Ayer andaba por la parte trasera de la casa y caí en la cuenta de que tengo que ubicar en el jardín unos macetones enormes que tengo con unas cuantas lilas (Syringa vulgaris). No tienen apellidos, quiero decir que no sé de qué variedad concreta se tratan. Estaban aquí cuando vine. Debía haber unos seis o siete arbustos bastante grandes y añosos. Desgarbados, pobres de ramas y al haber sufrido mucha falta de agua (el jardín en el año anterior a venirnos aquí no se regó en verano) están débiles, piden a gritos unos cuidados adecuados y bastantes mimos. Las pobres!!.En qué suelo y en qué condiciones han tenido que sobrevivir!! Ahora les van a venir tiempos mejores...A pesar de tener todo en contra sus flores han sido de una hermosura tan grande!!
Qué belleza, verdad?
Algunos, los que están en zonas que aún no he arreglado del jardín los he dejado en tierra. Pero otros estaban plantados en lo que ahora es el jardín trasero de la casa y tuve que quitarlos para realizar el nuevo diseño así que me daba pena deshacerme de ellos y los puse en unos macetones muy grandes a la espera de encontrarles un sitio adecuado. Las tengo blancas y malvas. No sé cuales me gustan más.
Syringa vulgaris procede de la Europa del Este y pertenece a la familia de las oleáceas. Un arbusto o pequeño arbolito de pequeña envergadura (2-4 metros) de hoja caducifolia y generalmente de varios troncos. Para florecer de forma expectacular necesitan tener cierto grado de frío, es decir, inviernos rigurosos.
Se trata de un arbusto bastante resistente, al menos aguanta perfectamente mi zona. En cuanto al suelo prefiere que no haya exceso de humedad y una cierta acidez en él. No es una planta enfermiza. Los míos, a pesar de llevar años creciendo en situaciones inadecuadas no han llegado a contraer plaga alguna ni a padecer enfermedades.
Durante el tiempo que tuve el otro jardín estaba enamorada de los lilos pero ahora que los tengo en el jardín no es que me hayan dejado de gustar porque la verdad, su floración es tan divina que es difícil que no guste y su aroma... no hace falta describirlo, creo que todo el mundo lo conoce. Es simplemente olor a primavera como son el de las rosas!! Pero sí, ya no tengo el entusiasmo de antes porque una vez terminada la floración es un arbusto algo soso quizás también ayuda a este desencanto el que a mis lilas les hace falta una poda de rejuvenecimiento que las renueve y que les ayude a adoptar una bonita forma más frondosa, con más ramas ..,
Eso es lo que haré este año así que las flores que aparecen en estas fotografías serán las únicas que tenga la primavera que viene. Si quiero que en el futuro sean arbustos fuertes y hermosos deberé prescindir de su floración uno o dos años.
Les hace falta también crecer en un sustrato mucho más rico que el que lo han hecho hasta ahora. Ya sabéis que mi jardín tenía el suelo bastante empobrecido así que cuando las ubique definitivamente lo haré en hoyos bien nutridos, con un abono más rico en potasio y fósforo.
Necesitan ciertas horas de sol porque aunque es cierto que crecen también en zonas bastante sombreadas, he comprobado que las que tengo en tierra dónde no hay demasiado sol crecen con mucha distancia entre sus nudos formando ramas larguiruchas sin demasiadas hojas y florecen bastante menos que las que están al sol.
Reproducirlas no es problema, incluso lo contrario. Las mías son lilas sin injertar, crecen en sus propias raíces y emiten chupones que son una desesperación. Yo no quiero que crezcan anchas y ramificadas desde el suelo, pretendo formar pequeños arbolitos de copa baja así que tendré que eliminar todos los chupones que me molesten. Para hacerlo no hay que cortarlos ya que ello provocaría únicamente el aumento de chupones. Se deben arrancar cuando todavía son pequeños y están verdes.
De estos chupones que pueden arrancarse teniendo cuidado de llevarse una parte de raíces pueden sacarse fácilmente nuevos ejemplares. Yo creo que es la mejor forma de reproducirlas aunque tengo entendido que pueden también reproducirse por acodo. No lo he probado.
Las lilas florecen en el extremos de los tallos de un año. Las ramas fuertes y floríferas pueden llegar a dar varias yemas, en cambio los brotes jóvenes solo dan una yema que dará lugar a una panícula mucho más pequeña.
Syringa vulgares es de los pocos arbustos de floración primaveral que crecen y florecen a la vez. Coinciden en el tiempo la floración y la formación de las yemas que al siguiente año darán flor.
Es conveniente eliminar las flores tan pronto se pasen para ahorrar a la planta la energía que gasta en hacer semillas. Debemos tener cuidado a la hora de eliminar las flores marchitas y cortar justo por debajo del pedúnculo de la panícula ya que si lo hacemos más abajo estaremos eliminando las yemas florales del año siguiente.
En todo caso, como las yemas de flor surgen a la vez que el arbusto está floreciendo, al podar, siempre perderemos una floración. Si lo hacemos antes de que florezca, perderemos la de ese año. Si lo hacemos tras la floración perderemos la del próximo año. Es por tanto indistinto cuándo se pode siempre que no sea una poda de rejuvenecimiento que es preferible hacerla en primavera, antes de la floración.
A mediados de marzo las yemas florales comienzan a abrirse comenzando a dejar aparecer las panículas en formación.
y a finales del mismo mes la panícula ya tiene formados sus pequeños grupos de capullos verdes,
En mi zona no llegan a abrirse los capullos hasta mediados de abril y cuando esto ocurre, un aroma delicioso inunda su alrededor1!
Aunque los lilos pueden dejarse sin podar unos años, si no queremos tener un ejemplar con ramas despobladas tendremos que favorecer su correcta ramificación y una formación general del arbusto que sea abierta para permitir su ventilación y que el sol llegue a todas sus partes. Para ello será preciso una poda de rejuvenecimiento cada algunos años que puede hacerse a lo largo de un par de años seguidos.
Estas ramas fuertes y que dan flor lo pueden hacer durante bastantes años pero si no se quiere tener con los años un arbusto demasiado envejecido y con ramas despobladas deben irse sustituyendo de vez en cuando, cada tres o cuatro años alguna de las ramas más viejas cortándolas a ras del suelo si se trata de un lilo no injertado, es decir, que crece en sus propias raíces. Actualmente todos los lilos que veo a la venta son injertados, en ese caso los cortes, lógicamente, siempre serán por encima del punto de injerto.
Los brotes demasiado densos y ramificados hay que eliminarlos.
Al siguiente año, en las zonas que se podó durante el año anterior brotarán nuevos tallos de los que solo habrá que dejar los necesarios para que el arbusto sea armonioso.
Esta primavera me encantó formar preciosos ramos con sus flores para alegrar la casa. Aguantan muy bien en agua si se eliminan la mayor parte de sus hojas y dicen, aunque yo no lo probé, que permanecen más aún si metemos el extremos de sus tallos cortados en agua casi hirviendo. Probaré cuando vuelva a tener lilas...