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Solanum rantonnetii, el Solano de flor azul o Dulcámara perenne

Tengo mala suerte con estas plantas. Llevo años intentado cultivar Solanum rantonnetii (Llamado también Solano de flor azul o Dulcámara perenne). Digo intentar porque hace dos o tres años adquirí un Solanum rantonnetii que planté en el suelo de mi jardín anterior. Quedó tan perjudicado en invierno que lo puse en una maceta para aplicarle cuidados intensivos para ver si era capaz de recuperarlo. Creo que era demasiado pequeño aquel contenedor, la cosa es que lo veía cada vez más feo y cuando nos vinimos reconozco que no fue de las plantas que me traje primero. Lo cierto es que creía que había muerto.

Cómo son las cosas en jardinería que a veces nos sorprenden!! El otoño anterior fui un día a aquel pequeño jardín y para mi alegría comprobé que estaba vivo aún así que me lo traje y lo puse en un contenedor de buena dimensión con un sustrato rico y con buen drenaje.
No me apetece tener demasiadas plantas que tenga que recoger en invierno. Para mí representa un transtorno el trajín que supone llevarlas al garaje, acordarme de regar allí dentro las que precisan de algún riego y volver a sacarlas en primavera. Prefiero optar por plantas que resistan mis heladas. No obstante ser como digo bastante reticente cuando llegó el invierno puse a cubierto este Solanum cultivado en maceta.

En realidad lo que me apetece es tener una Dulcámara en tierra, que se haga bien grande y forme una nube de flores de precioso violeta azulado por entre mis rosales. Es tanto lo que me gustan sus preciosas y brillantes florecitas con centro de llamativo amarillo que el año pasado, de visita en un vivero de la zona, vi un solanum con unos buenos troncos lignificados en la base. Se notaba que era una planta que llevaba ya cierto tiempo allí y me decidí a comprarla en la esperanza de que aguantara mejor las bajas temperaturas de mis inviernos. Me arriesgué a plantarla en tierra sobre un muro orientado al sur dónde recibe la luz solar todo el día pensando que al tener ya ramas de cierto calibre resistiría mejor el invierno.
Este color me encanta combinado con los rosas y magentas oscuros de las rosas que tengo en el mismo muro y combinadas con Rosa 'Falstaff' pensé que quedaría preciosa.
Se trata de un arbusto de crecimiento algo desgarbado que puede guiarse como trepadora o como mata más redondeada mediante poda. Incluso se pueden formar unoss preciosos arbolitos de uno o varios troncos trenzados y con una copa redonda cuajada de flores.
Perdió las hojas en invierno como es lógico y me tomé la presencia de aquellos "palos" secos y de crecimiento poco armoniioso como el precio a pagar por tener su preciosa floración en verano/otoño si tenía la suerte de que no se muriera en invierno.
Durante el invierno algunas de sus ramas se secaron pero no quise hacer una poda limpieza hasta que viniera el buen tiempo. Tardó bastante en brotar y aún después de volverse a cubrir de hojas fue también bastante el tiempo que ha tardado en dar flor. Hasta finales de verano no se han abierto los primeros capullos así que veo que en efecto, aunque mis heladas no han llegado a poder con ella, sí la dejan muy perjudicada y la planta no logra reponerse hasta bien entrada la primavera con lo que en mi clima la floración se reduce al otoño no como en otras zonas más suaves que pueden disfrutar de Solanum rantonnetii en flor también en verano.
La otra la cultivé en contenedor y la puse a cubierto en el garaje tan pronto como vinieron los fríos. Desde que la saqué al exterior he tratado de, mediante poda, formarla en forma de columna y claro, como los recortes han sido frecuentes no puedo decir con seguridad si hubiera florecido desde más temprano en le caso de que no hubiera practicado poda alguna. Por cierto, debe haber diferentes tonalidades de esta planta porque la del contenedor es mucho más violeta que la que está en tierra que vira más a un malva intenso.
Ninguna de las dos ha presentado un crecimiento que pueda decirse rápido. Puede que el estres de plantación en un caso y los pinzamientos a los que he sometido a la otra haya influido en ello.
No es una planta de dificil cultivo si no es por las heladas del invierno de la Sierra de Madrid. No es exigente tampoco en lo que hace a su suelo salvo en que no resiste que esté anegado. Con un buen abono y aporte de algo de materia prima para enriquecer el medio dónde se cultive hay suficiente.
Eso sí, no puede faltarle el agua durante la primavera y el verano y solo será ya en otoño cuando nos podamos descuidar en este entido.

