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Demos a nuestras rosas un té de fertilizantes orgánicos (Abono líquido)

Ahora nuestras rosas están en pleno apogeo. Habéis pensado alguna vez cuánta energía puede gastar un rosal para "fabricar" una rosa? Aunque no tengo la respuesta, reconozco que sí lo he pensado muchas veces. Me pongo delante de un rosal y a veces me viene a la cabeza eso, la de nutrientes que deberán necesitar para hacer esas maravillas. Una ayudita en forma de un nutritivo pero suave té (abono líquido) les vendrá de lujo para seguir ofreciéndonos más y más rosas.
Los jardineros jóvenes que me lean quizás no sabrán de qué hablo pero los de mi generación (la de los sesenta) reconocerán algunas de las cosas que voy a comentar ahora y que guardo con cariño en mi memoria. Lo siento, antes de entrar en materia me apetece enrollarme un poco jajajaja :D Se siente!!
Mi madre, creo que para descansar un poco de mí, ajajjaja me largaba todo el verano al pueblo (Yo encantada!!) Allí vivía con mis abuelos, mis primos y mis tíos y en aquel lugar de Extremadura podía establecer una relación con el entorno que a mí me parecía mágica. Una casa que construyó mi abuelo con sus propias manos. Unas paredes de casi de un metro de anchas, de piedra por dentro, de cal por fuera. Ay!! qué fresquita era aquella casa en verano... :) y cuánto pensaba yo que sabían de plantas mi abuela y mi tía que mantenían aquellos macetones de aspidistras lustrosos como mis zapatos de charol!! Me paraba a mirar los bichos sobre la eterna mata de margaritas que había bajo la ventana de la salita, en el diminuto pero primoroso patio que había en un lateral de la casa. Me encantaba romper el corazón de las flores para mirar dentro y descubrir qué había. Qué curiosa he sido siempre!! Ummm cuánto tendrían que aprender algunos diseñadores de jardines de esa jardinería humilde pero que rezumaba amor por las plantas y que se basaba en el ensayo y error para ir aprendiendo!! 
Como digo, me relacionaba con la Naturaleza de una manera que era imposible establecer en la ciudad (Barcelona) dónde yo vivía de continuo. Recuerdo con especial ternura un verano, podría ser el de 1967/1668 en el que siendo yo chica, siete u ocho años a lo sumo y con las piernas más delgadas que la Olivia de Popeye, iba con mi mícal (un pequeño cernícalo) sobre el hombro o incluso sobre la cabeza y atada la pata con un cacho de cuerda que yo sostenía en mi mano para que no volara. Nunca llegó a picarme ni agredirme Y yo tan contenta!! No veas lo orgullosa que me sentía de tener aquel "juguete" tan original. Ahora que lo pienso no sé como no me daba corte ninguno andar por el pueblo con aquello sobre la cabeza!! :D

Debía ser un pollo y a fecha de hoy todavía no entiendo por qué no se escapaba incluso cuando le quitaba la cuerda. Para que no lo hiciera pensé que lo mejor era buscarle yo misma el sustento correteando por las eras de los alrededores del pueblo y de paso probar a ver si tenía la suerte de que me dejaran conducir aquel maravilloso artilugio que era el trillo. Cosa difícil porque mi abuelo y mis tíos no se equivocan pensando que no haría caso ninguno de sus consejos de ir despacio y azuzaba a las bestias hasta que me salía de la parva y dañaba las cuchillas de aquel maravillo artefacto bajo el que crujía el cereal de los haces puestos en el suelo y claro, luego ya no me dejaban conducir más. No me extraña!!
A la búsqueda de su alimento estaba dispuesta a ensartar en una caña de trigo seco unas cuantas langostas y alguna que otra chicharra o cualquier bicho que se encontrara y se dejara pescar y ofrecérselas al pequeño mícal que a todas luces disfrutaba con las "brochetas" y en un pis pas daba buena cuenta de ellas. Vivía aquella ave a cuerpo de Rey. Sí señor.
Cocinar aquella "brochetas" repugnantes jajaja me costaba horas de andar corriendo sin descanso tratando de cazar los insectos con un cacho de cartón en la mano y no veas lo difícil que era!!
A veces, deshidratada ya, entraba como una ráfaga en casa y casi me atragantaba bebiendo el agua que tomaba de la tinaja de barro que tenía mi abuela en una esquina del zaguán con el vaso que había sobre la tapa de madera que cerraba la boca del recipiente. Qué fresca y qué rica estaba!! Y nadie pensaba en microbios ni en contagios teniendo en cuenta que bebíamos todos del mismo vaso jajaja
Entonces salía rauda y veloz mi abuela (porque si no se daba prisa yo desaparecía como un rayo a retornar a mis quehaceres culinarios) y me agarraba por detrás asiento bien fuerte la ropa que llevara y entonces ya no había escapatoria!!
— Un caldito!! (Aquello no era una pregunta. Aquello era una orden directa y sin posibilidad de negociación)
— Que no!! Que no. Que hace mucho calor, abuela!!! — Gritaba tratándome de zafarme. Qué me lo creía yo que iba a escapar de aquella extremeña con la cabeza más dura que una piedra y una determinación y capacidad de trabajo que todavía me asombra!!
— Un caldito, sí. Que gastas muchas energías corriendo todo el día buscando bichos!! Hale...y te endilgaba una taza de porcelana (que siempre tenía un despostillón en el culo) y quisieras o no, tenías que tomarte aquel caldo que sólo las abuelas (y algunas madres de ahora) saben preparar. Que a mí, con aquellos calores y la impaciencia de mi búsqueda "insectívora" no veía la hora de terminarlo pero que reconozco que estaba hecho con la sabiduría de los fogones viejos, como se hacían los caldos entonces...a fuego lento y con los avíos de una matanza de carnes criadas sin piensos y con las bellotas de las preciosas dehesas extremeñas.
Pues eso digo yo a mis rosas ahora:
— Un té!! Para reponer fuerzas!! ;)


