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Cómo se podan las glicinias (Wisteria) en invierno. Tutorial.

La mayoría de plantaciones precisan solamente de una poda anual. En el caso de la Glicinia o Wisteria es necesario hacer dos podas anuales. Una en invierno y la segunda en verano.
Hablamos hoy de la primera poda que durante el año se aplica a las Glicinias. Se llama poda de floración.
De la segunda hablamos en julio del año pasado. Es la poda de limpieza y como allí explicamos, se realiza varias veces a lo largo del verano o incluso si crece demasiado, alguna en otoño.
Veamos en primer lugar qué habíamos hecho durante el verano pasado. Decíamos en aquel artículo que había que ser muy perseverante cortando a unos 30/40 cm todas las ramas laterales que durante la estación cálida crecen a un ritmo vertiginoso. Es la forma de contener su crecimiento y evitar que nuestra Glicinia se convierta en un verdadero monstruo.
Así pues, este era el estado en que nos dejamos nuestras Glicinia tras la última poda de limpieza del año
Cuando llega el final del otoño/inicio del invierno, la coloración del follaje comienza a tornarse amarillo, creando una zona dorada de gran hermosura allí dónde crece.
Una vez pierde la hoja, la planta, como todas las caducifolias se "echa a dormir" y no comenzará su actividad hasta el final del invierno. Momento en que notaremos este inicio de la temporada viendo como sus yemas florales (se abren las flores antes que broten las hojas) comienzan a engrosar.
Este sería el mejor momento para podar. Evidentemente este proceso ocurrirá en nuestros jardines dependiendo de dónde esté ubicado. En zonas más cálidas que la mía, a mediados de invierno ya se pueden ver engrosadas estas yemas. En mi caso,  se produce algo más tarde, en marzo aproximadamente. Y esto se retrasa más en años con inviernos como este último que hemos tenido durante el que ha habido unas temperaturas bastante bajas hasta bien avanzado el invierno e incluso todavía se produce alguna helada aunque no sean ni intensas ni prolongadas.
Aunque es hoy cuando cuelgo este artículo, ha sido hace un mes cuando practiqué esta poda de floración. El estar liada con tramitaciones y papeleo me ha impedido colgarlo en su momento pero he pensado que aunque esta poda ya debería estar hecha hace un mes, dado que este año está siendo tan especial y no termina de entrar la primavera, es posible que os pase a algunos de vosotros lo que a mí en mi jardín: que la floración de las glicinias este año se retrasará un poco de hecho la activación de las yemas florales se ha producido este año bastante más tarde que suele hacerlo. De ahí que si vuestra trepadora tiene todavía los capullos de flor sin abrir, podéis sin problema practicar esta primera poda de la temporada.
Os muestro el estado de las yemas de flor cuando yo la podé en marzo.

Si os fijáis en el estado de madurez vemos que recién comenzaron a despegar esa especie de "escamas" que cubren y protegen sus yemas. Si las comparamos con el estado actual claramente en este mes han engrosado muchísimo y empieza a estar próximo el momento de la floración.

No hay prisa en aplicar esta poda de invierno mientras no observemos con claridad que comienza la actividad vegetativa de nuevo.
Dado que hemos ido conteniendo nuestra glicinia durante el verano y otoño, no tendremos ahora una planta excesivamente crecida ni con ramas liadas ya que las eliminamos durante el anterior período vegetativo cortando las ramitas laterales a unos 30/40 cm.
Bien, entremos de lleno en el modo de hacer esta primera poda o poda de floración.
Qué tenemos que hacer ahora, en esta poda de floración? Muy simple. Sencillamente volver a acortar estas ramas laterales que cortamos durante el verano y otoño pasado.

Estos cortes fomentarán el desarrollo de las yemas que hay en el inicio de estas ramitas laterales (en la zona más alejadas a su unión con las principales). Recordemos que lo que nos interesa es tener muchas ramitas secundarias cortas y por tanto cortarlas hará que las propias de la rama secundaria se desarrolle y a la vez, las yemas latentes de las ramas principales también se animen a brotar formando con ello más ramitas laterales.
Miremos un poco más de cerca estos cortes. Comprobaremos antes de volver a cortar las ramitas laterales que a lo largo de ellas se han desarrollado yemas de hoja y yemas de flor.
Permitidme un inciso para los que no leyeron el artículo sobre la poda de limpieza que hicimos en verano: vamos a diferenciar los dos tipos de yemas. Yemas vegetativas (que producirán hojas): Vemos que en este momento del año están sin activar. Todavía permanece en su exterior la capa endurecida que las cubre y protege de las bajas temperaturas. Y es que ya sabemos que las hojas no brotarán en la glicinia en tanto no se produzca la floración. De ahí que no veamos la actividad vegetativa en ellas.

Comparemos las yemas anteriores con estas yemas de flor. Mucho más gruesas, mucho más grandes. Fijaos, las escamitas externas que las cubren están empezando a abrirse para permitir que las flores que guarda en su interior empiecen a desarrollarse. Son aterciopeladas, blanditas... 
Ahora sí distinguimos las yemas vegetativas de las yemas de flor. A que sí? Es fácil porque son absolutamente distintas las unas de las otras!!

