Son tantas las ganas que tenemos de comenzar la temporada de huerto que en ocasiones nos precipitamos y nos adelantamos demasiado en el tiempo a la hora de comprar los planteles.
Eso me ha pasado a mí este fin de semana.
Me llevaron a un vivero y quién sufre la tentación de traerse para casa una buena variedad de planteles de hortalizas que ves allí? Yo, no. Desde luego!!
El invierno ha sido tan largo y el huerto está tan vacío que la impaciencia te mata. Y luego también piensas que vete a saber cuándo será posible que puedan trasladarte de nuevo a un vivero y que cuando pudiera ser quizás ya están muy escogidos y quedan los que está en peores condiciones.
Así que nada, me traje cuatro variedades de tomate (de pera, rosa, Cherry y Montserrat) a ver si este año logro que me den alguna cosecha digna porque lo que es hasta ahora la verdad es que o no he tenido suerte o debo estar haciendo algo mal porque muchos tomates lo cierto es que no he logrado recoger de momento.
Cada año me pasa igual, me cuesta bastante encontrar planteles de berenjenas blancas. Ayer llegué a pensar que no había pero por fin, después de mucho rebuscar encontré un pack de seis que estaban en buenas condiciones.
Esta vez además de hortalizas que ya he cultivado en temporadas pasadas como la guindilla vasca o lechugas hoja de roble, me he animado a probar a ver qué tal se dan algunas hortalizas que no he cultivado nunca.
Por ejemplo traje berza gallega porque me encanta hacer caldo gallego y me resulta muy difícil comprarla en los puestos de verdura que ponen en la plaza de mi pueblo. También traje berenjenas de Almagro que lo cierto es que no me entusiasman en absoluto las que como compradas pero por "enredar" y porque soy una antojadiza jajajja
Traje también, a sabiendas de que no tengo un clima adecuado, unas matitas de alcachofas y no me pude resistir a comprar un par de macetinas de berros de agua y es que están tan ricossssss!!
Indudablemente eché al carro una mata de sandía amarilla. Sí, digo bien, amarilla!! No ligeramente amarilla...no, amarilla como un limón!! Me trae recuerdos de cuando niña. Mi abuelo no sé de dónde sacaría las semillas pero siempre cultivaba unas hileras de unas pequeñas sandías que a mí me parecían preciosas!! Con su carne de un bonito color amarillo sobre las que contrastaban sus pipas negras brillantes... Qué bonitas eran! Y qué dulcessss!!
Este año no he traído calabacines normales, me he animado a comprar calabacines redondos. Porque son más ricos? No. Porque son más bonitos! ajajjaja :-) Ay...cómo es una!!
En realidad siempre pienso que no seré jamás una buena hortelana porque trato el huerto como si fuera un jardín. Sé lo que me digo, prima más el sentido estético que la producción, pero bueno, a la vez también voy aprendiendo. No al ritmo que aprendo jardinería porque mi interés por las cosas relacionadas con al huerta no pueden compararse con al curiosidad y atracción que siento por el jardín, pero indudablemente poquito a poco voy cogiendo algo de experiencia con las hortalizas. Tampoco aspiro a ser una gran entendida. Simplemente a cultivar las hortalizas para hacer los gazpachos del verano (tomate, pimento, cebolla, ajo, pepino...) y luego ir introduciendo otras que me haga gracia cultivar más que por el rendimiento que tengan, por la novedad que para mí representa su cultivo y por el aprendizaje que de ello saco.
En fin, el asunto es que para mañana pronostican heladas y para pasado nieve. Es posible que no llegue nevar pero indudablemente la bajada de temperaturas será importante y lo cierto es que ya esta tarde estaba levantando un viento muy frío.
Mi idea al comprar todos estos planteles era aprovechar que mañana venía mi ayudante y que pudiera plantarlos en los bancales pero en vista de las previsiones no he querido adelantarme y arriesgarme a que se congeles o se deshidraten con un viento ta frío como el que sopla.
Los planteles son tan chicos que si no los ponía en los bancales corría el riesgo de que se deshidratara enseguida el sustrato de sus diminutos contenedores pero aún estando plantados en tierra, el viento fuerte y frío también hacía posible que provocara en ellos estrés hídrico y se castigaran demasiado.
Tenía comprado de hace bastante unos estupendos contenedores de fibra de coco. Tiene de bueno el hecho de que el material con el que están hechos permite no tener que sacar de ellos los planteles cuando los tenga que poner en los bancales de huerto. Se plantan dentro de la tierra y las raíces los traspasan, desintegrándose poco a poco entre la tierra y llegando a desaparecer. Esto es una estupenda cosa porque así no hay riesgo de que las pequeñas raicillas se rompan al trasplantar a tierra.
La parte del jardín trasero que hay frente a la puerta de la cocina es la de más fácil acceso para mi. Ahí puedo sentarme tranquilamente y ver como van los planteles además de regarlos.
He hecho una mezcla con sustrato de esquejes y plantación mezclado con una buena cantidad de humus de lombriz. Con esta mezcla y en contenedores mucho más grandes será difícil que se deshidraten. Además de que podrán ir nutriéndose en tanto van generando sus pequeñas raicillas cuando se adentren en el sustrato circundante.
Los tomates me gusta ponerlos con el tallo un poco hundido para que esa zona del mismo que queda cubierta con sustrato pueda emitir raíces y así posibilite que la planta sea más fuerte. Por eso he puesto los plantones directamente sobre la base de los contenedores de fibra de coco y he rellenado con sustrato.
Los pack, al estar juntos, no original confusión de las variedades que contienen pero una vez se separan para trasplantarlos a contenedores individuales resulta imprescindible colocar los planteles de las mismas hortalizas bien etiquetados y juntos unos a otros para saber luego de qué variedad se trata.
Una vez bien regado todo me han colgado una manta térmica prendida de la valla metálica cubierta de hiedra. Para que le viento no llegue a levantarla he puesto unos tiestos con peso en sus extremos.
Creo que así estarán protegidos estos días de las posibles heladas y de la nieve. Dentro de unos días seguramente el tiempo mejorará y las temperaturas se harán más suaves ya definitivamente adentrados en la primavera. Será el momento de llevar los pequeños planteles al huerto para comenzar a cultivarlos allí.