Cuántas veces nos empecinamos en cultivar en el jardín plantas que por mucho que nos esforcemos no crecen en él más que como ejemplares raquíticos o claramente sufrientes, con la idea de que transformen el espacio a su alrededor en un rincón hermoso de nuestro jardín.
No logramos que prosperen, que se conviertan en arbustos hermosos y contundentes. O están siempre enfermos, o languidecen en verano con el calor o se queman en invierno por el frío, o son atacados constantemente por plagas y enfermedades...o precisan de riegos y nutrientes constantemente...Un horror!! Y encima, aún estando dispuestos a invertir agua, tiempo, abonos, jabones potásicos y demás potingues...nada! Nuestro ejemplar no se parece en absoluto a las imágenes que vemos en Internet.
Nos ocurre muchas veces, verdad? Cada vez estoy más convencida que luchar contracorrientes es absurdo. Desperdiciamos tiempo, energía, dinero y solo ganamos en frustración. Es cierto que lo podemos intentar pero por mucha voluntad que le pongamos en ocasiones, ese rincón en el que la planta de nuestros sueños, de estar en otro clima, convertiría el espacio en un sitio hermoso, desgraciadamente no es nuestro caso. Las traemos a casa con toda la ilusión, las cuidamos, les damos teóricamente todo lo que precisan (dentro de lo que nosotros podemos darles)...pues nada! Ni crecen, ni florecen bien... pasan las temporadas y siguen sin decir nada. Ni fú ni fa! Ahí están, más o menos igual que hace un año y que hace dos...y ya no sabemos qué darles ni hacerles...solo nos falta bailar por sevillanas a ver si se animan!! jajajaja
Olvidamos algo fundamental: No crecen en el lugar adecuado, por eso no se convierten en ejemplares hermosos. No disfrutan del clima que precisan o soportan temperaturas para las que no están preparados. Sencillamente estamos luchando en una batalla perdida de antemano. Podemos aportar agua, y los nutrientes e incluso tratar de modificar el pH del suelo pero hay cosas que no están en nuestras manos modificar: el clima. Si precisan humedad atmosférica no podremos dársela si nuestro jardín no la tiene. Si no soportan las heladas, no sobrevivirá en nuestro invierno...
Creo que un jardín adaptado al suelo y clima de la zona dónde está ubicado es un jardín siempre más fácil y con posibilidades de éxito pero además y sobretodo, siempre es un jardín más hermoso.
Este no es el caso de Kerria japonica. Hay muchas otras que no dan disgustos, que no exigen de nuestra vigilancia constante. Que no son melindrosas en cuánto a suelo. Que jamás enferman. Que te olvidas de ellas y ahí están: año tras año más bonitas! En dos o tres temporadas pasan de ser una plantita chiquita que no levanta dos palmos del suelo cuando las traemos del vivero a ocupar un lugar protagonista en la zona.
No se enfadan si no reciben cantidades ingentes de agua en los veranos tórridos como los míos. Siguen impertérritas en invierno aguantado el frío por mucho que hiele. No tienes que estar aportando acidificantes al suelo cada dos por tres, ni hacer mezclas de sustratos al plantarla. Le da igual el pH del suelo!! Lucen sanas todo el año. Los pulgones ni se arriman a ellas lo cual, no deja de ser una comodidad no tener que estar siempre mochila a la espalda con el dichoso jabón potásico.
Pero además, es que su floración no es cosa de quince días como muchas otras. En absoluto. Florecen y florecen incansables incluso sin tener que ir eliminando las flores secas.
Y ya el colmo de este tipo de plantas "simpáticas y bien humoradas" son las que florecen dos veces como esta. Sí, sí. Dos veces!! Y además esta primera floración dura de lo lindo. Pero no le parece suficiente con eso. Allá por agosto vuelve de nuevo a retomar fuerzas y nos regala una segunda floración. En parte porque ya el arbusto ya está cubierto de hojas y en parte porque el número de flores es muy inferior, esta segunda tanda de flores ya no se parece a estas imágenes en las que aparece tan llamativa. Pero sí, durante unas semanas, en pleno rigor del verano es capaz de florecer. Increíble! Una verdadera jabata!
Es cierto que algunos arbustos florecen con profusión pero con unas florinas tan chicas y tan...eso, tan poco llamativas que no es para tirar cohetes. Esta no. Kerria japonica 'Pleniflora' no puede tener una floración más llamativa! Inunda el espacio dónde crece de una masa amarilla resplandeciente. Es una masa de color y brillo.
Me encanta!! Es un arbusto tan hermoso! Tan grácil, con sus ramas largas y arqueadas brotando del suelo y que sucumben bajo el peso de tanta flor. Y qué flores!! Como preciosas rositas amarillas...Y ahora sé lo que estáis pensando. Huele? No, no huele. La perfección no existe, queridos!! ajajajjaja
Además tiene una preciosa vegetación. Un verde cálido claro que enamora. Sus hojas dentadas con nervios claramente visibles tienen una textura delgada que aparentemente nadie diría de su resistencia. No he visto nunca mis arbustos de Kerria japonica quemados por mucho sol que les de!
