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Cáscaras de huevo usadas como fertilizante para aportar calcio (Ca) a nuestros rosales

Quien no hace tortilla española en España? Un revuelto de ajos tiernos? Creps para los más golosos...??? En efecto. Todos usamos huevos en nuestras cocinas. Qué hacéis con las cáscaras de los huevos? Hasta ahora yo las aplastaba con las manos para trocearlas un poco y las metía en el cubilete de plástico que tengo sobre la encimera y que contiene los restos orgánicos que se producen en mi cocina. Cuando se llena de peladuras de verduras, posos del café, bolsitas de infusiones, fruta y verdura en mal estado.. lo llevo a la compostera que tenga en uso.

Los posos del café, los restos de verdura crudos o cocidos sin salsas ni grasas, las bolsas de infusiones, los cartones de los huevos, la fruta que se nos ha echado a perder sin consumirla.... nada deberíamos tirar!! Es tan fácil como guardarlos y usarlos para el montón de compost o para realizar nosotros mismos estupendos fertilizantes que además nos salen gratis!!
Cada uno de ellos tiene una serie de nutrientes, tan solo debemos hacer el pequeño esfuerzo de informarnos sobre sus cualidades y la cantidad de macronutrientes, micronutrientes y elementos traza que cada uno tiene.
Llevo unos días acumulando cáscaras con la idea de prepararlas para que sirvan como un fertilizante de mis rosales. Según las hemos ido consumiendo las he ido lavando bajo el chorro del grifo y depositando en un bote al efecto. Al pasar los días ellas solas se han secado. Tenía ayer las de ocho huevos.

Como digo, estaban totalmente secas. Las he aplastado un poco entre los dedos para que pudiera meterlas en el molinillo con más facilidad.

A continuación las he molido como si fuera café. Hasta lograr una especie de harina. 


Cuánto más fino sea el polvo que logremos más rápidamente podrán ser usados sus nutrientes por las plantasDe todos modos tengo entendido que habrán de transcurrir seis meses antes de que el calcio que estamos aportando con estas cáscaras esté disponible para los rosales. De modo que conviene aplicarlo con cierta anticipación.

Todos los que hacemos compost sabemos el muchísimo tiempo que se tarda en compostar las cáscaras. Pasan meses y seguimos identificando trocitos de cáscaras en la compostera. 
Dicen (aunque otros dicen lo contrario) que disuaden a babosas y caracoles. No lo sé con seguridad. De momento, en este jardín no tengo problemas graves con esos bichitos pero si sé que aportados a los plantones de la huerta alrededor de las pequeñas plantas (sobretodo pimientos y tomates que requieren de bastante calcio) y mezcladas ligeramente con la parte superior de tierra de los bancales, las sigo viendo después de transcurrir muchísimos meses. Así que pulverizarlas finamente facilitará el asunto de la absorción, al menos lo abreviará en algo. 
He tenido la curiosidad de pesar el producto de estos ocho huevos y han sido aproximadamente 55 gramos de un estupendo fertilizante muy rico en Ca. En concreto la cáscara de huevos contiene una proporción NPK de 1,19 / 0,38 / 0,14 además de un 93 % de carbonato cálcico.

Podemos guardarlo en un pequeño frasco bien cerrado hasta que precisemos utilizarlo. Como digo podemos usarlo directamente sobre la tierra alrededor del rosal y mezclado someramente o formando parte de mezclas con otro abonos orgánicos. 
En concreto, en este caso voy a usar este polvo de cáscaras "acompañando" un té de ortigas que tengo en preparación estos días y que usaré con mis rosales plantados el otoño/invierno pasado.  
Como ya he dicho en otros artículos tengo algunos rosales recién plantados que prefiero no abonar con las mezclas de materiales orgánicos "en seco" que he usado con los rosales ya arraigados y que sabemos que no conviene aportarles nutrientes en forma "seca". Un "té" (purín) de ortigas bastante diluido más la incorporación de una pequeña cantidad de calcio creo que les vendrá bien para el crecimiento de sus raíces aún sin desarrollar del todo.
Como imagino que este polvo de cáscaras de huevo va a ser difícil que se disuelva en el té de ortigas, he pensado ponerlo directamente en tierra y posteriormente regar con el té la tierra alrededor de los rosales.
Debo decir que el suelo de mi jardín es moderadamente ácido. Por tanto el uso de cáscaras de huevo de madera moderada, no hará subir hasta un nivel negativo para las rosas el pH del suelo. Aquellos que tengáis un suelo con problemas de alcalinidad deberíais tener en cuenta que usar este fertilizante, si la cantidad que aportáis es excesiva, puede subir el pH de vuestro suelo.

Receta (mezcla) casera de abonos naturales para aplicar "en seco" a los rosales tras la poda

