Hoy no me apetecía escribir sobre aspectos botánicos de los enebros. Hoy me apetecía tan solo hacer un paseo por el jardín para enseñaros estos preciosos árboles y mostraros su belleza que para mí resplandece y cuya contemplación me emociona en este momento del año cuando la humedad del invierno aún no se fue y los calores del verano queda todavía lejos.
Lleva unos días lloviendo y el musgo que el tiempo depositó sobre sus troncos reverdece y adquiere una belleza que subyuga. Están por todas partes. Vayas por dónde vayas, camines por dónde camines, todo el espacio está lleno de enebros (Juniperus oxycedrum). Son el alma de mi jardín (junto con las piedras) Constituyen el armazón sobre el que se sostiene todo el diseño. Sin ellos el jardín no sería como es. Sería otro, distinto, pero no el que es. Están por todas partes mezclándose con encinas, mimosas y algún pino.
Están ahí desde siempre. Nadie los plantó o lo hizo la propia Naturaleza. Hace mucho, mucho tiempo. Son árboles de muy lento crecimiento y a tenor del tamaño de algunos de los que viven en mi jardín, son árboles muy viejos que llevan creciendo sobre su suelo desde hace ya ni se sabe...
Forman parte del arbolado de esta parte de la Sierra Oeste de Madrid. Pinos, enebros, encinas... formaban parte del paisaje antes de parcelarse la zona y convertirse en una urbanización que por cierto, aun conserva un aspecto bastante agreste.
Como todo lo que le llevó tiempo hacerse, año a año, primavera a primavera, estos árboles han "criado" su pátina. Ese aspecto añejo de belleza extraordinaria especialmente cuando el tiempo está húmedo. Sobre sus troncos viven un batallón de seres de todo tipo formando un micromundo dentro de otro mundo.
No me puedo resistir a tocar los troncos cada vez que paso junto alguno con este aspecto. Cómo no hacerlo? Con esas cortezas, con esa vida creciendo sobre ellos...Me tienen enamorada!! :) Las rosas son hermosas, claro que lo son pero esta hermosura creciendo sobre las cortezas...acaso es menos hermoso que una rosa? Para mí, no :)
Es cierto que mi jardín es de nueva creación pero no es un jardín nuevo en algunos aspectos fundamentales y no lo es precisamente porque se "asienta" sobre una estructura muy muy antigua y eso le da solera. Un aspecto imposible de conseguir cuando el jardín completo debe crearse, desde los arbustos a los árboles.
He plantado muchos estos dos años pero ninguno tiene la belleza de estos. Aún no. Lograran vestirse con galas tan hermosas como estos enebros pero tendrán que pasar muchos años antes de que así sea.
Este esqueleto que diseño la propia Naturaleza según sus criterios de distancias y orientación yo jamás la hubiera logrado superar con mis esquemas jajajja Su distribución permite que incluso ahora, apenas como quien dice al final del invierno y apenas abriéndose las yemas de los caducifolios, el jardín no luzca desnudo si no que conserve su belleza incluso en esta estación.
Los hay realmente grandes. Con copas como enormes hongos con su borde inferior deshilachado, asemejándose a cortinillas vegetales...Qué bonitos son!! Hoy conté los ejemplares hembras y solo hay tres en el jardín. Ellas lucen sus redondeados frutos de aspecto pulverulento y de color cambiantes según van madurando.
Los enebros son curiosos en muchos sentidos. Desde fuera pareciera que son espeso y tupidos pero te sitúas bajo ellos y son mucho menos densos de lo que pareciera. Con infinidad de ramaje interior que sirve de cobijo y e alimento a infinidad de aves de la zona. Veo todos los días como grupos de rabilargos, de tordos, sobrevuelan el jardín y huyen de enebro en enebro tan pronto me oyen acercarme.
Hoy ha sido un día duro de trabajo pero de esos que aunque agotada te sientes profundamente bien. A ratos luciendo un sol brillante y suave, a ratos nublado y cayendo una fina lluvia. He tenido suerte y a la hora del almuerzo he podido disfrutar de un cálido solecito y mi comida sencilla sobre la mesita bajo el extremos de las ramas de este gran enebro. Puse ahí la mesita precisamente por eso, porque en invierno el sol la baña y permite tomarse un café o incluso comer si no somos más de dos disfrutando de una buena vista del jardín y de los rayitos de sol si hay suerte.
