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Del jardín ausente

Mañana se cumplirá una semana. Casi siete noches con sus casi siete días sin estar en él. Lo peor son los días. Terriblemente largos. Sus horas de ritmo insufriblemente lento!! 
Comienzo ya  por la mañana  sabiendo que me tengo que resignar y que ni hoy ni mañana ni pasado...ni en varias semanas podré volver a recorrer sus caminos. La fracturas de los huesos tienen eso, un tiempo de recuperación muy largo. Y si las fracturas son en las piernas pues la imposibilidad a la hora de jardinear es total y absoluta. Maldita sea!! En la hora en que se me ocurrió el miércoles bajar por aquel camino escarpado!! 

Vitex agnus-castus Var.Latifolia (Árbol casto, Sauzgatillo o pimienta del monje)

Hoy quiero mostraros uno de mis arbustos favoritos Vitex agus-catus Var. Latifolia conocido con nombres comunes tan distintos como Sauzgatillo, pimienta del monje o árbol casto. Cultivo dos, uno con más insolación que el otro, ambos con bastante sol. 
Son de crecimiento rápido y  han crecido bastante en este año. Existen algunas variedades en las que cambia el tamaño de las hojas y el color de las flores. Así Vitex agnus-castus 'Alba' florece en blanco y la variedad Latifolia tiene las hojas más grandes que las demás y las espigas florales de color azul lavanda.
Florecen al final del verano  en panículas terminales que tienen cierta semejanza con las de las Budleias.  Por cierto, es un arbusto cuyas flores atraen a muchísimos insectos!! 


Al madurar aparecen los frutos que son negruzcos y según dicen alguna vez se usaron como sustituto de la pimienta por su fuerte sabor acre. Ni idea. Raro en mí porque lo pruebo todo ajjaja pero éste aún no me dio por llevármelo a la boca :)
Vitex agnus-castus Var. Latifolia tiene unas preciosas hojas palmeadas con 5/7 folíolos de un verde con matices grises-azulados que al restregarse entre los dedos emiten un agradable aroma que recuerda a la pimienta negra. El tono de las hojas depende del suelo dónde se cultiva. Si crece en suelos muy ricos crecerá mucho pero florecerá menos y las hojas tenderán a perder los matices grisáceos y serán más verdes.
Es fundamental que viva en suelos con buen drenaje y que no estén secos del todo. No precisa de gran cantidad de materia orgánica y lo adecuado son suelos con un pH neutro.
Es un arbusto sano y vigoroso que puede aguantar las heladas de mi zona. su resistencia a las bajas temperaturas es superior en terrenos secos que cuando crece en suelos arcillosos y húmedos. Quizás no heladas de 15 o 20 grados bajo cero pero sí las que se dan en la Sierra Oeste de Madrid. Eso sí, no debe tener en invierno el suelo encharcado.
Aunque admite la poda la tendencia natural de este arbusto as a crecer ancho, a extenderse. De ahí que sea preciso proporcionarle un buen espacio dónde pueda lucir sus ramas lanzadas hacia el exterior formando una copa redondeada, amplia y no demasiado alta (puede alcanzar 2/3 metros con los años)
  
Creo que el que tengo en el jardín trasero deberé de cambiarlo de lugar este invierno. Y es que a veces creemos o nos empeñamos en la idea de que con las podas lograremos vencer las tendencias de crecimiento de árboles y arbustos así que lo planté demasiado cerca del camino creyendo que lograría una forma de pequeño arbolito con tres o cuatro troncos que brotaran a suficiente altura como para pasar por debajo...Pero no, veo claramente que Vitex agnus-castus tienen a ramificarse ensanchándose desde la base y que es mejor moverlo ahora que es joven que trasladarlo de lugar cuando ya sea un ejemplar grande que dificulte la extracción del suelo y ponga en peligro la planta. De lo contrario se hará un arbusto que impedirá o dificultará el paso por el caminito de este jardín.
En realidad les aplico dos podas: Al florecer en la madera nueva, es decir, sobre los brotes nuevos surgidos en primavera, conviene podarla cuando pase el peligro de heladas. Aquí, en la Sierra, un momento adecuado es cuando se podan los rosales, en febrero más o menos.
Casi todos las ramas presentan una espiga en su final por lo que puede decirse que es una segunda poda la que se hace al eliminarlas. Para prolongar la floración, en cuanto se pasan las primeras flores las corto todas por encima del primer par de hojas ubicadas bajo la espiga floral y en poco tiempo vuelve a surgir sobre este corte, de las axilas de esas hojas ubicadas bajo él, nuevas ramitas en cuyo final aparecen otras espigas florales quizás algo más pequeñas pero, al menos el año pasado, en octubre pasado aún tenían bastantes flores.
Contaré por último una pequeña curiosidad sobre la procedencia de uno de sus nombres comunes: árbol casto. Parece ser que esta planta fue usada como una medicina antilibido por algunos monjes y con el propósito de hacer más liviano su voto de castidad :) Tengo entendido que actualmente se utiliza esta planta como medicinal, desconozco los efectos y su utilidad, la verdad.

