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Después de la lluvia, cobre y azufre a las tomateras del huerto

Tras la lluvia, la humedad entre las plantaciones del huerto aumenta. Es el medio idóneo para el desarrollo de hongos y plagas.
Así que, como más vale prevenir que curar...y aprovechando que ni hoy ni mañana las temperaturas van a llegar a cotas muy altas, una buena rociadita con Azufre y cobre evitará riesgos y problemas.
Iba a aplicar estos productos al atardecer pero miembros de un Grupo de hortelanos de Facebook al que pertenezco, me aconsejaron hacerlo por la mañana bien temprano.
Mi huerto está soleado prácticamente desde que sale el sol de manera que no se podía uno descuidar con la hora.  He preferido que cuando los rayos del sol caigan sobre las matas de tomateras el producto ya se haya secado y así evitar quemaduras. Aunque bueno, este primer sol es suavecito y quema poco.
Ayer se limpiaron todos los bancales de las hojas, ramas que había en ellos tras la terrible tormenta del viernes de manera que el huerto estaba limpito ya. Cortadas los brotes tronchados, eliminadas las ramas que el agua arrancó. Quitadas las hojas picoteadas y llenas de tierra...Ahora solo restaba protegerlas con estos dos productos fungicidas aceptados en agricultura ecológica.
Así que a eso de las siete de la mañana ya estaba yo en el huerto dispuesta a darles el tratamiento a las tomateras.
Prefiero hacer una aplicación con ambos productos y así me ahorro trabajo. Como mi huerto no es grande no preciso demasiados litros de mezcla. Hay que llevar extremo cuidado en ajustarse a la dosificación que indique el envase.
En este caso he usado oxicloruro de cobre y azufre. Ambos en forma de polvo mojable.
Son más preventivos que curativos y conviene usarlos antes de que aparezcan las enfermedades o en el inicio de presentar síntomas.
Es prudente no pulverizar estos productos en días con altas temperaturas o en las horas centrales del día para evitar quemaduras.
Al rociar las plantas debería ponerse especial cuidado en que las pulverización sea con gotas lo más pequeñas posibles, así el producto será más efectivo. También es importante posicionar la boquilla de la mochila en posición hacia arriba para que la mezcla rocíe el envés de las hojas y solo por arriba.
NOTA: Si alguién tiene interés en visitar el artículo de este blog dónde se hablaba de estos dos fungicidas (azufre y oxicloruro de cobre) puede acceder a él en este enlace. Habla de rosales pero los modos de aplicación, dosificación y demás es de aplicación a cualquier planta.

Más vale prevenir que curar!! Puede ser el momento de un fungicida como el azufre sobre nuestros rosales

Ya estamos en enero!! Dependiendo del jardín y de las enfermedades y plagas que se hayan producido durante la temporada anterior quizás nos planteemos la necesidad de tomar alguna medida preventiva.
Hoy era buen día para que mi ayudante en el jardín aplicara azufre a los rosales...
A estas alturas del año ya habremos hecho dos aplicaciones de aceite insecticida (en mi caso mezclado con un producto cúprico fungicida). Exactamente la segunda la hice a primeros del mes pasado así que ya han pasado más de treinta días. Es el tiempo mínimo que debe transcurrir entre una aplicación de aceite insecticida y la aplicación del azufre. El mismo tiempo que deberemos dejar que pase hasta hacer la última aplicación de aceite.
Pero no nos repetiremos hoy. En su momento publicamos un artículos sobre tratamientos preventivos de invierno para los rosales y en concreto sobre fungicidas de contacto como el cobre y el azufre. En él tratábamos los modos, tiempos, productos, inconvenientes y ventajas de ellos.
Hace frío...sí. El jardín a partir del mediodía cuando los rayos del sol dejan definitivamente de calentar, deja de ser acogedor. Trastear con agua para fregar tiestos o limpiar instalaciones  te deja tiritando!! jejeje Sí, hace frío y en casa, la lumbre de una chimenea es mucho más acogedora que los pocos grados que reinan en el jardín a última hora de la tarde. A pesar de todo, si pensamos que nuestra rosas están ahí, muchas durmiendo ya o a punto de hacerlo, si pensamos que preparar unas cuantas  mochilas con los productos que necesitan ahora les evitará plagas y enfermedades cuando vuelva a calentar el sol y las yemas comiencen a estallar... quizás recordando eso, es más fácil vencer la pereza!! Mira que cuesta ponerse en marcha a veces. Verdad? :)


Tratamientos preventivos de invierno para los rosales (II). Fungicidas de contacto (Cobre y azufre)

En esta segunda entrada sobre los tratamientos preventivos de invierno para nuestros rosales me gustaría centrarme en el uso de dos fungicidas de contacto, los preparados a base de cobre y el azufre.