Aguanta cualquier poda, preferiblemente en primavera y como digo, se puede conducir como trepadora pero Solanum ratonnetii no es una trepadora dúctil con ramas largas fáciles de guiar como Solanum jasminoide. Del suelo parte largas ramas que al poco se hacen bastante rígidas y su crecimiento en global es bastante desgarbado y no es fácil llegar a guiarlas "pegaditas" al muro al estilo de otras trepadoras.
En lo que sí es exigente es en la orientación en la que debemos cultivarla. Solo florece profusamente cuando recibe muchas horas de sol así que un muro orientado al sur es su lugar predilecto.

Grupos de Clemátides (Clematis) y su poda.

.LAS CLEMÁTIDES. Clematis (Fam: Ranunculáceas)


No hace mucho planté una clemátide en mi jardín de cuyo proceso colgué una entrada y se me ha ocurrido que quizás tratar del tema del cultivo y la poda de estas plantas pudiera ser de interés especialmente para quienes las tienen por primera vez en su jardín.
Las clemátides son plantas trepadoras, generalmente caducifolias (aunque también hay alguna variedad perennifolia). Lo que se enrolla no son los tallos, si no los peciolos foliares por lo que se hace imprescindible proporcionarles el soporte adecuado (celosía, alambrado, etc…). La mayor parte de variedades son totalmente resistentes a las heladas. 
Clemátide Arctic Queen

Clemátide Multiblue
Tanto el segundo como el tercer grupo, tardan años en hacerse trepadoras frondosas y más bien son plantas de acompañamiento ya que solas resultan endebles y no cubren las paredes. No así el primero que forma en relativamente poco tiempo, grandes masas de vegetación y que hay que pensar bien el lugar dónde las ubicamos ya que precisan de mucho espacio.
Como curiosidad diremos que las clemátides son monoclamídeas, es decir, que sus flores no tienen pétalos sino unos sépalos con el color el color y la forma de pétalos que suelen llamarse tépalos.
Existen variedades de floración en casi todos los meses del año. Las clemátides se dividen en TRES GRUPOS de acuerdo a  cuándo se produce esta floración y de sus hábitos de crecimiento,  se les debe aplicar un tipo u otro de poda.
Dr. ruppel
REQUERIMIENTO DE CULTIVO DE LAS CLEMÁTIDES
Requieren de un suelo húmedo, fresco y rico en materia orgánica, neutro o algo ácido. Son plantas que precisan sol, pero no se dan bien en lugares donde reciben demasiadas horas de sol y este sol es achicharrante como el del centro de la Península. Podríamos decir que son plantas de semisombra.
El sol que quieren, lo quieren en "la cabeza" pero no en los pies. De ahí que sea sumamente importante plantarles por delante, en la parte baja una planta que les dé frescor y sombra en el cepellón o sencillamente ponerles una buena piedra encima para que la tierra no se recaliente. El lugar ideal para las clemátides es en fachadas orientadas al este o al oeste.
No sé si es un problema general pero las mías he observado que tienden a faltarles hierro, Quizás este problema se me presentaba por del tipo de suelo que tenía en mi jardín anterior que era más bien arcilloso. En el jardín actual, al ser el primer año que lo cultivo no sé aún si el problema se presentará también.. Periódicamente yo les echaba quelatos de hierro y con ello solucionaba el problema.
Sí he observado, no solo en mi jardín, sino también en los de otros foreros...que suelen ponerse feuchas tras la floración e incluso enfermar en verano. Las hojas se quedan secas, como “crujientes”. Hace un tiempo, comenté con una amiga jardinera estupenda (Rosa Hereu A.) que en verano probó a cortarlas muy bajas , de modo que fomentó el rebrote y le volvieron a florecer en otoño. En mi caso he observado lo mismo, que han vuelvo a rebrotar sanas cuando he eliminado casi todas las ramas enfermizas y he cortado la práctica totalidad de las ramas a un par de palmos del suelo. Lo de que vuelvan a florecer o no, no podría asegurar que sea provocado por esta poda de “urgencia” sino por las características de la propia planta. Quiero decir que no estoy segura que una clemátide que no florezca de modo natural en otoño lo haga porque la podemos en verano.
Clemátide MRS CHOLMONDELEY

