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Abonos orgánicos para los rosales vs. fertilizantes químicos

El otro día, en el artículo "Fertilizar o abonar nuestros rosales. Nociones generales" hablábamos en general de esta cuestión tan importante para la salud de nuestras plantas.
Quizás es preferible centrarse hoy en los abonos orgánicos o naturales comparando sus características con los abonos químicos y dejar para siguientes artículos el tratamiento de las distintas formas de aplicación de estos abonos y el ver con más detenimiento y de forma individual y concreta algunos de estos fertilizantes como la harina de huesos, el extracto de algas, la harina de pescado, etc… Son muchas los productos, formas de aplicación, momentos, etc y probablemente se haría demasiado extenso este artículo.
Aclaremos términos.

Se produce entre nosotros, los aficionados a la jardinería, una gran confusión en este tema de los fertilizantes. El mercado nos ofrece infinidad de productos que pueden ser espolvoreados, agregados, pulverizados, regados…productos en una gran diversidad de formatos, polvo, pellets, gránulos, líquidos… se nos habla de acondicionadores del suelo, de mantillos, de enmiendas, de nutrientes. Todos ellos son fertilizantes?
Cuando hablamos de fertilizantes estamos refiriéndonos a un material que agregamos al medio próximo dónde crece una plata, que le afectará directamente proporcionándole nutrientes específicos. Nos referimos a productos que garantizan la presencia de los porcentajes de los nutrientes de los que informan en su etiqueta (NPK).
Hay  que aclarar pues que, aunque estos abonos orgánicos sobre los que tratamos en este artículo aportan indudablemente materia orgánica al suelo, no hay que confundirlos con lo que entendemos como “enmiendas del suelo”. El compost, el estiércol bien curado, las hojas trituradas, los recortes del césped, la madera de las podas pasadas por la trituradora…serían ejemplos de enmiendas. El aporte de ellos sería en cantidades muy superiores a las que hacemos de los compuestos orgánicos que estamos tratando hoy.



Las enmiendas. Cuando lo que agregamos al suelo son materiales que mezclados con él favorecen indirectamente el crecimiento de la planta mediante la mejora de la estructura del suelo, su textura, la retención de agua, la actividad microbiana, no estamos hablando exactamente de fertilizantes aunque en su composición, indudablemente, tengan nutrientes.

Los acolchados, mulching, coberturas del suelo…pueden ser materiales orgánicos o inorgánicos que se colocan sobre la superficie del suelo que ayudan en la lucha contra las malas hierbas, favorecen la conservación de la humedad del suelo y, a la larga, en algunos casos, añaden materia orgánica a medida que se descomponen en este suelo (compost, mantillo, estiércol, etc.)
Para ser rigurosos (aunque por comodidad y costumbre no lo somos) deberíamos tener claro que las plantas fabrican sus propios alimentos que son los azúcares e hidratos de carbono mediante la utilización del agua, el dióxido de carbono. En cambio seguimos diciendo que aportamos “alimentos” a las plantas. Al aportar fertilizantes al suelo, estamos añadiendo productos para complementar los que en el suelo suele haber de modo natural y que las plantas utiliarán para fabricar su propio alimento.
Dicho esto, como generalmente hablamos de forma coloquial y tendemos a ser seres de costumbre, seguiremos usando la misma expresión pero es bueno tener claras las cosas. Verdad?  J
Los abonos orgánicos o naturales son sustancias que aplicadas al suelo, modifican su estructura e  incrementan su fertilidad aportando los nutrientes que las plantas precisan. Los hay tanto de origen vegetal como animal. Y su aportación de alimentos de los rosales no es inmediata si no que precisa de la intervención de microorganismos del suelo que son los que los “elaboran” poniendo a disposición del rosal los nutrientes presentes en ellos. Su actuación es por ello de liberación lenta, no inmediata.
Los abonos químicos por el contrario están fabricados por el hombre y se trata de formulaciones o compuestos que proporcionan (generalmente) de una manera inmediata alimento a los rosales y también en mayor proporción en macronutrientes que los abonos orgánicos.
Los rosales distinguen entre los unos y los otros?
Está claro que no. A un rosal le da igual que el nutriente que precisa esté puesto en el suelo en forma de abono orgánico o químico. Pero claro, esto siendo verdad, no es una verdad completa. Veamos el asunto con algo más de detalle.
Veíamos en el artículo anterior sobre fertilizantes que los rosales precisan principalmente de tres macronutrientes, nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K). Las proporciones que un abono contiene de estos elementos están indicadas en las etiquetas de los envases y están indicados siempre en el mismo orden.
Lo ideal es proporcionar a los rosales un fertilizante equilibrado, que contenga al menos estos tres macronutrientes y a ser posible algo de los nutrientes secundarios (Calcio, magnesio y azufre). Si tiene además algún micronutriente (o elementos traza) como boro, zinc, hierro, etc Miel sobre hojuelas!! Evidentemente no todas las plantas precisan de las mismas proporciones de cada uno de estos elementos. En concreto para los rosales parece ser que una mezcla equilibrada sería tendría el siguiente porcentaje de macronutrientes NPK 6-12-6. Es decir, 6% de nitrógeno, 12 % de fósforo y 6 % de potasio. Es decir, una proporción entre PNK de 1:2:1
La aportación de todos este alimento necesario para que nuestros rosales crezcan felices podemos hacerlo usando un tipo u otro de fertilizantes, orgánicos o químicos. Cada uno tiene sus ventajas y también sus inconvenientes.
A nosotros, como jardineros, nos corresponde valorar los pros y los contras del uso de ellos y en última instancia decidirnos por usar un tipo u otro. J
El uso de fertilizantes orgánicos sale con ventaja si lo comparamos con los fertilizantes químicos en varios aspectos. Pero para ser justos también deberíamos mencionar algunos aspectos en los que pudiera tener algún inconveniente o desventaja. De esto queremos tratar en este post de hoy.