Como decíamos en la primera entrada sobre estos temas, con el uso del aceite insecticida en invierno podemos mitigar los efectos de las plagas sobre nuestras plantas cuando vuelvan a estar en actividad vegetativa eliminando huevos y larvas e insectos en estado de hibernación.
La utilización  del cobre y el azufre como tratamientos preventivos nos ayudará a hacer lo propio con relación a las enfermedades fúngicas, evitando o eliminando la aparición de hongos cuando las condiciones de temperatura y humedad vuelvan a ser idóneas en primavera.
Más aún en el caso de que durante la temporada anterior hayamos tenido rosales afectados por plagas o enfermedades será más probable que la temporada siguiente vuelvan a producirse. De ahí que sea tan importante la acción preventiva con insecticidas y fungicidas.

Los productos a base de cobre podemos aplicarlos junto con el aceite insecticida o efectuar los tratamientos por separado, en dos aplicaciones, dejando transcurrir unos días entre ambas.

Por el contrario, el azufre jamás lo aplicaremos junto al aceite, es más, es obligado dejar pasar entre 30/40 días antes y después entre las aplicaciones de aceite insecticida y las de azufre.


En las plantas, las enfermedades pueden estar producidas por bacterias. virus y hongos. Pero es un porcentaje ínfimo el que está producido por las dos primeras. La inmensa mayoría de enfermedades están provocadas por los hongos (Enfermedades fúngicas).

Vamos a dejar para otra entrada el hablar un poquito más en profundidad sobre qué son y como se comportan los hongos.

Hoy tan solo diremos que la actuación de estos hongos sobre las plantas puede darse de dos formas:

  • Hay hongos ectoparásitos como los del oidio (Sphaerotheca pannosa) que se desarrollan en el exterior del rosal y no llegan a penetrar en su interior.
  • Pero también existen hongos endoparásitos  como son los del mildiu (Peronospora sparsa) roya (Phragmidium mucronatum), antracnosis, brotitis, repilo, etc. que llegan a adentrarse en el interior de la planta atacándolo desde dentro.
El tratamiento que utilizaremos contra unos y otros deberá ser algo distinto. Aunque siempre tendremos en cuenta que
generalmente, una vez contraída la enfermedad, contra los endoparásitos como el Mildium se requerirá la acción de fungicidas sistémicos que actúen desde el interior de la planta.
Usaremos compuestos de cobre como los dos que hemos mencionado, el oxicloruro de cobre, el sulfato de cobre o incluso el caldo bordelés (Sulfato de cobre con cal) del que hablaremos en otra ocasión. Con la precaución de no hacerlo nunca a pleno sol
Por el contrario, contra los hongos ectoparásitos como no llegan a penetrar en el tejido de la planta utilizaremos compuestos a base de azufre que variando el pH de la superficie de la hoja (acidificándolo), generalmente es suficiente para eliminarlos (Nunca a pleno sol, ni con temperaturas superiores a los 28 grados ya que podrían producirse quemaduras)

Los productos que usaremos contra estos hongos y las enfermedades que provocan, son los fungicidasSon productos que actúan sobre los hongos afectando su membrana celular, haciendo inactivas algunas de sus enzimas o proteínas o interfiriendo en la respiración.
A diferencia de cómo actúan los medicamentos sobre los seres humanos, para que la mayoría de fungicidas sean efectivos es preciso que se apliquen antes de que aparezca la enfermedad o a las primeras señales de producirse ésta.
Las secuelas y daños  que causa la enfermedad en las pantas, a diferencia de lo que ocurre en los animales y personas, no desaparecen aunque se elimine el hongo.
Las aplicaciones de fungicidas pueden efectuarse como polvos, en forma líquida, de gránulos, etc siendo absolutamente imprescindible el uso de guantes y mascarillas en la aplicación (como en cualquier producto fitosanitario)

