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Nuestras compostadoras de palets (I) Diseño, ubicación y fabricación de los laterales.

Composteras? Compostadoras? Pues no sé, yo unas veces les llamo de una forma y otras de otro, no sé cual es el correcto. Qué más da! La cuestión es que aquí estamos, "inventándonos" trabajitos para hacer en el jardín por si teníamos pocos ajajjaja 
Bromas aparte. Un jardín grande produce una cantidad importante de materiales de los que tienes que deshacerte. Desde restos de poda, malas hierbas, restos del huerto si se tiene, hojas que caen en otoño y también los que se producen en la propia cocina de la casa.
Durante la primavera y verano pasados nuestro jardín generó bastante restos porque tuvimos que eliminar muchos arbustos y algunos arbolitos que ya estaban muertos cuando comenzamos a preparar el jardín. Por no hablar de recortes de arizónicas y de las  raíces que hemos sacado de la tierra!! 
Trocearlos, embolsarlos, meterlos en el coche y llevarlos al lugar que nuestro Ayuntamiento habilita para tal fin era toda una trabajera!!. Nos parecía que era una lástima no aprovechar algo que podía beneficiar y mucho al suelo de nuestro jardín de por sí bastante pobre pero ha sido tanto el trabajo que teníamos por delante en el jardín y que era más prioritario que hasta ahora, durante los meses de invierno en que parece que podemos tomar algo de aliento que no nos hemos puesto a la tarea. 
Así que nos hemos convencido de la necesidad de fabricar un par de compostadoras para dar una utilidad a estos materiales que genera el jardín y la propia casa.
Después de tomar la decisión la siguiente cuestión ha sido decidir su ubicación y diseño. Yo no tengo experiencia alguna en hacer compost y no queríamos decidirnos del todo hasta que alguién que fuera muy experto y pudiera ofrecernos una información fiable nos dieran su "visto bueno". Así que escribí a José Luis Nadal explicándole el diseño por el que habíamos optado así como la ubicación en el jardín. José Luis es muy conocido en foros de jardinería como jlnadal, un absoluto experto en temas de compost y desde aquí quiero agradecer la amabilidad con la que ha respondido a mis correos, sus apreciaciones así como su ofrecimiento para cualquier duda que se me plantee cuando haga el compost.
No me cansaré de dar las gracias a tanto y tanto amigo jardinero que en la Red ofrece su ayuda generosamente!! Es así como funciona esto. Unas veces recibimos la ayuda y otras ofrecemos la que tenemos para quién le pueda servir. Así vamos aprendiendo todos!! Verdad?
El lugar elegido para su ubicación ha sido la zona del futuro huerto.
Tengo pensado poner una pequeña huertita. Nada del otro mundo. Unas tomateras, unos pimientillos, unos ajos... vamos, para hacer el gazpacho del verano que nos vuelve locos jajaja Ya veremos qué tal se me da esto del "huerteo"...
Pensé que una compostadora, bonita, lo que se dice bonita...no es. La verdad. Así que tenerla cerquita de la zona dónde tengo pensado poner el huerto para facilitar el acceso y de paso que no estuvieran en un lugar en medio del jardín si no en una zona algo apartada era lo mejor. Se trata de un lateral de jardín, cercano a garaje y orientado al norte. Entre dos árboles, un pino y un enebro que le darán sombra. Una ubicación con espacio suficiente para poder sacar el compost si llega el caso y removerlo, dónde no molestan. Con un camino en medio entre ellas y el huerto que sirve de paso entre el jardín y la entrada de abajo por la que se accede a la parcela con el coche.
A la derecha del enebro, más adelante, prepararemos otra zona para almacenar el cubo grande del jardín, la carretilla y una compostera sencilla de hojas. Ay!! No empiezo un trabajo cuando ya tengo en mente mil!! jajajja
Bueno, una vez decidido el lugar hemos tenido que pensar en el diseño. He hecho muchísimas consultas en Internet viendo imágenes y leyendo foros y libros sobre el tema. Cada "modelo" tenía sus pros y sus contras. Es una suerte que la gente comparta en la Red sus trabajos y sus ideas porque ello permite que quién se pone a la labor de hacer algo cuente con la experiencia de otros que lo hicieron antes y que comparten los problemas que han tenido o las ideas que han resultado prácticas. 
