Preparados, listos, ya!! Las rosas, la poesía!!

Cuando llega el inicio de la primavera se me olvidan toda la información botánica. Me ocurre igual en otoño. Es un olvido momentáneo, claro! Vivo el jardín de forma dual. De una parte, creo que lo escribí en otro artículo, soy una especie de Sherlock Holmes en él. Me paso la vida observando las plantaciones.
Tomando notas de todo. Experimentando. Comprobando esta o aquella técnica. Siento un extraordinario placer conociendo más y más sobre mis plantas. Llegando a saber de qué forma crecen, florecen...cuándo emiten sus frutos. De qué forma y a qué ritmo lo hacen... Sí, soy una observadora nata.
Y mis observaciones las hago con el corazón “en frío”. Cuando mi parte racional se impone, no miro mis plantas como hace una madre con sus hijos. Retiro de mis ojos la benevolencia y logro una frialdad de análisis de un juez. Logro analizarlas dejando aparte el cariño que les tengo. Aparto de mi interior la subjetividad y las analizo como lo haría un miembro de equipo calificador. Un rosal o se ha "comportando" ante una técnica o no lo ha hecho. Sean sus rosas el paradigma de la belleza o no. Si no ha reaccionado como era de esperar, hay que aceptarlo y punto. Es difícil hacer eso con nuestras plantas pero cuando debo hacerlo con las rosas... Ay las rosas!! Qué extremadamente difícil es juzgarlas sin las emociones! Hay rosales que tienen unas rosas tan sumamente deliciosas, tan cuajadas de belleza que...uffff, estás tentada de perdonarles que el arbusto parezca zanquilargo, o que sean pobres en follaje o que las rosas duren un suspiro. Sí, soy capaz de sufrir las tentaciones. Con esfuerzo, sí, pero si el rosal que había elegido como candidato para que creciera en ese lugar especial del jardín no crece y florece como debiera, muy a mi pesar, es eliminado de la lista de candidatos y su lugar es ocupado por el rosal que “fríamente” merece mucho más su lugar.
Los conocimientos son necesarios en jardinería. No creo en las magias ni en tener un jardín maravilloso desde el puro desconocimiento. No. Los jardines no son fruto de la casualidad ni del azar. Son fruto de un proyecto, de la constancia, del trabajo, del tesón, de la observación, del análisis... Suena frío? Lo es. Pero así creo que son las cosas. Claro que con solo conocimientos no seríamos jardineros. Un jardinero es alguien que conoce las plantas muy bien pero además, las ama! Pero sí, conocer, saber, investigar... es imprescindible!
Soy curiosa por naturaleza. Deseo saber, conocer, descubrir...Y hay tanto para aprender en un jardín! Son tantos los procesos que desconozco, que no sé cómo se producen, ni por qué, ni de qué manera, ni cuales son los mecanismos hormonales e internos que lo posibilitan... la jardinería es inagotable y ese camino de aprendizaje jamás termina. Si acaso, a medida que aprendes, te haces consciente de lo poco que sabes y de que hay mucho más por aprender de lo que creías cuando lo iniciaste. Imagino que en todas las actividades humanas que se viven con pasión ocurre igual.
Dedico horas y horas a leer, a buscar información sobre las mil dudas que me asaltan cada día cuando miro mis plantas o proyecto zonas de mi jardín. Creo que salvo la jornada de mi profesión, no hay actividad en mi vida que se lleve más tiempo que mis plantas. Incluso diría que ocupo mucho más tiempo en mi jardín que trabajando. Sí, quizás sí.
Sin esta parte “racional” creo que viviría mi jardín de otro modo, sería otro tipo distinto de jardinera. Porque sí, creo que hay muchos tipos de jardineros. No todos somos iguales.
Hay jardineros un tanto díscolos. Para ellos el placer es lo fundamental en su jardín y aunque están dispuestos a echar trabajo en él, el tiempo se les pasa más disfrutando de él que cuidándolo o investigando sobre lo que acontece en él.  Que trabajan en su jardín cuando les apetece y punto. No sufren por no haber realizado una labor que es precisa en el momento necesario ni por ver cierto deterioro en algunas zonas del jardín. Y logran jardines con belleza. Quizás no son jardines impolutos ni perfectos pero son hermosos. Sin duda.