Volvamos de nuevo a nuestras ramillas laterales tal como nos las encontraremos justo antes de la poda de invierno.

Y ahora, mis queridos lectores, sabiendo que sois todos muy, muy observadores me diréis "pero si practico los cortes por dónde indicas las rayitas fucsia, estaré perdiendo algunas flores". 

Pues sí, practicando estos cortes perdemos algunos gajos florales. Es cierto. Pero quisiera explicar algo que desde mi punto de vista justifica que los cortes se hagan de manera que al menos se reduzcan a la mitad las ramas laterales que teníamos de la temporada anterior:
Lo primero, considero necesario aclarar que mi glicinia es joven, en realidad hasta que pasan unos cuantos años no estará formada del todoAsí pues, estas primeras temporadas lo que estoy intentando es favorecer el nacimiento de muchas brindillas pero además que estas brindillas empiecen a ramificarse no muy alejadas de la planta.
Aquí podéis observar las pequeñas ramillas ya cortadas y que están empezando a cuajar esa rama principal que recorre la parte superior de la baranda.


Qué ocurría cuando por ejemplo en un rosal trepador practicamos un corte en una rama laterales? Pues que precisamente por la tendencia que todas las plantas tienen, tienden a desarrollar las yemas más próximas al corte y por tanto lo más probable es que las siguientes ramificaciones que surjan de ellas se produzca también en su final. 
Qué pasaría si no cortamos ahora estas ramas y las dejamos a los 30/40 cm del verano? Pues que estaríamos de alguna manera favoreciendo que todo el desarrollo vegetativo se produjera muy alejado de la planta. Es decir, que estaríamos fomentando que nuestra planta engrosara excesivamente. Si nos gusta una gran masa vegetativa hueca, muy separada de las ramas principales no hay problema pero yo personalmente, no quiero que de mi baranda cuelgue un grueso esqueleto de ramas que van a aumentar el peso que soportará la propia baranda y que me separará los racimos florales en los siguientes años cada vez más lejos del esqueleto de la glicinia.
Y por último, cortes más próximos a su unión con las ramas principales, darán lugar a "brindillas" o "espuelas" más ramificadas desde abajo, más cortas. Con los años, lógicamente, como cada vez saldrán más ramillas de estas espuelas, poco a poco se irá formando unas estructuras más largas y alejadas de la planta pero de momento, como mi glicinia es muy joven, aún no las ha desarrollado del todo.
Os muestro una espuela: Podéis ver como poco a poco, año a año, se van ramificando. Si observáis, como he ido cortando bien apuradas las ramillas que han ido surgiendo de sus yemas, se está produciendo una ramificación bastante densa.
Cuando pasen unos años podré mostrar mi propia glicinia ya adulta y bien formada, de momento solo puedo invitaros a que me acompañéis en su formación pero no quiero dejaros sin la oportunidad de observar el resultado que se produciría en el caso de unan glicinia adulta.
Por cierto, olvidaba ya casi mencionar que esta poda hay que hacerla con sumo cuidado. Las yemas florales están empezando a engrosar y son muy delicadas así que manipulemos con cuidado los tallos al cortarlos porque las yemas se desprenden con suma facilidad si no andamos con ojo.
Como soy de la opinión que una imagen vale más que mil palabras, os muestro unas fotografías de unas preciosas glicinias que tienen muchos, muchos años a sus espaldas. No hay que ver más que los gruesos troncos que ascienden sobre los pilares que sostienen el pórtico. Se trata de una planta que crece en un vivero de Madrid que es el que más me gusta de todos!! Y constituye además un claro ejemplo de un perfecto trabajo de poda.

Fijaos en la infinidad de ramas laterales que brotan de las principales que recorren horizontalmente el tejadillo:

Evidentemente esta cantidad de espuelas no se logra en un año ni en dos ni en tres. Es cosa de practicar perfectas podas, a su tiempo y de manera sistemática durante varias temporadas hasta llegar a tener una planta bien formada
Perfectamente conducida. Creciendo por dónde el jardinero quiere que crezca y con tal cantidad de brotes laterales que luego produce una floración digna de pasarse ante ella muchos, muchos minutos y por supuesto, de gozar del magnifico aroma que desprenden tal cantidad de gajos florales a la vez.

Los jardineros que cultivan jardines sin heladas no tendrán el problema del que voy a hablar a continuación. Los que vivimos en las zonas más frías de nuestro país tenemos que llevar algo de cuidado con las bajas temperaturas una vez se empiezan a engrosar las yemas florales.
Las heladas primaverales pueden provocar la desecación de las yemas florales antes de que se produzca la floración. Aunque la planta soporta heladas muy profundas sin perturbación alguna, con las yemas florales no ocurre lo mismo. Heladas profundas pueden provocar incluso que las yemas empezando a abrirse se lacien y caigan antes de abrirse.
Esto pasó la primavera pasada. La mayoría de capullos amanecieron lánguidos y apagados para secarse en pocos días y caer sin llegar a ver las flores.
Aquí los tenéis!! Ya estaban empezando a alargarse...quince días y hubiera florecido espectacularmente. Pues no, veintitantos de marzo y heló...
De manera que la mejor manera, una vez iniciado el engrosamiento de los capullos, para evitar esto es cubrir las ramas con algún tipo de protección que los proteja. Yo he usado una manta térmica.