* * * * *

En cuanto a la manera de podarlas, lo que escribo a continuación es lo que he sacado en conclusión leyendo algún libro (los cito abajo) y de la propia observación en mi jardín.

LA PODA DE LAS CLEMÁTIDES:

Hay que decir que las clemátides suelen dividirse en tres grupos según sus hábitos de crecimiento y su período de floración.
·         El primer grupo CLEMÁTIDES DE FLORACIÓN PRIMAVERAL
Este grupo que forma grandes matas, de varios metros de largo y de gran volumen, tienen una floración que suele ser única y espectacular y al comienzo de primavera generalmente. Normalmente tienen flores más pequeñas que las de los siguientes grupos.

Florece sobre la madera del año anterior, en la madera madura. Por lo tanto quiere decir que no se podan o se podan muy poco tras la floración. Se entiende que si podáramos la madera sobre la que va a florecer al inicio de la primavera nos quedaríamos sin soporte (madera) para la floración siguiente. 
Si se podan es tras la floración, se quita lo seco, lo que ocupa un espacio superior al que tenemos asignado y poco másSi se tiene que recortar en exceso es siempre a costa de la floración del año siguiente. Pero conviene quitarles algunas ramas que acaban de florecer permite que salgan nuevos brotes desde la base y haremos que la planta sea menos larguirucha.
Ejemplo de este primer grupo es la Montana Tetrarosa, la Macropelata, la Alpina etc.



·          El segundo grupo, CLEMÁTIDES DE DOS FLORACIONES: PRIMAVERA Y VERANO
Estas clemátides híbridas tienen una primera floración en primavera en el mes de mayo, sobre la vegetación o madera del año anterior. Con frecuencia vuelven a florecer en verano en los extremos de los tallos formados durante la primavera.
De ahí que estas clemátides no se poden o se poden solo los tallos débiles. Pero también podemos podarlas en febrero bastante bajas (20 cm del suelo), si queremos una única floración más abundante.
Este sistema de poda favorece que la planta sea más compacta, con más ramas desde el suelo y que no tengamos flores solo en la parte superior de la trepadora. Con ello nos arriesgamos a perder la segunda floración del verano.
Yo aconsejaría que se podaran bastante bajas incluso este segundo grupo hasta que con el paso de algún año tengamos una planta de suficiente envergadura.
Ejemplos de este grupo sería la Nelly Moser, The President y otras.
Nelly Moser


Nelly Moser


Nelly Moer
  • Tercer grupo o CLEMÁTIDES DE LARGA FLORACIÓN EN VERANO
Presentan una larga floración durante casi todo el verano, parando algo, como le pasa a las rosas, con el calor excesivo y la sequía.
La floración se produce sobre la vegetación de la primavera y por tanto deben podarse a 20 cm del suelo todas sus ramas aproximadamente en febrero. Con ello favorecemos el rebrote de muchos más tallos desde abajo, ayudando con ello a una mayor floración al tener la planta “más soporte” vegetal dónde hacerlo.

Pertenecen a este tercer grupo la famosa Jackmani, Etoile Violetre, Viticella, etc.
Multiblue

The President
Clemátide Arctic Queen


Clemátide Arctic Queen

Clemátide MRS CHOLMONDELEY


Clemátide MRS CHOLMONDELEY


The President


The President
Clemátide MRS CHOLMONDELEY 

 BIBLIOGRAFÍA:
  • “700 plantas trepadoras” Editorial De Vecchi.
  • "Arbustos y trepadoras. Manuel de identificación" Royal Horticultural Society. Editorial Blume.
  • “Árboles y arbustos de jardín. Manual de cultivo y conservación” Dr. D.G. Hessayon. Editorial Blume.
  • “Mi Hobby, el jardín” Martín Stangl. Editorial Blume .
  • "Royal Horticultural Society. Nueva enciclopedia de las plantas y flores"  Christopher Brickell.  Editorial Grijalbo.

