Hace muchos años, leí en un libro de jardinería
algo que me llamó la atención. He tratado de hacer memoria pero no logro
recordar qué libro fue. Reconozco que por aquel entonces aunque entendí el
significado de lo que decía, en realidad no fui capaz de calibrar la verdadera
entidad del problema. Hablaba de tener en cuenta qué hacer con las tierras que
se movían en el jardín.
En cuánto tuve que afrontar la ejecución de mi jardín vi claramente a qué se refería. Entre esta fotografía y la siguiente solamente hay tres años de diferencia. Qué se ha hecho en medio? Mover de lugar las tierras (Entre otras cosas, claro)
Me parece de interés este tema. Hablemos hoy de este asunto!
Claro, yo entonces tenía un jardín diminuto y plano
y no movía tierra ninguna. No llegué a afrontar ese problema del que hablaba
hasta que he tenido un jardín grande. Pero aunque así fuera me quedé con el
comentario y pensé que quizás yo no sabía calibrar el problema y no alcancé a
entender muy bien si se estaba hablando de unas carretillas o de cantidades
importantes de tierra.
Un terreno tiene mil detalles, mil facetas, mil
cosas que hay que tener en cuenta. Vertientes, suelo, sombras, arbolado, temperaturas,
pendientes, panorámicas desde el jardín, puntos de agua, paisaje del entorno,
posibles ruidos externos a paliar, a veces a potenciar si se tienen cauces de
agua, muros exteriores, tráfico de la zona, accesos de personas y vehículos al
jardín, tipo de luz en distintos momentos del día y estaciones...incluso los
jardines de los vecinos que no solemos tener en cuenta pero que también
"se nos meten" en el nuestro.
Todo esto conviene tenerlo en cuenta cuando se
afronta el diseño de un jardín, Por eso vine aquí muchas, muchas veces,
antes de llegar a convertir mi casa en mi domicilio. Tras cada visita me
iba cargada de notas a lo que era mi casa en el norte de la provincia de Madrid
por aquellas fechas y allí las sopesaba, las interrelacionabas, en resumidas
cuentas iba creando un proyecto. Los grandes círculos en los planos y que
marcaban solo ideas difusas sobre algunas zonas de la parcela, visita a visita,
se iban concretando, lo que era difuso se iba perfilando como una imagen
desenfocada que poco a poco va adquiriendo nitidez.
Cuando empecé a coger la pala, en mi cabeza había
un dibujo bastante detallado de lo que iba a construir. No voy a decir que
fuera exacto a lo que está formándose en este momento pero sí era muy, muy
aproximado a lo que estoy haciendo. Evidentemente he tenido que afrontar
cuestiones que han sido imprevistos; he cambiado de opinión en algunas
cosas; y he modificado alguna idea que la experiencia me ha demostrado que
hubiera sido un error llevarla a la práctica una vez he pasado de la teoría a
la práctica. Y por supuesto, como no, he incorporado al proyecto ideas que no
estaban inicialmente en él.
Aún quedan zonas que ni he empezado a afrontar y
que ya entonces estaban previstas. Como un precioso cenador sobre la plataforma
de hormigón o un maravilloso estanque delante de la fachada sur de la casa,
varios puntos de agua que aún no se han instalado pero que estoy decidida a que
lleguen a hacerse realidad...pero sí, lo que está hecho es bastante parecido a
lo que imaginé.
Queda tanto por perfilar. Tanto detalle, tanto
rincón por hacer...falta lo más importante, eso, el detalle, fuentes, asientos,
bancos, pérgolas, algunas vallas, algunas puertas divisorias entre zonas, la
iluminación...eso es lo que terminará de darle un estilo muy personal y muy
concreto y espero que mucha más belleza. En definitiva falta lo que podría
decirse "decoración". Y por supuesto el tiempo, ese que permitirá que
las plantaciones vayan madurando y dejen de ser como ahora, simples jovenzuelos
para convertirse en ejemplares con algo más de "potencia".
