No todos los rosales que podemos ver sobre pérgolas, arcos, vallas, muros, obeliscos o pilares son exactamente iguales. Fundamentalmente existen dos grupos. Ninguno de los dos son verdaderas trepadores en el sentido que lo son las Clemátides, las parras vírgenes (Parthenocissus) o los jazmines. Es decir, no cuentan con órganos como zarcillos, o raíces con las que adherirse y precisan algún tipo de soporte sobre el que crecer y generalmente ser guiadas para desarrollarse de forma conveniente. Vamos a ver en líneas generales como son los rosales de estos dos grupos teniendo en cuenta que aunque son características generales siempre hay variedades dentro de los dos grupos que constituyen excepciones a ellas.
El primer grupo son los rosales enredadera, sarmentosos o lianas. Son los que en páginas escritas en inglés encontraremos como rambling rose (o con el sustantivo rambler).
Los rosales sarmentosos tienen un gran crecimiento presentando tallos más largos que los de los rosales trepadores. Precisamente por ello son un tipo de rosal muy válido para hacerlo crecer sobre árboles. también pueden crecer guiados sobre alambres horizontales o cubriendo obeliscos y cenadores y grandes estructuras y edificaciones del jardín.
Es conveniente que desde el inicio de su plantación se vayan guiando para formar una "estructura" que no será permanente si no que en sucesivas temporadas irá renovándose con la poda, esta estructura que deberemos formar cubrirá el espacio que se les ha asignado y conservaremos solamente los tallos productivos eliminando en cada temporada los vástagos que ya no son productivos. De lo contrario su crecimiento vigoroso hará que en breve formen matorrales difíciles de manejar.
En definitiva se trata de ir "renovando" constantemente esta estructura del rosal eliminando los tallos que ya son menos productivos para fomentar que broten otros que darán flores la siguiente primavera. Y ésto debe ser así porque los ramblers florecen principalmente en los tallos laterales que brotan en las ramas de un año de edad (las que se formaron la temporada anterior) perdiendo luego, según envejece las ramas su capacidad de florecer.
Como decimos, estos rosales florecen en la madera producida la temporada anterior y conviene fomentar con la poda el surgimiento de nuevos vástagos que sean floríferos el siguiente verano. Estos rosales son extremadamente vigorosos y si no se les aplica con regularidad un buen trabajo de limpieza y guiado de sus ramas pronto se conviertan en una maraña de tallos que cada vez florecerán menos.
Generalmente su floración se produce al inicio del verano y la mayoría de variedades de rosales pertenecientes a este grupo solo florecen una vez al año, eso sí, lo hacen de manera espectacular!!
Digamos también que estos son características generales que no siempre se cumplen ya que hay variedades de sarmetosos que florecen varias veces o de manera más o menos continuada durante el verano. Un ejemplo de esta capacidad de reflorecencia sería Rose Guirlande d´Amour que no deja de emitir capullos hasta bien entrado el otoño. También es característico de este grupo el intenso aroma de sus rosas que presentan muchos de estos rosales.
Rose rambler - Rose 'Paul´s Himalayan Musk' (Fotografía de David Austin Roses) |
Es más frecuente en los rosales sarmentosos que las rosas de más bien pequeñas y sencillas, con o demasiados pétalos, que brotan en pomos o ramilletes compuestos por varias rosas siendo en gran número en ocasiones.
No obstante también existen variedades de este tipo de rosales con flores de buen tamaño.
Rambler rose - Rose 'The Albrighton' (Fotografía de David Austin Roses) |
Tras la floración en junio muchos de ellos producen preciosos escaramujos durante el otoño alargando con ellos el tiempo de interés en los jardines.
Así pues las variedades con una única floración deben podarse tan pronto se pasen las rosas de ésta. En el caso de las variedades que reflorecen se pueden podar al final del otoño o, en climas más fríos, al final del invierno una vez haya pasado el peligro de las heladas más fuertes.
Algunos son híbridos de R. Multiflora, se trata de híbridos con fuertes tallos. R. Multiflora es una especie de rosal con un aparato radicular tan fuerte y vigoroso que es usado a menudo como portainjertos de otras variedades de rosas.
Otros sarmentosos son híbridos de R. Sempervirens con delgados pero fuertes tallos y producen ramilletes de pequeñas flores. Hay rosales rambler híbridos de R. Wichuraiana, en este caso los pomos están compuestos por rosas de buen tamaño. Por último mencionemos también dos últimos grupos, los Banksian y los Boursault.
Es precisamente su cercanía a los rosales especies lo que hace a este grupo ser rosales muy grandes y resistentes. Los rosales sarmentosos son en general rosales muy sanos, con un alto grado de resistencia a enfermedades.
Es muy habitual en los rambler un brillante follaje y que sus hojas estén divididas en siete o más foliolos a diferencia de los rosales del segundo grupo, los trepadores, que suelen estarlo en cinco.
El segundo grupo es el que en español llamamos trepadores o escaladores y que en inglés se conocen como climbing rose (o con el sustantivo climber)
Los climbers, con sus tallos más rígido y cortos son rosales ideales para crecer sobre postes, obeliscos, trípodes o celosías ancladas a paredes o muros.. Al no ser tan vigoroso como los del anterior grupo resultan ideales para ser conducidos sobre arcos.
Los rosales trepadores o escaladores a diferencia de los sarmentosos, tienen tallos mucho más cortos, fuertes y rígidos. y presentan una estructura más o menos permanente formada por unos cuantos tallos que irán cortándose por la base según se vea que han envejecido mucho, lignificándose y perdiendo su capacidad de florecer pero conservan más su estructura que los ramblers.
Los rosales climbers florecen en los tallos laterales que se forman en las ramas laterales y estos vástagos brotan y crecen en primavera y verano, floreciendo en la misma temporada.
Los rosales trepadores, a diferencia de los ramblers que florecen suelen tener una sola floración, estos habitualmente son repetitivos, es decir, producir varias floraciones desde la primavera hasta el otoño y en ocasiones hasta que llegan los fríos del invierno. Es cierto también que ni todos los rosales trepadores tienen estas posteriores floraciones ni en el caso de los que reflorecen lo hacen con la misma intensidad y calidad de rosas una vez producen la primera y magnífica floración de la primavera.
No obstante repetimos que estas características presentan excepciones y no son raras variedades de rosales trepadores con una floración única.
Siendo así lo lógico es que la poda de los climbing se realice al final del otoño en climas suaves o al final del invierno, ya casi primavera, una vez pasado el riesgo de heladas si se cultivan en jardines con heladas.
A diferencia de los sarmentosos, los rosales trepadores suelen producir rosas de mayor tamaño y con mayor número de pétalos.
Es frecuente ver en muchas de las variedades de trepadores que sus hojas están divididas en cinco folíolos como comentábamos más arriba.
La pertenencia a uno de estos dos grupos condicionará totalmente la poda que deberemos aplicar y también el momento de hacerlo.
En su momento incluimos en este blog un extenso y pormenorizado artículo sobre la poda de los rosales trepadores (climbing roses). En él podéis ver con muchísimas fotografías todo el proceso de poda así como muchísimos comentarios sobre la forma de guiarlos y explicaciones de su comportamiento y nociones generales de poda.
Os invito a la lectura del próximo artículo en el que trataremos la poda de los ramblers (rosales enredadera) :)