Bromas aparte... En este período en que las energías que están consumiendo en florecer los deja exhaustos, sería buena cosa que puedan reponer las energías gastadas. En suelos arenosos y dónde los nutrientes se lixivian con tanta facilidad como en el mío, no me parece mala idea aportarles este fertilizante líquido que repondrá algún nutriente que falte y facilitará el que los rosales reflorecientes tengan disponible entre sus raíces el alimento que precisan para producir las siguientes floraciones.
El año pasado fue la primera vez que sustituí el abono químico por una mezcla de orgánicos elaborada por mi y cuya receta compartí con vosotros en un artículo (Incluyo los vínculos abajo).
Esta mezcla de abonos orgánicos la apliqué también en seco en verano. Y puesto que he visto que los resultados fueron estupendos, he vuelto a repetir esta temporada.
Tras la poda, al inicio de la estación, he hecho de nuevo la aportación de esta mezcla de abonos orgánicos directamente sobre el suelo, en seco (en seco los ingredientes, no el suelo ya que he efectuado riego en profundidad antes y después de la aplicación!!)
No es cosa de volver a darles otra dosis. Sé que hay  jardineros que abonan cada mes. No digo que funcione mal, lo que os cuento es lo que yo hago y creo que me funciona bastante bien. Evidentemente hablo siempre de las variedades de los rosales que yo cultivo, en mi jardín, con el suelo concreto que yo tengo y con el clima de mi zona. Sé que repito esto hasta la saciedad. No me importa hacerme pesada. Lo que no quisiera es que se me entendiera nunca como que estoy dando "recetas" o consejos de aplicación general, en cualquier momento el año, sin tener en cuenta el tipo de jardín, de suelo o de rosal. En absoluto!! Tan solo cuento mi experiencia y si de algo puede valeros, yo estaré encantada de que os facilite en algunos casos o que pueda orientar a los jardineros que terminan de iniciarse en el cultivo de rosales. 
Debo deciros también que me encantaría que si tenéis experiencia en la aplicación de abonos orgánicos me contarais como os ha funcionado o cuales son vuestra técnicas. Un blog de jardinería está para eso, para compartir, para exponer dudas e incluso para discrepar. Por qué no? También así se aprende si se hace con respeto.
Cada jardinero conoce su jardín y cada aficionado conoce perfectamente sus rosales. Debemos observarlos, conocerlos, tener presente la cantidad de lluvia, la humedad atmosférica, el suelo dónde crecen nuestros rosales, las temperaturas que soportan... y en función de ello aplicaremos unas u otras técnicas. Incluso siendo las mismas técnicas, el momento de su aplicación no será el mismo en unos jardines con un clima que otros con unas condiciones climatológicas distintas.
Como os comentaba el año pasado probé esta mezcla de fertilizantes orgánicos por dos veces (tras la poda y en verano). También apliqué por primera vez un té de compost que hice para fertilizar los rosales que se habían plantado al inicio del año y que no quería darles más que un fertilizante suave, más aún que la mezcla en seco.

