Opiniones sobre la enfermedad del replante del rosal. Se deben replantar rosales en el suelo en el que ya se cultivó durante mucho tiempo otros rosales?

Muchos jardineros ya estamos mirando catálogos para hacer nuestro pedido de rosales a raíz desnuda y en alguna ocasión podemos estar en el caso de tener rosales que porque se hayan hecho muy viejos o por reformas del jardín o incluso porque queremos cultivar otras variedades, la cosa es que nos planteamos plantar un nuevo rosal en un espacio dónde durante años crecía otro anteriormente.
Hace unos días os comentaba que en uno de los Grupos de Facebook en los que participo habíamos hablado del supuesto problema de replantar rosales en suelos dónde ya se cultivó durante mucho tiempo otros rosales. 
1.- Hoy me gustaría traer las distintas opiniones que sobre este asunto he encontrado en páginas especializadas y que como veréis parece que no hay consenso con relación a este problema. En todo caso y puesto que algunas de las soluciones que se ofrecen parecen no conllevar demasiado problema parece interesante tenerlas en cuenta a la hora de plantar un nuevo rosal en esta situación.

En la página de American Rose Society David Zlesak nos habla de que parece que los rosales recién plantados en esta situación de la que hablamos no prosperan adecuadamente como lo harían en caso de ser plantados en suelos dónde no haya habido otros rosales. Aunque reconoce que de momento no se ha dado con una explicación definitiva a esta "enfermedad del replante del rosal" las sospechan irían por el problema de agotamiento del suelo que se produce allí donde se cultivó el rosal antiguo. Parece ser que este suelo que contuvo las raíces del anterior rosal no puede cumplir con las exigencias a nivel de oxígeno agua y nutrientes del nuevo rosal. 
En este artículo incluso nos comentan la problemática que tienen muchos viveros alemanes enfrentándose al problema del agotamiento del suelo dónde año tras año cultivan sus rosales. Estos viveros palían la situación aplicando una rotación de cultivos (plantando otras especies entre cultivo y cultivo de rosales) que ayudan a que el suelo se recupere.e incluso en muchos casos alquilan terrenos cercanos a sus instalaciones para poder tener espacio para cultivar sus rosales.
La Royal Horticultural Society nos explica en qué consiste esta supuesta enfermedad, sus síntomas y el control de la misma. Este artículo es interesante porque aclara que aunque para la mayoría de plantas no existe tal inconveniente, el problema de replantar una variedad allí dónde hubo otra planta de la misma variedad no afecta únicamente a rosales si no también a otras plantas de la familia de las rosáceas. Así menciona manzanos, cerezos, melocotoneros como frutales también afectados por esta enfermedad del replante.
Según la RHS los nuevos rosales parecen tener dificultades para establecerse, crecen débiles e incluso se da el caso de no prosperar. Las raíces finas, de las que el rosal se vale para tomar el agua y los nutrientes del suelo, tienden a pudrirse y crecer con debilidad.
Como medidas preventivas para evitar esta enfermedad enumeran en esta página:
  • Cambiar el suelo del hoyo de plantación con tierra nueva que puede venir de otras partes del jardín dónde no se hayan cultivado rosales y aconseja que las dimensiones de este hoyo sea algo más grande que el que ocupaban las raíces anteriormente.
  • También menciona el "método de la caja de cartón" (y que comentaremos más abajo) como posible solución.
  • Aportar fertilizantes con abundante nitrógeno como sulfato de amonio o harina de huesos o de cuernos.
  • Según la RHS parece que mejora el problema con el uso de micorrizas cuando se efectúa la plantación del nuevo rosal. El otro día hablábamos en este blog de las micorrizas y veíamos las ventajas que parece que tiene su utilización al proporcionar a las raíces una "extensión" superior de suelo mediante el aporte que de agua y nutrientes pueden realizar los hongos micorrícicos desarrollados en ellas.
  • Menciona el uso de patrones que parece que tienen mayor resistencia a este problema, como Rosa 'Laxa'
  • Incorporación de estiércol y materia orgánica al hoyo de plantación.
  • Y por último, aunque reconoce la dificultad por lo costoso del método para jardineros aficionados, menciona la esterilización del suelo por vapor como medida de control.

