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Los Ulmus pumila se visten con frutos (sámaras) y hojas

Está claro, el jardín sale de su desnudez invernal y comienza a vestirse de nuevo. Y de qué manera tan hermosa lo hace siempre!! Muchos son los árboles que habitan en él pero ninguno de hoja caduca que tengan un tamaño suficiente como para transformar radicalmente buena parte del jardín cuando sus ramas vuelven a cubrirse de hojas como Ulmus pumila (Olmo siberiano).




Forman dos grandes masas de vegetación y ópticamente el cambio es tremendo de verlos desnudos a las estaciones en las que sus hojas cubren toda su estructura.
Los maldigo por su gran sistema de raíces muy poco profundas que recorren todo el suelo del jardín a metros y metros de distancia de los olmos y que de vez en cuando brotan cerca siempre de otras plantaciones que reciben humedad del riego. Que sistema de detección de nutrientes y agua tienen los malditos!! 
Los detesto a ratos porque si no me ando con cuidado en cuanto veo aparecer los primeros brotes cerca de algún rosal o de cualquier otro arbusto, acaban literalmente con ellos. Absorben toda la humedad que está destinada a las otras plantaciones y se apoderan con sus raíces de la tierra nutrida y húmeda que rodea la plantación hasta terminar por matar la plantación en cuestión.
Hay que cavar hasta ver el origen de la raíz que generalmente tiene unas raicillas en su extremo por dónde absorbe el agua y luego tirar de ella en dirección a dónde viene hasta cortarla alejada del arbusto en riesgo. Se produce con ello un gran surco en el suelo del jardín que luego hay que cubrir con tierra y reparar todo el desaguisado. En fin, un fastidio y un trabajo enorme!!
Pero claro, en el jardín, como en la vida, nada hay blanco o negro. Todo tiene varias facetas y matices. Y sí, son invasivos, son trabajosos, pero tienen también momentos preciosos. Ahora es uno de ellos. 
Florecen primero de forma no muy llamativa y enseguida producen sus abundantes frutos que son samaras redondeadas de aspecto como de papel con una única semilla. Casi a la vez empiezan a brotar sus hojas de un precioso borde aserrado y de verde jugoso y claro.
Los dos que crecen en el jardín son de buen tamaño, tanto que el aspecto que la zona a su alrededor tiene cambia notablemente en el momento en que dejan de estar desnudos para pasar a cubrirse de hojas. Afortunadamente proyectan su agradable y fresca sombra sobre buena parte del seto norte que recibiría si ellos no estuvieran ahí, demasiado sol.
Tienen además otros aspectos que a mí me parecen magníficos, uno de ellos también constituye un cambio visual para el jardín. El precioso color amarillo con el que se tiñen sus hojas en otoño sin duda embellece verticalmente el jardín aportando una luz increíble con sus colores y luego, evidentemente el acolchado que producen sobre las plantaciones cercanas las hojas al caer es algo que también agradezco mucho. Como vemos, no todos son desventajas!!
Pero además de proporcionar un necesario y agradable sombreado a esta zona norte del jardín durante los momentos del año de más calor, permiten cobijo y lugar para anidar a algunas aves como los rabilargos durante la primavera.
Aún está en una de sus horquillas un nido en el que llegaron a nacer dos polluelos el año pasado. Creo que se ha deteriorado mucho durante los meses en que ha estado desocupado así que no sé si este año se animarán a reproducirse usando este nido antiguo o harán otros nuevos. Ya veremos.
Es curioso el cambio de luz que se produce en cuanto estos grandes árboles se cubren de hojas. El verano pasado me decidí a poner cerca de ellos un banco de piedra de estilo muy natural precisamente para aprovechar el frescor que producen las ramas de estos dos olmos. Qué bien se está sentada en él, cubierta por un cielo lleno de ramas!!
De momento no tienen las hojas, ahora apenas hay algunas brotadas. En algunos días comenzarán a salir. Por ahora son sus sámaras (frutos) los que cubren buena parte de sus ramas. Son preciosas en esos tonos verde manzana...