Los fungicidas  pueden ser de contacto y sistémicos según su forma de actuación sobre la planta:
  • Son fungicidas de contacto (llamados también protectores) aquellos que permanecen en el exterior de la planta actuando solamente desde fuera de ella sin llegar a penetrarla, únicamente dónde se ha depositado el producto. Este tipo de fungicidas se deben usar antes de que a enfermedad se manifieste, antes de que haya esporas, impidiendo así que los esporangios (contenedores de las esporas) germinen y puedan llegar al interior de la planta penetrándola para absorber la savia. De ahí que este tipo de fungicidas sea más bien preventivo más que curativo y también que sea importante cubrir concienzudamente todas las partes de la planta con ellos.
Los fungicidas no sistémicos o de contacto permanecen sobre la superficie del rosal quedando adheridos a él, así las esporas no pueden germinar al caer sobre la planta debido a la acción del producto.
Al estar la planta en constante crecimiento, se requieren por ello repetidas aplicaciones para proteger el crecimiento nuevo, así como para volver a aplicar producto allí dónde el agua o el riego lo han eliminado e incluso dónde la luz ambiental ha producido su degradación.

Deben aplicarse antes de que aparezcan los síntomas de enfermedad . Si el hongo ya ha infectado la planta, los fungicidas de contacto hacen ya poco efecto.
  • Por el contrario los fungicidas sistémicos (también llamados erradicadores) llegan a penetrar en las distintas partes de a planta siendo absorbidos por las hojas actuando desde su interior del rosal. Son fungicidas  que pueden utilizarse de modo preventivo pero además tienen a ventaja de ser más eficaces cuando el rosal ya ha enfermado en contraposición a los fungicidas de contacto que son más preventivos.
Hay quienes piensan, no sin bastante lógica, que el uso de fungicidas sistémicos cuando no sean precisos provoca que otros hongos endoparasitarios aumenten su resistencia a estos productos provocando que lleguen a no ser eficaces o a necesitar dosis más elevadas. De ahí que se aconseja el uso de fungicidas de contacto como el cobre o el azufre y únicamente en casos necesarios, ante las enfermedades endofúngicas, utilizar fungicidas sistémicos.

Más adelante hablaremos con detenimiento sobre los fungicidas sistémicos.

Preparados a base de COBRE: Se trata de fungicidas (y bactericidas) de contacto concentrado que actúan tanto de forma preventiva como curativa (hasta cierto punto) en enfermedades provocadas por distintos hongos eliminando sus esporas o impidiendo que éstas germinen. Es especialmente efectivo contra roya, mancha negra, oídio y mildium.
El cobre podemos adquirirlo en distintas combinaciones químicas,  dos de ellas son el oxicloruro de cobre y el óxido cuproso.

Se puede adquirir en forma de polvo para espolvorear, suspensiones, polvo mojable, gránulos solubles o dispersables, etc.
Así pues, tanto el oxicloruro de cobre como el óxido cuproso son productos válidos para ser usado como preventivos de enfermedades durante el periodo en que nuestros rosales no están con actividad vegetativa.  
Yo uso estos dos en concreto pero podéis encontrar en el mercado muchísimos otros ofrecidos por casas de vuestra confianza que os darán igualmente estupendos resultados.



 Modo de aplicación de los productos cúpricos:
  • Es imprescindible leer las instrucciones de uso que indica el envase del producto y ceñirnos exactamente a ellas en lo que hace a la dosificación y modo de empleo.
  • Tenemos que asegurarnos de que el producto deben cubrir lo mejor posible todo el follaje
  • No se recomienda su aplicación en días fríos y húmedos.
  • Es aconsejable cubrir con ellos también el sustrato que rodea al rosal y no solamente la planta
  • Pueden mezclarse a la hora de su aplicación con aceites insecticidas. Si alguien quiere consultar la entrada que colgué sobre estos productos puede pinchar en este enlace.
Periodicidad de las aplicaciones de cobre:

Podéis ver en este calendario que a estas alturas de final de diciembre ya he hecho dos aplicaciones de cobre mezclado con aceite insecticida:
  • primeros de noviembre
  • primeros de este mes de diciembre
  • y  la tercera la tengo prevista para el momento en que haga la poda que imagino que será allá por primeros de febrero o cuando las heladas ya no sean tan fuertes.
  • El número de fumigaciones dependerá de la persistencia o peligro que haya de estas enfermedades. En mi caso me gusta mezclar el cobre con el aceite en cada una de las tres aplicaciones que efectúo durante el otoño e invierno.
  • Podéis ver este calendario por el que estoy rigiéndome. Sobre él me gustaría volver a repetir que es lo que yo estoy realizando en mi jardín ubicado en zona con un clima frío con heladas y que evidentemente el tema tendría que adaptarse si el jardín está ubicado en otras zonas de climas más cálidos, con suelos diferentes e incluso con variedades de rosales distintas a las que yo cultivo. 

