Mostrando entradas con la etiqueta acidificar el suelo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta acidificar el suelo. Mostrar todas las entradas

Un rincón del huerto para algunos frutales de baya arbustivos (Frambuesas y zarzamoras)

Este rincón es la esquina SE del jardín. Las sombras de la vegetación de la parcela contigua y la  de un pino de tamaño medio que hay en el mismo huerto, la protege de la inclemencia del sol a mediodía.
Me hace ilusión contar con algún arbusto de baya. A quién no le apetece un puñadito de frambuesas fresquitas o una salsa de arándanos que acompañen un buen asado? Que levante la mano!! En esta zona pondré frambuesas (rojas y amarillas) y zarzamoras y en otras zonas de huerto intercalaré arándanos, grosellas y uva espina.
Este tipo de arbusto puede y debe cultivarse a pleno sol en otro tipo de climas más suaves que el mío. En Inglaterra, dónde son muy populares, con mucha frecuencia, crecen perfectamente con esta orientación. En mi clima crecen mejor en semisombra. Pero el sol del centro peninsular es mucho sol y los consejos de amigos jardineros que las cultivan en jardines de temperaturas veraniegas semejantes a las mías me han insistido en que no plante estos frutales de baya dónde haya demasiado sol. Con unas pocas horas matinales y las últimas de la tarde tendrán suficiente.
La parcela ya sabéis que cuenta con muchos desniveles pero esta zona en concreto estaba inclinada en dos sentidos así que era difícil contar con un espacio dónde pudiera cultivarse estos frutales. Decidí entonces nivelar todo el espacio hasta convertirlo en una superficie plana no demasiado grande pero sí lo suficiente para cultivar tres frambuesos (Rubus idaeus) uno rojo y dos amarillos (Rubus idaeus "Fall Gold") y una zarzamora (Rubus fruticosus) con amplitud..
Otro asunto era las necesidades tan específicas que requieren en lo que se refiere al suelo dónde crecen. Son plantas que necesitan un suelo claramente ácido, con pH bastante bajo. Necesitan también que contenga un elevado porcentaje de materia orgánica así como que sea rico en hierro y alguno de ellos enseguida exteriorizan los síntomas de falta de potasio.
Si alguien está interesado en ver en detalle como se rectifica el pH del suelo o del sustrato para el cultivo de plantas acidófilas puede leer una entrada que puse en su día explicaba bastante extensamente algunos de los procedimientos. 
De otra parte aunque son arbustos que se caracterizan muchos de ellos por emitir ramas desde la base, requieren crecer en suelos profundos, que no se encharquen, que conserven la humedad. De manera que si quería cultivar con cierto éxito estas frutas está claro que debía preparar el terreno a conciencia.
Como veis el terreno no podía estar en peores condiciones. Según hemos ido ajardinando el resto de la parcela, hemos ido depositando ahí tierras de otras zonas dónde había bastantes piedras y raíces.
Así que lo primero ha sido limpiar de todo este material indeseable el terreno.


Nivelar este espacio ha dado su trabajo. La verdad. Además de una plataforma plana había que integrar en ella una de las entradas del jardín, la que da a la calle de abajo y también perfilar, aunque se terminen más adelante con piedra, una escalera que acceda a la zona más alta del huerto. 
Han sido bastantes metros cúbicos de tierra lo que se han movido pero ha merecido la pena. 
Se ha ganado un espacio que era de difícil uso y yo creo que cuando el rosal Perennial Blue que hay en uno de los laterales de la puerta crezca y las vallas se cubran con la vegetación de los frutales quedará bonito!! Aún faltan bastantes detalles: tapar con brezo o con algún otro material la valla que compartimos con el vecino (tiene unas vistas horrorosas, la verdad jajajajja) hacer la escalera con piedra...en fin, eso, que nunca se termina. Verdad?
Las bayas precisan crecer en una zanja de al menos 45 x 45  cm. pero nosotros las hemos hecho algo más amplias, unos 50 de profundidad por casi 60 (para que las frambuesas no tengan pretexto en aparecer abundantemente en las plantas!! jajaja)
A la hora de preparar el suelo dónde crecerán estos arbustos de bayas, es decir, para rellenar estas zanjas, antes de plantar los arbustos he preferido hacer la mezcla y una vez rellenas las zanjas esperar unos días hasta poder tomar valores del pH que tiene aunque habrá que tener en cuenta que el azufre no bajará los niveles de acidez de forma inmediata pero no puedo esperar a plantar los arbustos mucho más si no quiero que empiecen a brotar dentro de un contenedor liliputiense que es dónde te los venden.
Estos han sido los materiales que he usado en la mezcla del sustrato: Bastante estiércol bien curado, tierra vegetal enriquecida, bastante turba rubia y un poco, unos 80 gramos por metro cuadrado de azufre micronizado para bajar el pH. En la zona dónde plante las dos uvas espinas (Ribes crispa) y la grosella roja (Ribes rubrum 'Jonkheer van Tets'mezclaré con el sustrato algo de ceniza de la chimenea que aporta bastante potasio ya que estos frutales como decía antes, precisan bastante cantidad de este elemento.
De momento ha quedado la zona así, limpia y preparada para recibir los frutales. Espero que crezcan saludables y podamos disfrutar de sus deliciosas frutillas si no esta próxima temporada sí la siguiente. 