Me gustan las ramas curvas y ligeramente levantadas que tienen las ramas bajas porque dibujan en el espacio una especie de trazos que son muy visibles sobre la vegetación agrisada y oscura de los enebros mucho más compactos y opacos que los olmos.
Me resulta imposible decir un árbol que carezca de belleza en algún momento. Con sus virtudes y sus defectos!! Todos conforman por sí solos un mundo dentro de otro mundo que es el jardín y en ellos se cobija, nace, crece y muere la vida. Hongos, líquenes, insectos, mariposas, aves, pequeños mamíferos... qué sería de nuestros jardines sin ellos!!





Mezcla de sustratos para plantar un Acer palmatum (Arce japonés)

Los Acer (arces) crecen de forma natural en los márgenes de los bosques al abrigo de otros árboles de mucha más envergadura que ellos que los protegen de los vientos y del sol directo. Lo hacen en suelos frescos y húmedos. Precisan para crecer en buenas condiciones de un clima frío en invierno y veranos frescos y húmedos.  Es decir, de climas templados.

En efecto, nada que ver con el clima que cuenta mi jardín en verano. Sé que no tengo las condiciones que precisa para que crezca frondoso y no sufra con la sequedad del aire y las altas temperaturas de mi verano. Pero ya sabéis lo que pasa, los vemos tan hermosos...que sí, a veces a sabiendas de que no deberías intentar cultivar plantas que no son adecuadas para tu jardín, te enamoras de ellas y lo intentas. Así que sí, es un capricho que probablemente tiene sus días contados pero ya está en mi jardín y quiero intentarlo. He sufrido la tentación de hacerme con uno dos años pero al final he caído ajjajaja 
Tengo claro que de cultivar Acer debería limitarme a especies nativas de la Península como Acer monspessulanum ( o Acer de Montpellier), Acer pseudoplatanus, Acer platanoides o Acer campestre.  que resisten la sequedad y el calor veraniego sin dificultades. De hecho tengo un pequeño Acer de Montpellier que cultivo a pleno sol y no me da problema alguno. Este primer año no ha crecido demasiado porque se está dedicando a crear un buen cepellón pero a pesar de ello las nuevas ramas presentan hojas sin quemadura alguna y mira que le da sol!! Seguramente el año que viene pegará el estirón pero en todo caso no hay que estar pendiente de él ni tiene remilgos ninguno en lo que hace al tipo de suelo. Pero bueno ya digo, a veces intentamos cultivos que presentan grandes dificultades. En fin, de fracasar en el intento tampoco me he gastado ninguna barbaridad. He encontrado este ejemplar a buen precio y eso me ha hecho animarme. 

La verdad es que no es fácil encontrar en un jardín de veranos tórridos un lugar adecuado para estos arces de otros climas. Creo que en mi jardín solo hay dos lugares en los que intentaría cultivar un arce. Uno es este bajo uno de los pinos grandes. Una zona que estoy arreglando estas semanas. El otro es en la zona central del jardín bajo la protección de una encina de buen tamaño. En esta última ubicación es dónde siempre he pensado que si tenía presupuesto  suficiente algún día quizá me dejaría tentar y plantaría uno de buen tamaño.
No tenía pensado cultivar ninguno en esta zona que muestro hoy en las fotos. Quizás porque estaba sin arreglar y no me había fijado que tiene unas horas de sol directo, las de la primera de la mañana y a eso de las once ya cae sobre esta zona una sombra moteada que podría preservar sus hojas de los rayos de sol directo. Ya veremos...

Son varias las condiciones que precisan para estar a sus anchas: como hemos dicho, veranos suaves, humedad ambiental, no recibir el sol directo en sus hojas al menos en las horas de sol más fuerte, protección del viento, protección cuando todavía es pequeño de las heladas fuertes, suelo buen drenaje, buena aireación y capacidad de retener la humedad alrededor de las raíces.

