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Las hojas de los rosales en invierno: ¿Defoliar? ¿No defoliar? ¿Cuándo?

A las puertas del invierno. Los rosales son teóricamente arbustos caducifolios. Digo teóricamente porque el comportamiento que las hojas de los rosales tienen, depende en buena parte del clima dónde se cultivan
En climas suaves, los rosales incluso no llegan a estar en período de dormancia nunca y aunque disminuida siempre tienen algo de actividad vegetativa y conservan la mayoría de sus hojas a lo largo de todo el año.

Por el contrario, en climas fríos como el que tiene mi jardín, los rosales tienen sus hojas ya muy castigadas por las heladas. En un alto porcentaje se han caído o tienen un color muy amarillento/aranjado que hace prever que en breve caerán en buena parte. 
Al final del invierno, de no intervenir el jardinero, los rosales aún conservan buena parte de sus hojas, en un estado lamentable, eso sí. El engrosamiento de las yemas a partir de febrero provocará la caída definitiva de muchas de las hojas que aún permanecen prendidas de sus peciolos y el rosal empezará su actividad vegetativa conservando parte de la vegetación de la temporada anterior.
En otros climas más fríos aún los rosales quedan totalmente desnudos de hojas.
A estas alturas del año en casi todos los jardines los rosales lucen ya hojas viejas, muy dañadas, a veces incluso con insectos en estado larvario en su envés...
  

Qué hacemos con estas hojas? Buena pregunta!! No tengo una respuesta única. Me explico.
Teóricamente conviene eliminarlas porque en estas hojas viejas y muchas enfermas, se conservan esporas y larvas cuya conservación no tiene beneficio alguno para el rosal. Muy al contrario, su permanencia en el rosal permite que sigan estando en ellas esporas e insectos en estado larvarios que una vez vuelvan a subir las temperaturas en primavera, favorecerán el desarrollo de enfermedades y plagas al inicio de la estación.


Luego está claro que si no matizamos, la respuesta es sí, sin duda, conviene eliminarlas!
Bien, esto lo tenemos claro. Ahora vienen dos preguntas?:
La primera es: Hay que eliminar las hojas de todos los rosales? 
Si hemos dicho que defoliar los rosales en invierno contribuye a eliminar buena parte de las plagas hivernantes y de esporas, parece lógico que eliminemos las hojas de todos los rosales. Es cierto, sí, y realizarlo en un arbusto de un metro de altura no es nada ni difícil ni una labor que tardemos en llevarla a cabo más allá de media hora (con limpieza del suelo incluido).


Pero.... y defoliar un rosal trepador adulto? jejejeje La cosa ya no parece tarea tan fácil y rápida. Verdad?
Hasta ahora, y hablo de que éste es el cuarto invierno que cuido de mi jardín, he realizado escrupulosamente esta tarea cada año. Todos y cada uno de mis rosales han sido desnudados de sus hojas manualmente y de forma meticulosa. Ya el año pasado cuando empecé a afrontar la labor me plantee si la siguiente temporada (ésta de este año) podría seguir llevando a cabo este trabajo.
Hasta ahora, los rosales no son todavía enormes. Incluso el trepador más grande que tengo, un jovencísimo Rosa 'Eden Rose 85' (O R. 'Pierre de Ronsard') no ha llegado ni con mucho a alcanzar la envergadura que tendrá en breve. Así está el "pequeñuelo" listo para comenzar su tercer año. En dos o tres años, reconozco que dudo mucho que pueda defoliarlo. Ni subiéndome a una escalera (con el peligro que para mí supone esto porque tengo vértigo) podré alcanzar algunas de sus ramas.

Este año me armaré de paciencia. Comenzaré un sábado o domingo bien temprano y me pondré como meta del día exclusivamente eliminar sus hojas. Pero con las trazas que lleva, el crecimiento que tendrá esta primavera, hará imposible que pueda volver a realizar este trabajo.
Esta siguiente imagen corresponde a un Rosa 'Eden Rose 85' que yo cultivaba en mi anterior jardín y que tenía tan solo cuatro años. No sé vosotros, yo lo veo y me siento incapaz de dejarlo desnudo ajajjaja.
Bien, asumido que en ocasiones, ciertos rosales alcanzan un tamaño que para muchos jardineros (entre los que me encuentro) les resulta imposible afrontar su defoliación, sentí curiosidad por buscar alguna información que me diera ideas de algún sistema para eliminar estas hojas que no fuera el hacerlo de forma manual.
Comentaré lo que he encontrado porque lo he leído en bastantes páginas y algunas de ellas creo que tienen garantías en cuanto a la seriedad de la información que suelen ofrecer.Parece ser que rociar a conciencia (el haz y el envés) el rosal con una mezcla de polisulfuro de calcio mezclado con aceite de invierno en un día soleado (esto importante) provocará que las hojas se "quemen" facilitando que la mayoría caigan por sí solas.
Aclaro que yo no lo he probado aunque también digo que en el momento que encuentre dónde puedo hacerme con este producto voy a intentar comprobar qué resultados da el sistema.
Aun sin saber si el azufre que contiene el polisulfuro de calcio reacciona igual que el azufre micronizado cuando se mezcla con aceite de invierno, sospecho que debe ser efectivo para el fin que buscamos dado que precisamente siempre se advierte  de que no se mezclen nunca el azufre y el aceite de invierno, incluso se acoseja que se dejen transcurrir al menos 30 días desde la aplicación de tratamientos a base de azufre antes de la aplicación del aceite. Y ello mucho menos en días soleados por el peligro de que las hojas se quemen.
Por tanto, parece bastante probable que precisamente, como buscamos eso, que se quemen y caigan, voy a probarlo en alguno de mis rosales y cuando lo haga os hablaré de cómo me ha funcionado. No creo que la defoliación que produzca haga ningún daño al rosal ahora que están prácticamente sin actividad vegetativa.
Si no logro comprar polisulfuro de calcio antes de que llegue el momento de la poda, tendré que hacerlo manualmente como he hecho hasta ahora pero intentaré el asunto. 
Desde luego si el método es efectivo e inocuo, me parece una forma rápida y fácil para lograr deshacernos de esas hojas viejas del rosal evitando así (al menos en parte) enfermedades y plagas en la siguiente estación.
Para quién lo desconozca diremos que este producto concentrado se utiliza para el control de plagas hibernantes de cochinilla, áfidos, ácaros y de forma preventiva para controlar el oídio. Se usa en pulverizaciones mezclado con agua y diría que está aceptado en agricultura ecológica cuando se trata de un formulado al 18,5 % y es utilizado sobre frutales de hoja caduca y parrales de vid.
Para los curiosos, aquí tenéis un vínculo del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente en el que se ofrece información detallada sobre este producto.
Bien ahora vendría la segunda pregunta: Cuándo eliminamos estas hojas viejas de los rosales? Antes o después de la poda?
Aunque solamente sea por razones de economía de tiempo parece lógico pensar que es más práctico eliminarlas inmediatamente tras la poda dado que el tamaño de la planta se reduce y por tanto la cantidad de hojas a eliminar también será menos.
Por qué entonces convendría hacerlo antes de la poda si nos llevará más trabajo? Os daré las dos razones que yo encuentro para hacerlo así.
A mí me resulta más fácil podar con los arbustos completamente desnudos. Veo mejor su estructura y accedo más fácilmente a las ramas que deseo podar