Rosal GOLDEN CELEBRATION, parece que comienza a salvarse...

Durante la primera semana de marzo desplanté del suelo de mi antiguo jardín un rosal precioso, GOLDEN CELEBRATION. Un rosal que florece en un amarillo dorado muy hermoso y de un aroma delicioso. Estaba ya bastante crecido y, aún sabiendo que debiera haberlo podado más, me dio pena, así que dejé ramas más largas de lo que debiera.
Se hizo del modo y en el momento inadecuados pero fue inevitable. Lo sacamos de la tierra cuando ya estaba brotado y además no logramos extraerlo con suficiente cepellón para no dañar en exceso las raicillas, en realidad prácticamente salió a raíz desnuda así que las probabilidades de supervivencia no eran demasiadas.
Una vez había brotado no debiéramos haberlo sacado de tierra, tendríamos que haber esperado al invierno en que la actividad vegetativa está parada pero eso no era posible, o lo sacábamos entonces o las posibilidades de hacerlo el siguiente invierno eran remotas así que había que arriesgarse.
El segundo error como digo fue no cortarlo más. Las pocas raíces eran claramente insuficientes para mantener en actividad tanto tallo como dejé. 
A pesar de que aquella misma tarde que lo sacamos de tierra lo metí inmediatamente en agua al llegar a casa para que se hidratara algo y así permaneció hasta el día siguiente en que lo planté, no tardaron en pasar apenas unos días cuando los primeros síntomas de que la cosa iba mal comenzaron a manifestarse. A pesar de los riegos constantes, los brotes comenzaron a decaer y a languidecer al cabo de una semana.
El tiempo que tardó el rosal en perder la poca energía que conservaba en sus pocas raíces y dejó de haber alimento y posibilidad de llevar agua a los brotes incipientes que tenía antes de ser trasplantado, no pasó de una semana. Poco a poco el rosal iba perdiendo sus hojas o tornándose tan secas que yo misma las iba retirando. 
Hasta que quedó sin hoja alguna.
Varios tallos fueron muriendo y los fui eliminando con la podadora. A mediados de abril este era el aspecto que presentaba: sin una hoja y sin actividad aparente alguna. Muerto no estaba pero brotar tampoco brotaba. Me fijaba en las yemas y no veía signo de actividad alguna en ellas. La verdad es que creí que probablemente acabaría por morir. Cada día arrodillaba en el suelo y lo miraba de cerca con una preocupación creciente.
Pero a primeros de mayo, sin poderlo asegurar, tuve la impresión de que algo en el aspecto de alguna de sus yemas había cambiado.
Mi naturaleza hace que siempre cuestione si las impresiones que tengo son reales o producto de mi deseo así que con interés creciente las observé durante los días siguientes...y sí, no era solo mi deseo, era una realidad, una de las yemas comenzó a tomar un color claramente rojizo... signo inequívoco de que comenzaba a tener actividad. 
Hasta bien pasada la mitad de junio  no empezaron a romper algunas yemas y a brotar de ellas las primeras hojitas.
El trasplante con la actividad vegetativa ya iniciada y con tan pocas raíces ha supuesto un gran stress para él y se ha tomado su tiempo para recuperarse de él pero está demostrando ser un gran campeón en cuanto a resistencia. A ver si nada se tuerce y seguimos con la misma línea.
Así está ahora (estas últimas fotografías son del 30 del mes pasado)...llenito de brotes nuevos...que me colman de alegría.
Ahora vuelvo a tener esperanzas de que este precioso rosal tenga bastantes probabilidades de salvarse.
Deseo intensamente que sea así y poder volver a disfrutar de sus deliciosas rosas.
Lo cierto es que he podido comprobar que los rosales son plantas más duras de lo que uno pudiera pensar, aguantan bastante "maltrato" y situaciones bastante adversas. Quizás el siguiente año de un trasplante no permite a un rosal una floración digna de tirar cohetes pero que se salve ya es un éxito suficiente para mí. Me conformo con que durante este verano/otoño vuelva a echar raíces y a generar ramas que la temporada que viene se cubran de capullos.
Estoy segura que, de salvarse definitivamente, se encontrará más a gusto que en su antigua ubicación dónde recibía sol en exceso. Allí las rosas apenas duraba bonita un par de días tras los cuales la excesiva insolación que recibían las hacía languidecer. Es un rosal para una fachada orientada al este u oeste pero no al sur, al menos en el clima de la Sierra de Madrid. En este jardín está plantado al lado de un lilo que le quitará sol del mediodía y junto a otro rosal no menos hermoso aunque de un estilo totalmente distinto: Sally Holmes, un precioso rosal de pétalos blancos y corazón amarillo, de rosa muy sencilla (Cinco o seis pétalos) cuyo color y sencillez contrastarán con la soberbia belleza de Golden Celebration
Los ingredientes: fortaleza del rosal, cuidado en la hidratación y mucha paciencia de mi parte para esperar algún síntoma alentador.