Hay jardineros quisquillosos que no consienten un seto con una pizca de necesidad de poda. Que les falta regla y cartabón cuando se aproximan con su sierra. Los he visto mirar la pared frontal de su seto y no dejar la herramienta hasta que han considerado que era plana como un cristal. Son jardineros como hormiguitas, laboriosos… Trabajan y trabajan en su espacio verde y logran tenerlo siempre como los chorros del oro. Tienen jardines que da gusto verlos en todo momento. Siempre pienso que yo no tendría un jardín recortado y con aspecto tan inmaculado porque no es mi estilo pero reconozco que admiro a este tipo de jardinero y que indudablemente también ese tipo de jardín no deja de destacar su belleza a mis ojos.
Hay jardineros “cobardicas” que aplazan eternamente por no atreverse con la podadora y dejan la glicinia año tras año sin podar hasta que se ha convertido en un monstruo y terminan abatidos frente a ella sin saber por dónde meterle mano. Los hay lanzados y temerarios. No les digas que lean nada sobre buscar ramas secundarias porque se aburren. A ellos les va más lo “práctico” y sin pensárselo aplican la poda que les da la gana. Unas veces con más y otras con menos éxito. Los hay como yo, que precisan comprobar una y otra vez que el proceso que siguen en algo es el correcto si es la primera vez que se ponen a ello. Que anotan todo, que llevan agenda, que cumplen a rajatabla los tiempos. Que si han determinado que el rambler que ya ocupa varios metros tiene que estar terminado de podar hoy, lo podan hoy!! Vaya que si lo podan. Aunque en ello se les vaya el día entero. Pero cuando el sol cae, su rosal está podado como se habían propuesto.
Los hay mucho más benevolentes con ellos mismos. Lo cual me asombra y en el fondo de mí misma quisiera parecerme a ellos. Es abril y se les pasó el tiempo de tratamientos preventivos entre unas cosas y otras (como cada año). Pero es que estaban tan “ocupados” mirando las pocas floraciones invernales… Cualquier explicación les vale. No se sienten culpables en absoluto (y hacen bien) y cruzan los dedos para que deje de llover y no se eleven las temperaturas. Y si no ocurre, pues alabado sea Dios! Ya cargarán con la mochila con el jabón potásico para eliminar a los pobres pulgones (o no y lo aplazarán de nuevo jajajaja).
Cada jardinero tiene un espejo de sí mismo en su jardín con sus defectos y virtudes. Somos como nuestros jardines. O más bien, creamos nuestros jardines según somos nosotros.
Muchas veces he pensado jugando mentalmente, si sería capaz de superar una prueba: de los muchos compañeros de trabajo que tienen jardín y que la mayoría de ellos no conozco, si me fuera permitido visitar todos sin saber quién es el jardinero que los cuida… sería capaz de adivinar de qué compañero es cada jardín? Sí, sería capaz! Y creo que fallaría pocos. Sé como son mis compañeros, y creo que sabría determinar cual es el jardín de cada uno. Lo habéis pensado alguna vez? Pensad en gente…cualquiera de las personas de vuestro entorno cuya casa no conocéis…no os resulta muy fácil descartar qué tipo de jardín no tendrían por ejemplo? Es fácil. Nuestros jardines se nos parecen. O dicho de otro modo, hay jardines que no podrían ser de una determinada persona porque es incompatible con su forma de ser y sentir.
Pero me estoy desviando… (como siempre! Jajaja) Decía hace un rato que yo vivía el jardín de modo dual. Tenía mi parte racional, la del método, la de lo sistemático, la de la observación… pero luego tengo mi otra mitad jardinera: la que tiene que ver con la emoción, con el sentimiento, con la pasión, con la belleza pura.
No sé cual de mis dos mitades jardineras impera sobre la otra, si es que alguna domina. Creo en el fondo que las dos están extremadamente desarrolladas y que la una sin la otra no serían posibles.
Puedo dejar de cenar o acostarme a las tantas sin pensar que mañana tengo que trabajar,  simplemente porque soy incapaz de dejar de leer algo sobre jardinería que considero apasionante. Quién se acuerda de que es la hora de cenar si está descubriendo los mecanismos maravillosos que tienen los árboles y arbustos para luchar y vencer frente al hielo? Quién se levanta de la mesa y deja el libro que explica la polinización? (Por poner algún ejemplo) Sencillamente miro el reloj y me doy cuenta de que son las tantas y no me he acordado de hacer la cena y ya ni es hora de ponerse a ello...pero me voy a la cama absolutamente satisfecha porque no habré cenado pero he logrado una información que precisaba, o he descubierto la explicación de cualquier proceso...o...yo que sé! Todo sobre las jardinería es tan interesante de aprender!
