Viernes, el día que llovía a mares!! (Daños en el jardín)

Este viernes todos los jardineros que sois de la zona de Madrid sabéis que fue un día terrible de lluvias, viento y granizo. No llovía, diluviaba!!

Asomada a las ventanas de mi casa veía el acolchado "nadando" jardín abajo y asistía con el corazón encogido al agujereado de las hojas de mis Catalpas, Paulownias y algunos rosales con el granizo que caía a ratos.
Sabéis qué se siente. El cielo absolutamente gris, cuajado de nubes que empezaron a soltar agua como si no hubiera un mañana. Empezó a caer agua cada vez con más intensidad. Yo no había visto nunca llover así.

Los jardineros no asistimos nunca a los fenómenos atmosféricos como lo hace otra gente que no tiene nuestra afición. Nosotros siempre pensamos automáticamente en las consecuencias para nuestros jardines. Y yo por supuesto sabía que aquello solo podía presagiar un desastre en el jardín. A mí me faltaba llorar!! Cuando amainaba un rato y a pesar de saber que luego me pondría mala del enfriamiento (como realmente así ha sido), salía a ver como estaba el jardín. Era desesperante!! Todos los que amáis vuestros jardines sabéis como duele ver que se deteriora. Verdad? :)
Deseé intensamente que cesara. Pero no, llovía y llovía y llovía...cada vez más! La tierra ya no podía asumir más agua. Empezaron a hacerse regatos sobre los arriates. El agua empezó a escarbar el terreno y en un momento dado las piedras del camino del jardín trasero estaban cubiertas por un río superficial de agua encaminado hacia las zonas más bajas del jardín...


La parcela de más arriba que la mía tiene toda la caída hacia el rincón que yo llamo Jardín Secreto (zona debajo de los pinos grandes en el NE de la parcela). Ya no me importaba ni mojarme!! Es que me daba igual. Veía la parcela de más arriba anegada por el agua y llegó un momento en que, como el murete de separación de su lado tiene poca altura (porque está más alta que la mía), temí que desbordara hacia mi jardín. Pero eso no ocurrió durarnte la primera de las muchas visitas que durante las horas de lluvia hice a la zona.

Pero el diluvio siguió y siguió y ya el agua desbordó hacia mi parte. Era un río jardín secreto abajo!!

El agua, con su fuerza imparable, a su paso escarbaba la tierra de todas las plantaciones y descendía el muro este hacia abajo hasta la rampa del coche que llegó a llenarse de toda la tierra y acolchado que se iba desplazando de las plantaciones de arriba. Cada vez con más fuerza!!
Estas fotografías no están realizadas en los momentos de más lluvia. Era imposible proteger la cámara del granizo y de la lluvia torrencial!! Están hechas en momentos posteriores así que el agua que veis correr no es ni en la cantidad ni con la fuerza que lo hacía solo unas horas antes. Este es el agua que siguió cayendo hasta casi ponerse el sol.

Llegué a ver el inicio de las raíces de un par de rosales rambler plantados de este invierno. Sabía que estar yo allí asistiendo al terrible espectáculo no solucionaría nada. El cielo dejaría de verter agua cuando quisiera pero no podía dejar de dar vueltas por todo el jardín viendo el desastre...



El agua inundaba las traviesas de la escalera que bordean la meseta que formé alrededor del tronco de uno de los pinos y saltaba por encima de ellos cada vez con más ímpetu!!


Seguía su recorrido hacia la otra esquina, en la que está el huerto. Allí el panorama no sé si era peor aún!! Los cimientos de los postes que sostienen las celosías empezaron a quedar a la vista.



Estando en el huerto para ver los daños hubo un momento en que empezó a granizar. Allí ya dejé el paraguas en el suelo e impotente vi como los brotes de mis tomateras empezaban a caer al suelo. Ramas enteras tronchadas. Las hojas de berenjenas y calabacines eran verdaderos coladores!!

