Hemos visto en la entrada anterior qué hongo (Sphaerotheca pannosa var. Rosae) produce en los rosales una de las de las enfermedades fúngicas más conocidas,
el oídio, y de qué manera se desarrolla sobre nuestros rosales. Vamos a tratar en ésta cuales son los
tratamientos que podemos aplicar una vez que la planta ha contraído la
enfermedad para, si no eliminarlo
(asunto muchas veces extremadamente difícil) sí limitarlo. Pero sobretodo vamos
a tratar también de qué forma es posible hasta cierto punto prevenirlo con unas
condiciones de cultivo adecuadas y la elección de variedades de rosales que
hayan demostrado un alto grado de resistencia a esta enfermedad.
TRATAMIENTOS para curar el oídio
A nivel de tratamientos podemos
actuar de modo preventivo durante la parada invernal para eliminar el micelio hibernarte
en yemas y demás partes del rosal.
1.- Tratamientos preventivos
- Azufre. Con sus pros y con sus contras. A favor, que seca el entorno y produce una cierta bajada del pH del suelo,
es decir, lo acidifica y por tanto “hace la vida un poco más difícil” a los
hongos que lo que precisan es un pH neutro y un medio húmedo. Que es ecológico
no dañando el medio al no crear resistencias. Pero tiene también sus limitaciones e incluso sus desventajas: Como sabemos
es más preventivo que curativo. Recordemos que su efectividad se limita a un
rango de temperatura bastante concreto. Por debajo de los 15 grados no es
efectivo y si lo aplicamos con temperaturas más allá de los 35º es muy probable
que pueda quemar las plantas. También hay que considerar que el periodo más
habitual de aplicación que es en
invierno, según las zonas geográficas, coincide con el periodo de lluvias y la
facilidad de lavado del producto aplicado con ello.
- Nuestro amigo José Luis Nadal, aconseja como forma preventiva las pulverizaciones de las hojas con una mezcla de bicarbonato potásico (no sódico, que es venenoso) con agua y unas gotas de detergente o alguna
cucharada de aceite vegetal . Esta mezcla
puede ser efectiva a la hora de impedir la germinación de las esporas
- El mismo José Luis Nadal nos recomienda en otoño-invierno, cuando ya se
caen las hojas aplicaciones de urea
cristalizada disuelta en agua (un producto con elevado contenido de
nitrógeno y completamente soluble) durante los meses de otoño sobre el suelo
ayuda en el proceso de descomposición de las hojas y de las esporas de los
hongos. Desconozco si esta mezcla pudiera aplicarse sobre la parte aérea del
rosal. Será cosa de preguntar a José Luis.
- Aplicación de oxicloruro de cobre de modo preventivo.
- La cola de caballo, al igual que el azufre es más preventivo que curativo
pero puede usarse como un fungicida contra los hongos que producen el odio e
incuso el mildiu por razón del sílice que contiene.
Además de estos productos que
deberían aplicarse antes de los contagios, existen otros productos y mezclas
cuya efectividad está más respaldada por la opinión personal de cada jardinero
que por estudios que los avalen. De todos modos no son tóxicos y no van a
perjudicar a nuestros rosales de manera que no perdemos nada por probarlos.
- Canela molida: No deja residuos en el suelo e inhibe el crecimiento de
los hongos debido al efecto tóxico que produce sobre ellos.
- El Jabón Potásico también es efectivo como fungicida natural. El
jabón fabricado con sosa potásica a diferencia del que lo es con sosa sódica,
no es tóxico en el suelo por acumulación incluso es lo contrario, el potasio es
un abono
- Mezcla de leche entera (20 %) y agua
. Aconsejan pulverizaciones en horas
soleadas ya que según dicen (yo no lo he probado) el hongo se seca cuando se
hace esta aplicación por efecto de la leche y el sol.
Habría muchas más...
Tras todo lo que veíamos en la entrada anterior, es evidente la dificultad de tratamiento de esta enfermedad y conviene recordar algunos puntos que decíamos en las entradas dedicadas a los fungicidas
de contactos y a los sistémicos. Los primeros, los de contacto, no
protegían el crecimiento posterior a la aplicación y debemos repetir aquí que
es precisamente en este crecimiento joven que no está tratado y dónde el rosal se ve
más afectado.
De otra parte, los fungicidas
sistémicos, como vimos, tienen un periodo de protección también variable en lo que hace al nuevo
crecimiento tras su aplicación. Los llamados “traslaminares” tienen la capacidad de moverse del haz al envés de
las hojas pero no a toda la planta y por tanto los nuevos crecimientos tras la
aplicación del producto no están protegidos contra la enfermedad.