Modo de actuación: liberación lenta o rápida.
Si tienen una ventaja clara los fertilizantes orgánicos con relación a los químicos es precisamente su modo de actuación. Los abonos orgánicos se liberan lentamente durante un período largo de tiempo, permaneciendo en él más tiempo que los abonos químicos. Pero hay que decir que su efectividad dependen de la actividad previa de los organismos presentes en el suelo que son los que “rompen” las moléculas de estos abonos liberando los nutrientes que contienen y solo entonces, tras la actividad de gusanos, bacterias y microorganismos del suelo, se presentan disponibles para que el rosal los use en su alimentación.
Aportar los abonos en cualquier momento no es eficaz. El suelo debe estar atemperado y húmedo para que los microorganismos actúen sobre estos materiales y hagan su trabajo sobre ellos de modo que pongan a disposición del rosal los nutrientes cuando la planta los precisa. Es por tanto importante hacer las aportaciones de los abonos orgánicos al inicio de la temporada, en el momento de la poda o muy poco después.
Serán mucho más eficaces si sobre ellos ponemos una capa generosa de mantillo o compost, incluso de estiércol bien maduro si no disponemos de compost. Esta capa es el material idóneo para crear bajo ella las condiciones de humedad y calidez adecuadas para facilitar la labor de insectos y microorganismos del suelo.
En todo caso, tengamos en cuenta que cuánto más altas sean las temperaturas más se acelerará la conversión de estos materiales en nutrientes disponibles para los rosales.
Es cierto que para algún jardinero con tendencia a lo “práctico” puede que los abonos orgánicos le parezcan de difícil control comparándolos con los químicos. Y en cierta medida tendrá razón. Los fertilizantes típicos de las bolitas azules sabemos que proporcionarán de modo casi instantáneo los macronutrientes necesarios a nuestros rosales. Son cómodos, la mezcla viene hecha sin que tengamos que preocuparnos en pesar ni en mezclar. Abrimos la bolsa, tomamos un buen puñado y esparcimos por el suelo bien regado previamente. En cuestión de muy poco tiempo los nutrientes estarán a disposición de los rosales.
Por el contrario aquellos que usamos abonos orgánicos debemos ser conscientes de que entre la aplicación de las sustancias y el momento en que los nutrientes están disponibles para los rosales debe pasar un tiempo. Y este tiempo dependerá de variables que son más difíciles de medir de forma exacta o cuando menos son menos controlables. Como dijimos arriba, el suelo debe estar húmedo, atemperado y las temperaturas externas no deben ser demasiado bajas. De lo contrario, los abonos orgánicos no serán “activados” ya que los microorganismos que los ponen a disposición de las plantas no actuarán en estas condiciones.
Pero sí, es cierto, si de lo que se trata es de un aporte rápido y concentrado de macronutrientes, sin duda los abonos orgánicos cumplirían mejor esta función. J
La experiencia de los jardineros que llevan años usando los fertilizantes naturales indica que un buen momento para su aplicación sería tras la poda.
Aprovechado este trabajo, con el suelo alrededor de los rosales retirado el acolchado y limpio de hojas y restos del trabajo de poda sería un momento estupendo agegar este tipo de abonos en su primera aplicación de la temporada (siempre que no se trate de rosales recién plantados y que aún no dieron su primera floración) Un riego en profundidad antes de su aplicación y una vez distribuido alrededor del arbusto los abonos requeriría un trabajo muy somero de la tierra que facilitará que se incorporen con mayor rapidez al suelo. Con un segundo riego y la colocación de la capa de compost encima como acolchado terminaríamos el trabajo de abonado.
Dosis de nutrientes en proporciones altas o bajas.
Los abonos orgánicos actúan lentamente, poniendo a disposición de los rosales los nutrientes en dosis bajas. Siendo por tanto bastante difícil quemar por sobredosis con ellos las raíces.