Pero además, le veo otra ventaja y es que yo suelo hacer tres aplicaciones de aceite de invierno para combatir plagas hibernantes y esporas. Comienzo en noviembre/ diciembre y voy aplicando cada mes hasta que podo. Hace unos días he realizado la segunda aplicación del aceite de invierno y lo he hecho con los rosales todavía con bastantes hojas. Me gustaría que la tercera aplicación fuera ya con los rosales desnudos y ello porque indudablemente me permitirá empapar a conciencia todos los tallos y yemas latentes si no tengo hojas que me estorben.
Pero se me ocurre otra razón más y es el ahorro económico. Cada vez que hago una aplicación de aceite de invierno más oxicloruro de cobre a todos los arbustos y pequeños arbolitos de mi jardín me supone llenar al menos 5/6 mochilas de 12 litros. Haced las cuentas y veréis que no sale barato precisamente.
Impregnar bien por ejemplo un rambler con las hojas todavía en las ramas indudablemente se lleva mucha más cantidad de mezcla que hacerlo sobre un rosal desnudo.
Vemos por tanto que aunque teóricamente convendría eliminar  las hojas de todos los rosales, no siempre dispondremos del tiempo, de la energía e incluso por dificultad de acceder a algunas partes del rosal, podremos realizar este trabajo.
De otra parte, el hacerlo antes o después de la poda parece bastante indiferente estando como están los rosales sin actividad. Si la permanencia de las hojas no os dificulta la tarea que tendremos que realizar allá por febrero (en climas fríos con heladas) podría realizarse perfectamente después. Así nos ahorraríamos eliminar hojas de ramas que se van a cortar en febrero.
En caso contrario, como es mi caso, y como me supone una tarea en la que no voy a tardar ni un día ni dos, me lo tomo con calma y en este mes que me queda hasta la próxima aplicación de aceite de invierno con oxicloruro de cobre, iré poco a poco eliminando las hojas de todos los rosales que pueda. Haciéndolo así la tarea no será tan laboriosa y cansada.
Digamos por último que si la eliminación de las hojas viejas es un asunto de higiene muy importante, no lo es menos la escrupulosa limpieza del suelo tras realizar este trabajo.

Una vez defoliado el rosal hay que barrer bien todo el terreno que rodea la base para evitar precisamente que la permanencia de hojas infectadas de esporas y larvas permanezcan en él y contribuyan a contagiar la planta en primavera.
Ya lo hemos comentado varias veces pero lo repetimos aquí, las hojas de los rosales, precisamente porque tardan bastante en compostarse, porque tienen aguijones que pueden dañarnos a la hora de manipular el compost con las manos, pero sobre todo porque son un foco de infección, no deben incorporarse a la pila del compost si no que es preferible quemarlas si disponéis de un lugar y espacio para ello en el jardín o embolsarlas y tirarlas a la basura.
Aquí lo dejo...por cierto, como van las compras navideñas? Decidido el menú de Nochebuena? Disfrutando ya de la compañía de algunos de vuestros queridos familiares? En breve yo iré a por mi madre y estará aquí conmigo un tiempo, lo cual, para mí es una gran alegría el poder estar junto a ella al menos un tiempecito.
Un saludo, queridos lectores.


Plantación de rosales en ubicaciones problemáticas

Me gusta plantar los rosales a raíz desnuda en noviembre. Ahora ya se producen heladas nocturnas y el suelo está en peores condiciones pero este año me retrasé en el pedido de rosales y hasta ahora no me llegó el envío.