Incluso la estupenda página HelpMeFind y que pocos roseros dejamos de consultar, también habla del posible problema de replantar rosales dónde ya se cultivó con anterioridad otros. Al igual que las otras páginas se alude a la presencia de nematodos y Actonomicetos como causas plausibles. Igualmente recuerda la mayor resistencia a los nematodos de algunos patrones frente a otros.
El conocido rosarista Peter Beales, en el foro de su página web es quizás el que habla con más contundencia del problema. Afirma que nunca deben ser plantados los nuevos rosales en un suelo en el que se hayan cultivado otros rosales sin haber dejado descansar la zona durante un buen tiempo o sin que el suelo haya sido tratado con sistemas esterilizantes. Un periodo de dos años es en su opinión suficiente.
Ofrece también la alternativa de reemplazar toda la tierra que circundaba las raíces del viejo rosal para ser sustituido este suelo por otro proveniente de otras zonas del jardín. 
También considera una alternativa a este problema el uso de una caja de cartón en la plantación del nuevo rosal.
2. Las causas del problema: La RHS se inclina por dar una explicación de tipo biológico. Según nos explica a lo largo del tiempo los niveles de plagas y patógenos del suelo van en aumento a lo largo de la vida del rosal que estaba plantado anteriormente. Como este aumento es gradual estos niveles dañinos no llegarían a hacer peligrar la vida del rosal desde el inicio y cuando realmente llegan a ser preocupantes la fortaleza del rosal, ya adulto, ha desarrollado suficiente resistencia como para vencer esta situación y soportarla.
Por el contrario, en el caso en el que el nuevo rosal hunde sus raices en un suelo ya cargado con este nivel alto de patógenos o nematodos y plagas residuales del rosal anterior, su sistema radicular no es lo suficientemente potente como para soportarlos.
Así aunque de momento nadie afirma de modo contundente e inequívoco las causas a las que se señalan son de diferentes tipos. En la página de The Gardeners Guild Thomas Stone, nos ofrece una interesante relación de posibles causas:
La autotoxicidad que se produciría al liberar toxinas en el suelo el viejo rosal, que lógicamente tiene una resistencia intrínseca de la que carecería el nuevo rosal si se planta.
Deficiencias de nutrientes o minerales causados por su consumo por parte del rosal viejo y que la nueva plantación adolecería de ellos.
Presencia de nematodos en el suelo ante los que el viejo rosal habría desarrollado resistencia no siendo así en el caso de la nueva plantación.
En opinión de algunos se menciona el efecto mortal que sobre las raíces del nuevo rosal tiene el gas que se emite cuando las viejas raíces presentes en el suelo comienzan a pudrirse perjudicando el crecimiento de las nuevas.
Así mismo menciona el suelo cansado como posible explicación y que sería el efecto de cierto desgaste del mismo precisando simplemente algo de descanso antes llevar a cabo la nueva plantación.
Y por último, lo que llaman "alelopatía" y que en definición de Wikipedia sería "el fenómeno que implica la inibición directa de una especie por otra ya sea vegetal o animal usando sustancias tóxicas o disuasivas"
En relación a la alelopatía parece que, en opinión de algunos como Mark Whitelaw en Garden guides, no todos los rosales se ven afectados del mismo modo. Así de entre los rosales modernos que se comercializan hoy en día (Que suelen estar injertados en R. wichuraiana y R. fortuniana e incluso R. canina) como híbridos perpétuos, grandifloras e híbridos de té, se ven más afectados, se ven más afectados. Por el contrario floribundas, rugosos y polyanthas parece que son más inmunes al problema.
3.- Formas de actuación preventivas y al alcance de jardineros aficionados.
Como no nos tenemos más que por simples aficionados y no está a nuestro alcance determinar hasta qué punto están o no en lo cierto quienes sostienen la existencia del problema y quienes lo niegan, el posicionamiento de Paul Zimmerman en la página de fine Gardening frente a esta cuestión de si plantar rosales nuevos en suelos dónde se ha cultivado otros con anterioridad puede o no causar problemas a la nueva plantación, nos parece a la vez de cauto bastante realista en cuanto a los consejos que nos ofrece:
Paul Zimmerman manifesta la dificultad que supone el reemplazar todo el suelo que rodea las raíces del viejo rosal como proponen algunos y jocosamente nos invita a pensar en el trabajo que representaría en un suelo pesado arcilloso como indica que es el existente en su jardín. 
De ahí que se incline por el uso de productos micorrícicos aplicados en el hoyo de plantación o directamente sobre las raíces cuando se hace la plantación del rosal a raiz desnuda. En palabras de Zimmerman en su página Heirloom Roses:
Se ha demostrado que las rosas tratados con hongos micorrícicos prosperan en el suelo donde se ha cultivado rosales anteriormente.
Los hongos micorrícicos tienen una relación simbiótica con las plantas. Esencialmente ayudan a las plantas absorben agua y nutrientes, mientras que también actúa como un amortiguador contra ciertos microbios perjudiciales y agentes patógenos que pueden haber sido dejadas por las rosas que solían estar allí. Mediante el uso de hongos micorrícicos no hay necesidad de reemplazar el viejo suelo.