Cómo distinguir los brotes basales de los rosales y los "chupones". Un asunto de importancia!

Ayer decidí empezar a podar mi arriate de rosales rugosas.
Parece más sensato enfrentarse a la tarea de la poda de cualquier rosal protegidos con unos buenos guantes. Pero si esto es verdad en general en el caso de los rosales rugosas es imprescindible tener los brazos (y no solo las manos) bien protegidos cuando trabajemos sobre ellos.
Sus ramas están totalmente cubierta de arriba a abajo de unos terribles aguijones finos y abundantes y hay que llevar buen cuidado con ellos.
Bueno, tampoco nos atemoricemos. Nadie que yo sepa murió de hacer este trabajo así que guantes en las manos y a mirar nuestro rosal  ;)
Esta variedad de rosales se caracteriza entre otras cosas por emitir brotes desde el suelo a cierta distancia del centro de la planta que provocan que vaya extendiéndose de forma natural con el tiempo. hacia la zona circundante. 
Como casi todo, tiene su parte buena y no tan buena. Si lo que queremos es formar un seto disuasorio por ejemplo, esta características nos vendrá de perlas.
Si por el contrario, no queremos o no disponemos del espacio para que lleguen a un gran desarrollo, lo mejor sería ir eliminando estos crecimientos que nacen lejanos al centro de la planta.
Vamos a ver hoy los dos tipos de brotes con los que nos podemos encontrar.
Parto de la base de que desde España es difícil comprar a raíz desnuda un rosal que no esté injertado. 
Evidentemente muchos de nosotros cultivamos rosales no injertados pero de lo que suele tratarse no son de rosales que hayamos comprado en sus propias raíces si no de rosales que provienen de esquejes que han arraigado y por tanto las raíces que emiten son las únicas posibles, las de su propia variedad.

He repetido en muchos sitios que mis rosales están todos plantados con el punto de injerto hundido. Esto siendo cierto, no lo es del todo. Hay una excepción: los rugosas. Precisamente por esta características los planté con el nudo (o punto de injerto) a nivel del suelo. Para limitar esta tendencia y que la parte inferior de las ramas de los rugosas, en contacto con el suelo y su humedad favoreciera la emisión de  raíces y brotes rápidamente
Yo quiero llegar a tener cuatro buenos arbustos pero quiero conservar su individualidad y no convertir la zona en un seto continuado.
Pero esta situación no es fácil de mantener. Me explico. Yo suelo incorporar cada año dos buenas capas de estiércol maduro y una capa de acolchado que aunque va degradándose e incorporándose paulatinamente al suelo, quieras que no, en estos cuatro años ya son muchas capas que han ido subiendo el nivel del suelo. Por tanto el nudo ha ido quedando enterrado.
Si no deseara propagar estos rosales me podría haber limitado a arrancar (no cortar ya que si cortamos fomentamos el crecimiento de más brotes) todos los brotes y listo pero quiero plantar dos ejemplares de Rosa rugosa 'Hansa' en otra zona del jardín y me gustaría sacar otros dos ejemplares para mi amiga Isabel, así, a pesar de sus reticencias a sus "espinitas" si cuando venga a casa se los encuentra creciendo en dos buenas macetas, no podrá decir que no ajajja. 
Bueno, y si viene en junio viendo estas rosas... quién podría negarse a "adoptarlos". Ella, otra loca de las rosas como yo, estoy segura que no!!