Antes de plantarlos y tras hacer los hoyos de plantación regué en profundidad para que la zona dónde los ubicaría estuviera previamente húmeda además de comprobar, como hago siempre, el drenaje del hoyo.
Quisiera hablaros hoy de dos de los problemas con los que nos enfrentamos a la hora de elegir dónde cultivaremos nuestros rosales
Uno es la competencia de raíces. No siempre es fácil resolver este asunto y como veréis generalmente no queda otra que trasladarlos de lugar si es que crecen cerca de ellas o, "ingeniárnosla" de alguna forma para que el rosal tenga alguna posibilidad de salir victorioso frente a ellas. Al menos intentarlo. No es fácil como digo!! 
El otro problema en mi jardín es más acuciante cuando se trata de la zona alta. Allí no son las raíces lo que genera la dificultad, allí es la insolación inaguantable que se da en verano. Es decir, el problema son las temperaturas extremas en verano que favorecen la deshidratación. Aquí no queda otra que usar mezclas que ayuden a conservar la humedad.
Antes de entrar en materia quiero deciros que esta vez mi pedido se ha limitado a tan solo unos pocos. Este invierno no han sido muchos los que he solicitado. El jardín ya lleva creándose casi cuatro años y el número de rosales que cultivo ya va siendo numeroso. Pero claro, con esta pasión que tenemos por ellos, es difícil resistirse a la tentación de aumentar las existencias.
Rosa 'Souvenir de la Malmaison' arbustivo. Cultivo el trepador, por cierto, sin mucho éxito ya que creo que los trips han decidido nutrirse de él y no le dejan vivir en paz. 
Es una rosa que me encanta así que he querido introducir en la parte frontal de la casa este de crecimiento arbustivo.
Rosa 'Reine des Violettes'. Lo cultivé en le otro jardín de la casa dónde viví anteriormente pero no me lo traje y es una rosa tan sumamente hermosa que esta vez no he podido resistirme a pedirla. En aquel jardín, no aguantaba bien el sol. Sus rosas languidecían con las altas temperaturas y los pétalos se achicharraban de manera que esta vez voy a cultivarlo en unas condiciones un tanto fuera de lo común pero sí, voy a probar a hacerlo así. Me refiero a que la ubicación es debajo de un pino en el huerto. A ver qué tal se desarrolla.
Si no funciona en este lugar, pues eso, lo que hacemos siempre para que el trabajo del jardín no tenga fin ajjajaja, trasladarlo de lugar!
Rosa 'Madame A. Meilland' arbustivo (También conocido como 'Peace' o 'Gloria Dei') Un clásico entre los clásico. Es un híbrido de té de 1935 cultivado por Francis Meilland .
Lo que son las cosas... Aunque hace treinta y tantos años, cuando yo tuve mi primer jardín no entendía absolutamente nada de plantas, este fue el primer rosal que compré por casualidad. En versión trepadora, eso sí. No cultivo híbridos de té en mi jardín, creo que este es el único, pero ha sido por motivo más sentimentales que otra cosa por lo que lo he pedido. Se trata de un arbusto de buen tamaño con rosas tan hermosas!! 
Rosa 'Souvenir du Docteur Jamain' una rosa antigua perteneciente al grupo de los híbridos perpetuos de 1865, divino como pocos.
Rosa 'Goldfinch' no es nuevo este rambler en mi jardín pero me pasó con él lo que no me ha ocurrido nunca con ningún rosal. Desgraciadamente se murió el que planté el año pasado por mi culpa. Me despisté al plantarlo y cuando lo hice dejé pendiente la instalación del riego por goteo correspondiente. Se me fue del todo de la cabeza y se quedó sin agua así que el pobre murió. Tenía ganas de cultivarlo así que decidí volverlo a pedir, esta vez con la determinación de no dejármelo morir.
Rosa 'Lady Emma Hamilton' Tampoco es nuevo pero precisaba un rosal de hermosas rosas anaranjadas que destacara sobre la celosía derecha que da entrada al jardín trasero.
Y por último, Rosa 'Mermaid' (en sus raíces). Estoy enamorada de este rosal desde hace tiempo pero este es de esos rosales que tienes que tener muy, muy claro dónde se van a cultivar. Mermaid no se pude poner en cualquier parte. Requiere espacio, mucho espacio para lucir en todo su esplendor. Se trata de un vigoroso trepador de enorme desarrollo, un híbrido de R. bracteata de rosas grandes de pocos pétalos pero muy refloreciente y de un amarillo de gran delicadeza.
He tenido que recurrir a la socorrida Wikipedia para mostraros esta belleza... lindo!! Eh! :) Delicado y elegante. Ummmm ya sueño con él. Por cierto, para los que siempre van olisqueando, sí, sí, tiene aroma también!!


Llevo años queriéndolo cultivar pero sin decidirme a hacerlo por no tener elegido el espacio adecuado. Por fin creo que le he encontrado la ubicación en la que puede lucir su hermosura
Pero tiene un problema este espacio asignado: Las dichosas mimosas!! No obstante yo soy bastante empecinada y cuando quiero algo, al menos lo intento. Si no tengo éxito siempre pienso que estoy a tiempo de modificar los emplazamientos o las condiciones de cultivo o simplemente asumir mi error y desistir jajaja
Quisiera mostraros este rosal antes de plantarlo. como veis no se trata de un Rosa 'Mermaid' injertado si no de un ejemplar que crece en sus propias raíces.
La importancia de las raíces de los rosales no es tema baladí. Los que me leéis con asiduidad, sabéis que a la hora de plantarlos siempre lo hago con el punto de injerto hundido con la idea de que con el tiempo, aunque me veo obligada a adquirirlos casi todos injertados, terminen por crecer en sus propias raíces. Son varias las ventajas que le veo a esta forma de hacerlos crecer.
Podéis echar un vistazo a un artículo en el que se trata con algo de profundidad los pros y los contras del cultivo de rosales injertados frente a rosales que crecen en sus propias raíces pinchado en el vínculo anterior.
Estoy convencida que los rosales que crecen sobre sus propias raíces terminan siendo rosales más fuertes, de mejor desarrollo pero sobretodo en este caso, estoy interesada en un rosal que me emita constantemente brotes basales que me permita ir rejuveneciéndolo con los años. Preferiría que este rosal no creciera con tallos largos, excesivamente lignificados y desnudos en la base a pocos años que pasen. Me gustaría tener una parte inferior poblada desde el suelo ya que se trata de una zona que se ve mucho al venir el camino que recorre el seto norte en nuestro ascenso hacia la parte alta del jardín. Y esto, sin duda, será más fácil si este rosal crece desde el inicio en sus propias raíces.
Fijaos como ha venido. Un buen cepellón lleno de raicillas bien desarrolladas que tan pronto toquen el sustrato que les he preparado espero que se animen a desarrollarse de forma saludable y vigorosa en él.


