Mostrando entradas con la etiqueta cultivo del rododendro. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta cultivo del rododendro. Mostrar todas las entradas

Tras la floración, los brotes tiernos de los Rododendros (Rhododendron sp.)

No pierden tiempo, apenas termina la floración comienzan a brotar con fuerza justo dónde estaban las inflorescencias. No olvidemos que al retirar las flores marchitas hay que hacerlo con sumo cuidado para no dañar las yemas de hojas que están justo debajo. Con las puntas de los dedos debemos desprender la inflorescencia ya pasada tirando con suavidad de ella. 
Las flores de los rododendros no tienen prácticamente peciolo y al encontrarse muy pegadas a la rama es fácil dañar estas yemas que se encuentran por debajo.
En este momento están pegando un "estirón", de golpe sacan diez centímetros de pequeñas ramitas coronadas por varias hojas, en torno a cinco.

Me encantan también ahora, con ese contraste de color entre las hojas de la temporada anterior y las nuevas. Tienen un aspecto tan jugoso!!
Este  Rhododendron por lo visto es del grupo Catawbiense  'Boursault'. Digo que por lo visto porque reconozco que no he logrado hacerme una idea clara y segura de cuántos grupos y a cual de ellos pertenece las variedades que he ido comprando. 
En todo caso es un rododendro muy sano. También es verdad que creo que a tenor de su aspecto el sitio le gusta. No recibe sol más que apenas un momento por la mañana y quizás de refilón un poquillo por la tarde. Está bajo el muro de piedra que contiene las terrazas que bordean la casa y creo que la piedra que le aporta fresco. A la sombra de enebros, mimosas y un laurel.
Aparte de la materia orgánica que se le aportó en la plantación, la tierra de este arriate tenía ya antes de plantar el rododendro mucha materia orgánica porque el enebro que se encuentra en ella es de gran tamaño y va soltando mucha materia. Además, como es "enebra" cae al suelo gran cantidad de sus frutos. Así que se trata de un suelo muy mullido, que drena perfectamente pero que a la vez conserva cierto grado de humedad que es lo que desean estas plantas.
A este rododendro se le ve feliz y contento...

Importancia del pH del suelo para el cultivo de plantas acidófilas (I)

Nos pasa a muchos jardineros, nos encantan las acidófilas pero no tenemos la suerte de tener el clima y el suelo adecuados para su cultivo. Estas plantas precisan mucha humedad atmosférica, una pluviosidad abundante, no recibir los rayos de sol a las horas más fuertes, y un sustrato rico, suelto y ácido.
Evidentemente hay factores que no están en nuestra mano su modificación como es la humedad atmosférica, pero otros sí podemos cambiarlos, al menos hasta cierto punto.
El modo de plantarlas y las condiciones de cultivo que les aplicamos puede, si son adecuadas, redundar de forma muy beneficiosa de manera que palíe la falta de condiciones naturales idóneas en nuestro jardín para ellas.
En su día colgué dos entradas en las que se explica de modo pormenorizado la forma idónea de plantarlas así como las condiciones de cultivo para los rododendros pero que pueden hacerse extensivas a las acidófilas en general. Estos son los enlaces por si interesa a alguien: Cultivo rododendros y Plantar un rododendro.
Estos días estoy preparando un seto de unos 15 metros que tengo pensando formar a base fundamentalmente de hortensias aunque puede que introduzca alguna camelia y algún rododendro.

La zona suroeste de mi jardín presenta un desnivel que se salva a base de tres terrazas, siendo la de nivel más bajo la que corresponde al seto (límite sur de la parcela). Este último "escalón" quiero subirlo hasta el nivel del anterior para que las plantaciones estén al nivel de la plataforma superior. De ahí que las plantaciones no las efectuaré en el nivel del suelo que hay actualmente, sino que deberé aportar sustrato hasta que llegue a la altura necesaria para que la terraza que hay por encima y el nivel del seto coincidan en altura.

Son demasiados metros cúbicos de tierra que hacen impensable, por el costo económico que supondría, adquirir la tierra ácida necesaria para llenarlo.

Por eso me veo en la obligación de acidificar el suelo dónde irán las hortensias, es decir, bajar su pH aportando las enmiendas necesarias para ello.


