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Té de cáscara de plátano. Una buena forma de aportar potasio (K) a nuestras plantas en flor o fruto

El potasio (K) es uno de los macronutrientes imprescindibles para que las plantas crezcan fuertes y sanas. Una buena floración y fructificación dependen en parte de que las plantas dispongan para su nutrición de una cantidad adecuada de potasio. Hay distintas teorías con relación a dar el protagonismo en la floración al potasio o al fósforo. He visto quién defiende el potasio como el elemento más importante que interviene en la floración y hay quienes abogan por el fósforo asegurando que le potasio ayuda al desarrollo del sistema radicular y a aumentar la resistencia de las plantas a las plagas pero que es el fósforo el elemento más importante.
Tradicionalmente se usan las cáscaras de plátano para aumentar la floración.  Pero, ya digo, hay distintas teorías.

En todo caso cuando nos interese un aporte de potasio a nuestras plantas conviene saber que las cáscaras de plátano contienen este elemento en gran cantidad del que pueden beneficiarse nuestros rosales en particular y nuestras plantas en general.
Se utilizan de forma diversa. Desde enterrar directamente una cáscara de plátano en el hoyo de plantación (cosa que la verdad, yo no he hecho nunca) y que por lo visto, al irse compostando liberando de forma lenta el potasio que la planta precisa; hasta hacer un té con ellas e incluso deshidratadas en forma de polvo Otro día haremos esta harina, hoy de momento nos vamos a centrar en este té de plátano.
Podemos ir guardando las cáscaras en una bolsa hermética en el frigorífico en unos días mientras juntamos las que precisamos (aproximadamente unas cinco)
Troceamos las cáscaras en porciones, no es preciso que sean excesivamente pequeñas.

Las incorporamos a un litro de agua fria que tendremos en una cazuela y las dejaremos hervir durante unos 20 minutos más o menos.

Colaremos las cáscaras (éstas se puede echar al montón de compost) 

y el líquido resultante lo mezclaremos con 1,5/2 litros de agua fría.


Con este té (diluido ya con el agua) podemos regar directamente nuestras plantas que estén en floración o formando fruto. Es un modo de proporcionar el potasio de forma más rápida que cuando se hace con otros fertilizantes en seco.
No conviene dejar sin utilizar muchos días este té. Es mejor para que el potasio no degenere, usarlo en uno o dos días y mientras no se hace conservar en el frigorífico.
Yo he regado con él las habas del huerto que están empezando a florecer. Seguro que les vendrá bien este aporte de nutrientes :)


Cáscaras de huevo usadas como fertilizante para aportar calcio (Ca) a nuestros rosales

Quien no hace tortilla española en España? Un revuelto de ajos tiernos? Creps para los más golosos...??? En efecto. Todos usamos huevos en nuestras cocinas. Qué hacéis con las cáscaras de los huevos? Hasta ahora yo las aplastaba con las manos para trocearlas un poco y las metía en el cubilete de plástico que tengo sobre la encimera y que contiene los restos orgánicos que se producen en mi cocina. Cuando se llena de peladuras de verduras, posos del café, bolsitas de infusiones, fruta y verdura en mal estado.. lo llevo a la compostera que tenga en uso.

Los posos del café, los restos de verdura crudos o cocidos sin salsas ni grasas, las bolsas de infusiones, los cartones de los huevos, la fruta que se nos ha echado a perder sin consumirla.... nada deberíamos tirar!! Es tan fácil como guardarlos y usarlos para el montón de compost o para realizar nosotros mismos estupendos fertilizantes que además nos salen gratis!!
Cada uno de ellos tiene una serie de nutrientes, tan solo debemos hacer el pequeño esfuerzo de informarnos sobre sus cualidades y la cantidad de macronutrientes, micronutrientes y elementos traza que cada uno tiene.
Llevo unos días acumulando cáscaras con la idea de prepararlas para que sirvan como un fertilizante de mis rosales. Según las hemos ido consumiendo las he ido lavando bajo el chorro del grifo y depositando en un bote al efecto. Al pasar los días ellas solas se han secado. Tenía ayer las de ocho huevos.

Como digo, estaban totalmente secas. Las he aplastado un poco entre los dedos para que pudiera meterlas en el molinillo con más facilidad.

A continuación las he molido como si fuera café. Hasta lograr una especie de harina. 


Cuánto más fino sea el polvo que logremos más rápidamente podrán ser usados sus nutrientes por las plantasDe todos modos tengo entendido que habrán de transcurrir seis meses antes de que el calcio que estamos aportando con estas cáscaras esté disponible para los rosales. De modo que conviene aplicarlo con cierta anticipación.

Todos los que hacemos compost sabemos el muchísimo tiempo que se tarda en compostar las cáscaras. Pasan meses y seguimos identificando trocitos de cáscaras en la compostera. 
Dicen (aunque otros dicen lo contrario) que disuaden a babosas y caracoles. No lo sé con seguridad. De momento, en este jardín no tengo problemas graves con esos bichitos pero si sé que aportados a los plantones de la huerta alrededor de las pequeñas plantas (sobretodo pimientos y tomates que requieren de bastante calcio) y mezcladas ligeramente con la parte superior de tierra de los bancales, las sigo viendo después de transcurrir muchísimos meses. Así que pulverizarlas finamente facilitará el asunto de la absorción, al menos lo abreviará en algo. 
He tenido la curiosidad de pesar el producto de estos ocho huevos y han sido aproximadamente 55 gramos de un estupendo fertilizante muy rico en Ca. En concreto la cáscara de huevos contiene una proporción NPK de 1,19 / 0,38 / 0,14 además de un 93 % de carbonato cálcico.

Podemos guardarlo en un pequeño frasco bien cerrado hasta que precisemos utilizarlo. Como digo podemos usarlo directamente sobre la tierra alrededor del rosal y mezclado someramente o formando parte de mezclas con otro abonos orgánicos. 
En concreto, en este caso voy a usar este polvo de cáscaras "acompañando" un té de ortigas que tengo en preparación estos días y que usaré con mis rosales plantados el otoño/invierno pasado.  
Como ya he dicho en otros artículos tengo algunos rosales recién plantados que prefiero no abonar con las mezclas de materiales orgánicos "en seco" que he usado con los rosales ya arraigados y que sabemos que no conviene aportarles nutrientes en forma "seca". Un "té" (purín) de ortigas bastante diluido más la incorporación de una pequeña cantidad de calcio creo que les vendrá bien para el crecimiento de sus raíces aún sin desarrollar del todo.
Como imagino que este polvo de cáscaras de huevo va a ser difícil que se disuelva en el té de ortigas, he pensado ponerlo directamente en tierra y posteriormente regar con el té la tierra alrededor de los rosales.
Debo decir que el suelo de mi jardín es moderadamente ácido. Por tanto el uso de cáscaras de huevo de madera moderada, no hará subir hasta un nivel negativo para las rosas el pH del suelo. Aquellos que tengáis un suelo con problemas de alcalinidad deberíais tener en cuenta que usar este fertilizante, si la cantidad que aportáis es excesiva, puede subir el pH de vuestro suelo.

