Vamos a seguir en esta entrada el tema que comenzamos en la entrada anterior : el pH del suelo, las dificultades de asimilación de algunos nutrientes por este factor y lo que podemos hacer para rectificar el pH del suelo o del sustrato con la finalidad de que sea adecuado al cultivo de las plantas acidófilas.
Espero que si me lee algún químico sea benevolente conmigo y no se eche demasiadas veces las manos a la cabeza. Repito en esta entrada lo que decía en la anterior, esto no pretende tener el nivel y rigurosidad de una exposición científica. No soy más que una jardinera aficionada ante un problema en una zona de mi jardín que requiere solución: cultivar acidófilas en un suelo que no es el adecuado para estas plantas y que precisa por tanto rectificar su pH.
Lo cierto es que con conocimientos de química o sin ellos, una debe enfrentarse a algunos problemas y buscar las soluciones si se quiere dar a las plantas las condiciones idóneas y entonces tienes que buscar información en libros o en dónde sea si no la tienes. Eso he hecho aquí. Me limito a plasmar las prácticas que durante estos años he utilizado en el cultivo de hortensias y otras acidófilas y a reunir la información que he ido obteniendo con el paso del tiempo, como siempre digo, con la propia experiencia, con lecturas de libros, consultas en páginas web y aportaciones de mis grandes amigos los jardineros de la web.
El profesional de la jardinería o la gente con conocimientos químicos no encontrarán nada en estas páginas que sea novedoso para ellos, está claro. Pero seguramente habrá gente tan perdida como estaba yo hace unos años y si tener algo de información reunida y explicada de un modo sencillo aunque no riguroso le puede facilitar las cosas...pues para eso se tiene un blog (Al menos yo). Si además, motiva o despierta la curiosidad de algún lector insatisfecho con lo leído aquí, y le anima a profundizar y consultar libros técnicos o sitios de un nivel científico... miel sobre hojuelas!!
Decíamos en la entrada anterior que los suelos con un pH alto (El que tienen los suelos alcalinos o básicos), generalmente tienen presentes en él los nutrientes que precisan las plantas acidófilas. El problema es que ese mismo pH alcalino provoca que estos nutrientes (Imprescindibles para las acidófilas), como es el hierro, se encuentren en un estado que impide que las plantas puedan acceder a ellos. Lo cual viene a ser casi igual que si no estuvieran presentes.
Para que se entienda mejor y aunque quizás un químico me rectificara si me leyera, entiendo que el problema sería en algo semejante al que las personas que padecen una anemia tienen cuando ingieren alimentos que contiene hierro pero su organismo tiene dificultades para asimilar este hierro. Aunque aquí el problema en sí no lo tienen las plantas, si no que es el estado en el que esos micronutrientes se encuentran en el suelo o en el sustrato de pH alto.
Decíamos también que la incapacidad que tiene la planta para absorberlos puede venir producida por dos motivos:
- Por el exceso de otros nutrientes (antagonismo)
- o porque el pH del suelo dónde estamos cultivando la planta hace que el nutriente no esté disponible.
Y será en función de este pH que la planta tenga carencias de uno u otros nutrientes. Así en suelos básicos las plantas suelen tener problemas de carencias de hierro (clorosis férrica) o zinc por ejemplo; y el suelos ácidos, las carencias suelen ser de calcio, magnesio o potasio.
Consideremos el "recorrido" que hace el hierro desde el sustrato hasta llegar a las hojas. Para que el hierro llegue a la parte superior de la planta (a las hojas)
Será preciso que el hierro presente en el suelo se haga soluble y esto se producirá en menor medida cuánto más alto sea el pH del suelo.
Pero después, este hierro "disuelto" debe ser transportado hacia las raíces de la planta. Si en este suelo existen elementos "transportadores" del hierro hacia las raíces será algo muy beneficioso.
A continuación, el hierro deberá ser absorbido por las raíces jóvenes de la planta. Y en este punto, la presencia de caliza y bicarbonato y el pH del suelo influyen sobremanera de forma negativa.
Y por último, el hierro deberá "subir" hasta la parte aérea de la planta y será necesario que se distribuya por ella. Si hay presencia de bicarbonato o demasiado nitratos, se producirá la inmovilización en la planta del hierro, al igual que ocurre en el suelo.
Vemos pues que el problema de la clorosis férrica no es generalmente por la falta de hierro si no porque este hierro no tiene suficiente movilidad. En esta falta de movilidad del hierro los pH elevados y la presencia de bicarbonatos en los suelos influye negativamente.
Por tanto, será muy positivo aplicar aquellas técnicas que favorezcan la movilidad del hierro y por tanto su transporte, como es la aireación del suelo con el aporte de materia orgánica de forma abundante, que favorecerá, el desarrollo de las raíces jóvenes que son las que se ocupan de transportar el hierro desde el suelo hacia las plantas.
De otra parte, o mejor, en paralelo, el uso de fertilizantes que actúen sobre el hierro impidiendo sobre él los efectos del pH alto y de la presencia de bicarbonatos, convertirán este hierro presente en el suelo en un nutriente accesible a la planta. Estos fertilizantes especiales, son los que llamamos "quelatos"
Qué diferencia un quelato de otros tipos de fertilizantes? En un fertizante normal lo que actúa son los elementos que aporta el fertilizante; por el contrario los quelatos de hierro están acompañados de un "agente quelante".
Los agentes quelantes son también conocidos como "secuestradores de metales pesados" y vienen a ser, si no estoy en un error, una molécula capaz de asociarse con un ión del nutriente (en este caso, hierro) haciendo que éste sea estable ante los agentes del medio dónde se encuentra.
