De camino hacia allí iba pensando si nos daría tiempo de contemplarlo con luz porque ya la tarde caía. Llevaba algunos días sin verlo. La última vez las rosas aún no habían abierto del todo pero los cientos de capullos presagiaban mucha hermosura. Al salir a la terraza y verlo...tuve una mezcla de sensaciones. Alegría por verlo tan bonito; tristeza por saber que no iba a volver a verlo así. En fin, así se despide, dando lo mejor de sí mismo. Es increíble que sin cuidado alguno, como no sea el poco de agua que Helena le echa haya dado tantas y tantas rosas. Hay pulgón por todas partes pero teniendo en cuenta que esta temporada no ha recibido mimo alguno...
Es su cuarta temporada y se nota. Los rosales se han hecho casi adultos, las rosas que producen cada vez son más grandes y bonitas. Han crecido tanto que yo, que sé que he retirado de este jardín casi todas las vivaces y algún rosal, noto la ausencia de los que he retirado, pero visto por alguien que no conozca el jardín lo seguirá viendo lleno de plantas.
En realidad el los Pierre con su gran tamaño han adquirido tanto protagonismo que ellos solitos llenan los pocos metros que tiene el jardincillo.
Bueno, pues hasta aquí. Hasta aquí la historia que comenzamos con tanta ilusión hace cuatro años. Espero que el nuevo proyecto que nos ocupa ahora nos lleve a un puerto parecido al que llegamos con este diminuto jardín.
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Rosa Mme. de Sevigne |
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Rosa Louise odier |
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Rosa Mme. de Sevigne |
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Rosa Mme. de Sevigne |
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Rosa Munstean Wood |
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Rosa Louise Odier |
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Rosa Mme. Isaac Pereire |
A miles los pérfidos pulgones en un capullo de Munstead Wood !! arggggggg!!!
Está divino tu pequeño jardín ingles, veras cuando termines de trasladar todas las plantas como la tristeza se hace menor
ResponderEliminarGracias, Isabel. Es verdad, cuando lo vea menos bonito sufriré menos también.
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