Si los rugosas que compré hubieran sido crecidos en sus propias raíces, no habría dudas sobre la variedad de los brotes que ha emitido uno de ellos.
Pero el asunto es que mis rugosas desde luego están injertados. Por tanto los brotes que veo aparecer desde el suelo a cierta distancia de la planta pueden ser de dos tipos:
1- Pueden tratarse de lo que llamamos "chupón" (lo que en inglés se conoce como "sucker"). Se trataría entonces de un brote que sale desde las raíces del rosal. Por tanto, este brote correspondería a la variedad del portainjerto (o patrón) y no a la del rosal.
Este tipo de brote siempre es aconsejable eliminarlos lo antes posible. Y al hacerlo hay que intentar arrancarlos de cuajo, que se desprendan del punto inicial desde dónde nacen. No debemos cortar estas ramas, estaríamos fomentando que surgieran más. Ojo con esto!! Y hay que eliminarlos lo antes posible si no queremos debilitar nuestros rosales.
Pensemos que los rosales suelen injertarse en variedades muy potentes. Si permitimos que el portainjertos desarrolle parte aérea, estas ramas debilitarán a nuestro rosal y es fácil que en poco tiempo se apoderen del propio rosal.
Por cierto, ni el tono que se supone más pálido para los chupones (no siempre son pálidos), ni el número de folíolos ni lo más o menos espinoso de la rama nos van a facilitar una prueba absoluta de que es un chupón o no. Y más en el caso de un rugosa que son ya de por sí lo más espinoso que puede haber!!
Comprobar desde dónde sale el brote es lo que nos dará la seguridad absoluta de que se trata de un tipo de rama u otro.
En un rosal injertado, si nacen desde la zona por debajo del nudo o punto de injerto (es decir, de las raíces del rosal), se trata de un chupón. 
2- O bien puede que se trate de un brote basal ("Basal breaks"). En ese caso se trata de un brote fuerte y vigoroso que nace desde la zona del punto de injerto  o más arriba o en el caso de los rosales no injertados (como por ejemplo los rosales que vienen de esquejes) desde cualquier parte de sus raíces. 
Este tipo de brotes en general hay que cuidarlos como el oro en paño. 
Pertenecen a la misma variedad del rosal. Son los brotes que posibilitan la renovación del arbusto. Favorecen el aumento del tamaño de la base del rosal y además, con los años, según vayan envejeciendo las ramas existentes y pierdan capacidad de floración, estos nuevos brotes las reemplazarán ya que formarán nuevas ramas fuertes y vigorosas que producirán estupendas rosas permitiéndonos ir eliminando las viejas ramas. 
Por tanto, en general, nada de eliminarlos, al contrario, lo que debe hacerse es protegerlos llevando buen cuidado de no dañarlos al realizar los trabajos alrededor de la base de los rosales dado que son extremadamente tiernos y frágiles.
Casi nada es absoluto y esto que acabo de comentar siendo cierto en casi todos los rosales, en el caso de los rugosas, estos brotes aun siendo basales, si nacen a cierta distancia del rosal y los dejamos crecer, siendo de tan potente crecimiento, en pocas temporadas el arriate se convertirá en una selva difícil de manejar.
De ahí que haya aprovechado la poda y limpieza de este arriate y con la intención de sacar material para propagarlos, para hablaros de esta distinción entre los dos tipos de brotes que me parece que alguno de vosotros que esté ahora afrontando los trabajos de poda, le vendrá muy bien saber diferenciar unos de otros.
Os parece que veamos unas imágenes en que yo creo que lo dicho hasta ahora va a quedar un poco más claro?
Pues venga! Aquí uno de los Rosa rugosa 'Hansa' el abril pasado y a continuación en este mes de febrero.
No parece la misma zona, verdad? Pues lo es! jajaja 
Por cierto... cómo han crecido las dos lavandas!! Vamos al detalle. Vemos cuatro brotes:

A la derecha: Dos largos y sin ramificar. 
A la izquierda vemos en la parte delantera otro brote algo más corto también sin ramificar y detrás (entre el rosal y la lavanda izquierda) un conjunto de cuatro ramas que nacen todas del mismo punto (quizás cuesta un poco verlo, pinchad en la fotografía para que se abra en otra ventana y podréis ampliarla si os cuesta verlo).
Lo primero que haré es extraerlos. Como os comentaba pretendo que este material me sirva para la propagación así que con sumo cuidado. Delicadamente y tratando de dañar lo menos posible las raíces.
Voy a empezar por ir eliminando despacio el suelo que cubre el tallo más a la derecha y ver desde dónde viene.

Compruebo a poca profundidad de la superficie que se trata de un brote que ha surgido de una raíz que crece casi horizontalmente.

Enseguida asoman a ambos lados de esta raíz pequeñas raicillas. Así que actúo delicadamente para no romperlas.

Esta raíz me lleva junto al brote que nace más pegado al rosal.
Con cuidado, haciendo palanca con un pequeño almocafre levanto el primer tallo y junto con él la raíz que lo une al segundo.

Veo que el primer tramo de raíz tiene pequeñas raicillas bajo el brote. Puedo individualizando en ese punto. Y corto!


Al hacer tanta fuerza la raíz se rompe y queda el último tramo que es el que es más cercano al centro del rosal. 

En un primer momento pensé en seguir quitando tierra pero ello hubiera supuesto remover demasiado suelo y dañar innecesariamente el rosal.
Hacerlo me hubiera permitido saber con seguridad si estos dos tallos son o no chupones teniendo en cuenta las explicaciones de más arriba.
Decidí finalmente tirar bien fuerte del último trozo de raíz y no cortarlo. Al tirar hacia fuera lo arranqué de su zona de nacimiento. De manera que sea o no chupón está bien eliminado.
Probablemente por el nivel al que se desarrollan los dos nacimientos se trate de raíces del propio rugosa pero tener la certeza ahora mismo me obligaría a escarbar hasta el punto de injerto y comprobarlo. Mis rosales son jóvenes y no quiero dañarlos si no es necesario.
Total, yo los he arrancado igual. La diferencia es que aunque sospecho que son dos tallos de rugosas, como digo, la certeza no la puedo tener ahora mismo en tanto no los plante y lleguen a florecer esta primaera/verano.
Vamos a por los otros dos tallos? Estos sí sé que son de Rosa rugosa 'Hansa'. Soy adivina? Je! Qué más quisiera yo serlo (lo mismo así me lucía el pelo distinto ajjaja) Bueno, ahora en serio.
Como la mayoría habréis deducido si es un tallo ramificado no brotó esta primera pasada, lo hizo la anterior. Teniendo ya previsto que quería otros rugosas en distinto sitio del jardín lo dejé crecer y que formara capullos la temporada anterior, precisamente para comprobar si se trataba de un brote basal o de un chupón.

