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Acacia dealbata (Mimosas). Una relación amor/odio

Cuando vierten su amarillo por todo el jardín y lucen resplandecientes se me olvidan los once meses durante los que las estoy maldiciendo. Son adorables!!
Pero, ay!! los otros once meses, qué árboles tan antipáticos me parecen!!

Este año han abierto un poquillo más tarde, no mucho. Lo han hecho como siempre, con sus flores vaporosas de un amarillo limón tan refrescante!! 

Tienen algo con lo que no cuentan la mayoría de árboles, la posibilidad de cortar ramos y ramos para casa sin que se note las ramas que faltan porque es de tal abundancia...

Este año no les ha acompañado en su floración el viejo almendro. No sé si las últimas heladas han dado al traste con lo que puede que sea su último intento de seguir vivo. Tendré que prestarle mucha atención si quiero que dure al menos unos añitos más.

Las mimosas también están viejas. Hay que eliminar ramas muertas y hacerles una buena poda para que se tornen más redondas y tupidas y evitar que ganen tanta altura. Lo haré tras la floración porque están tan altas ya que temo que el viento pueda derribar alguna como de hecho ocurrió en febrero del año pasado. El problema es que están ya demasiado crecidas y no sé qué tal aguantarían una poda severa.

Una mañana me encontré la mimosa más grande del jardín tumbada sobre el suelo, el viento la había arrancado literalmente de cuajo. Debiéramos haberlo anticipado por varias razones, primero porque Acacia dealbata no es un árbol de vida larga y éstas que hay en el jardín pasaron ya de treinta años hace tiempo y segundo porque las raíces de las mimosas no ahondan en la tierra así que no es un árbol estable como otros. Esta que derribó el viento crecía entre un enorme enebro y los dos pinos del vecino así que se abrió paso entre ellos buscando la luz y alcanzando una altura bastante respetable que fue lo que facilitó su derribo.

Todas las mimosas que hay en el jardín (y en varios de los jardines de alrededor ajajjaja) son hijas todas de una que se trajo de Galicia. No creo que exista un árbol de más fácil propagación. No me extraña sus semillas vuelan a miles espolvoreándose por todos los jardines cercanos. Las encuentras todo el año en todas partes brotadas y el trabajo de ir retirando estos brotes se me antoja insufrible. Pero no es solo eso, es que de sus raíces emite miles de chupones que resulta extremadamente difíciles de arrancar.
Al final convierten la zona dónde están plantadas en un terreno en el que es imposible que viva nada más que ellas. Se extienden horizontalmente con sus raíces fibrosas de las que van brotando a cientos los chupones. Si alguién tiene curiosidad puede ver la entrada en la que os contaba como limpié la zona en la que estaba la mimosa que se cayó. Saqué...ya ni recuerdo la de cubos grandes llenos de raíces. Habían formando una capa como de 15/20 cm que ni a golpe de pico salían!!

De ahí mi relación amor/odio que decía. Tengo tres en concreto en un arriate bajo la terraza que da al este. Ahí solo ha sido capaz de medrar un laurel del tamaño de un árbol ya. Puse un par de hortensias en la esperanza de que su sombra permitiera que crecieran sin el sol del mediodía. En vano. Me pasaba el día regando las hortensias y agua que caía sobre ellas, agua que se llevaban las mimosas. Al final tuve que retirar una hortensia cuando vi que las raíces de las mimosas habían matado a la otra.

Lo mismo me pasó con dos rosales, un Mme. Isaac Pereire y un Souvenir de la Malmaison. No lograron hacer nada los pobres. Y mira que les hice un hoyo de unas dimensiones más que respetables. El hueco rellenado con buen sustrato y nutrientes se cuajó rápidamente con las raíces que emitieron las mimosas. Hace unos días los he retirado de ahí convencida de que si los dejaba esta temporada iban a seguir como el año pasado, enfermos, sin apenas crecimiento.

Ayer compré una hiedra (Hedera algeriensis 'Gloire de marengo') de preciosos tonos agrisados, en la línea de la vegetación de las mimosas. De momento voy a intentar que este arriate lo cubra la hiedra y no voy a hacer más intentos de plantar ahí porque no me apetece luchar más contra ellas ajjaja Ganan siempre la batalla!! :) Espero que esta hiedra logre crecer aquí y cubrir de verde este arriate.

Así que si alguien está pensando introducir mimosas en su jardín que se lo piense muy bien. Es un consejo. Sí, son hermosas, de flor tan vaporosa y delicada que nadie diría lo que causan a sus pies.
También es verdad que estas mías no están injertadas. No sé si las que están injertadas en Acacias retinoides emiten menos chupones, creo recordar que alguien me comentó que sí, que se extendían menos. 
De todos modos, y a pesar de los pesares aunque no plantaría ni una más también es verdad que no las quitaría eliminaría las que están. Mi jardín no sería igual sin ellas. 
Aunque lo que se destaca más de las mimosas es su flor, a mí me parece que las hojas no tienen menos belleza. De tonos grises, plateados, cambiantes según las mueve el viento. Combinan bien con la vegetación de muchas otras plantas. Eso sí, con los pies lejitos de ellas, eh! jejeje ;)

Mi jardín como lo ven los pájaros...