El otro factor que Zimmerman propone como determinante para que las micorrizas sean efectivas es incorporar al hoyo de plantación materia orgánica (estiércol bien descompuesto o compost) y nutrientes al suelo de la plantación.
Hace hincapié en desaconsejar el uso de químicos que se diluyan en el suelo y que puedan perjudicar el desarrollo de las micorrizas.
En último lugar nos explica el "Método de la caja de cartón" del que aclara que tuvo conocimiento a través de Peter Beales.
Este método consiste simplemente excavar un hoyo de plantación en el que se introduce una caja de cartón fuerte que no sea encerado ni recubierto (en caso de no poder realizarse un hoyo de forma cuadrada se cubrirían las paredes con capas de cartón) una vez hecho esto se plantaría el rosal a raíz desnuda del modo habitual rellenando el hueco de la caja con tierra fresca a base de buen compost o estiércol y buen sustrato. Lo que se pretende con ello es "defender" el sistema radicular del nuevo rosal del suelo que rodea la plantación y que podría afectarlo negativamente. Con el tiempo, lógicamente el cartón se pudrirá y se incorporará al suelo como materia orgánica y permitirá la penetración de las raíces que van a crecer pero que cuando lleguen a hacerlo fuera del volumen de la caja lo harán en tierra "limpia".
Lo que está claro es que sustituir integramente todo el suelo que rodea las raíces de un rosal que lleva por decir algo, veinte años, en nuestro jardín no es ninguna tontería. Además del esfuerzo físico que representa tampoco es factible el movimiento de ese volumen de tierra en muchos jardines por problemas de espacio. Lo que pueden ocupar las raíces de un rosal adulto no es poco. Claro, cuando se aconseja mover esa tierra a otras zonas del jardín se piensa siempre en jardines pequeños. Me pregunto a qué zonas se mueve en muchos de los jardines que cultivamos como es el caso de los pequeños jardines de casas adosadas.
Igual de poco asequible parecen los sistemas de esterilizaciones del suelo que sinceramente yo no veo factible en mi caso.
Creo que estos cuatro últimos consejos están al alcance de cualquier jardinero aficionado y si realmente ese problema de plantación existe lo paliaremos de alguna manera y si en realidad ese problema no es real tampoco estaremos dañando nuestro rosal.  

Camellia x williamsii 'Debbie', preparándose con tiempol!!

Lo previsoras que son algunas plantas!! Camellia x williamsii 'Debbie' ya tiene formados los capullos que se abrirán la próxima primavera!! Todavía son pequeños y necesitan engrosar pero ahí están, incluso ya con la típica pelusilla cubriéndoles. A tenor de la cantidad de ellos parece que la próxima floración será magnífica. De todos modos aunque hay muchos pimpollos formados no es en cantidad que parezca que la Camelia precise de un raleo (Aclarado).

Anemone hupehensis var. japonica 'Splendens' (Anémona japonesa, anémonas de otoño)

Las anémonas japonesas me parecen unas vivaces deliciosas. El paradigma de lo que un niño garabatea cuando le pedimos que dibuje una flor. No? Sencillas, alegres, 
Las flores emergen a cierta altura, por encima de la roseta basal que forman sus bonitas hojas divididas en tres lóbulos dentados.
Es una planta que se toma su tiempo en llegar a afianzarse pero que una vez ha logrado arraigar bien no presenta mayores problemas de cultivo.

Anemone hupehensis var. japonica 'Splendens' es una planta que podemos cultivar en España perfectamente a la sombra iluminando con su bonita vegetación y sus alegres flores cualquier rincón dónde crezca.
Quizás en otros climas distintos al que goza mi jardín pueda cultivarse con algo más de sol, en el mío conviene una ubicación en semisombra. Las dos matas que tengo están en el jardín trasero dónde reciben unas horas de sol por la mañana temprano y en verano, un poco de refilón por la tarde.
Las matitas forman cojines de hojas que son bonitas incluso sin estar en flor. Ir eliminando las flores según van pasándose nos ayudará a prolongar la floración.