Bien, pues como os iba contando, una vez me
decidí a empezar lo primero que tuve que afrontar fue el movimiento de tierras.
Esta parcela presenta bastante inclinación. Incluso la tiene en dos sentidos,
norte-sur y oeste-este. No se puede (o no se debería) empezar a plantar sin haber planteado
siquiera los caminos. Y no hablo de hacerlos realmente, hablo de un trazado
provisional, de nivelar mínimamente el suelo que luego, posiblemente años más
tarde, irán cubriéndose de piedras, grava, césped... o del material que
elijamos para constituir los caminos de nuestro jardín. Pero no solamente
caminos, zonas amplias completas que presentan un desnivel excesivo para
nuestras pretensiones o que están demasiado hundidas...sin una idea aunque sea global del jardín creo que no conviene empezar las plantaciones.
Digo años más tarde porque, a pesar de que en
cualquier libro especializado de diseño podréis leer lo contrario, yo opino que
los caminos hay que hacerlos de la forma definitiva cuando ya se tiene un jardín muy conformado. Sé
que los jardineros profesionales discreparán conmigo, pero en mi experiencia he llegado a la conclusión de que la
ejecución total de los caminos es de los temas que hay que retrasar hasta tener
las zonas ajardinadas, hasta haber vivido el jardín mucho tiempo porque es
imposible determinar con antelación las necesidades, problemas, dificultades de
cada zona hasta haber estado muchos, muchos meses, jardineando en ellas.
De haberlos ejecutado totalmente desde el inicio
como marca la "ortodoxia" jardinera, me habría equivocado mil veces y en mil aspectos.
Por qué? Pues porque los caminos en realidad los haces luego, viviendo el
jardín es cuando trazas el recorrido exacto que deben tener y no antes. Por
poner un ejemplo: si hubiera hecho los caminos los primeros meses de estar
aquí, seguramente no habría tenido en cuenta algo que me hubiera ocasionado
mucho, mucho trabajo: Tener previsión en los caminos que suben desde el seto sur
hacia arriba, de zonas para pasar la carretilla y salvar lateralmente las
traviesas que hay en el seto norte a modo de escalones. Me habría tocado dar la vuelta a buena
parte del jardín cada vez que tengo que moverme con la carretilla cargada. Y
eso una vez se hace sin problema pero os aseguro que cuando se
extienden muchos metros cúbicos de por ejemplo estiércol, son tantas
y tantas las carretillas cargadas que tienes que mover que...no, en los caminos
no podemos equivocarnos ni en su trazado ni en sus materiales.
Pero además, si, por ejemplo, usamos hormigón en algunos caminos y los hacemos desde el inicio, sin haber "vivido" el jardín, es muy fácil que deseemos cambiar la ubicación y tamaño de algunas zonas de plantación, incluso su amplificación. Con cemento, quién se pone a levantarlo?
Hay problemas que aunque conviene tener previstos
con antelación, solo se plantean realmente cuando ya llevas tiempo en la tarea
de la creación de un jardín. Comienzas su remodelación muchas veces desde cero
como es mi caso, tan solo con una estructura de árboles adultos, pero entonces no ha llegado el problema.
Generalmente los primeros años es cuando haces
más plantaciones porque todo está sin hacer y son precisas muchas, muchas
plantas para conformar ese espacio verde.
Si se está en el caso de tener un jardín en una
zona con un suelo pésimo, arenoso, que se lixivia con extrema facilidad y por
tanto en el que pérdida de agua y nutrientes es un problema constante, antes de
plantar te ves obligada a modificar el hoyo de plantación con mezclas de
sustratos a los que incorporas materiales que palien esos problemas que tiene
el suelo del jardín.