Receta (mezcla) casera de abonos naturales para aplicar "en seco" a los rosales tras la poda

Hemos dado un vistazo a los fertilizantes orgánicos y químicos, hemos tratado más de cerca algunos de los naturales y visto sus cualidades y algunas formas de aplicación, sabemos la estructura y el pH de nuestro suelo (Aunque no sea de un modo exacto). 
Aunque la aplicación de estos fertilizantes orgánicos la realicé justo cuando podé los rosales, no he querido colgar este post hasta haber tratado el tema de los fertilizantes. 
Como se trata de abonos naturales es preferible hacerlo justo al podar para que las lombrices y microorganismos del suelo tengan tiempo de actuar y transformar estos nutrientes en el suelo de manera que puedan disponer de ellos las raíces de los rosales.
De usar abonos químicos, quizás es preferible esperar unas semanas hasta que se produzca claramente el crecimiento ya que los nutrientes de los químicos actúan de forma inmediata.
Como digo, es el momento de aplicar los nutrientes naturales que nuestros rosales, recién podados, van a comenzar a necesitar en breve para crecer saludables y producir floraciones abundantes.
Como sabéis quien es lector asiduo de este blog, mi jardín tiene ahora dos años. Partí de un suelo totalmente empobrecido por malas prácticas pero sobretodo por el abandono absoluto a su suerte y por la aplicación de litros y litros de herbicidas!! Arenoso de forma extrema, sin capacidad para retener humedad ni nutrientes algunos, con un alto grado de lixiviación, sin materia orgánica ninguna. Lavado por la erosión de las aguas de las lluvias que corrían sobre sus muchas pendientes y quemado literalmente por el implacable sol en verano. Paupérrimo!!!
En este suelo era difícil que ni un rosal ni nada que no fuera lo autóctono creciera de forma adecuada. O nos remangábamos y nos disponíamos a trabajar aquel suelo de manera que se saneara o pocas expectativas de tener un jardín como el que yo soñaba había.
Mis desvelos desde el primer día se han encaminado a paliar en la medida de lo posible esta situación y no he escatimado esfuerzos en la labor!! 
Antes de las plantaciones hemos trabajado lo mejor posible setos, bancales y zonas en las que deberían crecer rosales, árboles y arbustos, eliminando piedras, raíces muertas y no tan muertas de muchas mimosas invasivas. Hemos aportado, como he dicho muchísimas veces, metros y metros cúbicos de materia orgánica. Hemos protegido todas las tierras trabajadas con generosas capas de acolchado de madera triturada, hojas, paja, compost, estiércol...
Pero no es fácil transformar de la noche a la mañana un terreno casi yermo en un suelo lleno de vida, con una estructura adecuada para la abundancia de lombrices y microorganismos que facilitaran la nutrición de las plantas.
Durante estos dos años además de abonos naturales he echado mano de abonos químicos de forma muy moderada, eso sí,  que facilitaran los nutrientes básicos imprescindibles para las plantaciones ya que mi suelo no los contenía de momento. Había que dar tiempo a que la vida creciera en él. A que aquel suelo empezara a cambiar y a que comenzara a bullir la vida en él.
Creo que la situación ha cambiado. No todo lo que quisiera, pero ha cambiado. Sin duda.
Recuerdo con desolación como clavabas la pala y el pico para labrar aquella tierra amarillenta que no contenía vida alguna entre sus granos de arena y por mucho que buscaras no veías una sola lombriz... ni un solo bicho!! Madre mía... no puedo explicar la tristeza que sentía y lo que me entraba por el cuerpo cuando metía las manos en aquel suelo y miraba la arena como caía entre mis dedos al suelo de nuevo... :)
Creo que es el momento de seguir en la línea de respetar el suelo de mi jardín. Y para ello pienso que no hay mejor cosa que no aplicar técnicas jardineras que lo dañen si no lo contrario. Darle aquello que lo hará más rico, más lleno de vida y que a la larga, el suelo me devolverá mis desvelos y mis esfuerzos. Estoy segura.
Tras la poda de mis rosales decidí no usar abonos químicos para su nutrición. Espero que los microorganismos y lombrices que ya sí hay en mi suelo, que la materia orgánica mezclada en él y que he ido aportando en este tiempo y que los nutrientes de los acolchados que ya han tenido tiempo de liberar su alimento constituyan ya una base adecuada para el crecimiento de mis rosales y que con el aporte de abonos orgánicos no precise ya del uso de los químicos.
Voy a probar este años a ver qué tal me funciona. Estoy muy esperanzada y casi estoy segura de que no tendré que volver a recurrir a abonos químicos. Me haría muy feliz si así fuera!! Esperemos este año a ver qué tal resulta.
He consultado mucha información de la mucha disponible en libros y en Internet tratando de elegir una "receta" que me diera seguridad de estar aplicando los elementos necesarios y en la proporción adecuada para que mis rosas sigan siendo hermosas y mis rosales tengan un aspecto y un crecimiento saludable.
Lo cierto es que he visto tantas provenientes de páginas solventes y que ofrecen garantías, al menos para mí, que no he sabido decidirme. Estoy segura que cualquiera de ellas hubiera ido bien caso de haber elegido alguna. Y la verdad que lo que me ha llevado a más confusión ha sido lo distintas que eran entre ellas!! Así que he tomado "por el camino de en medio" jajajaj Me he hecho yo la mía propia :)
Es la primera vez que abono de esta forma y había algo que me preocupaba sobremanera: pasarme en las cantidades y pecar por exceso en el afán de proteger y nutrir mis rosas y terminar quemando o dañando las raíces. Pensé que era preferible poner de menos e ir aumentando las dosis que utilizar cantidades que perjudicaran porque el daño era mucho más difícil de sanar que simplemente aumentar una cantidad de un determinado abono.
Mi manera de ser, meticulosa y poco tendente a hacer las cosas "porque sí" no me permitía aplicar a mis rosales unas cantidades y unos abonos sin saber qué nutrientes estaba aportando de una manera al menos aproximada. Sabemos que los abonos orgánicos son algo más variables en su porcentaje de nutrientes que los químicos y que calcular de forma exacta las cantidades idóneas a aplicar es bastante difícil.
Pero eso de echar en el suelo de un rosal una  taza, por ejemplo de harina de huesos sin más...qué cantidad de nutrientes estaba aportando con ello? Así que pensé que era cuestión de hacer algunos cálculos. Sabía que estos cálculos no me llevarían, como digo,  a cifras exactas, tan solo aproximadas, pero no era otra cosa a lo que yo aspiraba. Tener una idea aproximada de qué estaba aportando a mis rosales y en qué cantidad y comprobar que la mezcla de materiales daba como resultado un conjunto de abonos que provenientes de uno o de varios de sus "ingredientes" al final, los nutrientes importantes e imprescindibles para los rosales estaban presentes en ella.
Sabiendo que precisaban los tres macronutrientes, los tres micronutrientes y la mayor cantidad posible de elementos traza, decidí hacer yo misma una mezcla que contuviera todos sin pasarse en la cantidad de ninguno
Lo cierto es que hasta me ha resultado divertido hacerlo jajaja A ver, no es cuestión de hacer matemáticas cada vez que una se pone a abonar pero se trataba de la primera vez y tenía que decidirme a elaborar una mezcla de estos abonos para aplicar una gama lo más variada posible de nutrientes así que mi curiosidad solo me obligaba a hacer algunos cálculos esta vez.
En fin, consciente de la inexactitud como digo, esta fue la mezcla que finalmente he aportado. Veremos qué tal resulta y en función del estado de salud que presenten mis rosales esta temporada que comienza y de la abundancia y belleza de las floraciones, actuaré en consecuencia. Quizás deba modificar alguna proporción, añadir algún "ingrediente" más o modificar las cantidades...Ya veremos cómo funciona este año y Dios dirá el siguiente...:)
De todos modos esta no será la único oportunidad para abonar los rosales esta temporada. Me gustaría prepara algún "té" con alguno de estos abonos o algún otro y seguramente en verano haré algún abonado foliar suave además de una segunda aplicación de abonos en seco.
De momento es posible que con este "primer plato" tengan para empezar a florecer y luego según vea iré haciendo.
Lo cierto es que vemos aquí una de las "desventajas" que los defensores de los abonos químicos esgrimen contra los orgánicos. La facilidad. Es verdad, si queremos aplicar un surtido variado de nutrientes debemos medir y mezclar pero, la verdad, pesar siete ingredientes y mezclarlos tampoco creo que sea para tanto.
No lo hacemos acaso cuando aplicamos en la mochila azufre, un aceite mineral o cobre? Tampoco es para tanto, creo yo :)

Como se ve los macro y micronutrientes al igual que algunos elementos traza están presentes. Posiblemente se trate de una mezcla suave pero ya digo, yo estaba interesada en no arriesgarme a quemar las raíces. 