A las camelias no les falta mucho para abrir

Parece que este año o que este clima de este nuevo jardín se va a adelantar un poco el tiempo de floración de las camelias. Digo esto porque en el jardín anterior el momento para abrir los capullos estaba entre finales de abril y muy principios de mayo. No creo que estos capullos tarden tanto en mostrar sus colores. Alguno incluso ya muestra un poquito de su interior.
Qué hermosas son estas plantas!! Tan lustrosas!! Con sus hojas de un verde oscuro precioso. Coriáceas, con sus nervaduras dibujadas en un verde más claro.
Hay muchísimas variedades con floraciones en distintos momentos del año. De blanco a rojo pasando por todos los tonos de rosas. Es cierto que la gente que tiene sus jardines en el norte de España lo tienen mucho más fácil porque cuentan generalmente con suelos ácidos y humíferos. Dos condiciones que estas plantas requieren.
La mía es de la variedad Camellia x wiliamsii "Debbie" de floración más tardía que otras variedades como las sansanqua.
No sé por qué las camelias tienen la fama de plantas de difícil cultivo. No tengo el clima más adecuado para el cultivo de camelias pero prestando especial atención al suelo en el que crezcan nuestras camelias pueden cultivarse sin dificultad especial. Es verdad que es difícil que alcancen el esplendor de algunos ejemplares de los jardines del norte de la Península pero sí pueden estar más que aceptables.

Es de vital importancia el pH del suelo cuando se cultivan acidófilas en general y por tanto de las camelias que también lo son. Requieren suelos ácidos y de no disfrutar de ellos es fácil que presenten pronto síntomas de clorosis férrica. Problemas que pueden mitigarse con la aplicación de quelatos de hierro.
Si el suelo de nuestro jardín no tiene la acidez necesaria no es un problema que no tenga solución, existen varios modos para rectificar este pH y que sea el adecuado para el cultivo de estas plantas acidófilas.

El problema a veces no se reduce únicamente a tener o no un suelo ácido, si no que el agua del riego sea alcalina. Problema que también puede subsanarse acidificando este agua de riego o usando agua de lluvia.
Me encantan las acidófilas y en concreto considero las camelias unos arbustos perennifolios hermosísimos y que, ahora que cuento con suficiente espacio y zonas adecuadas para su ubicación me apetece muchísimo tener un buen surtido de ellas. Tengo que comprar más camelias para una zona de acidófilas que tengo en mente preparar cuando encuentre un segundo de tiempo libre :) De momento ésta es la única que cultivo en mi jardín. Un ejemplar que siendo grandecita cuando me la regalaron, lo cierto es que estaba bastante despoblada y lograr que sus ramas se hagan más compactas me está costando un poco. También es verdad que hasta ahora, a comienzos de año, ha estado cultivada en un gran contenedor. Ahora disfruta de un buen suelo que rectifiqué completamente cuando la planté en tierra. Espero que este cambio haga que crezca más rápidamente y mejor.
Aunque las camelias no precisan en general de poda la mía, al estar poco compacta todavía, tras la floración, lo que hago es despuntar todas sus ramas con esta intención, que vaya emitiendo nuevos brotes que vayan haciendo que mi camelia presente un aspecto más compacto.
La poda de aplicarla, no deberíamos retrasarla tras el momento en que se pasen las flores. Tras este momento las camelias comienzan a emitir brotes que maduran durante el verano y si podamos tarde estaremos eliminando con esta poda los botones florales que desde su formación tardarán bastantes meses en abrirse, tanto como medio año desde que se forman.
No me extraña el tiempo que se toman para formarlos. Son bonitos incluso antes de mostrar sus entresijos...verdad!! jajaja Las flores que muestro en esta entrada pertenecen a su floración del año pasado, antes de plantarla en el lugar definitivo que tiene ahora.

La ubiqué en el jardín trasero, en la fachada norte de la casa y dónde recibe, algo de sol a las primeras horas de la mañana. Sé que en jardines norteños, con un sol mucho más suave que el que castiga las plantas aquí en Madrid durante el verano, se cultivan sin problema recibiendo los rayos del sol pero en mi zona esta ubicación no la aguantarían. En jardines de climas continentales como el mío, creo que es mejor ubicarla con orientación norte.

Las camelias son plantas bastante resistentes a pesar de lo que mucha gente cree pero si podemos cultivarla en un lugar un poco resguardado del viento frío y dónde reciba un poco de sol por la mañana se sentirá bastante mejor. La puse a resguardo del alerón de la casa y aunque lógicamente las heladas le caen encima, siempre estará más protegida del frío en esta situación. La  planta, en el lugar que la tengo puesta se calienta un poco prontito por la mañana y los primeros rayos de sol del día pueden llegar a templarla un poco.



Son plantas de climas húmedos. Aunque ya sabemos que la humedad atmosférica no puede cambiarse sí podemos ofrecer a las acidófilas unas condiciones adecuadas de cultivo. 
Colgué hace un tiempo un par de entradas sobre las condiciones de cultivo idóneas para este tipo de plantas y la forma correcta de plantarlas y que podéis consutar si tenéis interés pinchando en los enlaces. Son dos artículos en concreto sobre rododendros pero de aplicación casi general a cualquier acidófila.