Si llegar a conocer los procesos, aprender, leer, informarse, saber en suma, es imprescindible; me pregunto de qué valdría tanta aspiración de conocimiento si no es para volcarlo sobre nuestras amadas plantas. Eso puede que le resulte posible a un botánico o a un biólogo pero a un jardinero? No, un jardinero precisa sus conocimientos para ayudar a sus plantas, para entenderlas mejor, para conocerlas en profundidad y lográndolo, ayudarles a que sean más hermosas, a que vivan más felices, a no dañarlas o perjudicarlas con productos o técnicas que las hagan poner en peligro. Para qué si no?
Ser como describo es muy latoso. De verdad que lo es. Vencer la pasión es muy difícil y muchas veces entras en lucha con otras facetas y seres de tu vida. He dejado de ir a un cine por ejemplo, simplemente porque necesitaba saber sobre un aspecto antes de aplicar algunas labores en el jardín. Evidentemente no me he atrevido a decirle a la persona que iba a acompañarle que ese era el motivo y he puesto cualquier excusa porque entendía perfectamente que si decía la verdadera razón no lo iba a comprender. Es difícil para todo aquel que no es jardinero, entender nuestra pasión.
Yo he desistido ya en hacer entender mi afición a quienes me rodean. Desistí hace muchos años. Es una tarea imposible. No son jardineros y jamás entenderán que alguien puede levantar acolchados, pasarse diez días con la carretilla cargada, arriba y abajo en un jardín con pendiente, para distribuir dos veces al año estiércol; volver a colocar los acolchados; llevar un calendario con montones de días señalados y con anotaciones (y cumplirlo) dónde cuando no hay previsto podas, está planteado tratamientos preventivos y si no, hay que hacer purines que no huelen precisamente a gloria, cuando no tés de compost o mezclas de orgánicos para nutrir rosales y todo muchos meses antes de ver los primeros capullos.
No, nadie entendería que luches contra tu vértigo encaramada a una escalera en equilibrio precario y luego te niegues a subirte dentro de casa para colocar una bombilla. Entiendo que no conciban que para ti, esa rama que cuelga en lo alto del rosal, sabiendo que se desgajará tan pronto empiecen a abrirse las rosas con su peso, tú no puedes dejarla a merced del viento y te encaramas sobre el último peldaño. Vaya que si te encaramas! Pero es así, vences el miedo a las alturas si es preciso pero la rama del rosal tiene que estar atada! Sí, piensas que cualquier día te partes la crisma pero mientras piensas y vences el miedo, logras, estirándote todo lo que puedes, llegar al extremo y poner la brida…y entonces respiras de alivio!
Como vas a hacerles entender que son incontables las horas que has dedicados a lograr mejorar el suelo dónde crecen tus rosales; que abril vendrá cuajado de rosas si haces lo que debes hacer, que no se logran los resultados de un día para otro, como explicarles que es un trabajo de meses y que por eso lo haces cuando y del modo que sabes que tienes que hacerlo. Da igual que haga o no frío, que llueva o que haga viento, se pasan las semanas y tienes que podar ..y podas!
Ellos están en casa, calentitos y te gritan desde la ventana que te vengas para adentro pero tú como si escucharas llover,  podadora en mano. Yo este año en que ha llovido tanto y tanto y los trabajos del jardín se retrasaban he optado por una vestimenta que es para verme, madre mía la pinta que llevo!! Un impermeable veintisiete tallas más grande de lo que preciso. Holgado lo suficiente para ponerme una buena chaqueta de lana debajo y poderme mover con comodidad. Lo peor son las franjas de amarillo fosforito que recorren la espalda y los puños. Parezco un Policía Municipal! Jajajaja Sí, un aspecto extraño el mío esta primavera con ese chubasquero pero me ha permitido poder salir al jardín a pesar de tanta lluvia y hacer los trabajos a tiempo.
