Este es el segundo artículo que dedico al cultivo de rosales en contenedor. En el primero, Emy, una joven jardinera que reside en Sevilla, nos comentaba como cultivaba ella algunos de sus rosales en contenedor (Rosa 'Charming Piano' y Rosa 'My Girl' ambos de la prestigiosa casa alemana, Tantau). Dispone de una maravillosa terraza pero ama tanto las rosas que no duda en cultivarlas en contenedor y desde luego lo hace con un magnífico resultado como podéis ver en las fotografías de aquel artículo y como comprobaréis en las imágenes que ilustran buena parte de este y que también son imágenes de rosales que ella cultiva.
Quiero agradecerle el hecho de haberme permitido compartir en este artículo las preciosas imágenes de su Rosa 'Lady of Shalott' de David Austin, Rosa 'Elfe' un floribunda de Kordes y Rosa 'Uetersener' de Tantau. Está claro que viendo estas rosas nadie tiene pretextos para decir que en su terraza no puede cultivar rosas :)
Rosa 'Elfe' cultivada en contenedor |
Como Emy, no siempre disponemos de un gran jardín, pero incluso contando con el espacio necesario para plantar más rosales puede darse el caso de querer cultivar algunos rosales en una zona del jardín que está pavimentada o puede que en el último pedido nos haya llegado alguna variedad que no podemos plantar en el suelo hasta que terminen las obras o la remodelación de la zona del jardín dónde deseamos cultivar de forma definitiva este rosal y nos vemos precisados a mantenerlo durante algún tiempo en un contenedor. Incluso jardineros con movilidad algo reducida les resulta más cómodo cultivar sus rosales en contenedor ya que no les obliga a agachar su espalda tanto como debemos hacerlo en algunas labores de mantenimiento de nuestros rosales.
Rosa 'Elfe' |
Rosa 'Elfe' |
Muchas son las circunstancias y razones que pueden conducir a esta situación. No disponer de suelo para plantar nuestros rosales no debería disuadirnos de su cultivo en absoluto.
Conocer el funcionamiento de los rosales en algunos de sus aspectos como son su sistema radicular y proporcionarles la situación, alimento e hidratación resulta fundamental, y por descontado, elegir las variedades adecuadas para este tipo de cultivo.
Me gustaría abordar en este artículo las condiciones de cultivo que deberíamos proporcionar a nuestros rosales cuando se cultivan en contenedor que siendo bastante semejantes a las que precisan las rosas cuando crecen en el suelo, en algunos aspectos difiere bastante.
Rosa 'Lady of Shalott' en contenedor |
Los contenedores. Tipos y materiales. Desde el clásico plástico negro que todos conocemos, a la terracota, a la piedra artificial, cubas de madera...el surtido es enorme. Cada material cuenta con unas ventajas y unos inconvenientes.
Contenedores típicos de plástico negro. Indudablemente la estética no es un factor que juegue a su favor pero para compensar se trata de los contenedores de menor precio que podemos elegir.
Con el tiempo, por efecto de los cambios de temperatura del exterior y de la incidencia de los rayos de sol sobre ellos, se van degradando llegando a resquebrajarse a veces de un día para otro. Seguro que os ha pasado, tirar de ellos un poco para intentar arrastrarlos y quedarnos con un trozo del borde del contenedor en la mano. Al ser baratos no representa mucho gasto su sustitución.
Generalmente los adquirimos con agujeros pero no es demasiado difícil prácticarles algunos en el caso de que no vengan con ellos. Un simple instrumento punzante nos servirá.
El mayor inconveniente de este material es que las raíces de las plantas que se cultivan en ellos sufren mucho de recalentamiento especialmente en el verano. A cambio el riego que precisan será menor ya que mantienen más tiempo la humedad del sustrato porque la evaporación lateral del mismo es inferior que en los de material poroso al no transpirar.
Para paliar este recalentamiento una opción es ubicar los contenedores con el rosal entre otras plantas bajas que lo protejan del sol y evite así que se recaliente.
Tienen una última ventaja, es el peso. Cuando se cultiva rosales en contenedores de un tamaño respetable llenos de sustrato es mucho el peso que nos veremos obligados a trasladar si tenemos que mover la planta al garaje en invierno o simplemente para hacer limpieza de la zona.
Rosa 'Lady of Shalott' en contenedor |
Barro, terracota y materiales porosos. En general una maceta de barro indudablemente es mucho más hermosa que un vulgar contenedor de plástico negro. Con el tiempo adquieren una preciosa pátina y no hay duda de que ornamentarán nuestra terraza mucho mejor que los de plástico. La belleza por tanto es un factor que hace inclinarse por ellos muchas veces. En contra, claro, está el precio, muy superior que los de plástico.