Tenemos la suerte de tener espacio así que nos hemos decidido por un "modelo" robusto y amplio y en el que además del tamaño (más de un metro cúbico) hemos querido tener en cuenta que fuera práctico. Como digo no tengo experiencia alguna en compostar y es tanto el trabajo en un jardín que he querido evitar a toda costa cualquier aspecto que se me ha ocurrido que pudiera constituirme un trabajo gratuíto o una dificultad innecesaria cuando haga compost y es que en el fondo tengo algo de miedo de que constituya demasiado trabajo o que sea tan laborioso o dificultoso que me canse. Por eso he tratado de pensar en todos los aspectos que pudieran facilitarme las cosas en el futuro.
Me horroriza la idea de que la zona se convierta en un rincón sucio y de mal aspecto. No lo puedo remediar. Sé que lo ideal quizás hubiera sido hacer compost en montón, directamente sobre el suelo pero por razones prácticas creo que el compost debe estar cerca de huerto y al ser una zona de paso, no me apetecía tener a la vista constantemente algo con aspecto descuidado. Es importante para mí crear una zona que aún non siendo la parte más bonita del jardín esté suficientemente adecentada como para que mis "manías" no me hagan estar incómoda al pasar por delante de ellas.
También me preocupaba que no fuera cómodo ir echando los restos o acceder al compost una vez madurado.
Facilitar estas tarea creo que evitará que nos desanimemos a la hora de hacerlo. Si cada vez que hay que remover el montón se tiene una que agotar en el intento al final es muy posible que se desista y se abandone. De manera que basándonos en los consejos de gente que sabe mucho más que nosotros, en la experiencia de otra gente que ha hecho composters y en algunas imágenes de composteras con palets hemos pensando que las nuestras debían cumplir algunos requisitos:
  • Que fueran amplias (más de un metro cúbico) ya que los montones de restos del jardín no se compostan correctamente si no es a partir de determinado volumen. Así que decidimos que las compostadoras tuvieran una capacidad generosa.
  • Que fueran dos para poder ir moviendo el compost maduro de una a otra.
  • Que contaran con un tipo de apertura frontal que permitiera que vaya cerrándose conforme el montón de compost fuera creciendo a medida que se echaran restos dentro. El sistema de tablillas creo que es idóneo.
  • Que la apertura frontal permita tener levantadas las tablillas inferiores para tener acceso a la base del montón y poder extraerlo cómodamente según vaya madurando.  
  • Que también tuvieran apertura lateral para facilitar el trabajo de remover el montón cuando sea preciso. Con un sistema de bisagras se ha resuelto el tema fácilmente siendo posibe que el lado exterior de las composteras se abra con amplitud dejando espacio suficiente delante para meter y sacar el compost con facilidad.
  • Que tuvieran suficiente ventilación a través de sus paredes para permitir el proceso de compostaje pero que a la vez no permitiera que se saliera el compost y se ensuciara la zona de alrededor.
  • Que estuvieran construídas con un material fuerte y sólido que pudiera durar bastantes años pero que no nos supusiera una gran inversión económica y que fuera fácil de trabajar. Los palets parecían cumplir estos requisitos.
  • Que hubiera espacio delante de ellas para poder sacar el compost si llega el caso y removerlo antes de volver a meterlo dentro. El camino entre la zona dónde ubicaré los bancales elevados y las composteras es suficientemente ancho.
  • Que tuvieran un sistema de tapa por arriba que fuera fácil abrir y que permitiera tenerloas abiertas sin sujetarlas manualmente.
  • Que el compost se hiciera sobre el suelo para facilitar el trabajo a lombrices y microorganismos pero que a la vez impidiera la entrada de algún animalillo indeseable poniendo una malla sobre el suelo, entre éste y la base del montón de compost.
Tengo la suerte de tener unos compañeros de curro estupendos que han estado dispuestos a mover la mercancía que había sobre los palets que me interesaban a otros que estuvieran libres, agruparlos para que yo me los puediera llevar...en fin, que les he dado trabajo y han sido un encanto conmigo!! Por cierto, desde aquí quiero agradecer su amabilidad para conmigo: Gracias Miguel!! Gracias Jesús!!! Gracias Arturo!!
Son de unas medidas estupendas para hacer este trabajo:  120 x 100 cm. Son estupendos, fuertes, nuevos, limpios...nada que ver con algunos que nos han ofrecido en establecimientos de ventas de materiales de construcción generalmente rotos, viejos y sucios...