Son los fungicidas conocidos como
“verdaderos sistemáticos” los que tienen una doble movilidad, ascendente y
descendiente. Llegan a penetrar en la planta moviéndose a través de ella. En
este caso, los crecimientos vegetativos posteriores a la aplicación también
están protegidos de la enfermedad.
De ahí que sea preciso varias
aplicaciones de fungicida sistémico
con intervalos de dos o tres semanas entre ellas. Teniendo en cuenta el
ciclo biológico que desarrolla este hongo es de vital importancia respetar
estos plazos ya que la rapidez con la que se desarrolla como hemos visto es muy
importante.
No olvidemos además hacer un uso consciente y responsable de este tipo de productos siempre
tras identificar con seguridad la enfermedad y solamente cuando es muy
necesario y hacerlo con el producto adecuado a la enfermedad que estemos
tratando, es aconsejable para limitar la creación de resistencias no hacer uso
prolongado y exclusivos de productos con el mismo tipo de acción y el mismo
principio activo. Es conveniente alternar el uso de distintos fungicidas.
En todo caso, creo que siempre es planteable aquella frase tan conocida que
no es conveniente “matas moscas a cañonazos” por lo que repetimos siempre,
porque matamos algunos patógenos, sí, pero a qué precio y con qué consecuencias?
Siempre que hagamos aplicaciones de
fungicidas debemos tener muy en cuenta aspectos como:
- La dosis correcta para que sean eficaces. Ni más ni menos que lo que
indique el fabricante. Las dosis menores aumentan la creación de resistencias.
- Tratar de mojar con la mezcla de fungicida y agua todas las partes del rosa
- Aplicar los productos en los períodos aconsejados en las instrucciones y
con las temperaturas y humedad atmosférica adecuados.
- Respetar los intervalos de tratamiento indicados.
- Protegernos con ropa, gafas, mascarillas, guantes….etc. Estos productos son
nocivos para nuestra salud!!
- Llevar los envases enjuagados varias veces (vertiendo el contenido en la
mochia) y vacíos a puntos limpios si nuestro Ayuntamiento dispone de ellos
PREVENCIÓN DEL OÍDIO
De todos modos debiéramos ser muy conscientes de que siempre es mejor
prevenir que curar. Teniendo ahora un somero conocimiento de cómo se establece
y crece este hongo y cuales son las situaciones en las que mejor se desarrolla,
nos resultará más fácil proporcionar las condiciones de cultivo que situarán a
nuestros rosales en ventaja a la hora de enfrentarse a esta enfermedad.
Hay varios aspectos a tener en cuenta y cuyo cuidado contribuirá a que el contagio de nuestros rosales sea menos probable.
LA INSOLACIÓN
Los rosales son plantas que precisan de varias horas de sol al día. Salvo alguna variedad muy concreta la mayoría precisan ser cultivados a pleno sol. De hecho el mismo rosal puesto al sol tienen muchas menos probabilidades de contagiarse que si lo cultiváramos a la sombra.
LA NUTRICIÓN y CUIDADO DEL SUELO
Un rosal débil y mal alimentado es una víctima mucho
más propensa al oídio que uno bien nutrido, así que pongamos especial atención
al aspecto nutricional y proporcionemos los
abonos y fertilizantes adecuados y en el momento idóneo a nuestros rosales.
Es conveniente además comprobar que los fertilizantes que apliquemos son equilibrados en todos sus componentes tanto en los nutrientes que contienen como en las cantidades.
Un crecimiento demasiado vigoroso del rosal que produzca muchos brotes tiernos y débiles sabemos que favorece la enfermedad, por lo tanto fertilizantes con excesiva cantidad de nitrógeno no serán convenientes.
Un aporte de abonos naturales como estiércol bien fermentado o humus de lombriz beneficiará el crecimiento general rosal proporcionando un medio dónde las raíces crecerán en un suelo mucho más rico, mullido y con materia orgánica además de impedir la compactación de terreno favoreciendo así la oxigenación. Estos dos elementos son aconsejables no solo como mezcla de plantación si no también en forma de acolchados que mantendrá el suelo que rodea al rosal con niveles de hidratación adecuados.
VENTILACIÓN
Aunque en la mayoría de los casos los hongos precisan de humedad para la
germinación y crecimiento de sus esporas en algunos casos como el oídio es la
sequedad lo que precisan después de germinar estas esporas. Y esto es conveniente recordarlo cuando cultivamos rosales trepadores sobre
paredes o muros. Y si no resulta posible hacerlos crecer sobre árboles, o
sobre una celosía al descubierto o de una forma similar, habría que intentar
separar el soporte al menos 10 cm del muro sobre el que se sustenta
precisamente para permitir la renovación y refresco del aire entre el rosal y
la pared. Pensemos que un muro orientado al sur o al oeste recibe muchas horas
de insolación y llega a alcanzar temperaturas bastante altas. Estas
temperaturas que alcanza el muro o pared la transmite al rosal si entre él y la
pared no dejamos espacio suficiente para que circule el aire.