No, no lo entienden. Te notan cansada y te preguntan por qué no dejas el trabajo y lo aplazas para otro día y te miran como preocupados cuando finalmente entras en casa, muchas veces con unos pelos de loca llenos de hojas secas, las uñas negras que da asco y las manos que es como si te hubieras batido en duelo con un gato de arañazos en ellas y de los calcetines no hablemos…si los estrujas, gotean!! Cuando tenía pareja al entrar en casa tras hacer los trabajos en el jardín siempre me decía ─No puede ser!! Estás helada! No, no puedes estar tanto rato y llegar tan cansada!!─ Y yo pensaba para mí sin decirlo en voz alta ─Vas dado! Si crees que voy a cambiar mi manera de llevar mi afición!─
No, yo ya no intento que lo comprendan. Simplemente hago el trabajo que creo que debo hacer y les dejo rezongar lo que quieran. En el fondo siempre siento pena de que ellos no sean capaces de sentir mi felicidad cuidando el jardín (Eso mismo pensarán de mí los aficionados al dichoso futbol jajaja)
Pero a lo que iba…Hay dos momentos del año en que olvido los procesos, sé que están ahí, sé la explicación pero no pienso en ellos. Me olvido de las moléculas “avisadoras” de que la primavera ha llegado y que activan las plantas. No recuerdo que las plantas tienen memoria y “saben” que han pasado frío y por tanto ya pueden brotar sin peligro. No tengo en cuenta que todo está explicado científicamente. Que el hecho de que la curva aparente que el sol describe en el cielo se eleve tiene sus consecuencias en las estaciones. No pienso en las verdaderas razones (cambios de luz y de temperatura) de que el jardín se entibie en el inicio de la primavera. Aparto de mi mente lo que de sobra sé, que es la convergencia de factores climáticos y procesos hormonales de la planta lo que provoca ese maravilloso proceso que ahora vemos en nuestros rosales.
Cuando llega ese momento, me olvido de la parte racional y solo veo la pureza de las hojas tiernas. Los matices de colores intensos de sus brotes. La hermosura inconmensurable de los capullos a punto de reventar. Cuando llega este momento mi parte racional desaparece y las riendas las toma la emoción, el latido, la piel erizada, Si en jardinería hay matemáticas y poesía, yo ahora solo veo poesía.
Y me quedo absorta mirando los rosales. Y me emociono y aunque siempre me parece maravillosa la Naturaleza, ahora, ahora en este instante preciso, me parece absolutamente mágica!!
Cómo puede lograr estos brillos? Como pueden ser de tal perfección estas hojas inmaculadas? Me pregunto y me asombro sobre la suavidad del follaje…qué belleza!!
Como los niños chicos atesoran sus caramelos yo, tan pronto los veo emerger en el extremo de las ramillas, empiezo a contar. Uno, dos, tres, treinta y siete, ochenta y nueve…Nunca logro contarlos todos y a medio camino, si no antes, lo dejo porque no consigo ver los que están en lo alto. Pero me quedo con la cifra, he logrado a veces contar más de doscientos. Doscientos!! No es maravilloso que un rosal que no es adulto del todo produzca mucho más de doscientas rosas? Claro que es maravilloso y mágico!!
Este año todo se ha retrasado, incluso la formación de esos capullos que son el pistoletazo de salida para los aficionados a las rosas. Por fin!!
Llevamos semanas viendo desplegarse las diminutas hojas. Primero nos conformamos con el tono rojizo de las yemas que son el síntoma de que algo va a cambiar en breve y nos permitirá asistir a un proceso maravilloso.
Pero pronto este ligero engrosamiento de las yemas se nos antoja poca cosa y deseamos que estallen!! Sabemos que late con fuerza la vida dentro y morimos de impaciencia para que se produzca el parto: la primera rosa!
Asistimos al proceso embelesados, llenos nuestros ojos y nuestros sentidos de belleza, conmovidos por esa Naturaleza que siempre nos sorprende y siempre nos hace sentir pequeños porque ella es tan grande…
A mí no me desaparece la sonrisa de mi cara cuando los miro. Cuánta felicidad me hace sentir mirarlos, disfrutarlos…
Cómo es posible que tras la quinta o la séptima hoja…justo sobre esa y ni una más abajo o arriba, emerja, primero incipientemente, apenas perceptible, la formación de lo que será un capullo?
Llevan años con nosotros y los conocemos de sobra. Antes se nos pasaba y hasta que no asomaban totalmente no sabíamos anticipar que en dos días los capullos ya se verían. Ahora ya no, ahora conocemos cada rosal como la palma de nuestra mano. Cada uno distinto, cada uno con su gama de color.

