Las enfermedades que pueden padecer nuestros rosales son múltiples pero son
las enfermedades criptogámicas las que representan más del 90 % siendo los causantes los hongos u otros
organismos filamentosos.
Los daños que estas enfermedades ocasionan en los rosales son también muy
variables y oscilan entre causar lesiones ocasionales consistentes en unas
simples manchas momentáneas hasta llegar a provocar la muerte del rosal y ello
en función de la capacidad de expansión que tenga el hongo.
Si las condiciones son las adecuadas para el desarrollo de los hongos éstos
pueden alcanzar una gran velocidad en su expansión. De otra parte todos sabemos
que hay variedades de rosales más y menos propensas al contagio de estos
hongos.
Así pues, elegir bien las variedades
de rosales que cultivamos en nuestros jardines y conocer las condiciones
idóneas para la expansión a gran velocidad de estos parásitos criptogámicos
será muy importante para poder limitar esta velocidad e incluso elaborar
ciertos programas de prevención de tratamientos o aplicación de técnicas de
cultivo que impidan o limiten el contagio.
Sin pretensiones de llegar a niveles de cientificidad que no son objetivo
de este blog, podemos echar un vistazo hoy a una de las enfermedades
criptogámicas que todos conocemos.
OÍDIO del rosal
Lo cierto es que a pesar de ser la más conocida de las enfermedades fúngicas debido a que los hongos parásitos que la producen tienen una gran facilidad de expansión,
no es la que constituye el mayor peligro para nuestras plantas. Eso sí,
necesita de numerosos tratamientos debidos a su facilidad de propagación. Debemos saber que aunque esta enfermedad
perjudica como es lógico la planta,
salvo en que el ataque sea de gravedad extrema, rara vez puede ocasionar
la muerte de rosal.
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http://commons.wikimedia.org/wiki/Category:Podosphaera_pannosa?uselang=es#mediaviewer/File:Podosphaera_pannosa_1.jpg |
Síntomas: El Oídio es una enfermedad de las plantas que
es fácil de identificar. Es conocido también como mal blanco, cenicilla o
ceniza. Casi todos hemos tenido
este problema en nuestros jardines en mayor o menor grado: una especie de
polvillo blanquecino que cubre sobretodo el envés de las hojas nuevas llegando
en ocasiones a afectar a tallos y hasta
los capullos y que provoca generalmente el abarquillamiento y caída de las
hojas afectadas.
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http://es.slideshare.net/yurihcalle/fitopatologia-oidium |
Si frotamos con los dedos este polvillo veremos debajo de él y sobre la
hoja pequeños puntitos necróticos que son las zonas afectadas y destruidas por
el hongo mediante la introducción de haustorios en la superficie de la hoja
para alimentarse. Sobre la cutícula de las hojas crece el micelio, el elemento
blanquecino que todos conocemos.
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http://commons.wikimedia.org/wiki/Category:Podosphaera_pannosa?uselang=es#mediaviewer/File:Podosphaera_pannosa_(Wallr.)_de_Bary_5027009.jpg |
De qué forma crece sobre nuestros
rosales
Es en el crecimiento joven dónde se desarrolla con más facilidad, las hojas
viejas raramente son afectadas. Y según
algunos estudios la razón de esta especie
de “tolerancia” es el grosor de la cutícula y la pared epidérmica externa.
Aunque no está demostrado si lo que dificulta la penetración del hongo es este
grosor que parece hacerles inmunes o si se trata de otros cambios fisiológicos
del rosal lo que realmente perjudica al parásito.
En todo caso lo que sí parece ser seguro es que en algunas variedades de
rosales se produce una reacción inmediata al ser atacadas por el hongo
generando una especie de barrera que impide la propagación de la enfermedad.
Parece ser que los rosales de hojas de textura fina son más fáciles de
contagiar que los que cuentan con un follaje de hojas gruesas y cerosas.
Lo curioso es que parece haberse comprobado
que en los pedicelos (“rabito” que sostiene la flor bajo el cáliz) de
estos rosales con hojas resistentes se produce un mayor y más rápido
crecimiento del micelio pudiéndose establecer la enfermedad en la planta en un
corto periodo de tiempo en que se den las condiciones favorables para el hongo
aunque no se produzca en las hojas.