Como sé que estos temas de pH, de acidez, alcalinidad del suelo, correcciones de pH, etc, suponen un verdadero lío muchas veces a los jardineros aficionados como yo, aprovecharé que estoy preparando este seto para hablar un poco de estos asuntos. Lo explicaré de la mejor manera que puedo y sé y si con ello aclaro  un poquillo algún concepto a alguien me doy por satisfecha. No aspiro a más.
Vaya por delante que yo no soy ninguna experta, ni tengo titulaciones o conocimientos que permitan una explicación técnica y con la rigurosidad que lo haría un químico. Lo que sigue a continuación es simplemente lo que yo hago y  la información que en páginas de Internet, lecturas personales y consejos de jardineros amigos que he tenido la fortuna de que me transmitieran en Grupos y foros de Internet. El nivel en el que estoy interesada no llega a formulaciones químicas, De los productos que hablaré me interesa de qué modo pueden variar el pH de la tierra y por ende de qué manera lograr las condiciones idóneas para el cultivo de acidófilas. Las formulaciones y entresijos de la química se me escapan, la verdad. Si alguien está interesado en ellas esta entrada no colmará en absoluto sus espectativas. Tan solo son unos pocos consejos y unas explicaciones de algunos temas un poco en un estilo "de estar por casa". Como digo esto no pretende ser un artículo de rigurosidad científica para la que no estoy capacitada su pretensión se limita a una mera aproximación a estas prácticas que de otra parte puede que sean algo áridas pero pienso que debemos conocer si queremos entender un poco algunos procesos que faciliten el cultivo de estas plantas tan hermosas.


Qué es el pH del suelo? La explicación química del pH la desconozco pero creo que para la mayoría de jardineros aficionados como yo nos basta saber que el pH es un valor, una medida, que indica si un suelo es ácido, neutro o alcalino.

Se dice que un suelo es neutro cuando el valor de su pH se encuentra alrededor de 7. Si el pH de ese sustrato es superior a 7 se dice que el sustrato es alcalino o básico y si está por debajo de 6,5 estamos ante un suelo ácido.

Debemos saber que la mayoría de las plantas se encuentran a gusto en sustratos o suelos con un pH entre 6 y 7, es decir, en los valores centrales.
Pero entre esas plantas que gustan de suelos neutros no están las acidófilas. Precisamente éstas necesitan crecer en un suelo con un pH bajo, es decir, en un suelo ácido y lo idóneo es que este pH tenga un valor entre 5 (incluso 4,5 algunas) y 6,5

Un síntoma frecuente en plantas acidófilas (y que precisan de bastante hierro en el sustrato) que crecen en suelos alcalinos es la típica palidez o amarilleamiento de las hojas permaneciendo de color verde las nervaduras (puede haber otras causas para este amarilleo, no solamente una carencia en hierro), especialmente de las hojas nuevas,  llamada técnicamente clorosis férrica.

En los suelos alcalinos se encuentran presentes micronutrientes como el hierro pero debido a su pH alto no pueden ser absorbidos por las plantas porque no están solubles (esta explicación es para entendernos, repito, sin pretensión de explicación científica) o dicho de otro modo, no están al alcance de las raíces de las plantas aunque estén presentes en el suelo. Digamos que están como "bloqueados". 


Pero también se presenta el problema contrario: cuando la presencia de un elemento es excesiva impide en ocasiones la "disponibilidad" para las plantas de otros elementos. Es lo que se conoce como "antagonismo" . Debemos tener muy en cuenta este aspecto a la hora de dosificar los aportes de nutrientes o enmiendas a nuestro suelo ya que mientras solucionamos un problema puede que estemos ocasionando otro si nos excedemos en las cantidades.
Qué hacer entonces si queremos cultivar acidófilas pero no contamos con un suelo en el jardín con un pH adecuado (bajo o ácido)? Deberemos lograr que el hierro y los demás micronutrientes puedan estar al alcance de las plantas  que cultivamos directamente en el suelo del jardín y para ello hay varias soluciones.

Pero para no hacer demasiado extensa esta entrada dejaremos para la próxima la explicación de estos procedimientos. Espero que la lectura de esta entrada no te haya puesto demasiado "ácido" ;)

Creo que este cuadro reúne bastantes datos de los que hemos hablado hasta ahora.

Termino con una curiosidad. Sabías que las letras pH son una abreviatura de "pondus hydrogenii" (potencial de hidrógeno para entendernos) un término acuñado por el químico Sorensen a principios del siglo XX.