Qué maravillosamente diferentes son unos de otros. El otro día alguien me dijo que todos los rosales eran muy parecidos. Yo pensé para mí: Sí, un rugosa se parece a un rambler como un huevo a una castaña!
Aunque parte del proceso ya la conoces porque lo vives cada primavera, ansías que vuelva a ocurrir año tras año. Rosa 'Madame de Sevignè' brotará con sus tallos cortos, y Rosa 'Iceberg' Cl. formará sus capullos en lo alto de ramillas laterales mucho más largas. Rosa ‘Pierre de Ronsard’ será precoz en cubrirse de preciosas y rojizas hojas y en cuajarse de embriones de rosas.

Los rugosas, tan distintos y tan especiales se cubrirán casi de los primeros con hojas de marcada nervadura, tan frescas, tan tiernas, tan crujientes en este momento!! Sus capullos emergerán de sus ramas de una forma absolutamente distinta al resto de rosales del jardín. Son como madres amorosas envolviendo a sus bebés. Primorosamente protegidos por las últimas hojas de los tallos forman conjuntos que parecen repollos y tú, que los conoces ya de hace años, sabes que en su centro, a buen recaudo todavía, están ya los preciosos capullos.

Probablemente Rosa 'A. Shropshire Lad' vuelva a ser uno de los arbustos más bonitos de tu jardín. Cuajado de ramas, repleto de tiernas hojas de preciosos tonos entre carmín y magenta… Pero aunque hayas visto ese rosal muchas veces perder su desnudez no te impide el asombro por la forma en que lo hace.
De los rambler no te asobrarán tanto sus hojas incipientes como la diminutez de sus capullos y te volverás a preguntar por enésima vez como es posible que ahí, en algo que no es más grande que un grano de arroz se guarde toda la rosa!
Conoces el jardín y los procesos que se producen en él y sabes que a misma vez que se activan las rosas también lo hacen otros muchos seres. Incluso los que desearíamos que no lo visitaran! jeje
Son miles las veces que has visto abrirse una rosa pero todas, todas sin excepción te has quedado hechizado ante unos pétalos plegados tan maravillosamente que puedan guardarse hasta que llega el momento adecuado bajo los sépalos que los protegen.
Y cuando ese momento llega y asistes a él, llega tu emoción y tu piel se te eriza y te da igual que sea por efecto de unas hormonas, por haber variado la inclinación de la curva que de forma aparente describe el sol en el firmamento o por los marcadores internos que indican a la planta que puede desplegarlos. Tú solo ves poesía ahí…porque tus ojos de jardinero te impiden afortunadamente ver otra cosa.

16 comentarios:

  1. María, qué alegría enorme es ese momento en que las rosas se preparan para florecer, y tus rosales se ven tan saludables y plenos! qué envidia! Hay muchas flores hermosas, pero como las rosas ninguna, me resulta imposible imaginar un jardín sin ellas por más difícil que sea cultivarlas, ahora tras el verano cruel que se como todos los años se cobró la vida de varios rosales viene el otoño con sus días lluviosos y húmedos y para peor calurosos porque siguen cercanas a los 30 C.. condiciones ideales para la mancha negra, el oidio y otros flagelos y para colmo es la época de mayor actividad de las hormigas cortadoras.. ayer descubrí que en una sola noche dejaron desnudo un rosal trepador de dos metros, no dejaron ni una hoja ni una flor nada de nada... todas las noches (que es cuando realizan su faena) reviso las rosas y sus alrededores con una linterna para detectarlas pero con estos días lluviosos no pude hacerlo y aprovecharon! Que suerte tienen los jardineros del hemisferio norte que no tienen que lidiar con estos bichos! Te mando un saludo y espero ver más de tus hermosos rosales!