Necesidad de ventilación con podas adecuadas que favorezca que el
rosal desarrolle sus ramas hacia fuera creando un espacio interior libre que
facilite su aireado
En lugares cerrados, como invernaderos o terrazas
acristaladas, debe haber una buena ventilación tratando de protegerlos con
pintados de cristales (si son invernaderos) o con telas de sombreo para evitar
las horas centrales del día. Son lugares con alta condensación y dónde suele producirse
frecuentes alternancias de temperatura y cambios de humedad relativa.
Los rosales plantados demasiado cerca
de muros o excesivamente junto a otros rosales o plantaciones no disfrutan
de suficiente flujo de aire. Será por tanto necesario respetar unas distancias razonables entre plantas así como el espacio hasta los muros próximos.
Un aspecto que debemos considerar ante rosales que ya han padecido o
padezcan esta enfermedad, sobretodo en rosales
grandes, es que la temperatura
exterior es muy superior que la existente en la zona inferior e interior del
rosal dónde se producen dos condiciones favorecedoras de la enfermedad:
abundancia de hojas y por tanto mala ventilación y mucha sombra.
Teniendo estas zonas bajas e interiores
del rosal bien limpias y podadas para favoreciendo su ventilación,
estaremos dificultando el desarrollo de este hongo.
HIGIENE Y ACOLCHADO DEL SUELO
Eliminar malas hierbas, algunas
son especialmente peligrosas. Si tenéis corregüela (Convulvulus arvesis) en
vuestro jardín, os habéis fijado como casi
siempre padece oídio? Qué horror de planta!! Además de lo difícil de erradicar
encima suele contagiar el oídio!!
De todos modos, con independencia de la posibilidad de contagio que puedan tener algunas, en general representan una competencia en nutrientes e hidratación. Por tanto, mantener limpiar de ellas el suelo que rodea la base redundará en beneficio del rosal.
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http://commons.wikimedia.org/wiki/Convolvulus_arvensis#mediaviewer/File:Convolvulus_arvensis_11_ies.jpg |
Eliminar cualquier parte del rosal
afectada, hojas, capullos,
ramitas y destruirlas. No utilizarlas
nunca para hacer compost ya que pueden transmitir las enfermedades que padecen.
Recordemos lo que decíamos en la entrada de los fungicidas sistémicos sobre la
imposibilidad de recuperación de las partes afectadas aunque se traten con
ellos. Los fungicidas podrán prevenir el
posterior daño pero el ya causado antes de su aplicación no se recuperará. Por
tanto lo que debemos procurar es evitar su propagación y no tirarlas a la
basura. Es preferible quemar este material infectado.
Las herramientas de poda pueden ser un gran foco de propagación. Mantenerlas en buen estado y cuidar escrupulosamente su higiene tras cada uno, especialmente cuando eliminemos partes afectadas ya por la enfermedad, es de suma importancia.
El uso de acolchado. La sequedad de las raíces es un factor que ayuda o favorece el desarrollo del oídio. Ya hemos repetido muchas veces los beneficios de un buen acolchado en otoño/ invierno. Entre otros protege el suelo de evaporaciones y ahorra agua de riego.
EL RIEGO
El riego debe efectuarse sobre el
suelo y no por aspersión o con la manguera sobre las hojas. Sobre todo si una vez se riegue no hay tiempo para que
las hojas se sequen antes de llegar la noche. Recordemos lo que decíamos en la
entrada anterior: ciclos repetidos de noche/día en los que durante la noche se
dan humedad relativa muy alta (que favorece la formación y germinación de
conidios, y días con suaves son el coctel perfecto para la propagación del
oídio.
Cuidar con celo la hidratación del
suelo alrededor de las raíces no
permitiendo que las raíces crezcan en un medio seco ya que esto favorece el
desarrollo de oídio. Los rosales cultivados en contenedor tienen si cabe
mayores problemas de sequedad en el sustrato debido a las dimensiones del
propio contenedor y a que al estar expuestos al calor directamente es necesario
hidratar los rosales con mayor frecuencia.
CULTIVO DE VARIEDADES RESISTENTES
Elegir, a poder ser, especies más
resistentes distinguidas con la denominación ADR - Allgemeine Deutsche Rosenneuheitenprüfung o cualquier otra de prestigio. Estas
sociedades y tribunales son absolutamente serios e imparciales y el cultivo de
las variedades que se presentan a examen durante bastante tiempo comprobando su
fortaleza ante enfermedades debe tener bastante peso específico en nuestra
elección.