Puede que podamos prescindir de la explicación química pero debemos saber que en última instancia, el agente quelante, es el responsable de la efectividad del quelato (unión del agente quelante y el metal).
Los quelatos de hierro no solo aportan el hierro que contienen en sí mismos si no que favorecen el aprovechamiento del hierro que se encuentra en el suelo.
Y todo esto deben hacerlo siendo capaces de luchar contra la competencia del pH alto y de la presencia de bicarbonatos y otros metales en suelos de distinta acidez o basicidad.
Seguro que habéis comprado más de una vez quelatos de hierro. A que sí? Este por ejemplo?
Bien, ahora os propongo que nos fijemos en la etiqueta. Lo habéis hecho alguna vez? La habéis leído? Seguro que muchos de vosotros sí. Para el que no lo ha hecho, os la muestro aquí:
Para empezar, estamos tratando un jardín. Cerciorémonos de que el producto está indicado para su uso sobre ornamentales. En efecto, así lo indica "Corrector de carencias de hierro en cítricos, frutales y ornamentales" pero la etiqueta dice más...
Repito, sin aspiraciones de rigurosidad científica pero creyendo que es necesario que nos habituemos al uso de algunos términos. Tenemos que saber que los quelantes existentes son varios y sería aconsejable que "nos sonaran" aunque no conozcamos los entresijos de su formulación.
A la hora de comprar un quelato de hierro es un detalle en el que es imprescindible fijarse ya que la calidad del mismo está en función del quelato que utilice.
Los quelatos existentes son EDTA, HEDTA Y DTPA... más adecuados para el zinc y el manganeso pero no para el hierro.
También están EDDHA, EDDHMA Y EDDCHA...y son éstos últimos los que determinan la estabilidad del quelato férrico y en última instancia su efectividad en sustratos o suelos en un determinado rango de pH altos, convirtiéndolos en mucho más eficaces a la hora de mantener el hierro disuelto en este tipo de suelos alcalinos.
No todos los agentes quelantes garantiza la solubilidad del hierro en suelos de cualquier pH. Los hay que solo permiten esa solubilidad en suelos de hasta cierta alcalinidad pero no en más.
Fijaos de nuevo en la etiqueta que mostraba antes: "Estable a pH 2-10) Es decir, efectivo en suelos con ese margen de pH desde 2 hasta 10. Vemos por tanto que se trata de un quelato que nos va a valer para cualquier suelo o sustrato que tengamos porque abarca toda la gama de los pH que tienen habitualmente los suelos de los jardines.
No es mi caso porque estoy en una zona con suelos que tienden a la acidez pero pensemos en alguien que va a usar un quelato férrico sobre suelos con un grado de alcalinidad muy elevado, deberá asegurarse antes de adquirirlo, que será efectivo también en suelos de pH tan alcalinos como el suyo porque de lo contrario puede que esté adquiriendo un producto que va a resultar inútil en su suelo.
Estas diferencias entre los quelatos nos pueden explicar muchas veces las diferencias en el PVP que observamos entre unos y otros. Generalmente son bastante más caros los que tienen la molécula EDDHA.
Bueno, pues ahora que sabemos un poquito más sobre los quelatos vamos a recordar el cuadro que colgábamos ayer:
Una vez que tenemos claros ya ( o casi, eso espero jajaja) algunos conceptos, como es lógico lo primero a averiguar será el valor del pH de nuestro suelo de la forma más ajustada posible.
Si necesitamos un análisis riguroso deberemos llevar a un laboratorio unas muestras de nuestro suelo para ser analizadas. Pero generalmente, al nivel al menos de jardinero aficionado como yo, será suficiente con el uso de tiras indicadoras de pH fácilmente asequibles en farmacias y en algunos centros de jardinería.
Las hay de distintos tipos e indicadas para diferentes rangos de pH. Las hay que ofrecen resultados de grado en grado de pH e incluso hay otras que llegan a indicar valores de medio grado.
Aclaremos que para que no se vean "contaminadas" estas tiras debemos guardarlas en lugares dónde no haya gases o sustancias ácidas o básicas; dentro del envase en el que se venden y en lugar fresco y seco.
Cuando procedamos al análisis deberemos tomar varias muestras de nuestro suelo en diferentes puntos de la zona que nos ocupe. Con unos puñados de tierra será suficiente. Tomaremos varias porque el pH puede ser bastante variable de una zona a otra. Y desde luego será importante, si se trata de una zona dónde ya haya plantaciones, tomar la muestra de tierra en la zona cercana a las raíces, no solo en superficie si no a mitad de altura entre el nivel del suelo del jardín y las raíces más profundas.
A estos puñados de tierra que pondremos en un recipiente les agregaremos agua destilada (es decir, con un pH neutro, es decir, 7, para que no distorsione los resultados) en cantidad suficiente para formar una pasta o papilla algo fluida. Dejaremos que la mezcla repose un par de horas tras las cuales solo nos resta introducir una tira indicadora de pH en la mezcla durante un par o tres segundos. Sacudiremos el exceso de líquido y compararemos las coloraciones obtenidas con las que acompañan las cajas en las que se venden este tipo de indicadores. Deben de coincidir los tres colores verticalmente.
Quizás no es el sistema más exacto posible pero en general los resultados de este tipo de medidores, salvo que se trate de cultivos muy concretos que precisan un pH muy exacto, serán suficientemente aproximados los resultados que nos aporte.
Pensé que terminaría con esta entrada pero no es así. A pesar de mis previsiones, al final, veo que resultaría demasiado extensa si entramos con algo de detalle en el tema de los sistema para la rectificación del pH del suelo y en concreto su acidificación. Disculpad la extensión (por pesada) de esta entrada y os emplazo a una tercera, esta sí, bajo promesa de ser la última sobre este asunto si es de vuestro interés.