Pero de otra parte cuentan con otra ventaja adicional y es que no se filtran tan rápidamente hacia la parte inferior de suelo como les ocurre a los químicos permaneciendo a disposición de las raíces durante más tiempo.
La lixiviación puede ser un problema grave cuando usamos fertilizantes químicos, dejando la zona de raíces sin nutrientes en el mejor de los casos y acumulando sales en las zonas profundas del suelo en el peor. No hace falta mencionar también el peligro de contaminación de aguas subterráneas cuando esto ocurre.
Un suelo sano es la primera condición para el cultivo de rosales sanos.
No podemos pretender lograr tener un suelo rico, suelto, aireado, permeable, con estructura adecuada, con una buena retención de humedad y a la vez que drene correctamente evitando encharcamientos, con abundante presencia de lombrices y microorganismos que ayudan a aportar nutrientes a nuestras rosas si sólo aportamos abonos químicos.
Una estructura de suelo saludable y un pH correcto es tan importante como la aplicación de fertilizantes a la hora de prevenir deficiencias nutricionales y a la larga de enfermedades y plagas en las rosas.
El uso de fertilizantes orgánicos mejora la estructura del suelo cosa que no hacen los químicos. Los gusanos y microorganisos beneficiosos precisan de algún tipo de material orgánico para nutrirse y mantenerse sanos y para ello es necesario hacer aportaciones constantes de enmiendas y de abonos orgánicos (o químicos, si es que estamos dispuestos a usarlos).
Los abonos orgánicos no solo nutren los rosales, también nutren el suelo, lo mejoran, aportan materia orgánica y modifican su estructura. Y ello porque en sí mismos constituyen materia orgánica. Sustancias absolutamente necesarias para que el suelo permanezca vivo, lleno de microorganismos que facilitarán que los rosales puedan disponer de los nutrientes presentes en el suelo muchas veces pero en condiciones que no les permiten absorberlos.
El medio ideal  para el cultivo de los rosales es un suelo cuidado, enriquecido y con las enmiendas necesarias. Se trata de un suelo esponjoso, que precisa menos riego porque retiene mejor la humedad; dónde las raíces crecen con facilidad porque es un suelo sin compactaciones. Es un suelo desmenuzable, relativamente oscuro en color, olor a tierra, lleno de microorganismos y lombrices de tierra, un suelo con muchos nutrientes y un pH entre 6,5 y 7,5. Jejeje Este sería el paraíso para crecer casi cualquier planta, no solo los rosales J
Añadir abonos naturales y enmiendas como compost o estiércol bien maduro regularmente hace que nuestro suelo presente una textura esponjosa, con espacios entre sus partículas suficientes para albergar aire y agua de fácil acceso para las raíces.

El aporte puntual y comedido de los abonos químicos no es que sea radicalmente negativo pero pretender cultivar de forma saludable los rosales en un suelo sin nutrir orgánicamente nunca, sin aportarle materia orgánica ni nutrientes para la microfauna… es bastante complicado!! El uso exclusivo y constante de este tipo de fertilizantes provoca que  a la larga se pierda la materia orgánica y que decrezcan los organismos vivos tan importantes para construir un suelo de calidad. En este proceso el suelo va perdiendo su capacidad para retener el agua y al aplicar estos fertilizantes químicos cada vez más cantidad se lixiviará filtrándose a través del suelo hacia las capas profundas dónde las raíces del rosal ya no tendrán acceso a ellos.