AZUFRE en polvo:
Como todo este tipo de fungicidas de contacto, es más preventivo que curativo además tiene efectos acaricidas. No obstante también tiene algún efecto curativo en las primeras fases de crecimiento del hongo. 
La efectividad del azufre micronizado es sobretodo sobre los hongos que provocan los oídios y a botritis. Aunque también tiene algún efecto sobre las royas y algunas manchas de las hojas..y es preventivo de la aparición de la araña roja


La actuación de azufre consiste en el cambio de pH de la superficie de las hojas acidificándola además de secar la zona dónde se aplica, estableciendo con ello un ambiente hostil para el desarrollo de los hongos. Un medio seco y con un pH neutro es el medio más favorable para de desarrollo de los hongos.

El azufre micronizado aplicado en forma de espolvoreo tiene dos inconvenientes de una parte que estéticamente afea bastante los rosales que se tornan amarillentos tras su aplicación, de la otra que la propia aplicación se hace difícil si se trata de llegar a todas las partes de la planta..

Estos dos problemas  se palían bastante azufre soluble como el de la marca Compo.


Modo de aplicación del azufre:
Deberemos tener en cuenta a la hora de su aplicación, además de la dosis indicada en la etiqueta:
  • Procuraremos que una vez mezcado el producto con agua no debe permanecer en reposo durante demasiado tiempo. Yo suelo mover la mochila de vez en cuando para que la mezcla no deje de ser homogénea.
  • Si tenemos por costumbre aplicar caldo bordelés tendremos en cuenta que el azufre siempre lo aplicaremos después del caldo y no antes.
  • También deberemos abstenernos de aplicar azufre cuando las temperaturas estén por encima de los 30º por el peligro que tendríamos de quemar las hojas del rosal. Jamás aplicar ningún producto a pleno sol.
  • Y por último, y repitiendo dada la importancia del tema: deberán respetarse los plazos entre las aplicaciones de un aceite insecticida y el azufre. En este calendario se refleja el periodo de seguridad 30 días. La segunda aplicación de aceite insecticida la hice el 8 de este mes de diciembre y si el tiempo permite que el 8 del próximo enero pueda aplicar el azufre habrá pasado otros 30 días hasta el momento en que quizás haga la poda y la última aplicación de aceite insecticida.
  • No olvidar que cada jardín es único!!: Quisiera insistir en que cada jardinero debe establecer el momento idóneo para las aplicaciones de estos productos, el número de veces que lo aplicará así como los productos que utilizará para ellas. 
Esta temporada anterior, la única durante la que he cultivado mis rosales en este jardin no ha habido grandes problemas ni de enfermedades ni de plagas. Pero está claro que he tenido en más rosales y durante más tiempo algún pulgón que otro que enfermedes fúngicas.
Durante la primavera sobre todo Munsteand Wood no dejó de padecer algo de oidio y lo contagió a algún otro. Pero, sinceramente, no ha sido el oidio ningún problema grave.
Por eso, para evitar el problema que parece que ha estado más extendido qeu ha sido el de los pulgones, he decidido hacer tres aplicaciones de aceite insecticida durante el otoño y el invierno.
De haber sido el oídio o alguna otra enfermedad fúngica un problema mayor que las plagas habría eliminado alguna aplicación de aceite para sustituirla por azufre. Digo eliminar porque el hecho de tener que respetar los plazos entre la aplicación de ambos productos no habría permitido por razones de plazos, tres de aceite.

Rectificar el pH del suelo y sustrato para el cultivo de acidófilas (III)

Esta entrada es la continuación de otras dos anteriores:
Importancia del pH del suelo para el cultivo de plantas acidófilas (I) y Clorosis férrica en suelos alcalinos. Quelatos de hierro. Asuntos importantes para el cultivo de las acidófilas (II)

Una vez hemos visto en las entradas anteriores conceptos como el pH del suelo y por qué se produce la falta de nutrientes, en especial del hierro, en los suelos alcalinos provocando frecuentemente en las plantas acidófilas que cultivamos en él, la conocida "clorosis férrica" ...podemos entender mejor algunas soluciones para corregir estos problemas.

