Hemos dado un vistazo a los fertilizantes orgánicos y químicos, hemos tratado más de cerca algunos de los naturales y visto sus cualidades y algunas formas de aplicación, sabemos la estructura y el pH de nuestro suelo (Aunque no sea de un modo exacto).
Aunque la aplicación de estos fertilizantes orgánicos la realicé justo cuando podé los rosales, no he querido colgar este post hasta haber tratado el tema de los fertilizantes.
Como se trata de abonos naturales es preferible hacerlo justo al podar para que las lombrices y microorganismos del suelo tengan tiempo de actuar y transformar estos nutrientes en el suelo de manera que puedan disponer de ellos las raíces de los rosales.
De usar abonos químicos, quizás es preferible esperar unas semanas hasta que se produzca claramente el crecimiento ya que los nutrientes de los químicos actúan de forma inmediata.
Como digo, es el momento de aplicar los nutrientes naturales que nuestros rosales, recién podados, van a comenzar a necesitar en breve para crecer saludables y producir floraciones abundantes.
Como sabéis quien es lector asiduo de este blog, mi jardín tiene ahora dos años. Partí de un suelo totalmente empobrecido por malas prácticas pero sobretodo por el abandono absoluto a su suerte y por la aplicación de litros y litros de herbicidas!! Arenoso de forma extrema, sin capacidad para retener humedad ni nutrientes algunos, con un alto grado de lixiviación, sin materia orgánica ninguna. Lavado por la erosión de las aguas de las lluvias que corrían sobre sus muchas pendientes y quemado literalmente por el implacable sol en verano. Paupérrimo!!!
En este suelo era difícil que ni un rosal ni nada que no fuera lo autóctono creciera de forma adecuada. O nos remangábamos y nos disponíamos a trabajar aquel suelo de manera que se saneara o pocas expectativas de tener un jardín como el que yo soñaba había.
Mis desvelos desde el primer día se han encaminado a paliar en la medida de lo posible esta situación y no he escatimado esfuerzos en la labor!!
Antes de las plantaciones hemos trabajado lo mejor posible setos, bancales y zonas en las que deberían crecer rosales, árboles y arbustos, eliminando piedras, raíces muertas y no tan muertas de muchas mimosas invasivas. Hemos aportado, como he dicho muchísimas veces, metros y metros cúbicos de materia orgánica. Hemos protegido todas las tierras trabajadas con generosas capas de acolchado de madera triturada, hojas, paja, compost, estiércol...
Pero no es fácil transformar de la noche a la mañana un terreno casi yermo en un suelo lleno de vida, con una estructura adecuada para la abundancia de lombrices y microorganismos que facilitaran la nutrición de las plantas.
Durante estos dos años además de abonos naturales he echado mano de abonos químicos de forma muy moderada, eso sí, que facilitaran los nutrientes básicos imprescindibles para las plantaciones ya que mi suelo no los contenía de momento. Había que dar tiempo a que la vida creciera en él. A que aquel suelo empezara a cambiar y a que comenzara a bullir la vida en él.
Creo que la situación ha cambiado. No todo lo que quisiera, pero ha cambiado. Sin duda.
Recuerdo con desolación como clavabas la pala y el pico para labrar aquella tierra amarillenta que no contenía vida alguna entre sus granos de arena y por mucho que buscaras no veías una sola lombriz... ni un solo bicho!! Madre mía... no puedo explicar la tristeza que sentía y lo que me entraba por el cuerpo cuando metía las manos en aquel suelo y miraba la arena como caía entre mis dedos al suelo de nuevo... :)
Creo que es el momento de seguir en la línea de respetar el suelo de mi jardín. Y para ello pienso que no hay mejor cosa que no aplicar técnicas jardineras que lo dañen si no lo contrario. Darle aquello que lo hará más rico, más lleno de vida y que a la larga, el suelo me devolverá mis desvelos y mis esfuerzos. Estoy segura.