Un asunto que no puede esperar y una responsabilidad de todos: la preservación del medio ambiente.
El proceso para la fabricación de los fertilizantes químicos depende del uso de energías no renovables.
Sin embargo no nos engañemos, las normas legales que en cada país hay para distinguir los fertilizantes orgánicos de los químicos son a veces complejas por lo que no siempre se puede estar seguro que cuando adquirimos una mezcla con la etiqueta de “orgánico” realmente podemos estar seguros de que todos sus componentes son orgánicos. Aquellos preparados que son ofrecidas como mezcla de abonos orgánicos con porcentajes NPK superiores a 15 podrían ser sospechosas de contener en su composición productos que no son orgánicos ya que sabemos que los fertilizantes naturales rara vez ofrecen porcentajes altos de macronutrientes.
Un abono es equilibrado si cuenta con la proporción de nutrientes que los rosales precisan.
En sí mismos y por separado muchos de los fertilizantes orgánicos a nivel de nutrición no son equilibrados. Expliquemos esto. Es decir, sus aportaciones de los tres macronutrientes, Nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (N) son de lo más variables y a veces descompensadas como constituir de ellos de forma única un abono completo que sacie las necesidades nutricionales totales de los rosales. De hecho los preparados orgánicos a la venta son mezcla de varios de estos materiales precisamente para que “el conjunto” contenga proporciones de los tres elementos.
En este sentido, indudablemente, los abonos orgánicos no presentan la facilidad y rapidez de manipulación que tiene los productos químicos cuyas mezclan vienen ya preparadas listas para su uso.
A pesar de ello, podemos conformar nosotros mismos un “abono más equilibrado y específico” sumando la acción de varios fertilizantes naturales elaborando “recetas” que le den a nuestros rosales lo que consideramos que precisan en cada momento y logrando preparados bastante equilibrados que cuenten con todos los nutrientes necesarios.
Y lo que es una desventaja en principio puede convertirse en lo contrario si pensamos que en cada momento de la temporada, en los que los rosales van precisando más de unos macronutrientes (también de nutrientes secundarios y elementos traza) que de otros, tener la posibilidad de aportar al suelo aquella sustancia que en un momento dado sabemos que precisará la planta a la larga es un sistema de abonado mucho más específico y adaptado a las necesidades de nuestros rosales.
En el siguiente artículo podemos ver qué elemento nutricional aporta en mayor proporción algunos de estos abonos orgánicos y comprobaremos como con la suma de varios podemos lograr formulas bastante compensadas.
Un asunto que no carece de importancia: el económico.
Como todo, esto también es relativo porque si bien es verdad que los abonos orgánicos son bastante más caros que los químicos también deberíamos pensar que éstos permanecen mucho más tiempo en el suelo liberando sus nutrientes y que a la larga nos ahorran problemas de salud si comparamos con un uso exclusivo de abonos químicos.
Este uso exclusivo de fertilizantes químicos conlleva una serie de problemas de salud del suelo y de las plantas cuya resolución pasa por la aplicación de ciertas técnicas jardineras y aportaciones de otros productos que no son precisamente gratis o al menos llevan tiempo y trabajo realizarlos. Esto también hay que valorarlo en favor de los abonos naturales.
En otros países llevan años usando estos productos y su conocimiento está mucho más extendido que en nuestro país. Sin duda España, desgraciadamente, no es un país donde el uso de fertilizantes naturales sea generalizado. Ello hace que al no haber una demanda excesiva tampoco haya una oferta de parte de viveros y establecimientos del ramo dónde sea fácil su adquisición. Y cuando están a la venta tienen a veces precios prohibitivos.
En esto, como en otros aspecto de la jardinería, imagino que el tiempo, la información creciente que vamos teniendo los jardineros, nuestra concienciación con relación al medio ambiente y la necesidad de preservar la naturaleza…hará que nuestras prácticas vayan cambiando y ello a su vez producirá un cambio en la oferta que los establecimientos pondrán a nuestra disposición. Soy optimista en este sentido y creo que en la medida en que la demanda vaya incrementándose, también habrá más competencia entre los vendedores lo que redundará en beneficio del precio que deberemos pagar por ellos y la facilidad para su adquisición.
No obstante decir que algunas enmiendas y abonos orgánicos, igual que algunas variedades de plantas que no las encontramos aquí en España, están disponibles en páginas web especializadas y aunque es cierto que hay que pagar algunos euros en portes, si pedimos cantidades que no nos obligue a hacer pedidos frecuentes, no sale excesivamente caro.
Incluso pienso que sería buena idea intentar ponernos de acuerdo varios jardineros para hacer pedidos conjuntos que abarataran los portes. Yo estoy estaría encantada de ponerme de acuerdo con algunos de vosotros cuando tenga que hacer un pedido de alguno de ellos.
Ya no solo por el bien que hacemos a la naturaleza al reciclar la materia orgánica, si no por nuestro propio bolsillo, deberíamos concienciarnos de las bondades de hacer nuestro propio compost.
En el otro artículo comenté el hecho de que esta temporada pasada he logrado obtener un metro cúbico muy largo de un maravilloso compost que me ha dado de sobra para acolchar todos los rosales y aún tengo para algunos bancales de mi pequeño huerto. Y ya tengo lista la otra compostera en la que probablemente para otoño tenga una cantidad semejante.
Esta primavera/verano trataré de reunir los materiales precisos para poder “producir” dos composteras completas cada año.
Es cuestión de estar un poco al tanto. Césped de los jardines de vecinos que no lo usan; serrín de aserraderos si tenemos seguridad de que no son maderas tratadas; los restos de nuestras propias podas pasadas por la trituradora; los posos del café que podemos pedir que nos reserven en bares o cafeterías (yo lo hago y no os imagináis la de bolsas que te dan!!); la adquisición de una bala de paja que nos pueda cobrar gente que se dedica a cuidar ganado los que vivimos en el mundo rural y nos resulta fácil dirigirnos a ellos; pedir los restos de la fruta y verdura estropeada en los puestos de verdulería del mercado; los restos de nuestra propia huerta cuando la desmontamos al finalizar la estación; el cartón y papel sin tinta que usamos nosotros o nos den amigos y familiares; la ceniza de nuestra propia chimenea (o una vez más la de amigos y vecinos. Qué majos ellos!! :P   ); el estiércol que gustosamente y sin cobrarte a veces nada te permiten coger los lugares de cuidado de caballos; un paseíto por el bosque con algunas bolsas de jardín en la mano para recoger hojas secas en otoño además de hacer algo de ejercicio nos posibilita traernos un buen material para nuestras composteras :P; incluso los jerséis viejos de pura lana troceados previamente, claro…
En fin, sí, está claro que hacerse de un modo gratuito con cierta cantidad de algunos materiales orgánicos para hacer el compost es algo que requiere algo más de trabajo que ir a una gran superficie y comprar unas bolsas de fertilizante de bolitas azules. Sin duda!! Pero no siempre lo más cómodo es lo mejor para el medio ambiente y para la salud de nuestras plantas.
Dejemos constancia aquí también de un grave problema que a todos nos afecta: la contaminación de las aguas y del aire con emisiones de nitratos que a su vez puede perjudicar la vida del hombre y la de los animales y la del medio acuático. Mucho tiene que ver con el uso masivo de los fertilizantes químicos!!
No hay duda de que las emisiones de la atmósfera de nitratos es superior con creces de parte de los abonos químicos. Para la elaboración de los orgánicos se reciclan materiales orgánicos y por tanto son mucho menos contaminantes para el medio ambiente siendo su impacto mucho menor que el de los químicos salvo que se utilicen en cantidades muy masivas y concentradas.
Los abonos orgánicos por muy beneficiosos que sean para el suelo no son inocuos.
Queremos por último, advertir sobre un hecho que quizás es obvio pero que en ocasiones pudiera no caerse en la cuenta de él. Estas sustancias son naturales, estupendas para nuestro suelo y beneficiarán enormemente a nuestras rosas pero no por ello debemos descuidar nuestra propia salud y seguridad a la hora de su manipulación.
Su manejo precisa del uso de guantes y mejor aún con mascarilla, y al igual que cualquier otra sustancia no conviene inhalarlas, ingerirlas o mantenerlas al lado de niños y mascotas.