Cuando practicamos la poda puede ser un buen momento para afrontar la nutrición de nuestra glicinia.
Yo estoy muy interesada en no permitir un desarrollo gigantesco de la planta, de manera que creo que tienen suficiente nitrógeno en el suelo para abastecer de sobra a la glicinia para su crecimiento. Me interesa más bien aportar potasio y fósforo.
Uso por ello como abono el Fosfato monopotásico NPK (0-52-34)

Es frecuente que esta planta sufra de algo de clorosis, de ahí que junto con el fosfato incorpore al suelo quelatos de hierro precisamente para prevenir problema de asimilacion de hierro que menciono.
Como la incorporación de una buena capa de estiércol a todas las plantaciones la hago algo mas avanzada la temporada. Concretamente ahora a finales de marzo o principios de este mes. Es después cuando bajo el acolchado he puesto una generosa capa de estiércol bien maduro que aporta buena cantidad de materia orgánica al suelo, nutriéndolo y llenándolo de vida. Así no se alimenta solamente la planta, sino que se nutre el suelo y se enriquece.
Hace un par de semanas que estoy echado el estiércol al suelo de todas las plantaciones así que metida en faena no recordé hacer fotografía cuando se lo incorporé a la Glicinia. Mis disculpas! 
Bueno, pues podada, protegida de las heladas, nutrida con fosfato de monopotasio, quelatos incorporados y un profundo riego después para, pasados unas semanas más, recibir el estiercol... y esta glicinia está lista para afrontar su próxima floración dentro de muy, muy poco.

Podéis visitar este artículo si queréis información sobre el cultivo de las glicinias: Wisteria (Glicinias). Necesidades y elección de la variedad.
Para consultar de qué manera efectuar la poda de verano (poda de limpieza) este es el vínculo: Cómo se podan las glicinias (Wisteria) en verano. Tutorial.

Feliz lunes, queridos amigos. Un abrazo a todos!! :)
María.

A veces algunas ramas de rosal se acodan de forma natural.

No es la primera vez que hablamos en este blog sobre una forma segura, fácil y con un altísimo porcentaje de éxito de reproducir rosales: los acodos.

Al final de este artículo os pongo unos vínculos para que, si tenéis curiosidad, podáis leer sobre los dos tipos de acodo que podemos practicar sobre los rosales: el acodo simple (rosales con ramas largas que permitan doblarse hasta el nivel del suelo) y el aéreo (para rosales arbustivos cuyas ramas no tienen ni el largo ni la flexibilidad para que toquen el suelo).
El acodo es una forma de reproducción vegetativa (es decir, no sexual) que las plantas utilizan de modo natural para extenderse en el territorio que les rodea.
Es decir, no es simplemente algo que practicamos los jardineros cuando queremos obtener un individuo absolutamente idéntico al rosal del que procede la rama que utilizamos para el acodo.
Lo que obtenemos, al contrario que cuando sembramos la semilla de un rosal (reproducción sexual) es un clon. Una copia fiel del padre del que procede la rama.
Así que en ocasiones nos podemos encontrar con la grata sorpresa de que el propio rosal, fortuitamente ha desarrollado un acodo.
En mi caso, el otro día, al podar este Rosa 'Eden rose 85' vi que en su base, a cierta distancia crecían dos conjuntos de ramas mucho más finas que las que usé para formar parte de la estructura.
Inicialmente pensé en cortarlas pero luego se me ocurrió que era posible que si escarbaba la tierra con cuidado me encontrara con que habían desarrollado raicillas a su alrededor suficientes como para sacar un par de ejemplares así "por la cara" y que podría plantarlos en otras ubicaciones del jardín sin tener el fastidio de tener tanto cuidado con la hidratación como debe observarse cuando ponemos un esqueje en tierra.
Un acodo es una rama que, habiendo estado durante muchos meses tocando el suelo o incluso ligeramente hundida bajo su nivel una parte de ella, en las yemas de esta zona que ha permanecido constantemente húmeda ha desarrollado raíces.
El suministro de agua y nutrientes de esta rama acodada le viene inicialmente del rosal padre y cuando llega a desarrollar esas propias raíces que parten de algunas de sus yemas, también de él mismo.
Por eso es un método tan fácil de reproducir rosales. Mucho más que los esquejes cuyo índice de fracaso es muy superior precisamente porque no cuentan, a diferencia de los acodos, con ese agua y nutrientes asegurados por el rosal padre en tanto no se desarrolla su propio cepellón y es capaz de ser independiente.
Pues bien. Una de las ramas pude independizarla inmediatamente y ya está plantado un nuevo ejemplar de mi Rosa 'Pierre de Ronsard' en un pequeño contenedor. 
Podéis observar como el rosal tenía a cierta distancia un par de tallos emergiendo cerca del centro del rosal. Uno de los tallos estaba muy ramificado, el otro era una rama bastante larga.
Aquí os lo muestro.


Me decidí a retirar con mucho cuidado y despacio la tierra que cubría alrededor a ver qué me encontraba.
Fui retirando tierra poco a poco y enseguida vi que ambas ramas (la ramificada y la larga) partían de un mismo lugar.

