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Preparación del huerto antes de comenzar la temporada.

Menudo fin de semana me he dado!! Ya no lo podía retrasar más. Este tiempo lluvioso y más frío de lo que es habitual en este mes aquí en la Sierra no debe llevarnos a engaño. En breve pasaremos de este tiempo desapacible y no anima a arriesgarse a poner los planteles en el huerto a unos días magníficos en los que el sol hará que el huerto esté tibio y el suelo de los bancales acogedor para recibir las plantaciones de las nuevas hortalizas de la temporada.

No me gusta andar con prisas y correr con los trabajos del jardín y del huerto. Tengo una naturaleza previsora y sumamente organizada de manera que trato de cumplir mi agenda con bastante exactitud.
No porque crea que las cosas en el jardín no pueden hacerse con un margen de tiempo. No, no es eso. Simplemente es que no me gusta la sensación del trabajo acumulado porque me agobio así que tengo un calendario muy pormenorizado producto ya de los varios años que llevo cuidando de este jardín y del huerto así que ya conozco el clima y sé qué labores hay que hacer en cada momento.
Así que para evitar que me pillara el toro este fin de semana me puse con el huerto para que en cuanto venga el buen tiempo, el lógico de este mes, sin más dilación pudiera comenzar la temporada sin dedicarme primero a hacer el trabajo que hoy he hecho. 
Detesto los huertos feos, desaliñados y mal ordenados! No lo puedo remediar!!


Tengo ya ganas de verlo lleno de preciosos y diminutos planteles de pimientos, berenjenas, tomates, lechugas...ummm qué lindos son recién plantados!! Y lo son mucho más en un espacio limpito y primorosamente cuidado.
El trabajo duro lo hice al final del otoño cuando incorporé una generosísima capa de estiércol maduro a los bancales. Ahora era cuestión de pequeños trabajos pero que todos juntos daban para un par de jornadas, al menos al ritmo que yo trabajo.
Cada maestrillo tiene su librillo y yo también tengo el mío. Para no olvidar nada de lo que tengo que hacer y poder organizar el trabajo el día, cuando tengo que preparar una zona del jardín o del huerto, unos días antes me paso por el lugar y tomo fotografías de todo lo que veo pendiente de hacer. Luego en el ordenador organizo el asunto de manera que me cunda y procuro cumplir el plan.

Los meses invernales en los que el huerto queda casi abandonado a su suerte tras el estercolado su aspecto va empeorando. El otro día al tomar las fotografías se notaba que necesitaba una buena mano de limpieza y organización. Ya digo que nada de lo que tenía que hacer me llevaría mucho tiempo pero sí, había muchos pequeños detalles que afrontar y dejar el huerto inmaculado. 
Sobre el suelo de pésima calidad que inicialmente había en el huerto se pusieron los bancales que están rellenos de un sustrato esponjoso, aireado, nutrido con mucho estiércol y que es sumamente fácil de plantar e incluso de eliminar malas hierbas. Por eso no tengo problema alguno de crecimiento para las hortalizas. 
Además de tomates, pimientos, etc, cultivo pequeños frutales y arbustos de bayas en el huerto.
La rampa de acceso del coche desde la calle a la entrada del garaje está separada del huerto por unas celosías de madera que instalamos nosotros mismos y que hace las veces de divisoria y valdrá como soporte de los pequeños frutales que cultivo a sus pies (cuatro pequeños manzanos y un nectarino).
Estos frutales de variedades muy especiales y de buena calidad me las facilitó injertadas ya sobre patrones enanizantes mi amigo José de Albacete. De esta forma no se harán grandes. Lo que buscaba era frutales que no solamente produjeran su pequeña cosecha si no que además fueran plantas "bonitas" aunque no estuvieran produciendo.
Se me ocurrió que una forma cómoda y fácil de cultivar estos frutales sería en espaldera pero ello requería que no se hicieran de gran tamaño para poder  podarlos, aplicarles productos y recoger la fruta de pie sin precisar escaleras.
Así que una vez instaladas las celosías se excavó una profunda zanja bien ancha para que las raíces de los frutales crecieran bien en suelo de buena calidad y estas zanjas se rellenó con una buena mezcla.
Esta franja, anualmente es enriquecida con mucha materia orgánica y cubierta por una buena capa de acolchado a base de corteza de madera.

