Me he llevado una buena parte de la mañana en preparar el lugar dónde he decidido plantarlo y las raíces del propio rododendro. Pero son labores en las que merece la pena esmerarse porque redundará en las condiciones en las que vivirá nuestra planta y debemos de procurar que se ajusten lo más posible a sus necesidades.
En la entrada anterior hemos hablado de las condiciones de cultivo de los rododendros. Estas necesidades determinan completamente la forma correcta de plantación en nuestro jardín si queremos tener éxito con ellos. Aunque es una entrada con un contenido un poco árido, es preciso conocer las necesidades de estas plantas para no cometer errores que pueden ser graves.
Me he animado a poner estas dos entradas porque yo misma estuve hace unos años en la situación de plantar uno con un éxito aparente durante los tres primeros años pero con un total fracaso tras este período en el que el rododendro finalmente murió. Claro, sabía lo típico: que son plantas acidófilas y de poco sol y bastante humedad. Así que como soy tan enamoradiza mi corazón se colgó de uno precioso (sin idetificar) que vi en un vivero. Mi jardín anterior tenía demasiado sol y una tierra totalmente inadecuada para estas plantas pero no lo puedo remediar, me chiflan las acidófilas y siempre me ha resultado imposible vencer la tentación que me supone verlas en los viveros y no traerme alguna para casa siempre que voy.
De hecho he llegado a límites casi ridículos tratando de cultivar hortensias en un jardincillo con un sol de justicia y he probado todos los sistemas que se me han ocurrido para proteger las pobres hortensias de los rayos abrasadores...telas de sombreo por encima, plantación de un manzano cuya sombra en el futuro mi esperanza me decía que podría solucionar el problema del sol del mediodía... hasta andar todo el día para arriba y para abajo con sombrillas de playa según se movían las sombras ajjajajaj No quiero preguntarme qué dirían mis vecinos viendo sombrillas pinchadas por un jardín dónde solo había una diminuta mesa y dos sillitas... Tampoco voy a preguntárselo. Mejor que quede en el olvido no sea que la respuesta no me guste mucho!!
Me enrollo!!! jajajjaja A lo que iba... que en marzo de aquel año (2011) planté el rododendro en un buen hoyo, situado en la zona con menor sol posible (mucho porque en todo el jardín había demasiado), llegué el hoyo con tierra ácida y cuidé siempre muy bien la hidratación. Y a finales de aquel año me premió con una preciosa floración.
Durante el siguiente año siguió creciendo aparentemente sin problema alguno. La floración de la primavera de 2012 también fue hermosa.
Y siguió así hasta la primavera del año pasado (2013) en la que dió lo mejor de sí mismo.
Aquí podéis verlo engullido casi por las plantas que lo rodean. Y es que mi jardín era demasiado pequeño para mi deseo de tener todo tipo de plantas y lo cierto es que casi las metía con calzador ajajjaja
Es cierto que durante tres años el rododendro, para mis sorpresa floreció y creció de maravilla. Me parecía imposible que con el calorazo que soportaba y las horas de sol directo que recibía pudiera estar tan bonito. Eso sí, agua, agua y más agua...
Ya este verano comenzó a tener mal aspecto y en muy poco tiempo se murió. En las hojas comenzaron a aparecer manchas pero creí que eran quemaduras del sol y puede que lo fueran pero no me dio tiempo de más...la siguiente vez que lo vi al cabo de unos días estaba absolutamente seco y muerto. Así, casi sin previo aviso.
Sentí mucho que el pobre rododendo finalmente muriera porque me había proporcionado mucha alegría verlo durante tres años cada día más bonito a pesar de las condiciones adversas con las que crecía.
Ahora me he dado cuenta de qué errores cometí. Y fueron varios. Muchos rododendros prosperan durante dos o tres años para finalmente morir si a la hora de su plantación no hemos tenido en cuenta las necesidades de la planta.