Tengo la impresión de que cuando planté este rosal me dejé una rama (que ya estaba bifurcada) hundida bajo el suelo de plantación.
Seguí retirando tierra y comprobé que con el tiempo esa rama hundida fue desarrollando raíces de manera que entusiasmada por la idea de obtener un nuevo rosal fui a por un contenedor con una mezcla de sustrato adecuada que mantuviera la humedad y fuera muy esponjosa.
Sí, una vez pude observar bien las raíces pensé que tenía suficientes como para no esperar y que podría independizarlo aquel mismo día.
La parte ramificada no merecía la pena conservarla y me quedé solamente con la rama larga.
Es una rama magnífica no porque sea de gran calibre si no por las yemas que ha desarrollado en su base. Estas garantizan que en breve tendré un rosal con cuatro tallos largos.
Pero además tiene ya unas estupendas raíces que le permitirán vivir a partir de ahora de modo independiente. Viva la libertad de los acodos!! Es broma jejeje

A continuación practiqué dos cortes. Uno junto al rosal padre para independizar el conjunto y otro para independizar la rama larga con sus propias raíces.

Aquí tenéis la rama acodada y ya enraizada. Lista para su plantación!! Y sin haber intervenido lo más mínimo...qué bueno!! :)


Con el sustrato preparado ya planté este acodo recien independizado llevando buen cuidado de hundirlo de modo que todas las yemas que se han desarrollado bajo el nivel del suelo sigan estando cubiertas por tierra. 
Fijaos en la zona húmeda de la rama de dónde salen las tres yemas. Está claro que esas yemas estaban cubiertas por el suelo y así las dejaré cuando realice la plantación.

Unos días en un lugar protegido del frío y en breve lo pasaré a su lugar de plantación definitivo que todavía no tengo decidido.

No tuve tanto éxito con otra rama bastante larga que emergía más atrás, cercana al muro de la rampa. 


En este caso no tengo claro que sea un acodo. Más bien creo que es una raíz desarrollada desde una de los tallos gruesos del rosal padre y que ha dado lugar a esta rama pero que todavía no tiene raíces que permitieran que yo la independizara el otro día.

Decidí que seguiría viviendo "a expensas" del rosal padre de momento. 
Practiqué una pequeña trinchera en el suelo sobre la que tumbé la rama.

Para que no se moviera con el viento o con la propia manipulación que practicaré sobre el rosal, puse dos anclajes (dos piquetas de riego).

Volví a cubrir este trozo de rama tumbada con tierra y até al rosal el resto de la rama que emerge por encima del nivel del suelo.

El otoño próximo, al estar este trozo de rama bajo el suelo, con humedad constante, desarrollará raíces y lo independizaré obteniendo con ello el segundo ejemplar de mi Rosa 'Eden rose 85' sin esfuerzo prácticamente ninguno.
La tarde fue provechosa. Me dio tiempo de podar, defoliar y colocar todo el rosal padre, obtuve un ejemplar de él ya independiente y puse a acodar una de sus ramas... más no se puede pedir!!
Buenas noches, queridos lectores!! :)



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Primera poda de un rosal trepador joven (Rosa 'Eden rose 85') y otras consideraciones

Ayer fue un día precioso. Frío pero con un sol resplandeciente. Ello me animó a afrontar una tarea pendiente y que no podía aplazar demasiado, la primera poda de este precioso rosal.
He dudado algo a la hora de titular este artículo. En efecto hoy hablaremos de la poda de un rosal trepador, en concreto un Rosa 'Eden rose 85' pero esta poda tiene una peculiaridad, nos centraremos fundamentalmente en el establecimiento de cual será la estructura de este rosal en el futuro. Me voy a explicar.
Este Rosa 'Eden rose 85' o Rosa 'Pierre de Ronsard', que de las dos formas se le conoce, lleva plantado en mi jardín desde el diciembre de 2014. Es decir, que ha florecido tres veces (2015, 2016 y 2017). Pero hasta ahora no he querido practicarle una poda estricta. He cortado alguna rama que molestaba al paso, he eliminado flores ajadas...y poco más.