De él nacieron preciosas rosas, tan hermosas como las que nacen del rosal padre. De manera que ayer, me llevé una gran alegría al extraer el tallo sin ramificar que estaba a la izquierda del todo. Comprobé que la raíz de la que nacía era una prolongación de este brote del que conozco la variedad. Así que ya tengo los dos ejemplares que quería.

Aquí están los cuatro.

Los dos de la izquierda son los dos que tengo certeza que son Rosa rugosa 'Hansa'. Menudas raíces. Eh!

los dos de la derecha los he extraído también con buenas raíces de  manera que no tendré problema en que me arraiguen en un buen sustrato dentro de contenedores y a ver si tengo suerte y no son chupones y así doña Isabel se los lleva para su casa. No quieres caldo? Tres taza!! jajajaja :)
En fin, espero que os haya parecido interesante esta diferenciación. Creo que es importante ahora que ya estamos empezando a podar saber qué tallos tenemos que eliminar y cuales debemos conservar como oro en paño.
Feliz noche, queridos amigos. :))

Día de pleno invierno en el jardín. La luz convierte en encajes la vegetación.

Distinto. Siempre es distinto. Por miles de veces que se recorra, en cada oportunidad la paleta de colores que se vierte sobre él, la vegetación, la temperatura, todo cambia. Hoy, un día de riguroso invierno, el protagonista es el agua. Agua en forma de vapor ascendiendo desde el suelo entibiado por los tímidos rayos de sol que lograban vencer y traspasar la fina neblina; agua líquida goteando sobre el suelo desde los árboles, agua empapando las hojas y madera que cubren las plantaciones. Agua.