He confeccionado el pequeño dibujo de arriba en el que se incluyen muchos de los factores que tendremos que tener en cuenta a la hora de plantar nuestro rododendro en tierra. Creo que puede ser de utilidad a quién no lo ha hecho nunca.e impedir así fracasos que pueden evitarse.
Venga, vamos por pasos.
Empezamos por poner la planta en "remojo" dentro de un cubo con agua, sin retirar de momento el contenedor de plástico en el que viene.
Mientras el cepellón se humedece en profundidad, podemos preparar las herramientas y productos que vamos a utilizar.
Precisaremos lógicamente de las herramientas necesarias para limpiar el terreno:escoba metálica, azada, palas, una pequeña hacha si plantamos en zona dónde pudiera haber raíces gruesas de arbustos o árboles próximos, un par de podadoras para eliminar tallos muertos o mal colocados, un par de tenedores normales de cocina, un cubo para remojar la planta, unos buenos guantes de jardinería y si os parecen cómodas, unas buenas rodilleras.
En cuanto a los productos que es conveniente tener a mano están los siguientes: Tierra de castaño o tierra para plantas acidófilas, humus de lombriz, fungicida, pulverizador para aplicar el fungicida, activador de raíces, madera triturada más bien pequeñita
Ahora que ya tenemos todo preparado sacaremos la planta del cubo con agua. El cepellón estará a estas alturas bien empapado lo que facilitará la extracción del contenedor de plástico en el que se suelen adquirir.
Fijaos en las raíces finísimas que rodean el cepellón, han formado una especie de fieltro alrededor del mismo. Esta capa debe abrirse con sumo cuidado para romper el menor número de raíces posibles. Cuando una planta está en estas condiciones está claro que lleva en el contenedor demasiado tiempo y plantarla tal cual está no favorecería en absoluto que el rododendro arraigue en el suelo del jardín cuando lo plantemos.
Preparar las raíces antes de plantar el rododendro es algo absolutamente necesario si queremos cultivar con éxito nuestro rododendro. Y esto es más verdad aún en los casos en que el rododendro ha sido cultivado en contenedores pequeños y lleva mucho tiempo en él.
Ahuecar las raíces tratando de que es garantizar en buena medida que las pequeñas raicillas lo tengan más fácil para adentrarse en el nuevo sustrato que lo rodeará una vez lo plantemos.
Lo contrario, plantar un rododendro con las raíces pegadas al cepellón, hechas una bola compacta y sin ahuecar favorece en muchos casos la muerte de la planta pasado un tiempo ya que las raicillas tendrán dificultades para salir del cepellón y adentrarse en el sustrato que lo rodea..
De hecho muchos rododendros cultivados en condiciones adecuadas prosperan bien durante los dos primeros años y en el transcurso del tercero o cuarto mueren.
Merece la pena por tanto que nos tomemos nuestro tiempo para hacer este ahuecado de las raíces dañando lo menos posible las raíces. Es un trabajo laborioso que llevará un buen rato realizar, no lo voy a negar.
Lo más dificultoso es salvar esa primera capa de raíces adheridas al interior del contenedor de plástico y lograr alguna abertura por la que penetrar hacia el interior del cepellón. Estas raicillas externas forman como una especie de fieltro que rodea el cepellón y que parece como un tejido muy tupido. Nos podemos ayudar de un tenedor o cualquier otro instrumento un poco punzante que se os ocurra. Hacedlo poco a poco, con cuidado. No tengáis prisa. Cortar parte de estas raíces externas favorece el crecimiento de nuevas raíces en el sustrato que lo rodea.
También ayuda el golpear el cepellón con firmeza sobre una base sólida. Con cuidado lógicamente de no romper el tallo de la planta por dónde deberemos sostenerla para golpear. Al hacer esto, el cepellón se afloja un poco facilitando luego las cosas.
Una vez hemos abierto algún hueco ya tenemos el camino más arduo recorrido. Ahora, con la manguera en la posición en la que el chorro del agua salga a mayor presión, dirigiremos el agua hacia el cepellón. La presión del agua facilitará que las raíces comiencen a soltarse un poco y se aflojen y queden más sueltas, liberándose parte del sustrato que las rodea en el proceso.
