Para mí es importante el aspecto que tenga el huerto. No deseo que sea un espacio menos bello que el resto del jardín, más bien que sea una zona más de él y se incorpore visualmente sin una transición brusca. Con hortalizas, sí, pero dónde éstas crezcan junto a rosales y al lado de pequeños frutales las hierbas aromáticas se mezclen con algunas flores.
Esta diversidad no solo la busco a nivel estético si no también práctico. Las flores llaman a los insectos y éstos contribuyen a las polinizaciones además de resultar ser unos estupendos ayudantes en cuanto a plagas de otros insectos no deseados.
El suelo sobre el que están asentados los bancales de mi pequeño huerto es de la peor calidad. Como he explicado en otros artículos está formado por los restos que hemos ido sacando de otros lugares del jardín según hemos ido plantado.
No me gustaba el aspecto que tenía tan seco, tan como sin vida, de un color tan claro. Se compacta tanto que probablemente hubiera sido difícil que salieran demasiadas malas hierbas pero a pesar de ello creo que con este acolchado de madera triturada entre los bancales y sobre el mismo camino que lo recorre hace que la zona esté mucho más bonita.
Es un acolchado mullido y agradable de pisar y sobre el que se hace mucho más cómodo cuando te tienes que arrodillar al cuidar de las hortalizas de los bancales.
Traje unos cuantos sacos para probar a ver qué tal quedaba así que no he tenido cantidad suficiente para cubrir toda la zona que me gustaría. Quisiera llegar a tapar con él incluso el espacio dónde tengo plantadas uvas crispas (Ribes crispa 'Hinnonmaki Grum' y Ribes crispa 'Captivator') y un grosellero negro (Ribes nigrum)
Había pensado hacer este acolchado con pinaza de la que voy sacando de mis pinos. También pensé mezclar esta madera triturada con la pinaza, pero al final me he decidido a hacerlo con este material.
Creo que aporta un "fondo" en unos tonos neutros sobre los que las hortalizas, hierbas aromáticas y flores que crecen en tiestos de barro, se ven mucho más bonitas.
Es de suponer que según pase el tiempo esta madera irá degradándose y tendré que ir reponiéndola. Ni siquiera he tenido que triturarla. Resulta que en las carreteras que recorren la zona cercana a dónde vivo cuando podan los árboles y matorrales que las bordean se ve que se acompañan de una trituradora y dejan los montones allí mismo. Así que no hay más que ir con el coche a por unos sacos. Incluso estoy pensando ir a hacer un par de viajes para preparar el acolchado de los rosales de cara a la subida de temperaturas que lógicamente se irán produciendo durante la primavera.