Llevo muchos años cuidando rosales en más o menos cantidad. Antes no eran ciento y pico como ahora, pero no he dejado de cultivar siempre rosas aunque hayan sido pocos arbustos. El asunto es que es en este jardín cuando he decidido usar la fertilización con orgánicos y aquí es dónde mi experiencia se limita a estos tres años y pico que llevo cuidando de este jardín de ahora. Por eso, cada vez que aplico una mezcla nueva, trato de ser prudente y si acaso quedarme corta mejor que llegar a dañar raíces u hojas con mezclas demasiado potentes. 
Lo cierto es que en vista de los resultados yo diría que tanto la mezcla de orgánicos en seco como el té de compost dieron floraciones muy abundantes. Pero ya no hablo solamente de las rosas, el estado de los rosales en general a mí me parece que es bastante bueno, el follaje está sano, la mayoría crecen vigorosamente... así que ello me da más confianza para seguir aplicando las mismas técnicas que comencé el año pasado.
Quisiera aclarar, porque es algo que algunos me han preguntado, que yo no estoy en absoluto en contra del uso de abonos químicos. Pero voy a matizar esta afirmación. No estoy en contra siempre que se respete el suelo. Me voy a explicar.
Llevar a cabo la fertilización completa de un jardín muy grande como el mío, a base exclusivamente de abonos orgánicos sería mi aspiración y creo que la de cualquier jardinero orgánico. Lo cierto es que disponer de la cantidad de fertilizantes de este tipo que se precisarían, a mí al menos, se me hace imposible. Son metros y metros de plantaciones y ello conllevaría poder elaborar no solamente el compost que cabe en una de mis dos compostadoras (que es lo que logro en un año) si no muchas otras más. Ni dispongo el material de poda, restos, etc..ni mi cocina genera tanto desechos orgánicos. 
Si mi jardín tuviera otro tipo de suelo más arcillo, que retuviera mejor los nutrientes, probablemente solo usaría el estiércol curado pero mi suelo es el que es y pierde el agua y los nutrientes con extrema facilidad como os comento siempre.
Como sabéis hago dos aportaciones muy, muy generosas de estiércol curado a todo el suelo de todas las plantaciones. Ello me permite nutrirlo, que sea más mullido, que se oxigene mejor, aportarle vida, materia orgánica y posibilitar el crecimiento de microorganismos que a su vez ponen los nutrientes del suelo a disposición de las raíces de las plantas...digamos que no permito que mi suelo se empobrezca y muera la vida que hay en él si no lo contrario.
Pero como todos sabemos, el estiércol y el compost no son ricos en macronutrientes y los que tiene son muy variables dependiendo del tipo de estiércol o de compost, de los elementos que lo componen y del estado de madurez en el que se aplica. Es más el beneficio que aporta al suelo en cuanto a su estructura por la materia orgánica que se deposita en él.
Lo repito, la parcela al llegar yo aquí tenía un suelo literalmente muerto, desnutrido, falto absoluto de riego o aportaciones de fertilizante alguno y cargado hasta las trancas de herbicidas. Transformar este suelo me llevará años. No importa, yo tengo paciencia y ganas de trabajar!! Seguramente dentro de unos años prescinda de la aplicación de abono químico que hago a los arbustos al inicio de la temporada pero de momento, creo que debo tener la seguridad de que el suelo tiene NPK suficientes para que las plantaciones crezcan con salud.
Una estructura de suelo saludable y un pH correcto es tan importante como la aplicación de fertilizantes a la hora de prevenir deficiencias nutricionales y a la larga de enfermedades y plagas en las rosas.
El uso de fertilizantes orgánicos mejora la estructura del suelo cosa que no hacen los químicos. Los gusanos y microorganisos beneficiosos precisan de algún tipo de material orgánico para nutrirse y mantenerse sanos y para ello es necesario hacer aportaciones constantes de enmiendas y de abonos orgánicos.
Los abonos orgánicos no solo nutren los rosales, también nutren el suelo, lo mejoran, aportan materia orgánica y modifican su estructura. Y ello porque en sí mismos constituyen materia orgánica. Sustancias absolutamente necesarias para que el suelo permanezca vivo, lleno de microorganismos que facilitarán que los rosales puedan disponer de los nutrientes presentes en el suelo muchas veces pero en condiciones que no les permiten absorberlos.
El aporte puntual y comedido de los abonos químicos no es que sea radicalmente negativo pero pretender cultivar de forma saludable los rosales en un suelo sin nutrir orgánicamente nunca, sin aportarle materia orgánica ni nutrientes para la microfauna… es bastante complicado!! El uso exclusivo y constante de este tipo de fertilizantes provoca que  a la larga se pierda la materia orgánica y que decrezcan los organismos vivos tan importantes para construir un suelo de calidad. En este proceso el suelo va perdiendo su capacidad para retener el agua y al aplicar estos fertilizantes químicos cada vez más cantidad se lixiviará filtrándose a través del suelo hacia las capas profundas dónde las raíces del rosal ya no tendrán acceso a ellos.
Lo que vengo a decir es que abono químico sí, siempre que en paralelo se cuide el suelo con aportaciones que lo enriquezcan, que favorezcan la vida que hay en él y siempre que el tema no se limite a fertilizar las plantas aportando nutrientes para ellas pero dejando el suelo empobrecido.
Sé que son comentarios que muchos de los que escribimos un blog repetimos hasta la saciedad pero creo que hay que hacerlo. Que nos concienciemos de la importancia de respetar el suelo de nuestro jardín ya no es solo importante para nuestras plantas particulares, es importante para la naturaleza que nos rodea y que rodea a nuestros vecinos.
Retomo y me ciño ahora al té del que empecé a hablar! Como os decía, un "empujoncito" a estas alturas de la temporada les va a venir de perlas a nuestras rosas!! Si algo tiene de ventajoso los abonos orgánicos es que es prácticamente imposible pasarnos con ellos y llegar a quemar un rosal porque son extremadamente suaves y poco concentrados. Así que no hay miedo de usarlos.
En la Red encontraréis varias recetas para hacer este tipo de té. Unas tiene más de esto y otras más de lo otro. No se pretende un fertilizante con proporciones de NPK exactas como tenemos con un fertilizante químico. Los té podemos hacerlos de infinidad de materiales. Desde tés de compost, a té de ortigas, de diversos abonos orgánicos, etc. Cada uno tendrá unos beneficios. Lo importante es que vayamos experimentando como le sienta a nuestros rosales.
De todos modos si alguno de vosotros tiene curiosidad por saber la receta que yo he elaborado, la pongo a vuestra disposición en la parte final de este artículo.
Después de buscar información y de hablar por facebook con algún amigo jardinero de los foros de aficionados a las rosas en los que participo y preguntarles por su experiencia, muchos me han reconocido que incluyen estos té como parte de su programa de fertilización. Eso sí,  cada uno de ellos vino a decirme que elaboraba la "receta" con más o menos cantidad de algunos elementos e incluso más de uno no usaba algunos de los ingredientes y otros incluían alguno que yo no he usado finalmente.
Como yo tiendo a ser bastante curiosa y no me gusta aplicar a mis rosales nada sin saber, al menos de forma aproximada, qué es lo que estoy poniendo, decidí elaborar mi propia receta aumentando o disminuyendo la cantidad de cada ingrediente en función de los nutrientes que aportaban y del resultado final que yo pretendía.
No tiene mayor importancia ni se busca como digo, exactitud en las cantidades. El que haya hecho esta tabla en la que he ido anotando cantidades y porcentajes, se debe menos a que sea necesario hacerlo cuando se elabora un té que a mi forma particular de ser jejejeje :P
Lo que sí quería era una mezcla que tuviera más sodio y potasio que nitrógeno porque ahora, lo que precisan nuestros rosales no es tanto crecer como producir floraciones abundantes. Y por supuesto que enriqueciera mi suelo con nutrientes secundarios, micronutrientes y otros elementos que aunque en ínfimas cantidades, son precisos.
De todos modos como os digo, un té puede hacerse con muchos otros elementos si no disponéis de algunos de los que veáis en cualquier receta. Sí aconsejaría a quienes os decidáis a aportarlo que busquéis información sobre qué nutriente aporta y en qué cantidad cada ingrediente que incorporéis al té. Así tendréis una idea por lo menos aproximada de si es equilibrado o no y de si incorpora el nutriente preciso para este momento el año.
La elaboración no puede ser más sencilla. 
Una vez decidido con qué vamos a "cocinar" nuestro té y saber las proporciones que de cada ingrediente vamos a incorporar, no tenemos más que pesar cada elemento y saber la proporción de agua que tenemos que añadir.
Al igual que los ingredientes que usemos y las cantidades, también puede ser un poco variable la proporción de agua en la que los diluyamos. Debería ser una mezcla que permita humedecer bien las raíces del rosal. Lo ideal sería que cada rosal recibiera unos 4 litros de té. Dependerá, claro está, del tamaño del rosal y del tiempo que lleven plantados. Un rambler de varios años, debería recibir más cantidad aún para empapar bien sus raíces. Un pequeño rosal arbustivos que sea jovencito, tendrá bastante con algo menos de esta cantidad.
Yo he calculado a cuatro litros por rosal. Los más grandes por los más pequeños. Si sobra algo podemos siempre aplicarlo a cualquier otro arbusto que veamos algo necesitado.
No he querido abonar los rugosas porque lo hago únicamente con las dos aportaciones anuales de estiércol. Así que si resto estos cinco debía hacer para 107 rosales, es decir, algo más de 400 litros.
Está claro que si tenéis pocos rosales con un cubo de esos de jardín que venden en los chinos tendréis suficiente pero si cultiváis una cantidad grande de rosales, deberéis disponer de algunos cubos más dónde os quepan tantos litros de agua como preciséis.
Otro aspecto que me gustaría comentar para facilitar el trabajo es que creo que es mejor ubicar ya de entrada los cubos vacíos en distintas zonas del jardín. Es mucho más cómodo!! Si tenemos cerca de los rosales el té, nos ahorramos viajes.
Por cierto, que no os pase como a mí con el primer cubo, que lo puse en un terreno con inclinación y si me descuido se vierte un poco por arriba :D
Una vez pesados echarlos al fondo de los recipientes e incorporar el agua con la manguera a presión. De esta manera estaremos metiendo oxígeno a la mezcla lo que redundará en beneficio del crecimiento de microorganismos. 
Llenar el recipiente hasta arriba y remover bien el conjunto con un palo.
Tapar y dejar de dos a tres días. No más de cuatro. Conviene eso sí, remover cada día para que la mezcla de materiales no se deposite abajo y se disuelva en el agua lo más posible y que la mezcla tenga oxígeno.
Es mejor tapar los recipientes para evitar que entren insectos o que caigan hojas, pétalos o incluso algún animalillo curioso. 
Un té no es un fertilizante tóxicoAl contrario, incorpora muchos microorganismos que son muy beneficiosos para el suelo como venimos diciendo. A pesar de ello, debemos manipular siempre este tipo de sustancias con guantes y mascarilla.
Evitaremos respirar el polvillo que se produce en ocasiones al volcar ciertas sustancias en los recipientes.
Durante estos días la fermentación provocará que el líquido adquiera algo de temperatura. Es normal.
Pasado el tiempo de fermentación no tenemos más que ir tomando del recipiente la cantidad de litros por rosal que corresponda y aplicarlo sobre el suelo que rodea las raíces despacito, tratando de distribuirlo bien por toda la zona.