Más no siempre es mejor!!
También, al igual que como con cualquier otro producto, conviene siempre leer muy bien las instrucciones del fabricante y ceñirse a las dosificaciones que indiquen en sus etiquetas.
Por último, aconsejar que antes de cualquier aplicación de estos productos, sean orgánicos o químicos, deberíamos saber, aunque no contemos con un análisis profesional de nuestro suelo, al menos sí qué tipo de suelo tenemos en nuestro jardín y por supuesto medir su pH. Esta información es imprescindible para tener al menos una idea de en qué "dirección" debemos hacer las rectificaciones o aportaciones a nuestros suelos. El tipo de suelo y su acidez o alcalinidad determinarán sus necesidades en buena medida.
Me gustaría tratar en próximos artículos de manera algo más detallada las características de algunos de estos abonos orgánicos, sus aportaciones en lo que hace a porcentaje de nutrientes concretos, los modos y momentos de aplicación que parece que convienen más, incluso alguna “receta” con cantidades de las que resulta una mezcla bastante equilibrada de nutrientes. Espero que este tema siga siendo de vuestro interés y os invito a leer los próximos post en preparación.
De nuevo muchísimas gracias por vuestras visitas a este blog, por los muchísimos correos con palabras amables que recibo, por las consultas que en ellos me hacéis a pesar de que para responder algunas no estoy en disposición del tiempo que requerirían,…porque eso en definitiva es lo que le da sentido a un blog, saber que tras tus líneas hay lectores a los que le interesa lo que escribes.
Un saludo amigos y feliz fin de semana!!

Limpieza del huerto para las plantaciones de invierno y abonado de bancales

El tiempo se me va echando encima pero son varios los trabajos que voy afrontando así que tengo que ir compatibilizándolos para ir avanzando un poco en cada tarea.

Hace ya semanas que tenía que haber retirado las poquísimas matas que estuvieron en los bancales durante el verano. Ya ha helado y aunque algunas como los pimientos o berenjenas estaban vivas todavía ya no producían hortalizas que pudieran cosecharse. Lo mejor es retirarlas y echarlas a la compostera dónde seguirán dando su "utilidad". También hay que retirar tutores, mallas, etc. En fin, en definitiva, dejar el huerto listo para las plantaciones de invierno (Ajos, habas, guisantes, coliflores, lombardas, repollos, lechugas...)


Después de los estupendos resultados obtenido esta primera vez que he hecho compost, ya no se me ocurriría desperdiciar ni una rama de perejil!! jejeje Mirad mi estupendo compost pinchando aquí si queréis :) Un metro cúbico largo de estupendo, natural, saludable y gratis abono para el jardín!! Os animo de verdad a hacerlo. No llega casi trabajo como no sea el moverlo de vez en cuando y hasta hay quién ni siquiera lo mueve ya que se vale de un artilugio en forma de pincho con espiral que hunden en el montón y ayuda a moverlo. Así que no hay disculpa que valga!! A aprovechar retos de cocina y del jardín y disminuir la cantidad de basura que generamos!!
Yo creo que me sobrará bastante compost tras acolchar los rosales del jardín así que podré incorporar un poquito en los hoyos de plantación cuando ponga los planteles en los bancales la próxima primavera. Qué satisfacción abonar y enriquecer nuestro suelo con una materia prima elaborada por uno mismo. Verdad? 


He retirado todas las pocas plantas que quedaban en los bancales. Había que retirar también las raíces de las hortalizas que crecieron en ellos la temporada anterior.  
Este verano, para paliar la evaporación de la humedad del sustrato de los bancales puse un acolchado de paja que ha ido compostándose a lo largo de estos meses. He decidido no retirarlo si no más bien incorporarlo al sustrato, aportará aireación y hará un suelo más esponjoso y mullido que favorecerá el crecimiento de las raíces de las hortalizas que crezca este invierno y la próxima temporada.

No tengo experiencia suficiente así que casi prefiero pecar por exceso que por defecto. Digo esto porque en mis bancales han crecido hortalizas si, pero no sé hasta qué punto han dejado el suelo desgastado de nutrientes. No quería arriesgarme a que la próxima temporada los bancales no sean productivos por tener un suelo empobrecido.
Así que mientras he ido removiendo bien la tierra para airearla la he abonado incorporando un poco de estiércol y como también tenía una bala de paja pensé que no estaría mal  poner un poco junto con el estiércol.