Creo que jamás he visto llover con tanta intensidad. El acolchado del huerto y toda la tierra que hay bajo él junto con la que venía de zonas más elevadas del jardín empezó a desplazarse hacia la puertecita que hay en el huerto pero por la nivelación del terreno no drenaba hacia la calle si no que se iba toda junta al rincón dónde cultivo las frambuesas. El bordillo de madera que separa las plantaciones de la zona central de esta esquina dónde últimamente puse un bancal de fresas desapareció!! Todo era tierra, piedras y acolchado mezclado. 


No me di cuenta entonces de que tenía los pies encharcados, la ropa chorreando y el pelo? jajajaj El pelo era una esponja empapada... Me daba igual. Era como si moverme de allí fuera abandonarle a su suerte. Amores de jardinero!! jejejee No sé explicarlo. Sabía que nada podía hacer pero necesitaba saber qué estaba ocurriendo. Tengo un taburete bajo un enebro en esa zona y podrá parecer absurdo pero llegué a sentarme allí a mirar... a mirar el desastre y, aunque me da cierto pudor decirlo, no pude contener las lágrimas. Qué rabia y qué impotencia!!
Debí dejarme la puerta de casa entreabierta. No lo sé. Pero lo que son las cosas...ese ser tan cobardica que se llama Iker y que teme al agua más que a una vara verde, salió de casa y fue en busca mia. Qué adorable es!!
No le dejamos entrar en el huerto casi nunca así que cuando llega al portón siempre se para y me mira a ver si le doy permiso para entrar...el otro día no esperó. Con su pelo chorreando de recorrer todo el jardín para buscarme entró y se sentó a mi lado. Cómo, a pesar de todo, no sonreír? El otro día me emocionó tanto su gesto!! Pobrecillo, no dejaba de lamer mi mano como para consolarme y quizás él nunca sabrá que lo logró. Logró que en medio de todo aquel caos pensara que ni él ni yo habíamos sufrido daños y que eso era lo realmente importante.
A ratos me subía a casa porque ya no aguantaba más la visión de mi jardín anegado y lo peor era que pensaba que podía empeorar la situación. A ratos el cielo se compadecía y dejaba de llover o llovía de una forma algo más moderada y yo, con cuidado porque aún me desplazo ayudada de muletas, intentaba llegar a casa subiendo las pendientes del jardín, que con el suelo encharcado, resultaban demasiado blandas para transitar por ellas sin riesgo de caerme. A mi paso veía la tierra de los caminos sobre el acolchado de las plantaciones... y mi perro a mi lado, parándose cada vez que yo me paraba sin importarle la lluvia. 
El viernes no fue un cobardica como lo suele ser, el viernes estuvo a mi lado mojándose igual que yo... Como no querer a un ser tan entrañable? :)

Llegábamos a casa y los dos solos esperábamos que la tormenta decidiera amainar...pero al rato otra vez mis nervios, mi preocupación y me desespero me hacían volver a salir de casa. Y mi Iker conmigo!! 

Sé qué en mi estado no fue prudente aquel ir y venir y mirar y volver a casa y desesperarme mirando detrás de los cristales, y volver a salir para ver si el desastre estaba siendo peor aún que la última visita. Sí, sé que no debía estar fuera pero es que era tal la angustia por los daños en el jardín que no podía estar en el interior de casa. Era más fuerte que yo!!
En la siguiente salida me percaté que el agua de la mitad del tejado (la que no tiene canaló) junto con la que caía en las terrazas que bordean la casa lo hacía en tal cantidad y con tal fuerza que llegó a tirar (y desplazar) las piezas de adoquines que bordean uno de los setos en la zona baja del muro de piedra.... y mira que pesa una pieza de estas!! 