Taxonomía. Cómo se nombran las plantas: Nombre botánico y nombre común



Os propongo una búsqueda en Google (imágenes): Teclead “campanilla azul”. Acabo de hacerlo. Estoy viendo imágenes de una gran diversidad de plantas con forma más o menos de campana y de color azul. Desde Ipomea, Campanula persicifolia, Gentiana asclepiadea,  Convulvulus sabatius, Mertensia ciliata hasta Aquilegia. Qué tienen que ver las unas con las otras? Nada.
Probemos a hacer otra búsqueda en Google (en imágenes) con el término “Lirio”. Esto es lo que aparece, una colección de plantas absolutamente distintas entre sí. Normal, con el término "lirio" se designan a muchas plantas diferentes dependiendo del país y de la zona.
He propuesto estas búsquedas para reflexionar sobre el uso del nombre común y el nombre botánico.
El nombre común es aquel por el que en nuestra zona o región se conoce una planta. Cambia de un país a otro e incluso en zonas próximas se designa a una misma planta o  de distintas formas
Con lo cual nos encontramos con que una misma planta recibe distintos nombres comunes dependiendo de que la nombre, por ejemplo, alguien chileno o alguien español porque en sus países se usan distintos nombres. Es verdad que los nombres comunes son mucho más fáciles de recordar pero me pregunto  si no habría que plantearse si su uso entre jardineros provoca muchos más inconvenientes y confusiones que ventajas.
Como curiosidad está bien saber de qué distintas formas se nombra a una planta en distintos lugares pero poco más…Si lo pensamos bien, decir que uno cultiva “campanillas azules” es como no decir nada porque por campanillas azules se conoce en distintas zonas geográficas a multitud de plantas que nada tienen que ver las unas con las otras. 
Vemos por tanto que se hace evidente que el uso del nombre común no nos dice con seguridad de qué plantas estamos tratando y que si no se menciona el nombre botánico de la planta en cuestión es difícil que no haya confusiones. 
En este sentido yo animaría al uso del nombre botánico. Es decir, el nombre científico con el que se conoce esa planta universalmente. Este nombre no cambia aunque cambiemos de zona o de país. Está aceptado por toda la comunidad científica porque debe regirse por determinadas normas, estar publicados de forma conveniente, cumplir una serie de requisitos y estar recogidos en el Código Internacional de Nomenclatura Botánica o en el Código Internacional de Nomenclatura para Plantas Cultivadas
Así, si decimos que cultivamos Campanula persicifolia por ejemplo, no puede haber confusión. Porque con este nombre botánico no hay más que una planta que lo tenga y es aceptado por todos.
A todos nos ha pasado. Cuando comenzamos en esto de la jardinería hablamos de de hortensias pero según va pasando el tiempo, según vamos leyendo, informándonos y viendo que hortensias hay muchas se nos acaba por hacer familiar términos como Hydrangea macrophilla o Hydrangea paniculata. Es cuestión de costumbre, al final vamos aprendiendo los nombre botánicos de las plantas sin apenas darnos cuenta. Pero merece la pena saber escribirlos bien. No? :)
Es sobre este asunto de los nombres sobre el que quería reflexionar un poco en este artículo. Este tema de hoy es de esos que aunque pueda parecer algo “rollo” considero que es importante tener al menos una ligera idea sobre él o al menos sobre algunos de sus términos.
Os imagináis a dos médicos hablando de un paciente que tiene una “especie de manchitas en la cara” o que padece “dolorcillo debajo del estómago”? Yo no!! Jejeje Es más, no quisiera ser atendida por estos médicos si hablan así :) 
En jardinería también tenemos nuestra terminología, clara y concreta para referirnos a las cosas sin dar lugar a confusiones y equívocos.
Conocer ciertos términos nos ayudará a comprender de qué modo se establece el nombre botánico de las plantas. Son términos que veremos en cualquier libro de jardinería, blog, páginas de Internet y en general en cualquier medio que trate de botánica. Conocer el nombre botánico de una planta sobre la que queramos consultar sus necesidades de cultivo por ejemplo, hará la tarea mucho más fácil porque en general en cualquier medio en el que busquemos información las plantas están nombradas con su nombre botánico dejando el común o vulgar a la mera curiosidad.
Yo no suelo escribir correctamente los nombres de las plantas de ahí que me haya parecido interesante indagar un poco sobre qué normas rigen la forma de mencionarlas botánicamente así como el modo correcto de escribirlo. Es verdad que a todos se nos escapa en uno u otro momento incorrecciones en este sentido (a mí en muchos ajjajaj y seguirá pasándome, fijo!!) pero al menos conocer ciertos términos y cuales son estas reglas de escritura, siempre está bien y en un momento dado siempre podemos consultar si tenemos dudas.