De nuevo repetir que por muy ecológicos que sean estos abonos hay que manipularlos con precaución y que el uso de guantes y mascarilla es muy conveniente.

Como cuando cocinamos, ajjajajaj a pesar los ingredientes en la báscula!! :) (Por cierto, estos pequeños recipientes son de 100 cc)


Puede verse que es más abundante en fósforo, muy necesario para nuestros rosales y pensé en incrementar la cantidad de potasio con más estiércol en pellet pero eso hubiera aumentado a la vez el nitrógeno y preferí no subir la cantidad de este elemento y más adelante, hacer algún té de cáscaras de plátano que aportará algo más de potasio. 
Bien, en vez pesados los siete ingredientes me dio un total 220 gramos por rosal. Se me ocurrió luego que quizás pudiera ser buena idea volcar la "ración" por rosal en un recipiente que luego pudiera usar para tomar directamente la cantidad adecuada sin mucho trabajo.

Esta copa tan horrible de cerveza fue más o menos la medida que ocupaban los 220 gramos mezclados. Y es la que he usado para ir tomando la cantidad precisa para cada rosal.



Una vez calculada la mezcla para un rosal no había más que multiplicar el peso de cada ingrediente por el número de rosales a abonar.

En mi caso puedo tener aproximadamente unos ochenta pero muchos están recién plantados y aún no produjeron su primera floración con lo que no es conveniente abonarlos de momento; otros están cultivados en contenedor y prefiero aplicar otro tipo de mezcla; tengo ademas algunos rosales especie que no precisan de abono y por último, son bastante los rosales rugosa que cultivo en mi jardín.
Por cierto, hay que llevar buen cuidado con el abonado de los rosales rugosa. Yo personalmente no los he abonado en estos dos años más que con los nutrientes que pueda aportarles el estiércol y el compost que uso como acolchado. Quizás un abonado muy, muy suave no iría mal pero está claro que el uso de abonados foliares en forma de pulverización puede constituir un riesgo y producir quemaduras en sus preciosas hojas. Y desde luego no me arriesgaría a aplicarles un abono químico alto en nitrógeno.
Bueno, la aplicación de estos abonos "en seco" ya sabemos como se realiza. No tiene misterio alguno.
Retiré la capa de acolchado de madera triturada y compost.

Un riego en profundidad previo a la aplicación es muy conveniente.
Una vez drenado espolvorear la mezcla de abonos alrededor del suelo que rodea el rosal y trabajar muy someramente para no dañar las raíces.



Volver a aplicar una buena capa de compost, bien generosa.

Regar de nuevo en profundidad asegura que no quememos las raíces.

Recien podadito, nutrido, acolchado, regado, protegido de nuevo con la capa de madera triturada...y ya tenemos nuestro rosal listo para empezar a florecer en poquito, poquito... ;)


Algunos abonos orgánicos y enmiendas del suelo que podemos usar con nuestros rosales.

Los fertilizantes es un tema muy amplio. Tratarlo en un solo artículo resulta imposible. De ahí que la información de la que disponemos sobre ellos creamos más conveniente seccionarla en varios artículos.
Hoy queremos detenernos algo más de cerca en algunas materias que podemos utilizar como abonos orgánicos. Vamos a ello!!

Repitamos también aquí lo que comentábamos en el artículo sobre los abonos orgánicos comparados con los químicos. No siempre es fácil y muchas veces tampoco barato, hacerse con algunos de estos materiales. No obstante como dijimos en el post anterior una posible solución sería el ponerse de acuerdo varios jardineros que residan en zonas cercanas unos a otros y que estén interesados en utilizar algunos de estos materiales y pedirlos a través de páginas de web cuando no estén disponibles en los viveros de la zona. 
El conocimiento y uso de algunos de ellos no está precisamente generalizado en nuestro país como lo está en algunas zonas europeas o EE.UU dónde existen un amplio abanico de oferta de estos productos para unos consumidores que llevan años utilizándolos, los conocen bien y de ahí que al demandarlos, el mercado lo ofrezca. Aquí aún tiene un uso que no puede decirse generalizado. Nos suenan, sí. Hemos oído hablar de ellos. Pero entre que no tenemos con muchos de ellos la costumbre de usarlos y que de otra parte, tampoco todos son fácil de encontrar a la venta…pues eso, que quizás no son todo lo conocidos que son en otros países.
De hecho si se visitan páginas especializadas y cuyo prestigio está reconocido en el campo del cultivo de rosas como es el caso de la Royal Horticultural Society, la American Rose Society, Heirloom roses, vemos como tratan con la más absoluta normalidad el uso de estos abonos. Algunos reputados especialistas en el cultivo de rosas como Michael Marriott cultiva su jardín bajo principios orgánicos. No hay más que darse una vuelta por foros, blogs de jardinería de estos países para comprobar lo extendido que está su uso..Se nota que los jardineros  los conocen y viene usándolos ya desde hace tiempo.
Seguramente en nuestro país, poco a poco las cosas vayan cambiando. Yo al menos eso espero. Que nos concienciemos cada vez más de las consecuencias para el medio ambiente tiene el uso exclusivo y masivo de los fertilizantes químicos y nos vayamos acercando únicamente con las prevenciones necesarias a los abonos orgánicos. 
Vamos a echar una mirada al abanico de los abonos orgánicos que ´suelen recomendarse para el cultivo de rosales. También incluiremos en este listado algún producto que aunque técnicamente no puede ser calificado de fertilizante si no más bien de enmienda del suelo, puede ser usado a la vez como aporte de nutrientes para nuestras rosas.
Aclaremos que los valores NPK que indicamos son de forma aproximada ya que las aportaciones de macronutrientes de este tipo de fertilizantes son muy variables a veces dependiendo del origen de la materia, de la estación del año, etc.
Y un último comentario. Antes de comenzar a aplicar este tipo de materias deberíamos saber qué tipo de suelo tenemos. Lo ideal lógicamente es encargar a una empresa especializada un análisis del mismo. Pero esto, está claro que la mayoría de nosotros, los aficionados, no solemos hacerlo. Quizás es ignorancia y pensamos que tiene un precio muy elevado. Yo no lo sé, francamente.
Pero aunque lo idea sería conocer en profundidad nuestro suelo para tener seguridad de qué tipo de aportaciones o modificaciones son precisas, al menos sí podemos saber grosso modo con qué tipo de suelo contamos en nuestro jardín para el cultivo de nuestras rosas. Las necesidades y características de un suelo arenosos no se parecen en nada a las que precisa un suelo arcilloso o uno dónde predomina el limo. 
Algunas pruebas muy sencillas e incluso caseras, nos pueden dar, si no una información exhaustiva, sí al menos "la dirección" en la que debemos hacer los "ajustes" si es que son necesarios.
Otro factor que se hace imprescindible antes de cualquier aplicación sería conocer el pH de nuestro suelo.
Empecemos por la Harina de huesos (NPK 3-15-0 Marca MiracleGro). Se trata de un preparado compuesto fundamentalmente por huesos molidos que constituye un estupendo abono de liberación lenta muy rico en fósforo. También tiene un alto contenido en calcio (recordemos, un nutriente secundario).
Es mejor aplicarlo en conjunto con otros abonos orgánicos ya que la harina de huesos ayuda a la efectividad de los demás y viceversa.
En el proceso de elaboración los huesos son desprovistos de la grasa pudiéndose así moler más fácilmente. El mercado nos la ofrece en forma de harina y a veces de pellets.