Hemos dado un vistazo a los fertilizantes orgánicos y químicos, hemos tratado más de cerca algunos de los naturales y visto sus cualidades y algunas formas de aplicación, sabemos la estructura y el pH de nuestro suelo (Aunque no sea de un modo exacto). 
Aunque la aplicación de estos fertilizantes orgánicos la realicé justo cuando podé los rosales, no he querido colgar este post hasta haber tratado el tema de los fertilizantes. 
Como se trata de abonos naturales es preferible hacerlo justo al podar para que las lombrices y microorganismos del suelo tengan tiempo de actuar y transformar estos nutrientes en el suelo de manera que puedan disponer de ellos las raíces de los rosales.
De usar abonos químicos, quizás es preferible esperar unas semanas hasta que se produzca claramente el crecimiento ya que los nutrientes de los químicos actúan de forma inmediata.
Como digo, es el momento de aplicar los nutrientes naturales que nuestros rosales, recién podados, van a comenzar a necesitar en breve para crecer saludables y producir floraciones abundantes.
Como sabéis quien es lector asiduo de este blog, mi jardín tiene ahora dos años. Partí de un suelo totalmente empobrecido por malas prácticas pero sobretodo por el abandono absoluto a su suerte y por la aplicación de litros y litros de herbicidas!! Arenoso de forma extrema, sin capacidad para retener humedad ni nutrientes algunos, con un alto grado de lixiviación, sin materia orgánica ninguna. Lavado por la erosión de las aguas de las lluvias que corrían sobre sus muchas pendientes y quemado literalmente por el implacable sol en verano. Paupérrimo!!!
En este suelo era difícil que ni un rosal ni nada que no fuera lo autóctono creciera de forma adecuada. O nos remangábamos y nos disponíamos a trabajar aquel suelo de manera que se saneara o pocas expectativas de tener un jardín como el que yo soñaba había.
Mis desvelos desde el primer día se han encaminado a paliar en la medida de lo posible esta situación y no he escatimado esfuerzos en la labor!! 
Antes de las plantaciones hemos trabajado lo mejor posible setos, bancales y zonas en las que deberían crecer rosales, árboles y arbustos, eliminando piedras, raíces muertas y no tan muertas de muchas mimosas invasivas. Hemos aportado, como he dicho muchísimas veces, metros y metros cúbicos de materia orgánica. Hemos protegido todas las tierras trabajadas con generosas capas de acolchado de madera triturada, hojas, paja, compost, estiércol...
Pero no es fácil transformar de la noche a la mañana un terreno casi yermo en un suelo lleno de vida, con una estructura adecuada para la abundancia de lombrices y microorganismos que facilitaran la nutrición de las plantas.
Durante estos dos años además de abonos naturales he echado mano de abonos químicos de forma muy moderada, eso sí,  que facilitaran los nutrientes básicos imprescindibles para las plantaciones ya que mi suelo no los contenía de momento. Había que dar tiempo a que la vida creciera en él. A que aquel suelo empezara a cambiar y a que comenzara a bullir la vida en él.
Creo que la situación ha cambiado. No todo lo que quisiera, pero ha cambiado. Sin duda.
Recuerdo con desolación como clavabas la pala y el pico para labrar aquella tierra amarillenta que no contenía vida alguna entre sus granos de arena y por mucho que buscaras no veías una sola lombriz... ni un solo bicho!! Madre mía... no puedo explicar la tristeza que sentía y lo que me entraba por el cuerpo cuando metía las manos en aquel suelo y miraba la arena como caía entre mis dedos al suelo de nuevo... :)
Creo que es el momento de seguir en la línea de respetar el suelo de mi jardín. Y para ello pienso que no hay mejor cosa que no aplicar técnicas jardineras que lo dañen si no lo contrario. Darle aquello que lo hará más rico, más lleno de vida y que a la larga, el suelo me devolverá mis desvelos y mis esfuerzos. Estoy segura.
Tras la poda de mis rosales decidí no usar abonos químicos para su nutrición. Espero que los microorganismos y lombrices que ya sí hay en mi suelo, que la materia orgánica mezclada en él y que he ido aportando en este tiempo y que los nutrientes de los acolchados que ya han tenido tiempo de liberar su alimento constituyan ya una base adecuada para el crecimiento de mis rosales y que con el aporte de abonos orgánicos no precise ya del uso de los químicos.
Voy a probar este años a ver qué tal me funciona. Estoy muy esperanzada y casi estoy segura de que no tendré que volver a recurrir a abonos químicos. Me haría muy feliz si así fuera!! Esperemos este año a ver qué tal resulta.
He consultado mucha información de la mucha disponible en libros y en Internet tratando de elegir una "receta" que me diera seguridad de estar aplicando los elementos necesarios y en la proporción adecuada para que mis rosas sigan siendo hermosas y mis rosales tengan un aspecto y un crecimiento saludable.
Lo cierto es que he visto tantas provenientes de páginas solventes y que ofrecen garantías, al menos para mí, que no he sabido decidirme. Estoy segura que cualquiera de ellas hubiera ido bien caso de haber elegido alguna. Y la verdad que lo que me ha llevado a más confusión ha sido lo distintas que eran entre ellas!! Así que he tomado "por el camino de en medio" jajajaj Me he hecho yo la mía propia :)
Es la primera vez que abono de esta forma y había algo que me preocupaba sobremanera: pasarme en las cantidades y pecar por exceso en el afán de proteger y nutrir mis rosas y terminar quemando o dañando las raíces. Pensé que era preferible poner de menos e ir aumentando las dosis que utilizar cantidades que perjudicaran porque el daño era mucho más difícil de sanar que simplemente aumentar una cantidad de un determinado abono.
Mi manera de ser, meticulosa y poco tendente a hacer las cosas "porque sí" no me permitía aplicar a mis rosales unas cantidades y unos abonos sin saber qué nutrientes estaba aportando de una manera al menos aproximada. Sabemos que los abonos orgánicos son algo más variables en su porcentaje de nutrientes que los químicos y que calcular de forma exacta las cantidades idóneas a aplicar es bastante difícil.
Pero eso de echar en el suelo de un rosal una  taza, por ejemplo de harina de huesos sin más...qué cantidad de nutrientes estaba aportando con ello? Así que pensé que era cuestión de hacer algunos cálculos. Sabía que estos cálculos no me llevarían, como digo,  a cifras exactas, tan solo aproximadas, pero no era otra cosa a lo que yo aspiraba. Tener una idea aproximada de qué estaba aportando a mis rosales y en qué cantidad y comprobar que la mezcla de materiales daba como resultado un conjunto de abonos que provenientes de uno o de varios de sus "ingredientes" al final, los nutrientes importantes e imprescindibles para los rosales estaban presentes en ella.
Sabiendo que precisaban los tres macronutrientes, los tres micronutrientes y la mayor cantidad posible de elementos traza, decidí hacer yo misma una mezcla que contuviera todos sin pasarse en la cantidad de ninguno
Lo cierto es que hasta me ha resultado divertido hacerlo jajaja A ver, no es cuestión de hacer matemáticas cada vez que una se pone a abonar pero se trataba de la primera vez y tenía que decidirme a elaborar una mezcla de estos abonos para aplicar una gama lo más variada posible de nutrientes así que mi curiosidad solo me obligaba a hacer algunos cálculos esta vez.
En fin, consciente de la inexactitud como digo, esta fue la mezcla que finalmente he aportado. Veremos qué tal resulta y en función del estado de salud que presenten mis rosales esta temporada que comienza y de la abundancia y belleza de las floraciones, actuaré en consecuencia. Quizás deba modificar alguna proporción, añadir algún "ingrediente" más o modificar las cantidades...Ya veremos cómo funciona este año y Dios dirá el siguiente...:)
De todos modos esta no será la único oportunidad para abonar los rosales esta temporada. Me gustaría prepara algún "té" con alguno de estos abonos o algún otro y seguramente en verano haré algún abonado foliar suave además de una segunda aplicación de abonos en seco.
De momento es posible que con este "primer plato" tengan para empezar a florecer y luego según vea iré haciendo.
Lo cierto es que vemos aquí una de las "desventajas" que los defensores de los abonos químicos esgrimen contra los orgánicos. La facilidad. Es verdad, si queremos aplicar un surtido variado de nutrientes debemos medir y mezclar pero, la verdad, pesar siete ingredientes y mezclarlos tampoco creo que sea para tanto.
No lo hacemos acaso cuando aplicamos en la mochila azufre, un aceite mineral o cobre? Tampoco es para tanto, creo yo :)