Empecemos por el término “taxonomía”. La taxonomía es la rama de la botánica que se encarga de la clasificación de los seres vivos en categorías jerarquizadas y sistemáticas. Dentro de cada una de ellas habrá una serie de “taxones” (comunidad de organismos) agrupados por las semejanzas entre ellos de orden genético, evolutivo, morfológico, anatómico, fisiológicos, etc. Como en casi todo, también aquí hay varias “escuelas” y opiniones de los sistemas por los que debiera regirse esta clasificación en categorías jerarquizadas.
En buena medida fue el botánico y zoólogo sueco Carlos Linneo (1707 – 1778) quien estableció las bases que la taxonomía moderna. El sistema que utilizamos hoy en día llamado nomenclatura binomial está basado precisamente en las propuestas de Linneo.
Pero el  intento de organizar y ordenar los seres vivos en grupos o categorías viene de lejos. Ya Aristóteles dividió los seres vivos en dos grandes “reinos” (Primera categoría): los animales y las plantas. Posteriormente Linneo añadió un nuevo reino: los minerales. Una de las metodologías más conocidas y utilizada es precisamente ésta, la taxonomía linneana que agrupa los seres vivos en categorías que van de lo  general a lo particular. 
El desarrollo de la ciencia y del conocimiento de los siglos posteriores fue introduciendo más niveles jerárquicos y acontecimientos como el invento del microscopio dieron lugar a cambios en estas agrupaciones estableciéndose varios “Reinos” más. Incluso actualmente ya no es considerado el Reino como el nivel de superior categoría si no que lo es el “Imperio”. 
Estas categorías serían como una especie de conjuntos dentro de los cuales hay unos subconjuntos de elementos y a su vez dentro de éstos últimos otros subconjuntos más, así hasta ir cada vez a mayor detalle.
Estas clasificaciones que agruparían a los seres vivos según características irían siempre de lo general a lo particular. Vendría  a ser algo así como un árbol con sus ramas. Del tronco principal que sería “El reino” (antes primera categoría) saldrían varias ramas principales (Filo, segunda categoría); de cada una de estas rama secundarias brotarían a su vez más ramas dando lugar a la siguiente categoría agrupada en la anterior. Es decir, los seres vivos se agruparían en categorías definidas desde lo general a lo particular
Cada categoría reúne los elementos que tienen características semejantes entre sí dividiéndose a su vez en otras categoría que agruparían a individuos también con características comunes entre ellos y que los diferenciarían de las otras categorías incluidas en el nivel superior. 
En fin, se puede hilar muy fino en cuanto a divisiones y subdivisiones de todas estas categorías pero para los fines que nos ocupan podríamos centrarnos en las categorías que los jardineros más usamos.
Puede decirse que las categorías taxonómicas (niveles o taxones) más importantes actualmente son
Dominio – Reino – División o Filo – Clase – Familia – Género - Especie
Es decir que un reino se compone de varios filos, a su vez, dentro de cada filo habría varias clases que contendrían varias familias y a su vez éstas tendrían distintos géneros con diversas especies.  Lo que decíamos, un conjunto dentro de otros conjuntos. De lo general a lo particular. 
Tomemos unos cuantos ejemplos. Son plantas muy conocidas por todos por ser frecuentes en nuestros jardines.
Así vemos que  lo que conocemos por calas en algunos países (en otros son llamadas lirios), es decir, Zantedeschia aethiopica es una especie, la Zantedeschia aethiopica, del género Zantedeschia que pertenece a la familia de las Araeae, incluida en el orden de las Alismatales, que a su vez es una monocotiledónea y por tanto una angiosperma….englobada lógicamente en el reino de las plantas. 
Complicado? No tanto!! En realidad los jardineros aunque deberíamos conocer estas categorías las que más usamos son el género y la especie.  Centrémonos en estas dos categorías y en algunos términos de uso muy frecuente en la bibliografía y lugares de consulta sobre temas de jardinería.
Las especies. 
El siguiente cuadro creo que ayudará. El nombre de las especies, que es el lo que más abunda en jardinería, se compone de dos/tres partes y son indivisibles
La primera parte del nombre de la especie corresponde al género al que pertenece la especie en cuestión, siempre comenzado con mayúsculas.
La segunda la constituirá el epíteto específico (de la especie) escrito en minúscula. (Este epíteto no es el nombre de la especie, si no solo una parte de él)
Tanto el género como el epíteto se escriben en letra distinta del resto del texto, generalmente en letra cursiva.
La tercera parte que deberíamos escribir pero que normalmente casi nadie lo hace es la inicial del botánico, descubridor o el primero que la estudió la especie de la que se trate.