La actuación para corregir las deficiencias nutricionales de las plantas acidófilas que se cultivan en suelos alcalinos debemos afrontarla desde distintos "frentes":


1- ACTUACIONES SOBRE EL SUELO O SUSTRATO
Estas actuaciones están encaminadas a lograr hacer asequible a las plantas el hierro y demás micronutrientes presentes de por sí en el suelo pero imposibles de asimilar por la planta, acidificando el suelo dónde crecen. El modo de proceder será distinto si el cultivo es en el suelo del jardín o en un contenedor.

1.1 Modificar el pH del SUELO DEL JARDÍN:
Lo ideal es la corrección o rectificación del pH, es decir, bajando el pH de este suelo con aportes de enmiendas que logren hacer más ácido el medio dónde crecerá la planta.
Es una solución del problema de fondo pero no una solución definitiva dado que los suelos calizos tienden a neutralizarse con el tiempo y revertir la situación, con lo que estas correcciones deberemos repetirlas en el futuro más o menos cada dos o tres años.

Hay muchos productos, materiales o sustancias que mezclados con el suelo nos ayudarán a bajar su pH: el estiércol, el mantillo, acículas de pino, compost. Pero además debemos recordar que usar acolchados a base de algunos materiales también facilita las cosas en este sentido.
Estiércol


Acículas de pino

Vamos a tratar en concreto los siguientes:

1.1.1. Turba rubia: la turba es una sustancia orgánica procedente de la descomposición con poco oxígeno (lenta) de las musgos y los residuos de bosques ubicados en zonas climáticas muy frías y con lagunas y humedales con aguas muy ácidas como la zona del Báltico o el Norte de Europa. El proceso de formación de la turba es lentísimo llegando a formarse a veces capas de varios metros de espesor a lo largo de miles de años en las turberas.

Hay dos clases de turba:

La turba negra, de color oscuro, casi negro, más mineralizada, con menos materia orgánica y más descompuesta que la rubia. Es un estado intermedio en la formación del carbón.

La turba rubia (esfagno) que contiene mayor cantidad de materia orgánica pero que está menos descompuesta y de color pardo. Cuánto más claro es el color de la turba menos edad tiene. Mientras más tiempo de descomposición tiene más oscura es.

Se utiliza en jardinería para mejorar los suelos aportando materia orgánica y por su alta capacidad de retención de humedad. Para el fin que nos interesa se usa la turba rubia que no aporta practicamente nutrientes al suelo pero sí estructura y aireación haciéndolo menos compacto lo que facilita el desarrollo del sistema radicular de la planta. De por sí es un sustrato con un pH muy bajo (alrededor de un 3,5).

Cabe mencionar un problema con este material que habremos observado alguna vez al adquirir pequeñas macetitas con plantas cultivadas en turba y que hemos descuidado su hidratación permitiendo que se reseque totalmente. Luego es muy difícil volver a hidratarla, se forma una especie de esponja rígida incapaz de volver a empaparse por mucha agua que le echemos.

Si estamos tratando una zona del jardín que aún no tiene plantaciones hechas, deberemos mezclar los 30 cm primeros de suelo del jardín al 50 % con turba rubia y mezclarlos bien.


Este tratamiento es mucho más cómodo, evidentemente, cuando estamos acidificando un suelo en el que aún no hemos hecho plantaciones porque podemos removerlo fácilmente. 

Si se trata de una zona con plantaciones la cosa se dificulta bastante ya que es difícil mover los 30 cm primeros del suelo y mezclarlos con turba sin dañar las raíces de las plantas que haya en el lugar. En este caso aportaríamos aproximadamente 1 kg de turbia rubia por cada metro cuadrado de suelo, tratando de mezclar lo más hondamente posible ( 30 cm) sin dañar las raíces de las plantas de la zona.