Tras la poda de mis rosales decidí no usar abonos químicos para su nutrición. Espero que los microorganismos y lombrices que ya sí hay en mi suelo, que la materia orgánica mezclada en él y que he ido aportando en este tiempo y que los nutrientes de los acolchados que ya han tenido tiempo de liberar su alimento constituyan ya una base adecuada para el crecimiento de mis rosales y que con el aporte de abonos orgánicos no precise ya del uso de los químicos.
Voy a probar este años a ver qué tal me funciona. Estoy muy esperanzada y casi estoy segura de que no tendré que volver a recurrir a abonos químicos. Me haría muy feliz si así fuera!! Esperemos este año a ver qué tal resulta.
He consultado mucha información de la mucha disponible en libros y en Internet tratando de elegir una "receta" que me diera seguridad de estar aplicando los elementos necesarios y en la proporción adecuada para que mis rosas sigan siendo hermosas y mis rosales tengan un aspecto y un crecimiento saludable.
Lo cierto es que he visto tantas provenientes de páginas solventes y que ofrecen garantías, al menos para mí, que no he sabido decidirme. Estoy segura que cualquiera de ellas hubiera ido bien caso de haber elegido alguna. Y la verdad que lo que me ha llevado a más confusión ha sido lo distintas que eran entre ellas!! Así que he tomado "por el camino de en medio" jajajaj Me he hecho yo la mía propia :)
Es la primera vez que abono de esta forma y había algo que me preocupaba sobremanera: pasarme en las cantidades y pecar por exceso en el afán de proteger y nutrir mis rosas y terminar quemando o dañando las raíces. Pensé que era preferible poner de menos e ir aumentando las dosis que utilizar cantidades que perjudicaran porque el daño era mucho más difícil de sanar que simplemente aumentar una cantidad de un determinado abono.
Mi manera de ser, meticulosa y poco tendente a hacer las cosas "porque sí" no me permitía aplicar a mis rosales unas cantidades y unos abonos sin saber qué nutrientes estaba aportando de una manera al menos aproximada. Sabemos que los abonos orgánicos son algo más variables en su porcentaje de nutrientes que los químicos y que calcular de forma exacta las cantidades idóneas a aplicar es bastante difícil.
Pero eso de echar en el suelo de un rosal una taza, por ejemplo de harina de huesos sin más...qué cantidad de nutrientes estaba aportando con ello? Así que pensé que era cuestión de hacer algunos cálculos. Sabía que estos cálculos no me llevarían, como digo, a cifras exactas, tan solo aproximadas, pero no era otra cosa a lo que yo aspiraba. Tener una idea aproximada de qué estaba aportando a mis rosales y en qué cantidad y comprobar que la mezcla de materiales daba como resultado un conjunto de abonos que provenientes de uno o de varios de sus "ingredientes" al final, los nutrientes importantes e imprescindibles para los rosales estaban presentes en ella.
Sabiendo que precisaban los tres macronutrientes, los tres micronutrientes y la mayor cantidad posible de elementos traza, decidí hacer yo misma una mezcla que contuviera todos sin pasarse en la cantidad de ninguno.
Lo cierto es que hasta me ha resultado divertido hacerlo jajaja A ver, no es cuestión de hacer matemáticas cada vez que una se pone a abonar pero se trataba de la primera vez y tenía que decidirme a elaborar una mezcla de estos abonos para aplicar una gama lo más variada posible de nutrientes así que mi curiosidad solo me obligaba a hacer algunos cálculos esta vez.
En fin, consciente de la inexactitud como digo, esta fue la mezcla que finalmente he aportado. Veremos qué tal resulta y en función del estado de salud que presenten mis rosales esta temporada que comienza y de la abundancia y belleza de las floraciones, actuaré en consecuencia. Quizás deba modificar alguna proporción, añadir algún "ingrediente" más o modificar las cantidades...Ya veremos cómo funciona este año y Dios dirá el siguiente...:)
De todos modos esta no será la único oportunidad para abonar los rosales esta temporada. Me gustaría prepara algún "té" con alguno de estos abonos o algún otro y seguramente en verano haré algún abonado foliar suave además de una segunda aplicación de abonos en seco.