Como se ve los macro y micronutrientes al igual que algunos elementos traza están presentes. Posiblemente se trate de una mezcla suave pero ya digo, yo estaba interesada en no arriesgarme a quemar las raíces. 

De nuevo repetir que por muy ecológicos que sean estos abonos hay que manipularlos con precaución y que el uso de guantes y mascarilla es muy conveniente.

Como cuando cocinamos, ajjajajaj a pesar los ingredientes en la báscula!! :) (Por cierto, estos pequeños recipientes son de 100 cc)


Puede verse que es más abundante en fósforo, muy necesario para nuestros rosales y pensé en incrementar la cantidad de potasio con más estiércol en pellet pero eso hubiera aumentado a la vez el nitrógeno y preferí no subir la cantidad de este elemento y más adelante, hacer algún té de cáscaras de plátano que aportará algo más de potasio. 
Bien, en vez pesados los siete ingredientes me dio un total 220 gramos por rosal. Se me ocurrió luego que quizás pudiera ser buena idea volcar la "ración" por rosal en un recipiente que luego pudiera usar para tomar directamente la cantidad adecuada sin mucho trabajo.

Esta copa tan horrible de cerveza fue más o menos la medida que ocupaban los 220 gramos mezclados. Y es la que he usado para ir tomando la cantidad precisa para cada rosal.



Una vez calculada la mezcla para un rosal no había más que multiplicar el peso de cada ingrediente por el número de rosales a abonar.

En mi caso puedo tener aproximadamente unos ochenta pero muchos están recién plantados y aún no produjeron su primera floración con lo que no es conveniente abonarlos de momento; otros están cultivados en contenedor y prefiero aplicar otro tipo de mezcla; tengo ademas algunos rosales especie que no precisan de abono y por último, son bastante los rosales rugosa que cultivo en mi jardín.
Por cierto, hay que llevar buen cuidado con el abonado de los rosales rugosa. Yo personalmente no los he abonado en estos dos años más que con los nutrientes que pueda aportarles el estiércol y el compost que uso como acolchado. Quizás un abonado muy, muy suave no iría mal pero está claro que el uso de abonados foliares en forma de pulverización puede constituir un riesgo y producir quemaduras en sus preciosas hojas. Y desde luego no me arriesgaría a aplicarles un abono químico alto en nitrógeno.
Bueno, la aplicación de estos abonos "en seco" ya sabemos como se realiza. No tiene misterio alguno.
Retiré la capa de acolchado de madera triturada y compost.

Un riego en profundidad previo a la aplicación es muy conveniente.
Una vez drenado espolvorear la mezcla de abonos alrededor del suelo que rodea el rosal y trabajar muy someramente para no dañar las raíces.



Volver a aplicar una buena capa de compost, bien generosa.

Regar de nuevo en profundidad asegura que no quememos las raíces.

Recien podadito, nutrido, acolchado, regado, protegido de nuevo con la capa de madera triturada...y ya tenemos nuestro rosal listo para empezar a florecer en poquito, poquito... ;)


Fertilizar o abonar nuestros rosales. Nociones generales.