En una siguiente entrada colgaré un dibujo esquemático del diseño. En esta os pongo fotografías del proceso de cómo hemos ("ha", él,  jajajaja) desmontando unos palets para con sus tablas rellenar los huecos de otros que serán luego las paredes de las compostadoras.
Las "paredes" que servirán de fondo estarán hechas con dos palets enteros, sin quitar ninguna de sus partes. Asi serán más solidas y robustas. Situaremos hacia delante la parte que lleva tablillas y hacia atrás lo que es la base del palet. Las pondremos verticalmente (120 cm  de altura y 100 cm de ancho)

Para realizar las paredes laterales exteriores, lo primero que hemos hecho es ir eliminando las "traseras" de los palets que usaremos como laterales.
Para ello, simplemente a golpe de maza estas bases se van retirando del propio palet desprendiéndose de las púas que los unen a ellos.

Hay que tener cuidado con no dejar las púas ya que sería tremendo que en el futuro por un descuido en esto pudiéramos dañarnos las manos al meter los restos en las compostadoras.
Golpeando con el martillo sacaclavos las púas irán desplazándose hacia el otro lado.
Finalmente las extrae del todo con el otro extremo del martillo sacaclavos.
En este punto dispone ya de lo que será un lateral exterior pero como véis tiene aun unas aperturas entre tablillas demasiado grandes, los huecos que dejan entre ellas son excesivamente grandes y de no rellenarlos impedirá que el compost se salga así que hemos ido cerrando estos huecos entre tablas con otras de otros palets.
Ha que desprender las tablillas de otro palet para que le sirvan de relleno de las otras. Para ello ha mantenido un poco en alto, sobrepuesto el palet del que retiraba las tablillas sobre otro que hacía de base manteniendo el primer un poco en el aire y con la maza de madera para no dañar las tablillas las ha ido golpeando hasta desprenderlas del todo.
Ha tenido la suerte de que los huecos y las tablillas medían igual, así que sin necesidad de cortar nada, simplemente ha ido clavando una tablilla en medio.
En este punto, lo único que faltaba era hacer una especie de "carriles" paralelos entre los que luego se podrá ir poniendo horizontalmente tablillas sueltas, unas encima de otras y que cerrarán el frontal de las compostadoras.
Ya véis que simplemente ha clavado dos listones gruesos con una separación suficiente entre ellos para que las tablillas se desplacen fácilmente. Con esto ya ha tenido completo lo que será uno de las paredes laterales exteriores de las compostadoras.
Antes de montar las compostadoras ha preferido ir tratándolas con un producto específico. Hay que pensar que la madera de las compostadoras están constantemente en contacto con la humedad del compost y que al estar en el jardín la lluvia y el sol las deteriorará así que es preciso tratar esta madera para exteriores.
He elegido un tono bastante oscuro. Me gusta más... yo creo que queda bonito. No? :)
Y en este punto estamos... Colgaré otra entrada cuando las montemos.

Cómo plantar en primavera los bulbos de verano . Azucenas (Lillium orientales)

A principios de mes os mostraba estos bulbos recién comprados y hablábamos en aquel artículo sobre las necesidades de cultivo de las azucenas. Hoy os quería mostrar el paso a paso de la plantación de estos bulbos de verano.