El trabajo de los muchos mirlos y otras aves que frecuentan el huerto hace que el suelo se vaya deteriorando y tomando un aspecto desaliñado según van pasando los meses de invierno en que no estoy muy dedicada al huerto. Había por tanto que incorporar el estiércol y volver a cubrir con una capa de acolchado nueva.
Planté estos pequeños frutales en su lugar definitivo en la primavera de hace dos años (la de 2016) pero he empezado a podarlos hasta hace unas semanas. A mediados de marzo.

Dejado que crezcan un poco para que vayan desarrollando ramas que me sirvan para ir organizando su estructura que pretendo sea, como he comentado, en espaldera. Es decir, una rama central de la que broten ramas horizontales que yo iré conduciendo sobre las celosías.
Este año ya de los brotes que vayan surgiendo iré dejando los que me interesen para formar las ramas que todavía les falta desarrollar.
En el caso de los frutales de baya (frambuesos y arándanos) que cultivo en una de las esquinas del huerto bajo la protección de una tela de sombreo que les priva del sol del mediodía en verano y que he sujetado con postes de madera, se hizo también una zanja profunda y ancha dónde se plantaron solo que en este caso la mezcla tenía que ser muy ácida y se incorporó mucha turba rubia y azufre.
Al igual que la zona de los manzanos este rincón también era preciso que se nutriera y volviera a recolocar el acolchado.

Estos frambuesos crecen desmedidos y desarrollan ramas que creí serían algo más cortas pero son larguisimas. Este ha sido el único trabajo que me quedó por hacer el otro día. El próximo sábado lo afrontaré. Aquí podéis ver como resta todavía eliminar todas las hojas muertas de sus ramas y atarlas a las distintas líneas de alambre que tendí horizontalmente en esta zona.
En esta fotografía podéis ver cuatro asuntos que había que afrontar sin tardanza.

La zona de paso alrededor del bancal de las fresas se había deteriorado con las lluvias. Este trozo de huerto tiene en su base una tierra malísima dónde se acumularon incluso algo de escombro cuando se construyó el garaje cuya fachada veis en las fotografías. Así que para no estar viendo un suelo lleno de piedrecillas y porquerías lo cubro con una capa delgada de tierra que apisono de vez en cuando y que cuando es removida por los pájaros o la lluvia debo alisar con al escoba metálica.
Bien, trabajo hecho, la diferencia es evidente, no? :) Ahora sí tiene un aspecto bien acicalado.

También había pequeñas reparaciones que hacer. La compostera de hojas que hay al lado de las que contienen compost tenía uno de los postes tumbado. Así que un buen martillo y a clavar de nuevo el lado caido. Como nueva!

A veces una planta no supera el invierno y reconozco que en pleno enero o febrero no apetece ponerse a eliminar estos ejemplares pero ahora ya no era cosa de dejar al "difunto" ahí reseco al lado de lo que serán preciosas y verdes hortalizas. Así que un poco de esfuerzo y a vaciar el pedazo contenedor y eliminar su planta muerta ajajjaja Madre mía, cómo llega a pesar uno de barro de este tamaño. Pero ya vuelve a estar lleno de buen sustrato y listo para albergar algún cultivo de sombrita colocado ahí al lado de una de las puertas del huerto.

Aún no le di uso a estos cestos colgantes y ni siquiera estoy segura que los deje en el huerto. Están vacíos, no tienen cultivo alguno en ellos pero estaba claro que la base de fibra de coco que los cubría estaba totalmente deteriorada. A cambiarlas! Ahora sí se ven bonitas y podrán contener quizás unas preciosas petunias malvas si las pongo en la fachada norte de la casa. 

Por supuesto las malas hierbas estaban haciendo su agosto. Afortunadamente tengo cubierto el suelo del huerto en su mayoría con corteza pero hay una zona, delante de los bancales por delante de las celosías que por estar inclinada no pueden protegerse así que ahí las malas hierbas dan su buen trabajo. Nada que con paciencia no se pueda eliminar. Lista! Limpita y bien barrida, eh! ;)

Pero en esta limpieza hay que llevar cuidado y no arrancar las plantas como tagetes y caléndulas que se autosiembran. Son pequeñas plantitas que animaran con su colorido el huerto y que además atraerán a insectos que a su vez ayudarán a polinizar las flores de los frutales y hortalizas.