Requieren un suelo con abundante materia orgánica. Al plantarla no deberíamos olvidar incorporar al hoyo de plantación de una buena cantidad de estiércol bien fermentado y algo de humus de lombriz. También deberemos llevar algo de cuidado en intentar evitar que el suelo llegue a secarse. Las anémonas del Japón gustan de suelos frescos y húmedos, no encharcados.
Anemone hupehensis var. japonica 'Splendens' es una vivaz totalmente resistente en climas dónde las heladas no superen los 15 grados bajo cero. Se trata de una vivaz encantadora que forma matas tupidas que pueden alcanzar unos 80 cm de altura y que nos ofrece su floración ahora, en otoño a diferencia de otras variedades que florecen en primavera.
Por cierto, que es otra planta cuyas flores pueden usarse para formar ramos en casa porque duran bastante en un jarrón con agua.
Se extiende con cierta facilidad con sus fibrosas raíces y en los bordes de las matas de un año a otro va viéndose aparecer brotes laterales que va haciendo que se vayan extendiendo. 



Como muchas vivaces, cuando se ven demasiado tupidas o que superan el espacio asignado conviene algo antes de llegar la primavera y que las plantas vuelvan a la actividad vegetativa, desplantar la mata completa, dividirla con una pala y volver a plantar solo una fracción tras una buena limpieza de tallos y partes muertas. Decir si acaso que conviene llevar algo de cuidado en no dañar sus raíces cuando la dividamos. Con una pala recta que iremos clavando en el perímetro del lugar dónde crece no tendremos problemas. Una vez cortado como si fuera un "flan" el cepellón haciendo palanca saldrá con facilidad de la tierra pudiendo entonces limpiarse y dividirse.
Como es lo habitual en las vivaces la parte aérea muere en invierno desapareciendo casi totalmente volviendo a rebrotar en la primavera siguiente.



Parthenocissus tricuspidata 'Veitch Boskoop' y Parthenocissus quinquefolia. La enredadera de Virginia, Parra virgen o Ampelopsis

Son tantos los nombres comunes por los que se conoce a estas dos trepadoras!! Enredadera de Virginia, Parra virgen, Ampelopsis, Enamorada del muro...etc. Tanto Parthenocissus tricuspidata 'Veitch Boskoop' como Parthenocissus quinquefolia son magníficas trepadoras que con un crecimiento bastante rápido logran cubrir muros con relativa facilidad cubriendo en unos años paredes de ocho o diez metros.






Imprimen a la zona dónde crecen una magnífica sensación de verdor y su tiempo de interés se prolonga hasta que llega el otoño. Quizás su momento de mayor esplendor en el que sus hojas adquieren unas preciosas tonalidades que van del naranja al rojo.
Puede cultivarse tanto a pleno sol como en la sombra, claro que los tonos otoñales serán más vistosos si las parras reciben algo de sol.




A diferencia de otras trepadoras como la Hiedra, Parthenocissus no daña las paredes o muros sobre los que se desarrolla. Sus ventosas permanecen en la superficie de éstos sin adentrarse en las grietas ni deteriorar así las paredes.

La enamorada del muro no tiende a contraer enfermedades ni plagas pero no es conveniente excederse con el riego para evitar enfermedades fúngicas pero tampoco que la planta crezca en un suelo excesivamente seco que favorezca la aparición de araña roja.
No es exigente en cuánto al suelo pero conviene la incorporación de materia orgánica tipo estiércol en otoño para que esté disponible sus nutrientes cuando en primavera vuelva a brotar. El exceso de agua o que el suelo permanezca anegado no beneficia a la Parra virgen, es mucho mejor que crezca en un suelo con buena permeabilidad.

También es muy resistente a las temperaturas extremas. Resiste perfectamente las heladas de mi zona e incluso algunas superiores, incluso las que llegan a los 15 bajo cero. Igualmente el calor del verano no las daña demasiado.
Si acaso tiene algún problema es el crecimiento excesivo que pueda tener alcanzando canalones o las tejas de los tejados. No dudéis en podarla cuando llega a la parte alta de los muros para evitar problemas de humedades en los tejados o de rotura de los canalones. 