Es importantísimo que reguemos en profundidad antes de aplicar cualquier fertilizante, sea químico o sea orgánico. Facilitaremos así que la tierra húmeda absorba mucho mejor los nutrientes y no nos arriesgaremos a quemar nunca las raíces de los rosales.
No incluyo fotografías del riego previo a la aplicación del fertilizante porque en este caso concreto lleva dos días enteros lloviendo y el suelo está suficientemente empapado. Lo cual me ha venido de perlas!!
Este cazo tiene una capacidad de 2 litros así que un par de ellos a cada rosal de tamaño normalito, tres a los rambler y trepadores grandes y algo menos a los de reciente plantación.
Un poco más de agua después del té ayudará a que este fertilizante termine por distribuirse por todas la zona dónde crecen las raíces.
Este fertilizante suavecito será como un buen tónico para nuestras rosas. Sin duda ayudarán a suplir algún nutriente del que mi suelo ande deficitario.
Una cosa más! Comprobaréis que en la parte inferior del recipiente dónde elaboréis el té queda mucho material sin diluir del todo. No lo tiréis!! Podéis añadirle algo más de agua y distribuirlo por la base de otros arbustos que anden decaídos o incluso incorporarlo a las composteras.
Por último, los fertilizantes orgánicos elaborados de forma casera son biológicamente demasiado activos para poder guardarse para posteriores usos. Como os comentaba más arriba, deberemos usar el té en los tres días siguientes a su elaboración.
Por cierto, este tipo de tés pueden usarse tanto como abono líquido sobre el sustrato que rodea las raíces como en forma de abono foliar rociando directamente el té sobre las hojas del rosal.
Si queréis usar la mezcla como abono foliar metiendo los abonos en una bolsa de tela elástica de esas en las que vienen envueltos algunos jamones en la carnicería, el líquido resultante estará mucho más filtrado. No obstante, para aplicarlo con mochila, creo que si no se pasa a través de un tamiz muy fino fácilmente se obturará la boquilla. Además de que se diluyen mejor los ingredientes sueltos en el agua que metidos en la bolsa.