Cada plantación que se hace produce tierra
sobrante. A veces no es mucho el volumen que se extrae pero muchas otras es una
buena cantidad de tierra la que se saca del hoyo de plantación de árboles y
arbustos y rosales. Pero no es solo este suelo, es el que sacas de aplanar
muchas zonas, de redefinir otras, de hacer el trazado aunque sea provisional de
los caminos, son las piedras y tierra pésima de algunas zonas que extraes
cuando las cavas en profundidad antes de su plantación. Qué vamos haciendo con
todo este material? Esa pregunta creo que debemos tenerla en cuenta desde el
inicio aunque enfrentarnos al problema solo ocurra más tarde.
Cuando apenas has comenzado el jardín, al ser muy
pequeña la zona que tienes lista, esta tierra proveniente de los hoyos y que es
sobrante no representa problema alguno. Se va depositando en cualquier zona del
jardín al que todavía no le toque la remodelación. En un rincón de un camino
que ni está comenzado a hacer no destaca, casi pasa desapercibida si se tiene la precaución de dejar montones un poco "adecentados", es decir, alisados su superficie con la escoba metálica.
Pero el tiempo pasa, y el suelo de los caminos se
van haciendo, las zonas se van definiendo. Poco a poco los espacios van
llenándose y ya no es fácil encontrar un lugar para echar la tierra sobrante
dónde esa acumulación no produzca un aspecto desaliñado a la zona.
Qué hacemos entonces con ella? Es cierto que
mucha gente simplemente la saca del jardín y la lleva al punto limpio de su
localidad o contrata un servicio de contenedores que cuando tienen llenos, la
empresa se los lleva. Pero todo esto es tiempo y dinero.
Pienso que si se tiene oportunidad, hay que ir intentando
darle salida a esa tierra sobrante. En un jardín con pendiente es muy fácil.
Siempre es preciso nivelas zonas, rellenar espacio demasiado hondos, hacer
bancales…
La tierra que yo he ido sacando de mis hoyos, de
nivelaciones de terrenos, de establecimientos del trazado de los caminos... de
bonita no tiene nada, está llena de rocas, raíces, piedras....
no puede
extenderse en cualquier parte porque lo que haría sería ensuciar la zona
visualmente y dar un aspecto de poco cuidado al lugar dónde se depositara..
Desde el principio he visto que la tierra era un problema. No grave si se tenía en mente dónde depositarla y qué hacer a la larga con ella pero que si no era un tema que se afrontara me vería obligada a deshacerme de ella sacándola del jardín y eso puede llegar a costar bastante dinero y tiempo.
Afortunadamente, al tener mi jardín bastantes pendientes ha sido bastante fácil darle una utilidad. A modo de ejemplo os pongo estos tres que corresponden a zonas concretas: El huerto, el jardín secreto y una pequeña zona que estoy creando poco a poco en la zona central. Pero no he usado este suelo extraído de otras partes solamente en estos puntos, la he usado también para la construcción de nuevos espacios, las tierras que sacamos de algunos lugares del jardín, nos pueden valer para rellenar hoyos que se forman a veces por hundimiento parcial del terreno con las lluvias; para nivelar pequeños baches; para la construcción de alcorques de grandes árboles... en fin, la cuestión es tratar de abaratar en tiempo y en dinero la construcción del jardín que no haga necesaria su extracción de él y que a la vez sirva para embellecerlo.
1.-
El jardín secreto: En ocasiones el plantearte de frente con un problema no es negativo. Todo lo contrario. Y es que a veces, afrontándolo das con soluciones que no tenías pensado hacer y resulta que al final logras algo que sin habértelo propuesto inicialmente, tienes un resultado más que digno.
Voy a poner un ejemplo. Lo que yo llamo "Jardín secreto" no estaba previsto como tal en el proyecto inicial. El espacio bajo dos grandes pinos ubicados en la esquina NE del jardín. Está protegido de los vientos por las grandes copas, no recibe el sol del mediodía por el mismo motivo, las temperaturas en él siempre son más frescas en verano que en el resto del jardín. En definitiva es un espacio magnífico para cultivar plantas de sombra o algo delicadas y que no resistan la insolación del mediodía.