En estas entradas si queréis podéis leer un poco sobre aspectos que son muy importantes para que las camelias puedan crecer sin problema en nuestro jardín aunque no estemos en las zonas geográficas idóneas. Asuntos como el uso de una generosa capa de acolchado sobretodo a base de materia orgánica para mantener una humedad constante (pero no encharcamiento), la composición del suelo dónde se plante, la fertilización e incluso el modo de plantarlas es determinante para el futuro crecimiento. 


Camellia x williamsii 

Rectificar el pH del suelo y sustrato para el cultivo de acidófilas (III)

Esta entrada es la continuación de otras dos anteriores:
Importancia del pH del suelo para el cultivo de plantas acidófilas (I) y Clorosis férrica en suelos alcalinos. Quelatos de hierro. Asuntos importantes para el cultivo de las acidófilas (II)

Una vez hemos visto en las entradas anteriores conceptos como el pH del suelo y por qué se produce la falta de nutrientes, en especial del hierro, en los suelos alcalinos provocando frecuentemente en las plantas acidófilas que cultivamos en él, la conocida "clorosis férrica" ...podemos entender mejor algunas soluciones para corregir estos problemas.

La actuación para corregir las deficiencias nutricionales de las plantas acidófilas que se cultivan en suelos alcalinos debemos afrontarla desde distintos "frentes":


1- ACTUACIONES SOBRE EL SUELO O SUSTRATO
Estas actuaciones están encaminadas a lograr hacer asequible a las plantas el hierro y demás micronutrientes presentes de por sí en el suelo pero imposibles de asimilar por la planta, acidificando el suelo dónde crecen. El modo de proceder será distinto si el cultivo es en el suelo del jardín o en un contenedor.

1.1 Modificar el pH del SUELO DEL JARDÍN:
Lo ideal es la corrección o rectificación del pH, es decir, bajando el pH de este suelo con aportes de enmiendas que logren hacer más ácido el medio dónde crecerá la planta.
Es una solución del problema de fondo pero no una solución definitiva dado que los suelos calizos tienden a neutralizarse con el tiempo y revertir la situación, con lo que estas correcciones deberemos repetirlas en el futuro más o menos cada dos o tres años.

Hay muchos productos, materiales o sustancias que mezclados con el suelo nos ayudarán a bajar su pH: el estiércol, el mantillo, acículas de pino, compost. Pero además debemos recordar que usar acolchados a base de algunos materiales también facilita las cosas en este sentido.
Estiércol


Acículas de pino

Vamos a tratar en concreto los siguientes:

1.1.1. Turba rubia: la turba es una sustancia orgánica procedente de la descomposición con poco oxígeno (lenta) de las musgos y los residuos de bosques ubicados en zonas climáticas muy frías y con lagunas y humedales con aguas muy ácidas como la zona del Báltico o el Norte de Europa. El proceso de formación de la turba es lentísimo llegando a formarse a veces capas de varios metros de espesor a lo largo de miles de años en las turberas.

Hay dos clases de turba:

La turba negra, de color oscuro, casi negro, más mineralizada, con menos materia orgánica y más descompuesta que la rubia. Es un estado intermedio en la formación del carbón.

La turba rubia (esfagno) que contiene mayor cantidad de materia orgánica pero que está menos descompuesta y de color pardo. Cuánto más claro es el color de la turba menos edad tiene. Mientras más tiempo de descomposición tiene más oscura es.

Se utiliza en jardinería para mejorar los suelos aportando materia orgánica y por su alta capacidad de retención de humedad. Para el fin que nos interesa se usa la turba rubia que no aporta practicamente nutrientes al suelo pero sí estructura y aireación haciéndolo menos compacto lo que facilita el desarrollo del sistema radicular de la planta. De por sí es un sustrato con un pH muy bajo (alrededor de un 3,5).

Cabe mencionar un problema con este material que habremos observado alguna vez al adquirir pequeñas macetitas con plantas cultivadas en turba y que hemos descuidado su hidratación permitiendo que se reseque totalmente. Luego es muy difícil volver a hidratarla, se forma una especie de esponja rígida incapaz de volver a empaparse por mucha agua que le echemos.

Si estamos tratando una zona del jardín que aún no tiene plantaciones hechas, deberemos mezclar los 30 cm primeros de suelo del jardín al 50 % con turba rubia y mezclarlos bien.


Este tratamiento es mucho más cómodo, evidentemente, cuando estamos acidificando un suelo en el que aún no hemos hecho plantaciones porque podemos removerlo fácilmente. 

Si se trata de una zona con plantaciones la cosa se dificulta bastante ya que es difícil mover los 30 cm primeros del suelo y mezclarlos con turba sin dañar las raíces de las plantas que haya en el lugar. En este caso aportaríamos aproximadamente 1 kg de turbia rubia por cada metro cuadrado de suelo, tratando de mezclar lo más hondamente posible ( 30 cm) sin dañar las raíces de las plantas de la zona.

1.1.2. Azufre en polvo: Este sistema (el más barato dado el bajo precio de este producto) es más lento que el anterior dado que no produce una acidificación instantánea si no que tarda unos meses en hacer efecto. Es aconsejable hacer este tratamiento en otoño para que haya tiempo suficiente para que a la hora de hacer las plantaciones el suelo tenga ya la acidez necesaria

La dosificación aconsejada está en torno a los 90 gramos de azufre en polvo por metro cuadrado mezclando bien el azufre con los primeros 30 cm de suelo.