Así que he dejado los bancales como cuando comencé el año anterior, limpitos,y bien nutridos, con la tierra bien aireada, y con bastante materia orgánica!!
Me encanta ver estos bancales con este sustrato tan estupendo :) 

Así quedó el huerto. Adecentado pero algo desolado. Está mucho más bonito cuando en los bancales rebosan las hortalizas!! Bueno... pasará el invierno y volveremos a verlo verde no tardando mucho. Por hoy, trabajo terminado!! ;)




Nuestras compostadoras de palets (III) Los detalles y las cuentas..

Bueno, por fin!! Damos por terminadas las dos compostadoras. Las comenzamos hace ya un tiempo pero son tantos los trabajos que afrontamos en el jardín que vamos intercalando unos entre otros según tenemos los materiales, las ideas y a veces, por qué no? Las ganas!!
Estaban ya a falta de los detalles. Si alguno quiere ver el proceso de su construcción estos son los dos enlaces:
En este primero explico el diseño y la construcción
En realidad ya están en uso y por lo que estoy viendo la cosa va funcionando. El montón va reduciéndose conforme incorporo más materia y aunque no he vuelto a tomar la temperatura exacta, está claro que está compostándose. Echa humito y está claramente caliente. 

Bueno, a lo que estamos!! Es verdad que podrían haberse quedado sin estos últimos detalles pero están mucho mejor así. A ver, estos son los que hemos ido poniendo:
Unas pequeñas escuadritas que anclan las compostadoras a los bloques que hacen los efectos de cimentación. De esta manera las compostadoras no se desplazan ni hacia delante ni hacia atrás con la fuerza que pueda ejercerse al remover el contenido.

Comprobamos que según íbamos incorporando material a las compostadoras, los laterales se iban separando un poco hacia los lados debido al peso. Se nos ocurrió que poner en la base de los dos laterales esta especie de "pestillos" (no sé cómo se llaman) podría solucionar el problema. Y así ha sido, sujetan los laterales a la cimentación y aunque hemos seguido llenado con más material, los laterales permanecen en su sitio sin abrirse.

Y por último el techo: Ayer pedimos que nos cortaran un tablero aglomerado hidrófugo. Lo hemos comprado tratado porque la diferencia de precio era muy pequeña y siempre estará más protegido teniendo un buen tratamiento que sin él.
Estábamos dispuestos a pagar algo más pero vimos en un rincón, de oferta, unas cuantas placas onduladas precisamente del color que queríamos. Verdaderamente baratas, a 5 euros, así que aunque estaban dañadas en uno de los frontales, teniendo en cuenta que son de 200 cm de largas y que para cubrir las compostadoras precisamos aproximadamente 150 cm, pues simplemente hemos eliminado la parte dañada y nos han salido baratísimas.

Al poner el tablero sobre una de las compostadoras comprobamos que se doblaba muy ligeramente por el peso así que unos listones atornillados en su perímetro y en el medio han evitado que esto ocurra proporcionándole rigidez.
Ayer se me ocurrió que quedaría más bonita si debajo de la placa ondulada se veía una especie de frontal de madera y la verdad es que nos ha venido bien para este fin pero también para que el tablero no se curvara. 

Así ha quedado las tapas por abajo;

Y ahora solo quedaba anclarlas a las compostadoras con bisagras
Y, por último, cortar la placa ondulada y coserla al tablero con tornillos apropiados (cuentan con una arandela de goma para que no penetre el agua). 

Mañana pondremos un listón en el lateral que mantenga las tapas abiertas sin sujetarlas con las manos, para cuando sea preciso remover o meter material.


Otro trabajo terminado!! Qué gusto!! Yo creo que han quedado estupendas. Son sólidas, amplias, cómodas... y por si alguien curiosidad por los gastos. Aquí está un desglose de cuales han sido.
Los palets han sido gratis, como expliqué en la primera entrada sobre estas compostadoras, en mi trabajo tengo unos compañeros que valen su peso en oro y me los han proporcionado sin pagar un solo euro.
También nos han salido gratis los bloques de hormigón que hemos usado a modo de cimentación. Estaban en el jardín medio abandonados a la espera de que si no nos valían para nada ir a un punto limpio del Ayuntamiento. Pero al final, aquí los hemos utilizado.

En total, aproximadamente porque no hemos llevado la cuenta exacta de tornillos y algún listoncillo que no está incluido (es posible que haya sido más de 3 euros, puede que 6?) pero en torno a 93/96 € las dos compostadoras completas. Por ese precio no se compran algunas de las que venden de plástico que son mucho más feas, más pequeñas y mucho menos prácticas. 
Es verdad que habría que incluir el muchísimo trabajo que han llevado. Sí...pero, vamos a lo de siempre: qué satisfacción hacerte las cosas a tu gusto, con los detalles y medidas que necesitas!!

