombres por los que se conoce (guantelino, cojinete, cojín de dorador...) aunque pomazón y almohadilla de dorador son los más...