Tener un conocimiento al menos general sobre los fertilizantes o abonos, su manejo y momentos de aplicación, los tipos existentes y las formas más adecuadas de aplicación nos parece de suma importancia a la hora del cultivo de rosales.
El tema de los fertilizantes es amplio y de querer tratarlo en profundidad requeriría de un nivel de tecnicismo que este artículo no pretende y que no todos tenemos, pero llegar a tener un visión global creo que sí está al alcance de cualquiera como nosotros, simples aficionados a la jardinería.
Un rosal sano nos regalará más rosas. Para que esté sano debe estar convenientemente nutrido. Pero no solo florecerá más, un rosal bien alimentado podrá vencer con más facilidad el ataque de plagas y enfermedades.
La mayoría de rosales precisan una buena cantidad de alimento para satisfacer sus necesidades.
Aquellos elementos que no están presentes en el suelo o que lo están en cantidad insuficiente en el suelo dónde se cultivan nuestros rosales los jardineros los solemos aportar en forma de fertilizantes o abonos.

Qué es un fertilizante?
Es una sustancia, a veces en forma de preparados complejos (los abonos químicos) que añadidos al suelo ayudan a sostener y aumentar el crecimiento vegetal de las plantas. Estas sustancias pueden tener origen orgánico o tratarse de sustancias químicas. Su forma de presentación también puede variar: polvo, solubles, líquido, gránulos o en forma natural. Y se pueden aplicar sobre suelo, diluido en agua y en ocasiones directamente sobre las hojas.
Qué “elementos” nutricionales necesitan las rosas para crecer saludablemente? La mayoría de los 16 elementos que los rosales precisan para crecer sanos están presentes en el aire y en el suelo en mayor o menor cantidad.
Los elementos químicos necesarios para la alimentación de los rosales suelen dividirse en cuatro grupos.
De todos modos queremos incidir aquí en un aspecto de vital importancia y que no siempre tenemos en cuenta a la hora de aplicar técnicas de cultivo correctas: tanta importancia tiene el pH y  la estructura correcta del suelo dónde crecen nuestros rosales como la aplicación de estos elementos nutricionales.
Aportes de estiércol, compost y otras enmiendas ayudan a que el suelo esté suelto, sin compactaciones, esponjoso, aireado, con una correcta capacidad de retención de agua y de aire, y dónde las raíces pueden tener mejor acceso a los distintos elementos que lo componen.
1.- Elementos estructurales: Están presentes en el aire
Son el carbono (C), el hidrógeno (H) y el oxígeno(O)).
2.- Macronutrientes o nutrientes principales: Los tres elementos principales por cantidad e importancia son  nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K) constituyen la base principal de la que están compuestos los fertilizantes más comunes y son los que desempeñan un papel más importante en el desarrollo general de las rosas. De ellos es de los que los rosales precisan mayores cantidades.
Nitrógeno (N): el nitrógeno interviene en el control de funciones importantísimas en las plantas como son la fotosíntesis, el metabolismo y la respiración. Fomenta el color verde oscuro  lustroso, un crecimiento sano del follaje y redunda en beneficio de que el rosal tenga energías para florecer. 
Forma parte de todos los tejidos del rosal y está presente en forma de proteínas. Gran parte de estas proteínas pasan de las células viejas a las nuevas según van desarrollándose el nuevo crecimiento.
De todos modos no todas las plantas tienen la misma necesidad de nitrógeno. Aún siendo siempre importantísimo, el césped por ejemplo o las anuales tienen necesidades superiores que los árboles y arbustos.
La cantidad de nitrógeno presente en un suelo es variable y dependiente de varios factores como es la temperatura, el agua, la actividad microbiana, la cantidad de materia orgánica, etc.
Si el rosal no tiene cantidad suficiente  de este elemento puede ocurrir que el que precisan lo utilicen a expensas de las hojas viejas. De ahí que a veces un rosal deficitariamente alimentado presente hojas viejas amarillentas. 
Cuando lo que hay es un exceso de nitrógeno puede redundar negativamente en la floración, mermando ésta. Por eso se debe tener cuidado en no aportar demasiado nitrógeno en el momento de la floración.
Fósforo (P): Se trata de un elemento casi siempre presente en el suelo. Pero la posibilidad de que el rosal lo absorba está en función de muchos factores ambientales.
De hecho puede estar presente en grandes cantidades en el suelo pero no estar disponible para las plantas debido al pH alto del suelo, temperatura, etc son factores que intervienen en esta disponibilidad.
Podemos ver  alguna vez que los rosales manifesten síntomas de carencias de este elemento al iniciarse la primavera, cuando los suelos están todavía fríos y que la situación revierte paulatinamente a medida en que las temperaturas atemperan el suelo y el fósforo comienza a estar disponible para el rosal.
En realidad solo aproximadamente alrededor del 10/20 por ciento del fósforo que se aplica al suelo es utilizado realmente por la planta. El resto permanece en él y a diferencia del nitrógeno o el potasio que tienen gran movilidad en él, el fósforo tiene poca movilidad salvo que sea trasladado físicamente por la labranza del suelo.
Favorece la fortaleza de las raíces y una floración abundante. 
También deberíamos tener presente que aportar cantidades excesivas de este elemento puede acarrear deficiencias de hierro o zinz e incrementar la presencia de sales en el suelo.