De momento es posible que con este "primer plato" tengan para empezar a florecer y luego según vea iré haciendo.
Lo cierto es que vemos aquí una de las "desventajas" que los defensores de los abonos químicos esgrimen contra los orgánicos. La facilidad. Es verdad, si queremos aplicar un surtido variado de nutrientes debemos medir y mezclar pero, la verdad, pesar siete ingredientes y mezclarlos tampoco creo que sea para tanto.
No lo hacemos acaso cuando aplicamos en la mochila azufre, un aceite mineral o cobre? Tampoco es para tanto, creo yo :)
Como se ve los macro y micronutrientes al igual que algunos elementos traza están presentes. Posiblemente se trate de una mezcla suave pero ya digo, yo estaba interesada en no arriesgarme a quemar las raíces.
De nuevo repetir que por muy ecológicos que sean estos abonos hay que manipularlos con precaución y que el uso de guantes y mascarilla es muy conveniente.
Como cuando cocinamos, ajjajajaj a pesar los ingredientes en la báscula!! :) (Por cierto, estos pequeños recipientes son de 100 cc)
Puede verse que es más abundante en fósforo, muy necesario para nuestros rosales y pensé en incrementar la cantidad de potasio con más estiércol en pellet pero eso hubiera aumentado a la vez el nitrógeno y preferí no subir la cantidad de este elemento y más adelante, hacer algún té de cáscaras de plátano que aportará algo más de potasio.
Bien, en vez pesados los siete ingredientes me dio un total 220 gramos por rosal. Se me ocurrió luego que quizás pudiera ser buena idea volcar la "ración" por rosal en un recipiente que luego pudiera usar para tomar directamente la cantidad adecuada sin mucho trabajo.
Esta copa tan horrible de cerveza fue más o menos la medida que ocupaban los 220 gramos mezclados. Y es la que he usado para ir tomando la cantidad precisa para cada rosal.
Una vez calculada la mezcla para un rosal no había más que multiplicar el peso de cada ingrediente por el número de rosales a abonar.
En mi caso puedo tener aproximadamente unos ochenta pero muchos están recién plantados y aún no produjeron su primera floración con lo que no es conveniente abonarlos de momento; otros están cultivados en contenedor y prefiero aplicar otro tipo de mezcla; tengo ademas algunos rosales especie que no precisan de abono y por último, son bastante los rosales rugosa que cultivo en mi jardín.
Por cierto, hay que llevar buen cuidado con el abonado de los rosales rugosa. Yo personalmente no los he abonado en estos dos años más que con los nutrientes que pueda aportarles el estiércol y el compost que uso como acolchado. Quizás un abonado muy, muy suave no iría mal pero está claro que el uso de abonados foliares en forma de pulverización puede constituir un riesgo y producir quemaduras en sus preciosas hojas. Y desde luego no me arriesgaría a aplicarles un abono químico alto en nitrógeno.
Bueno, la aplicación de estos abonos "en seco" ya sabemos como se realiza. No tiene misterio alguno.
Retiré la capa de acolchado de madera triturada y compost.
Un riego en profundidad previo a la aplicación es muy conveniente.
Una vez drenado espolvorear la mezcla de abonos alrededor del suelo que rodea el rosal y trabajar muy someramente para no dañar las raíces.
Volver a aplicar una buena capa de compost, bien generosa.
Regar de nuevo en profundidad asegura que no quememos las raíces.
Recien podadito, nutrido, acolchado, regado, protegido de nuevo con la capa de madera triturada...y ya tenemos nuestro rosal listo para empezar a florecer en poquito, poquito... ;)