Tras la publicación de este artículo invité a leerlo a dos amigos botánicos, Jorge y Fernando solicitándoles que me hicieran cuántas rectificaciones o comentarios les pareciera oportuno.
He editado este artículo para introducir un par de pequeñas correcciones que me han hecho pero sobretodo para aclarar algo que muchas veces genera confusión en este tema del nombre de las especies. A ver si lo logro!! :)
Ambos me han convencido que es importante hacer entender que según la nomenclatura binomial (la que empleamos actualmente gracias a Linneo) el nombre de la especie tiene dos partes que son indivibles. 
No es que Sorbus sea el género y acuparia sea la especie. Es decir, el nombre de la especie es "Sorbus aucuparia"  (ya que aucuparia es tan solo el epíteto de la especie y no tiene tiene uso en solitario). Nunca diremos "la especie aucuparia".
El nombre de la especie está compuesta por las dos palabras, la una tiene su origen como decíamos en el género y la segunda parte (llamada epíteto de la especie) es el nombre específico de la especie. Pero el nombre completo de la especie es "Sorbus aucuparia" y no es "aucuparia" solamente. El epíteto de la especie, es decir, el nombre de la especie nunca va solo, no tiene uso útil. En el ejemplo del cuadro anterior hablaríamos de un género, los Sorbus,  pero en concreto nos estaríamos refiriendo a uno con determinadas características, el de la especie Sorbus aucuparia  L.(descrita por primera vez por Linneo, de ahí la L.).
A riesgo de insistir demasiado:
Género: Sorbus
Especie: Sorbus aucuparia
Y la abreviaturas “sp.” qué significa?  Cuando aparece el nombre de un género seguido de la abreviatura sp. quiere decir que se está hablando de una planta perteneciente a él que no sabemos la  especie concreta a la que pertenece. 
Así si decimos Lavandula sp. es que estamos seguros de que la planta pertenece al género de las lavandas pero tenemos dudas de la especie a la que pertenece.
Cuando hablamos de muchas especies de un género usamos la abreviatura "sp. pl." (Species plures, varias especies). Veamos un ejemplo de su uso:
Podemos decir: Muchas aromáticas tienen flores azules, por ejemplo Lavandula sp. pl y Salvia sp. pl.
Las variedades.
Cuando en la naturaleza, de modo natural (Sin intervención humana), algunos individuos de una misma especie presentan características propias y que los diferencia de alguna manera al resto de plantas de la misma especie decimos que estamos frente a una “variedad”. No se trata de plantas totalmente distintas de las de su especie, tan solo son algunas características las que las distinguen.
Este cuadro nos muestra como se escriben los nombres de las variedades. El género y la especie se regirían por los mismos criterios que anteriormente y solo agregaríamos la abreviatura “var.” (de variedad) en minúscula y sin cursiva, antes del epíteto (nombre) de la variedad en cuestión (Comenzada por mayúscula y también en cursiva). 
Un ejemplo: Lavandula angustifolia var. delphinensis
Es frecuente que viveristas e investigadores partiendo de una especie natural  y mediante diversos tipos de manipulación (genética, a través de esquejes, etc.) logren cambios, modificaciones o mejoras de esta variedad dando lugar a un grupo de plantas dentro de la misma especie pero con características propias mejoradas o transformadas (Plantas con flores de un color determinado, con hojas variegadas, más resistentes, etc).  Es lo que llamamos un cultivar (distinto de la variedad en que el proceso por el que se llega a él no es natural si no con intervención humana)
Sigamos con el mismo género, la lavanda. Todo sabemos que Lavandula angustifolia es una planta que a la larga tiende a lignificarse y a hacerse demasiado grande, precisando de podas si no queremos que el arbusto se vuelva desgarbado en muy poco tiempo. Bien, mediante manipulación de la especie Lavanda angustifolia los viveristas, hibriditas, etc han logrado crear el cultivar ‘Hidcote`que es un grupo de lavandas de crecimiento más contenido y contacto que la Lavandula angustifolia mitigando de alguna manera alguno de los inconvenientes de ésta.
En realidad los cultivares son mucho más frecuentes en jardinería que las variedades. Aunque lo cierto es que solemos utilizar el término variedad (que se produce siempre de modo natural) cuando en realidad deberíamos usar el de cultivar. 
Vemos que los cultivares, es decir, las variaciones o modificaciones que el hombre (generalmente por intereses comerciales) logra sobre una especie para mejorarla o transformarla de alguna manera se nombran con las mismas normas en cuanto a género y especie pero antes del epíteto de la variedad (nombre) podemos añadir la abreviatura “cv.” (del inglés “cultivated variety”) o no intercalarla y escribir el nombre de la variedad entre comillas simples. Ambos sistemas son correctos.
Los híbridos.
Pero vamos a complicar un poquito más las cosas. Puede darse el caso y de hecho se da con muchísima frecuencia, que dos especies diferentes se “crucen” genéticamente dando lugar a un “híbrido” si el resultado de este cruce son plantas que logran la reproducción por ellas mismas reproduciendo en sus descendientes las mismas características.
Cuando este cruce se produce de manera natural, de forma espontánea en la naturaleza, las normas que rigen su nombre son las del Código Internacional de Nomenclatura Botánica.  
Pero también puede producirse este cruce entre dos especies diferentes en el laboratorio con fines comerciales. En este caso la nomenclatura del híbrido se regulará por el Código Internacional de Nomenclatura para Plantas Cultivadas. Este código reúne las normas a aplicar  evitando duplicidades y se usa a la hora de aplicar leyes referentes a patentes y marcas. 
La forma de escribir el nombre de estos híbridos trata de explicarlo estos dos cuadros. 
Hay que decir también que los híbridos pueden producirse tanto entre plantas que del mismo género (Interespecífios) como entre plantas pertenecientes a distintos géneros (Intergenéricos)
Este primer cuadro corresponde al caso de nombrar un híbrido que se ha producido entre dos especies del mismo género (Interespecífico). Como muestra este cuadro hay dos formas correctas de escribir este tipo de híbridos: 
  • Una es escribir los nombres botánicos de los dos géneros que forman el híbrido separados por el signo de multiplicar. El segundo género puede abreviarse simplemente con su inicial porque se tratan del mismo género. El híbrido de este cuadro es el producto del cruce entre Laburnum anagyroides con Laburnum alpinum, al repetirse el género se puede escribir L. alpinum
  • La segunda forma de escribir estos híbridos entre géneros iguales es escribir el género al que pertenece el hibrido y el epíteto (o nombre) que se le ha asignado, separados ambos por el signo de multiplicar. Laburnum (género) x watereri que es el nombre que recibe este híbrido.
Este segundo cuadro es el del caso de un híbrido que se ha producido entre especies de distinto género (intergenérico). También en este caso hay dos formas de escribirlos como muestra este último cuadro.
  • La primera sería los dos nombres botánicos que conforman el híbrido separados por el signo de multiplicar.
  • La segunda sería comenzar el nombre del híbrido por el signo de multiplicar seguido de una forma “condensada” entre los dos géneros de los que es producto. El ejemplo que hemos tomado es un cruce entre Rhodohypoxis baurii con Hypoxis párvula dando lugar al híbrido denominado x Rhodoxis hybrida, que es un nombre condensado entre los dos géneros.
Bueno, creo que ya hemos complicado bastante el asunto jejeje Seguiremos sin escribir correctamente los nombres botánicos a veces porque se nos olvida, por pereza de cambiar los tipos de letras o simplemente porque no nos acordamos  pero al menos ya habrá algunos términos que nos suenen y seguramente al leer estos nombres entendamos algo mejor qué significan.
No hemos tratado conceptos como forma (que se abrevia f.) o subespecie (su abreviatura es subsp.) ambas escritas siempre en minúscula y sin cursiva. Pero estos  ya los dejamos para otra ocasión ;)
Es mucha y bastante compleja toda la normativa que regula la nomenclatura de las plantas como para intentar recogerla en el artículo de un blog de estas características. Mi intención no era superar lo que no fuera un pequeño resumen de los términos de uso más frecuente en jardinería. Para quienes tengan curiosidad y ganas de ahondar en esta materia puede consultar los códigos de los que hemos hablado en este artículo. 
El resto, al menos yo, seguiremos teniendo que hacer algún esfuerzo para recordar algunas de las normas y vencer la pereza de cambiar el tipo de la letra a cursiva cuando corresponda!! jejeje