Pueden reproducirse tanto en primavera como al final del verano. Si es en primavera es mejor usar madera madura (crecida el año anterior) y por el contrario, conviene usar ramas más tiernas si tratamos de reproducirla en verano es mejor usar ramas del año.

La poda puede hacerse en cualquier momento pero conviene realizarla en otoño una vez la hoja ha caído. Para mí es mucho más práctico ya que así  se ven las ramas desnudas y podemos apreciar dónde se ramifican, eliminando todas aquellas que sobrepasan el espacio que le hemos asignado y sobretodo las que se acerquen peligrosamente a las partes superiores de las paredes dónde, como hemos dicho, haya canalones o tejas por debajo de las cuales puedan introducirse y dañarlas.
Tanto, Parthenocissus tricuspidata 'veitch Boskoop' como Parthenocissus quinquefolia desarrollan zarcillos en cuyos extremos desarrollan pequeñas ventosas que segregan un líquido que les permite adherirse a los muros o soportes sobre los que se cultivan.  Existe alguna variedad (Parthenocissus inserta) que no emite ventosas si no que se sostiene mediante zarcillos que se enrollan a los soportes. Por cierto, muchas veces esta variedad que únicamente emite zarcillos se vende como quinquefolia cuando en realidad no lo es. La mayoría de las Parras vírgenes pueden crecer sosteniéndose ellas mismas y tan solo precisan un tutor o cualquier otro tipo de soportes hasta que la planta crece un poco, en breve ella misma se irá adhiriendo a las paredes sin requerir nuestra ayuda.
Hay alguna pequeña diferencia en lo que hace a la forma y color de estas pequeñas ventosas, en Parthenocissus quinquefolia éstas son algo más pequeñas y "secas", 

Por el contrario en Parthenocissus tricuspidata 'veitch Boskoop' las diminutas ventositas adhesivas son más redondas, con un círculo claro bordeándolas. 





Existen bastantes variedades de Parthenocissus con hojas de distintas formas. Parthenocissus Quinquefolia como su nombre indica tiene cinco folíolos, 



En cambio Parthenocissus tricuspidata tiene hojas recién brotadas de forma acorazonada dividiéndose posteriormente según maduran y llegando a ser trilobuladas. Pero también hay variedades de hojas enteras y acorazonadas.

Aconitum carmichaelii 'Arendsii' (Acónito o Cogulla de fraile)

Hoy quería enseñaros esta preciosa vivaz de floración otoñal, ahora que ya va quedando poco en flor en el jardín es de agradecer sus azules luminosos. Aconitum carmichaelii 'Arendsii', como todos los acónitos, es conocida comúnmente como Cogulla de fraile.
La temporada pasada estuve a punto de perderla por lo típico, lees páginas de viveros del norte de Europa dónde indicaban que podía vivir a pleno sol. Claro, el sol de ellos. Aquí en Madrid, ya digo, por poco me quedo sin la mata!! Sin muchas esperanzas la puse en el jardín trasero, junto a la fachada de la casa dónde apenas recibe de refilón un poco de sol en pleno verano pero prácticamente nada en el resto del año y está empezando a florecer ahora en los brotes que la planta ha logrado sacar.
Como el verano pasado se castigó mucho no han sido muy numerosos los brotes que ha logrado emitir así que al ser tan altos precisan un poco de soporte para no llegar a tumbarse. Este problema estoy segura que cuando la mata llegue a estar bien tupida no se presentará ya que los tallos son bastante fuertes.
No es una planta que presente graves problemas ni de plagas ni de enfermedades y tampoco es exigente en el pH del suelo dónde crece. En lo único que sí hay que llevar cuidado es en mantener húmedo el sustrato y que en climas secos y de veranos de altas temperaturas no cultivarla a pleno sol. Una semisombra puede ser lo idóneo en la mayoría de jardines.
Las flores de esta rizomatosa son originales, de un intenso azul violeta y tiene unas atractivas hojas oscuras bastante brillantes a lo largo de sus largos tallos que pueden alcanzar más del metro de altura.
Una vez pasada la floración cuando ya llegan los fríos invernales la planta decae muchísimo llegando a desaparecer muchos de sus tallos. Yo los dejo hasta que va a llegar el buen tiempo en primavera, momento en que los corto a ras del suelo y rebrota sin dificultad
Quizás esta planta estuviera en mejores condiciones en un suelo algo más arcilloso que el mío que retiene muy poco la humedad. 
Seguramente al final del invierno cuando la pode aporte en el suelo que le rodea algo de materia orgánica a ver logro mantener más húmedo el entorno.