1.1.3. Sulfato de hierro: Su utilización es primordialmente para bajar el pH del suelo más que por el aporte de hierro al suelo dado que no es mucho.

Lo podemos encontrar a la venta de dos formas que determinará la forma de aplicarlo:


Sulfato de hierro granulado, generalmente de color marrón que no se suele utilizar para disolver en agua si no para aportar directamente al suelo mezclándolo con él superficialmente. Probablemente es suficiente con hacer aportación una vez al año mezclándolo superficialmente con la tierra y regando a continuación en profundidad. Esta forma de aplicación se usa más bien en jardines grandes dónde la zona a tratar es muy amplia.

Sulfato de hierro en forma de partículas más finas de color verde claro que puede utilizarse disuelto en el agua de riego.




El sulfato de hierro, al bajar el pH del suelo favorecerá la liberación de otros nutrientes en el suelo como el manganeso y el cobre.
Conviene aclarar que no es conveniente usar el sulfato de hierro para las macetas. El sulfato al disolverse añade sales a la tierra y eso, con la poca tierra que hay en las macetas produce concentraciones que son perjudiciales para la planta porque a mayor salinidad del sustrato mayor dificultad de la planta para absorber el agua.
1.2. Utilizar sustratos ácidos para el cultivo en CONTENEDOR
Deberíamos elegir para rellenar el contenedor un sustrato de ph ácido, para ello podemos usar uno específico para acidófilas, o tierra de castaño.
También podríamos hacer una mezcla de sustrato normal con turba rubia.


2. ACIDIFICAR el PH del AGUA de RIEGO

Tanto en un caso como en el otro, es decir, tanto si hablamos del suelo del jardín como del sustrato de un contenedor tendremos que tener en cuenta que lo ideal sería regar las plantas acidofilas con agua de lluvia pero como esto no siempre es posible, muchas veces utilizaremos agua del grifo para este fin. 
Si el agua de nuestra zona es dura (alcalina) provocará que, una vez acidificado el suelo (jardín) o sustrato (maceta o contenedor) la situación revierta de nuevo, es decir, el suelo o el sustrato tenderán de nuevo a elevar su pH pasado un tiempo. 

Para paliar este problema deberemos bajar también el pH del agua de riego. También aquí será diferente si se trata del riego del suelo del jardín o de un contenedor

2.1. Con SULFATO DE HIERRO en partículas finas (VERDE) si es para regar el suelo del jardín 

Deberemos regar una vez al mes el suelo del jardín con una mezcla 3/4 gramos de sulfato de hierro por cada litro de agua.

Pensemos que es conveniente empapar bien toda la zona que crece alrededor de la planta abarcando todo el espacio que ocupen las raíces.
Así compensaremos la cal que pueda contener el agua del grifo. 

2.2. Con ÁCIDO CÍTRICO si es para el riego de contenedores.
Las plantas acidófilas que crecen en contenedor deberíamos regarlas siempre con agua que tenga un pH bajo, lo ideal es lograr un pH 5. Por ello es cómodo preparar cierta cantidad de este agua ácida con la que tengamos para regar varias veces. Las tiras indicadoras de pH de las que hablamos en la entrada anterior son idóneas para este fin.
En un recipiente amplio dónde quepan por ejemplo 50 litros de agua será suficiente con añadir una cucharadita de ácido cítrico. Sería conveniente comprobar el pH del sustrato de vez en cuando para no pasarnos con el aporte de demasiado ácido cítrico que podría conducir a la acumulación perjudicial de sales en el contenedor. 
Durante el invierno podemos interrumpir el riego con esta agua de pH ácido.


3.- ACTUACIONES con los FERTILIZANTES:

3.1. APORTACIONES DE QUELATOS DE HIERRO. 

A la vez que bajamos el pH del suelo o del sustrato del contenedor y que regamos con agua de pH ácido, sería conveniente tener en cuenta las dificultades que tienen las plantas para tener acceso a algunos micronutrientes cuando se cultivan en suelos básicos. 

En este sentido, debemos hacer aportaciones de este hierro y micronutrientes  presentes  en el suelo pero "bloqueados" e "inaccesibles" para las plantas, incorporando fertilizantes que los contengan en una forma o estado que las plantas puedan asimilarlos (Estos fertilizantes se llaman, como habíamos visto,  quelatos)

La incorporación de quelatos de hierro, hay que decir que aunque es una solución válida (y cara) no soluciona "el problema de fondo" que es la dificultad que tiene la planta para absorber el hierro presente en el suelo pero no soluble, porque con los quelatos le damos a la planta el nutriente pero no modificamos el pH del suelo que es el problema de fondo.


Los quelatos de hierro pueden aplicarse esparciendo el granulado directamente sobre el suelo alrededor de la base de los troncos de la planta abarcando el área en el que se desarrollan las raíces. Pero también pueden emplearse disolviendo previamente en agua la misma dosis que hubiéramos utilizado "en seco". Tanto una forma como la otra son válidas para aplicar a las plantas que crecen en el suelo del jardín.
Aunque también lo son para las plantas cultivadas en contenedor deberíamos decir que es aconsejable a veces utilizar los quelatos a modo de abono foliar disolviéndolos en agua y aplicándolos sobre las hojas.
No olvidemos que los quelatos deberíamos utilizarlos en semanas distintas a la que hayamos usado sulfato de hierro en el suelo y que durante el invierno es conveniente interrumpir este aporte.