Cómo cultivar rododendros (Rhododendron)

Mi primera idea fue crear una entrada para hablar de la forma correcta de plantar un rododendro y también de sus necesidades para cultivarlo con éxito. Pero la verdad, hubiera resultado demasiado larga así que vamos a comenzar por las necesidades que tienen estas plantas y en otra entrada veremos cual es la forma de plantarlos.
Pensemos que los rododendros cuando crecen de forma natural a campo abierto, presentan una masa de raíces muy finas y espesa cercana a la superficie del suelo que rodea la planta. Estas raíces suelen extenderse entre 60 y 90 cm alrededor del tallo central. este hecho es determinante y deberemos tenerlo siempre en cuenta cuando cultivemos estas plantas. Para que un rododendro crezca saludable precisa que se crezca con unas condiciones adecuadas. Vamos a ver algunas de ellas.

Determinaremos la ubicación dónde plantaremos nuestro rododendro. No es conveniente plantarlos cerca de árboles, arbustos o setos. Hay que tener en cuenta que no se aconseja plantarlos a menos de dos metros de los árboles que tengan raíces superficiales porque éstas tomarían todo el alimento y los aportes de agua que hagamos al rododendro. También hay que asegurarse un buen drenaje en invierno de ahí que no sea conveniente plantarlos demasiado cerca de un muro o en lugares dónde estén anegados.
Trataremos de elegir un lugar protegido del viento que deseca el follaje y de los rayos solares directos ubicándolos bajo la sombra moteada preferiblemente de árboles de hoja perenne

De ahí que el siguiente asunto fundamental es considerar las características del suelo dónde vamos a plantar el rododendro. Estas plantas requieren un suelo ácido, suelto, con muchísima materia orgánica, con partículas grandes que pueden albergar mucha cantidad de aire, que retienen la humedad pero al mismo tiempo facilitan un drenaje perfecto. 

Si el suelo en el que vamos a plantar no tiene la acidez adecuada deberemos hacer la rectificaciones precisas con aportes de azufre, turba o de sulfato de hierro hasta lograr un suelo ácido, con un ph no superior a 6. No es conveniente utilizar sulfato de aluminio porque aunque algunas plantas lo toleran como por ejemplo las hortensias, en general resulta venenoso para las plantas.

En caso de que nuestro terreno tenga un ph superior a 6 podemos podemos hacer rectificaciones mezclando a partes iguales el sustrato del jardín, turba gruesa u otra materia orgánica de grano grueso y compost.

El suelo adecuadoEl oxigeno es vital en el sistema radicular de los rododendros para que se mantengan saludables. Estas plantas necesitan mucho aire, humedad y alimento constantemente en sus raíces. .También precisan un perfecto drenaje y por último, un sustrato con un ph ácido. Lo ideal es tener en nuestro sustrato un ph entre 3 y 6.