Bueno, ahora tendréis que preguntarme: pero alguna pega tendrá! No? Pues sí, tiene dos que en realidad a mí, en mi caso concreto, no me lo parecen.
Una es que es un arbusto grande. No debería cultivarse en espacios reducidos ya que precisa bastante "aire" a su alrededor. Ni lo intentéis si disponéis de un cachito de rincón rodeado de otras plantas. La belleza de la Kerria japonica 'Plenilora' solo se manifiesta si tiene espacio a su alrededor. Este arbusto apretujado entre otros que no le permitan arquear sus largas ramas libremente desde mi punto de vista pierde todo su gracia. Su encanto es precisamente el tipo de crecimiento que tiene. Airoso, arqueado, libre! Y eso solo lo puede conseguir si no tiene pegadas otras plantas que se lo impidan.
Así que siento decepcionaros si me estáis leyendo y no disponéis de un buen espacio dónde pueda crecer a sus anchas. Además, os aclaro que emite chupones, es decir, que cada año, van brotando ramas desde el suelo que salen de las raíces periféricas del arbuto de modo que cada temporada va ganando más envergadura.
Mi Kerria no tiene aún ni la altura ni el ancho que tendrá cuando sea totalmente adulta. Sabiendo que se haría más alta me animé a poner al lado una mata de preciosas Euphorbia characias. Las ramas de mi rosa japonesa (nombre común por el que se la conoce) al crecer lo harán sobre la Euphorbia y creo que el efecto me gustará. Sí.
Cuando digo invasiva no me refiero a plantas tipo mimosas u olmos que son imposibles de contener. Hablo de una tendencia que si al podarla tras esta primera floración llevamos un poco de cuidado y arrancamos esos brotes que van apareciendo más allá de la zona que deseamos, no se convertirá en ningún peligro.
Segunda pega? No lo es en realidad. Es un maravilloso arbusto que si disponéis del espacio que requiere yo os animo a introducirlo en vuestros jardines pero eso sí, si no queréis que en pocos años se convierta en una maraña llena de ramas secas (cuando no muertas) que de grácil no tiene nada y que dejará de florecer al cabo de un tiempo, es absolutamente imprescindible que apliquéis una correcta poda en el momento adecuado.
Las dos primeras temporadas que crece en nuestro jardín puede pasar sin esa poda pero a partir de ahí requiere de este trabajo sin falta.
En realidad es una poda que, como todas, si se entiende de qué manera crece el arbusto y en qué tipo de ramas florece, es absolutamente fácil de realizar.
Quien tenga interés en ver el proceso paso a paso, con todas las explicaciones y muchas fotografías verá que no es nada complicado, puede visitar el
tutorial sobre su poda que colgué en este blog en junio del año pasado.
Es un arbusto que crece con rapidez. En tres años podemos tener un arbusto que destaca. Os muestro el pequeño ejemplar que traje hace ahora tres primaveras.
Mirad esta fotografía. Justo ahora hace tres años de ella.
En breve saca tallos largos ganando bastante en la primera temporada en altura. Luego, con los años se hará más alta pero su ritmo de altura se lentifica a partir de la segunda temporada. Eso sí, el arbusto se hace mucho más denso. Como digo, más tupiéndose que aumentando en altura.
Aquí os muestro este mismo espacio de mi jardín el año pasado en dos fotografías bastante semejantes. Podéis ver que el arbusto se ha hecho mucho más tupido. Está con diferencia mucho más cuajado de flores.
Esta primera fotografía es de la primavera pasada. La altura es aproximadamente la misma, pero tiene muchas menos ramas que en este momento.
Desde el año pasado ha emitido desde el suelo numerosos tallos formando ahora un arbusto más sólido, más denso.
Necesitaba que el jardín secreto quedara algo más oculto cuando se viene andando hacia él por el camino que recorre el seto norte. El almendro lo ocula bastante y lo hará aún más cuando crezca pero claro, lo cubre por arriba. Necesitaba de un arbusto que cerrara ese espacio a menor altura.
Vistos los resultados me animé a elegir para este fin otro ejemplar de Kerria japonica 'Plenniflora' en el otoño de 2016. El año pasado ya floreció y este está empezando a ser un precioso ejemplar que cuanto pasen dos años destacará en ese punto de jardín y "cerrará" cuando no tardando mucho adquiera su altura y envergadura natural.
El tiempo es algo estupendo a veces, sin apreciarlo, poco a poco, vemos como se van transformando los espacios en el jardín y si sabemos elegir bien las plantas entre especies que se puedan adaptar a nuestro suelo, clima y estilo.. los rincones van ganando en belleza con cada año que pasa.
En fin, hoy quería proponeros un arbusto fácil, precioso y sin complicación alguna de cultivo. Espacio y poda adecuada, eso sí!! Pero creo que si tiene estas dos condiciones, Kerria japonica 'Pleniflora' no decepcionará a nadie que la introduzca en su jardín.
Por cierto hay otra variedad de flores simples. Para mi gusto, no es comparable. Pleniflora tiene las flores dobles. Mucho más bonitas! Así que si lo compráis sin estar en flor y es en un vivero que no etiqueta bien las plantas, llevad cuidado y preguntar qué cultivar es antes de traerla a casa.
Buenas noches, amigos.