Cenizas de madera (PNK 0-1-5 dependiendo de que procedan de la combustión de maderas duras o blancas)
Su contenido en nutrientes es algo variable. Contienen bastante potasio (K) y más en la medida que provengan de maderas duras. Hay que tener en cuenta que son muy alcalinas y su uso en terrenos con pH bajo debe ser muy moderado precisamente por ello. Las cenizas de carbón no deben utilizarse como abono nunca.
Sangre desecada (NPK 12-0-0 Marca Geolia) 
No siempre es considerado como un abono adecuado en jardinería orgánica. La razón de ello es la rapidez con la qe en condiciones cálidas y húmedas este subproducto animal aumenta el crecimiento bacteriano y tener una descomposición excesivamente rápida de modo que libera amoniaco en una cantidad suficiente como para poder dañar las raíces delicadas de las plantas.. No obstante he querido mencionarlo porque generalmente aparece en los listados de abonos orgánicos y es de cierto uso en jardinería.
Este abono tiene altas concentraciones de N, de hecho es el fertilizante orgánico con más alta concentración de este macronutriente. Puede usarse como activador del montón de compost.
Si se decide utilizar debería ser sin sobrepasar la dosis por los peligros que hemos mencionado. También debe tenerse en cuenta que su adición al suelo puede bajar el nivel del pH del mismo aumentando su acidez.
Algas marinas (HPK 1-0-2, vitaminas, enzimas y más de 60 oligoelementos, sobretodo manganeso, boro, cobre y zinc) 
Es el mejor vigorizante para las plantas y ayuda enormemente a aumentar su resistencia a las enfermedades y frente a parásitos. Contiene muchísimas vitaminas y es un gran potenciador del crecimiento.
La harina de algas marinas tiene una gran capacidad quelante, es decir, contribuye a liberar minerales que estando presente en el suelo no están a disposición de las plantas. Su gran aporte de potasio hace de ella una gran ayuda en la síntesis de las proteínas y aumenta la resistencia frente al frío del invierno.
Se trata de una sustancia interesante de aplicar de cara al final de la época activa de crecimiento. Y puede adquirirse en forma de harina, un producto seco; pero también en forma de extracto líquido.
Tiene una descomposición rápido lo que la hace útil también como acelerador del montón de compost.
Puede ser aplicada de distintas formas. Mezclada con el suelo cuando se prepara una zona para el cultivo. Directamente al suelo como abono en seco trabajada ligeramente en los primeros centímetros de tierra. 
Paul Zimmerman recomienda la aplicación de abonos foliares a base de este abono orgánico y afirma que estas aplicaciones disminuye la propensión del follage a contraer enfermedades fúngicas cuando se rocían con este producto.
Por último, también es posible aplicar riegos sobre el sustrato compuestos por harina de algas o extracto de algas mezcladas con agua.
La página de la Royal Horticultural Society nos informa de forma muy extensa sobre los productos fertilizantes a base de algas disponibles en el mercado. En ella se recomienda el uso de este producto que contiene oligoelementos de los que carecen otros fertilizantes y que aunque en poca cantidad, son muy necesarios para las plantas. No obstante nos aclara que aunque cada día hay más productos fertilizantes en los que forman parte de ellos los extractos de algas, sin embargo las algas secas o frescas y los preparados de algas concentrados no pueden calificarse en sí mismos como verdaderos fertilizantes ya que no garantizan de forma estandarizada el contenido de macronutrientes que tienen.
Esta misma página recomienda su uso en forma fresca en el montón de compost aconsejándose que se mezcle con materiales fibrosos dada la tendencia a tornarse demasiado viscosos
Las algas se presentan en distintas formas en el mercado. Tenemos harina compuestas de algas secas que son algas frescas que se han dejado secar y posteriormente se han triturado. También tenemos extracto de algas marinas en polvo hecho a base de algas que se han sometido a cocción y cuyo contenido líquido se ha dejado evaporar dejando un producto final en forma de polvo y por último extractos de algas marinas líquido que procede de algas frescas a las que se les ha extraído el agua.