Cómo se plantan las clemátides (Clematis) para evitar el típico "marchitamiento"

En este caso he plantado una Clematis macropetala pero el sistema es el mismo para las demás variedades.

Las clemátides son trepadoras generalmente caducifolias (aunque también hay alguna variedad perennifolia). Lo que se enrolla no son los tallos, si no los peciolos foliares por lo que se hace imprescindible proporcionarles el soporte adecuado (celosía, alambrado, etc…). La mayor parte de variedades son totalmente resistentes a las heladas.
Existen variedades de floración en casi todos los meses del año. Las clemátides se dividen en TRES GRUPOS de acuerdo a  cuándo se produce esta floración y de sus hábitos de crecimiento,  se les debe aplicar un tipo u otro de podaTanto el segundo como el tercer grupo, tardan años en hacerse trepadoras frondosas y más bien son plantas de acompañamiento ya que solas resultan endebles y no cubren las paredes. No así el primero que forma en relativamente poco tiempo, grandes masas de vegetación y que hay que pensar bien el lugar dónde las ubicamos ya que precisan de mucho espacio.

Requerimientos de las clemátides

Requieren de un suelo húmedo, fresco y rico, más bien ácido.. Son plantas que precisan sol, pero no se dan bien en lugares donde reciben demasiadas horas de sol y este sol es achicharrante como el del centro de la Península. Podríamos decir que son plantas de semisombra o a pleno sol si se cultivan en el Norte de la Península.
El sol que quieren, lo quieren en "la cabeza" pero no en los pies. De ahí que sea sumamente importante plantarles por delante, en la parte baja una planta que les dé frescor y sombra en el cepellón o sencillamente ponerles una buena piedra encima para que la tierra no se recaliente y se mantenga fresquita. El lugar ideal para las clemátides es en fachadas orientadas al este o al oeste.
No sé si es un problema general pero cuando cultivaba mis clemátides en mi jardín anteiror, observé que tendían a faltarles hierro, Quizás este problema se me presentaba por del tipo de suelo que tenía en el jardín (bastante arcilloso). No lo sé. Periódicamente les echaba quelatos de hierro y con ello solucionaba el problema. En este nuevo jardín el suelo tiende a cierto grado de acidez con lo que es posible que no se me presente este problema
Sí he observado, no solo en mi jardín, sino también en los de otros foreros...que suelen ponerse feuchas tras la floración e incluso enfermar en verano. Las hojas se quedan secas, como “crujientes”. La temporada anterior, comenté con una amiga jardinera,  Rosa Hereu Altafulla que ella había probado a cortarlas muy bajas en verano tras la floracion, de modo que fomentó el rebrote y le volvieron a florecer en otoño. En mi caso observé lo mismo, que volvieron a rebrotar sanas cuando eliminé casi todas las ramas enfermizas. Lo de que vuelvan a florecer o no, no podría asegurar que sea provocado por esta poda de “urgencia” sino por las características de la propia planta. Quiero decir que no estoy segura que una clemátide que no florezca de modo natural en otoño lo haga porque la podemos en verano.