Recuerdo que cuando vi los adoquines de esa guisa miré a Iker y fue ver su aspecto y no poder contener la risa. Su pelo chorreando, sí, me hizo reír porque pensé que yo no debía estar mucho mejor. Qué aspecto tan deplorable debíamos tener los dos ajjajajaja
Decidí ya no salir más. Me prepare un cafelito y a mi Iker le puse en tu cacharro un poco de pienso y los dos nos pusimos a merendar esperando...esperando que la Naturaleza decidiera parar y pensando que no hay mal que cien años dure. Con algo había que conformarse.
Pero sí, cuando todo terminó me puse a reflexionar y me dije que no debía estar tan abatida. Que no se había roto ningún árbol a pesar del viento huracanado que soplaba; que no se había derrumbado ninguna infraestructura del jardín; que arcos, portones, escaleras, vallas...nada había sufrido daño. Pero sobretodo que en la casa no había entrado una gota y que mi compañerito estaba mojado ahí conmigo haciéndome compañía y consolándome como podía.
Quise pensar que el trabajo para arreglar todo no sería nunca tan fuerte y duro como el que hice cuando empecé a crear este jardín. Y se hizo, costó (está costando) tanto trabajo...pero se hizo, se está haciendo!! Así que por qué no íbamos a poder arreglar todo el desplazamiento de tierras y acolchados? Dentro de lo malo fue eso, desplazamiento de tierras y piedras así que no era algo que no tuviera solución. Simplemente era cuestión de trabajar!! 
Intenté reponerme del disgusto y no tardé ni el tiempo del café en empezar a pensar en el orden en que se deberían hacer los trabajos para que todo volviera a tener el aspecto del jueves... y a sentirme absolutamente privilegiada por tener en mi vida a Iker.
Hoy, a estas horas, todo está ya casi arreglado. El huerto tiene recolocado todo el camino que lo recorre; en el jardín secreto ha desaparecido los rastros del río que lo recorría el viernes...y casi todo en el jardín vuelve a tener el aspecto habitual. Los caminos están de nuevo barridos y limpios y la tierras desplazadas en su sitio. Todo en orden!!
Pensemos en positivo!! Lo bien que le han venido a las raíces de los rosales todo este agua!! Las hojas? Ya brotarán otras nuevas y hermosas en pocos días...Se fue el polvo de todas las plantas y el sábado (y hoy) toda la vegetación tiene un aspecto tan fresco, tan crujiente... 
Pero sí...Qué terrible día fue el viernes!! Feliz domingo, queridos lectores  :-)




Los chupones de tomateras enraizados el mes pasado ya están en flor!!

A principios del mes pasado Pilar me regaló unos chupones de sus tomateras. Los puse en agua nueve días durante los que desarrollaron bastantes raicillas antes de enmacetarlos a mediados de mes.
Los tuve unos días a la sombra hasta que se repusieron del trasplante y después los llevé a los bancales del huerto.
Lo cierto es que creía que quizás no tuvieran tiempo de desarrollarse y que aunque arraigaran y crecieran, sería ya muy avanzada la temporada cuando podrían producir tomates. Pero no. Estaba equivocada.
Así estaban hoy. Preciosos!! Son cuatro y dos de ellos tienen incluso flores!!

Son capaces de producir tomates antes que las tomateras que tengo en los bancales que vienen de planteles. jajajaja
Por cierto, al menos una de las tomateras son de las que se conocen como "hoja de patata". Qué curiosa la semejanza con ellas, verdad?

En fin, está claro que este sistema funciona. Es bueno experimentar. Verdad? Y la verdad, es cuestión de considerar este tipo de reproducción de las tomateras porque además puede tener la ventaja de, como se empiezan a desarrollar más tarde, también empiezan a fructificar más tarde por lo que pueden estar produciendo tomates hasta más avanzada la temporada.

En fin, esperemos que las abejitas hagan su labor y estas flores lleguen a cuajar. Si hay suerte, nos comeremos una buena ensalada de tomate a la salud de la señorita Pilar ;)


La primera cosecha del huerto este año: Berenjenas blancas!