Lo apliquemos de la forma que lo apliquemos hay algo importantísimo: Debemos respetar escrupulosamente las dosificaciones y frecuencia que indica la etiqueta del envase. Recordemos lo que habíamos hablado sobre el "antagonismo". La presencia excesiva de algunos nutrientes impide en ocasiones el acceso de la planta a otros nutrientes porque el exceso de unos bloquea otros. Además de este bloqueo, con un exceso de cualquier fertilizante podemos provocar quemaduras en las raíces de las plantas.

3.2. LOS OTROS MICRONUTRIENTES. 

Al haber bajado el pH del suelo o sustrato y utilizando para el riego aguas ácidas estamos posibilitando que el resto de micronutrientes se "liberen" teniendo acceso las plantas a ellos. Son micronutrientes  que la planta necesita en muy poca cantidad y que generalmente están ya presentes en el suelo pero bloqueados como venimos repitiendo. 

3.3. LOS MACRONUTRIENTES (Fósforo, Potasio y Nitrógeno)

Por último, tendremos que aportar fertilizantes que contengan el resto de nutrientes que precisan las plantas (Nitrógeno, fósforo y potasio) con fertilizantes, mejor si son de los llamados de "lenta liberación". 
Recordemos que en este tipo de suelos alcalinos, tanto los micronutrientes como los nutrientes, tienen problemas para hacerse solubles con lo que sería conveniente que aumentáramos ligeramente la dosis de estos fertilizantes.


Lo prometido es deuda. Con esto termino este tema. Ha sido largo. Qué atracón!! Verdad? jajja
Espero haberlo explicado de un modo asequible. Reconozco que a mí también me ha costado agrupar la información de manera que fuera mínimamente inteligible.

Os dejo un cuadro que resumiría esta entrada. Lo he ido confeccionando según preparaba la información de estas entradas. 

Por último un CONSEJO: Si no estáis seguros o tenéis alguna duda, antes de aplicar este tipo de productos es importantísimo PREGUNTAR a un profesional, en el ESTABLECIMIENTO dónde los adquiráis. Ellos os aconsejarán dosificaciones y modos de empleo. 

No quiero terminar sin una información que considero muy útil para todo aquel que no sepa dónde adquirir muchos de los productos de los que he hablado en estas tres últimas entradas.
En Madrid hay una tienda de esas de toda la vida. Es una tienda de referencia, se trata de Manuel Riesgo S.A. tengo pensado poner una entrada dedicada a este establecimiento, en esta solo decir que aquel que no vive en Madrid puede solicitar algunos de sus productos a través de su página web. 
Os aconsejo que si tenéis oportunidad visitéis esta tienda en la calle Desengaño número 22 de Madrid. Además de un sitio con todo el encanto y con sabor añejo podréis encontrar productos de jardinería a un precio muy inferior a los que solemos pagar cuando vienen envasados para la venta en viveros o tiendas del ramo.

Clorosis férrica en suelos alcalinos. Quelatos de hierro. Asuntos importantes para el cultivo de las acidófilas (II)

Vamos a seguir en esta entrada el tema que comenzamos en la entrada anterior : el pH del suelo, las dificultades de asimilación de algunos nutrientes por este factor y lo que podemos hacer para rectificar el pH del suelo o del sustrato con la finalidad de que sea adecuado al cultivo de las plantas acidófilas.
Espero que si me lee algún químico sea benevolente conmigo y no se eche demasiadas veces las manos a la cabeza. Repito en esta entrada lo que decía en la anterior, esto no pretende tener el nivel y rigurosidad de una exposición científica. No soy más que una jardinera aficionada ante un problema en una zona de mi jardín que requiere solución: cultivar acidófilas en un suelo que no es el adecuado para estas plantas y que precisa por tanto rectificar su pH.
Lo cierto es que con conocimientos de química o sin ellos, una debe enfrentarse a algunos problemas y buscar las soluciones si se quiere dar a las plantas las condiciones idóneas y entonces tienes que buscar información en libros o en dónde sea si no la tienes. Eso he hecho aquí. Me limito a plasmar las prácticas que durante estos años he utilizado en el cultivo de hortensias y otras acidófilas y a reunir la información que he ido obteniendo con el paso del tiempo, como siempre digo, con la propia experiencia, con lecturas de libros, consultas en páginas web y aportaciones de mis grandes amigos los jardineros de la web. 
El profesional de la jardinería o la gente con conocimientos químicos no encontrarán nada en estas páginas que sea novedoso para ellos, está claro. Pero seguramente habrá gente tan perdida como estaba yo hace unos años y si tener algo de información reunida y explicada de un modo sencillo aunque no riguroso le puede facilitar las cosas...pues para eso se tiene un blog (Al menos yo). Si además, motiva o despierta la curiosidad de algún lector insatisfecho con lo leído aquí, y le anima a profundizar y consultar libros técnicos o sitios de un nivel científico... miel sobre hojuelas!!

Decíamos en la entrada anterior que los suelos con un pH alto (El que tienen los suelos alcalinos o básicos), generalmente tienen presentes en él los nutrientes que precisan las plantas acidófilas. El problema es que ese mismo pH alcalino provoca que estos nutrientes (Imprescindibles para las acidófilas), como es el hierro, se encuentren en un estado que impide que las plantas puedan acceder a ellos. Lo cual viene a ser casi igual que si no estuvieran presentes.