No debemos olvidar ponernos guantes cuando manipulemos esta planta por su alto grado de toxicidad que puede llegara causar la muerte si se ingiere. No deja de ser un mecanismo de protección de la planta frente a depredadores...
Tengo entendido que es más tóxico aún el acónito común (Aconitum napellus), no obstante también esta variedad contiene alcaloides no solo en su rizoma si no en todas las partes de la planta, así que andemos con cuidado!! Teniendo en cuenta este peligro que evitamos con la protección adecuada, Aconitum carmichaelii 'Arendsii' es una preciosa vivaz con una floración en un momento del año falto de ellas y que además es idónea como flor cortada.


¿Qué son las micorrizas?

El otro día hablaba con unos amigos jardineros sobre un tema controvertido, el de replantar rosales en suelos dónde durante mucho tiempo se hubieran cultivado otros rosales. Muchos son los viveristas, libros y especialistas que afirman la existencia de este problema aunque en paralelo también los hay que cuestionan estas afirmaciones. 
Precisamente el uso de productos micorrícicos es una solución en opinión de algunos para evitar o paliar el problema del replante de rosales en situaciones como la que acabamos de mencionar.
Me ha parecido interesante tratar aunque sea someramente los hongos micorrícicos, al menos para saber un poco qué son y de qué modo los podemos utilizar en el jardín.
La simbiosis que se establece entre ciertos hongos del suelo y las raíces muchas plantas se conoce con el nombre de micorriza. Esta palabra deriva del griego: “Myco” significa hongo y “rhiza” raíz.   Esta simbiosis se establece entre ambos organismos de modo que para los dos es beneficiosa la relación. La planta se beneficia al obtener minerales y agua del suelo y el hongo se nutre de los carbohidratos y otras sustancias que son producto de la fotosíntesis proporcionados por la planta.
Los hongos forman en el extremo de las raíces una especie de “conector” con el suelo mediante el que la planta puede tomar su humedad en una extensión mucho mayor que la que abarcan las propias raíces facilitándole a su vez la consecución de microelementos presentes en cantidades muy pequeñas en el suelo y que son de difícil alcance para ella. Así con esta fina red de hifas que se desarrollan desde las raíces hacia la zona exterior de suelo las raíces pueden indirectamente llegar a una extensión de suelo mucho mayor que por ellas mismas.
Imagen de http://laburlaverde.com/foro/index.php
La mayoría de las plantas (tanto cultivadas como silvestres) establecen este tipo de simbiosis. Se estima que alrededor del 90 % de especies establecen un tipo de relación micorrícica pudiendo datarse tu antigüedad la misma que la de las plantas. Cada tipo de planta suele asociarse con un tipo de hongo, es decir, no todos los hongos colonizan cualquier tipo de planta. Algunos géneros de hongos, como pertenecientes a Glomus micorrizan un amplio abanico de plantas. Hay algunas excepciones, plantas que rara vez se micorrizan como las crucíferas
De hecho han llegado a describirse más de 200 especies distintas de Endo-micorrizas y se dan de forma natural en suelos en los que no ha intervenido el arado, no se han aplicado fertilizantes químicos o no se ha producido un riego artificial demasiado intensivo. Es decir, son absolutamente frecuentes en cualquier suelo sin intervención humana.
Las micorrizas suelen clasificarse en tres grandes grupos según su estructura:

1.- Ecto-micorrizas que forman un manto sobre la raíz, es decir, un espeso manto formado por micelio del hongo. Las Ecto-se desarrollan y establecen en la superficie de las raíces  y puede observarse a simple vista. Los hongos Ecto-micorrizíciso se pueden reproducir sin la presencia de la planta que lo hospeda. Las hifas de este tipo de hongos no penetran en la raíz si no que se desarrollan sobre y entre las raíces. Este tipo de simbiosis no aportan nutrientes a la planta como lo hacen las Endo-micorrizas pero las benefician igualmente con la producción de auxina y la reducción de patógenos del suelo. Este tipo de micorrizas “externas” es propio de árboles como hayas, robles, pinos, eucaliptos, etc.
Imagen de http://www.biologia.edu.ar/fungi/micorrizas.htm
2.- Las Ectendo-micorrizas  Están a caballo entre las ecto y las endo-micorrizas. De una parte producen el manto externo como lo hacen las Ecto-micorrizas pero a la vez penetran en el interior de las células de las raíces pero sin formar arbúsculos ni vesículas propios de las  Endo-micorrizas. Este tipo de micorrizas son más propias de angiospermas que de gimnospermas y su distribución no es demasiado amplia. Están formadas por las micorrizas Arbutoides y Monotropoides.
Imagen de http://www.biologia.edu.ar/fungi/micorrizas.htm

