Estas últimas semanas hemos terminado de podar todas las matas de lavandas y romeros que hay en el jardín.
Este año todo va retrasado. Ha hecho mucho más frío que otros inviernos, incluso el inicio de la primavera ha sido inusualmente fresco y por tanto las plantas no se animaban a brotar pero además lleva semanas y semanas sin parar de llover.
Son muchos los correos que recibo en el que me preguntan sobre qué hacer con l lavanda que se nos ha envejecido porque lleva años sin podarse y siempre respondo lo mismo: rejuvenecer un gran arbusto de lavanda es tarea bastante complicada y los resultados no son nada buenos. Es mejor sustituirlas que tratar de convertir de nuevo en una bonita bola, un ejemplar enorme, desgarbado, con troncos gruesos, viejos y resecos a la vista, sin follaje ninguno. No, amigos, la poda de las lavandas no es cosa que podamos olvidar si queremos mantenerlas en buenas condiciones.
Pero es cierto que los trabajos del jardín se ven condicionados en ocasiones por razones ajenos a nosotros. Podar un rosal, de pie, aunque sea con un chubasquero para protegerse, es una cosa. Se hace con tijeras y no hay problema. Pero otra cosa muy distinta es podar las matas de lavandas y romeros que yo realizo con tijera recortasetos eléctrica.
No me gusta utilizar aparatos conectados con cables en días de lluvia por razones obvias. Así que entre que no estaban muy brotadas y que la lluvia ha contribuido un poco, hasta mediados de mes no he terminado de tener todas las matas listas.
¿Vosotros habéis podado ya vuestras lavandas? Este artículo pretendía ser un recordatorio más que otra cosa.
A principios de abril de hace dos años publicamos un artículo en el que tratamos de forma detallada las podas de la lavandula por eso hoy no vamos a profundizar en exceso. Decimos "las" porque dos son las que deben practicarse sobre estos arbustos si no queremos que en breve se tornen viejos y leñosos y terminen por despoblarse de hojas sus gruesos troncos en las zonas bajas.
Como explicábamos en aquel artículo, las lavandas deberían podarse por primera vez en la temporada, tan pronto empiezan a brotar.
No conviene aplazar en exceso este trabajo porque de hacerlo, arriesgamos la floración.
Las lavandas no tienen la capacidad de rebrotar desde la madera vieja, así que una buena poda consiste en hacer una poda bien apurada pero sin llegar a cortar hasta esta madera vieja ya que en ese caso, nos quedaríamos con un arbusto que será difícil que volvamos a ver cubierto de ramas. Dejaríamos un ejemplar desnudo en su base y con su estructura de leño viejo interno a la vista lo que lo convertiría en un arbusto que carece de toda belleza.
Fijaos en estas dos siguientes fotografías. Están tomadas el día 5 de este mes. Día en que hice la poda de esta mata. Todo el exterior de la planta está cuajado de hojitas...
Pero apenas abrimos un poco la mata, vemos enseguida su interior con hojas resecas: a pesar de ser un ejemplar sano y joven, vemos que dentro está lleno de hojas secas. Es lo normal. El interior siempre está así.
Es justo hasta esa madera vieja por donde tenemos que cortar, dejando una pizca de ramillas que vemos verdes pero sin llegar a cortar del todo hasta el leño viejo por lo que decíamos, porque del leño viejo no rebrotarán.
En esta segunda fotografía se ve muy bien que hay unos centímetros todavía de ramas con hojas frescas, así que si queremos podemos cortar una pizca más.
Aconsejaría no preocuparse por el aspecto un poco despoblado que resulta justo cuando terminamos de podar. Se ven un poco "transparentes". No importa!!
En seguida, en cuestión de unos días, nuestra lavanda volverá a estar tupida, no se transparentará ya su interior. Mirad esta tercera fotografía, es del mismo ejemplar que la anterior: Es del día 24. Es decir, en tres semanas escasas han sacado infinidad de pequeños brotes ya. Así que tranquilos. Es mejor apurar bien la poda y así mantenerlas tupidas que podar poco.
Solamente hay una forma de mantener las lavandas bonitas, tupidas, con buena forma....ser constante en la poda y no dejarlas ni un solo año sin sus dos podas!!
Es mejor comenzar desde jóvenes. Es decir, desde el primer momento de estar en le jardín no dejar de podarlas, incluso ejemplares muy, muy chiquitos.
En varias fotografías de este artículo podéis ver algunas de las mías que son realmente pequeñas pero estar redonditas porque aunque son extremadamente jóvenes las he dado un buen recorte. Así, desde abajo, al cortar a poca altura, las ramillas se ramifican y va creciendo tupidas.
Si por olvido o no haber podido realizarla a tiempo, incluso yo diría de hacerla algo más tarde, aún perdiendo la floración. Al menos yo prefiero mantenerlas el mayor tiempo posible jóvenes, densas, sin huecos sin vegetación aunque un año perdiera las flores.
La primera la hacemos como digo, al inicio de este mes (o cuando comiencen a brotar según el clima de nuestro jardín). Esta es la poda más severa.
La segunda la haremos tras la floración del verano. Esta poda es algo menos apurada. Eliminaremos las espigas secas y aprovecharemos para recortar brotes excesivamente largos, darle de nuevo una forma bonita y si queremos reducir un poco su tamaño si no disponemos de demasiado sitio para que crezcan.
Los romeros florecen en primavera en mi zona. Podarlos ahora como yo hago supone perder su floración. Os extrañará que haga esto.
Explicaré por qué. A los romeros les ocurre un poco como a las lavandas, se hacen enormes y tienen la tendencia a crecer desgarbados despoblándose en las zonas bajas del arbusto. Los míos son muy, muy jóvenes así que pretendo hacerlos crecer desde el principio muy densos, muy poblados.
Cuando se compran chiquitos como yo hago, la plantita tiene apenas unas cuantas ramas. No tienen los romeros la tendencia a ser tan redondos como las lavandas, por eso, si no los podo bien apurados cuando son pequeños, enseguida esas ramas que traen del vivero se alargan y al hacerlo, se separan, adoptando una forma que no es la que yo quiero. Deseo matas más redondas, más tupidas desde abajo y por eso podo ahora y repito a lo largo de la temporada estos recortes con la misma finalidad.
El año que viene probablemente los deje florecer y no podaré hasta después de la floración. Luego, los recortaré varias veces hasta que se inicie el otoño, pero no mucho más porque la planta tiene que tener tiempo para que la madera que cree tras la ultima poda tenga tiempo de madurar antes de que lleguen las primeras heladas.
Tanto la lavanda como el romero cuando se hacen arbustivos están muy feos, la poda oportuna y bien hecha los mantiene muy bien. A mi, el romero, me florece casi todo el año!
ResponderEliminarMuchos besos.
Que bien sabes María. Besos.
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