El marchitamiento de las Clemátides y cómo evitarlo.

Hay que tratar por todos los medios evitar algo que es bastante frecuente en las clemátides, una enfermedad que es algo así como una "muerte súbita", de repente la planta muere entera o algunas de sus ramas. Se trata de lo que se conoce como "el marchitamiento de las clemátides". El hongo que produce esta enfermedad absolutamente grave se llama Wilt. Actúa a nivel del suelo produciendo una necrosis en algunas o todas las ramas y provocando el marchitamiento de las mimas.
Este marchitamiento se produce por un ataque de este hongo a ras del suelo y en los 5/8 cm primeros bajo tierra, no más profundo.
Por tanto, un modo de evitar bastante este asunto, o más que evitar, "solucionar" es cuando plantamos la clemátide, hacerlo a bastante profundidad de manera que el nivel de la tierra de la maceta que hemos comprado quede como mínimo a 10 cm (mejor a 15 cm.) bajo el nivel del suelo de nuestro jardín. Al estar el punto desde dónde puede rebrotar la planta más hondo que el nivel al que puede llegar los efectos del hongo que la marchita la planta, aún cuando contraiga esta enfermedad, tendrá la posibilidad de rebrotar desde el nivel por debajo de dónde actúa la necrosis.
Así, cuando vemos afectado un tallo por el marchitamiento, ahondaremos en la tierra hasta dar con la parte con "necrosis" y cortaremos la rama por debajo de ese nivel. La tierra que hemos quitado para localizar ese punto la eliminaremos y la sustituiremos por tierra nueva y sana.
Si es toda la planta la que está afectada, quitaremos toda la tierra que rodea la zona por dónde salen los tallos del suelo hasta llegar a la base de las raíces, cortaremos todos los tallos por debajo de ese nivel necrosado y volveremos a cubrir con tierra nueva y sana. Al haber plantado a bastante profundidad habremos puesto a salvo las yemas basales de la planta, con lo que habremos dado a la planta la posibilidad de brotar por ahí.
Si queréis consultar información sobre estas preciosas plantas os pongo unos cuántos manuales que os servirán de ayuda por si alguién está interesado.
BIBLIOGRAFÍA:
  • "700 plantas trepadoras” Editorial De Vecchi
  • Arbustos y trepadoras. Manuel de identificación.Royal Horticultural Society. Editorial Blume.
  • “Árboles y arbustos de jardín. Manual de cultivo y conservación” Dr. D.G. Hessayon. Editorial Blume.
  • “Mi Hobby, el jardín” Martín Stangl. Editorial Blume
Bueno, una vez dicho esto vamos con la plantación de la clemátide.
He elegido para ella una ubicación en que recibirá el sol de la mañana y algo de la tarde pero no el del mediodía. A sus pies una una abelia y otras plantas que sombrearán la tierra que rodea su cepellón por lo que ésta zona no se recalentará.
Vamos a necesitar pala, podadora de mano, guantes, tierra ácida o un sustrato normal y de momento un par de tutores y unas bridas de plástico si no tenemos una celosía u otro tipo de soporte instalado sobre la pared que irá la clemátide.
Extraemos la planta de la maceta dónde se encuentra y medimos la profundidad del cepellón. En mi caso ya veis que tenia unos 15 cm. Aprovechamos este momento para eliminar cualquier tallo dañado o roto, hojas secas, etc.
Practicamos un buen hoyo que sea bastante superior en cuánto al diámetro al que tenga la maceta. 
Antes de comenzar a poner sustrato introducimos la planta en el hueco para comprobar que cabe ampliamente y ver a qué altura queda. 
Podéis observar en la fotografía siguiente que yo he hecho un hoyo de unos 40 cm de profundidad aproximadamente y de unos 50 de diámetro. Esto es un buen espacio suficientemente amplio para que las raíces de la clemátide tengan sitio dónde desarrollarse en un medio adecuado para ellas. 
Por lo que hace a la profundidad debemos pensar que tenemos que tener altura para poner algo de sustrato en el fondo del hoyo, sitio para el propio cepellón y al menos 15 cm por encima del nivel de éste hasta llegar al nivel del suelo de nuestro jardín.
Hay que tener en cuenta que siempre que plantemos una planta cerca de un muro o pared no es conveniente hacerlo demasiado próximo a ella porque en esta zona el suelo casi siempre es  es bastante seco y con pocos nutrientes.

