Estoy cambiando
de parecer. Hace unos años, si me hubieran preguntado cual era el período que
un jardinero podía considerar como su premio en el jardín, sin duda hubiera
contestado que la primavera. Con sus colores, con sus flores perfectas, con su
vigor…su energía incansable, con la fuerza imparable de la juventud, de lo que
nace y está por hacerse.
Acabo de dar un paseo por mi jardín y andaba yo pensando en esta pregunta cuando me la he vuelto a formular. No, hoy no contesto lo de antaño. El gran premio para un jardinero es el otoño. Con su templanza, con sus colores encendidos, con solera…como los buenos vinos!! Sin tanta estridencia, sin tanto “colorín”, o mejor…como un buen cuadro, con los colores ajustados, envueltos en una pátina que lo abarca todo y hace que todo tenga sentido. Me he emocionado!! He ido tocando todos esos pequeños premios que mis árboles y mis plantas me están regalando en su primer año conmigo y he dado gracias a la vida por la vida que llevan dentro y por tener la oportunidad de emocionarme mirándolos.
Acabo de dar un paseo por mi jardín y andaba yo pensando en esta pregunta cuando me la he vuelto a formular. No, hoy no contesto lo de antaño. El gran premio para un jardinero es el otoño. Con su templanza, con sus colores encendidos, con solera…como los buenos vinos!! Sin tanta estridencia, sin tanto “colorín”, o mejor…como un buen cuadro, con los colores ajustados, envueltos en una pátina que lo abarca todo y hace que todo tenga sentido. Me he emocionado!! He ido tocando todos esos pequeños premios que mis árboles y mis plantas me están regalando en su primer año conmigo y he dado gracias a la vida por la vida que llevan dentro y por tener la oportunidad de emocionarme mirándolos.
Como si antes de
echarse a dormir quisieran las plantas dejar su última llamada de atención, para que vengan
a visitarlos la fauna que los rodea y como pidiéndoles ayuda se muestran
esplendorosos, llamativos…seguramente deliciosos para los pájaros (y algunos
también para mí, claro jajajaja). En su interior guardan la vida que vendrá, me
gusta pensar que llevan las flores que serán y las plantas que nacerán…para que continúe la vida!!! Esto me parece sencillamente mágico.
Qué hermoso es el
otoño!! Una palabra que lo define, el
color. Todos los colores de un jardín jamás cabrían en la paleta de un pintor…
Los Euonymus phellomanus, planipes, alatus y europaeus 'Red cascade' con sus frutos
colore cereza
los AMELANCHIER Lamarckii con sus hojas teñidas de carmesí están tan preciosos!!
Y las Hydrangeas
Quercifolia “Snow Queen”, con todos los verdes posibles y que se van invadiendo
por el amaranto. Las Piracantas con sus frutos
escarlata.
No falta ni un
color…los violetas también están presente. Cómo no!!! Qué deliciosas me parecen esas perlitas brillantes de las callicarpas y los morados de los frutos del Prunus Spinosa. Tanto como los pequeños frutos del Viburnum Tinus de color azul metálico.
Hasta los
caquis y grises están presentes en los enebros. Cuántos tonos de verde en ellos!! Tantos como en las bellotas de la encina y en las aceitunas de mi pequeño olivo.
Todos los colores!! La gama de rojos y vinos viene de la mano de de los frutos aún sin madurar
de la Nandina Domestica y de los escaramujos del rosal silvestre brillantes como si tuvieran cera...del rojo al rosa tierno de los SYMPHORICARPOS DOORENBOSII Mother of Pearl
Los membrillos
preñados ya de los colores que vendrán en breve van perdiendo su pelusa
grisácea y pronto aparecerán los
amarillos dorados en su lugar. Como brotarán los rojos de las protuberancias de las bayas del madroño, todavía teñidos de verde musgo.
El último color
que ha llegado a mis ojos ha sido el borgoña oscuro de los pétalos de una rosa Munstead
Wood caídos en el suelo. Hermoso mes éste de octubre…