También se ha observado que un crecimiento vigoroso del rosal está asociado
a un nivel superior de infección. Es precisamente cuando se producen muchos
brotes nuevos cuando aumenta el crecimiento de hongo, y por el contrario, este
crecimiento disminuye a medida que este material nuevo va madurando. Por tanto es de vital importancia la
aplicación de abonos equilibrados en lo que hace al nitrógeno.
Otras fuentes señalan además la correcta hidratación de las raíces como
condición indispensable en la lucha contra esta enfermedad. Estemos por tanto
muy atentos para que el suelo dónde crecen las raíces de nuestros rosales no
presenten sequedad que pueda favorecer de alguna manera los contagios
Qué hongo produce el oídio?
El agente patógeno que provoca lo que
conocemos como oídio es Sphaerotheca pannosa var. Rosae y
en él son destacables sus filamentos micelianos (hifas) que se
desarrollan sobre la superficie externa de la planta. Se trata por tanto de un
hongo de crecimiento externo en forma de micelio blanquecino. Sobre este
micelio crecen los conidióforos que producirán las conidias (esporas
asexuales). Ya, ya sé que esto es un rollo intragable y que estos términos para
los profanos como yo parecen designar pecados inconfesables jajajaja A pesar de ello seguiré con vuestro permiso
;)
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http://recursos.cnice.mec.es/biologia/bachillerato/segundo/biologia/ud07/02_07_04_02_043.html# |
La forma que este hongo tiene de nutrirse es introduciendo en la células
más superficiales de las hojas unos órganos llamados haustorios y que además de para
succionar el alimento le sirve de anclaje al hongo. Es decir, es un hongo ectofito (externo) que no penetra en
el interior de las hojas si no que lo hace solo superficialmente.
http://selva-del-leon.blogspot.com.es/2012/03/oidio.html
Su ciclo vital:
La enfermedad suele incubarse entre 5 y 10 días y si las temperaturas están
por debajo de 10º y por encima de los 30 se reduce considerablemente la
producción de conidias (Esporas).
Si el hongo se encuentra en unas
condiciones en las que su propagación se dificulte puede conservarse en
diferentes estadios durante mucho tiempo
a la espera de que las condiciones le sean propicias para su posibilidad
de contaminación. Es decir, permanece
hibernando una vez ha “inoculado” el huésped (planta) subsistiendo en las yemas
en forma inactiva.
Cuando estas condiciones
favorables se dan, a las tres o cuatro horas de haberse depositado las conidias
sobre las hojas comienzan su
germinación. Tras unas 16/20 asistimos a un crecimiento rápido del micelio
produciéndose muchas ramificaciones en él. Ya a las 48/72 horas hay presencia
de esporas en las hojas jóvenes y no tardarán ya en aparecer los síntomas que
todos conocemos de la enfermedad.
A partir de aquí es la
disminución de la humedad relativa la que favorecerá la liberación al aire de
las esporas. Y es precisamente a mediodía
o primera hora de la tarde cuando parece producirse la mayor liberación de éstas.
Vemos pues que para que maduren los
conidios es precisa la presencia de luz. De hecho parece que los datos que se
pueden extraer de las investigaciones tienden a demostrar que es a mediodía, entre las 13 y las 15 horas, cuando se produce
la mayor dispersión de esporas. Estos estudios respaldarían incluso el hecho de
que las esporas germinadas a esas horas causan un mayor daño.
Resumiendo podríamos decir que sus
fases de desarrollo son tres:
- La latencia durante la que en invierno el hongo permanece latente e
inactivo en las yemas afectadas en forma de micelio formado por una masa de
filamentos (hifas).
- Al llegar de nuevo la actividad vegetativa en el inicio de la primavera, cuando vuelven a darse las condiciones
que requiere el hongo, el micelio vuelve a activarse iniciando de nuevo su
actividad vegetativa. Las yemas
infectadas por los hongos hasta ahora latentes, brotan algo más tarde que las
sanas de manera que al producirse las nuevas conidias ya tiene “preparado” y
disponible material vegetativo nuevo dónde asentarse y dónde rápidamente se
producirá abundante crecimiento de micelio que invadirá rápidamente nuevos
brotes y hojas.
- Durante la primavera y el verano se produce la contaminación secundaria que
sería la tercera fase.
Sobre este tejido recientemente infestado a partir de aquellas
contaminaciones primarias se desarrolla más micelio que invade nuevos órganos y en los que de nuevo se desarrollan nuevos conidióforos
y se dan nuevas liberaciones de conidias repitiéndose el ciclo mientras las
condiciones ambientales le son favorables.