Una vez tenemos seguridad de que tenemos las dimensiones adecuadas comenzamos a poner una base de sustrato antes de poner la planta en su lugar (yo he usado tierra ácida) bastante grueso para que las raíces en cuanto comiencen a extenderse lo hagan en una tierra adecuada y no directamente en el suelo del jardín.
Vamos añadiendo tierra alrededor del cepellón que iremos compactando un poco. 
Cuando tengamos medio lleno el hueco regamos un poco para que el sustrato quede húmedo en profundidad y esperamos a que el agua sea absorbida por la tierra.
Seguimos rellenando con tierra hasta llegar al nivel del suelo del jardín y compactamos bien la tierra alrededor de las planta.
A continuación regamos en profundidad y pondremos una especial atención en cuidar que la hidratación sea correcta hasta que la planta arraigue.

Y por último, una vez bien asentada la tierra clavamos un tutor y atamos con bridas la planta a él si no contamos con una celosía u otro tipo de soporte en la pared para que la planta vaya agarrándose.

Despedida de mi pequeño jardín

De camino hacia allí iba pensando si nos daría tiempo de contemplarlo con luz porque ya la tarde caía. Llevaba algunos días sin verlo. La última vez las rosas aún no habían abierto del todo pero los cientos de capullos presagiaban mucha hermosura. Al salir a la terraza y verlo...tuve una mezcla de sensaciones. Alegría por verlo tan bonito; tristeza por saber que no iba a volver a verlo así. En fin, así se despide, dando lo mejor de sí mismo. Es increíble que sin cuidado alguno, como no sea el poco de agua que Helena le echa haya dado tantas y tantas rosas. Hay pulgón por todas partes pero teniendo en cuenta que esta temporada no ha recibido mimo alguno...
Es su cuarta temporada y se nota. Los rosales se han hecho casi adultos, las rosas que producen cada vez son más grandes y bonitas. Han crecido tanto que yo, que sé que he retirado de este jardín casi todas las vivaces y algún rosal, noto la ausencia de los que he retirado, pero visto por alguien que no conozca el jardín lo seguirá viendo lleno de plantas.
En realidad el los Pierre con su gran tamaño han adquirido tanto protagonismo que ellos solitos llenan los pocos metros que tiene el jardincillo. 

Bueno, pues hasta aquí. Hasta aquí la historia que comenzamos con tanta ilusión hace cuatro años. Espero que el nuevo proyecto que nos ocupa ahora nos lleve a un puerto parecido al que llegamos con este diminuto jardín.
Rosa Mme. de Sevigne


Rosa Louise odier

Rosa Mme. de Sevigne


Rosa Mme. de Sevigne


Rosa Munstean Wood

Rosa Louise Odier

Rosa Mme. Isaac Pereire
A miles los pérfidos pulgones en un capullo de Munstead Wood !! arggggggg!!!

Rosa Perennial blue

Rosa Pierre de Ronsard

Otro Pierre de Ronsard

Rosa A SHROPSHIRE LAD 

Rosa A SHROPSHIRE LAD 

Rosa A SHROPSHIRE LAD 
e
Rosa Eric Tabarly

Más Pierre de Ronsard..

Acnistus australis 
Hosta

Tutorial: Pomazón, cojinete, guantelino, cojín o almohadilla de dorador. Cómo hacerlo paso a paso

Son muchos los nombres por los que se conoce (guantelino, cojinete, cojín de dorador...) aunque pomazón y almohadilla de dorador son los más...