Para que se entienda mejor y aunque quizás un químico me rectificara si me leyera, entiendo que el problema sería en algo semejante al que las personas que padecen una anemia tienen cuando ingieren alimentos que contiene hierro pero su organismo tiene dificultades para asimilar este hierro. Aunque aquí el problema en sí no lo tienen las plantas, si no que es el estado en el que esos micronutrientes se encuentran en el suelo o en el sustrato de pH alto.

Decíamos también que la incapacidad que tiene la planta para absorberlos puede venir producida por dos motivos:
  • Por el exceso de otros nutrientes (antagonismo)
  • porque el pH del suelo dónde estamos cultivando la planta hace que el nutriente no esté disponible. 
Y será en función de este pH que la planta tenga carencias de uno u otros nutrientes. Así en suelos básicos las plantas suelen tener problemas de carencias de hierro (clorosis férrica) o zinc por ejemplo; y el suelos ácidos, las carencias suelen ser de calcio, magnesio o potasio.


Consideremos el "recorrido" que hace el hierro desde el sustrato hasta llegar a las hojas. Para que el hierro llegue a la parte superior de la planta (a las hojas) 
  1. Será preciso que el hierro presente en el suelo se haga soluble y esto se producirá en menor medida cuánto más alto sea el pH del suelo. 
  2. Pero después, este hierro "disuelto" debe ser transportado hacia las raíces de la planta. Si en este suelo existen elementos "transportadores" del hierro hacia las raíces será algo muy beneficioso. 
  3. A continuación, el hierro deberá ser absorbido por las raíces jóvenes de la planta. Y en este punto, la presencia de caliza y bicarbonato y el pH del suelo influyen sobremanera de forma negativa. 
  4. Y por último, el hierro deberá "subir" hasta la parte aérea de la planta y será necesario que se distribuya por ella. Si hay presencia de bicarbonato o demasiado nitratos, se producirá la inmovilización en la planta del hierro, al igual que ocurre en el suelo.

Vemos pues que el problema de la clorosis férrica no es generalmente por la falta de hierro si no porque este hierro no tiene suficiente movilidad. En esta falta de movilidad del hierro los pH elevados y la presencia de bicarbonatos en los suelos influye negativamente.


Por tanto, será muy positivo aplicar aquellas técnicas que favorezcan la movilidad del hierro y por tanto su transporte, como es la aireación del suelo con el aporte de materia orgánica de forma abundante, que favorecerá, el desarrollo de las raíces jóvenes que son las que se ocupan de transportar el hierro desde el suelo hacia las plantas.


De otra parte, o mejor, en paralelo, el uso de fertilizantes que actúen sobre el hierro impidiendo sobre él los efectos del pH alto y de la presencia de bicarbonatos, convertirán este hierro presente en el suelo en un nutriente accesible a la planta. Estos fertilizantes especiales, son los que llamamos "quelatos"


Qué diferencia un quelato  de otros tipos de fertilizantes? En un fertizante normal lo que actúa son los elementos que aporta el fertilizante; por el contrario los quelatos de hierro están acompañados de un "agente quelante".

Los agentes quelantes son también conocidos como "secuestradores de metales pesados" y vienen a ser, si no estoy en un error, una molécula capaz de asociarse con un ión del nutriente (en este caso, hierro) haciendo que éste sea estable ante los agentes del medio dónde se encuentra.
Puede que podamos prescindir de la explicación química pero debemos saber que en última instancia, el agente quelante, es el responsable de la efectividad del quelato (unión del agente quelante y el metal).


Los quelatos de hierro no solo aportan el hierro que contienen en sí mismos si no que favorecen el aprovechamiento del hierro que se encuentra en el suelo.
Y todo esto deben hacerlo siendo capaces de luchar contra la competencia del pH alto y de la presencia de bicarbonatos y otros metales en suelos de distinta acidez o basicidad.

Seguro que habéis comprado más de una vez quelatos de hierro. A que sí? Este por ejemplo?
Bien, ahora os propongo que nos fijemos en la etiqueta. Lo habéis hecho alguna vez? La habéis leído? Seguro que muchos de vosotros sí. Para el que no lo ha hecho, os la muestro aquí:
Para empezar, estamos tratando un jardín. Cerciorémonos de que el producto está indicado para su uso sobre ornamentales. En efecto, así lo indica "Corrector de carencias de hierro en cítricos, frutales y ornamentales" pero la etiqueta dice más...

Repito, sin aspiraciones de rigurosidad científica pero creyendo que es necesario que nos habituemos al uso de algunos términos. Tenemos que saber que los quelantes existentes son varios y sería aconsejable que "nos sonaran" aunque no conozcamos los entresijos de su formulación. 

A la hora de comprar un quelato de hierro es un detalle en el que es imprescindible fijarse ya que la calidad del mismo está en función del quelato que utilice.

Los quelatos existentes son EDTA, HEDTA Y DTPA... más adecuados para el zinc y el manganeso pero no para el hierro.
También están EDDHA, EDDHMA Y EDDCHA...y son éstos últimos los que determinan la estabilidad del quelato férrico y en última instancia su efectividad en sustratos o suelos en un determinado rango de pH altos, convirtiéndolos en mucho más eficaces a la hora de mantener el hierro disuelto en este tipo de suelos alcalinos.