Ahora todas las hortalizas están floreciendo y empiezan a cuajar sus frutos. Mi zona no es de las más adelantadas así que empiezo a cosechar más tardes que otros hortelanos. Así que cada vez que se baja al huerto deseas que te de alguna sorpresilla.
Veo tomates en las matas aún verdes y por el aspecto les quedan aún días para madurar.
Las berenjenas estaban el otro día demasiado chicas y de hecho hoy, al bajar al huerto a atar las tomateras no pensaba recolectar nada. Pero sorpresa!! Qué ilusión me ha hecho ver que ya había algo para poder cosechar. Hasta ahora aún no llevé a la cocina nada de lo que estoy cultivando en los bancales y estaba un poco impaciente jajaja :)
Tengo unas cuantas matas de berenjenas blancas entre las tomateras. Al crecer éstas pensé que las sombrearían demasiado y no crecerían bien. Todo lo contrario, las hojas tienen un aspecto estupendo y presentan en formación muchos frutos ya.
Me encanta revisar las matas a la espera de ver algún fruto para coger!! En cuanto las he visto me he ido a por las tijeras y con cuidado de no dañar el resto de la mata he cortado el pedúnculo. Esto son hortalizas frescas!! Sí, señor!! Del huerto al plato... qué maravilla!
Aquí tenéis la recolección de esta mañana sobre una hoja de calabacín. Por cierto, esta es la primera vez que me reflorece mi Rosa 'Pierre de Ronsard' así que he cortado algunas rosas para disfrutarlas en la cocina.

Al igual que hago en el resto del jardín, en el huerto me gusta inspeccionar a conciencia. Hay que controlar bichitos, manchas foliares, aspecto de la tierra... igual que en el jardín. Si la verdad, según voy aprendiendo esto del cultivo de hortalizas me doy cuenta de que no hay tantas diferencias con el cuidado de plantas ornamentales.

Me ha dado mucha alegría ver estas cuatro berenjenas justo para cosecharlas. Prefiero que no se hagan muy grandes, así son mucho más tiernas y ricas. No son muchas pero sí las suficientes para realizar el primer plato de la cena. Haré esta torre de verduras templadas que además de sumamente fácil de cocinar están para chuparse los dedos!! Podéis ver la receta en mi blog "Con María en su cocina"
Si pincháis sobre la fotografía os llevará a la receta del blog dónde están las explicaciones.

Parra virgen. Trepadoras que protegen del sol y aportan frescor a las fachadas

De la familia de las vitáceas, Parthenocissus tricuspidata 'Veitch Boskoop' es una vid, como Vitis coignetiae (ornamental) o Vitis vinifera.
Mi clima ya sabéis como es en verano: ardiente!! Creo que es la mejor palabra que lo describe. La jardinería en climas del centro de nuestro país no es fácil. Los veranos alcanzan temperaturas de no poder estar en el jardín durante las horas centrales del día y lo peor para las plantas no es el calor, es la falta de humedad atmosférica. Y en invierno, heladas y frío, mucho frío.

En estas condiciones en los jardines grandes, cada vez estoy más convencida que una no puede andarse con muchas pamplinas. Sí, se puede tener unas cuantas plantas de capricho. Evidentemente que podemos cultivar unas hortensias aquí en Madrid pero seamos realistas, jamás se aproximará ni en belleza ni en salud a las que crece casi espontáneamente en el norte de nuestro precioso país. 
Y ello suponiendo que modificamos el suelo lo suficiente como para que tengan un pH bajo o que el sustrato del contenedor dónde las tengamos es tierra ácida y regamos con agua que no sea alcalina. 

Pero es que hay plantas que no tienen requerimientos especiales solamente en cuánto a suelo, es que precisan de una humedad que Madrid (por poner mi ejemplo) no tiene. Y así jamás están lozanas y exuberantes como cuando crecen en una zona con un clima adecuado. Lo peor es que en el intento invertimos esfuerzos, productos, tiempo y al final...los logros no han merecido la pena. 
Pero los jardineros de zonas centrales de la Península tenemos un completísimo surtido de plantaciones totalmente adaptadas a nuestras características climatológicas y que no llevan aparejado su cultivo ningún trabajo extraordinario.
La Parra virgen, sea Parthenocissus tricuspidata o Parthenocissus quinquefolia, es una de estas plantas a las que me estoy refiriendo. 
Todo son ventajas en ella!

De una parte no suele contraer ni enfermedades ni plagas que precisen de tratamiento alguno. Lo cual es de agradecer teniendo tantas otras con las que siempre andamos mochila a la espalda con purines y jabones potásicos. Verdad?

