No es la primera vez que hablamos en este blog sobre una forma segura, fácil y con un altísimo porcentaje de éxito de reproducir rosales: los acodos.
Al final de este artículo os pongo unos vínculos para que, si tenéis curiosidad, podáis leer sobre los dos tipos de acodo que podemos practicar sobre los rosales: el acodo simple (rosales con ramas largas que permitan doblarse hasta el nivel del suelo) y el aéreo (para rosales arbustivos cuyas ramas no tienen ni el largo ni la flexibilidad para que toquen el suelo).
El acodo es una forma de reproducción vegetativa (es decir, no sexual) que las plantas utilizan de modo natural para extenderse en el territorio que les rodea.
Es decir, no es simplemente algo que practicamos los jardineros cuando queremos obtener un individuo absolutamente idéntico al rosal del que procede la rama que utilizamos para el acodo.
Lo que obtenemos, al contrario que cuando sembramos la semilla de un rosal (reproducción sexual) es un clon. Una copia fiel del padre del que procede la rama.
Así que en ocasiones nos podemos encontrar con la grata sorpresa de que el propio rosal, fortuitamente ha desarrollado un acodo.
En mi caso, el otro día, al podar este Rosa 'Eden rose 85' vi que en su base, a cierta distancia crecían dos conjuntos de ramas mucho más finas que las que usé para formar parte de la estructura.
Inicialmente pensé en cortarlas pero luego se me ocurrió que era posible que si escarbaba la tierra con cuidado me encontrara con que habían desarrollado raicillas a su alrededor suficientes como para sacar un par de ejemplares así "por la cara" y que podría plantarlos en otras ubicaciones del jardín sin tener el fastidio de tener tanto cuidado con la hidratación como debe observarse cuando ponemos un esqueje en tierra.
Un acodo es una rama que, habiendo estado durante muchos meses tocando el suelo o incluso ligeramente hundida bajo su nivel una parte de ella, en las yemas de esta zona que ha permanecido constantemente húmeda ha desarrollado raíces.
El suministro de agua y nutrientes de esta rama acodada le viene inicialmente del rosal padre y cuando llega a desarrollar esas propias raíces que parten de algunas de sus yemas, también de él mismo.
Por eso es un método tan fácil de reproducir rosales. Mucho más que los esquejes cuyo índice de fracaso es muy superior precisamente porque no cuentan, a diferencia de los acodos, con ese agua y nutrientes asegurados por el rosal padre en tanto no se desarrolla su propio cepellón y es capaz de ser independiente.
Pues bien. Una de las ramas pude independizarla inmediatamente y ya está plantado un nuevo ejemplar de mi Rosa 'Pierre de Ronsard' en un pequeño contenedor.
Podéis observar como el rosal tenía a cierta distancia un par de tallos emergiendo cerca del centro del rosal. Uno de los tallos estaba muy ramificado, el otro era una rama bastante larga.
Aquí os lo muestro.
Me decidí a retirar con mucho cuidado y despacio la tierra que cubría alrededor a ver qué me encontraba.
Fui retirando tierra poco a poco y enseguida vi que ambas ramas (la ramificada y la larga) partían de un mismo lugar.
Tengo la impresión de que cuando planté este rosal me dejé una rama (que ya estaba bifurcada) hundida bajo el suelo de plantación.
Seguí retirando tierra y comprobé que con el tiempo esa rama hundida fue desarrollando raíces de manera que entusiasmada por la idea de obtener un nuevo rosal fui a por un contenedor con una mezcla de sustrato adecuada que mantuviera la humedad y fuera muy esponjosa.
Sí, una vez pude observar bien las raíces pensé que tenía suficientes como para no esperar y que podría independizarlo aquel mismo día.
La parte ramificada no merecía la pena conservarla y me quedé solamente con la rama larga.
Es una rama magnífica no porque sea de gran calibre si no por las yemas que ha desarrollado en su base. Estas garantizan que en breve tendré un rosal con cuatro tallos largos.
Pero además tiene ya unas estupendas raíces que le permitirán vivir a partir de ahora de modo independiente. Viva la libertad de los acodos!! Es broma jejeje
A continuación practiqué dos cortes. Uno junto al rosal padre para independizar el conjunto y otro para independizar la rama larga con sus propias raíces.
Aquí tenéis la rama acodada y ya enraizada. Lista para su plantación!! Y sin haber intervenido lo más mínimo...qué bueno!! :)
Con el sustrato preparado ya planté este acodo recien independizado llevando buen cuidado de hundirlo de modo que todas las yemas que se han desarrollado bajo el nivel del suelo sigan estando cubiertas por tierra.
Fijaos en la zona húmeda de la rama de dónde salen las tres yemas. Está claro que esas yemas estaban cubiertas por el suelo y así las dejaré cuando realice la plantación.
Unos días en un lugar protegido del frío y en breve lo pasaré a su lugar de plantación definitivo que todavía no tengo decidido.
No tuve tanto éxito con otra rama bastante larga que emergía más atrás, cercana al muro de la rampa.