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  2. Cuánta pasión por las rosas, María. Se nota que son tus preferidas y es normal que las esperes con tanta ilusión. Me encanta tu PR junto al huerto, va a ser una explosión de color. Ya nos la enseñarás.

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    1. Eso espero, Mónica. A ver si tanto trabajo de colocación de las ramas da su resultado. Ahora ya está marcada su estructura, es cuestión de ir guiando las ramas hacia la derecha para que llegue a la ventana y hacia la izquierda por la otra fachada para que bordee la puerta de acceso al coche.
      Sí, con mis preferidas... Cómo lo has sabido? Creí que no se notaba jajajaja Un beso :)

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  3. Los rosales están preciosos antes de florecer , el nuevo follaje tiene su magia.
    Todos años estoy impaciente por cual sera el primero en verle los capullos y la primera flor

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    1. yo hago lo mismo, pero después de cuatro años el candidato ganador está siempre entre un par o tres de rosales. Este año la cosa está reñida entre Rosa 'Madame de Sevignè' y Rosa 'Munstead Wood' creo que ganará el segundo. En dos o tres días lo sabremos.

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  4. As rosas requerem alguns cuidados e embora tenham espinhos são flores maravilhosas. Lindo o seu roseiral. Beijinho e feliz fim de semana.

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    1. Ahora sí....ya verás como tanta lluvia como ha habido como empiezan en breve pulgones y oídio...pero eso es la jardinería, disfrute y combatir. Si pudiera elegir temperaturas elegiría ahora y eliminaría las que de repente vendrán. pasaremos del frío casi al calor de repente. En fin,a ver qué tal se presenta la temporada. Un beso, Teresa.

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  6. Me siento muy identificada con la emoción y la ilusión con las que sigues el progreso de tus rosales. Me encantan las fotos y cómo te interesas por el propio rosal, no solo por la rosa. Es una visión global, inteligente y propia de una persona que va más allá de lo obvio. ¡Creo que tu espíritu científico solo es comparable a tu sensibilidad artística! Gracias por compartir con nosotros y feliz primavera. Un beso, María.

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    1. Así es, Alicia. No estoy de acuerdo con ese protagonismo absoluto que tiene la rosa en el rosal. Indudablemente es lo más llamativo del arbusto, qué duda cabe!! Pero las rosas no están en el aire, prenden de un ejemplar que tiene muchas otras partes hermosas. De hecho cultivo algunos rosales exclusivamente por sus hojas por ejemplo. Describir en un artículo sobre un rosal o elegir uno para una determinada zona creo que no sería completo ni afortunado hacerlo en función exclusivamente de sus rosas. El rosal es un todo, como lo es un jardín. Una rosa está inmersa en un conjunto que es el propio arbusto como un jardín está inserto en el medio dónde existe.
      No comparto las visiones de las cosas demasiado enfocadas sobre una parte del todo. Creo que son perspectivas que no proporcionan una visión más que reducida y que no ayudan a conseguir algo que a mí me interesa sobremanera, los conjuntos.
      Mostrar exclusivamente fotografías de una rosa o describir solamente la floración de un rosal por ejemplo inglés sin hablar del medio, sin describir todo el ejemplar y además sin mostrarlo en un medio concreto, en un jardín completo...sí, creo que es sesgado. Los rosales ingleses cultivados por ejemplo aquí en el centro de la Península nada tienen que ver con esos mismos ejemplares en Inglaterra. Ni lo que dura la rosa, ni el tamaño, ni el aspecto de la vegetación se parecen...ni siquiera la capacidad de reflorecer.
      Gracias por tus comentarios, Alicia. Un abrazo!