Hoy he disfrutado de lo lindo de estos preciosos árboles. La lluvia resbalaba por sus troncos mansamente, metiéndose en las hoquedades para volver a caer tronco abajo empapando el musgo y los líquenes... Sé que la pregunta es tonta pero una y otra vez me la formulo. Cómo puede hacer la naturaleza algo tan hermoso!! Me he sentido profundamente privilegiada por poder disfrutar viendo estos troncos mientras comía. Qué lujo!!
A través de sus copas siguen viéndose los árboles y plantaciones que hay más allá de ellos. Como blondas transparentes traslucen hoy las mimosas con sus confites de limón brillantes y aromáticos al sol.
Esta falta de espesor hace que todas su ramas se muevan con extrema facilidad tan pronto sopla un poco de brisa y que los días de tormenta y fuerte viento sus contoneos casi te hagan pensar que se que que se quebrarán. Producen un sonido precioso al crujir y frotar sus ramas y es entonces cuando parece que el alma del jardín deja de permanecer muda para tomar la palabra...
Dos de los más grandes se ubican en la parte alta del jardín, frente a la fachada sur de la casa. Son enormes y sus grandes copas presiden el camino de bajada al jardín.
Son protagonistas incluso desde las propias terrazas enmarcando la torre de la iglesia que se ve a lo lejos.
Se trata de árboles que cuando crecen en el campo solemos ver ramificados casi desde la base y tienen varios troncos desde bastante bajo. Tengo este enebro en el huerto cuya parte visible del tronco es la orientada al norte y estaba tan bonita hoy que no he podido resistirme a tomar una fotografía!!
Diseminados sin ajustarse a ideas de jardineros soy yo la que me voy adaptando a ellos con las estructuras y plantaciones que voy introduciendo en el jardín porque así tiene que ser. Cuando se cuenta con una base tan clara y de tanto peso al crear un nuevo jardín pienso que cometería un grave error si no me adaptara y me hubiera planteado ni remotamente eliminar cualquiera de ellos. Están ahí mucho antes de que yo llegara y seguirán estando una vez me vaya yo y los que me sigan. Sobre ellos crecerán en unos años rosales y otras trepadoras pero seguirán siendo ellos los protagonistas. Sin duda. Así que está claro quien tiene más derechos jejeje.
Algunos torcidos, según crecieron pero a mí precisamente esta falta de "rectitud" me parece tan bonita y tan natural... A veces me pregunto por qué solemos plantar los árboles que plantamos nuevos en el jardín tan tiesos, tan rectos...cuando en la naturaleza rara vez los vemos con esa perfección. Tengo una mimosa en precario equilibrio. Casi parece que se va a caer... me parece precioso el rincón que forma junto a un enebro ramificado casi desde la base. Lo queme gusta es precisamente eso, que esté tan inclinada y cruce ópticamente la plataforma de hormigón que se ve al fondo.
Los enebros proyectan amplias sombras sobre algunas zonas de mi jardín creando espacios más frescos y húmedos incluso en verano cuando el sol achicharra las zonas dónde no hay arbolado. Esta sombra continuada ha permitido que el muro de piedra que sostiene las dos terrazas que bordea la casa estén cuajadas de musgos. Ese musgo que tanto me gusta y que tan hermoso es sobre las piedras...
Son bellisimos!!!! me encantan!!!
ResponderEliminar:)
EliminarLo que hace la naturaleza no lo iguala el hombre. Y es que hay un Creador muy sabio que nos regala tales bellezas para nuestro deleite.
ResponderEliminarCon El te dejo.
Bueno, no hay mucha diferencia. Creador o simplemente la Naturaleza, en todo caso creamos en lo que creamos, algo siempre hermoso que mueve el universo y lo hace tan bello. Evidentemente la belleza es solo una lectura humana y solo a nuestros ojos se evidencia, los planes secretos de la Naturaleza suelen ser más prosaicos jajajaja es la simple perpetuación lo que pasa es que usa medios tan absolutamente hermosos que nosotros, como humanos...como no emocionarnos? :)
Eliminarson abroles majestuosos, en mi zona hay varios enebrales/sabinares silvestres con grandes ejemplares, son árboles con mucho encanto
ResponderEliminarEsa es la palabra, majestusos. Son árboles serios, potentes... a mí me dan respeto, quizás porque cuando los veo enormes siempre pienso la de años y años y años de lucha contra mil adversidades que les costó seguir creciendo para ser como son ahora. Un saludo, Mario.
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