3.- Endo-micorrizas subdivididas en tres tipos:
Ericoidales (propias de plantas como los rododendros y brezos. Son de tipo bastante simple y sus hifas al penetrar en las raíces forman ovillos)

Orquidoides (propias de las orquídeas con las que forman simbiosis en etapas juveniles de las plantas pero habitualmente las orquídeas se independizan del hongo una vez alcanzada su edad adulta) 
Imagen de http://www.biologia.edu.ar/fungi/micorrizas.htm

y Arbusculares.
Los hongos que forman Endo-micorrizas arbusculares evolutivamente son las más antiguas. Se introducen en el córtex de las raíces, no producen un manto que pueda observarse a simple vista. Son más propias de herbáceas, gramíneas, son muy frecuentes en suelos pobres y en selvas de tipo tropical. Producen en algunos casos vesículas que son estructuras de forma redondeada y que funcionan a modo de reserva de lípidos. Además siempre dan lugar a estructuras que se conocen con el nombre de arbúsculos (de dónde les viene su nombre) y que se encargan los nutrientes tanto de la planta hacia el hongo como del hongo hacia la planta
Las que más vamos a escuchar en jardinería por ser las más conocidas y las más extensamente presentes son las arbusculares. Así, una vez establecido el hongo, sus hifas crecen desde la raíz de la planta hacia el suelo formando lo que se conoce como micelio eterno. De esta manera la planta tiene acceso a una superficie de suelo muy superior a la que tendría sin la actividad de estas hifas pudiendo absorber nutrientes y agua en mucha mayor cantidad. Pero no solo agua, también redunda en beneficio de la capacidad de captación que tendrá la planta de microelementos que tiene poca difusión en los suelos como fosfatos solubles, Boro, Cobre o Zinc e incluso hierro.
Imagen de http://www.biologia.edu.ar/fungi/micorrizas.htm

Beneficios de las micorrizas arbusculares:
  • Ya hemos mencionado el aumento de la capacidad de absorción que tiene la planta por efecto de esta “ampliación” de la zona de exploración de las raíces ayudados por la extensión que supone el crecimiento de las hifas de los hongos alrededor de las raíces. Ello conlleva, como hemos dicho, una mayor capacidad de absorción de nutrientes y de agua.
  • De alguna manera por tanto puede considerarse que el uso de micorrizas aumenta el aprovechamiento de los nutrientes del suelo lo que puede ir favorecer económicamente el cultivo de las plantas al decrecer los costos de abono. Es decir, que aunque el abonado siga siendo necesario, la fertilización se hace más eficiente pudiéndose disminuir las dosis aplicadas.
  • También la protección contra algunos agentes patógenos de las raíces parece demostrada faltando todavía estudios que demuestren sin duda la protección frente a enfermedades del tallo y hojas aunque en general, parece ser que la protección de las plantas que han establecido esta relación simbiótica con los hongos son menos susceptibles a las enfermedades.
  • El stress  que las plantas sufren tras la plantación se ve paliado con el uso de este tipo de hongos. Parece demostrado que las plantas tratadas con micorrizas son más resistentes a cambios de temperatura y a los efectos de los suelos ácidos que deriva de la presencia de azufre, magnesio y aluminio.
  • Igualmente mejora la resistencia de la planta a situaciones de sequía y suelos con alto grado de salinidad.
  • No dejan residuos tóxicos en el suelo por lo que uso no tiene perjuicio alguno para el entorno. 
  • Algunos hongos micorrícicos pueden establecer su simbiosis con más de una planta, beneficiando así la diversidad en el suelo de los ecosistemas al establecer conexiones entre plantas en condiciones diferentes de luminosidad e incluso entre plantas con capacidad de absorción de nutrientes distintos por su distinta ubicación.
Factores a tener en cuenta cuando usemos micorrizas
El proceso de la inoculación de hongos formadores de micorrizas arbusculares se efectúa habitualmente depositando cierta cantidad debajo del sistema radicular de la planta que pretendemos micorrizar. A mayor tamaño y edad de la planta, mayores serán las cantidades de producto que precisaremos y mayor será el tiempo de establecimiento de las micorrizas para que lleguen a formar simbiosis con la planta. Lo ideal es que apliquemos los propágulos en contacto directo con  las raíces de la planta que estemos trasplantando.
En el caso de que plantemos a raíz desnuda un rosal o cualquier otro tipo de arbusto es conveniente  que inmediatamente antes de su introducción en el hoyo de plantación mojemos las raíces y espolvoreemos los propágulos sobre las raíces que habremos mantenido sobre el hoyo para que el producto que caiga lo haga sobre el suelo de plantación, a continuación posicionaremos la planta a la altura adecuada en el hoyo y rellenemos como lo hacemos habitualmente.