Una vez eliminadas alguna mala hierba que creció en los bancales he revisado el riego por goteo de todos los bancales y zonas de cultivo del huerto. Dentro de menos de lo que pensamos estaremos precisando regar las plantaciones así que el sistema de riego y mangueras deben estar a punto.

Tiestos de barro, contenedores y demás, con el paso del tiempo van ensuciándose. Si queremos evitar enfermedades y plagas conviene someterlos a una buena limpieza y dejarlos listos para recibir semillas o cualquier cultivo que compremos.
La mata de Alcea rosea es muy propensa a enfermar, el único modo de contener la roya típica de este cultivo es ser escrupuloso con su limpieza y no regar nunca la planta por arriba para que sus hojas no se mojen. El sábado recibió una buena limpieza.

Contenedores que se dejan a veces por pereza en un rincón y en los que se cultivaban tomateras la temporada anterior y que afean la zona me gusta eliminarlos para que el huerto comience bien bonito y ordenado. Así que fuera!!


La menta (Mentha piperita), si se la deja a sus anchas va emitiendo ramas horizontales que amplían a buen ritmo su zona de crecimiento. Si no eliminamos estos brotes laterales terminaremos por tener este rincón invadido más allá de lo que yo deseo. No me importa que cubra el suelo hasta el bancal pero no quiero que se meta en la zona de la malvarrosa.

Las ramas extraídas me servirán para cultivarla en otras zonas del jardín.

A la mata de lirios le hacía falta una buena limpieza. Sus preciosas flores no lucen igual sobre hojas secas y muertas que cuando sus tallos florales brotan de una mata con hojas limpias y sanas. Verdad?

Mi huerto no podía ser mío si no crecían en él rosas! :P
Y por tanto estos rosales tenían que recibir sus cuidados. Además de la poda que ya se realizó hace poco había que nutrir bien su base y atar de forma adecuada sus ramas.
Crece en él un bonito Rosa 'Eden rose 85' que hace poco os mostré como podé y empecé a conducir sobre unas celosías de madera que cubren parte de la fachada sur del garaje.

También hay en él desde la temporada anterior un par de rambler y un trepador.
Todos ellos han sido nutridos con estiércol hace unos días y cubiertos su zona alrededor de la base con acolchado para evitar malas hierbas y sobretodo, minimizar la evaporación de la humedad en verano.
Los rambler son demasiado jóvenes para podarlos pero sí tenía que conducir sus ramas atándolas a la valla de madera que bordea el huerto. 
A la izquierda de la puerta un trepador, Rosa 'Iceberg' Cl. A este rosal le tengo mucho cariño, llegó a mi jardín de la mano de mi amiga Maite, en octubre de 2015. Era un esquejito diminutooooo!! Y bueno, aquí lo veis, ya llegó a la parte horizontal del portón. No me gusta que los rosales trepadores tengan todas sus ramas verticales porque florecen menos así que algunas de ellas las he dispuesto por delante de la valla de forma horizontal.

Ya  llegan sus ramas a tocar las de otro rosal que crece junto a la puerta del garaje, Rosa 'Laguna' (de Kordess).

A la derecha de esta puerta de acceso al huerto cultivo un Rosa 'Kew Rambler' que tuve la fortuna de poder comprar sin injertar. Al crecer en sus propias raíces ya sabéis que algunos tardan un poco más en "arrancar" porque no los adquirimos con un cepellón tan desarrollado y con raíces grandes como en el caso de los injertados pero yo lo prefiero así. Ojalá encontrara a la venta todos sin injerto!! Aún así ha crecido bastante teniendo en cuenta que vino diminuto el año pasado y ya llega a cubrir una pequeña zona de esta valla.

Dentro del huerto, en una esquina crece también desde el año pasado un Rosa 'Paul's Hilamayan Musk' que se dedicó la temporada anterior a formar su cepellón. Se trata de un precioso rosal de pequeñas flores blancas en ramillete, un rambler poderoso en cuya fortaleza confío para que soporte la competencia de la mimosa que se alza en la esquina ya por fuera del huerto. Sí, confío en que pueda a pesar de ella crecer. Tardará en poder desarrollarse pero espero no equivocarme. De todos modos, de vez en cuando excavo profundo y elimino las raíces que desde ella parten hacia el rosal para evitar algo de esta competencia. Si logra hacerse con el espacio lograré una esquina de gran belleza cuando esté en flor.