De todos modos este mes no han sido estos siete rosales únicamente los que he plantado. He tenido que trasplantar otros siete de lugar porque dónde crecían estaba claro que no tenían ninguna posibilidad de prosperar.
Hoy va la cosa de ubicaciones problemáticas para los rosales. Empecemos por un buen ejemplo de este problema,  el de este rosal Rosa 'Mermaid'. y ello hay que "agradecérselo" como os digo, a las raíces de las mimosas que crecen en este arriate.
Sabiendo que en general es difícil  salir victoriosos del problema, no quiero dejar de intentar salirme con la mía :)
Ni se me ocurre plantar directamente en el suelo al pobre rosal. Sé que tendría sus días contados. La competencia de estos árboles es tan enorme que no tendría posibilidad alguna de sobrevivir siendo tan bebé.

Estas son las raíces de una mimosa que he sacado de entre un rosal que crecía cerca de ellas. Impresionante la "cabellera" que han desarrollado, verdad? Cómo iba a desarrollarse el pobre rosal con una competencia de este calibre enrollada a sus raíces!!

Por eso he excavado un buen hoyo, de amplitud suficiente para albergar en él un gran contenedor. Ahí podrá tener mi Rosa 'Mermaid' la hidratación, nutrientes y sustrato que precisa para empezar a desarrollar un buen cepellón.

Cuando en dos o tres temporadas se haya desarrollado lo suficiente, excavaré mucho más profundamente y agrandaré el hueco que he practicado ahora. Construiré luego un pequeño "tabique" vertical que rodee el cepellón del rosal con suficiente profundidad, con ladrillos o piedras de manera que le proteja de la competencia de las dichosas raíces y espero (cruzo los dedos) que siendo para ese momento, un ejemplar ya bien desarrollado tenga posibilidades de sobrevivir junto a la mimosa. Espero que las raíces se desarrollen hacia abajo, a más profundidad de lo que lo hacen las raíces de la mimosa que suelen ser bastante superficiales y en estas condiciones pueda no sufrir tanto por el agua robada por la mimosa.
Como os comentaba no encontraba un lugar adecuado para este rosal pero ahora tengo la idea de ubicar una pérgola adosada a la fachada este de la casa. Quizás (ya veremos) construya bajo ella un espacio para dedicarlo a zona de pintura al óleo que es una afición que quiero volver a practicar. Los caballetes, lienzos y material de esta hobby ocupan bastante espacio y aunque en este momento tengo dedicado un dormitorio a ello, creo que la luz que tendría en este lugar para pintar sería magnífica.


En fin, digo todo esto porque un Rosa 'Mermaid' creciendo enloquecido hacia arriba y durmiendo sobre el tejado de esta pérgola podría quedar precioso. O no? :P

A veces ubicamos los rosales pensando que tienen la luz adecuada y llenamos los hoyos de plantación con las mezclas de sustratos que necesitan pero no tenemos en cuenta algunas circunstancias que impedirán su desarrollo.
Es la experiencia la que te hace ver hasta qué punto algunas ubicaciones son imposible. Es el caso de la zona central de mi jardín. Allí crecen dos grandes olmos cuyas raíces resultan una competencia imposible de vencer para casi cualquier arbusto y en concreto, los siete rosales que crecían hasta ahora junto a ellos, después de tres años no han prosperado lo más mínimo.
Está claro que ya no era cuestión de darles más tiempo. Fijaos en estos dos rosales. Ambos se tratan de Rosa 'Wild Edric' plantados el mismo año, con el mismo sustrato, con la misma orientación....el desarrollo no tiene comparación!!

Esta foto anteerior es el rosal que he trasplantado ahora y la siguiente fotografía corresponde a otro R. 'Wild Edric' no esta primavera si no la anterior....no hay color, verdad? :)

Sin duda son las raíces de los olmos los que impedían su desarrollo. Así que no voy a esperar a que sigan sufriendo otra temporada más. Los he sacado de su ubicación y les he asignados nuevos lugares en mi jardín.
Mis sospechas se han confirmado cuando he ido sacando los rosales. Los hoyos de plantación estaban llenos de raíces de los olmos y el desarrollo del sistema radicular de estos rosales era mínimo, apenas el suficiente para que los pobres no murieran pero ni de lejos el preciso para que se desarrollaran con normalidad.
De todo se aprende!! Ya no se me ocurrirá más ni el intento de hacer crecer rosales plantados directamente al lado de raíces que compiten con ventaja frente a las de los rosales.

El segundo problema con el que suelo enfrentarme en mi jardín a la hora del cultivo de rosales está dado por el tipo de suelo que tengo y por mi propio clima. Como sabéis mi suelo es arenoso, en él se filtra demasiado rápido agua y nutrientes y de ahí que tenga la necesidad de hacer aportes constantes de materia orgánica. 
Las temperaturas del verano de Madrid no son fáciles de superar con éxito para los rosales. Conviene ayudarles un poco!! Una forma de combatir la sequedad del sustrato es usando mezclas que retengan al menos un poco, la humedad.
Quisiera compartir con vosotros la elaboración de una mezcla de sustratos que creo que irá muy bien para mantener mejor la hidratación tanto de los nuevos rosales que han venido como de los rosales que he tenido que trasplantar desde el centro del jardín.

