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Reflexiones paseando por un jardín cuajado de mimosas

Si había algo de mi jardín que a ella le gustaba eran sus mimosas. Aquí están de nuevo, como cada año. Me gusta pensar que están en flor ahora para ella. Llenando el jardín de amarillo y emanando su aroma delicioso.
Aunque este año retrasadas ya llevan en flor unos días pero no he querido colgar este artículo hasta hoy, viernes y ello porque la concurrencia de su floración y un día como hoy, se me antoja no sorprendente, pero sí curiosa y reconozco que interiormente me gusta esta coincidencia.
Hoy ha sido un día muy especial para mí y seguramente de seguir viva, también lo habría sido para ella.

Amarillo!! Solo amarillo...

Marzo es el mes de los amarillos. Todo es amarillo ahora en el jardín. Narcisos, Othonna cheirifolia, Kerria japonica 'Pleniflora', hasta las flores silvestres de las praderas son del mismo color. Tan sólo el contraste de los almendros (Prunus dulcis) con su blanco inmaculado y los Prunus cerasifera 'Pissardii' ponen una nota de contraste. Bueno, no, están las Viola odorata pero es tanto el amarillo del que todo se tiñe que las pobres apenas se notan. Y mira que son bonitas, con su precioso color violeta!!
Pero las protagonistas absolutas, sin competencia que les pueda hacer sombra, sin duda son las mimosas (Acacia dealbata). Siempre son excesivas. Sus raíces inundándolo todo, sus semilla cuajando los arriates dentro de unos meses y ahora se desbordan también llenando todo el espacio con su magnífica floración. Vierten su amarillo sobre todo el jardín y una no puede más que mirarlas a ellas. Están por todas partes iluminando todos los rincones con sus constelaciones de miles de estrellas amarillas!! Son excesivas hasta en su fragancia.
Hoy era una delicia respirar el aire cálido lleno de aroma a mimosas. Dulce, suave, delicioso...
Son tantas las mimosas que hay en mi jardín que puedo llenar la casa de flores sin que en el jardín se note que he cortado tantas y tantas ramas. 
Este mes se hacen perdonar todos los pecados mortales que comenten durante el resto el año. Cómo no absolverlas si te llenan el jardín de tanta belleza!! :-)

























 

Reparación de una rama rota de un árbol. Proceso paso a paso.

Ayer por la tarde, estando en la terraza trasera de la casa de repente me fijé en el arco que la cruza. Está anclado de una parte sobre la propia pared de la casa y de la otra se sostiene sobre un pilar hecho con ladrillos. Este arco, está de momento vacío en tanto no lleguen las ramas de los rosales a él.


De pronto me di cuenta de que muchas ramas de la mimosa (Acacia dealbata) que crece en uno de los arriates que bordean esta terraza tapaban casi este arco. Qué raro!! Pensé. 

Sabía que pasaba algo, no era normal que de repente se mostrara así de modo que miré bien por todos lados hasta que di con la causa. Esta:




Una rama bastante gruesa se había desgajado separándose de una principal a la altura de una horquilla.
Es normal. Las mimosas son árboles que crecen muy deprisa. Su madera por tanto es sumamente blanda. Además, no son longevas y las mías llevarán en el jardín 30 ó 40 años. De hecho ya hace dos años una de ellas se "desmayó" literalmente durante la noche, apareciendo tumbada sobre el suelo desde la raíz. Afortunadamente no se tumbó sobre el tejado de la casa ni sobre instalación alguna que pudiera causar daños.
Mis mimosas además no han sido cuidadas adecuadamente. Durante estos años que llevan creciendo en el jardín no se podaron nunca de manera que se permitió que crecieran ramas excesivamente largas y que a poco viento que haga se balancean peligrosamente con el riesgo de arrancarse.
Eso es lo que pasó ayer. La de ayer una noche de perros. Un viento tremendo sopló con fuerza y finalmente ocasionó este desaguisado en esta mimosa.

El desgarro no es pequeño. Casi medio metro!! Además en una rama bastante gruesa. De más de 20 centímetros de diámetro!! Lo cierto es que me preocupé. El tiempo mejoraba pero hasta la noche estaba sola y con mi problema de la pierna rota era impensable que yo pudiera hacer nada. Había que esperar a la noche para que llegara mi "Homo habilis" y pudiera echarle un vistazo a ver qué se le ocurría hacer al menos como solución provisional.
Era ya de noche, con un vientazo tremendo y un frío que pelaba. Sin materiales adecuados lo único que pudo hacer fue apuntalar la rama de manera que no ejerciera peso sobre el arco y evitara que llegara a arrancarse del todo. Un poste de madera de 8 x 8 x 240 cm le ha valido para ello.

Una vez apuntalada la hemos ("ha" :-D) atado fuertemente la rama desgajada con una cinta de amarre con tensor de trinquete. Este tipo de cinta es ideal para ir apretando poco a poco sin que se afloje cuando se tira poco a poco del extremo.