Mientras ayer limpiaba de malas hierbas una zona que se me ha descuidado un poco, mi marido subió a la plataforma dónde ubica su telescopio para observa el firmamento. Es una de sus aficiones, mirar estrellas!! (Me acaba de rectificar y dice que no solo mira estrellas, que mira nebulosas,
planetas..."objetos celestes" es la expresión jajajaj )Vale, Pues eso, que pusimos una plataforma a la altura de la cumbrera del tejado y allí se sube como un gamo a contemplar el cielo.
Lo habitual, lógicamente, es que suba de noche. Sobretodo las noches sin luna y sin viento. Pero ayer le apetecía hacer unas fotos desde allí y son éstas que cuelgo en la entrada.
Casi no reconozco mi jardín. Es todo una masa de árboles en la que casi no se distingue nada. Se me ha ocurrido al verlas que esto que muestran es lo que ven los pájaros cuando sobrevuelan mi jardín. Son curiosas estas fotografías...veis la sombra de un "humano" proyectada sobre los árboles? jejejje es el del telescopio!!
Cuesta reconocer qué zonas se ven. Si me fijo bien distingo los dos pinos grandes del final de jardín en el tercio superior de la foto, más o menos en el medio. Y delante de ellos los dos olmos que ahora están sin hojas...ummm...y en el medio, justo en el medio de la foto se vislumbra entre el resto del arbolado mi pequeño olivo.
Están hechas al atardecer por eso tienen esa luz tan dorada. Aquí se ve mejor el olivo, también en el medio, algo más de cerca...
Y mimosas!! Muchas mimosas...que ya están preparándose para el protagonismo que tendrán al inicio de la primavera.
Las casas a lo lejos de una de las urbanizaciones cercanas...se ve tan chiquitas!!!
Se divisa con claridad las bolsas de seda con procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) en algunos pinos de mi vecino. Si queréis saber más sobre la procesionaria podéis visitar la página de Waste.ideal. Tiene incluso un vídeo explicativo absolutamente interesantes dónde nos explica que la solución no es fumigar con las repercusiones negativas para el resto de la flora y fauna y que se han hecho pruebas que demuestran que los resultados en pinares fumigados comparándolos con otros que nohan recibido fumigaciones no tienen grandes diferencias. Abogan por los depredadores naturales. Os recomiendo, de verdad, ver este vídeo, estoy segura que os parecerá muy interesante e ilustrativo!!
 
Así es, favorecer las visitas de pájaros e insectos a nuestros jardines es favorecer un control natural de las plagas. Plantar arbustos y árboles que produzcan frutos que es les pueda servir de alimento en invierno, cuando escasea la comida en el entorno, es una manera de atraerlos a nuestro espacio. Fabricar habitáculos que les sirvan para resguardarse durante el invierno e incluso para anidar también es una estupenda idea. Y es que ellos, los seres vivos que viven en nuestro jardín, también son nuestro jardín!! Ese mundo rebosante de vida dónde pueden convivir si ayudamos a ellos, infinidad de seres que aunque algunas veces nos dejan las hojas de los rosales no tan perfectos como quisiéramos...a cambio, hace una estupenda labor insecticida. Mucho más efectiva y mucho menos perjudicial para el entorno que el uso indiscriminado de productos químicos.
Debiéramos ser conscientes de las repercusiones de nuestra intervención en ese equilibrio que la naturaleza mantiene a largo plazo. 
Cada día soy más consciente de que debo asumir que tengo un espacio lleno de vida que cuidar y no un lugar aséptico de laboratorio dónde solo debo permitir que crezca la flor más perfecta... Deben coexistir en él multitud de seres vivos. Al fin y al cabo, con mi consentimiento o sin él, lo harán. Porque tratar de controlar absolutamente este espacio lleno de vida es pura quimera. Quizás debiera acostumbrarme un poco más al hecho de que las plagas, si no llegan a desarrollarse de un modo peligroso para la superveniencia de las especies, generalmente, se solucionan con sus depredadores naturales y proporcionando a las plantas las condiciones idóneas de cultivo... y al fin y al cabo, me pregunto a veces si esa perfección que anhelamos en flores y hojas es menos hermosa con la presencia (y efectos) de estos seres vivos que habitan en nuestros jardines. En la naturaleza nada es tan rotundamente perfecto en lo puntual y en cambio el conjunto...ay!! Cómo nos emociona. Verdad? Por qué nuestros jardines debieran aspirar a esa perfección?


Me gusta acercarme al lugar en el que ha estado un pájaro tras levantar el vuelo y ver la tierra que después de escarbar buscando bichitos ha ido a parar a mi camino de piedra ajjajaj siempre pienso que en el pico se ha llevado unos cuántos pulgones!! :) Que solo ha ensuciado un poco el camino pero que no ha dañado al resto de seres vivos como hago yo cuándo fumigo...en fin, es un tema que daría para hablar largo y tendido!! Esto solo eran unos pensamientos que me vinieron al colgar estas fotografías para compartirlas con vosotros.