Más de una vez os he comentado que no soy proclive a podar los rosales durante sus primeras temporadas y mucho menos un trepador. Me gusta dejarlos crecer a su aire durante los primeros años, que vayan haciendo su estructura libremente, un poco como ellos quieran...
Estos primeros años sin poda me permiten familiarizarme con el rosal, observar cómo crece, cómo florece, qué tendencias tienen y así, cuando llega la hora de podar, el rosal habrá tenido tiempo de tener una estructura formada de la manera a la que tiende genéticamente y sobre la que será más fácil practicar una poda correcta
Lo contrario, podar desde el inicio, creo que manipula en exceso el rosal, lo conduce o interviene en su crecimiento a veces artificialmente provocando que durante un tiempo crezca en un sentido pero ya se sabe, "la cabra siempre tira al monte" y al final, el rosal, se saldrá con las suyas y acabará creciendo según sea su tendencia natural por mucho que nos afanemos tratando de constreñir su espacio o intentando que se desarrolle de un modo que no le es natural. 
Entiendo la poda como una técnica no de reducción del tamaño si no de limpieza del arbusto/árbol que favorece su salud y que incrementa la floración pero siempre bajo "las leyes" de crecimiento que el rosal imponga, no de las que impongamos nosotros a nuestra conveniencia.
Esa es la razón por la que hasta este invierno no me he planteado una verdadera poda de este rosal.
Pasadas ya tres temporadas, el rosal ha desarrollado ya una estructura. Cuenta ya con largas ramas de suficiente calibre y tamaño como para ser conducidas sobre un soporte, en este caso una celosía. 
En mi clima todavía, a estas altura de febrero, es quizás demasiado pronto para podar los rosales. Es cierto que no podremos retrasarnos mucho porque algunos están empezando a brotar y la mayoría tienen ya las yemas rojas (síntoma de que se están activando y pronto empezarán a abrirse y a desarrollar las hojas) Pero este año está haciendo en febrero un frio tremendo. Se producen heladas intensas con mucha frecuencia. Ya sabemos que la poda fomenta el crecimiento y es peligroso podar en este momento en que hay tantas heladas porque hay el peligro de que con la poda las yemas se animen a sacar brotes y esta vegetación recién nacida, tierna y delicada, es fácil que se congele con las heladas.
De ahí que voy a esperar un poco a que pase estas semanas de temporal de frío y nieve y luego podaré la totalidad de rosales del jardín.
He hecho la excepción con este rosal porque aunque estaba atado a la celosía, lo cierto es que tenía ramas tremendamente largas que se desarrollaron durante el verano/otoño pasados y como está haciendo un viento fortísimo, temía que se rompieran con una ráfaga fuerte. Un rosal trepador es una planta con muchísimo peso que tira con fuerza de cualquier soporte cuando sus ramas son movidas por el viento.
Por su ubicación no es fácil acceder a la parte alta del rosal y teniendo en cuenta que para mí subirme a una escalera es un mal trago porque tengo vértigo, ya que me ponía, me parecía una pérdida de tiempo subirme a una escalera solamente a atar ramas cuando dentro de un par de semanas tendré que volver a subirme a la escalera para podarlo. 
Bien, os pongo una fotografía que evidencia mejor que la siguiente el desarrollo actual de este rosal. Se trata de una foto de noviembre del año pasado. Como podéis comprobar, aunque es un rosal joven, ya ha desarrollado toda una estructura y tiene madera suficiente para establecer cuales serán las ramas que conformarán su esqueleto básico en los próximos años.
Las heladas, el frío, la lluvia... provoca que las hojas vayan cayendo y así estaba este mismo rosal esta mañana cuando me disponía a afrontar el trabajo de su poda.
Para quienes no tengan mucha experiencia en la poda y sea un trabajo que le provoca algo de ansiedad porque no sabe por dónde empezar, me gustaría tranquilizarles. 
Escribí hace unos años un artículo que podéis visitar sobre Cómo se podan los rosales trepadores, además, en concreto, esta poda que explico está aplicada sobre otro Rosa 'Pierre de Ronsard' que cultivé en mi anterior jardín. Creo que este post tiene suficiente detalle y extensión como para justificar que en este de hoy no vaya a explicar algo nuevo en el sentido estricto de la poda. En aquel articulo explicaba como florecen los rosales trepadores, en qué ramas. También aclaraba cómo reconocer qué es una rama principal y cual una secundaría. A cuántas yemas había que cortar las secundarias; por qué era conveniente atar las ramas de este tipo de rosal lo más horizontalmente que se pudiera. En fin, paso a paso y con muchas fotografías os animaba a acompañarme en todo el proceso de la poda con todo detalle.
Todos estos conceptos doy por hecho que los conocemos ya y no voy a pararme hoy a repetirlos de nuevo. Aquellos lectores que desconozcan estos temas les animo a visitar este artículo que le dará una idea bastante buena de cómo podar un rosal trepador.
La poda tiene mucho de lógica y comprobaréis que que teniendo un poco de paciencia, mucho de observación y la firme creencia de que llegar a ser un buen jardinero es un camino largo de aprendizaje lleno de algunos éxitos pero también de muchos fracasos y que solamente equivocándose se aprende... Teniendo esto claro, el podar con soltura y seguridad es cuestión de tiempo, de práctica, de, sobre la base de errores del año anterior poner en práctica las rectificaciones oportunas.
Tranquilos, los rosales son de las plantas más fuertes que hay en el jardín. Como siempre digo, junto con un perro que te perdona siempre, los rosales son seres de floja memoria con relación a nuestros errores de poda. No tengáis miedo, una rama cortada incorrectamente tiene fácil arreglo: a su lado hay infinidad de yemas que en poco tiempo darán lugar a otra rama que sustituirá a la que se cortó mal o cuando no se debía. Será cuestión de esperar una o dos temporadas más y el error cometido ni siquiera vosotros lo veréis.
Eso sí, no os precipitéis. Es mucho mejor leer, ver imágenes, mirar con detenimiento vuestro ejemplar... en definitiva, antes de podar hay que entender. Sí, entender qué estamos haciendo. Por qué estamos cortando esas ramas y no otras y por qué lo hacemos a esa altura y no a una diferente
No se trata de intentar localizar un blog o un libro que dé una "receta" pormenorizada indicando cada corte, cada rama a eliminar... Eso no existe!! Un buen libro o un blog o una página de Internet os explicará de qué manera crece cada variedad de rosal y cuales son las pautas generales de poda de cada grupo pero si cuando podamos no entendemos qué y por qué estamos haciéndolo así, estaremos aplicando reglas de memoria y no entendiéndolas. En todo caso, cada rosal es único. La variedad, la ubicación, el gusto del jardinero... aún teniendo en cuenta unas reglas básicas, siempre habrá pequeñas diferencias de un jardinero a otro y de un rosal a otro.
Hay infinidad de información en libros e Internet sobre este tema. Repito, quien lo desee puede visitar el artículo que os mencioné hace un momento y veréis que es muy fácil comprender en qué ramas florecen los trepadores. 
No hay prisa, no es obligatorio podar hoy que pensábamos hacerlo pero no tenemos claro el asunto. Es mejor aplazar el trabajo unos días y visitar páginas de blogs serios, leer libros, preguntar a amigos con conocimientos suficientes, observar vuestros rosales e incluso si tenéis fotografías de la primavera anterior, serán de gran ayuda. Estas fotografías os "delatarán" aspectos que ahora, queriendo podar sois capaces de ver y que entonces, entusiasmados por la floración, os pasó desapercibidos.
Si precisamos un par de días para tener claro cual es el tipo de crecimiento que tienen los rosales trepadores pero cuando nos disponemos a apretar las tijeras estamos seguros de qué estamos haciendo, habremos ganado mucho y sobretodo nuestro rosal nos lo agradecerá con una espléndida floración la siguiente primavera.
A modo de resumen de aquel artículo del que estoy hablando
* Los rosales trepadores florecen en las ramas secundarias que nacen de las principales. 
* Las ramas nuevas generalmente (crecidas en el verano/otoño anterior) no desarrollan ramas laterales en el mismo año y por tanto solamente florecen en su ápicae (en el extremo final).
* La estructura de un rosal trepador no conviene que esté saturada de ramas principales con 5 ó 6 (a lo sumo 7) tenemos más que de sobra para cubrir una gran extensión de pared. La presencia de demasiadas ramas provoca falta de ventilación y esto a su vez peligro de enfermedades y plagas. Pero además hace mucho más engorrosa la tarea de la poda.
* Es preferible que estas 5/7 ramas principales broten desde el suelo y que no sean producto de ramificaciones ubicadas mucho más arriba y que nacen solamente desde dos o tres ramas que salen desde el suelo. Que salgan desde el suelo permitirá ir renovando el rosal cada año eliminando alguna de sus ramas desde abajo según van envejeciendo sin que el aspecto del conjunto del rosal se resienta.
* Colocar las ramas principales lo más horizontalmente posible fomenta el desarrollo de ramillas laterales (que son las que florecen) y por tanto incrementa la cantidad de rosas durante la floración.
* La forma idónea de colocar estas ramas principales es en abanico. Aunque esto no siempre es posible porque no siempre contamos con paredes de suficiente anchura.
* Y por último: las herramientas (serruchos, navajas, podadoras... siempre deben estar afiladas y escrupulosamente limpias. Es preferible antes de empezar a cortar, lavarlas con agua y jabón. Enjuagarlas y desinfectarlas con alcohol. Esto evitará enfermedades y plagas.