* * * * * 
Y ahora, si alguien tiene curiosidad por la receta que yo he elaborado, a continuación os pongo un cuadro con las cantidades y los ingredientes que he usado para este té. Pero de nuevo repito, un té podéis hacerlo con infinidad de abonos orgánicos.

* Estiércol en pellets
* Harina de huesos
* Algas en polvo
* Harina de pescado
* Sales de Epsom

Además he incorporado también

* Quelatos de hierro
* Vinagre de vino blanco

La mezcla de estos cinco elementos daría un fertilizante muy suave pero con los tres macronutrientes (NPK) presentes en ella. Con valores más altos en fósforo y potasio que en nitrógeno.
Pero además, algunos de los ingredientes, aportarían también nutrientes secundarios como calcio, magnesio y azufre.
En esta mezcla habría también en cantidades imposibles de cuantificar ácidos húmicos y micronutrientes como boro, manganeso, cobre y zinc.
Podéis ver que como parte de la receta he incluido además quelatos de hierro y vinagre de vino blanco. Y esto es por dos razones. Una porque observo que en algunos de mis rosales, en ocasiones, presentan algún signo de déficit de hierro y me veo obligada a hacer aportaciones de quelatos de vez en cuando.
La incorporación del vinagre es porque creo que los rosales se cultivan mejor en un suelo con cierta tendencia a la acidez, sin ser esta exagerada. Un poquillo de vinagre bajará siempre (aunque en un grado mínimo) el pH del suelo.
La segunda razón es un poco subjetiva. Me explico. Diría que los rosales en la gama de púrpuras, violetas... producen rosas en tonos más fríos, más azuladas, más tendiendo al violeta que al magenta, cuando crecen en terrenos algo más ácidos pero ya digo, como no he hecho pruebas rigurosas que me permitan afirmarlo con rotundidad, solo digo que quizás es una apreciación subjetiva. 
Debo decir que estos dos últimos ingredientes no los he considerado a la hora de las proporciones de nutrientes lógicamente dado que no añaden ni nitrógeno, ni fósforo ni potasio.
Las cantidades de abono que necesitaremos estará en función, lógicamente, del número de rosales que cultivemos. Yo he empleado el tiempo en hacer este cuadrito que en posteriores ocasiones me facilitará la labor al tener ya calculadas las cantidades. 
He pensado que podría facilitar las cosas a quienes se decidan a hacer un té incluir los datos para un número variable de plantas. Así podéis ver en el siguiente cuadro las cantidades que se precisarían para 1, 10 , 50, 100 y como es mi caso 107.
Y como con este tipo de fertilizantes no es preciso andar con exactitudes puede ser cómodo saber usar un mismo recipiente para medir todos, de manera que si sabemos lo que pesa el contenido de la misma taza llena de los distintos abonos, será mucho más rápido confeccionar la mezcla.

En fin, lo cierto es que no me ha costado mucho elaborar la mezcla. Remover un par o tres de veces al día...pues eso, mientras paseaba iba pasándome por los cubos alojados en distintos lugares del jardín y con el palo lo removía...
Lo más trabajoso ha sido ir echando los dos cazos por rosal pero al final decidí llenar una regadera grande y de ahí iba llenando los cazos.
Sí, es verdad que es más fácil echar un puñado de bolitas azules, pero éstas, aunque pondrán a disposición de vuestras rosas los nutrientes, no aportarán nada a vuestro suelo y tarde o temprano se empobrecerá. Será pan para hoy y hambre para mañana ;)
Que paséis un estupendo fin de semana, queridos lectores!!


* * * * * 
Son ya varios los artículos publicados en este blog que tratan de los fertilizantes en general y de los abonos orgánicos en particular. Pongo a vuestra disposición varios enlaces en los que se desarrollan estos aspectos y que estoy segura será del interés de algunos lectores no solo que cultiva rosales si no plantas en general.