Por lo que hace a la iluminación los rododendros no son plantas que aguanten el sol directo especialmente en las horas centrales del día. Un lugar con sombra moteada es ideal. Un poco de sol de la mañana o al menos luz brillante es necesaria para fomentar la formación de las yemas y permitir que el rododendro crezca de forma compacta evitando arbustos larguiruchos y poco tupidos.
Humedad constante. Las raíces de los rododendros son muy finas y tardan más tiempo que las de otros arbustos en crecer en el terreno que los rodea. Por eso, para los rododendros recien plantados, llegar a la humedad de esa zona le cuesta bastante en tanto las raíces del cepellón inicial no han tenido tiempo de crecer hacia la zona que lo rodea donde lo hemos plantado. Esto es importante saberlo porque la humedad del cepellón inicial que plantamos debe conservar la humedad constantemente ya que si se seca es difícil de hidratar después. Incluso puede que el terreno que lo rodea esté húmedo pero en cambio no lo esté el propio cepellón. De ahí que sea tan importante no permitir que la zona central de raíces se seque.
La caída de alguna hoja es normal especialmente en verano pero si vemos que las hojas están mustias a primera hora de la mañana no hay duda de que nuestro rododendro precisa urgentemente un buen riego a fondo. 
Lo mejor en este caso es un riego despacio, gota a gota durante mucho tiempo para que la bola central de raíces pueda absorber el agua y empaparse a fondo.
En verano, durante los días de más calor o en días de fuerte viento, para evitar al desecación del follaje,  nuestro rododendro agradecerá que nebulicemos sobre él con la manguera.
El suelo debe estar húmedo pero no empapado por eso el sustrato en el que plantamos un rododendro debe favorecer que las raíces no pierdan humedad pero a la vez debe permitir un perfecto drenaje. De hecho, los rododendros pueden contraer  la Phytophthora ramorum tanto por sequía como por exceso de agua.
Aunque no toleran el suelo con agua estancada hay que tener presente que sus raíces, al ser superficiales, se secan con facilidad. Por ello, tener bien hidratados nuestros rododendros en verano incluso aunque la planta esté arraigada pero especialmente este asunto es prioritario durante el priemr año después de plantarlo ya que las raíces aún no han crecido del cepellón inicial hacia la zona circundante dónde lo hemos plantado. Tener el suelo constantemente hidratado (no encharcado) ayudará a que la planta se establezca.
Un asunto a tener en cuenta cuando el rododendro se encuentre con cierta proximidad a un árbol o arbusto es que el riego superficial provocará que las raíces del arbusto o árbol próximo tiendan a crecer cerca de la superficie y por tanto cerca de las raíces de nuestro rododendro dónde evidentemente no se desean como competidoras de nutrientes y agua.
Una capa de unos 8/10 cm de acolchado de materiales gruesos sobre la zona de plantación permiten que el agua penetre en el sustrato, favorece la aireación de la zona, evita que el viento deshidrate rápidamente el sustrato y al proporcionar sombra sobre él reducirá la evaporación de agua al mantenerlo fresco. Evidentemente un acolchado adecuado limita el surgimiento de malas hierbas.
Este acolchado además de que ayudará a conservar la humedad, también eliminará la necesidad de remover la tierra al limitar el crecimiento de malas hierbas. El mantillo de hojas, las agujas de pino, las astillas y cortezas son materiales orgánicos adecuados para usar como acolchado.
Uno de los acolchado más adecuados es el compuesto por trozos de corteza de pino  porque finalmente se descompone en una sustancia grumosa y suave aportando nutrientes al suelo.

En todo caso no debe hacerse cultivo alguno alrededor de los rododendros para evitar dañar sus raíces superficialesEn caso de que brotaran hierbas las debemos eliminar a mano.

Es imprescindible un buen drenaje del suelo. Insuficiencias en este aspecto quizás no provoca la muerte directa de la planta pero sí favorece el desarrollo de enfermedades que pueden provocar la pudrición de las raíces así como la proliferación de insectos.
De hecho, en sus lugares de origen, los rododendros crecen en laderas de montañas dónde la propia pendiente del terreno facilita que el agua drene hacia las zonas más bajas.

Fertilización: Debemos comenzar a alimentar nuestros rododendros en marzo. No es aconsejable utilizar harina de huesos que aporta un exceso de calcio. Desde la primavera hasta mediados del verano es aconsejable abonar con compuestos eseciales para acidófilas que tienen nitrógeno en forma de urea revestida con azufre o sulfato amónico.
Si lo vemos necesario un aporte de quelatos de hierro les vendrá bien si vemos algún síntoma de carencia de hierro.
En concreto, durante la floración un abono líquido puede venirles bien cada quince días.
Hay que evitar proporcionar fertilizantes a partir de mediados de junio ya que aplicaciones posteriores pueden provocar el crecimiento de tallos que podrían no tener tiempo de madurar antes del invierno.

Mantenimiento:  Al principio de la primavera debemos comprobar que las hojas caídas durante el invierno no se han agrupado alrededor de las coronas de las plantas. Pensemos que cualquier acumulación en esta zona que favorezca la falta de aireación es contraproducente.
En otoño, añadir como decimos arriba, un acolchado que ayuda a atrapar y retener la capa de nieve si se produjera y algo de sombra y protección contra el viento.
Es conveniente aplicar tratamiento preventivo con fungicidas adecuados. Podemos usar por ejemplo, Daconil es eficaz contra las enfermedades de las hojas. Es fundamental no fumigar mientras los rayos de sol incidan sobre el rododendro ya que puede quemarse. tengamos en cuenta que no es necesario fumigar cuando las temperaturas nocturnas desciendan de los 10 grados.

Tutorial: Pomazón, cojinete, guantelino, cojín o almohadilla de dorador. Cómo hacerlo paso a paso

Son muchos los nombres por los que se conoce (guantelino, cojinete, cojín de dorador...) aunque pomazón y almohadilla de dorador son los más...