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Bien, comencemos:
Os aconsejo que antes de decidir qué ramas formarán esta estructura de la que hablamos, os paréis a mirar bien el rosal, ver qué ramas están delante y detrás de otras. Pensad en qué zonas queréis cubrir, cuales serán las previsiones de crecimiento la siguiente temporada y en función de ello elegid con qué ramas de las que tenéis ahora os quedáis, hacia qué lado irá cada una y todo ello en función del tamaño y disposición del espacio que tengáis la pretensión de cubrir.
En mi caso, mi pretensión es que este rosal, con el tiempo, cubra buena parte de la fachada sur del garaje (la que se ve la ventana) y se desarrolle también sobre el lateral y la parte superior de la puerta del garaje. Como es patente son muchos metros para llegar a la parte central de la puerta y por tanto tendré que esperar otra temporada más para que las ramas lleguen a esa altura pero ya tengo madera suficiente para establecer las ramas principales y su dirección.
Miremos este rosal. Si en lugar de estar en una esquina como está plantado, creciera en mitad de una pared toda ancha me sobrarían varias ramas pero preciso cubrir dos paredes, así que voy a conservar siete de las ocho ramas que salen del suelo.
Afrontemos en primer lugar la eliminación de las ramas gruesas que nos sobran. Qué rama me sobra? Es esta que coloreo de azul en la siguiente fotografía. Fijaos, está envejecida a pesar de no ser antigua porque nada en este rosal lo es. Seguramente se trata de la rama con la que venía cuando lo planté. Está llena de ramillas que no tienen demasiada fuerza y no tiene suficiente largo. En todo caso tiene una curva abajo que me molesta para colocar las demás. Decido eliminarla.
Tiene ya un calibre como para no poder cortarla con las tijeras de podar. Utilizo para ello un pequeño serrucho curvo
El corte no ha quedado perfectamente limpio por abajo, con una navaja de injertar repaso el borde hasta dejarlo bien pulido.
A continuación aplico masilla cicatrizante para evitar que entren patógenos a través de la herida.
Eliminada!! El material de poda constituye una buena cantera para hacer esquejes para uno mismo o para regalar a los amigos. Rosales más baratos? Imposible!! jejeje
De acuerdo...eliminada la rama que nos sobraba, estas son las ramas que utilizaremos. Partes de ellas para que vayan cubriendo la pared sur y el resto para que ascienda hasta llegar a la parte superior de la puerta del garaje.