Hace ya casi un año recogí ocho o diez sacos grandes de hojas que metí inicialmente en una compostadora que tengo para este fin en el jardín. Luego vi que el compost se haría mejor metiendo las hojas en bolsas negras de jardín y regándolas bien antes de cerrarlas.
Así estaba este compost en mayo de este año. Como veis, estaban bastante compostadas pero todavía se podía apreciar claramente que eran hojas.
Una vez pasado un año, podéis ver en qué se han convertido aquellas hojas: una mezcla negra, ligera, mullida, suelta...un magnífico sustrato ácido que aligerará cualquier mezcla en la que participe. No aportará demasiados nutrientes pero que retendrá el agua de los hoyos de plantación evitando en parte la deshidratación del rosal.

Aunque a la hora del color final de las rosas hay otros factores como las temperaturas y el sol que reciben, también el pH del suelo dónde se cultivan interviene. Debo deciros que como ya he comentado en algún artículo, tengo comprobado que en suelos de cierta acidez, los tonos de los rosales que florecen en la gama de magentas, púrpuras, violetas...tienden más a tonos más azulados en suelos ácidos que cuando se cultivan el medios más alcalinos.
Me gustan en general más los malvas y violetas que los más rojizos, de manera que además de ser mi jardín de suelo con cierta acidez, tiendo a acidificar un poco más los hoyos de plantación agregando a las mezclas elementos que favorezcan en este sentido.
Así, esta vez he mezclado turba rubia, vermiculita, compost de hojas ya bien maduro y sustrato de estupenda calidad.
El compost de hojas no aporta muchos nutrientes como os digo pero da esponjosidad a la mezcla, convierte el sustrato en un medio poroso, bien aireado donde las raíces crecerán con menos dificultad.

El conjunto forma una mezcla bien mullida, esponjosa, ligera... la vermiculita, la turba y las hojas ayudarán en los dos sentidos en los que estoy interesada, de una parte aportarán algo de acidez y de la otra favorecerá la conservación de la humedad.
La experiencia es un grado en jardinería, como en todo!! Recuerdo la primera vez que hice mezclas de varios elementos y que como no tenía práctica trataba de hacer toda la mezcla necesaria de una vez. No me resultó este sistema nada bien!!
Así que esta vez tenía claro que no iba a mezclar toda la turba y hojas de una vez. Plantar veinte rosales precisa de bastante matrial. Como es muy difícil calcular qué cantidad se precisará para los rosales que tenía pendientes de plantación o de trasplante, lo que hice fue hacer una primera mezcla anotando las cantidades de cada elemento.


Hice una primera remesa de sustrato con tres carretillas de sustrato, una cuarta parte de la bala de turba que tenía (80 litros) y un saco y medio de compost de hojas más un poco de vermiculita. Comprobé que quedara a mi gusto y vi para cuántos rosales me daba. Aproximadamente unos cinco.
Preferí ir haciendo un montón echando un poco de cada sustrato e ir repitiendo estas capas hasta terminar con ellos. Así el montón estaba un poco mezclado antes de removerlo bien con la pala.

A partir de aquí y sabiendo de antemano las cantidades que de cada sustrato necesitaba para los siguientes rosales, fui cortando con una sierra la bala de turba, disgregándola previamente para facilitar luego la mezcla con los otros elementos y haciendo igual con cada bolsa y media de hojas compostadas. De poco en poco me resultó mucho más cómodo, además de que todas las mezclan han quedado con la misma proporción de todos los componentes.
Bueno, pues eso es todo por hoy, mis queridos lectores :)
Que tengáis todos un feliz fin de semana y ...abrigaos!! Que ya hace un frío que pela!! ;)

Manchas en hojas de Iris germanica producidas por Heterosporium gracile (Davidiella macrospora)

Así están mis Iris germanica 'Florentina' este invierno. Horribles!! 


Incluso estoy pensando en deshacerme de ellos porque tengo miedo de que finalmente contagien a los Iris germanica que siendo vulgares (no tienen nombre y apellidos) y corrientes a mí me tienen enamorada y han demostrado una resistencia a todo increíble. Porque hay que ver la mala vida que llevaron los pobres antes de comenzar nosotros a arreglar el jardín. Pero ahí siguieron!! Y en cuanto recibieron una buena limpieza, agüita de vez en cuando y les cayó encima de su suelo el estiércol que suelo depositar en el jardín dos veces el año, no tardaron en ponerse preciosos y en darme unas floraciones preciosas.
La cosa es que en la primavera de hace dos años encontré abandonados en una parcela sin vallar en las proximidades de mi jardín unos cuantos rizomas de Iris germanica 'Florentina'
Grandes, fuertes, aparentemente sanos!! Tenían un aspecto francamente magnífico. No sólo las hojas, también los rizomas no daban muestras de estar enfermos. Estaban duros, sin abolladuras, sin mohos, sin manchas ni zonas reblandecidas y con un aspecto inmejorable.
No presentaron problema alguno en la temporada de aquel año pero próximos al invierno empezaron a aparecer en sus hojas unas manchas que poco a poco iban extendiéndose aumentando en número y provocando que las hojas dónde aparecían poco  poco comenzara a enfermar completa y finalmente se secara y muriera.
Tan pronto vi estas manchas eliminé las hojas afectadas pensando que con ello eliminaría o limitaría el problema. Me equivoqué!
El año pasado los síntomas aumentaron. Aquellos rizomas que encontré los distribuí en varios lugares del jardín para formar varias matas. Lo curioso es que todas ellas manifestaron los mismos síntomas la anterior temporada y la presentan este invierno. Lo cual me hace pensar que estuvieran infectados desde antes de plantarlos porque la  distanca entre unas matas y otras es bastante así que el contagio no me parece demasiado plausible.
También me llama la atención que estando prácticamente al lado de otros Iris germanica que tengo (ya estaban desde siempre en el jardín antes de llegar nosotros) no llegan a contagiar a ninguno de ellos.
Estos días me he fijado que el problema parece tener un aspecto más grave. Son más hojas las afectadas y de forma más intensa así que me he interesado en recopilar alguna información sobre este hongo. La comparto con vosotros.
Estas manchas son producto de una enfermedad fungica causada por un hongo que es conocido con distintos nombres: 'Heterosporium gracile', 'Heterosporium iridis', 'Davidiella macrospora' e incluso como 'Didymellina macrospora' y 'Mycosphaerella macrospora'. En fin, un lío!
Aunque puede enfermar a otras plantas como Narcisos, Freesias, gladiolos o Hemerocallis, son los lirios (Iris germanica) los que se ven más afectados por el contagio constituyendo ésta la enfermedad foliar más importante de estas preciosas plantas.
Las hojas contagiadas comienzan a presentar pequeñas manchas ovaladas con puntos marrones. 