Harina de pescado (NPK 10-6-0)
Muy rica en nitrógeno (N) y proteínas y de acción bastante rápida que estimula el crecimiento vigoroso de las plantas aportándoles un color verde sano y saludable.
Si se aplica de forma seca directamente al suelo, es conveniente trabajarla para que se mezcle con él cuando se aplica y cubrirla con compost. Con ello evitaremos el olor que durante unos días emana que por lo visto no es precisamente agradable :P
Aplicada como abono foliar disuelta es asimilado de forma muy rápida por las hojas.
El estiércol  (NPK 0,6-0,1-0,5) y el compost (NPK 0,5-0,3-0,8)
Echaremos mano de la página de la Royal Horticultural Society para ofrecer los datos aproximados de los nutrientes del estiércol y el compost. Su fuente es la Enciclopedia de jardinería de la RHS y dan estos datos que de todos modos son de lo más variados. 
Hablando del estiércol NPK 0,6-0,1-0,5 
Para el compost NPK 0,5-0,3-0,8
Vemos pues que las cantidades de nutrientes no son altas en absoluto. Necesitaríamos 1300 gramos de estiércol para sustituir 100 gramos de un fertilizante químico. Pero claro, lo que no tiene el fertilizante químico, como vimos en el artículo anterior, es la capacidad de mejorar la estructura del suelo que tienen estas dos enmiendas que a la vez también aportan nutrientes al suelo.
Ambos son productos que pueden usarse tanto para mejorar la textura del suelo (tanto en suelos arenosos como en los que prima la arcilla) y aportarle la tan necesaria materia orgánica como para usarlos como acolchado con la protección frente a temperaturas extremas, minimizar el problema de malas hierbas, ahorrar evaporación de humedad, etc..
Alfalfa (NPK 5-1-2)
La alfalfa, además de ser un alimento para los caballos constituye un estupendo abono orgánico y constituye un gran estimulante del crecimiento. Aporta muchísimas sustancias que los rosales precisan para crecer sanos y vigorosos. Nitrógeno, calcio, hierro, zinc, fósfor y muchas vitaminas están entre sus componentes.
La forma de aplicación al suelo es múltiple como lo es el formato en que podemos adquirir este material. Así, además de adquirir harina de alfalfa, también podemos hacernos con ella en forma de pellets cuyo tamaño depende del animal para cuyo alimento se fabrican.
Es posible aplicar la harina o los pellets directamente en el suelo trabajándolo someramente para que se mezcle bien con él y el agua de riego en breve los rompa permitiendo así que liberen lentamente los macronutrientes y elementos traza que contienen.
También se puede hacer con ellos un “té”. Estos preparados no dejan de ser una forma de extraer sus nutrientes con agua.
El momento adecuado para utilizar como riego de los rosales estos ”tés” puede ser al inicio del verano y al final de esta misma estación. 
Para la elaboración de este té al igual que de otras materias orgánicas existen infinidad de “recetas”. 
Daremos a continuación la que figura en la página de American Rose Society en un artículo en el que habla específicamente del uso de este material (Por lo que entendemos las cantidades que recomienda son para 30 rosales así que quien tenga menos es tan fácil como dividir proporcionalmente la alfalfa y el agua):
Tan simple como agregar 8/10 tazas de harina de alfalfa o pellets en un recipiente bien amplio donde quepa aproximadamente con agua, mezclar y tapar. Dejar macerar al sol durante 3/5 días removiendo todos los días alguna vez para dispersar bien la alfalfa en el agua.
La mezcla irá tomando un color anaranjado y el material orgánico fibroso se irá al fondo del recipiente. Por lo visto, según este artículo al realizar esta mezcla durante la estación del verano, el “té” adquiere bastante temperatura con lo que hay que llevar cuidado de aplicarlos en horas en que no esté caliente para evitar así quemar las raíces de los rosales.
La cantidad a aplicar a cada rosal adulto como riego sería unos tres litros y pico, no llega a cuatro (1 galón) y la mitad para un rosal miniatura.
Por lo visto a este “té” se podría hacer más nutritivo agregando al agua además de la alfalfa, otros fertilizantes como emulsión de pescado, sales de Epsom, etc. La materia orgánica que queda en el fondo del recipiente una vez aplicada la mezcla al suelo que rodea los rosales puede utilizarse sobre la tierra trabajando este material fibroso un poco con el suelo. Incluso sobre vivaces u otras plantaciones es posible incorporar estos restos del té. 
Cuando se trata de utilizar alfalfa en forma de material seco esta misma página aconseja una taza grande a los pies de cada rosal adultos y la mitad de esta cantidad con los rosales mini.
Abono orgánico en pellet (NPK 1,51- 2,22 – 2,8)
No siempre podemos tener estiércol disponible en el jardín. A mí me pasa con cierta frecuencia que pido varios metros cúbicos cuando preciso hacer las aportaciones de materia orgánica al suelo y para hacer acolchados y no siempre es fácil calcular para que te sobre cierta cantidad y poder usarlo a lo largo de la temporada. Normalmente tengo pero me ha ocurrido de usar todo el que he pedido así que disponer de algún saco de este abono orgánico en forma de pellets me resulta muy cómodo y me saca del apuro.
Incluso para jardineros que tienen un jardín chiquito y tiene dificultades para guardar estiércol de la forma clásica por problemas de espacio, este material sería una buena solución.
Puede ser usado como una estupenda enmienda para el suelo ya que aporta mucha materia orgánica y podemos usarlo tanto en a la hora de plantar, como formando parte de las mezclas de fertilizantes orgánicos, incluso en agregado en el agua l hacer algunos “tés” para ser usado como riego (no pulverizado sobre las hojas. Es mi opinión, pero yo no lo usaría sobre ellas por temor a quemarlas).
Las proporciones que de NPK tiene este abono depende del fabricante. El que yo uso tiene unos valores de NPK 1,51- 2,22 – 2,8


Quelatos de hierro
Aunque  no formaría parte de los fertilizantes puede ser considerado un material interesante de aportar a los rosales dada la necesidad que para su crecimiento tienen de hierro.
El aporte al suelo de estos quelatos dependerá lógicamente del suelo de nuestro jardín y de observar si en general nuestras plantas, no sólo los rosales, suelen padecer clorosis férrica. Ya sabemos que aunque presente en la mayoría de los suelos, el hierro no siempre está en un estado que esté “disponible” para que el rosal lo utilice. En estos caso, sería interesante aportar junto con el resto de fertilizantes orgánicos algo de quelatos de hierro. Ayudarán al rosal a disponer del hierro que no tiene a su disposición en el suelo. Los efectos sobre los rosales son muy rápidos. En cosa de una semana podremos ver sus efectos con un claro reverdecimiento del follaje de las plantas.
Sales de Epsom (Sulfato de magnesio) (10 % Mg – 10 % S)
Igual que con los quelatos ocurre con las sales de Epsom. No se trata de un fertilizante pero parece que algunso especialistas aconsejan su uso agregando cierta cantidad de este producto junto con los fertilizantes orgánicos en forma seca alrededor del suelo del rosal o formando parte de los “tés” con el que se rieguen. Una tercera forma de aplicar las sales de Epsom y ésta con resultados mucho más rápidos es como pulverización foliar. Las hojas absorben rápidamente la sales de Epsom ya que son muy solubles en agua. Hay quienes indican que este producto ayuda a luchar contra las plagas de los rosales pulverizados sobre las hojas.
Algunas plantas como guisantes, judías o lechugas crecen bien en suelos con bajos nieles de magnesio. Sin embargo los rosales precisan altos niveles de este mineral para un crecimiento óptimo. 
Las deficiencias de magnesio son más frecuentes en suelos con un pH superior a 7 y en suelos dónde hay un alto contenido en calcio y potasio. Estos dos minerales compiten con el magnesio a la hora de ser absorbidos por las raíces de las plantas. 
Las sales de Epson no son una sal, químicamente es sulfato de magnesio hidratado y los dos principales componentes son el magnesio y el azufre. Dos minerales de origen natural. 
Al uso de estas sales se les otorga efectos casi milagrosos jajajaja. La cultura popular jardinera, desde hace muchísimo tiempo aconseja su uso para una infinidad de problemas de las plantaciones y afirma gratuítamente beneficios de este producto que no están demostrados en absoluto.
Muchas son las páginas que incluso afirman que los brotes basales de los rosales aumentan claramente cuando se aplica sulfato de magnesio a las plantas. Del dicho al hecho, como suele decirse, va mucho trecho.
Me gustaría dedicar algún artículo en exclusiva a las sales de Epsom pero prefiero esperar a ver el resultado de su aplicación en mi jardín.
Una cucharada diluida en unos cuatro litros escasos de agua parece ser que es una proporción razonable para agregársela unas cuántas veces a nuestros rosales en forma de pulverización o de riego al suelo, varias veces durante la temporada de crecimiento.


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Bueno, pues con esto hemos dado un repasillo a los principales productos que se usan como fertilizantes orgánicos y enmiendas del suelo. Ya veis que el abanico es amplio y que aunque alguno de ellos nos resulte difícil de localizar siempre dispondremos de otros para sustituirlos.
La mayoría pueden ser usados en seco, solos o mezclados con otros abonos directamente sobre la tierra que rodea al rosal. Por supuesto antes y después de su aplicación es absolutamente necesario hacer un riego en profundidad. También pueden formar parte de los ingredientes para hacer los conocidos “té”. Cada rosero, cultivador especialistas en rosas y páginas especializadas ofrecen sus propias recetas. Incluso es frecuente usarlos en forma de abono foliar directamente sobre las hojas del rosal.
Para no extendernos demasiado en este post, en algún artículo posterior ofreceremos algunas de estas “recetas” y hablaremos con algo más de detenimiento sobre las distintas formas de aplicación.
Un saludo, amigos.
Quizás también pueda ser de tu interés otros artículos de este blog sobre fertilizantes. Os ponemos los enlaces:

Abonos orgánicos para los rosales vs. fertilizantes químicos

El otro día, en el artículo "Fertilizar o abonar nuestros rosales. Nociones generales" hablábamos en general de esta cuestión tan importante para la salud de nuestras plantas.
Quizás es preferible centrarse hoy en los abonos orgánicos o naturales comparando sus características con los abonos químicos y dejar para siguientes artículos el tratamiento de las distintas formas de aplicación de estos abonos y el ver con más detenimiento y de forma individual y concreta algunos de estos fertilizantes como la harina de huesos, el extracto de algas, la harina de pescado, etc… Son muchas los productos, formas de aplicación, momentos, etc y probablemente se haría demasiado extenso este artículo.
Aclaremos términos.