Fertilizar o abonar nuestros rosales. Nociones generales.
Abonos orgánicos para los rosales vs. fertilizantes químicos
Receta (mezcla) casera de abonos naturales para aplicar "en seco" a los rosales tras la poda
Té de compost para los rosales. Un buen abono orgánico soluble
Algunos abonos orgánicos y enmiendas del suelo que podemos usar con nuestros rosales.
Abonado de los rosales con fertilizante orgánico a principios de verano después de la floración.
Cáscaras de huevo usadas como fertilizante para aportar calcio (Ca) a nuestros rosales


Té de compost para los rosales. Un buen abono orgánico soluble

Hoy quiero hablaros del té de compost y de sus múltiples beneficios para nuestros rosales en particular y para el jardín en general.
Se trata de un suave abono líquido orgánico nutricionalmente bien equilibrado y lleno de microorganismos beneficiosos para el suelo (Aumentando o restableciendo su actividad bacteriana) y para las plantas que puede usarse diluido para regar el suelo alrededor de los rosales o como abono foliar
Aportar té de compost es una estupendo modo de nutrir nuestro suelo. Alimentando al suelo estamos alimentando a los microorganismos que con su labor modifican los nutrientes presentes en el suelo hasta transformarlos de modo que las plantas puedan usarlos para alimentarse. Además, aportando este abono líquido proporcionaremos de manera rápida los nutrientes a la planta que podrán ser absorbidos muy pronto por las raíces de los rosales o por las hojas en el caso de utilizarlo como abono foliar.
Venimos repitiendo la importancia de hacerlo. Un suelo vivo, lleno de diversidad de microorganismos es un suelo dónde las raíces de las plantas pueden obtener los nutrientes que precisan. Las plantas que crecen en suelos sanos y ricos son plantas mucho más resistentes a las plangas y a las enfermedades, pero también resisten mucho mejor las condiciones extremas de temperatura y humedad. Pero además este suelo enriquecido tendrá mucha más capacidad de retención de agua con lo que el ahorro de riego será importante. El aporte de té de compost al suelo, ayuda al crecimiento en él de nematodos, hongos, protozoos, bacterias, etc, que ayudarán a la hora de que los nutrientes que precisan nuestros rosales estén disponibles en el suelo para ellos y aumentando el sistema inmunológico de las plantas que crecen en él..
Un momento adecuado para usar este té de compost es en las plantaciones recientes. Este tipo de tés ayudarán en el estrés que supone siempre un trasplante y fomentará el crecimiento de raíces con lo que a la larga ayudarán al arraigo de las mismas.
Este invierno planté algunos rosales a raíz desnuda que no he querido abonar con los fertilizantes orgánicos en seco que aporté a los rosales ya consolidados no hace demasiado. Prefiero en este caso, aportar al suelo un buen riego con este té que será un abono muy suave para ellos y aplazar la aportación de fertilizantes secos para el momento posterior a la primera floración.
El té de compost a pesar de ser muy fácil de realizar y poder hacerlo nosotros mismos en casa, es imprescindible que se haga con compost bien maduro. No nos vale un compost fresco, compuesto de materiales visibles todavía. Lo mejor es ahondar en la pila de compost y tomar una buena palada de la parte inferior que es dónde suele estar más compostados los materiales. Lo ideal es ese compost ya muy hecho, compuesto de partículas pequeñas dónde ya no se reconoce en absoluto su origen, de color bien oscuro y ese agradable olor que conocemos todos los que hacemos compost, a tierra de bosque!!
Aclaremos sin embargo que no es lo mismo un té de compost que un té de estiércol. Aunque se puede elaborar de la misma forma no se recomienda en aplicaciones foliares y en todo caso nutricionalmente es mucho más equilibrado el té de compost.
Para elaborar este té de compost he usado una proporción de tres medidas de compost por diez de agua. Como podéis ver en estas fotografías me he servido de una vieja jarra de plástico que me ha permitido echar los dos ingredientes en las proporciones adecuadas.
Conviene usar agua de lluvia para hacerlo pero en caso de no disponer de ella dejaremos en reposo durante un par de días la que tengamos y de este modo conseguiremos que se quite el cloro que pudiera contener y que no facilita en absoluto la reproducción de los microorganismos y fermentación que se producirá en la elaboración del té.
Al parecer son bastantes jardineros los que afirman que la adición de un poco de melaza a la mezcla aumenta el número de microorganismos que crecen en ella aumentando la calidad del producto final
Yo personalmente prefiero no agregarla porque en mi jardín muchísimas hormigas y la verdad, me da miedo que el dulzor de la melaza atraiga a las hormigas a las raíces de los rosales dónde aplique el té.
He buscado información sobre el proceso que pudiera seguir la melaza dentro del té pensando que quizás se transforme químicamente y que cuando se aplique el té los azúcares se pueden haber transformado en algo que no atraiga a las hormigas. No tengo ni remota idea y como no tengo seguridad de este tema prefiero ser cauta no agregándola. Si en algún momento encuentro alguna explicación que me asegure que la melaza no atraerá a las hormigas, sin duda, la siguiente vez que haga té de compost la agregaré a él.
Como no tenía otra cosa a mi disposición he utilizado una malla de esas que vienen cubriendo los jamones cuando los compramos. Como son de forma tubular le he cerrado uno de los extremos con una brida apretando bien para asegurarme de que no podría salir parte del compost.