Según va acrecentándose la infección el número de manchas aumenta y llega a invadir totalmente la hoja provocando que se amarronen y finalmente se sequen y muera lo que si ocurre con en gran cantidad de hojas y de forma repetida durante varias estaciones pueden llegar a afectar a la salud del rizomas debilitándolos y provocando su muerte.

Es frecuente que los primeros síntomas de esta enfermedad se manifiesten con la aparición de pequeñas manchas marrón claro comiencen sobretodo en la parte superior y paralelas a la dirección de las venas de las hojas y el borde de las hojas aunque también pueden aparecer en tallos y botones florales. 

Aquí puede verse como la parte baja de las hojas presenta menor infección. 

Al inicio de la temporada las manchas se agrandan lentamente y tras la floración el número y tamaño de las machas aumenta rápidamente llegando a inundar prácticamente toda la superficie de la hoja. Las manchas más antiguas presenta una forma oval y con centros grises bordes en tonos rojizos y con un halo clorótico.


Durante los años secos la enfermedad se presentará menos agresiva y será en los años húmedos cuando presente más virulencia. Eliminar las hojas afectadas desde el inicio de la aparición del problema reducirá las esporas disponibles para que lleguen a infectar 
Según parece las esporas pueden permanecer en el suelo a la espera de que las condiciones atmosféricas les sean favorables. Así las lluvias primaverales y tras ellas el calor del verano favorece su capacidad de actuación sobre los Iris.
Es muy aconsejable someter a una buena limpieza de hojas secas y material muerto las matas de Iris. Son estas hojas secas amontonadas  los pies de la planta dónde se desarrollan y reproducen las esporas. 
Es en estas hojas secas y muertas dónde las esporas pasan el invierno para volver a la actividad tan pronto llega la primavera y el tiempo húmedo. El viento y el agua las llevará de un lugar a otro contagiando a otras plantas directamente a través de sus estomas.
Vemos pues que el tiempo húmedo, la falta de ventilación entre las hojas, el riego por encima mojando el follaje, el suelo ácido son todas ellas condiciones favorables para su desarrollo. 
Por tanto como medidas preventivas o para paliar e incluso solucionar el problema es aconsejable actuar en el sentido siguiente:
Mantener las matas aseadas es una buena costumbre. Eliminando estas hojas secas, enfermas o el material muerto alrededor de la base de las matas, favorece que haya buena aireación entre las hojas y mitigará el peligro de contagios al reducir la cantidad de esporas de hongos presentes entre las hojas y en el suelo.
Por supuesto no debemos usar este material para hacer compost ya que favoreceríamos el contagio a otra plantas. Lo mejor es quemarlas.
A continuación deberíamos tratar la planta durante el tiempo húmedo con algún fungicida a base de cobre. Aunque parece que estos fungicidas son más preventivos que curativos una vez la planta está infectada.
Incluso quizás lo mejor sería extraer del suelo los rizomas, comprobar si están afectados eliminando cualquier zona enferma. Luego bañarlos en una solución con cobre antes de replantar.


El hacinamiento entre las plantas favorece el contagio. Conviene dividir las matas periódicamente y asegurarse de que hay espacio entre ellas que favorezca una buen movimiento del aire entre ellas.
Según parece hay variedades y cultivares más y menos susceptibles de contraer esta enfermedad. Convendría asesorarse de cuales son más resistentes para elegirlas a la hora de cultivar lirios en el jardín.
Como os comentaba los que yo tengo en el jardín de siempre y que deben ser una variedad muy común son bastante más resistentes a este hongo. De todos modos, me preocuparé de pedir que me limpien bien todas las matas y eliminen cualquier hoja dañada, seca o muerta. Igualmente le diré a mi ayudante que corte todas las hojas hasta un palmo. Creo que será un buen modo de prevenir incluso en aquellas matas que no presentan de momento ningún indicio de estar infectadas.
Igualmente, al haberse introducido este hongo en el jardín creo que recortar hasta bien abajo todas las matas de Iris ayudará a eliminar la mayor cantidad posible de esporas que haya presentes. Y por supuesto, una vez comience la actividad al pasar lo más duro del invierno volver a actuar con productos a base de cobre para preservar del contagio al material vegetal recientemente brotado.
Aunque los Iris pueden vivir en zonas algo más sombreadas el crecer en puntos bien soleados favorecerá la salud de la planta.
Si nuestro suelo es muy ácido puede ser aconsejable agregar algo de cal para aumentar el pH del suelo.