La idea surgió tras caerme un par de veces resbalándome en la zona que hoy ocupa cuando la hierba que lo cubría estaba mojada. Sí, el terreno tenía una pendiente importante y era muy difícil transitarla. Tras la caída recuerdo que me senté en el suelo en la zona alta y estuve allí un rato . Pesarosa por comprobar que la zona, tenía ese trazado tan dificultoso, pensé —Qué lástima! Una zona tan grande y que es de difícil aprovechamiento.— La zona estaba totalmente inclinada, además presentaba inclinación en dos sentidos: Hacia la calle y hacia el interior de la parcela. Cómo aprovechar aquel espacio?. De haber tenido arriba, cerca del tronco del pino un espacio plano suficientemente amplio, hubiera sido distinto. Pero no lo tenía! Prácticamente era una ladera que bajaba ya desde el muro divisorio con el vecino hacia lo que hoy es la rampa del coche.
Allí arriba me fumé un par de cigarrillos dándole vueltas a la cabeza intentando dar con una solución del problema.
Et voilà! Se me ocurrió que esa era la solución: Si no tenía el espacio plano, crearlo!! Eso era! Crear en ella una plataforma plana en la zona alrededor de uno de los pinos me permitiría mucho mejor ajardinarla. Para ello necesitaba tierra en cantidad. Tardaría meses en ir acumulándola.
Precisaría ir amontonando a los pies de uno de los grandes pinos de la zona un montón de tierra de manera que la parte alta terminara convirtiéndose en una terraza amplia desde la que además, tendría unas preciosas vistas del pueblo.
Pero además, era estupenda la ocurrencia porque mataba de un tiro dos pájaros. Me explico. Por aquel entonces ya empezaba a ser problemática la acumulación de tierra que provenía de las muchísimas plantaciones que había hecho y de haber nivelado zonas y caminos y ya no sabía ni qué hacer con la tierra sobrante. Ya estaba! Ya tenía un lugar dónde aprovechar esta tierra sacada de otros lugares del jardín.
Pero una zona aterrazada simplemente con tierra sobrepuesta sobre un terreno inclinado si no realizaba un sistema de contención adecuado de la misma tenía graves peligros. El primero de ellos era que en una lluvia torrencial, toda esta tierra fuera a parar a la zona baja dónde estaba la rampa de acceso del coche desde la calle al garaje. Era preciso contenerla...en fin, luego fuí perfilando en mi cabeza el modo de hacerlo y de ahí surgió lo que hoy en día yo llamo el "Jardín Secreto".
Y claro, el camino que conducía a ella se tuvo que allanar, nivelar mínimamente para que transitarlo fuera cómodo. Se incorporaron con más tierras los setos que bordeaban este camino norte...en fin, se trabajó duro!!
Así pues, no siempre un problema es algo negativo. En ocasiones nos da la oportunidad de buscar soluciones imaginativas que terminan por solucionarlo y por incorporar al proyecto inicial ideas que lo mejoran.
Lo que considero
es imprescindible es “pensar” el jardín como un conjunto. Visualizarlo en su totalidad, afrontar su creación como un todo. De lo contrario, ir afrontándolo por zonas, como partes inconexas entre ellas pienso que no da buen resultado.
Aquí tenéis unas fotografías que muestran el antes y el después. Una vez realizado el acondicionamiento de esta zona me alegro mucho de haber tenido inicialmente el problema, la verdad. Seguramente, de haberse tratado de una zona menos problemática la hubiera ajardinado de otra forma, algo me hace pensar que quizás no tan ajustada a mis gustos como lo es la que finalmente he elegido.
De una zona incómoda, llena de matojos y totalmente asilvestrada, se ha pasado a un espacio que creo que es de los más bonitos de mi jardín. Es ahora un rincón fresco, sombreado en verano dónde uno puede sentirse en paz sentado bajo las copas de los árboles y rodeado de mucha, mucha vegetación que se ha ido incorporando. El cambio es total. Verdad?