Tened siempre presente que hablamos de un jardín aquí, en la Sierra de Madrid, dónde la humedad atmosférica es bajísima. En climas más húmedos puede tener algo de oídio y se supone que aquí también podría padecer de pulgones pero yo no se los he visto nunca. En realidad no he visto nunca estas parras enfermas ni con plaga alguna en mi jardín.
Tienen un crecimiento bastante rápido. Este tipo de vides cubren en relativamente poco tiempo una pared bastante grande. Para limitar su crecimiento lo mejor es realizar la poda durante el invierno, cuando está sin hojas, pero también puede recortarse en cualquier otro mes del año.

Sí hay algo con lo que se debe llevar cuidado es con impedir que la parra virgen llegue a la parte superior del tejado para que no penetre por entre las tejas.

No son plantas trepadoras que dañen los soportes sobre los que crecen a diferencia de la hiedra.
Pero además no hay que ocuparse de atarla o sostenerla de forma alguna. Ella solita va ocupando poco a poco el muro pegándose perfectamente a la pared sin que tengamos que hacer absolutamente nada. Los Parthenocissus se adhieren a las paredes, muros o pérgolas mediante zarcillos en cuyos extremos crecen diminutas ventosas.

Como no podía ser de otra forma para que pueda crecer en un jardín dónde se producen frecuentes heladas en invierno, la enamorada del muro (otro de los nombres por los que se conoce a esta trepadora) es totalmente resistente a las bajas temperaturas. Creo que podrían aguantar hasta -15 º C.
Pero además es resistente al calor siempre que sea una planta adulta y reciba un riego razonable. No he visto nunca señales de que sufra con el calor, quiero decir que nunca he apreciado sus hojas lánguidas o secas. Vamos, que no se inmuta cuando el termómetro sube a niveles de treinta y mucho en verano. 

Y el riego? Pues tengo en mi jardín tres o cuatro. Las más grandes son las que crecen sobre las fachadas oeste y norte de la casa. Al plantarlas las regaba con la misma frecuencia que se regaba el resto de la zona del jardín dónde las planté pero ya hace años que no las riego. Evidentemente se riegan las zonas próximas ya que muy pegadas a ellas crecen otros arbustos en mi jardín pero quiero decir que no las riego directamente. Deben haber desarrollado suficiente sistema radicular como para abastecerse del agua que llega a las plantaciones próximas.
Su aspecto es otra de las razones por las que las planté para que con los años lleguen a cubrir ambas fachadas. Tienen unas hojas preciosas, verdes oscuro, sanas... que dan un aspecto fresco, frondoso y exuberante en verano sin invertir ni tiempo ni técnicas complicadas en ella.

Debo aclarar que el tamaño de las hojas el primero o segundo año son algo inferior al que luego adquieren cuando la planta ya es adulta.
La floración es prácticamente insignificante y carecen de aroma alguno. Las inflorescencias están ubicadas por debajo de las hojas y apenas son perceptibles. Se trata de florecillas diminutas, de color blanco y sumamente atractivas para las abejas.
Esta tarde justo, estaba regando cerca y se oía un zumbido increíble. Miré la fachada de la casa y la Parra Virgen era un hervidero de insectos!!


Estas flores darán lugar a pequeños frutos redondos, casi negros (que no son comestibles a pesar de ser una vid) y que son muy ornamentales.

El otoño!! Como veis esta planta tiene cualidades que la hacen casi inmejorable como planta trepadora para cubrir muros pero si por algo habitualmente es elegida es por los magníficos colores que adquiere en otoño antes de tirar la hoja. Un verdadero espectáculo!!
Y por último, una ventaja que no suele mencionarse pero que para mí es sumamente importante: Los largos peciolos de las hojas y el increíble número de hojas que tiene la superficie que va cubriendo esta trepadora, es una estupenda protección de la fachada frente al calor y al sol. Las hojas sombrean la pared creando un espacio de aire fresco entre las vegetación y el muro y seguro que algún grado de temperatura llega a evitar!! Esta sombra y frescor que aporta a las fachadas es un aspecto importantísima, en una casa como la mía que tiene sol todo el día y sobre la que no se proyecta sombra alguna de momento.

Pero además este sombreo de las fachadas no es todo el año. Cuando llega el otoño las hojas colorean y luego caen por lo que en invierno permite que las fachadas se ventilen y reciban los rayos de sol.

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