Al regar se debería intentar no mojar su follaje, especialmente si regamos por la noche. Ya sabemos que no conviene mantener la humedad en el follaje durante muchas horas puesto que es una forma de animar al desarrollo de las enfermedades fúngicas.
Al aplicar el producto fungicida mezclarlo con algo de jabón potásico disuelto en agua para aumentar la adherencia. Si agregamos una pequeña cucharadita de jabón disuelta en la disolución fungicida de cobre disminuirá la tensión superficial de la gota de agua, aumentará la penetración del producto en tejido a la vez que la permanencia del mismo sobre las hojas y por tanto su efectividad.
La aplicación debería hacerse de forma repetida y espaciada entre aplicaciones en función de que el tiempo sea húmedo o seco. 
Deberían aplicarse al menos cuatro veces con intervalos entre ellas de 7/10 días. Se aconseja más el uso de  pulverizaciones que los productos cúpricos en polvo.
Prestemos especial atención al tiempo húmedo. En el caso de estar tratando nuestros Iris con algún producto deberíamos acortar los intervalos a 5 días si el tiempo es lluvioso.
Del mismo modo podemos alargar los intervalos a 12/14 días si el tiempo es seco.

Hoy he hecho mi primer montón de compost con estos materiales

Llevo ya un tiempo acumulando materiales para hacer mi primera pila de compost. Hoy por fin la he montado. Me siento un poco como la primera vez que hice un bizcocho!! jajaja Sabía los ingredientes, sabía el orden, sabía el proceso pero todo eran dudas: Muchas harina? Poca? Más batido, menos? Horno por arriba? Por abajo?
La verdad es que tendré que leer bastante sobre el proceso de compostaje porque mis conocimientos a respecto son bastante básicos. Espero que suficientes para que el resultado de esta primera experiencia no me desanime a ir perfeccionando la forma de hacerlo y las proporciones de los materiales durante las siguientes veces que elabore un montón. Con este "equipaje" me he atrevido a hacerlo por primera vez con bastante optimismo (ya tendré oportunidad de que se esfume ejjeje):
Como digo tengo unas nociones básicas sobre el proceso. Con toda seguridad tendré que cambiar las proporciones de los materiales utilizados, aprender a saber cual es la cantidad correcta de agua que debo añadir al formar las distintas capas del montón. Seguro que habré cometido más de un error pero bueno, esta es la primera vez y ya tendré oportunidad de ir aprendiendo y rectificando lo que se preciso.
Llevo algún tiempo reuniendo materiales y preparándolos. La procedencia de ellos es bastante diversa y ando como una "basurera" trayéndolos de todas partes jajajaj
En mi lugar de trabajo me permiten recoger las bolsas del césped cuando lo siegan. Cuando lo traje lo extendí sobre el suelo del jardín durante unos días durante los que lo he movido alguna vez para que se fuera secando un poco.
Entre ayer y hoy he pasado por la biotrituradora las ramas de las arizónicas que hemos cortado estos días. Por cierto, qué aroma tan agradable desprenden cuando se cortan!!
Qué maravilla de máquina!! Estoy contentísima habiéndome decidido a adquirir una. Me parece impensable cortar con unas tijeras podadoras los restos de la poda. Estas máquinas facilitas y permite el aprovechamiento de un material tan abundante en un jardín y que de otra forma sería una lástima tener que desprenderse de él sin utilizarlo. Fijaos como queda la madera. No la secciona limpiamente, si no que su sistema de corte lo que hace es machacarla un poco, los trocitos quedan abiertos por a corteza así que será más fácil que se composten. 
Además de para hacer compost tengo pensado utilizar estos restos de poda triturada para el acolchado de las plantas. Es un material idóneo para este fin!!
También he ido llenando bolsas con las hojas caídas en el jardín, con las que me dan en el vivero de mi pueblo y otras que he recogido en el jardín contiguo que es de un familiar que me permite acceder a él.
En el bar de mi centro de trabajo hay una chica y un chico encantadores  y tan amables que me guardan todos los posos del café que elaboran en el bar. Agradezco enormemente esta deferencia que tienen conmigo. Gracias, guapos;) !!!
He ido guardando también la ceniza de la chimenea. 
Contaba con corteza de pino que también he utilizado en la formación del montón
Como ahora hace bastante frío he podido guardar los restos vegetales que se han ido generando en mi cocina sin que produjeran malos olores. 
Mis conocimientos son tan elementales que podría resumirlos así:
La acción de miles de organismos y microorganismos es lo que da lugar al compost degradando la materia orgánica que inicialmente introducimos en la pila o montón hasta que se convierte en humus, es decir, un material que sí es asimilable para las plantas.

El proceso consta de varias fases en las que la ventilación, la temperatura y la mezcla de materiales es determinante para que la pila no se convierta en una masa putrefacta y produzca malos olores.
  • Fase de latencia y crecimiento durante la que las bacterias se alimentan de los restos de los que se compone el montón. Actividad alimenticia que provoca el ascenso de la temperatura hasta unos 45º de forma progresiva. Durante esta fase debido a la liberación de ácidos por parte de los microorganismos,  el material va tomando un pH más bajo, es decir, el medio se tornará más ácido. Generalmente esta fase dura unos 15 días.
  • A continuación viene la fase termófila durante la que se desarrollan hongos y bacterias que estaban en estado latente y que viven en medios con temperaturas entre los 45 y os 75º. En esta fase los materiales se esterilizarán eliminándose los patógenos, así como semillas y larvas que pudieran contener. Poco a poco, según va menguando la disponibilidad de alimento también va decreciendo la actividad bacteriana a la par que a temperatura irá bajando paulatinamente. Este proceso suele durar unos 3 meses. Al igual que en la anterior fase es imprescindible una aireación correcta. Así como una humedad relativa del 50% para que sea posible la vida y actividad de estos microorganismos en la pila de compost.
  • Y por último la fase de maduración: Los microorganismos y organismos irán abandonando el compost conforme el alimento vaya desapareciendo a medida que los materiales se vayan transformando todos en un material estable en el que ya no se reconocen los materiales iniciales con los que hemos formado el montón. La temperatura irá descendiendo más aún y el pH tenderá a la neutralidad.
El proceso de compostaje podemos hacerlo de muy distintas formas, desde directamente en el suelo formando un montón a dentro de una compostadora u otro tipo de contenedor que permita la aireación, espacio y volteo necesario. Incluso en zanjas practicadas en el suelo del jardín.
Es importante que la base de la pila esté en contacto directo con el suelo para favorecer que los insectos y microorganismos precisos en el proceso puedan acceder y penetrar en el montón.
Precisamente porque en mi caso la zona dónde he ubicado las dos composteras se trata de un espacio "ganado" artificialmente con aportaciones de tierra de mala calidad proveniente de otras zonas del jardín he pensado que quizás el suelo de estas composteras no tenga demasiados microorganismos de ahí que antes de nada haya mezclado con el agua de un cubo un par de paladas de estiércol.  No recuerdo dónde he leído que era conveniente echar algo de tierra del jardín o de estiércol disuelto en agua como "activador" de compost.