Con el tenedor, o con los dedos, poquito a poco ir separando lo que podáis las raíces alternando este trabajo con el chorro a presión de la manguera.
Tener las raíces de los primeros centímetros de cepellón sueltas, facilitará muchísimo que una vez en el sustrato se adentren sin dificultad en él. Esto favorecerá no solamente el arraigo de la planta si no también que desde el primer momento las raíces puedan tener el nivel de hidratación que precisan tomando la humedad del sustrato en dónde lo plantemos.
Ahora limpiaremos y prepararemos el terreno dónde vamos a plantar el rododendro. En mi caso se trata de un arriate que apenas tiene sol. Si acaso un poco de mañana y quizás una pizca al atardecer en verano. Está bajo un gran enebro y un par de pinos del vecino que están situados tras la valla divisoria y que tengo cubierta de hiedra con lo que el sol cuando llega lo hace de forma moteada y a mediodía la zona está totalmente protegida de la insolación.
Esta era una zona que hace unos meses, durante los que ya tenía la idea de plantar aquí acidófilas, preparé a conciencia. Retiré todas las raíces de arbustos muertos y también de la gran mimosa que hubo en su día y que a primeros de este año un día al levantarnos vimos que estaba tumbada en el suelo. Una lástima!!
He labrado el terreno a bastante profundidas, como unos 30 o 40 cm. Aporté muchísima materia orgánica a todo el arriate que tomé de otra zona del jardín. Tengo un par de pinos piñoneros enormes, bajo ellos hay una capa tremenda de hojas compostándose de manera natural durante todos estos años en que la parcela ha estado sin cuidado alguno y bajo las hojas....ummmm un sustrato rico, suelto, ligero, nutritivo. Una tierra negra como la noche!!
Así que juego con algo de ventaja ya que todo el arriate es de tierra bastante ácida (a lo que contribuye también los pinos del vecino con las hojas que caen sobre esta zona)
La tierra está suelta, mullida, libre de raíces y está muy enriquecida.
Vale, ya tenemos la zona preparada.
El suelo adecuado: Estas plantas necesitan mucho aire, humedad y alimento constantemente en sus raíces. Estas condiciones son imprescindibles para cultivar de modo saludable los rododendros.También precisan un perfecto drenaje y por último, un sustrato con un ph ácido. Lo ideal es tener en nuestro sustrato un ph entre 3 y 6. Yo no sé lo que tiene exactamente el mío pero estoy segura que es ácido. No obstante, he usado tierra de castaño en la mezcla.
Teniendo en cuenta estas necesidades he elaborado una mezcla rica en materia orgánica, con un ph bajo. Por ello he utilizado tierra de castaño y humus de lombriz. Es preciso que permita la aireación necesaria, que ayude a mantener hidratadas las raíces y que facilite el crecimiento de raicillas posibilitando con ello que éstas tomen el alimento del sustrato circundante. Por ello he incorporado materia orgánica en forma de trocitos muy pequeños de corteza que además de materia orgánica favorecerá un buen drenaje. Como podéis ver en esta fotografía, en la parte de abajo del capazo he echado una buena capa de corteza en trocitos bastante pequeños.. Encima he agregado una buena cantidad de tierra de castaño
Por último he añadido humus de lombriz con generosidad. El humus aporta mucha materia orgánica a la mezcla, ayuda a mantener el sustrato hidratado y por supuesto lo enriquece.
Me he ayudado de una pala para obtener una mezcla homogénea.
Y éste es el resultado. El medio en el que nuestro rododendro crecerá feliz como una perdiz: Un sustrato rico, suelto y desmenuzable, ácido, con mucha materia orgánica; que no se compacta, lo que hace que las raíces puedan tener el oxígenos que precisan; que drena perfectamente y que facilita el crecimiento de las raíces desde el cepellón de nuestro rododendro hacia ella favoreciendo así su arraigo, su correcta hidratación y su crecimiento.