Hoy he hecho mi primer montón de compost con estos materiales

Llevo ya un tiempo acumulando materiales para hacer mi primera pila de compost. Hoy por fin la he montado. Me siento un poco como la primera vez que hice un bizcocho!! jajaja Sabía los ingredientes, sabía el orden, sabía el proceso pero todo eran dudas: Muchas harina? Poca? Más batido, menos? Horno por arriba? Por abajo?
La verdad es que tendré que leer bastante sobre el proceso de compostaje porque mis conocimientos a respecto son bastante básicos. Espero que suficientes para que el resultado de esta primera experiencia no me desanime a ir perfeccionando la forma de hacerlo y las proporciones de los materiales durante las siguientes veces que elabore un montón. Con este "equipaje" me he atrevido a hacerlo por primera vez con bastante optimismo (ya tendré oportunidad de que se esfume ejjeje):
Como digo tengo unas nociones básicas sobre el proceso. Con toda seguridad tendré que cambiar las proporciones de los materiales utilizados, aprender a saber cual es la cantidad correcta de agua que debo añadir al formar las distintas capas del montón. Seguro que habré cometido más de un error pero bueno, esta es la primera vez y ya tendré oportunidad de ir aprendiendo y rectificando lo que se preciso.
Llevo algún tiempo reuniendo materiales y preparándolos. La procedencia de ellos es bastante diversa y ando como una "basurera" trayéndolos de todas partes jajajaj
En mi lugar de trabajo me permiten recoger las bolsas del césped cuando lo siegan. Cuando lo traje lo extendí sobre el suelo del jardín durante unos días durante los que lo he movido alguna vez para que se fuera secando un poco.
Entre ayer y hoy he pasado por la biotrituradora las ramas de las arizónicas que hemos cortado estos días. Por cierto, qué aroma tan agradable desprenden cuando se cortan!!
Qué maravilla de máquina!! Estoy contentísima habiéndome decidido a adquirir una. Me parece impensable cortar con unas tijeras podadoras los restos de la poda. Estas máquinas facilitas y permite el aprovechamiento de un material tan abundante en un jardín y que de otra forma sería una lástima tener que desprenderse de él sin utilizarlo. Fijaos como queda la madera. No la secciona limpiamente, si no que su sistema de corte lo que hace es machacarla un poco, los trocitos quedan abiertos por a corteza así que será más fácil que se composten. 
Además de para hacer compost tengo pensado utilizar estos restos de poda triturada para el acolchado de las plantas. Es un material idóneo para este fin!!
También he ido llenando bolsas con las hojas caídas en el jardín, con las que me dan en el vivero de mi pueblo y otras que he recogido en el jardín contiguo que es de un familiar que me permite acceder a él.
En el bar de mi centro de trabajo hay una chica y un chico encantadores  y tan amables que me guardan todos los posos del café que elaboran en el bar. Agradezco enormemente esta deferencia que tienen conmigo. Gracias, guapos;) !!!
He ido guardando también la ceniza de la chimenea. 
Contaba con corteza de pino que también he utilizado en la formación del montón
Como ahora hace bastante frío he podido guardar los restos vegetales que se han ido generando en mi cocina sin que produjeran malos olores. 
Mis conocimientos son tan elementales que podría resumirlos así:
La acción de miles de organismos y microorganismos es lo que da lugar al compost degradando la materia orgánica que inicialmente introducimos en la pila o montón hasta que se convierte en humus, es decir, un material que sí es asimilable para las plantas.

El proceso consta de varias fases en las que la ventilación, la temperatura y la mezcla de materiales es determinante para que la pila no se convierta en una masa putrefacta y produzca malos olores.
  • Fase de latencia y crecimiento durante la que las bacterias se alimentan de los restos de los que se compone el montón. Actividad alimenticia que provoca el ascenso de la temperatura hasta unos 45º de forma progresiva. Durante esta fase debido a la liberación de ácidos por parte de los microorganismos,  el material va tomando un pH más bajo, es decir, el medio se tornará más ácido. Generalmente esta fase dura unos 15 días.
  • A continuación viene la fase termófila durante la que se desarrollan hongos y bacterias que estaban en estado latente y que viven en medios con temperaturas entre los 45 y os 75º. En esta fase los materiales se esterilizarán eliminándose los patógenos, así como semillas y larvas que pudieran contener. Poco a poco, según va menguando la disponibilidad de alimento también va decreciendo la actividad bacteriana a la par que a temperatura irá bajando paulatinamente. Este proceso suele durar unos 3 meses. Al igual que en la anterior fase es imprescindible una aireación correcta. Así como una humedad relativa del 50% para que sea posible la vida y actividad de estos microorganismos en la pila de compost.
  • Y por último la fase de maduración: Los microorganismos y organismos irán abandonando el compost conforme el alimento vaya desapareciendo a medida que los materiales se vayan transformando todos en un material estable en el que ya no se reconocen los materiales iniciales con los que hemos formado el montón. La temperatura irá descendiendo más aún y el pH tenderá a la neutralidad.
El proceso de compostaje podemos hacerlo de muy distintas formas, desde directamente en el suelo formando un montón a dentro de una compostadora u otro tipo de contenedor que permita la aireación, espacio y volteo necesario. Incluso en zanjas practicadas en el suelo del jardín.
Es importante que la base de la pila esté en contacto directo con el suelo para favorecer que los insectos y microorganismos precisos en el proceso puedan acceder y penetrar en el montón.
Precisamente porque en mi caso la zona dónde he ubicado las dos composteras se trata de un espacio "ganado" artificialmente con aportaciones de tierra de mala calidad proveniente de otras zonas del jardín he pensado que quizás el suelo de estas composteras no tenga demasiados microorganismos de ahí que antes de nada haya mezclado con el agua de un cubo un par de paladas de estiércol.  No recuerdo dónde he leído que era conveniente echar algo de tierra del jardín o de estiércol disuelto en agua como "activador" de compost.