Una vez llenada la "bolsa" con la cantidad de compost necesario la he cerrado simplemente anudando el extremo de la bolsa y la he introducido en un cubo grande de plástico de esos que venden en los chinos.
A continuación simplemente he agregado diez medidas de agua y me subido y bajado durante un buen rato la bolsa de compost para que se impregnara bien de agua y empezara a soltar su sustancia.
Con un palo de superficie suave (para no romper la bolsa de tela) he movido enérgicamente durante todo el fin de semana cada vez que me acordaba y que he podido (que ya digo que al no trabajar he tenido oportunidad de hacerlo muy, muy frecuentemente). Cada vez que he removido el té he vuelto a taparlo con la tapadera.
Así ha estado el té de compost durante el sábado y domingo. Esta tarde ya estaba listo. A continuación he dejado escurrir un rato la bolsa que contenía el compost sobre el té apretándola con las manos durante un rato y cuando ha dejado de gotear la he depositado fuera del cubo.


Si es para riego no hace falta colar este té puesto que de haber dejado escapar la bolsa alguna partícula del compost no tendría la menor importancia. Tan solo agregar la proporción de agua indicada más abajo y ya está listo para regar el suelo del rosal.

Si se quiere usar como abono foliar sí, entonces es preciso pasar el té a través de una gasa, o un trapo de tejido fino que no deje escapar partícula alguna de compost.
Tenía unas tomateras recién plantadas y he aprovechado para aplicar este abono a las hojas así que he colado un poco del té a través de un trozo de camiseta vieja.
Ayudándome de un embudo he llenado un quinto de una botella con el té 

Y no he tenido más que agregar otras cuartro partes de agua y listo el té de compost para aplicarlo a modo de abono foliar!!

Por lo pronto, como estos rosales plantados no hace mucho, no han formado aún hojas adultas esperaré antes de hacerles ningún abono foliar. De momento lo que pretendo es nutrir su suelo y sobretodo enriquecerlo a nivel bacteriano.
El proceso para elaborar el té de compost debe ser aeróbico (con aire) ya que el crecimiento de patógenos en medios con poco oxígeno crecen más rápidamente. El aumento de microorganismos beneficiosos y la permanencia de éstos con vida depende de que la mezcla esté bien oxigenada. De ahí la importancia de moverlo lo más frecuentemente que se pueda. Nunca con una herramienta metálica. Lo ideal es usar una rama bien rígida para hacerlo o un instrumento de madera.
Comencé a hacer en el fin de semana. La razón es que este té debe moverse muy frecuentemente para mantener vivos los microorganismos. De lo contrario, de no moverlo muy, muy a manudo a lo largo del día, los organismos comenzarían pronto a utilizar el oxígeno de la mezcla por lo que el proceso se convertiría en anaeróbico y el mal olor haría pronto su aparición en este té.
No conviene dejar en maceración el compost más de tres días. La riqueza de este té comenzará a decrecer al empezar a morir parte de los microorganismos que contiene.
Estos días de atrás ha estado lloviendo en abundancia, de modo que el suelo de mi jardín debe estar con suficiente humedad, no solo superficial de modo que no precisaré de un riego previo a la aplicación. Mañana pronostican lluvia también así que, a poco que la lluvia me dé un rato de tregua,  aprovecharé para aplicar este té de compost al suelo alrededor de los rosales plantados este invierno a raíz desnuda.
Una vez han transcurrido estos dos o tres días de maceración y constante movimiento de la mezcla hay que sacar el compost de la mezcla. Así estará listo para su uso mezclándolo con agua en cantidad que depende del uso que le vayamos a dar (según sea para regar la tierra o como abono foliar)
Los restos que quedan de colar este té lo podemos incorporar de nuevo a la pila de compost sin problema alguno. Incluso quienes no hagan compost casero puede ponerlo esparcido sobre el suelo removiendo ligeramente para taparlo un poco mezclado con el suelo superficial.
Disolución para su aplicación: Para aplicación en forma de riego, diluir en una proporción de 1;3 (una parte de té y tres de agua). Para aplicaciones foliares la disolución correcta podría ser en torno a 1:4 (una parte de té de compost por cada cuatro de agua). Conviene que no esperemos para hacer la aplicación una vez que hagamos la disolución en agua.
Como decimos, también podríamos usar este té como abono de aplicación foliar. En este caso parece que se está comprobando que la aplicación del estos tés a la superficie de las hojas las estaríamos ocupando y cubriendo con organismos beneficiosos que no permitirían o al menos reducirían el crecimiento de organismos patógenos. 
Será preciso un perfecto colado a través de una tela de tejido muy denso para que no obture el pulverizador y conviene añadir unas gotas de aceite de oliva o lavavajillas para ayudar a que se adhiera a las hojas.
Pero además, este abono foliar es un modo de suministrar a la planta de nutrientes a través de las hojas. Ya sabemos que los rosales no solo pueden obtener su alimentos del suelo a través de las raíces, también lo hacen a través de sus hojas.
La ventaja que tienen estas aplicaciones foliares es la inmediatez de la disposición de los nutrientes para la planta. Es preferible esperar a la aparición de las primeras hojas completas (más de cinco folíolos) en el rosal antes de su aplicación. 