Potasio (K) No interviene directamente en el crecimineto o floración pero es imprescindible que forme parte de la dieta del rosal para que éste tenga un crecimiento sano y sobretodo la prepara para vencer estados de stress cuando la replantamos, al padecer una enfermedad o plaga o situaciones de sequía.
Los déficits de potasio son bastante frecuente en jardines de nueva creación dónde habitualmente hay poca materia orgánica y dónde el pH suele ser alto
Hay que tener en cuenta que se lixivia con mucha facilidad en el suelo por lo que es necesario ir haciendo aportes regulares.
El exceso de aportaciones de potasio al suelo puede conducir a problemas de salinidad en él.
3.- Nutrientes secundarios: Calcio (Ca), magnesio (Mg) y azufre (S).
En la mayoría de suelos neutro y alcalinos, la cantidad de calcio (Ca), magnesio (Mg) y azufre (S) se encuentran presentes en cantidad suficiente.
Constituyen parte fundamental en varios aditivos del suelo como el yeso, la dolomita y las sales de epsom (sulfato de magnesio)
Magnesio (Mg) es un componente fundamental en la fotosíntesis y es importantísimo para desarrollar buenas raíces. No obstante debemos llevar cuidado con no hacer aportes excesivos ya que pueden provocar acumulación de sales en el suelo.
El calcio ayuda a aumentar la resistencia de las paredes celulares y por tanto también las plantas con la cantidad de este elemento a su disposición serán más fuertes frente a insectos chupadores como los pulgones.
4.- Micronutrientes (También llamados elementos traza) boro (B), cloro (Cl), cobre (Cu), hierro (Fe), manganeso (Mn) y molibdeno (Mo) y zinc (Zn) También son necesarios en la alimentación de nuestros rosales. Las necesidades de ellos a nivel nutricional no son muy altas. La mayoría de estos micronutrientes suelen estar presentes en los suelos.
Aunque las necesidades de los rosales con relación a estos micronutrientes son mínimas, no por ello dejan de ser parte fundamental de su alimentación y de ser tan necesarios para el buen crecimiento vegetal como los macronutrientes. 
Hierro (Fe). Quién desee tener más datos sobre la presencia de hierro en el  suelo pero sobretodo de su “disponibilidad” para las plantas puede dirigirse a varios artículos que en su día publicamos sobre el cultivo de plantas acidófilas. Estos son los enlaces;
Repetimos siempre que el hierro suele estar presente en el suelo en cantidad más que suficiente, el problema es que no lo está en la “forma” en que la planta pueda disponer de él. Varios son los factores que pueden solucionar o agravar esta situación.
La situación más grave la padecen los suelos con pH alto (alcalinos) y puede ayudar en este sentido evitar que los suelos se compacten para que haya presencia de oxígeno en ellos. También el hecho de que haya una buena cantidad de materia orgánica redunda en beneficio de la situación.
Lo que hacen los quelatos de hierro es facilitar la absorción de cobre, manganeso, zinc y hierro que están ya presentes en el suelo pero que por la pH del mismo no están disponibles para ser absorbidos por los rosales.
Zinc (Zn) las deficiencias de este elemento se producen a veces en jardines o patios dónde recientemente se ha eliminado la capa superficial fértil del suelo y es más patente en años con primaveras húmedas y frías.
Qué es mejor, nutrir con fertilizantes orgánicos o inorgánicos?
Sepamos que hay un artículo colgado en este blog que trata específicamente de las diferencias entre los abonos orgánicos y los químicos por si alguien tiene interés en tener más información sobre este aspecto.
La primera pregunta que deberíamos hacernos qué pretendemos con su aplicación?
·      Pretendemos solo aportar nutrientes al rosal?
·      Por el contrario también queremos mejorar el suelo?
·      Incluso, queremos corregir un déficit de determinado elemento deficitario en concreto?
Responder esta pregunta hace más fácil la elección entre los diversos tipos de fertilizantes.
El segundo factor a tener en cuenta son las proporciones. Es decir, la cantidad relativa de cada uno de los macronutrientes en el conjunto del fertilizante del que estemos hablando.
Aquí deberíamos dar unas pequeñas nociones para quién tenga problemas en entender las etiquetas de los fertilizantes que los tres elementos se indican siempre en el mismo orden. 
·      Primero el nitrógeno (N)  
·      a continuación el fósforo (P)
·      y por último el potasio (K)
Antes de adquirir un fertilizante deberíamos observar muy bien de qué se compone. No todas las bolsas de “bolitas azules” que vemos a la venta son adecuadas para nuestros rosales. Las necesidades de una huerta no son las mismas que las de un árbol o un arbusto.
Ni todos los momentos del año son iguales a la hora de hacer aportes de unos u otros elementos. Por ejemplo, no es aconsejable hacer aportaciones de abonos muy nitrogenados de cara al final de la temporada. Ello solo provocaría el crecimiento de muchos brotes tiernos y verdes que no tendrías tiempo de madurar su madera antes de que lleguen los fríos con lo que el peligro de heladas sobre ellos sería superior.
Observemos esta etiqueta de un abono complejo que frecuentemente vemos en cualquier vivero. En este fertilizante tendríamos:

El resto son materiales inertes que facilitan la aplicación que no tiene valor alguno a nivel de nutrición.
Ojo que a veces pagamos más caros algunos productos con la idea de que son "específicos" y si nos fijamos bien en la etiqueta la composición es si no exacta sí muy muy parecida a otros más genéricos y bastante más baratos.