Seguro que la mayoría de vosotros lo sabéis pero para quién lleve poco tiempo en esto de la jardinería aclaremos que los bulbos suelen dividirse en bulbos de primavera y de verano. 
Los bulbos que florecen en primavera se suelen plantar en el otoño anteriorComo ejemplos de bulbos de primavera podemos poner los narcisos, jacintos, tulipanes...
Por el contrario, los que producen sus flores en verano se plantan ahora, en primavera o a punto de comenzar la estación. Son bulbos de verano las dalias, las azucenas, calas, nardos, gladiolos...
Aunque a la hora de agruparlos según su floración hablamos de "bulbos" técnicamente no todos lo son. Por el contrario, algunos son cormos (como los gladiolos), rizomas (como las calas o los Iris) o tubérculos (como las Dalias).
Todos ellos son órganos subterráneos que tienen la capacidad de almacenar nutrientes de manera que tras la plantación brotan de ellos las hojas y las flores y una vez ha terminado la floración y mientras las hojas van secándose, el órgano subterráneo se "recarga" de nuevo y vuelve a guardar en su interior la energía que precisará para la floración de la siguiente temporada.
El día que se plantaron estos bulbos de azucena, el chico que me ayuda dejó este trabajo para última hora y se le echó el tiempo encima de manera que cuando pude ir haciendo las fotografías según él iba trabajando, la verdad es que la luz era ya claramente insuficiente. De modo que os pido disculpas pero he preferido colgar el artículo aunque las imágenes no tengan demasiada nitidez. Espero que mis explicaciones suplan las deficiencias.
Bueno, primero deberíamos elegir el lugar adecuado para estos bulbos de azucenas (Lillium orientales). Les gusta la cabeza al sol pero prefieren que el suelo dónde estén plantados se mantenga fresco y sombreado. Creo que el seto norte, tras esta mata de Choisya ternata, puede ser un lugar estupendo.

Bien, lo primero que hacemos es retirar la capa de acolchado de corteza de madera para que al trabajar el espacio no se nos mezcle con el suelo.

Los bulbos en general y las azucenas en particular detestan los suelos con problemas de drenaje dónde sus raíces estén anegadas en agua. Ese problema en mi jardín es difícil que se produzca en parte alguna debido al tipo de suelo que tiene. Pero además de exigir un perfecto drenaje, crecen mejor en suelos con mucha materia orgánica, mullidos y esponjosos.
De manera que vamos a confeccionar una mezcla de sustratos y otros materiales para agregar y mezclar con el suelo dónde plantaremos estos bulbos.
El suelo de mi jardín drena demasiado así que vamos a incorporar a él algunas enmiendas. Es decir, por su naturaleza arenosa, el agua y los nutrientes tienden a desaparecer hacia abajo con excesiva rapidez. Pienso que realizar una buena mezcla que ayude a retener la humedad  que precisan los bulbos y que a la vez les proporcione los nutrientes que necesitan, va a favorecer su desarrollo.

La turba hace los suelos dónde se incorpora mucho más mullidos. Aumenta la retención de la humedad en ellos y acidifica su pH. 
No entiendo por qué cuesta tanto comprar sacas de buen tamaño. O al menos yo no las encuentro en muchos sitios. Por fin he localizado un vivero algo alejado de mi casa dónde me venden estos sacos de 250 litros. Viene muy comprimida y para usarla se tiene que desprender a grandes terrones. 
Con un cubito de estos tendremos bastante ya que cuando hayamos desmenuzado los terrones aumentará mucho su volumen. Ahora habrá que desmenuzar bien la turba con las manos hasta que se convierta casi en un fino polvo.

Ahora agregaremos un par de cubos de compost. Esta compostera tiene un material que casi está a punto de caramelo pero aún le falta un poquito. No hay problema en incorporarlo al suelo de los bulbos. Simplemente terminará de madurar el poco que le falta mezclado con la tierra del lugar de plantación.

A principios de este año comencé a hacer este compost de hojas secas. Aunque inicialmente las dejé en la compostera de malla plástica vi se secaban con demasiada rapidez así que finalmente las he metido en bolsas negras de jardín y tras humedecerlas bien las he cerrado. La compostaje está iniciada pero ni con mucho se han compostado del todo.