Hacer el hueco para la plantación. Nos toca cavar. Se siente...es imprescindible ajjajaja Bueno, vale, en una tierra como la de mi arriate no me ha costado trabajo alguno hacer el agujero. Ya quisiera que todo el jardín fuera así ajajjaja. Bien, ahora en serio... Los rododendros tienen un sistema radicular poco profundo formado por un sistema de raíces muy finas que crecen formando una masa muy cerca del suelo circundante (entre 60 y 90 cm aproximadamente alrededor del tronco central). Las raíces crecen mucho más a lo ancho que en profundad así que precisamos una cavidad bastante más ancha que profunda.
Compruebo con el contenedor en el que venía el rododendro que la altura es de unos 15 cm más que la altura del contenedor para que debajo de las raíces inferiores del rododendro haya una buena capa de sustrato adecuado dónde desarrollarse adecuadamente. En cuanto a su anchura, como podéis ver es de tres veces la del contenedor. Yo creo que este hoyo tiene unas dimensiones suficientemente amplias.
Comprobaremos algo fundamental y una de las condiciones imprescindibles para estas plantas: que el sustrato tenga un perfecto drenaje. Pensemos que los rododendros son plantas de montaña dónde la propia pendiente del terreno favorece un drenaje adecuado. Lleno con agua el hoy oque acabo de hacer y compruebo que el agua no se queda estancada.
Antes de comenzar todo este proceso de plantado preparé un litro de agua con la dosis correspondiente de fungicida. Con este preparado he rociado a conciencia todas las raíces y la parte inferior de los troncos, incluso he girado la planta bocabajo para que el preparado llegase a zonas a las que habría dificultad en llegar una vez esté plantado.
A continuación he puesto como base una buena capa del sustrato que preparé, de manera una vez situado el cepellón sobre ella la parte superior de las raíces quedara a la altura del suelo de mi jardín
Podéis ver que he rociado bien el cepellón con un activador de raíces que estimulará y acelerará el crecimiento de las raicillas, lo que a la larga redundará en un más rápido arraigo de la planta.
He compactado un poco la primera capa de sustrato preparado que he echado en la base del hoyo y he regado en profundidad. Como el sustrato se ha asentado un poco con el agua y ha bajado su nivel he tenido que añadir un poco más de sustrato para que la planta no quedara demasiado hundida.
He terminado de llenar el hoyo con más mezcla preparada asegurándome de que el nivel de las raíces superiores del cepellón del rododendro quedaran ligeramente por encima del nivel del suelo del jardín.
Compactaremos ligeramente el sustrato pero sin utilizar el típico "método" de pisar con la suela de las botas sobre él ya una presión excesiva podría dañar el cepellón.
Ya estamos próximos a terminar. Cansados? ajjajaja Ahora regamos en profundidad. Suelo dirigir el chorro de agua de la manguera con cierta presión sobre el sustrato recien añadido para que éste se mezcle bien con las raíces de la planta. Incluso he esperado a que el nivel del agua bajara para volver a añadir más agua. De este modo nos aseguramos de la perfecta hidratación de todo el sustrato que rodea la planta.
Cuando planto arbusto suelo hacerles un alcorque que impide que el agua del riego se aleje de la planta sin penetrar en el suelo.
Continuamos fumigando la parte aérea del rododendro con el fungicida que hemos preparado.
Ya únicamente nos resta poner sobre la zona una buena capa de acolchado. Con unos 8/10 cm será suficiente.
El acolchado tiene múltiples ventajas: conserva la humedad del sustrato porqrue retarda la evaporación, dificulta el crecimiento de malas hierbas, protegerá las raíces de los fríos invernales pero también del calor del verano a la vez que actúa de protección frente al viento que deshidrata tanto el sustrato.
He utilizado corteza de madera de encina. Yo creo que le vendrá bien. Es un acolchado que no impide la penetración del aire que precisan las raíces, que no se compacta y que con el tiempo se va descomponiendo incorporando materia orgánica al suelo. Podría haber utilizado astillas, agujas de pino, hojas secas u otro tipo de cortezas. Este material es el que tenía y me ha parecido adecuado utilizarlo.