Por cierto, este invierno traje un nuevo huéspedRosa 'Reine des Violettes' que ya empezó a brotar cerca de los pies de un pino que crece en el huerto. Su copa lo protegerá de la insolación de mediodía y espero que se sienta bien en este lugar que elegí para él. Cerca de RER85 sus rosas violeta oscuro creo que harán un precioso contraste.

Para animar a que el contenido de las composteras termine de madurar y pueda usarlo esta primara sobre los bancales hay que dar la vuelta al compost de vez en cuando. Es una labor que siempre da pereza. Pero hay que hacerla.

Un rápido "alisado" del acolchado que cubre el camino central del huerto con la escoba metálica y queda listo para empezar la temporada y yo exhausta!! jajajaja 


Pero lo que son las cosas, debo ser algo masoquista porque el cansancio no me importa en absoluto cuando veo los resultados. Todavía no está realmente bonito mi huerto porque está vacío de hortalizas pero me hace sentir bien verlo tan limpio y ordenado. Con los frutales, bancales y rosales bien nutridos. Sin cacharros por medio, sin plantas muertas. Con las reparaciones efectuadas. Limpio de yerbajos, y de tiestos sucios... 


Sí, a pesar del cansancio simplemente fumar un cigarrito sentada con mi chubasquero y verlo así y se me olvida el cansancio... En breve crecerán sobre los bancales hermosas tomateras que llenaran de verde y rojo este espacio y volveremos a empezar un año más.
Un abrazo, queridos lectores!!

Proyecto de una terracita en zona del jardín con pendiente

No se puede pretender cambiar totalmente el suelo de un jardín pero sí podemos modificarlo en parte. Yo lo hago aportando materia orgánica constantemente sobre el suelo de todos los arriates y más radicalmente llenando los hoyos de plantación con mezclas de sustratos que animen al desarrollo de las raicillas recién plantados los rosales y arbustos (bueno, vivaces también).
Sé que tarde o temprano las raíces deberán adentrarse en el suelo original y que no siempre será grato para ellas porque el hoyo, por muy generosa que sea yo excavándolo, tiene un límite. Una vez ocupen este espacio no les quedará otra que empezar a entrar en un medio más hostil.
He leído que hay jardineros que no están de acuerdo con esta práctica porque argumentan eso, que a la larga, no les quedará más remedio que crecer en el suelo que hay y se limitan por tanto a intentar modificar en lo que pueden el suelo original en general sin modificar en exceso el hoyo de plantación.
Sí, así es, pero creo que no tiene las mismas posibilidades de desarrollo e incluso de supervivencia una plantita con un diminuto cepellón (Que es como las solemos comprar) que tan pronto está en el suelo tiene que animarse a sacar raíces hacia un suelo poco amigable, que un ejemplar con un cepellón ya bien desarrollado que ha tenido el tiempo de una o dos temporadas para ir aclimatándose al jardín y que dispone inicialmente de espacio a su alrededor con un suelo dónde le resulta fácil generar más raíces. Bueno, esto es mi opinión y de momento haciéndolo así me está dando buenos resultados en general.
Digo todo esto porque cada plantación que realizo supone la extracción de una buena cantidad de tierra que, dado que mi jardín tiene un suelo de tan pésima calidad, no resulta aprovechable.
Cuando estás al inicio de la creación del jardín cualquier otro espacio es bueno para ir dejando esa tierra de poca calidad, pero  el problema comienza cuando el jardín ya está formado en sus líneas principales. Qué hacemos con esa tierra? Dónde la dejamos? 
Sacar este material del jardín supone ir llevándolo en sacos a los puntos limpios de nuestra localidad. Ello precisa de tiempo, gasto de gasolina y esfuerzo.
De otra parte, y este es el tema que quería tratar hoy, están las circunstancias concretas de este rincón que deseo crear siendo como es un jardín implantado en una parcela con pendiente. En este caso dos son los problemas con los que tengo que lidiar:
- La inexistencia de suficiente espacio en plano para depositar mesa y alguna silla más por el problema de la pendiente del suelo.
- Ramas demasiado bajas de un enebro que se halla sobre este espacio.
Para mí los desniveles y pendientes permiten jardines mucho más interesantes. Posibilitan la creación de rincones, terrazas, recovecos, caminos... con una belleza que desde mi punto de vista no logra nunca un jardín totalmente plano. Indudablemente tiene más interés un jardín que se tiene que recorrer para llegar a conocerlo entero que uno en el que desde cualquier punto puedes visualizar la totalidad del mismo.
Si bien es verdad que son jardines en los que se tiene que invertir mucho más tiempo, esfuerzo, materiales y dinero para crearlos, el resultado no es comparable.
Pero como todo en la vida, a veces una ventaja también supone unos contras. Crear en este tipo de jardines como el mío, zonas de descanso, terrazas, espacios para ubicar mesas y asientos, no siempre es fácil y supone la inversión de un esfuerzo añadido.
Este es el caso de la zona central del jardín. En él hay un gran enebro que por haber crecido desde el inicio en una gran pendiente, se desarrolló con bastante inclinación hacia la zona baja del jardín.
Tanto es así que la mitad de su copa, la que está orientada al sur, tenía su parte más baja excesivamente cerca del suelo.
Este espacio bajo el enebro creo que puede convertirse en un centro de interés en mi jardín. Bordeado en su parte baja por un arriate de rugosas es un punto del jardín desde el que se divisa buena parte del centro del jardín así como el portón de madera que da acceso al huerto. Me encanta!!
En primavera, cuando el calor es más soportable, muchas veces me traigo los platos aquí y como sobre una pequeña mesita que coloqué con tan sólo un par de sillas. El gran enebro, a modo de enorme parasol, aporta a este punto del jardín una estupenda temperatura al resguardo de los rayos del sol.
Cual es el problema entonces? La pendiente!! Aunque con un ligero nivelado del suelo inicial logré espacio suficiente para la ubicación de esta mesita y sillas que os comento, está claro que no hay el terreno suficiente para colocar una silla más que me gustaría y desde luego, no resulta cómodo transitar alrededor de estos muebles debido a que a muy poca distancia el suelo deja de estar en horizontal para convertirse en un suelo inclinado que es dificultoso de pisar.
Cuando comienzas un jardín, a veces no descubres las posibilidades de algunos espacios desde el comienzo pero a poco que empiezan a desarrollarse las plantaciones y que el jardinero "vive" su jardín, rápidamente se percata de que hay puntos en el jardín que no deben desaprovecharse y que incluso merece la pena invertir algo de esfuerzo en ellos para crear puntos focales o rincones que puede embellecer el jardín y ayudar a un mayor disfrute de él.
Bien, mi intención es ampliar el terreno sobre el que ahora se asienta esta mesa y sillas y crear ahí una especie de pequeña terracita desde dónde disfrutar de la zona central del jardín.