No puedo proporcionarle ni veranos suaves ni humedad ambiental. Creo que la ubicación que le he buscado es adecuada. La gran copa del pino que está sobre él lo protegerá de las heladas fuertes si se produjeran, también estará protegido de los fuertes vientos en esta zona. Las primeras horas de sol de la mañana no son las más fuertes. El aspecto que más puedo modificar es el suelo dónde crecerá. De ahí que haya hecho esta mezcla de sustratos que os muestro y que no puedo decir que vaya a funcionar ya que como digo, no he cultivado nunca un arce de este tipo en mi jardín y no puedo decir todavía sus resultados. En todo caso iré comentando su crecimiento en artículos posteriores.
He procurado hacer una mezcla que proporciones un buen drenaje y no retenga el agua alrededor de las raíces del Acer palmatum. Estos árboles no resisten tener constantemente sus raíces anegadas de agua, se pudrirían. De modo que precisamos un sustrato que permita que el agua del riego y la lluvia drene perfectamente y no produzca retenciones.
También es necesario que los materiales de los que se compone el sustrato permita pequeños espacios entre sus partículas para que el suelo esté aireado
Igualmente es preciso un suelo que absorba y retenga la humedad y no se seque rápidamente de manera que las raíces estén siempre húmedas sin estar encharcadas. Y por último, no les gusta los suelos alcalinos. Muchas de las variedades de arces crecen mejor en suelos con pH ácido.
Cabría decir que los acer emiten raíces fibrosas y bastante superficiales por lo que no les gusta demasiado la competencia de otras plantas justo al lado. Este requerimiento me ha hecho elegir justo este hueco entre las grandes piedras de esta zona del jardín.
Esta terraza, como he comentado los artículos de estos últimos días en los que os mostraba como hemos construido los bancos de traviesas y la rocalla así como la escalera que se ve en las fotos, es tierra de mala calidad procedente de hoyos de plantación. Esto me ha obligado a eliminar toda la tierra mala que he podido para proporcionar el mayor espacio posible al futuro cepellón. 

Creo que el hoyo ha quedado de buenas dimensiones.
He regado bien el contenedor antes de proceder a la plantación y por supuesto me he cerciorado del perfecto drenaje del hoyo de plantación echando una buena cantidad de agua y viendo cuánto tardaba en absorberse. No ha tardado nada, así que en ese sentido no habrá problema alguno.

Aquí están los sustratos que he usado para elaborar la mezcla: Turba rubia (con un pH entre 3/4) y tierra para acidófilas que aportarán la acidez necesaria; humus de lombriz y una generosísima cantidad de hojas de roble secas que permitirán que la mezcla esté bien aireada arena que facilitará el drenaje, y vermiculita y arcilla expandida que ayudarán a mantener húmedo el suelo. 

No he pesado ni medido las cantidades pero creo que las fotografías pueden dar una idea aproximada de las cantidades que he usado en la mezcla. Quizás lo que está más tapado es el humus de lombriz y puedo decir en este caso porque las he contado, que han sido seis paladas de las pequeñas las que he añadido a cada carretilla. De arcilla expandida ha sido la que cabe en un contenedor de los de 20 cm. De vermiculita aproximadamente igual. Más o menos lo mismo de arena. Las hojas secas de roble usadas entre las dos carretillas de mezcla que he preparado han sido las que me cupieron cuando las metí en el saco y que por cierto según iba echando en él iba prensando para que cupieran más así que en total ha sido una buena cantidad de hojas. 
La turba rubia la compro en grandes balas y viene muy prensada. Al sacarla del plástico que las envuelve sale en trozos grandes compactos y es preciso desmenuzarla previamente antes de mezclarla con otros elementos.

Una vez rotos todos los grumos se presenta como un sustrato muy esponjoso. Aquí podéis verlo en una esquina de la carretilla bajo las hojas de roble.

A continuación he añadido a la carretilla la arena, las hojas de roble, la vermiculita y el humus de lombriz. Mientras iba mezclando con las manos los elementos iba desmenuzando bien las hojas de roble. 

Cuando tenía mezclados estos elementos he añadido la tierra de castaño y a base de remover con la pala he logrado una mezcla homogénea. 

Como comprobareis es una mezcla vaporosa, ligera, con suficiente materia orgánica y que no tendrá problema alguno de compactación ni de retención de humedad excesiva. A la vez, el aporte de vermiculita y arcilla expandida ayudará a retener la humedad en la cantidad precisa sin encharcamientos.

Cuando tenía una carretilla preparada he volcado la mezcla en el hoyo y he visto que no tenía ni para empezar ajjajajaj Así que he tenido que preparar otra  carretilla con los mismos ingredientes y en las mismas proporciones para terminar de rellenar el hoyo. Buena señal porque quiere decir que mi pequeño Acer tiene de momento espacio más que suficiente para que sus raíces se expandan en un sustrato que espero sea adecuado para su crecimiento.
A continuación he sacado la planta del contenedor y he espolvoreado activador de raíces para favorecer el enraizamiento, eliminado el sobrante sacudiendo ligeramente el cepellón.