Se produce entre nosotros, los aficionados a la jardinería, una gran confusión en este tema de los fertilizantes. El mercado nos ofrece infinidad de productos que pueden ser espolvoreados, agregados, pulverizados, regados…productos en una gran diversidad de formatos, polvo, pellets, gránulos, líquidos… se nos habla de acondicionadores del suelo, de mantillos, de enmiendas, de nutrientes. Todos ellos son fertilizantes?
Cuando hablamos de fertilizantes estamos refiriéndonos a un material que agregamos al medio próximo dónde crece una plata, que le afectará directamente proporcionándole nutrientes específicos. Nos referimos a productos que garantizan la presencia de los porcentajes de los nutrientes de los que informan en su etiqueta (NPK).
Hay  que aclarar pues que, aunque estos abonos orgánicos sobre los que tratamos en este artículo aportan indudablemente materia orgánica al suelo, no hay que confundirlos con lo que entendemos como “enmiendas del suelo”. El compost, el estiércol bien curado, las hojas trituradas, los recortes del césped, la madera de las podas pasadas por la trituradora…serían ejemplos de enmiendas. El aporte de ellos sería en cantidades muy superiores a las que hacemos de los compuestos orgánicos que estamos tratando hoy.



Las enmiendas. Cuando lo que agregamos al suelo son materiales que mezclados con él favorecen indirectamente el crecimiento de la planta mediante la mejora de la estructura del suelo, su textura, la retención de agua, la actividad microbiana, no estamos hablando exactamente de fertilizantes aunque en su composición, indudablemente, tengan nutrientes.

Los acolchados, mulching, coberturas del suelo…pueden ser materiales orgánicos o inorgánicos que se colocan sobre la superficie del suelo que ayudan en la lucha contra las malas hierbas, favorecen la conservación de la humedad del suelo y, a la larga, en algunos casos, añaden materia orgánica a medida que se descomponen en este suelo (compost, mantillo, estiércol, etc.)
Para ser rigurosos (aunque por comodidad y costumbre no lo somos) deberíamos tener claro que las plantas fabrican sus propios alimentos que son los azúcares e hidratos de carbono mediante la utilización del agua, el dióxido de carbono. En cambio seguimos diciendo que aportamos “alimentos” a las plantas. Al aportar fertilizantes al suelo, estamos añadiendo productos para complementar los que en el suelo suele haber de modo natural y que las plantas utiliarán para fabricar su propio alimento.
Dicho esto, como generalmente hablamos de forma coloquial y tendemos a ser seres de costumbre, seguiremos usando la misma expresión pero es bueno tener claras las cosas. Verdad?  J
Los abonos orgánicos o naturales son sustancias que aplicadas al suelo, modifican su estructura e  incrementan su fertilidad aportando los nutrientes que las plantas precisan. Los hay tanto de origen vegetal como animal. Y su aportación de alimentos de los rosales no es inmediata si no que precisa de la intervención de microorganismos del suelo que son los que los “elaboran” poniendo a disposición del rosal los nutrientes presentes en ellos. Su actuación es por ello de liberación lenta, no inmediata.
Los abonos químicos por el contrario están fabricados por el hombre y se trata de formulaciones o compuestos que proporcionan (generalmente) de una manera inmediata alimento a los rosales y también en mayor proporción en macronutrientes que los abonos orgánicos.
Los rosales distinguen entre los unos y los otros?
Está claro que no. A un rosal le da igual que el nutriente que precisa esté puesto en el suelo en forma de abono orgánico o químico. Pero claro, esto siendo verdad, no es una verdad completa. Veamos el asunto con algo más de detalle.
Veíamos en el artículo anterior sobre fertilizantes que los rosales precisan principalmente de tres macronutrientes, nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K). Las proporciones que un abono contiene de estos elementos están indicadas en las etiquetas de los envases y están indicados siempre en el mismo orden.
Lo ideal es proporcionar a los rosales un fertilizante equilibrado, que contenga al menos estos tres macronutrientes y a ser posible algo de los nutrientes secundarios (Calcio, magnesio y azufre). Si tiene además algún micronutriente (o elementos traza) como boro, zinc, hierro, etc Miel sobre hojuelas!! Evidentemente no todas las plantas precisan de las mismas proporciones de cada uno de estos elementos. En concreto para los rosales parece ser que una mezcla equilibrada sería tendría el siguiente porcentaje de macronutrientes NPK 6-12-6. Es decir, 6% de nitrógeno, 12 % de fósforo y 6 % de potasio. Es decir, una proporción entre PNK de 1:2:1
La aportación de todos este alimento necesario para que nuestros rosales crezcan felices podemos hacerlo usando un tipo u otro de fertilizantes, orgánicos o químicos. Cada uno tiene sus ventajas y también sus inconvenientes.
A nosotros, como jardineros, nos corresponde valorar los pros y los contras del uso de ellos y en última instancia decidirnos por usar un tipo u otro. J
El uso de fertilizantes orgánicos sale con ventaja si lo comparamos con los fertilizantes químicos en varios aspectos. Pero para ser justos también deberíamos mencionar algunos aspectos en los que pudiera tener algún inconveniente o desventaja. De esto queremos tratar en este post de hoy.


Modo de actuación: liberación lenta o rápida.
Si tienen una ventaja clara los fertilizantes orgánicos con relación a los químicos es precisamente su modo de actuación. Los abonos orgánicos se liberan lentamente durante un período largo de tiempo, permaneciendo en él más tiempo que los abonos químicos. Pero hay que decir que su efectividad dependen de la actividad previa de los organismos presentes en el suelo que son los que “rompen” las moléculas de estos abonos liberando los nutrientes que contienen y solo entonces, tras la actividad de gusanos, bacterias y microorganismos del suelo, se presentan disponibles para que el rosal los use en su alimentación.
Aportar los abonos en cualquier momento no es eficaz. El suelo debe estar atemperado y húmedo para que los microorganismos actúen sobre estos materiales y hagan su trabajo sobre ellos de modo que pongan a disposición del rosal los nutrientes cuando la planta los precisa. Es por tanto importante hacer las aportaciones de los abonos orgánicos al inicio de la temporada, en el momento de la poda o muy poco después.
Serán mucho más eficaces si sobre ellos ponemos una capa generosa de mantillo o compost, incluso de estiércol bien maduro si no disponemos de compost. Esta capa es el material idóneo para crear bajo ella las condiciones de humedad y calidez adecuadas para facilitar la labor de insectos y microorganismos del suelo.
En todo caso, tengamos en cuenta que cuánto más altas sean las temperaturas más se acelerará la conversión de estos materiales en nutrientes disponibles para los rosales.
Es cierto que para algún jardinero con tendencia a lo “práctico” puede que los abonos orgánicos le parezcan de difícil control comparándolos con los químicos. Y en cierta medida tendrá razón. Los fertilizantes típicos de las bolitas azules sabemos que proporcionarán de modo casi instantáneo los macronutrientes necesarios a nuestros rosales. Son cómodos, la mezcla viene hecha sin que tengamos que preocuparnos en pesar ni en mezclar. Abrimos la bolsa, tomamos un buen puñado y esparcimos por el suelo bien regado previamente. En cuestión de muy poco tiempo los nutrientes estarán a disposición de los rosales.
Por el contrario aquellos que usamos abonos orgánicos debemos ser conscientes de que entre la aplicación de las sustancias y el momento en que los nutrientes están disponibles para los rosales debe pasar un tiempo. Y este tiempo dependerá de variables que son más difíciles de medir de forma exacta o cuando menos son menos controlables. Como dijimos arriba, el suelo debe estar húmedo, atemperado y las temperaturas externas no deben ser demasiado bajas. De lo contrario, los abonos orgánicos no serán “activados” ya que los microorganismos que los ponen a disposición de las plantas no actuarán en estas condiciones.
Pero sí, es cierto, si de lo que se trata es de un aporte rápido y concentrado de macronutrientes, sin duda los abonos orgánicos cumplirían mejor esta función. J
La experiencia de los jardineros que llevan años usando los fertilizantes naturales indica que un buen momento para su aplicación sería tras la poda.
Aprovechado este trabajo, con el suelo alrededor de los rosales retirado el acolchado y limpio de hojas y restos del trabajo de poda sería un momento estupendo agegar este tipo de abonos en su primera aplicación de la temporada (siempre que no se trate de rosales recién plantados y que aún no dieron su primera floración) Un riego en profundidad antes de su aplicación y una vez distribuido alrededor del arbusto los abonos requeriría un trabajo muy somero de la tierra que facilitará que se incorporen con mayor rapidez al suelo. Con un segundo riego y la colocación de la capa de compost encima como acolchado terminaríamos el trabajo de abonado.
Dosis de nutrientes en proporciones altas o bajas.
Los abonos orgánicos actúan lentamente, poniendo a disposición de los rosales los nutrientes en dosis bajas. Siendo por tanto bastante difícil quemar por sobredosis con ellos las raíces.