Las micorrizas son más efectivas y actúan más rápidamente en cuanto su inoculación se efectúe lo más tempranamente posible en las plantas. La aplicación ideal sería la que se efectuara en viveros en los semilleros o cuando las plantas son muy jóvenes. No obstante parece ser que también se establecen sus beneficios con su uso a la hora de plantación de arbustos y árboles aplicando el producto en contacto directo con las raíces.
Uso simultáneo de trichodermas y micorrizas. Si tenemos pensado usar trichodermas (Trichoderma harzianum) es conveniente esperar unas cuatro semanas después de la aplicación de las micorrizas para dejar tiempo suficiente para que éstas se establezcan. Así evitamos el peligro de posibles competencias con las trichodermas.
Una vez inoculadas las micorrizas y si éstas llegan a establecerse y comenzar su colonización no es necesario posteriores aplicaciones ya que la simbiosis que se produce continúa, se supone, durante toda la vida de la planta.
Es importante saber que la aplicación de micorrizas no es posible efectuarla a través de sistemas de riego.  El producto que se comercializa (una especie de polvo gris que contiene los propágulos no tiene ni la capacidad de suspensión ni de, a través de las boquillas de riego, llegar a las raíces de las plantas. Las partículas del producto debido a su tamaño es difícil que penetren hasta el nivel de las raíces. Por tanto su aplicación se hace necesaria que sea en las raíces y no a través de la parte alta del suelo esperando que el producto sea absorbido y llegue hasta el nivel del sistema radicular de la planta.
Cuando adquirimos productos de este tipo es de suma importancia comprobar la fecha de caducidad y tener constancia de que los envases se han conservado en las condiciones adecuadas de temperatura y humedad. Al ser organismos vivos es vital que el producto no lleve años en las estanterías del comercio dónde lo adquiramos. 
Debemos tener en cuenta los efectos que puede producir el uso de fungicidas sobre las micorrizas especialmente si los usamos cuando las micorrizas aún no han tenido tiempo de establecerse. En general se aconseja no hacer uso de estos fungicidas sistémicos en las seis semanas después de haber aplicado las micorrizas. Transcurrido este tiempo parece ser que su uso no perjudica las micorrizas.
Por lo que hace a fungicidas de contacto no se conocen efectos perjudiciales para las micorrizas.
En opinión de algunos autores, el uso de micorrizas ha demostrado que posibilita que prosperen rosales plantados en suelos dónde previamente hubo cultivado mucho tiempo otro rosal. Parece ser que los efectos beneficiosos de las micorrizas en la lucha contra agentes patógenos que pudiera haber dejado el rosal que crecía anteriormente en el suelo quedan amortiguados permitiendo el crecimiento del nuevo rosal sin necesidad de eliminar todo el suelo existente alrededor de las raíces del viejo rosal.
Quienes abogan por el uso de micorrizas a la hora de plantar un rosal en el mismo suelo que hubo anteriormente otro rosal cultivándose aconsejan la aportación de una buena cantidad de estiércol bien fermentado o compost bien descompuesto en el hoyo de plantación precisamente porque las micorrizas necesitan materia orgánica para su establecimiento y desarrollo.
Por último, parece prudente dejar pasar un tiempo entre la inoculación de micorrizas y la aplicación de abonos químicos o fertilizantes para evitar que este tipo de productos maten los hongos que estamos inoculando.

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