Esta mezcla la he echado al suelo de la base de las composteras antes de comenzar a formar la pila.
Para comenzar la pila se debe formar en la parte inferior una primera capa de materiales leñosos para que sea más fácil la entrada de aire y se evite que el montón se compacte. En este caso he usado los restos de la poda de algunas arizónicas que previamente he triturado.

Los materiales de los que debe componerse el montón tienen que ser lo más variados posibles para obtener un compost de calidad. Así deberá estar compuesto por materiales secos y verdes (húmedos, frescos) tratando de que estos últimos fueran el doble en cantidad en relación a los secos. Pero en todo caso siempre restos orgánicos
La pila deberá estar compuesta por capas de materiales que aporten carbono y materiales que aporten nitrógeno.
Así podemos hacer una esquemática división de los materiales según su aportación:

  • Los materiales que aportan gran cantidad de carbono: Serrín, paja, papel, cartón, ramas de podas del otoño, agujas de pino secas, paja 
  • Materiales con un aporte equilibrado de carbono/nitrógeno: agujas de pino frescas, hojas de árboles y frutales, ramas finas de podas de primavera, estiércol de caballo...
  • Materiales que aportan una mayor proporción de nitrógeno: restos orgánicos frescos de la cocina, posos del café, purín de ortigas, estiércol de aves, ortigas frescas,
Es decir, que podemos incorporar al montón toda una serie de materiales orgánicos que fácilmente tendremos en casa o se generarán en nuestro jardín: cartón, servilletas de papel, uñas, pelo, restos de cocina (que no contengan salsas, grasas, pescado o carnes), ceniza de la chimenea (no en demasiada cantidad), restos del segado del césped, malas hierbas que no estén en flor, hojas procedentes de la caída del otoño, posos del café, bolsitas de té (sin grapa)
Valen las malas hierbas que no tengan las semillas formadas o estén en flor, y por supuesto es magnífico añadir ortigas frescas si tenemos la suerte de que brotan en nuestro jardín.
Algunos restos que pueden añadirse sin que sean en grandes cantidades: cítricos, pan, cartón troceado, restos de pelusa de la secadora, parte de cartón de las hueveras y cilindros de los rollos de papel de cocina e higiénico

Como materiales que no deberíamos incorporar al montón figuran: carne, pescado, aceites, grasas, papeles satinados o con tintas de color, plástico, metal, vidrio, colillas de cigarrillos, excrementos de mascotas..

El montón debe tener un volumen mínimo para que comience el proceso. De ahí que he tratado de llenar la primer compostadora y dejaré la otra para ir poniendo en ella los restos que vaya generando el jardín y la cocina. 
Es importante favorecer que no haya pérdidas de temperatura por lo que es aconsejable que el montón esté cubierto o tapado sea con un plástico, sea con la propia tapa de la compostadora.
Periódicamente debe moverse la pila ya que cuanto más heterogénea sea la mezcla, mejor resultará el proceso del compostaje. Una horca nos ayudará enormemente para realizar esta mezcla de los materiales de vez en cuando tratando de poner los que están en el medio de montón hacia los laterales de la compostadora y viceversa, los que están en el exterior pasarlos a centro.
Tendremos que cribarlo para separar de él restos de más tamaño que todavía no estén compostados y que los incorporaremos de nuevo a la pila.

Una vez terminado el proceso de compostaje, el material resultante será grumoso, de colos oscuro y con un agradable olor a tierra de bosque que enriquecerá el suelo de nuestro jardín cuando lo incorporemos a él, a nuestro huerto o  a nuestros contenedores. 

 Y esta es la forma en la que he formado mi pila...

Sobre la base de suelo mojada con el estiércol mezclado con agua he comenzado a formar capas alternando materiales secos con húmedos. Empezando por una buena capa de poda triturada.
y siguiendo con materiales húmedos, alternando capas de restos de cocina o malas hierbas por ejemplo, con restos de podas triturados u hojas. 
Entre ellas he ido "espolvoreando" algo de ceniza (no mucha), posos del café, y algunas paladas de estiércol . He ido regando un poco entre capa y capa para que los materiales estuvieran un poco húmedo.

Las compostadoras son bastante grandes (120 x 100 cm) así que se precisa bastante material para llenarlas. Me he quedado sin materiales fatándome un tercio aún por llenar. Mañana tendré que cortar más arizónicas, recoger más hojas y malas hierbas, etc...hasta llenarla completa. 
Hoy ya se me ha hecho tarde pero mañana, cuando tenga terminado el montón, lo regaré todo el compost con una generosa cantidad de purín de ortigas que tenía hecho desde hace unos días y lo taparé con algún plástico o algo que se me ocurra para preservarlo del agua de la lluvia que pudiera caerle encima así como para que no haya pérdidas de temperatura una vez comiencen a ascender ésta.
Ya veremos lo que sale...ajajjaj Iré contándolo!!!

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