1.1.2. Azufre en polvo: Este sistema (el más barato dado el bajo precio de este producto) es más lento que el anterior dado que no produce una acidificación instantánea si no que tarda unos meses en hacer efecto. Es aconsejable hacer este tratamiento en otoño para que haya tiempo suficiente para que a la hora de hacer las plantaciones el suelo tenga ya la acidez necesaria

La dosificación aconsejada está en torno a los 90 gramos de azufre en polvo por metro cuadrado mezclando bien el azufre con los primeros 30 cm de suelo.



1.1.3. Sulfato de hierro: Su utilización es primordialmente para bajar el pH del suelo más que por el aporte de hierro al suelo dado que no es mucho.

Lo podemos encontrar a la venta de dos formas que determinará la forma de aplicarlo:


Sulfato de hierro granulado, generalmente de color marrón que no se suele utilizar para disolver en agua si no para aportar directamente al suelo mezclándolo con él superficialmente. Probablemente es suficiente con hacer aportación una vez al año mezclándolo superficialmente con la tierra y regando a continuación en profundidad. Esta forma de aplicación se usa más bien en jardines grandes dónde la zona a tratar es muy amplia.

Sulfato de hierro en forma de partículas más finas de color verde claro que puede utilizarse disuelto en el agua de riego.




El sulfato de hierro, al bajar el pH del suelo favorecerá la liberación de otros nutrientes en el suelo como el manganeso y el cobre.
Conviene aclarar que no es conveniente usar el sulfato de hierro para las macetas. El sulfato al disolverse añade sales a la tierra y eso, con la poca tierra que hay en las macetas produce concentraciones que son perjudiciales para la planta porque a mayor salinidad del sustrato mayor dificultad de la planta para absorber el agua.
1.2. Utilizar sustratos ácidos para el cultivo en CONTENEDOR
Deberíamos elegir para rellenar el contenedor un sustrato de ph ácido, para ello podemos usar uno específico para acidófilas, o tierra de castaño.
También podríamos hacer una mezcla de sustrato normal con turba rubia.


2. ACIDIFICAR el PH del AGUA de RIEGO

Tanto en un caso como en el otro, es decir, tanto si hablamos del suelo del jardín como del sustrato de un contenedor tendremos que tener en cuenta que lo ideal sería regar las plantas acidofilas con agua de lluvia pero como esto no siempre es posible, muchas veces utilizaremos agua del grifo para este fin. 
Si el agua de nuestra zona es dura (alcalina) provocará que, una vez acidificado el suelo (jardín) o sustrato (maceta o contenedor) la situación revierta de nuevo, es decir, el suelo o el sustrato tenderán de nuevo a elevar su pH pasado un tiempo. 

Para paliar este problema deberemos bajar también el pH del agua de riego. También aquí será diferente si se trata del riego del suelo del jardín o de un contenedor

2.1. Con SULFATO DE HIERRO en partículas finas (VERDE) si es para regar el suelo del jardín 

Deberemos regar una vez al mes el suelo del jardín con una mezcla 3/4 gramos de sulfato de hierro por cada litro de agua.

Pensemos que es conveniente empapar bien toda la zona que crece alrededor de la planta abarcando todo el espacio que ocupen las raíces.
Así compensaremos la cal que pueda contener el agua del grifo. 

2.2. Con ÁCIDO CÍTRICO si es para el riego de contenedores.
Las plantas acidófilas que crecen en contenedor deberíamos regarlas siempre con agua que tenga un pH bajo, lo ideal es lograr un pH 5. Por ello es cómodo preparar cierta cantidad de este agua ácida con la que tengamos para regar varias veces. Las tiras indicadoras de pH de las que hablamos en la entrada anterior son idóneas para este fin.
En un recipiente amplio dónde quepan por ejemplo 50 litros de agua será suficiente con añadir una cucharadita de ácido cítrico. Sería conveniente comprobar el pH del sustrato de vez en cuando para no pasarnos con el aporte de demasiado ácido cítrico que podría conducir a la acumulación perjudicial de sales en el contenedor. 
Durante el invierno podemos interrumpir el riego con esta agua de pH ácido.


3.- ACTUACIONES con los FERTILIZANTES:

3.1. APORTACIONES DE QUELATOS DE HIERRO. 

A la vez que bajamos el pH del suelo o del sustrato del contenedor y que regamos con agua de pH ácido, sería conveniente tener en cuenta las dificultades que tienen las plantas para tener acceso a algunos micronutrientes cuando se cultivan en suelos básicos. 