Visitando la página de este fabricante nos indica las proporciones de su abono para rosales: NPK 8-12-21 + Mg y S (no indica en qué porcentaje) entendemos que la "especialidad" esta marca la centra en el aumento del potasio.
Evidentemente no siempre es así, hay productos que realmente tienen en su composición elementos concretos que pueden ir muy bien a nuestros rosales. Deberemos valorar si la adición de estos elementos traza compensa el precio que pagamos por ellos y si no tenemos a nuestra disposición otra forma de aportarlos más económica :)

Si visitamos la página de esta casa comercial y vemos la composición de este preparado comprobaremos que las proporciones son exactamente iguales que el producto anterior pero hay algo más, en este caso se ha adicionado tres micronutrientes: Boro (Bo), Hierro (Fe) y Zinc (Zn)
El uso de fertilizantes demasiado concentrados (20-20-20 por ejemplo) puede provocar que las hojas se quemen e incluso que el rosal se defolie.
Somos nosotros, los que como jardineros debemos valorar todos los factores, desde el precio, las garantías o confianza que nos ofrezcan determinadas casas comerciales, el medio ambiente, la importancia que le demos al suelo dónde cultivamos nuestros rosales, la facilidad de uso que busquemos, etc
Cada uno elije, En todo caso es importante que seleccionemos fertilizantes que contentan no solo los macronutrientes si no también estos otros elementos (micronutrientes) que los rosales precisan en mucha menor cantidad pero que también le son necesarios.
Algo importante siempre, tanto cuando usemos fertilizantes químicos como cuando utilicemos abonos orgánicos es ceñirnos fielmente a las instrucciones y dosificación que figuren en la etiqueta del fabricante.
No hacerlo y sobretodo hacer aplicaciones excesivas pone en riesgo nuestros rosales. 
Los fertilizantes orgánicos:
·      No tienen por regla general muchos nutrientes por lo que se deben usar de forma continuada. La mayoría derivan de fuentes animales o vegetales.
·      Son mejores indudablemente para el medio ambiente
·      Acondicionan el suelo y con ello aumentan la capacidad de retención de humedad y la capacidad de aireación del mismo.
·      Nutren  y favorecen el crecimiento y la abundancia de microorganismos del suelo.
·      Aportan materia orgánica nutriendo tanto la planta como los suelos.
·      Es más difícil quemar con ellos las raíces ya que los nutrientes están en bajas proporciones.
·      Se pierden mucho menos porcentaje por lixiviación que los fertilizantes químicos.
·      Producen una mínima acumulación de sales en el suelo
·      Liberan lentamente sus elementos fertilizantes a medida que sus grandes moléculas son descompuestas por los microbios del suelo y las ponen a disposición de las plantas.
·      Ejemplos de ellos son el compost, el estiércol, la harina de huesos, el extracto de algas, la harina de pescado, la sangre desecada, la harina de cuerno, el guano, los purines de ortiga y consuelda, etc.
·      Son bastante más caros que los inorgánicos. De todos modos, no todos hay que adquirirlos. Nuestro jardín y nuestra propia casa son una “cantera” estupenda para algunos de ellos. Cada año, con un mínimo de trabajo (volteo) podemos hacer una cantidad más que respetable de compost en el jardín o en nuestro huerto. Sin tener una barbaridad de restos de poda ni de cocina yo he sacado este año más de un metro cúbico de estupendo compost que me ha salido totalmente gratis. No es que sea una exageración pero me ha servido para poner una generosísima capa de acolchado a todos los rosales. Las hojas que caen de nuestros árboles, la ceniza de la chimenea, el purín que podemos hacer con las ortigas que crecen en nuestros jardines…todo esto son materiales por los que no pagamos un solo euro.

Una receta de la "American Rose Society' es la siguiente:
Para cada arbusto:
1 taza de harina de algodón
1/2 taza de sangre seca 
1/2 taza harina de pescado (5-1-1)
1/2 taza de sales de Epsom (Sulfato de magnesio)

Los fertilizantes inorgánicos (sistémicos o artificiales). La mayoría de las veces se ofrecen en forma de gránulos compuestos de elementos inorgánicos recubiertos con algún material poroso como azufre o resinas sintéticas. Con la humedad del riego el agua entra en los gránulos y los disuelve en el suelo alrededor de las raíces del rosal.
Su lixiviación se producirá más rápidamente cuánto más caliente esté el suelo.
El grosor de los gránulos y de esta capa que los recubre sirve para diseñar el período de tiempo en el que son efectivos para alimentar las plantas.
·      Son de fácil y cómoda aplicación.
·      No acondicionan el suelo.
·      Suelen ser más concentrados que los orgánicos y de más rápida actuación.
·      Pueden acumular sales en el suelo.
·      Se ofrecen en distintos formatos, así los hay granulados, líquidos, etc y eso facilita su uso. En concreto son fáciles de usar en rosales cultivados en contenedor en los que se aconseja su uso con aplicacion foliares.
·      Su uso suele ser más económico que los orgánicos.