Pero de otra parte cuentan con otra ventaja adicional y es que no se filtran tan rápidamente hacia la parte inferior de suelo como les ocurre a los químicos permaneciendo a disposición de las raíces durante más tiempo.
La lixiviación puede ser un problema grave cuando usamos fertilizantes químicos, dejando la zona de raíces sin nutrientes en el mejor de los casos y acumulando sales en las zonas profundas del suelo en el peor. No hace falta mencionar también el peligro de contaminación de aguas subterráneas cuando esto ocurre.
Un suelo sano es la primera condición para el cultivo de rosales sanos.
No podemos pretender lograr tener un suelo rico, suelto, aireado, permeable, con estructura adecuada, con una buena retención de humedad y a la vez que drene correctamente evitando encharcamientos, con abundante presencia de lombrices y microorganismos que ayudan a aportar nutrientes a nuestras rosas si sólo aportamos abonos químicos.
Una estructura de suelo saludable y un pH correcto es tan importante como la aplicación de fertilizantes a la hora de prevenir deficiencias nutricionales y a la larga de enfermedades y plagas en las rosas.
El uso de fertilizantes orgánicos mejora la estructura del suelo cosa que no hacen los químicos. Los gusanos y microorganisos beneficiosos precisan de algún tipo de material orgánico para nutrirse y mantenerse sanos y para ello es necesario hacer aportaciones constantes de enmiendas y de abonos orgánicos (o químicos, si es que estamos dispuestos a usarlos).
Los abonos orgánicos no solo nutren los rosales, también nutren el suelo, lo mejoran, aportan materia orgánica y modifican su estructura. Y ello porque en sí mismos constituyen materia orgánica. Sustancias absolutamente necesarias para que el suelo permanezca vivo, lleno de microorganismos que facilitarán que los rosales puedan disponer de los nutrientes presentes en el suelo muchas veces pero en condiciones que no les permiten absorberlos.
El medio ideal  para el cultivo de los rosales es un suelo cuidado, enriquecido y con las enmiendas necesarias. Se trata de un suelo esponjoso, que precisa menos riego porque retiene mejor la humedad; dónde las raíces crecen con facilidad porque es un suelo sin compactaciones. Es un suelo desmenuzable, relativamente oscuro en color, olor a tierra, lleno de microorganismos y lombrices de tierra, un suelo con muchos nutrientes y un pH entre 6,5 y 7,5. Jejeje Este sería el paraíso para crecer casi cualquier planta, no solo los rosales J
Añadir abonos naturales y enmiendas como compost o estiércol bien maduro regularmente hace que nuestro suelo presente una textura esponjosa, con espacios entre sus partículas suficientes para albergar aire y agua de fácil acceso para las raíces.

El aporte puntual y comedido de los abonos químicos no es que sea radicalmente negativo pero pretender cultivar de forma saludable los rosales en un suelo sin nutrir orgánicamente nunca, sin aportarle materia orgánica ni nutrientes para la microfauna… es bastante complicado!! El uso exclusivo y constante de este tipo de fertilizantes provoca que  a la larga se pierda la materia orgánica y que decrezcan los organismos vivos tan importantes para construir un suelo de calidad. En este proceso el suelo va perdiendo su capacidad para retener el agua y al aplicar estos fertilizantes químicos cada vez más cantidad se lixiviará filtrándose a través del suelo hacia las capas profundas dónde las raíces del rosal ya no tendrán acceso a ellos.