No todos los agentes quelantes garantiza la solubilidad del hierro en suelos de cualquier pH. Los hay que solo permiten esa solubilidad en suelos de hasta cierta alcalinidad pero no en más.

Fijaos de nuevo en la etiqueta que mostraba antes: "Estable a pH 2-10) Es decir, efectivo en suelos con ese margen de pH desde 2 hasta 10. Vemos por tanto que se trata de un quelato que nos va a valer para cualquier suelo o sustrato que tengamos porque abarca toda la gama de los pH que tienen habitualmente los suelos de los jardines.

No es mi caso porque estoy en una zona con suelos que tienden a la acidez pero pensemos en alguien que va a  usar un quelato férrico sobre suelos con un grado de alcalinidad muy elevado, deberá asegurarse antes de adquirirlo, que será efectivo también en suelos de pH tan alcalinos como el suyo porque de lo contrario puede que esté adquiriendo un producto que va a resultar inútil en su suelo.

Estas diferencias entre los quelatos nos pueden explicar muchas veces las diferencias en el PVP que observamos entre unos y otros. Generalmente son bastante más caros los que tienen la molécula EDDHA.


Bueno, pues ahora que sabemos un poquito más sobre los quelatos vamos a recordar el cuadro que colgábamos ayer:
Una vez que tenemos claros ya ( o casi, eso espero jajaja) algunos conceptos, como es lógico lo primero a averiguar será el valor del pH de nuestro suelo de la forma más ajustada posible.
Si necesitamos un análisis riguroso deberemos llevar a un laboratorio unas muestras de nuestro suelo para ser analizadas. Pero generalmente, al nivel al menos de jardinero aficionado como yo, será suficiente con el uso de tiras indicadoras de pH fácilmente asequibles en farmacias y en algunos centros de jardinería.
Las hay de distintos tipos e indicadas para diferentes rangos de pH. Las hay que ofrecen resultados de grado en grado de pH e incluso hay otras que llegan a indicar valores de medio grado.

Aclaremos que para que no se vean "contaminadas" estas tiras debemos guardarlas en lugares dónde no haya gases o sustancias ácidas o básicas; dentro del envase en el que se venden y en lugar fresco y seco.
Cuando procedamos al análisis deberemos tomar varias muestras de nuestro suelo en diferentes puntos de la zona que nos ocupe. Con unos puñados de tierra será suficiente. Tomaremos varias porque el pH puede ser bastante variable de una zona a otra. Y desde luego será importante, si se trata de una zona dónde ya haya plantaciones, tomar la muestra de tierra en la zona cercana a las raíces, no solo en superficie si no a mitad de altura entre el nivel del suelo del jardín y las raíces más profundas.
A estos puñados de tierra que pondremos en un recipiente les agregaremos agua destilada (es decir, con un pH neutro, es decir, 7, para que no distorsione los resultados) en cantidad suficiente para formar una pasta o papilla algo fluida. Dejaremos que la mezcla repose un par de horas tras las cuales solo nos resta introducir una tira indicadora de pH en la mezcla durante un par o tres segundos. Sacudiremos el exceso de líquido y compararemos las coloraciones obtenidas con las que acompañan las cajas en las que se venden este tipo de indicadores. Deben de coincidir los tres colores verticalmente.
Quizás no es el sistema más exacto posible pero en general los resultados de este tipo de medidores, salvo que se trate de cultivos muy concretos que precisan un pH muy exacto, serán suficientemente aproximados los resultados que nos aporte.


Pensé que terminaría con esta entrada pero no es así. A pesar de mis previsiones, al final, veo que resultaría demasiado extensa si entramos con algo de detalle en el tema de los sistema para la rectificación del pH del suelo y en concreto su acidificación. Disculpad la extensión (por pesada) de esta entrada y os emplazo a una tercera, esta sí, bajo promesa de ser la última sobre este asunto si es de vuestro interés.

Importancia del pH del suelo para el cultivo de plantas acidófilas (I)

Nos pasa a muchos jardineros, nos encantan las acidófilas pero no tenemos la suerte de tener el clima y el suelo adecuados para su cultivo. Estas plantas precisan mucha humedad atmosférica, una pluviosidad abundante, no recibir los rayos de sol a las horas más fuertes, y un sustrato rico, suelto y ácido.
Evidentemente hay factores que no están en nuestra mano su modificación como es la humedad atmosférica, pero otros sí podemos cambiarlos, al menos hasta cierto punto.
El modo de plantarlas y las condiciones de cultivo que les aplicamos puede, si son adecuadas, redundar de forma muy beneficiosa de manera que palíe la falta de condiciones naturales idóneas en nuestro jardín para ellas.
En su día colgué dos entradas en las que se explica de modo pormenorizado la forma idónea de plantarlas así como las condiciones de cultivo para los rododendros pero que pueden hacerse extensivas a las acidófilas en general. Estos son los enlaces por si interesa a alguien: Cultivo rododendros y Plantar un rododendro.
Estos días estoy preparando un seto de unos 15 metros que tengo pensando formar a base fundamentalmente de hortensias aunque puede que introduzca alguna camelia y algún rododendro.

