Eran los primeros días de enero de 2011. Lo recuerdo perfectamente. Estaba planificando mi futuro jardín. El que he cultivado hasta hace cosa de un
año antes de venirme a este. Visitaba páginas de blogs para inspirarme en el
diseño. Y entonces lo vi!!! Era un blog sobre un jardín maravilloso en la Cordillera de los Andes. Vi el jardín, allí en lo alto de un cerro en Chile. Imaginé
las montañas alrededor y a ella (María Cecilia) feliz cultivadora de aquel
rosal que producía las rosas más hermosas que yo había visto jamás!! Con
aquellos tonos verdosos en los pétalos externos de los capullos… Dios!! Qué
cosa tan hermosa!!! Aquella rosa no se parecía a ninguna otra que yo conociera. Claro que.. yo conocía tan pocas!!
Hasta entonces yo era una aficionada
a la jardinería que había cultivado en Barcelona hacía muchos, muchos años, seis o siete
rosales y que no tenía ningún problema
en adquirir un rosal en el antiguo Hipermercado “Continente” con la única indicación su etiqueta de “Rosal
rojo trepador” y me iba tan contenta a casa con él!! No me preguntaba por su
aroma, ni tipo de crecimiento, ni resistencia a enfermedades, ni si era un
híbrido de té, un floribunda, para empezar porque no tenía ni idea de qué era
esto; no sabía qué significaba “remontante”… y lo de los nombres, como no fuera
el de Papa A. Meilland que solía ver en las etiquetas de los rosales que por
aquel entonces se vendían…No conocía otros y por supuesto, no había oído hablar jamás de Rosas Antiguas!! Cuántas sorpresas te depara la vida y cuanta
gente y acontecimientos te pone en tu camino para darte la oportunidad de
aprender!!!
Como digo, era enero de 2011, a comienzos. Me enamoré, como siempre que me he enamoro, a primera vista!!! Si la titular de ese blog supiera la inquietud que
nació en mí al ver las fotografías de sus bellas rosas… Creo recordar que tras
un año o dos le envié un correo agradeciéndole que mostrara su precioso rosal y
haciéndole saber lo que posibilitó en mí
a partir de conocerlo. Pienso que la visión de este blog me determinó
completamente. Sí. A partir de aquel día surgió en mí un interés por las rosas
que no habría nacido jamás, si no fuera
gracias a las imágenes de las rosas Pierre de Ronsard que vi en aquel blog. Inmediatamente visité los viveros de mi
zona. Pequeños y malos. Ni idea. No sabían ni de qué rosal hablaba. Fui a otros
más grandes. Tampoco tuve suerte. Y en su búsqueda por Internet fui a parar a
una página que era un foro. Se llamaba "Infojardín". Jajajaj Cuántas cosas han
pasado desde entonces!! Y a cuánta gente estupenda he conocido a través de este
lugar y de otros lugares virtuales. Y allí descubrí que los rosales se podían
pedir a raíz desnuda en páginas web. Salvada!!
Tarde o temprano encontraría mi Pierre de Ronsard. Y así fue! Di con él
en un vivero de Zaragoza. Anda!! Maño mi rosalito!! Jajaja
Ni idea de dónde lo plantaría. En realidad cualquier idea que tuviera sobre
el diseño de mi jardín por aquel entonces era provisional salvo la decisión
irrevocable de tener un Pierre de Ronsard. Ya le encontraría el lugar adecuado.
No importaba. Los poquísimos días que tardó en llegar a casa me los pasé
literalmente pegada al ordenador y rodeada de libros en mi mesa. Quería saber,
quería saber…quería aprender qué necesitaban aquellas preciosas rosas para que
en mi jardín fueran igual de hermosas. Y una cosa me llevó a otra. Descubrí mil
aspectos sobre los rosales y su cultivo. Sobre los grupos en los que se
dividían los rosales. Sobre la manera adecuada de podarlos…descubrí un mundo
infinito en el que me adentré como se hace siempre cuando se tiene ganas de
aprender: con los ojos abiertos y las orejillas alerta.
Creo que jamás he plantado algo con más ilusión, con más mimo, con más
cuidado. Recuerdo que le decía a mi marido: “más grande, el hoyo más grande,
para que sus raíces crezcan felices y nos dé unas maravillosas rosas” ajjaja
El pobre abrió un hoyo tremendo a golpe de pico e incluso de martillo
eléctrico!! Tenía preparada toda la
información sobre cómo plantarlo. Tenía comprados todos los sustratos y
elementos para incorporar a sus raíces!! Solo faltaba que llegara…y llegó!!
El día último de aquel mes, enero, lo puse en tierra. Cómo era posible que
aquello tan diminuto se convirtiera en el magnífico trepador que yo había visto
en el blog de los Andes? Lo era. Vaya
que si lo era!! El tiempo, no mucho, se encargó de demostrármelo.
Cada día a partir de entonces bajaba al jardín a comprobar sus yemas y me
parecía eterna la espera para que se activaran. Qué emoción ver aparecer sus
diminutos capullos al comienzo de mayo!!
Desde el primer día creció con vigor sacando unos tallos rojizos que presagiaban en lo que se convertiría en muy pocos años.
Es verdad que sus primeras rosas me parecieron muy bonitas y muchas para
ser tan chiquito pero tengo que reconocer que un poquito sí me decepcioné. Mis
rosas no tenían aquel borde rosa intenso que había visto y que tanto ansiaba… eran más bien
pálidas. Llegué a pensar que vino mal etiquetado y el vivero al que compré los
dos primeros rosales, amablemente me envió
otros dos que también planté en un jardín que no tenía espacio para
ellos. No me arrepiento, el jardín se vio determinado por estos rosales y era
un verdadero espectáculo verlos florecer en mayo.
La siguiente primavera, la de 2012 se encargó de quitarme cualquier duda.
Por fin mi rosal se llenó de las rosas que yo esperaba, con el borde rosa
intenso, grandes, plenas, llenas de pétalos maravillosamente curvados. Creció a
un ritmo extraordinario!! Cada primavera, antes de abrirse las rosas me gustaba
intentar contar los capullos. jajaja Nunca lo lograba y es que no tenía la paciencia de seguir contando cuando llegaba a los 250 o 300.
Hoy sigue en aquel jardín que ya no cultivo. Sin mis cuidados. Pensé en
traérmelo al nuevo jardín como he hecho con otros pero es tarea imposible. Ha
crecido tanto!! Creo que sus raíces deben llegar al centro de la tierra!!
Tengo la satisfacción que de este rosal del que me enamoré han nacido otros
en varias partes de España. En Madrid hay uno que viajará pronto a Galicia. En
Valencia. En Cataluña mi amiga Maite creo que ha logrado que le sobreviva uno
de los esquejes que le envié.
Quiero pensar que aunque deba dejar mi rosal en el jardín dónde se cultivó
en realidad no morirá porque algunas partes de él ya viven en forma de
otros rosales que colmarán de alegría a los que lo cultiven. Y yo tendré otra
historia de amor que está por venir cuando llegue a casa el Pierre de Ronsard
que incluiré en mi siguiente pedido de rosales.