Vamos a seguir este trabajo de poda por el lateral, a la fachada sur y elijamos inicialmente tres ramas para que vayan cubriéndola. Luego elegiremos otras dos para la parte más alta de esta misma pared. De momento nos centramos en estas tres más bajas.
Cada maestrillo tiene su librillo. Antes de atar definitivamente las ramas, las ato provisionalmente de forma floja para comprobar si me gusta la posición. Luego, cuando me cercioro de que he elegido bien las ramas y su ubicación aprieto las lazadas o las elimino para reubicar la ramas que esté mal.
Aquí están. Ufff... mucho lío? Es una maraña de ramas? No hay quién se aclare? Ya veréis como no y cómo con paciencia lograremos tres ramas claramente establecidas.
Fijaos en una cosa. Mirad esta fotografía. Esta es la rama que ubicaré en la parte más baja de la celosía. Quiero aprovechar para explicar una cosa muy sencilla pero que creo que conviene saber. 
A ver, repetimos siempre que en la poda de los trepadores cortamos todas las ramas laterales que brotan de las principales. 
Eso es cierto en general. Pero ahora yo  pregunto: Y si era rama principal es demasiado corta y ha florecido en su final de manera que no tiene ya rama apical que le permita seguir creciendo? Nos quedamos con una rama muy corta y un vacío en la pared? Por supuesto que no!!
La rama principal es esta, la que termina en un tocón (pequeño trozo de rama muerta) en la punta de la flecha color azul. 

En teoría las tres ramas que salen en su parte final tendríamos que cortarlas pero en lugar de hacer eso, puesto que esta principal es demasiado corta, lo que haremos es usar una rama de las secundarías y la guiaremos horizontalmente a modo de prolongación de la rama principal. Problema resuelto!! ;)
Eliminaremos las demás secundarias. Bien  ya tenemos lista la primera rama.
Vamos con la segunda rama. Uy! Qué lío, no? No, no es lío alguno. Ya veréis.
Con esta ocurre algo parecido. Fijaos bien. La rama principal tiene su extremo en la flecha verde de la derecha y crece en su extremo formando una curva hacia arriba que además de estéticamente fea, igual que antes, si terminara aquí no tendríamos suficiente largo. Trataremos este último tramo de la rama como si fuera una secundaria y utilizaremos una rama de segundo orden que se ha desarrollado muy larga para usarla de principal (la que llega a la flecha verde de la izquierda).
El resto de esta segunda rama principal la podamos como de costumbre. Cortando a tres o cuatro yemas todas las ramas laterales. Aquí la tenemos ya lista.

Cada jardín tiene sus peculiaridades y no en todos hay que aplicar las mismas técnicas. En el mío, el año pasado observé problemas con insectos que taladraron algunos tallos de rosales. Es un problema grave que de no atajar a tiempo puede conducir a la muerte de un rosal en casos graves. Los insectos entran a través de los cortes y penetran devorando la médula del tallo, depositan sus huevos en el interior excavando túneles que lógicamente deterioran e incluso provocan la muerte de la rama.
En cortes de ramas a partir de 0,75 cm de diámetro yo aplico una gota de cola blanca para taponar la cicatriz y evitar la penetración de los insectos. Esta cola blanca forma una capa protectora. Como es lógico no vale la cola escolar que se elimina con agua. Una pequeña gota que inicialmente es blanca pero que en un rato se vuelve transparente y listo. Es un poco fastidioso ir haciendo esto en todos los cortes de cierto calibre pero, qué remedio. Mejor prevenir que curar!!
Un detalle más que se repite igual en la tercera rama. A esta altura ya no tengo demasiadas ramas. Utilizo una lateral de la tercera rama y no la podo. Me servirá como rama principal para rellenar esta zona.

Vemos pues que aunque las ramas principales no lleguen a tener el largo que necesitamos, una manera de "alargarlas" es utilizar una rama lateral que haya crecido mucho y que brote del extremo de la rama principal. Esta rama lateral nos sirve para prolongar y pasará a ser principal al no ser tratada como secundaria (podada)
Observad que además de estas tres ramas que he comentado he dejado otras dos que las he conducido hacia la derecha para que según vayan creciendo se puedan conducir por encima de las tres anteriores y cubran la parte superior de la celosía
De momento vamos a dejar esta fachada y nos vamos a centrar ahora en las ramas que irán ascendiendo por la pared izquierda de la puerta del garaje. En este caso no podremos tumbarlas porque el ancho de la pared no lo permite. De manera que hasta que lleguen a la altura de la parte superior de la puerta del garaje no podrán adoptar demasiada horizontalidad.
Para colocar las ramas que formarán la estructura de la fachada este del garaje (la de la puerta) he preferido podar hasta abajo todas las ramillas laterales. Para qué? Pues para poder mover mejor las ramas. Poner esta por delante de aquella teniendo delante la menor cantidad de madera posible.