2.-
El huerto: Ya desde el inicio
de llegar a vivir aquí, me planteé el asunto de cómo cubrir los escombros que generó la construcción
del garaje.
La zona que hoy es el huerto era un espacio que presentaba mucha
más pendiente que actualmente. Como ya tenía en mente hacer un pequeño huerto
aquí, el problema fue fácil de resolver. Eso sí, requirió mucha previsión y tener una idea global muy clara. Nada mejor para ello que ir plasmando las cosas en un buen plano.
Claro que a mí me entraban todos los males cuando veía aquel rincón que quedó cuando por fin se fue de mi casa aquella terrible excavadora!! Madre del amor hermoso qué zafarrancho había en él y cuánta y cuánta tierra he tenido que mover!!
Se extendieron bien los escombros sobre la superficie y
sobre este suelo se fue echando las primeras tierras que de otras partes del
jardín nos sobraban. El resultado ya lo conocéis por los muchos artículos que
he colgado en el blog sobre el cultivo de hortalizas.
Es cierto que la base de
todo este espacio tendrá siempre un suelo de pésima calidad, de ahí que además de por razones de estética y de mi propia comodidad, también fue esta la razón de decidirme por el sistema de
bancales que permiten cultivar en alto las hortalizas.
Los pequeños frutales
que planteé así como los arbustos de baya me han obligado a hacer zanjas muy
profundas y anchas y sustituir ese suelo por la mezcla de sustratos que
requería cada plantación para que las raíces puedan en suelo de calidad.
Pero todo el escombro no fue necesario sacarlo de la
parcela con el dinero que eso hubiera supuesto.
Quedó oculto elevando partes del terreno y sobre ellas ubicando los bancales
Se delimitó con relación al resto del jardín. Se hicieron los accesos a él con dos puertas, una en una valla de madera y la otra en una celosía.
2.-
Terracita bajo el enebro en el centro del jardín: Evidentemente no lo he podido hacer en un par de jornadas porque no dispongo todavía del suelo suficiente pero voy echando en esa zona el suelo que me va sobrando según voy haciendo plantaciones. En un tiempo, seguro tendré ahí un espacio que me permitirá poner la mesa y el par de sillitas con más comodidad que ahora.
Si se tiene la precaución de ir pensando
dónde poner la tierra que va sobrando de manera que no tenga el jardín un
aspecto desaliñado hasta que se termina de incorporar a dónde vaya a ir
definitivamente, creo que es la mejor solución. Es decir, no acumular en exceso.
Como mi tierra tiene tantas piedrecillas y es tan
arenosa y fea de aspecto, antes de ir incorporándola a esta terracita que estoy
creando, cada vez que dispongo de una poca, la cribo, de manera que la separo en dos “tipos”. La fea, con
piedrillas, la pongo abajo y sobre ella extiendo la fina capa de tierra más
finita, con mejor aspecto. Así la zona, aunque no esté terminada, siempre tiene
un aspecto más o menos digno.
Esta tierra la tengo que ir apisonando bien, golpeando
con un mazo sobre una tabla gruesa que voy cambiando de lugar a lo largo de
todo el espacio, por último, con el rastrillo golpeo también la capa de tierra
más bonita y que es la que se va a ver en tanto no haga la siguiente
aportación. Cuando termine de realizar esta terracita, por supuesto tendré que hacer algo para que con una lluvia intensa no se me vaya hacia abajo, un pequeño muro seco de piedra bordeándola no sería mala idea. Verdad?
En fin, he creído que a quién afronta la creación de su jardín por primera vez, temas de diseño como este podrían ser de interés. Evidentemente cada jardín presenta su problemática particular pero compartir nuestras experiencias con los demás siempre puede ser un punto orientativo para otros jardineros.
Que tengáis buen fin de semana, amigos!!