Fijaos qué aspecto más bueno están adquiriendo. Dentro de unos meses habrán formado un magnífico compost que aportará nutrientes y esponjosidad a cualquier suelo dónde lo utilice. Agregaremos dos cubos de estas hojas a medio compostar a nuestra mezcla.

Y por último vamos a incorporar a la mezcla un buen puñado de harina de pescado. Siento haber olvidado hacer la fotografía. Pero vamos, os lo imagináis ;)
Por qué he incorporado este abono orgánico? Pues porque al compost le falta un poquito para estar terminado de hacer y las hojas están sólo iniciado su proceso de compostaje. No he querido arriesgarme a que ambos elementos, en el proceso de maduración que les resta, sustraigan Nitrógeno al suelo dónde están plantados estos bulbos e impidan que crezcan correctamente. De ahí que le haya añadido la harina de pescado que tiene una proporción bastante alta de Nitrógeno (NPK 10-6-0).
Como os comentaba hace ya tiempo en una entrada en la que trataba los abonos orgánicos y enmiendas del suelo, la harina de pescado conviene trabajarla con el suelo y dejarla un poco enterrada bajo el acolchado por eso la he mezclado con las otras enmiendas al hacer la mezcla. Durante un par de días emite un ligero olorcillo que a Iker le resulta muy tentador y la verdad, no me apetece encontrarme con los bulbos de azucenas esparcidos por el camino ejejjeje
Mientras mi ayudante hace la mezcla un par de mirlos descarados se dedican a hurgar en mis acolchados y a hacer agujeros en el suelo en busca de alimento jejejejje Ellos ayudando a remover bien el suelo no sea que se compacte. Qué majos :-)


Bien ya tenemos todos los elementos de la mezcla. Ahora deberíamos remover bien y mezclarlos antes de incorporarlos al suelo de plantación.

Antes de añadirla y mezclarla con el suelo del jardín es preferible cavar bien la zona para poder mezclar correctamente la enmienda.

Echamos la mezcla de enmiendas sobre el suelo del jardín y volvemos a cavar para mezclar bien todos los elementos. Ahora toda la zona tiene un estupendo suelo esponjoso, mullido...dónde el agua no se filtrará con tanta rapidez.

Qué buen aspecto tiene esta tierra. Eh? :-) No se quejarán las señoras azucenas ejjejeje

Recordemos que hay azucenas de enraizado basal únicamente y otras que tienen un doble enraizado (basal y del tallo). Las de doble enraizado requieren ser plantadas más profundamente que las otras.
 
Como el suelo está muy bien trabajado no nos va a costar nada hacer una cavidad con unos 20 cm para alojar en su base los bulbos con doble enraizado. El resto del espacio lo dejaremos rebajado a unos 10 cm.

Vemos como aquí ya están colocados los bulbos en función de la profundidad que requieren según dónde emiten sus raíces.

Tendremos que volver a cubrir con el suelo que ya tenemos mezclado con las enmiendas y la harina de pescado. Con las palmas de las manos presionaremos un poco para que asiente bien el suelo sobre los bulbos. Tampoco en exceso porque están empezando a brotar y no queremos que setos tiernos brotes se rompan.
Antes de regar en profundidad todo el terreno he esparcido un par de puñados de harina de huesos que tiene un alto contenido en P (Fósforo) y Ca (Calcio). Se trata de un magnífico abono orgánico de liberación lenta que aportará buenos nutrientes a nuestras azucenas.
 
Trabajamos ligeramente el suelo para mezclar la harina de huesos con él y regamos sin prisas, en profundidad. Nos interesa dejar ese suelo bien húmedo y que esta humedad no se nos evapore con rapidez.

Esparciremos de nuevo todo el acolchado que habíamos retirado al inicio de la plantación. 

Sólo nos resta un detalle: Los tutores.
Dentro de pocas semanas estos bulbos estarán apuntando sobre el nivel del suelo y serán fácilmente visibles pero ahora están ocultos por el terreno. Señalizar la zona de plantación para evitar pisarla y romper los tallos que pronto empezarán a brotar hacia arriba parece buena idea. Verdad?

