No retiro las inflorescencias de Farfugium japonicum (Ligularia) porque me gusta como van transformándose desde noviembre, cuando esta planta florece. Continúan sobresaliendo de la mata, en lo alto de sus largos tallos pero sus colores han cambiado de gama totalmente.
Qué curiosas son!! Nadie reconocería en este estado las flores de un amarillo brillante que abren en noviembre, se han convertido en una especie de pompones de colores pajizos y marrones.
Al pasar a su lado he visto como volaban trocitos de pelusas que salían de las flores mientras sus largos tallos se vencían de un lado a otro cuajados en su cúspide de un montón de estas "bolitas plumosas" y he tomado estas fotografías deprisa y corriendo. Perdonad la calidad. Me temo que mañana no quedará nada de ellas. Esta es precisamente su estrategia para dispersar sus semillas!! El viento.
Cuánto nos regalan algunas plantas verdad? Hasta el final de su ciclo algunas plantas todavía tienen cosas que ofrecer...
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