Cualquier aplicación, sea del tipo que sea conviene hacerla estando el rosal perfectamente hidratado, nunca con falta de agua.
Por supuesto no debemos aplicar jamás ningún tipo de pulverización sobre las hojas de los rosales en momentos de mucho calor o a pleno sol. Es preferible hacerlo a última hora de la noche o a primera de la mañana. Nunca a mediodía.

Purín de ortigas. Un estupendo insecticida y un fantástico abono.

Cuando me vine a vivir aquí sabía ni que tenía ortigas (Urtica urens, U. dioica) en el jardín  Un dia miré las hojas y me lo parecieron y las dudas desaparecieron absolutamente cuando sentí el picor al tocarlas jajajja Inmediatamente pensé en hacer purín de ortigas sin tener claro exactamente en qué lo iba a utilizar.

Me parecía que debía aprovechar aquellas ortigas frondosas que crecían en la parte baja de mi jardín y que era una lástima permitir que se estropearan sin darles una utilidad.

Sabía que las propiedades y aplicaciones de las ortigas son múltiples tanto medicinales como en jardinería y agricultura y que se trata de una de las “malas hierbas” más útiles que puede crecer en nuestros jardines. Pero nunca había hecho este preparado así que lo primero que hice fue informarme.

Tengo las fotografías de esta entrada desde finales de marzo pero hasta ahora no he encontrado el momento para terminar esta entrada.  Me hubiera gustado comprobar su efectividad contra los pulgones pero utilizarlo como insecticida no venía al caso dado que por aquel entonces (finales de marzo) no se habían presentado plaga alguna en el jardín y los pulgones todavía no habían hecho su aparición. Planté bastantes rosales en invierno y pensé que les vendría bien un buen abonado de este tipo.

Pero el purín de ortigas no solo se utiliza como insecticida ecológico, también puede usarse para activar el montón de compost, como abono foliar  o abono líquido para el suelo, etc.

Había oído y leído sobre sus virtudes pero no tenía una información detallada del proceso de preparación ni del modo de utilizarlo. Debo de reconocer que una vez consultados libros y bastantes páginas de Internet comprobé que la información que ofrecen varía algo de un lugar a otro. He visto bastantes recetas, proporciones y métodos para realizar el purín de ortiga así como distintas proporciones a la hora de diluirlo con agua.  En todo caso  parece que quienes la han usado están satisfechos de los resultados con independencia de la disolución (dentro de unos límites, claro) y no he leído demasiados casos de consecuencias negativas debida a que el purín se diluya con una pizca más o menos de agua.



Así fue como prepararé el purín de ortigas:
  • Esperé a que las ortigas estuvieran bien desarrolladas y próximas a su floración. Por lo que se ve es el mejor momento para hacerlo. Corté las raíces y la parte inferior de los tallos que estaban algo duros y reservé las partes menos secas. Trocee las ortigas.
  • Puse las ortigas troceadas (utilicé guantes, claro está para prevenir el picor que producen al contacto con la piel) en un recipiente bastante grande de plástico (No es conveniente hacerlo en uno metálico. También valdría uno de vidrio pero yo no disponía de uno). La cantidad de ortigas troceadas ya que utilicé fueron aproximadamente 1 kg.
  • Agregué unos 10 litros más o menos de agua. Lo suyo era utilizar agua sin cloro, de manera que aunque la del grifo de casa no es nada alcalina (no debe serlo para hacer el purín de ortigas) preferí coger agua de un manantial cercano a dónde vivo. Lo ideal es usar agua de lluvia.
  • Removí bien el conjunto con un palo de madera.
  • Cubrí el recipiente con una malla fina de gasa para que no cayeran bichos y lo dejé reposar 15 días a la sombra, al aire libre. Es importante no cerrar el recipiente herméticamente y permitir la entrada de aire.
  • Lo fui moviendo cada día cuando me acordaba (un par de veces al día). Cuando lo removía lo hacía durante un ratito y enérgicamente para que penetrara bastante cantidad de oxígeno.
  • Una vez pasado el tiempo lo filtré a través de una malla muy fina de gasa para evitar que cayeran semillas y se me llenara todo de ortigas allí dónde lo aplicara. También es aconsejable filtrarlo para no obturar la boquilla del fumigador si se va a utilizar para pulverizar las plantas.
  • Y lo usé diluido en una proporción de 1:10 para abonar el suelo alrededor de los rosales que había plantado en invierno. Esta proporción de disolución puede variar dependiendo de la utilidad que se le vaya a dar.
En el cuadro que he puesto podéis ver que el preparado puede usarse para distintos fines dependiendo del momento o fase en el que se encuentre la preparación. También la cantidad de agua en la que se diluya varía en función de su uso.
Este cuadro es la recopilación de los datos que he ido consiguiendo al buscar información. Suelo hacerlos jajaja es mi manera de sintetizar lo que voy aprendiendo. He creído que tener un cuadro en el que de un vistazo puedas tener la información toda junta puede ser de utilidad a algunas personas. No lo sé, en todo caso, lo comparto con vosotros.. 
Como digo arriba, no he llegado a probar este purín más que en forma de abono, pero no sé todavía como funciona para otros menesteres, por ejemplo no lo he probado aún  contra el pulgón ni como activador del montón de compost.
Esta vez ha sido un poco experimentar algo nuevo. La próxima vez que lo prepare lo usaré de distintas formas y anotaré resultados. Ampliaré con ellos esta entrada y así los compartiré con vosotros.

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