Kerria japonica 'Pleniflora' un arbusto agradecido y sin complicaciones

Hace dos años os mostré el arbusto recién plantado en mi jardín. Entonces no lucía como ahora. En el vivero no se les ocurrió otra cosa que cortar sus ramas a lo bruto todas a la misma altura sin tener en cuenta si eran viejas o nuevas...en fin, un desastre.
Este año ya está empezando a ser un arbusto asentado y en un par de años se habrá convertido en una belleza.
En aquel artículo os hablé de las condiciones de cultivo y colgué en junio del año pasado, tras la floración, un tutorial sobre su poda. Quién tenga interés en leerlos puede pinchar y ver la información que ofrecí en esos artículos.
Hoy únicamente quería mostraros este agradecido arbusto que no tiene complicación alguna de cultivo.


Comienzan a abrirse las flores de Kerria japonica 'Pleniflora' sin brotar sus hojas y cuando está en plena floración es cuándo empieza a verdear.

Dentro de una semana estará más bonita aún porque habrán empezado a salirle las hojas pero pronostican lluvia, viento y nieve para los próximos días en mi zona, así que no he querido arriesgarme y he preferido compartir con vosotros estas fotografías que tomaron hoy de esta zona de mi jardín.
Creo que únicamente tiene dos exigencias. Una es la poda adecuada para evitar que en poco se convierta en un arbusto enmarañado sin producción apenas de flores. 
La otra es un gran espacio. En algunas temporadas puede alcanzar bien casi 150/200 cm y un contorno considerable. Sin duda no es un arbusto para plantar entre otros de forma apretada. Precisa tener aire alrededor para que se vea realmente bonito. Sus ramas largas y curvadas por el peso de las flores lucen toda su belleza si pueden caer arqueadas alrededor de la planta sin apretarse contra otras plantaciones. Y si está plantada con algo de altura para tener más largo aún para inclinarse y volcar sus ramas, mejor que mejor!!




Esta zona a ambos lados de la escalera de piedra es la más alejada del jardín. He procurado que las plantaciones que tiene este espacio sean de las fáciles, de las que no dan problema y sobretodo de las que aguanten sin mucho riego. De ahí que haya plantado matas de Lavanda officinalis, Rosmarinus officinalisEuphorbia characiasElaeagnus x ebbingeiBeschorneria YuccoidesBrachyglottis greyi... En fin, arbustos duros y resistentes, sin demasiadas exigencias.
No porque buscara que este rincón fuera fácil de cultivar dejaba de ser importante para mí la combinación de texturas y colores de la vegetación. Por eso varias de las plantaciones son de hojas grises, porque son las que mejor contraste hacen con el verde de este gran arbusto. Además prefería alguna de estas fáciles plantaciones coincidiera en la floración con la kerria, así que introduje rizomas de Iris germanica

Planté rizomas de Iris germanica en el arriate del lateral de la rampa de acceso del coche precisamente para que cuando llegue a ser adulta y sus ramas se arqueen aún más llegando más bajo, estén próximas a las flores de los lirios porque me encanta el contraste de estos dos colores complementarios que en mi clima se producen a la vez. Me parece que queda muy bonitas las dos plantaciones próximas. Combinan a la perfección sus texturas y colores tan distitos, sus dos verdes tan diferentes hacen bonito juntos. Uno verde jugoso y cálido como el de Kerria y el otro azulado y frío como los lirios. 
Creo que meteré algún rizoma más entre las lavandas para que los tallos florales de los lirios suban y se metan entre las flores amarillas de la Kerria...Sí, pienso que haré eso :-)
Si estamos atentos y no nos dejamos pasar el momento ideal de la poda nos ofrecerá una segunda floración más contenida pero floración al fin y al cabo. Se lleva el otoño echando flores sueltas la pobre sin recibir ningún cuidado especial. Este año, era diciembre y aún tenía algunas flores abiertas. No es la floración primaveral pero bueno..
En los viveros hay la manía de cortarlas a 60/70 cm así que el primer año olvidaros de tener en el jardín un arbusto bonito. Tendréis que esperar que eche ramas nuevas en primavera/verano que serán las que florezcan la siguiente temporada. No sufráis porque tiene una extrema facilidad para rebrotar desde el suelo. En realidad no llega a formar una estructura permanente leñosa ya que las ramas brotan desde el suelo y en poco más de dos años tienden a marchitarse y cuando no, dejan de florecer. Por eso es tan importante podar bien este arbusto para eliminar toda la madera muerta e improductiva y fomentar el rebrote de ramas floríferos y saludables.
Aguanta bastante bien riegos que no sean muy abundantes y los nutrientes que precisa no superan los que aportéis a cualquier otra plantación de vuestro jardín. No precisa estacarse (todo lo contrario!!) Ni pulgón, ni oídio, ni otras enfermedades...sana como una rosa!! Merece la pena que la introduzcáis en vuestro jardín. Ya veréis como estaréis encantados con ella.
Al final del verano puse el año pasado otra en la entrada del jardín secreto y, lo que os decía, como venía cortadas sus ramas pues este es el lamentable aspecto que luce ahora la pobre. El año que viene comenzará a ser otra estrella más en el jardín y se verá mucho más bonita.

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