Un asunto que no puede esperar y una responsabilidad de todos: la preservación del medio ambiente.
El proceso para la fabricación de los fertilizantes químicos depende del uso de energías no renovables.
Sin embargo no nos engañemos, las normas legales que en cada país hay para distinguir los fertilizantes orgánicos de los químicos son a veces complejas por lo que no siempre se puede estar seguro que cuando adquirimos una mezcla con la etiqueta de “orgánico” realmente podemos estar seguros de que todos sus componentes son orgánicos. Aquellos preparados que son ofrecidas como mezcla de abonos orgánicos con porcentajes NPK superiores a 15 podrían ser sospechosas de contener en su composición productos que no son orgánicos ya que sabemos que los fertilizantes naturales rara vez ofrecen porcentajes altos de macronutrientes.
Un abono es equilibrado si cuenta con la proporción de nutrientes que los rosales precisan.
En sí mismos y por separado muchos de los fertilizantes orgánicos a nivel de nutrición no son equilibrados. Expliquemos esto. Es decir, sus aportaciones de los tres macronutrientes, Nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (N) son de lo más variables y a veces descompensadas como constituir de ellos de forma única un abono completo que sacie las necesidades nutricionales totales de los rosales. De hecho los preparados orgánicos a la venta son mezcla de varios de estos materiales precisamente para que “el conjunto” contenga proporciones de los tres elementos.
En este sentido, indudablemente, los abonos orgánicos no presentan la facilidad y rapidez de manipulación que tiene los productos químicos cuyas mezclan vienen ya preparadas listas para su uso.
A pesar de ello, podemos conformar nosotros mismos un “abono más equilibrado y específico” sumando la acción de varios fertilizantes naturales elaborando “recetas” que le den a nuestros rosales lo que consideramos que precisan en cada momento y logrando preparados bastante equilibrados que cuenten con todos los nutrientes necesarios.
Y lo que es una desventaja en principio puede convertirse en lo contrario si pensamos que en cada momento de la temporada, en los que los rosales van precisando más de unos macronutrientes (también de nutrientes secundarios y elementos traza) que de otros, tener la posibilidad de aportar al suelo aquella sustancia que en un momento dado sabemos que precisará la planta a la larga es un sistema de abonado mucho más específico y adaptado a las necesidades de nuestros rosales.
En el siguiente artículo podemos ver qué elemento nutricional aporta en mayor proporción algunos de estos abonos orgánicos y comprobaremos como con la suma de varios podemos lograr formulas bastante compensadas.
Un asunto que no carece de importancia: el económico.
Como todo, esto también es relativo porque si bien es verdad que los abonos orgánicos son bastante más caros que los químicos también deberíamos pensar que éstos permanecen mucho más tiempo en el suelo liberando sus nutrientes y que a la larga nos ahorran problemas de salud si comparamos con un uso exclusivo de abonos químicos.
Este uso exclusivo de fertilizantes químicos conlleva una serie de problemas de salud del suelo y de las plantas cuya resolución pasa por la aplicación de ciertas técnicas jardineras y aportaciones de otros productos que no son precisamente gratis o al menos llevan tiempo y trabajo realizarlos. Esto también hay que valorarlo en favor de los abonos naturales.
En otros países llevan años usando estos productos y su conocimiento está mucho más extendido que en nuestro país. Sin duda España, desgraciadamente, no es un país donde el uso de fertilizantes naturales sea generalizado. Ello hace que al no haber una demanda excesiva tampoco haya una oferta de parte de viveros y establecimientos del ramo dónde sea fácil su adquisición. Y cuando están a la venta tienen a veces precios prohibitivos.
En esto, como en otros aspecto de la jardinería, imagino que el tiempo, la información creciente que vamos teniendo los jardineros, nuestra concienciación con relación al medio ambiente y la necesidad de preservar la naturaleza…hará que nuestras prácticas vayan cambiando y ello a su vez producirá un cambio en la oferta que los establecimientos pondrán a nuestra disposición. Soy optimista en este sentido y creo que en la medida en que la demanda vaya incrementándose, también habrá más competencia entre los vendedores lo que redundará en beneficio del precio que deberemos pagar por ellos y la facilidad para su adquisición.
No obstante decir que algunas enmiendas y abonos orgánicos, igual que algunas variedades de plantas que no las encontramos aquí en España, están disponibles en páginas web especializadas y aunque es cierto que hay que pagar algunos euros en portes, si pedimos cantidades que no nos obligue a hacer pedidos frecuentes, no sale excesivamente caro.
Incluso pienso que sería buena idea intentar ponernos de acuerdo varios jardineros para hacer pedidos conjuntos que abarataran los portes. Yo estoy estaría encantada de ponerme de acuerdo con algunos de vosotros cuando tenga que hacer un pedido de alguno de ellos.
Ya no solo por el bien que hacemos a la naturaleza al reciclar la materia orgánica, si no por nuestro propio bolsillo, deberíamos concienciarnos de las bondades de hacer nuestro propio compost.
En el otro artículo comenté el hecho de que esta temporada pasada he logrado obtener un metro cúbico muy largo de un maravilloso compost que me ha dado de sobra para acolchar todos los rosales y aún tengo para algunos bancales de mi pequeño huerto. Y ya tengo lista la otra compostera en la que probablemente para otoño tenga una cantidad semejante.
Esta primavera/verano trataré de reunir los materiales precisos para poder “producir” dos composteras completas cada año.
Es cuestión de estar un poco al tanto. Césped de los jardines de vecinos que no lo usan; serrín de aserraderos si tenemos seguridad de que no son maderas tratadas; los restos de nuestras propias podas pasadas por la trituradora; los posos del café que podemos pedir que nos reserven en bares o cafeterías (yo lo hago y no os imagináis la de bolsas que te dan!!); la adquisición de una bala de paja que nos pueda cobrar gente que se dedica a cuidar ganado los que vivimos en el mundo rural y nos resulta fácil dirigirnos a ellos; pedir los restos de la fruta y verdura estropeada en los puestos de verdulería del mercado; los restos de nuestra propia huerta cuando la desmontamos al finalizar la estación; el cartón y papel sin tinta que usamos nosotros o nos den amigos y familiares; la ceniza de nuestra propia chimenea (o una vez más la de amigos y vecinos. Qué majos ellos!! :P   ); el estiércol que gustosamente y sin cobrarte a veces nada te permiten coger los lugares de cuidado de caballos; un paseíto por el bosque con algunas bolsas de jardín en la mano para recoger hojas secas en otoño además de hacer algo de ejercicio nos posibilita traernos un buen material para nuestras composteras :P; incluso los jerséis viejos de pura lana troceados previamente, claro…
En fin, sí, está claro que hacerse de un modo gratuito con cierta cantidad de algunos materiales orgánicos para hacer el compost es algo que requiere algo más de trabajo que ir a una gran superficie y comprar unas bolsas de fertilizante de bolitas azules. Sin duda!! Pero no siempre lo más cómodo es lo mejor para el medio ambiente y para la salud de nuestras plantas.
Dejemos constancia aquí también de un grave problema que a todos nos afecta: la contaminación de las aguas y del aire con emisiones de nitratos que a su vez puede perjudicar la vida del hombre y la de los animales y la del medio acuático. Mucho tiene que ver con el uso masivo de los fertilizantes químicos!!
No hay duda de que las emisiones de la atmósfera de nitratos es superior con creces de parte de los abonos químicos. Para la elaboración de los orgánicos se reciclan materiales orgánicos y por tanto son mucho menos contaminantes para el medio ambiente siendo su impacto mucho menor que el de los químicos salvo que se utilicen en cantidades muy masivas y concentradas.
Los abonos orgánicos por muy beneficiosos que sean para el suelo no son inocuos.
Queremos por último, advertir sobre un hecho que quizás es obvio pero que en ocasiones pudiera no caerse en la cuenta de él. Estas sustancias son naturales, estupendas para nuestro suelo y beneficiarán enormemente a nuestras rosas pero no por ello debemos descuidar nuestra propia salud y seguridad a la hora de su manipulación.
Su manejo precisa del uso de guantes y mejor aún con mascarilla, y al igual que cualquier otra sustancia no conviene inhalarlas, ingerirlas o mantenerlas al lado de niños y mascotas.

Más no siempre es mejor!!
También, al igual que como con cualquier otro producto, conviene siempre leer muy bien las instrucciones del fabricante y ceñirse a las dosificaciones que indiquen en sus etiquetas.
Por último, aconsejar que antes de cualquier aplicación de estos productos, sean orgánicos o químicos, deberíamos saber, aunque no contemos con un análisis profesional de nuestro suelo, al menos sí qué tipo de suelo tenemos en nuestro jardín y por supuesto medir su pH. Esta información es imprescindible para tener al menos una idea de en qué "dirección" debemos hacer las rectificaciones o aportaciones a nuestros suelos. El tipo de suelo y su acidez o alcalinidad determinarán sus necesidades en buena medida.
Me gustaría tratar en próximos artículos de manera algo más detallada las características de algunos de estos abonos orgánicos, sus aportaciones en lo que hace a porcentaje de nutrientes concretos, los modos y momentos de aplicación que parece que convienen más, incluso alguna “receta” con cantidades de las que resulta una mezcla bastante equilibrada de nutrientes. Espero que este tema siga siendo de vuestro interés y os invito a leer los próximos post en preparación.
De nuevo muchísimas gracias por vuestras visitas a este blog, por los muchísimos correos con palabras amables que recibo, por las consultas que en ellos me hacéis a pesar de que para responder algunas no estoy en disposición del tiempo que requerirían,…porque eso en definitiva es lo que le da sentido a un blog, saber que tras tus líneas hay lectores a los que le interesa lo que escribes.
Un saludo amigos y feliz fin de semana!!

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