Con estas nuevas dispersiones de conidias se contaminan otras yemas que
permanecerán latentes durante el siguiente invierno para iniciar de nuevo su
actividad en la siguiente primavera.
El ciclo de vida puede completarlo en tan solo cinco días si las
condiciones le son favorables, pudiendo tardar más de quince en situaciones
adversas.
Condiciones
ambientales que resultan favorables para el desarrollo del oídio
Es más probable que se den problemas de este hongo cuando tenemos noches frescas y días cálidos (es decir, en
primavera) o cuando la humedad que
hay alrededor de los rosales no puede evaporarse por competo a lo largo del día.
El coctel más letal es humedad muy alta, en torno al 70/80 % y
temperaturas suaves y es cuando se
ve favorecido su desarrollo más rápido. Vamos, las primaveras muy húmedas.
Su
desarrollo se ve ralentizado cuando las temperaturas superan los 35º, es decir
en verano.
Retomando de nuevo su crecimiento cuando en otoño nuevamente descienden las temperaturas y sube la humedad
relativa. Comprobamos por tanto que aunque no precisan de la presencia de agua
para su desarrollo sí necesitan que la humedad del aire sea alta.
El escenario más favorable para que Sphaerotheca pannosa se desarrolle se da cuando se produce varias veces seguidas ciclos de noche/día con las siguientes características:
Noches en las que la humedad relativa es muy alta (90-99 %) o haya agua en superficie y a la vez la temperatura ronde los 15/16 %. Esta situación permite que los conidios se forme y germinen.
Si a la vez, se produce de día una temperatura sobre los 26º y una humedad relativa entre 40/70 % la liberación de los conidios se verá favorecida.
Los estudios demuestran que tres son
los factores que intervienen de forma muy directa y clara en el desarrollo
y propagación del oídio, las temperaturas,
la humedad relativa y la presencia de agua libre sobre la vegetación .
- La temperatura es el factor más
importante: Aunque sin ser tan
rápido, el desarrollo puede producirse entre los 5 y los 35º. Pero cuando las
hifas se desarrollan a mayor velocidad es entre los 20 y los 35º, es decir, al
final de la primavera. Es en este margen de temperaturas cuando las esporas
germinan con mayor facilidad. El verano, con el aumento de las temperaturas
traerá también la disminución del oídio cuando el termómetro marque
temperaturas superiores a los 35 grados. Pero no bajemos la guardia porque
puede regresar en otoño cuando descienden las temperaturas y en muchas zonas
geográficas es un período de abundancia de lluvias.
- Otro factor determinante, como hemos visto, para el desarrollo de Sphaerotheca
pannosa son los niveles de
humedad atmosférica que afectan a la producción y germinación de las esporas y más tarde a su diseminación. Estos cambios
favorecen la constante producción y maduración de estas espor
Algunos estudios publican datos relevantes:
La producción de esporas se ve
favorecida por una humedad relativa
alta.
La maduración de estas esporas
se verá beneficiada cuando hay una humedad relativa baja. Y ya sabemos que
tras la maduración de las esporas el viento se encarga de su diseminación con lo
que el contagio está servido.
Es lo que decíamos más arriba, noches con altas humedades relativas permite
la constante producción de conidias que durante el día con temperaturas suaves
y una humedad relativa no excesivamente alta
maduran y se propagan.
No olvidemos de otra parte que a pesar de que la humedad del ambiente no
sea alta por motivo de la transpiración de las hojas su superficie puede llegar
a niveles de humedad bastante altos lo que hace posible que germinen las
esporas.
- La lluvia o la presencia de
agua libre produce el lavado y arrastre hacia el suelo de las esporas dónde
no son viables. Además de limpiar el aire de esporas también las limpia de las
hojas. Igualmente el hecho de que haya agua sobre los órganos vegetales
dificulta la germinación de las conidias y el crecimiento del micelio y por
tanto a la larga en estas situaciones de agua libre se dificulta la dispersión
de las esporas. Sabemos que la gravedad con la que afecta el oídio en zonas
geográficas muy secas y con mucha insolación es mucho menor. Sabemos que en zonas geográficas dónde se dan unos inviernos muy rigurosos
y una fuerte insolación y sequedad ambiental el oídio se produce con menor virulencia.
Madrid, dónde yo tengo mi jardín sería una zona que se ajustaría a estos
parámetros con unas primaveras con días calurosos y una humedad ambienta muy
baja.