De qué modo debemos aplicar los fertilizantes: Dependerá en buena medida del producto que estemos utilizando.
Como venimos diciendo su forma de presentación es muy variada y dependiendo también de ella la aplicación se hará de un modo u otro.
En el caso de que usemos abonos inorgánicos deberíamos poner especial cuidado en las cantidades que aportemos para evitar quemar las raíces y contaminar las aguas subterráneas.
Los fertilizantes líquidos, en polvo o gránulos solubles pueden aplicarse disueltos en el agua de riego. Suelen usarse en el cultivo en invernaderos y plantas en cultivadas en contenedor. Hay que evitar en todo momento el contacto de este tipo de fertilizantes con las hojas del rosal.
Los fertilizantes foliares. Se trata en este caso de un abono o fertilizante disuelto en agua y cuya aplicación se hace directamente sobre las hojas del rosal.
·      Cuando hagamos este tipo de aplicaciones es mejor agregar un tensioactivo como jabón suave (1/4 de cucharada en 5 litros de agua) que asegurará una cobertura de las hojas más correcta. 
·      Y tengamos en cuenta que no deberíamos usar utensilios que hayamos utilizado anteriormente para aplicar herbicidas
·      Lo ideal es su aplicación temprano, por la mañana o ya en la tarde ya que en estos momentos los líquidos se absorberán de manera más rápida y no permanecerán sobre las hojas.
·      Pongamos cuidado en aplicar el abono foliar también en el envés de las hojas dónde los poros suelen estar abiertos.
Los abonos granulados inorgánicos
·      Retiraremos la capa de acolchado que cubre el suelo alrededor de las raíces.
·      Habremos regado en profundidad el rosal el día anterior a aplicar los fertilizantes
·      A continuación repartiremos de manera uniforme los ingredientes sobre la zona de suelo que crecen las raíces. Es decir, repartiremos uniformemente alrededor del arbusto, aproximadamente por dónde solemos regar tratando de que no toquen el o los tallos centrales del rosal en el caso de que estemos usando abonos químicos.
·      Remover superficialmente el suelo apenas unos centímetros para no dañar las raíces del rosal.
·      El mismo día o al día siguiente de la aplicación Regar de nuevo en profundidad (al menos 5 litros de agua por rosal) esto ayudará a mover los nutrientes aplicados en superficial hacia las raíces.
Estos dos riegos previenen que las raíces puedan ser quemadas por los productos aplicados.
Recordemos no obstante que aplicar un exceso incluso de elementos positivos se convierte en una práctica negativa. El exceso de fertilizante o las aplicaciones demasiado frecuentes pueden conducir a quemados o amarronamiento de las hojas e incluso a la abrasión de las raíces.
En todo tengamos presente que un crecimiento demasiado exagerado es una atracción irresistible para muchas plagas.
Cual es el momento adecuado para fertilizar?
Éste dependerá de las temperaturas que disfrute nuestro jardín. En climas muy fríos, el inicio del crecimiento se retrasará. En climas más cálidos será más precoz. En todo caso, el inicio del programa de abonado deberá siempre ser posterior a la poda y siempre que haya aparecido ya un claro crecimiento de las hojas.

Programa de nutrientes:
Tras la poda: Aporte de enmiendas y fertilizantes orgánicos.
Dejar pasar unas semanas permitiendo que comience el nuevo crecimiento.
A las tres o cuatro semanas se haber podado y ya con el crecimiento claramente iniciado, con unos centímetros ya crecidos podemos agregar los fertilizantes químicos si decidimos usarlos.
En climas cálidos dónde los rosales siguen floreciendo en otoño e incluso inicios de invierno quizás podríamos aplicar una segunda dosificación en septiembre pero nunca más allá de mediados de otoño ya que, como explicamos arriba en relación al nitrógeno, promovería el crecimiento de brotes nuevos que no tendrían tiempo de madurar y por tanto las helada podrían dañarlos. Además de que no favorecería que los rosales entren cuando se acerca el invierno, en una especie de letargo. Parada vegetativa que siempre les favorece.
Durante los meses del verano, junio, julio, agosto, es preferible bajar mucho la dosis de fertilizantes. Como otros jardineros, yo personalmente, no abono durante estos meses. En todo caso al regar mucho, casi cada día, durante estos meses es inútil el uso de abonos líquidos ya que se expulsan de la zona que rodea las raíces tan pronto como se aplican.
Hay quienes aplican fertilizantes de baja concentración 6-12-6
Durante estos meses prefiero, ya digo, no aportar nada ya que están en una especie de latencia.
La última fertilización no deberíamos hacerla más allá de un mes antes de la primera helada.
Cuando algún elemento necesario como el hierro o el zinc está bloqueados en el suelo o cuando deseamos una respuesta rápida de crecimiento podemos utilizar un fertilizante foliar.
Un caso de urgencia ante un rosal en muy malas condiciones recordemos que los abonos foliares actúan con mayor rapidez.
A partir de otoño no conviene crecimiento así que poco nitrógeno
Asuntos a tener en cuenta:
El compost y el mantillo pueden robar nitrógeno ya que se siguen compostando. Quizás es preciso aumentar el nivel de nitrógeno para compensar esta merma. Por eso es mejor aplicar las capas de antes de la primavera para que en ese tiempo hasta que llega el crecimiento, los microorganismos del suelo hayan tenido tiempo de actuar y hayan puesto “a disposición” de los rosales los nutrientes que precisan justo cuando comienza su actividad de crecimiento.
El suelo en concreto en el que crecen nuestra rosas es determinante para su crecimiento. No es lo mismo un suelo arcilloso que uno arenoso, como no lo es un suelo alcalino o uno con pH bajo. Por tanto, ante lo que parecen indicios de falta de algún nutriente por la presencia de determinadas coloraciones en las hojas del rosal, no parece correcto echar mano rápidamente de un abono. No siempre se trata de una carencia de nutrientes en el suelo sino de un problema del propio suelo al no hacerlo disponible para. Contemplemos por tanto la posibilidad de que algún elemento esté bloqueado y apliquemos las técnicas jardineras para paliar el problema antes de hacer aplicaciones de fertilizantes que no estamos seguros de que el rosal necesite.
El pH ideal para cultivar rosales está entre 6 y 6,5. Es buena cosa tener unas tiritas para medir la acidez. No son difíciles de comprar y tienen un precio más que asequible.
Y un asunto importantísimo que no nos cansaremos de repetir!!! Los fertilizantes son básicamente sales. Jamás deberíamos aplicarlos sin haber regado previamente ya que las raíces corren grave peligro de quemarse. Regar siempre antes y después!!!
Tanto el exceso de agua permanente en el suelo como el déficit redundan en perjuicio de la absorción de nutrientes (ojo que estamos hablando de agua permanente, no del riego que necesario a la hora de aplicar el fertilizante)

