No pierden tiempo, apenas termina la floración comienzan a brotar con fuerza justo dónde estaban las inflorescencias. No olvidemos que al retirar las flores marchitas hay que hacerlo con sumo cuidado para no dañar las yemas de hojas que están justo debajo. Con las puntas de los dedos debemos desprender la inflorescencia ya pasada tirando con suavidad de ella.
Las flores de los rododendros no tienen prácticamente peciolo y al encontrarse muy pegadas a la rama es fácil dañar estas yemas que se encuentran por debajo.
En este momento están pegando un "estirón", de golpe sacan diez centímetros de pequeñas ramitas coronadas por varias hojas, en torno a cinco.
Me encantan también ahora, con ese contraste de color entre las hojas de la temporada anterior y las nuevas. Tienen un aspecto tan jugoso!!
Este Rhododendron por lo visto es del grupo Catawbiense 'Boursault'. Digo que por lo visto porque reconozco que no he logrado hacerme una idea clara y segura de cuántos grupos y a cual de ellos pertenece las variedades que he ido comprando.
En todo caso es un rododendro muy sano. También es verdad que creo que a tenor de su aspecto el sitio le gusta. No recibe sol más que apenas un momento por la mañana y quizás de refilón un poquillo por la tarde. Está bajo el muro de piedra que contiene las terrazas que bordean la casa y creo que la piedra que le aporta fresco. A la sombra de enebros, mimosas y un laurel.
Aparte de la materia orgánica que se le aportó en la plantación, la tierra de este arriate tenía ya antes de plantar el rododendro mucha materia orgánica porque el enebro que se encuentra en ella es de gran tamaño y va soltando mucha materia. Además, como es "enebra" cae al suelo gran cantidad de sus frutos. Así que se trata de un suelo muy mullido, que drena perfectamente pero que a la vez conserva cierto grado de humedad que es lo que desean estas plantas.
A este rododendro se le ve feliz y contento...