Si usamos tutores adecuados para indicar la zona en la que están los bulbos de Lillium, nos serán además para sostener las varas cuando estén bien crecidos.
El año pasado me clavé en la cara un tutor que no vi mientras trabajaba en una zona del jardín. Decidí poner "algo" en el extremo para que no se me "escaparan" de la vista. 
Ummmm creo que voy a pintar de algún color mono estas diminutas macetitas. No sé si en una gama que se disimule entre las flores o mejor lo contrario, en un tono que resalte entre ellas. Esperaré a ver en qué tonos florecen estas azucenas y luego me decidiré.

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Abono orgánico (estiércol y humus de lombriz) como acolchado de los rosales de cara al invierno

Ya estamos a mitad de diciembre. Hace ya días que están cayendo heladas y aunque éstas no son excesivamente profundas en mi zona, el frío y las pocas horas de luz en los días cada vez más cortos del otoño, diríase que cantan una nana para que los rosales comiencen a dormir hasta que las temperaturas vuelvan a aumentar.
Pero como algunos bebés con dificultades para dormir, este año algunos de mis rosales les cuesta conciliar el sueño y no acaban de parar su actividad vegetativa. Quizás porque el otoño aunque muy lluvioso no ha sido nada frío.

Es curioso porque precisamente son los que trasladé al inicio del verano desde el otro jardín en el que los cultivaba. Y mira que sufrieron los pobres en el proceso!! 
Están en el jardín trasero, una franja de terreno que recorre la fachada norte de la casa y que en invierno, cuando sopla el viento, las corrientes de aire lo recorren sin piedad. Pero ellos han decidido no tener una temporada tan corta y quieren robarle al invierno lo que no pudieron desarrollar recién trasplantados.
Alguno de ellos como, Blue for You incluso tienen ahora capullos en el extremo de sus ramas que entre el frío, la lluvia y el hecho de que el sol calienta poco y cada día durante menos tiempo, no llegan a abrirse y se está formando moho sobre alguno de ellos. Es un problema conocido como apelotonamiento o encapsulado de capullos (también como “balling”) los pétalos externos se ablandan y con los rayos del sol de las horas más cálidas de algunos días forman una especie de coraza que impide que el capullo llegue a desplegarse.

Tener esos capullos encapsulados cuyo interior poco a poco va pudriéndose y formando moho por encima no me apetece nada. Creo que son un foco de enfermedades y que no les hace ningún bien a los rosales, así que los he eliminado todos.

Los demás trasplantados están incluso con bonitas hojas pero ya me fijé la semana pasada cuando hice la segunda aplicación de aceite mineral de la temporada (La primera la hice a primeros de noviembre) que aunque A. Shropshire Lad parece en perfectas condiciones a primera vista, fijándome con detenimiento vi que muchas de sus hojas estaban agujereadas por alguna plaga y en el reverso de alguna de ellas tenía unas coloraciones que no eran fáciles de distinguir bien  pero que no me gustaron demasiado así que he decidido desfoliar este rosal.

Así evitaré peligros permitiendo que las plagas se escondan en unas hojas ya algo deterioradas por las inclemencias del tiempo. Para los demás esperaré algo más, a que estén completamente parados y probablemente al iniciarse enero, cuando les tocará una aplicación de azufre ya habrán perdido una buena proporción de su follaje y el que no, lo eliminaré  manualmente antes del aplicarles este fungicida.


Salvo estos dos casos, para el resto de rosales, lo que me interesa en este momento de la temporada es proporcionarles una buena capa de abono orgánico, en este caso, estiércol bien fermentado más unos buenos puñados de humus de lombriz.
Servirán a la vez de acolchando aportando materia orgánica al suelo, mejorando su estructura y nutriéndolo. Como sabéis ésta ha sido la primera temporada en mi jardín, espero el próximo año tener la oportunidad de compostar y si es así, probablemente este acolchado lo haga la próxima temporada con compost.