En este sentido, debemos hacer aportaciones de este hierro y micronutrientes  presentes  en el suelo pero "bloqueados" e "inaccesibles" para las plantas, incorporando fertilizantes que los contengan en una forma o estado que las plantas puedan asimilarlos (Estos fertilizantes se llaman, como habíamos visto,  quelatos)

La incorporación de quelatos de hierro, hay que decir que aunque es una solución válida (y cara) no soluciona "el problema de fondo" que es la dificultad que tiene la planta para absorber el hierro presente en el suelo pero no soluble, porque con los quelatos le damos a la planta el nutriente pero no modificamos el pH del suelo que es el problema de fondo.


Los quelatos de hierro pueden aplicarse esparciendo el granulado directamente sobre el suelo alrededor de la base de los troncos de la planta abarcando el área en el que se desarrollan las raíces. Pero también pueden emplearse disolviendo previamente en agua la misma dosis que hubiéramos utilizado "en seco". Tanto una forma como la otra son válidas para aplicar a las plantas que crecen en el suelo del jardín.
Aunque también lo son para las plantas cultivadas en contenedor deberíamos decir que es aconsejable a veces utilizar los quelatos a modo de abono foliar disolviéndolos en agua y aplicándolos sobre las hojas.
No olvidemos que los quelatos deberíamos utilizarlos en semanas distintas a la que hayamos usado sulfato de hierro en el suelo y que durante el invierno es conveniente interrumpir este aporte.

Lo apliquemos de la forma que lo apliquemos hay algo importantísimo: Debemos respetar escrupulosamente las dosificaciones y frecuencia que indica la etiqueta del envase. Recordemos lo que habíamos hablado sobre el "antagonismo". La presencia excesiva de algunos nutrientes impide en ocasiones el acceso de la planta a otros nutrientes porque el exceso de unos bloquea otros. Además de este bloqueo, con un exceso de cualquier fertilizante podemos provocar quemaduras en las raíces de las plantas.

3.2. LOS OTROS MICRONUTRIENTES. 

Al haber bajado el pH del suelo o sustrato y utilizando para el riego aguas ácidas estamos posibilitando que el resto de micronutrientes se "liberen" teniendo acceso las plantas a ellos. Son micronutrientes  que la planta necesita en muy poca cantidad y que generalmente están ya presentes en el suelo pero bloqueados como venimos repitiendo. 

3.3. LOS MACRONUTRIENTES (Fósforo, Potasio y Nitrógeno)

Por último, tendremos que aportar fertilizantes que contengan el resto de nutrientes que precisan las plantas (Nitrógeno, fósforo y potasio) con fertilizantes, mejor si son de los llamados de "lenta liberación". 
Recordemos que en este tipo de suelos alcalinos, tanto los micronutrientes como los nutrientes, tienen problemas para hacerse solubles con lo que sería conveniente que aumentáramos ligeramente la dosis de estos fertilizantes.


Lo prometido es deuda. Con esto termino este tema. Ha sido largo. Qué atracón!! Verdad? jajja
Espero haberlo explicado de un modo asequible. Reconozco que a mí también me ha costado agrupar la información de manera que fuera mínimamente inteligible.

Os dejo un cuadro que resumiría esta entrada. Lo he ido confeccionando según preparaba la información de estas entradas. 

Por último un CONSEJO: Si no estáis seguros o tenéis alguna duda, antes de aplicar este tipo de productos es importantísimo PREGUNTAR a un profesional, en el ESTABLECIMIENTO dónde los adquiráis. Ellos os aconsejarán dosificaciones y modos de empleo. 

No quiero terminar sin una información que considero muy útil para todo aquel que no sepa dónde adquirir muchos de los productos de los que he hablado en estas tres últimas entradas.
En Madrid hay una tienda de esas de toda la vida. Es una tienda de referencia, se trata de Manuel Riesgo S.A. tengo pensado poner una entrada dedicada a este establecimiento, en esta solo decir que aquel que no vive en Madrid puede solicitar algunos de sus productos a través de su página web. 
Os aconsejo que si tenéis oportunidad visitéis esta tienda en la calle Desengaño número 22 de Madrid. Además de un sitio con todo el encanto y con sabor añejo podréis encontrar productos de jardinería a un precio muy inferior a los que solemos pagar cuando vienen envasados para la venta en viveros o tiendas del ramo.

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