No queda bonito así, verdad? Ya, ya lo sé. Pero llegaba la hora de comer y prefería hacer las fotografías necesarias para esta entrada. Como tenía que hacer otra plantación en el mismo arriate he preferido no poner toda la capa de acolchado hasta terminar las plantaciones.
Un último asunto de absoluta importancia: el acolchado no debe tocar la zona inferior del tallo ya que produciría en esta zona un exceso de humedad que podría favorecer el crecimiento de hongos además de impedir una correcta aireación de la corona de la planta. Dejamos por tanto un poquito de espacio entre el acolchado y el tronco.
Si nos fijamos de nuevo en el dibujillo que he incluído más arriba podemos ver algunos de los puntos importantes que hemos tenido en cuenta:
Hasta aquí sería el proceso para plantar un rododendro en un jardín con un suelo no arcilloso ni con problemas de compactación, sin problemas de drenaje, con un sustrato que tiende a la acidez.
¿No podemos plantar rododendros si nuestro jardín está situado en una zona con terrenos inadecuados? Evidentemente hay que desistir de intentar que crezca un rododendro en un sustrato con elevado ph. No sobrevivirá en un suelo arcilloso ni pesado pero todo problema puede paliarse.
Si nuestro suelo contiene gran cantidad de arcilla es aconsejable plantar sobre el nivel del suelo del jardín formando un arriate elevado.. Unos 50 cm es una altura adecuada.
Lo ideal sería hacerlo sobre un terreno que presente algo de pendiente. Primero deberemos retirar los 10/20 cm superiores del suelo de nuestro jardín y sobre este nuevo nivel una vez retirados estos centímetros de suelo formaremos el arriate elevado. La tierra puede contenerse con troncos, piedras, etc...
Deberemos asegurar una altura suficiente para que el sistema radicular de los rododendros, una vez crezcan, no bajen hasta el nivel de tierra arcillosa de nuestro jardín.
La mezcla con la que tendremos que rellenar este arriate y que rodeará las raíces del rododendro deberá contener mucha materia orgánica.
La siguiente foto corresponde a otro rincón de mi jardín donde también he plantado otro rododendro, es un arriate lleno de tierra con muchísima materia orgánica que procede de la caída de hojas y frutos de unas mimosas que hay a algunos metros y del material que tira el enebro que hay en él.
El arriate está ubicado sobre un terreno que presenta una pendiente que facilita el drenaje y aunque no es el caso porque se trata de un arriate que se hizo hace ya muchísimos años en esta foto se puede ver muy bien como podría haber plantado un rododendro si la tierra de mi jardín hubiera sido arcillosa.
En fin, esta vez he tenido en cuenta bastantes más aspectos a la hora de plantar los tres rododendros que tengo ahora en mi jardín. Espero tener mejor suerte con ellos que con el primero.
Los errores en jardinería tienen esto, que al final te hacen investigar en qué te has equivocado y te ayudan al menos a mejorar la siguiente vez que haces las cosas.
De nuevo me ha salido tremendamente larga la entrada. Perdonadme :)
Gracias por vuestras visitas.
AGREGO este último COMENTARIO porque me parece importante: Anoche colgué esta entrada que estáis leyendo y esta mañana una amiga jardinera, Yolanda Mira (Bemi), ha mencionado en mi perfil de facebook algo que yo desconocía y que agrego ahora a última hora porque me parece interesante decir que existen variedades de rododendros que son más tolerantes a cierta alcalinidad.
Por lo visto se utiliza "inkarho" como portainjerto que permite el cultivo de estas plantas en suelos arcillosos-neutros hasta un nivel de ph7. Este patrón está pantentado en Alemania.
Imagino que no será fácil adquirir un rododendro de este tipo en los viveros españoles de momento y que tendremos que recurrir a páginas web para hacernos con uno de ellos pero está bien saber de esta posibilidad. Muchas gracias, Bemi.