Ya sabemos que el acolchado podemos realizarlo con distintos materiales, a poder ser orgánicos. También podemos hacerlo con hojas, madera triturada pequeñita, etc. A mí me gusta hacerlo en el resto de arbustos y árboles con estiércol mezclado con hojas caídas del otoño pero en los rosales prefiero no poner hojas y que esta capa esté lo más limpia posible de hojas o cualquier material que tenga peligro de provocar enfermedades posteriormente.
Además de los nutrientes que aportan al suelo proporcionan esponjosidad, humus, capacidad para retener humedad y lo protegen de las heladas del invierno, del viento y de la erosión.
El otoño o el inicio del invierno es el momento más adecuado para incorporar este manjar para nuestros rosales. Ahora con el frío, el estiércol no es problemático, no quema las raíces y como la actividad vegetativa va a cesar en breve, el nitrógeno que precisa para terminar de madurar no será perjudicial que lo tome del sustrato ya que ahora los rosales, en parada, no lo precisarán.
Para que el estiércol pueda ser aprovechado por las plantas es preciso que se mineralice y se humidifique. En el proceso intervienen desde microorganismos (Bacterias, hongos, etc.) hasta macroorganismos (Lombrices, insectos…) En todo este proceso se utiliza grandes cantidades de nitrógeno por parte de las bacterias y éste nitrógeno inicialmente se le resta a las plantas aunque posteriormente, tras meses de estar el estiércol en tierra, el nitrógeno es revertido al sustrato. De ahí que sea en el momento en que las plantas no precisan este nitrógeno cuando es mejor la incorporación de estos abonos orgánicos.
No es aconsejable abonar con estiércol en verano o al menos no en cantidad abundante ni tocando las raíces del rosal mezclado con el sustrato que las rodea. El calor del verano activa y favorece a fermentación del estiércol recalentando el sustrato que rodea la base de los rosales y si éste está mezclado con la tierra puede llegar incluso a producir quemaduras en las raíces.
A propósito de este problema quisiera comentar algo sobre el desarrollo anómalo esta primavera pasada. Este año por causas que no vienen al caso me vi obligada a retrasar en exceso la plantación de los rosales a raíz desnuda y cuando los puse en tierra ya eran mediados de febrero. Cuando hice la plantación mezcle el suelo del jardín con una buena proporción de estiércol en el hoyo de plantación. Tendría que haber tenido en cuenta que era febrero y que apenas en unas semanas los rosales comenzarían a brotar. Tiempo insuficiente para que los nutrientes del estiércol estuvieran disponibles para los rosales cuándo éstos los precisaran. Pero además, de otra parte, no tuve en cuenta la competencia por el nitrógeno que se produciría cuando a los rosales les tocara empezar su actividad.
La cosa es que bastante de ellos tardaron una barbaridad en echar a andar como es debido. Estaban lentos, sin brío… En estos años he plantado ya muchos rosales y nunca se han pasado la primavera con un crecimiento tan reducido, lo habitual es que hayan crecido vigorosamente. Es verdad que este es otro jardín, otro suelo… pero algo me hace pensar que puede que el estiércol que aporté en la plantación no estaba lo maduro que dijeron en el vivero dónde lo adquirí. Tenía que madurar todavía un poco más y al hacerlo durante el tiempo en que a los rosales les tocaba comenzar a crecer en primavera, el nitrógeno que precisaba el estiércol para madurar e ir descomponiéndose se lo restaba a los rosales, de ahí que no arrancaran hasta el verano. 
Lo que sí tengo seguro es que es peligroso aportar estiércol en un momento avanzado de la temporada.  
Como podéis ver he limpiado en profundidad el rosal eliminando todas las hojas. En mi clima aún no corresponde podarlo así que lo he dejado así, limpito. He eliminado cualquier hoja o resto que hubiera caído al sustrato durante el proceso de limpieza para evitar que las plagas o posibles hongos pudieran permanecer en el suelo.

Al hacerlo me he dado cuenta que de la base del rosal salía un brote bastante fuerte sin hojas aún que me permitiera saber si era o no un chupón. A pesar de que muchos entendidos aseguran que no hay que cubrir el injerto y que el suelo alrededor debe quedar a su atura, yo siempre planto mis rosales de modo que el injerto quede un par o tres centímetros enterrado. No sé si lo haría en otros climas pero sí en el mío dónde hay buenas heladas, creo que se protege el punto de injerto de frío.