Casos especiales de rosales :
·      Los fertilizantes granulados no son adecuados para plantas jóvenes.  Es preferible usar abonos líquidos durante su primera temporada porque pueden quemar las raíces.
·      Los rosales que crecen en contenedor si usamos granulado se arrastran antes de que puedan actuar porque el riego es muy frecuente. Conviene mejor el uso de fertilizantes solubles en agua o líquidos y precisan un mayor número de aplicaciones que los que se cultivan en el suelo ya que estos últimos se lixivian menos.
·      Rosales recién plantados a raíz desnuda. Conviene agregar enmiendas orgánicas en el momento de la plantación y en tanto no han florecido por primera vez es mejor no aplicar fertilizantes químicos. A partir de que han florecido ya podemos hacer aplicaciones normales porque sabremos que sus raíces se han desarrollado suficientemente como para soportar el efecto de los abonos químicos sin que lleguen a quemarse. A partir de la floración podemos comenzar el programa de abonados que decidamos pero es mejor ir con cautela durante su primer año.
·      Rosales miniatura. Son muy sensibles a los fertilizantes. Cuidado con las dosis, si caso la mitad que un arbusto normal. Como en los demás, regar en profundidad antes de su aplicación y dejar escurrir el agua. Retirar el platillo en caso de tenerlo para que el fertilizante no quede acumulado en el platillo y pueda quemar las raíces.
·      De todos modos las variedades cercanas a las especies están mucho mejor adaptadas a crecer en la naturaleza sin el aporte adicional de nutrientes y se conforman con los que hay presentes en el suelo dónde crecen de modo natural o con una mínima cantidad de los abonos que podemos aplicarles.
Ejemplos de estos rosales serían Rosa glauca, los rugosas, algunos rambler...Son variedades que suelen florecer una sola vez. Por el contrario, las demás variedades que florecen más de una vez precisan en su inmensa mayoría el aporte abundante de nutrientes de nuestra parte.
·      Rosales climber o rambler. Debemos tener en cuenta su gran tamaño. Lo lógico sería suministrar el doble de cantidad que para un arbusto. Hablamos, claro, de rosales trepadores ya establecidos que han adquirido ya gran envergadura. no de los recién plantados que pueden ser más pequeños que un arbusto de años.
·      Rosales ya establecidos: Hay quienes recomiendan que tras la poda se incorporen al suelo las enmiendas orgánicas que tengamos pensado. Estaremos al podar en un momento del año en que el suelo comenzará a calentarse y será este calor el que hará descomponerse los materiales orgánicos que hemos incorporado al suelo y a su vez empezarán a estar a disposición de los rosales un poco más adelante, cuando lo precisen. Es decir, serian abonos digamos que de liberación lenta, no tan inmediata como los químicos.
Repetimos que a la hora de la nutrición de los rosales más importante que la cantidad de nutrientes que aportemos, es la capacidad de absorción de los mismos condicionada por las condiciones de nuestro suelo.
Esta se ve afectada por múltiples factores, drenaje, estructura del suelo, acidez, etc.
Como estamos en el momento de la temporada para aplicar ya los fertilizantes y antes de que adquirirlos si es el caso, me gustaría ofrecer la lectura de otros artículos relacionados con la fertilización de los rosales. Quizás saber con algo más de información las diferencias de actuación, precio, concentración...entre un tipo de abono y otro, nos haga plantearnos la posibilidad de probar con fertilizantes nuevos para nosotros y ver qué resultado dan.
Este es mi caso. Este año no abonaré los rosales con fertilizantes químico. Los nutriré exclusivamente con abonos naturales. Es mi primera experiencia y no sé con seguridad los resultados pero soy muy optimista en cuanto a los resultados. 


Como indico más arriba, pongo a vuestra disposición un artículo que seguramente es de interés para algunos de vosotros "Abonos orgánicos para los rosales vs. fertilizantes químicos". Espero sea de vuestro interés.
Quizás también puedan interesarte otros artículos relacionados con el presente:
- Algunos abonos orgánicos y enmiendas que podemos usar con nuestros rosales. Una mirada algo más de cerca sobre estos materiales orgánicos que ayudan a mejorar el suelo y aportan nutrientes.
- La importancia el pH en el suelo para las plantas que requieren suelos ácidos. Aunque es un artículo específico sobre el cultivo de acidófilas (Calas, hortensias, rododendros... las rosas precisan de cierta acidez en el suelo dónde crecen. Puede resultar de interés su lectura. 
- La clorosis ferrica y los auelatos de hierro.  Este artículo puede ser de interés para todo aquel que cultiva sus rosales en suelos con pH alto (alcalinos).
- Cómo rectificar el pH del suelo dónde crecen nuestras plantas. En ocasiones nos veremos obligados a rectificar el suelo de los rosales. Este artículo trata sobre las enmiendas y técnicas que podemos usar para lograrlo.
- Comprobar el tipo de suelo y el pH. En este artículo se propone un método casero para estimar sin exactitud pero con aproximación el tipo de suelo de nuestro jardín. Igualmente hablamos del uso de tiras indicadoras para medir el pH que nos dará un resultado también aproximado del valor de acidez/alcalinidad del que goza nuestro suelo.

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