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  7. Se nota que amas las rosas, no hay más que ver lo lustrosas y brillantes que están las hojas y se nota la pasión que tienes por tu jardín y el mucho trabajo y esmero con el que lo cuidas.
    Me ha hecho mucha gracia tu exposición sobre los tipos de jardineros y no me siento especialmente identificada, yo me calificaría como no jardinera, porque es así, a mi lo que me apasiona es la naturaleza en general y tal vez por eso mi jardín es algo "salvaje", como yo, porque como bien dices, refleja lo que somos. El jardín, esa extensión de nuestro hogar, es como nuestra casa, que refleja nuestro gusto, afición y es el lugar en donde nos sentimos cómodos y felices.
    Muchos besos, María!

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  8. ajjajaja Montse, conozco algunos de los tipos que he descrito pero indudablemente hay muchos otros, no quería extender el artículo que bastante largo era ya. El amor a la naturaleza, creo que ningún jardinero que conozco, no la ama. En realidad un jardín no es Naturaleza exactamente, es mmás bien Naturaleza "domada". Todos lo son, ninguno es naturaleza pura. A mi también me gustan estilos más naturales, más sueltos pero sé que por muy silvestre que pueda parecer un jardín no es Naturaleza. Intervenimos, modificamos, seleccionamos (introduciendo especies y eliminando otras) protegemos, nutrimos artificialmente....no, no es Naturaleza, Montse. Con independencia de su estilo.
    y sí, cada uno tenemos el jardín que más se adapta a nosotros, a nuestra manera de ser, a nuestra manera de vivirlo...Que pases buen fin de semana, querida Montse. Un beso.

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  9. María, evidentemente un jardinero ama la naturaleza y un jardin es naturaleza "domada" como dices, en eso estamos de acuerdo.
    Tal vez no me he expresado bien, yo me refería a que no me gusta "domar" excesivamente mi jardín, me gusta que esté lo más natural posible, porque no me considero jardinera y sí amante de las plantas y porque no me gusta que me domen tampoco a mí, jeje.
    Lo mío es la xerojardinería, aquella que se adapta a las plantas del entorno, con alguna excepción claro y que subsiste con poca agua, recogida de lluvia y sin riego automático, poda la justa y abonos naturales o los menos agresivos posibles, así como los productos para las plagas, si son remedios caseros, mejor. Es por todo eso que lo llamo "salvaje" por decirlo de alguna manera ¡Ay, María, creo haberme explicado bien ahora!
    Feliz domingo, guapa!!

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    1. Sí, si te había entendido. Exponía solo un pensamiento que me vino a la cabeza al leerte. Intuyo porque te he leído muchas veces el estilo de jardín que te gusta. En parte a mi también me pasa lo mismo, me gustan los jardines más naturales, algo más campestres. Las podas de árboles y arbustos procuro hacerlas sin transformar en exceso su natural forma de crecer, otro tema son los rosales pero es que si hay algo paradigmático de lo no natural son precisamente muchos de los rosales que tenemos en nuestros jardines, producto de mil cruces. Otra cosa es que hablemos de rosales especie, ahí yo ni los podo o simplemente los atuso un poco. Soy también de tu línea en cuanto a lucha contra plagas y enfermedades y lo que tiene que ver con nutrientes.
      Solamente ahondaba un poco en lo que mal llamado se dice Naturaleza. Las zonas con intervención del hombre (poca o mucha da igual) transforman, modifican. Desde el momento en que seleccionamos un tipo de plantas (en tu caso de bajo mantenimiento), que aportamos nutrientes que la Naturaleza no aportaría si estuviera la zona abandonada...Intervenimos (con productos químicos o naturales, pero intervenimos) luchando contra plagas. En la Naturaleza se produce el equilibrio de forma autónoma o se produce la selección natural. En nuestros jardines somos nosotros quienes seleccionamos en mayor o menor medida... me refería a eso, a que no eran naturaleza en el sentido estricto del término. Pero te habías explicado perfectamente en tu comentario. Uffff...no sé por ahí, Montse, aquí nieva, diluvia, graniza....hace de todo!! Un beso, Montsita.

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