Así que con sumo cuidado he retirado el sustrato alrededor del injerto para comprobar desde dónde brotaba. He podido comprobar que el brote no se trata de una rama incipiente del propio rosal y no del patrón o portainjerto y que la próxima primavera se desarrollará ya que de haberse tratado de un  chupón este brote hubiera partido del nivel por debajo del nudo del injerto.

Con el mismo cuidado lo he vuelvo a cubrir para que no se quebrara, dejando una piedra por debajo de él que me haga recordar que está ahí y al limpiar la zona que rodea el rosal no la rompa en un descuido.

He aprovechado la ocasión para rehacer el alcorque, agrandarlo un poco y nivelarlo. Tengo por costumbre hacer alcorques alrededor de todos los arbustos y árboles. Facilitan el riego, incluso si el acolchado es de hojas parece que es más fácil que a pesar del viento, las hojas se retengan mejor dentro del alcorque que sobre una superficie plana.
Hoy me sentía con ganas de trabajar de modo  que aproveché para poner un par de tutores al rosal. Veo que se ha desarrollado mucho esta temporada y que la inclinación de alguno de sus brotes más fuertes hacen presagiar que se descompense cuando estas ramas se carguen de más vegetación y de las rosas y peligre la estabilidad del arbusto. Así que he clavado unos tutores y he atado con bridas a ellos alguna de las ramas con cuidado de no apretar tanto con ellas que estrangulara el crecimiento.

Antes de poner esta capa de acolchado es muy importe regar en profundidad.

A continuación un par de paladas generosas del abono orgánico que durante estos meses de invierno terminará de descomponerse y que cuando llegue febrero, el momento en que comenzará de nuevo la actividad vegetativa de los rosales y por tanto el comienzo también de las necesidades nutritivas, tendrá en el sustrato que los rodea el alimento proporcionado por este estiércol

El estiércol es un abono lento, precisa un tiempo para biodegradarse y  sus nutrientes no se incorporan al suelo de forma inmediata como otro tipo de abono sino que lo hacen poco a poco según va degradándose por la actuación de los microorganismos del suelo. Durante los meses de invierno la lluvia, la humedad y algún esporádico riego, favorecerán que este estiércol vaya liberando sus nutrientes y que éstos estén dispuestos en el sustrato cuando el rosal los precise al iniciarse de nuevo la actividad irá diluyendo los  disposición.
Antes de extender el estiércol alrededor de la base del rosa he añadido cuatro o cinco puñados muy abundantes de humus de lombriz (lo que me daban las dos manos juntas formando un cuenco).

El humus de lombriz son los excrementos de las lombrices. Se trates de uno de los mejores abonos orgánicos que podemos aportar a nuestras plantas. La cantidad de bacterias existentes en un gramo de humus es extraordinaria de ahí la efectividad que tiene este abono a la hora de mejorar las propiedades biológicas del suelo.

En esta fotografía puede verse el tono distinto del humus de lombriz antes de mezclarlo un poquito con el estiércol. Tras todo el proceso haremos un nuevo riego no tan abundante como el que hicimos antes de abonar.
Con este abonado que es acolchado a la vez, los rosales estarán resguardados y nutridos cuando llegue su momento al inicio de la temporada. Hasta entonces resta todavía bastante trabajo para los que amamos las rosas: aplicación de azufre el mes que viene (el año pasado tuve algo de oídio y no quiero arriesgar esta próxima temporada); tras la poda que seguramente haré en febrero efectuaré la última aplicación del aceite insecticida (preventivo de distintas plagas) y ya a partir de mediados de febrero, las aplicaciones preventivas de fungicida antiofídico. Paso a paso iré explicando todos estos trabajos según los realice.
Seguiré esperando que mis niños se duerman del todo y que lo hagan en óptimas condiciones tras este cuidado que hoy les he dado.

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