En este caso no tengo claro que sea un acodo. Más bien creo que es una raíz desarrollada desde una de los tallos gruesos del rosal padre y que ha dado lugar a esta rama pero que todavía no tiene raíces que permitieran que yo la independizara el otro día.
Decidí que seguiría viviendo "a expensas" del rosal padre de momento.
Practiqué una pequeña trinchera en el suelo sobre la que tumbé la rama.
Para que no se moviera con el viento o con la propia manipulación que practicaré sobre el rosal, puse dos anclajes (dos piquetas de riego).
Volví a cubrir este trozo de rama tumbada con tierra y até al rosal el resto de la rama que emerge por encima del nivel del suelo.
El otoño próximo, al estar este trozo de rama bajo el suelo, con humedad constante, desarrollará raíces y lo independizaré obteniendo con ello el segundo ejemplar de mi Rosa 'Eden rose 85' sin esfuerzo prácticamente ninguno.
La tarde fue provechosa. Me dio tiempo de podar, defoliar y colocar todo el rosal padre, obtuve un ejemplar de él ya independiente y puse a acodar una de sus ramas... más no se puede pedir!!
Buenas noches, queridos lectores!! :)
Me decidí a retirar con mucho cuidado y despacio la tierra que cubría alrededor a ver qué me encontraba.
Fui retirando tierra poco a poco y enseguida vi que ambas ramas (la ramificada y la larga) partían de un mismo lugar.
Tengo la impresión de que cuando planté este rosal me dejé una rama (que ya estaba bifurcada) hundida bajo el suelo de plantación.
Seguí retirando tierra y comprobé que con el tiempo esa rama hundida fue desarrollando raíces de manera que entusiasmada por la idea de obtener un nuevo rosal fui a por un contenedor con una mezcla de sustrato adecuada que mantuviera la humedad y fuera muy esponjosa.
Sí, una vez pude observar bien las raíces pensé que tenía suficientes como para no esperar y que podría independizarlo aquel mismo día.
La parte ramificada no merecía la pena conservarla y me quedé solamente con la rama larga.
Es una rama magnífica no porque sea de gran calibre si no por las yemas que ha desarrollado en su base. Estas garantizan que en breve tendré un rosal con cuatro tallos largos.
Pero además tiene ya unas estupendas raíces que le permitirán vivir a partir de ahora de modo independiente. Viva la libertad de los acodos!! Es broma jejeje
A continuación practiqué dos cortes. Uno junto al rosal padre para independizar el conjunto y otro para independizar la rama larga con sus propias raíces.
Aquí tenéis la rama acodada y ya enraizada. Lista para su plantación!! Y sin haber intervenido lo más mínimo...qué bueno!! :)
Con el sustrato preparado ya planté este acodo recien independizado llevando buen cuidado de hundirlo de modo que todas las yemas que se han desarrollado bajo el nivel del suelo sigan estando cubiertas por tierra.
Fijaos en la zona húmeda de la rama de dónde salen las tres yemas. Está claro que esas yemas estaban cubiertas por el suelo y así las dejaré cuando realice la plantación.
Unos días en un lugar protegido del frío y en breve lo pasaré a su lugar de plantación definitivo que todavía no tengo decidido.
No tuve tanto éxito con otra rama bastante larga que emergía más atrás, cercana al muro de la rampa.
En este caso no tengo claro que sea un acodo. Más bien creo que es una raíz desarrollada desde una de los tallos gruesos del rosal padre y que ha dado lugar a esta rama pero que todavía no tiene raíces que permitieran que yo la independizara el otro día.
Decidí que seguiría viviendo "a expensas" del rosal padre de momento.
Practiqué una pequeña trinchera en el suelo sobre la que tumbé la rama.
Para que no se moviera con el viento o con la propia manipulación que practicaré sobre el rosal, puse dos anclajes (dos piquetas de riego).
Volví a cubrir este trozo de rama tumbada con tierra y até al rosal el resto de la rama que emerge por encima del nivel del suelo.
El otoño próximo, al estar este trozo de rama bajo el suelo, con humedad constante, desarrollará raíces y lo independizaré obteniendo con ello el segundo ejemplar de mi Rosa 'Eden rose 85' sin esfuerzo prácticamente ninguno.
La tarde fue provechosa. Me dio tiempo de podar, defoliar y colocar todo el rosal padre, obtuve un ejemplar de él ya independiente y puse a acodar una de sus ramas... más no se puede pedir!!
Buenas noches, queridos lectores!! :)
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María qué interesante! he visto pasar esto muy pocas veces, estos últimos meses han sido espantosamente calurosos y cuando las cosas se ponen así yo abandono el jardín casi completamente a su suerte, la mayoría de mis plantas se pueden cuidar solas y vivir con el agua de lluvia, tan solo estuve regando algunas que tengo en macetas y a las pobres rosas que ahora están desnudas de hojas como si estuviesen hibernando (estivando es el termino correcto) lo terrible es que he perdido a mi favorita Jean Gionno, todos los años alguna muere en el ardiente verano pero justo tenía que ser mi favorita ahora! te envio un saludo desde aquí mientras espero que el clima se enfrie para volver al jardín.. habrá colosales tareas de desmalezado y poda retrasadas!
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