No tengo todavía definitivamente decidido como será la terraza.  Por eso el título de este artículo es "proyecto" y no 0realización". Me refiero a que no sé qué materiales usaré para cubrir este suelo. Puede que piedras de buen tamaño incrustadas en el suelo sin cemento para que crezca hierba a su alrededor. O puede que incluso quedara bonito usar ladrillos de barro rojo que aguanten las heladas y colocarlos de igual manera, sobre un lecho de arena.
No quiero usar cemento porque esta zona tiene el problema de las raíces de los olmos. No es la primera vez que me veo obligada a cavar someramente para arrancar las que se desarrollan a buena distancia de estos árboles.
Si uso cemento para colocar el material que constituya la base, esta extracción se dificultaría mucho. Además, prefiero que el material que use, permita el crecimiento de hierba entre él.
Seguramente tendré que hacer un par de muretes de contención en forma de muros secos de piedra. Uno en la zona más alta para contener la última terraza que hay ahí.
Otro más que borde en forma de media luna toda esta terraza que pretendo ir creando. Dejaría, eso sí, un espacio entre este último murete y el arriate de rugosas que la bordearía por abajo. Este pasillo me permitirá acceder a estos rosales y poder realizar los trabajos de limpieza y poda de los mismos.
Por qué hablé al inicio de este artículo de la tierra que iba extrayendo de los hoyos de plantación? Pues porque ese lo que suelo hacer. Aprovecho este material de suelo que extraigo de los hoyos de plantación que de otra forma tendría que llevar a un punto limpio, para nivelar caminos o, como en este caso, ir creando poco a poco el espacio que será una terraza cuando tenga suficiente terreno preparado para su creación.
Aunque el montaje deja bastante que desear me vais a permitir que os muestre en esta siguiente imagen la idea general que tengo. No sé si os gustará. Lo he hecho para hacerme una idea. En esta fotografía podéis ver como ya hay acumulada cierta cantidad de tierra bordeando la zona de la mesa.
Por supuesto tendré muy en cuenta que el suelo finalmente nunca llegue a subir por encima del punto en el que el tronco del enebro brota del suelo. Hacer esto sería poner en peligro el árbol!!