Durante esta noche el tiempo no ha mejorado y el viento ha seguido soplando. En esta situación era urgente la reparación de esta rama si no queríamos que se llegara a arrancar del todo desgajando en su caída más zona de la corteza del árbol y con el peligro de que llegara a arrancar el arco metálico sobre el que se estaba apoyando.
Así que tan pronto hemos podido nos ("se" jejejeje) hemos puesto a la labor de reparar esta rama rota.
Estuvimos estudiando la posibilidad de no haberla podado en gran parte. Me hubiera gustado, claro. Pero era demasiado grande y con un desgarrón de estas dimensiones la zona de unión hubiera estado crónicamente presionada con el peso de la rama tirando hacia abajo. Esto no hubiera ayudado en absoluto a que el tiempo llegue a cerrar bien esa herida (si hay suerte).
Al final con la podadora telescópica hemos decidido cortar parte de esa rama para aliviar el peso. Ha sido bastante material el que hemos sacado de ella.


Al cortar con la podadora telescópica es fácil no ser demasiado preciso en los cortes y de ahí que a continuación hayamos aprovechado para eliminar algún tocón que se nos quedó atrás valiéndonos de un serrucho de poda de tamaño no muy grande y que suelo usar para los rosales.


Lo primero que ha hecho esta tarde es tratar de unir un poco más los dos lados del desgarro valiéndose de un sargento de buenas dimensiones.


No es fácil tirar de la rama hacia arriba y lograr que la unión sea casi perfecta. En primer instancia la rama desgajada quedaba ligeramente desplazada hacia abajo unos milímetros.
Ha solucionado este problema aflojando el sargento un poco y valiéndose de una estaca (un mango de una azada vieja). Mientras hacía palanca con el extremo del mango en la rama sana al apoyarse en la rama desgaja lograba que ésta bajara ligeramente, los milímetros que precisó hasta ubicarlas en la posición perfecta.

Una vez logrado ha vuelto a apretar el primer sargento y ha colocado otro unos 30 cm más abajo.

A estas alturas tenía ya tres punto en los que la unión estaba fuertemente reforzada (los dos sargentos y la cinta).
Esta mañana ha bajado al pueblo a hacerse con un par de cosas que no tenía y que consideró que precisaba. Ha comprado unos tornillos de unos 12 cm autoperforante con arandela metálica y goma debajo. Un detalle muy, muy útil para este trabajo: ha buscado una arandela bastante grande con una goma bastante gruesecita debajo. La idea es que la cabeza del tornillo no dañe la madera al apretarse.

Ha empezado a atornillar el primer tornillo directamente sobre el tronco. Eran tornillos autoperforantes, de ahí que no precisara abrir primero con la broca del taladro. Al final han sido tres los tornillos que ha usado.

No sé de dónde sacó la goma de un neumático viejo que nos ha venido de perlas, pero ha venido con ella también del pueblo. Alguien debió dársela. No lo sé.
Tras haber atornillado los tres tornillos ha cortado tres bandas de 4/5 cm de anchas del neumático. Estas cintas debían ir sobre el tronco y tocarían la herida así que no era cosa de usarlas sucias. Las he lavado bien con jabón primero y después con alcohol para desinfectarlas.

Por último, ha rodeado el tronco con estas cintas en tres puntos intercalados entre los tornillos. Sobre las cintas ha ceñido las ramas con un alambre fuerte que ha tensado bien retorciendo sus extremos para ir apretándolos. Las gomas impedirán que al ejercer fuerza el alambre llegue a clavarse en la madera del árbol y lo dañe o provoque más heridas.


Se ha hecho de noche cuando ha dado por terminado el trabajo. 
Otra cosa es que al ser un árbol viejo y no estar ya muy sano no haya muchas posibilidades de que entren patógenos e incluso insectos.
Ayer pensé en usar pasta cicatrizante pero no estoy segura. Quizás mañana le ponga un poco de pasta en los tramos de fisura que quedan a la vista y que no están tapados por las cintas. No sé lo que hacer... ya veremos!!
Creo ha realizado una reparación metódica y concienzuda!! Ambas ramas se ven firmemente unidas y no creo que aunque haga viento se puedan separar con esta reparación que ha hecho.

Estoy muy, muy satisfecha con la faena que ha hecho!! No es para menos. Creo que mi "Homo habilis" ha hecho un trabajo magnífico!! A que sí? :)
Parece increíble que esta gran herida que el árbol presentaba ayer hoy se haya podido cerrar de esta manera... A ver si tenemos suerte y logramos retrasar la muerte de este árbol que aunque, como casi todos los que me leéis, sabéis que no son santo de mi devoción las dichosas mimosas, no dejan de ser un elemento de mi jardín que aunque sólo sea por los años que llevan aquí creciendo tienen un espacio y un lugar ganado y no seré yo quién haga nada para ponerlas en riesgo (aunque a ratos las maldiga jajjaj)

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