La zona suroeste de mi jardín presenta un desnivel que se salva a base de tres terrazas, siendo la de nivel más bajo la que corresponde al seto (límite sur de la parcela). Este último "escalón" quiero subirlo hasta el nivel del anterior para que las plantaciones estén al nivel de la plataforma superior. De ahí que las plantaciones no las efectuaré en el nivel del suelo que hay actualmente, sino que deberé aportar sustrato hasta que llegue a la altura necesaria para que la terraza que hay por encima y el nivel del seto coincidan en altura.

Son demasiados metros cúbicos de tierra que hacen impensable, por el costo económico que supondría, adquirir la tierra ácida necesaria para llenarlo.

Por eso me veo en la obligación de acidificar el suelo dónde irán las hortensias, es decir, bajar su pH aportando las enmiendas necesarias para ello.


Como sé que estos temas de pH, de acidez, alcalinidad del suelo, correcciones de pH, etc, suponen un verdadero lío muchas veces a los jardineros aficionados como yo, aprovecharé que estoy preparando este seto para hablar un poco de estos asuntos. Lo explicaré de la mejor manera que puedo y sé y si con ello aclaro  un poquillo algún concepto a alguien me doy por satisfecha. No aspiro a más.
Vaya por delante que yo no soy ninguna experta, ni tengo titulaciones o conocimientos que permitan una explicación técnica y con la rigurosidad que lo haría un químico. Lo que sigue a continuación es simplemente lo que yo hago y  la información que en páginas de Internet, lecturas personales y consejos de jardineros amigos que he tenido la fortuna de que me transmitieran en Grupos y foros de Internet. El nivel en el que estoy interesada no llega a formulaciones químicas, De los productos que hablaré me interesa de qué modo pueden variar el pH de la tierra y por ende de qué manera lograr las condiciones idóneas para el cultivo de acidófilas. Las formulaciones y entresijos de la química se me escapan, la verdad. Si alguien está interesado en ellas esta entrada no colmará en absoluto sus espectativas. Tan solo son unos pocos consejos y unas explicaciones de algunos temas un poco en un estilo "de estar por casa". Como digo esto no pretende ser un artículo de rigurosidad científica para la que no estoy capacitada su pretensión se limita a una mera aproximación a estas prácticas que de otra parte puede que sean algo áridas pero pienso que debemos conocer si queremos entender un poco algunos procesos que faciliten el cultivo de estas plantas tan hermosas.


Qué es el pH del suelo? La explicación química del pH la desconozco pero creo que para la mayoría de jardineros aficionados como yo nos basta saber que el pH es un valor, una medida, que indica si un suelo es ácido, neutro o alcalino.

Se dice que un suelo es neutro cuando el valor de su pH se encuentra alrededor de 7. Si el pH de ese sustrato es superior a 7 se dice que el sustrato es alcalino o básico y si está por debajo de 6,5 estamos ante un suelo ácido.

Debemos saber que la mayoría de las plantas se encuentran a gusto en sustratos o suelos con un pH entre 6 y 7, es decir, en los valores centrales.
Pero entre esas plantas que gustan de suelos neutros no están las acidófilas. Precisamente éstas necesitan crecer en un suelo con un pH bajo, es decir, en un suelo ácido y lo idóneo es que este pH tenga un valor entre 5 (incluso 4,5 algunas) y 6,5

Un síntoma frecuente en plantas acidófilas (y que precisan de bastante hierro en el sustrato) que crecen en suelos alcalinos es la típica palidez o amarilleamiento de las hojas permaneciendo de color verde las nervaduras (puede haber otras causas para este amarilleo, no solamente una carencia en hierro), especialmente de las hojas nuevas,  llamada técnicamente clorosis férrica.

En los suelos alcalinos se encuentran presentes micronutrientes como el hierro pero debido a su pH alto no pueden ser absorbidos por las plantas porque no están solubles (esta explicación es para entendernos, repito, sin pretensión de explicación científica) o dicho de otro modo, no están al alcance de las raíces de las plantas aunque estén presentes en el suelo. Digamos que están como "bloqueados". 


Pero también se presenta el problema contrario: cuando la presencia de un elemento es excesiva impide en ocasiones la "disponibilidad" para las plantas de otros elementos. Es lo que se conoce como "antagonismo" . Debemos tener muy en cuenta este aspecto a la hora de dosificar los aportes de nutrientes o enmiendas a nuestro suelo ya que mientras solucionamos un problema puede que estemos ocasionando otro si nos excedemos en las cantidades.
Qué hacer entonces si queremos cultivar acidófilas pero no contamos con un suelo en el jardín con un pH adecuado (bajo o ácido)? Deberemos lograr que el hierro y los demás micronutrientes puedan estar al alcance de las plantas  que cultivamos directamente en el suelo del jardín y para ello hay varias soluciones.

Pero para no hacer demasiado extensa esta entrada dejaremos para la próxima la explicación de estos procedimientos. Espero que la lectura de esta entrada no te haya puesto demasiado "ácido" ;)

Creo que este cuadro reúne bastantes datos de los que hemos hablado hasta ahora.

Termino con una curiosidad. Sabías que las letras pH son una abreviatura de "pondus hydrogenii" (potencial de hidrógeno para entendernos) un término acuñado por el químico Sorensen a principios del siglo XX.

Tutorial: Pomazón, cojinete, guantelino, cojín o almohadilla de dorador. Cómo hacerlo paso a paso

Son muchos los nombres por los que se conoce (guantelino, cojinete, cojín de dorador...) aunque pomazón y almohadilla de dorador son los más...