Luego se me ha ocurrido que puede que ubicar ahí una especie de pilón de piedra que contenga el agua que salga de un caño instalado en el murete de piedra que hay bordeando la última terraza de esta zona podría quedar precioso. Qué os parece?
Estar sentada ahí, bajo la sombrita del enebro y con la melodía del agua sonando de fondo puede ser un verdadero placer!!
Ay Dios!! Por qué mi cabecita nunca parará!! Hala, ahora a instalar ahí una fuente, a llevar un punto de luz desde la casita de madera, a comprar la pila...ajajjaja Bueno, en eso consiste crear un jardín!! Un proyecto que jamás tiene fin y que el placer se obtiene recorriendo el camino y no en la meta. No es cierto?
Decidido!! Iré echando ahí el suelo que vaya sacando de otras zonas del jardín y en poco tendré formada ya la pequeña terracita. Por supuesto es cosa de ir apisonando bien la tierra según se vaya depositando para que el conjunto tenga solidez en tanto el murete de contención no esté construido.
Por último quisiera comentar la solución que he adoptado para resolver el segundo "problema", el de las ramas demasiado bajas del enebro.

Lo hablé hace meses con el ayudante que viene a echarme una mano en las labores más duras del jardín. Él se inclinaba por el corte de las ramas bajas pero yo me negué en rotundo.
Como os he comentado muchas veces, la parcela que luego fuera mi jardín estuvo "cuidada" (si es que se puede aplicar este término) por un "profesional" que hizo de leñador en ella, porque de otra forma no puede calificarse, e hizo cosas como estas:
Estas mutilaciones ya no tienen arreglo pero no estoy dispuesta a dañar ni una pizca más mis árboles a poco que me sea posible!!
Estaba claro que si quiero usar este espacio bajo el enebro del modo que estoy comentado precisaba que el extremos de las ramas no cayeran tan próximos al suelo como lo hacían hasta ahora y que las pequeñas ramillas colgantes que bordean el perímetro de la copa levantaran lo suficiente como para poder transitar bajo el enebro con comodidad y a la vez dejaran de tapar la vista que de la zona se obtiene cuando te sientas a esta mesa.
Creo que hemos dado con una solución que de momento me vale. Pensé que las ramas que tendían más hacia abajo era cuestión de "levantarlas" y para ello se me ha ocurrido usar soga bien fuerte.
Anudándolas en su último tercio con un extremos de la soga y tendiendo el otro extremo de la cuerda hacia el tronco principal hemos ido, despacio, poco a poco, mientras la flexibilidad de las ramas nos lo ha permitido, subiéndolas.
Ha sido un trabajo lento y dificultoso por la pendiente del terreno que no permitía disponer de una escalera normal en él. También era preciso ir viendo como iba quedando la copa mirando el árbol desde lejos y desde varios puntos del jardín. No era cosa de subirlas tanto que resultara artificiosa su forma.
Creo que ha quedado bastante bien. Las sogas evidentemente se ven desde "dentro" de la copa cuando estás bajo el árbol pero no se notan en absoluto cuando ves el enebro en su totalidad.
Ahora ha quedado la zona despejada. Ya no te prendes el pelo cuando transitar bajo su copa. 

Pero además, de rebote, al subir las ramas, estas han dejado de tapar como lo hacían hasta ahora, la visión del seto norte desde aquí.
No me importa haber usado este recurso que quizás estéticamente no es el ideal dado que las cuerdas son visibles bajo la copa,  a cambio, no he dañado al árbol ni le he practicado podas que en nada le favorecerían y cuyos cortes hubieran provocado que entrara en peligro de enfermar.
En fin, ya tengo trabajo para que mi cabeza no pare de pensar en las soluciones de los problemas que para esta zona se me ocurra que se me puedan plantear de manera que anticipe formas de hacerlo con menos esfuerzo y gasto.
Buen domingo, queridos jardineros!! :)

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