Esta mezcla la he echado al suelo de la base de las composteras antes de comenzar a formar la pila.
Para comenzar la pila se debe formar en la parte inferior una primera capa de materiales leñosos para que sea más fácil la entrada de aire y se evite que el montón se compacte. En este caso he usado los restos de la poda de algunas arizónicas que previamente he triturado.

Los materiales de los que debe componerse el montón tienen que ser lo más variados posibles para obtener un compost de calidad. Así deberá estar compuesto por materiales secos y verdes (húmedos, frescos) tratando de que estos últimos fueran el doble en cantidad en relación a los secos. Pero en todo caso siempre restos orgánicos
La pila deberá estar compuesta por capas de materiales que aporten carbono y materiales que aporten nitrógeno.
Así podemos hacer una esquemática división de los materiales según su aportación:

  • Los materiales que aportan gran cantidad de carbono: Serrín, paja, papel, cartón, ramas de podas del otoño, agujas de pino secas, paja 
  • Materiales con un aporte equilibrado de carbono/nitrógeno: agujas de pino frescas, hojas de árboles y frutales, ramas finas de podas de primavera, estiércol de caballo...
  • Materiales que aportan una mayor proporción de nitrógeno: restos orgánicos frescos de la cocina, posos del café, purín de ortigas, estiércol de aves, ortigas frescas,
Es decir, que podemos incorporar al montón toda una serie de materiales orgánicos que fácilmente tendremos en casa o se generarán en nuestro jardín: cartón, servilletas de papel, uñas, pelo, restos de cocina (que no contengan salsas, grasas, pescado o carnes), ceniza de la chimenea (no en demasiada cantidad), restos del segado del césped, malas hierbas que no estén en flor, hojas procedentes de la caída del otoño, posos del café, bolsitas de té (sin grapa)
Valen las malas hierbas que no tengan las semillas formadas o estén en flor, y por supuesto es magnífico añadir ortigas frescas si tenemos la suerte de que brotan en nuestro jardín.
Algunos restos que pueden añadirse sin que sean en grandes cantidades: cítricos, pan, cartón troceado, restos de pelusa de la secadora, parte de cartón de las hueveras y cilindros de los rollos de papel de cocina e higiénico

Como materiales que no deberíamos incorporar al montón figuran: carne, pescado, aceites, grasas, papeles satinados o con tintas de color, plástico, metal, vidrio, colillas de cigarrillos, excrementos de mascotas..

El montón debe tener un volumen mínimo para que comience el proceso. De ahí que he tratado de llenar la primer compostadora y dejaré la otra para ir poniendo en ella los restos que vaya generando el jardín y la cocina. 
Es importante favorecer que no haya pérdidas de temperatura por lo que es aconsejable que el montón esté cubierto o tapado sea con un plástico, sea con la propia tapa de la compostadora.
Periódicamente debe moverse la pila ya que cuanto más heterogénea sea la mezcla, mejor resultará el proceso del compostaje. Una horca nos ayudará enormemente para realizar esta mezcla de los materiales de vez en cuando tratando de poner los que están en el medio de montón hacia los laterales de la compostadora y viceversa, los que están en el exterior pasarlos a centro.
Tendremos que cribarlo para separar de él restos de más tamaño que todavía no estén compostados y que los incorporaremos de nuevo a la pila.

Una vez terminado el proceso de compostaje, el material resultante será grumoso, de colos oscuro y con un agradable olor a tierra de bosque que enriquecerá el suelo de nuestro jardín cuando lo incorporemos a él, a nuestro huerto o  a nuestros contenedores. 

 Y esta es la forma en la que he formado mi pila...

Sobre la base de suelo mojada con el estiércol mezclado con agua he comenzado a formar capas alternando materiales secos con húmedos. Empezando por una buena capa de poda triturada.
y siguiendo con materiales húmedos, alternando capas de restos de cocina o malas hierbas por ejemplo, con restos de podas triturados u hojas. 
Entre ellas he ido "espolvoreando" algo de ceniza (no mucha), posos del café, y algunas paladas de estiércol . He ido regando un poco entre capa y capa para que los materiales estuvieran un poco húmedo.

Las compostadoras son bastante grandes (120 x 100 cm) así que se precisa bastante material para llenarlas. Me he quedado sin materiales fatándome un tercio aún por llenar. Mañana tendré que cortar más arizónicas, recoger más hojas y malas hierbas, etc...hasta llenarla completa. 
Hoy ya se me ha hecho tarde pero mañana, cuando tenga terminado el montón, lo regaré todo el compost con una generosa cantidad de purín de ortigas que tenía hecho desde hace unos días y lo taparé con algún plástico o algo que se me ocurra para preservarlo del agua de la lluvia que pudiera caerle encima así como para que no haya pérdidas de temperatura una vez comiencen a ascender ésta.
Ya veremos lo que sale...ajajjaj Iré contándolo!!!

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