Antes de poner en el hoyo el Acer he compactado bien con las manos el suelo que lo rodea y lo he regado en profundidad. He introducido el cepellón en el sustrato dejando el nivel del cepellón muy ligeramente por debajo del nivel de sustrato de alrededor. 
Y he finalizado con un riego a conciencia para que el suelo se humedeciera en profundidad.

Mañana pondré sobre este suelo un buen acolchado que proteja las raíces del calor, del sol y que mitigue un poco la pérdida de humedad. 
Y ahora a ver qué ocurre :) Evidentemente habrá que estar muy muy al cuidado de que en ningún momento este suelo se seque. Esto es de importancia capital. Mantener las raíces de los arces de este tipo siempre húmedas es absolutamente necesario. A ver si logra pasar este agosto que es lo más duro que queda del verano y durante el otoño comienza a arraigar... eso espero. Lo que estaba en mis manos lo he hecho, a ver si él pone de su parte y se comporta :P


Olmo siberiano (Ulmus pumila)

En pocos días han brotado mis olmos siberianos (Ulmus pumila). Qué rapidez!! Apenas sacan las hojas y ya están cuajados de sámaras (los frutos). Ahora que comienzan a subir las temperaturas vierten sobre el seto norte su sombra no demasiado espesa. Proyecté este seto teniendo en cuenta la frescura que aportan los dos olmos cercanos a él protegiendo algunas plantaciones del sol del mediodía, cosa que les irá estupendamente. 
Tienen ya sus años y han alcanzado una buena altura. Son árboles maduros ya que indudablemente tienen sus inconvenientes. Todos las conocemos: sus raíces agresivas se extienden superficialmente a metros y metros de distancia del tronco. Detectan la presencia de agua y hacia allí se encaminan. De vez en cuándo, en cuanto veo brotar del suelo sus brotes,  tengo que desenterrarlos y arrancarlos junto con la raíz lo mejor que puedo, de lo contrario se apoderan de los cultivos cerca de dónde brotan.

Pero como otros árboles en mi jardín, no me gustaría prescindir de ellos. Aportan verticalidad con su gran envergadura ya; refrescan la zona con su sombra y en otoño adquieren bonita coloración. A lo que hay que añadir el gran volumen de hojas que utilizo para acolchar el suelo de los setos tras su caída.

No son árboles espectaculares, pero tienen sus encantos. Sus ramas inferiores se extienden horizontales sobre los arbustos y trazan sobre ellos curvas que me parecen preciosas. Por no hablar del sonido que produce el viento al moverlas!! 

Justo en estos días es cuando más me gustan. Con sus ramas cuajadas de sámaras (frutos alados, con forma que hace fácil su transporte por el viento) en racimos...a miles!! No duran mucho así, no tardando caerán secas sobre el suelo, con aspecto y tacto de papel.

Tenía mis dudas en la identificación y afortunadamente cuento con amigos especialistas a los que no hay planta que se les resista ;) En este caso ha sido Héctor Hernández Zapata quién me ha identificado los olmos como Ulmus pumila u Olmo siberiano.
Por cierto, Héctor lleva una página, "Autóctonas en el jardín" que os invito a visitar por lo interesante de su contenido. Una página que hace un recorrido por esas plantas que deberíamos utilizar con más frecuencia en nuestros jardines. 
Por lo que se ve son los único resistentes a la "Grafiosis" una enfermedad que afecta a los olmos autóctonos y que se transmite a través de un insecto coleóptero, la "galeruca del olmo" (Galerucella luteola) que perfora y roe las hojas produciendo su defoliación de forma prematura. 
Én esta imagen de Didier Descoues en Wikipedia puede verse  el "simpático" bichito que, transportando adheridas las esporas del hongo en su cuerpo las va diseminando por todo el árbol.
Bien, pues parece que los olmos siberianos (Ulmus pumila) tienen cierta resistencia a esta enfermedad afortunadamente. Yo no he apreciado síntoma alguno en los míos. Todo lo contrario, gozan de una salud enviable!! 

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