Acacia dealbata, en la línea de salida

Hay tantas cosas en las que detenerse a mirar en un jardín… pasamos cada día a su lado, las tenemos rodeándonos pero no siempre nos percatamos de que están ahí. Es el caso de las inflorescencias de las Acacias dealbata (Mimosa), será en marzo cuando un estallido de color en grandes manchas de amarillo limón tiña mi jardín cuando no podré sustraerme a su presencia, pero para que eso llegue, antes, ahora,  estos árboles con los que mantengo una relación amor/odio deben situarse ya en la línea de salida. Se toman su tiempo. Si señor!! Claro!! Como iba a formarse tanta belleza en dos días?

Siento un gran amor por las acacias en marzo, egoístamente, mientras están en flor…
pero ay!! Qué amor tan interesado y tan voluble el mío!! Y es que estos árboles me resultan luego tan fastidiosos. Tan invasivos ellos hacen que me pase la vida arrancando a miles semillas brotadas y cuidando de que no me inunden las plantas cercanas con sus raíces superficiales que van extendiéndolas por todo el jardín.
Quizás porque a partir de terminar la floración solamente miro el suelo que las rodea, quizás por eso no me he percatado de cuándo y cómo se han formado. Pero hoy he alzado la vista y ahí estaban sin desprenderse todavía de sus miles de frutos, el proyecto de los que serán sus flores que cuando abran volverán a parecerme mágicos por lo etéreo y hará que deje de detestarlas porque deberé rendirme ante su hermosura floreciendo al lado del almendro. Y sus ramos llenarán los jarrones de mi casa inundándola de su dulce perfume. Blanco y amarillo. Preciosa combinación. Verdad?


Me pregunto cuánto más se estará produciendo en mi jardín sin yo darme cuenta? Seguramente mucho. Espero permanecer con los ojos (y el corazón) bien abiertos para perderme lo menos posible porque todo lo que ocurre en él…es tan hermoso!!!


Muchas mimosas y un almendro en flor

Hace unos días comenzaron a abrirse. Hasta ahora no me había fijado de cerca en ellas y es que, claro, nunca había tenido mimosas (Acacia dealbata). Salí temprano, apenas despuntaba el día con la taza de café en la mano a recorrer el jardín, como hago siempre que estoy en El Jardín de la Alegría. Me encanta sentir el fresco de la mañana en la cara y hasta sentir un poquito de frío. Ando despacito, impregnándome de los aromas que llega de todas partes. Huele a campo, a naturaleza. Qué delicia!! 
Qué hermosas son las mimosas... sus flores en forma de bolitas apretadas inicialmente van abriéndose conforme pasan los días. Siempre las vi en conjunto, de lejos. Estos dos últimos fines de semana me han permitido fijarme en detalle en ellas, se van abriendo poco a poco y van perdiendo su forma esférica. Comienzan con forma redonda granulada, duritas y poco a poco van enseñando sus estambres aumentando mucho su volumen y tornándose "plumosas"
 
Al final si las miramos bien de cerca vemos que ya no son redonditas, se convierten en pequeñas "campanillas" boca abajo con los estambres mirando hacia el suelo cubiertos por sus pétalos delicadísimos, casi transparentes, de un amarillo limón encantador.
Tengo bastantes mimosas en el jardín, pero hay tres que están especialmente bonitas y floridas. Es un gusto poder cortar flores sin sentir culpabilidad al dejar la planta sin flores...hay tantas!!! Vi que eran tan abundantes que regresé a casa a por una podadora bien afilada y corté un buen ramo. Mejor a esta hora, que el sol no ha calentado las flores y se conservarán mejor. Sin demora metí las ramas en un buen jarrón con agua y las dejé en la cocina. Tras el paseo matinal la estancia se había impregnado de su aroma...
Junto a una de las mimosas más bonitas del jardín hay un viejo almendro que florece a la vez. Probablemente no se me hubiera ocurrido plantarlos juntos pero como mi jardín ya tiene mucha historia antes de que yo llegara a él, me alegro de que alguien decidiera por mí esta pareja de hecho... blanco, rosa, amarillo...una delicada combinación, sí señor.
Me encanta acercarme al almendro cuando ya la mañana está avanzada y escuchar el zumbido de montones de abejas que se acercan a las miles de flores a tomar su néctar... intenté moverme lentamente para no asustar una de las que estaba viendo en plena tarea y logré sacar una fotografía que no pretende tener demasiada calidad artística pero al menos se ve el insecto muy bien. Qué trabajadoras son, polinizando sin descanso!!
La flor del almendro tiene un rosa tan delicado... con sus cálices verde pálido y sus estambres rematados en amarillo son de una exquisitez que me enamora!!


 Tendré que podar estas mimosas porque están demasiado altas y tienen las ramas primeras demasiado abajo, tanto que dificulta un poquito transitar el camino de bajada pero no me importa tener que apartar con la mano sus ramas de plumosas y delicadas hojas...





  

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