De acuerdo. Observemos qué tenemos en este espacio. Nos quedan cuatro ramas (tres las habíamos utilizado para la otra fachada). Son gruesas, se han desarrollado alejándose del muro. Presentan cierta curvatura. Todo tiene arreglo.


Estamos en un momento decisivo del desarrollo del rosal. Esta primera poda que es la que decidirá las ramas principales es determinante. Por eso es importante ubicar lo mejor posible las ramas incluso en su parte inferior. 
No es bonito un pie tan alejado del muro. Pero además, si dejamos estas ramas muy alejadas, las laterales que desarrollarán estarán aún más distantes de la fachada y probablemente se meterán en la zona de paso de acceso de la puerta. Conviene por tanto "acercarlas" al muro y tratar de corregir la curvatura que presentan.
No podemos enderezar ramas tan gruesas de una atacada. Si las forzamos en exceso nos arriesgamos a que se quiebren. Ataremos bien fuerte en la parte de abajo forzando hasta dónde veamos que resisten. Esta atadura es provisional. Cuando pasen unos días apretaremos el cordel de nuevo y así, dejando trascurrir unos días, paulatinamente iremos acercando las ramas a la pared. Hay que tener paciencia y no forzarlas demasiado rápido. Mejor esperar e ir poco a poco.
A veces por exigencias del espacio, dos ramas coinciden en un punto. En este caso no es aconsejable permitir que rocen la una con la otra. El viento las mueve y las heridas que se producen con las espinas pueden dañarlas y favorecer la entrada de patógenos.
Tan fácil como poner algún tipo de material blando que impida este roce. Yo he usado un trocito de tubo de riego. Et voilà!! La propia presión entre las dos ramas en este caso mantiene el plástico en su sitio.
Otro asunto que no quiero olvidar. Siempre intentamos ir aflojando las ataduras conforme las ramas van engrosando pero a veces se nos pasa alguna. Mirad esta atadura, está provocando un verdadero estrangulamiento en la rama. Fuera!!
Cubrir la parte superior de esta pared no requerirá más que una o dos ramas. Además, por mi problema de vértigo tampoco quiero que llegue a demasiada altura para que no me obligue a subirme a los peldaños más altos de la escalera.
He conducido una rama justo por encima del hueco de la puerta pero no me gusta dejar marcado el ángulo. Prefiero poner alguna rama que "redondee" esta esquina que forma este hueco que lógicamente es rectangular. 
Es posible que alguna de estas ramas que he ubicado casi verticalmente (por exigencias del espacio) las utilice para formar un arco sobre la puerta que separa el huerto de la rampa del coche. Ya veremos.

De momento así he dejado esta tarde el rosal. Están todas las ramas podadas, defoliadas, bien atadas y colocadas... Listas para afrontar el buen tiempo que llegarán antes de lo que pensamos.
Entre este rosal creciendo a lo loco, con ramas desgarbadas y sobresaliendo en exceso de la fachada y este de esta tarde una vez terminado el trabajo de poda y colocación de ramas hay un buen trecho.

Por último, he aprovechado ahora que está todo sin hojas, para, con la manguera a mucha presión, limpiar bien las paredes y las celosías así como para lavar todas las ramas. Algún pequeño nido de insectos así como larvas o huevos que estén pegados, algunos al menos se eliminarán con esta limpieza.

Por supuesto no olvidamos una limpieza escrupulosa del suelo que rodea el rosal. Las hojas que he ido quitando son viejas, algunas seguramente tendrán huevos o insectos en estado larvario y probablemente esporas así que su eliminación conviene para evitar enfermedades y plagas. (No hace falta repetir que este material no debe usarse incorporándolo a las composteras).
Ya sabemos que no está todo el trabajo hecho. Un buen riego en profundidad, la aplicación de la cuarta pulverización con aceite mineral mezclado con oxicloruro de cobre...antes de que comiencen a brotar las hojas. Y no tardaremos en empezar a aplicar los tratamientos contra oídio si tenemos este problema en nuestro jardín.
Ah! Por cierto. Os pasa que con los años las etiquetas que vienen con los rosales cuando los plantamos y que reflejan la variedad terminan perdiéndose o tan quemadas por el sol que no se pueden leer? La identificación de los rosales creo que es asunto importante. Generalmente sabemos de qué variedad se trata pero cuando tenemos muchos a veces dudamos. Verdad' Yo suelo colgar una etiqueta de plástico sobre la que escribo la información del rosal con rotulador indeleble. Ato la etiqueta a una rama que luego me resulte fácilmente visible con un alambre muy muy fino.
Pero en este caso la tarde ha dado para dos cosas más: he logrado sacar una rama con raicillas y que crecía alejada del rosal, así que un nuevo ejemplar!! Y un segundo lo tendré tan pronto arraigue una rama de este rosal que crecía en la base y que he puesto a acodar. Pero esto os lo explico en la próxima entrada, que bastante larga ha quedado esta!! 
Que paséis buen día, queridos lectores!! 

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