Si nuestro rosal está cultivado en una maceta de barro de buenas dimensiones que ya de por sí pesa, si le añadimos el peso del sustrato que cubre las raíces y el del propio rosal... cuando tengamos que cambiarlo de sitio nos veremos obligados a trasladar de un sitio a otro un buen peso. Tengamos en cuenta de todos modos que este peso sería una ventaja a la hora de ofrecer "estabilidad". Una noche de temporal con vientos fuertes pueden tumbar incluso un contenedor de plástico lleno de sustrato y aunque también puede hacerlo con uno de barro, siempre será más difícil.
No hay duda de que la durabilidad es muy superior que los de plástico y esto es una ventaja muy a tener en cuenta.
La capacidad que estos materiales tienen para transpirar resulta ventaja e inconveniente a la vez. Es cierto que las raíces no están rodeadas de un material estanco porque el barro tiene poros pero precisamente ello hace que de una parte el sustrato esté más fresco en verano porque el material permite transpirar, pero también que los riegos necesarios sean mayores ya que parte de la humedad del cepellón se irá a través de sus paredes. Cosa que no ocurre con los de plástico.
Otro tipo de contenedor que menciono en último lugar por lo poco habitual ya que es difícil de encontrar y cuando logramos uno son realmente caros, son los barriles y otros contenedores de madera. Si no son de madera de calidad y ésta no está bien protegida contra la humedad en breve se deterioran por efecto precisamente del agua de riego pero en el caso de estar hechos de buena madera duran muchísimo tiempo y constituyen estupendos contenedores para nuestros rosales. Desconozco si transpiran más o menos que los de terracota, yo diría que aproximadamente igual, más que los de plástico, indudablemente y su capacidad de mantener frescas y con transpiración las raíces también es semejante a las de barro.
Lo que no se les puede cuestionar es la belleza, sin duda son hermosísimos y muy prácticos por el gran tamaño que suelen tener muy apropiado para las necesidades de espacio de las raíces de los rosales.
Rosa 'Elfe' |
Lo que resulta imprescindible usemos el material que usemos en los contenedores dónde se cultivan rosales (o cualquier otra planta) es que cuente con un perfecto drenaje y para ello debe tener orificios en su asiento que permita drenar el exceso de agua tras el riego o la lluvia.
Personalmente nunca uso platos bajo las macetas porque reconozco que se me hace sumamente engorroso tener que estar pendiente tras el riego y una vez sale el agua sobrante por los orificios de drenaje, preocuparme de volcar la maceta lo suficiente para que me permite retirar el plato y vaciarlo de agua. Dejar la base de la maceta hundida en ese agua del plato puede conducir fácilmente a pudriciones en las raíces del rosal y facilita el desarrollo de enfermedades. Es de suma importancia que el agua de los platos o contenedores decorativos que puedan cubrir las macetas se vacíen tras los riegos.
El tamaño de los contenedores. Sin duda para cultivar ciertas variedades de rosales precisaremos contenedores de buenas dimensiones. Las raíces de los rosales son bastante profundas así que procuraremos que el recipiente sea lo más profundo posible. Siempre será mejor un contenedor que peque por exceso de tamaño que uno que peque de lo contrario. Si tenemos más sustrato alrededor de las raíces también tardará más en secarse y se necesitará regar con algo menos de frecuencia.
Es más importante que los contenedores sean bien profundos (al menos de 50 cm) que anchos debido precisamente a la morfología de los rosales que comentábamos.
Rosa 'Uetersener' cultivada en contenedor |
Rosa 'My Girl' |
Un aspecto a tener muy en cuenta cuando cultivamos rosales en contenedor es el hecho de que son mucho más susceptibles a las heladas que los rosales que crecen en el suelo del jardín. Este hecho hace necesario incluso trasladarlos a lugares con protección como garajes o invernaderos cuando llega la época invernal si vivimos en zonas climáticas con fuertes heladas. Una opción si éstas no son excesivamente fuertes es proteger con algún tipo de arpillera u otro material la parte externa del contenendor así como la superficie del sustrato. Mantener todos los contenedores juntos unos a otros es otro modo de que las bajas temperaturas les afecten menos.
En todo caso, en zonas con heladas realmente fuerte, se presenta como alternativa al traslado a zonas a cubierto, el "plantar" en el suelo el rosal con el contenedor incluido y una buena capa de acolchado por encima para proteger la parte superior de las raíces, las laterales quedarán a salvo de las heladas con el suelo que rodeará el contenedor.
Necesidades lumínicas. No todos las variedades precisan igual número de horas pero en general, el rosal es una planta que precisa para crecer de modo adecuado algunas horas de sol directo en más o menos cantidad. Evidentemente cuando se cultiva un rosal en zonas centrales de la Península dónde los veranos son tórridos algunas de estas horas de sol pueden ser sustituidas por horas de luz intensa sin que llegue a darle al rosal los rayos de sol de forma directa todo el día.
Si este es el caso y nuestros rosales están durante muchas horas del día a pleno sol, conviene proteger de alguna manera tanto el contenedor como la parte superior de las raíces ya que un calor excesivo seca demasiado el sustrato y eleva la temperatura de las raíces a un nivel que afecta negativamente al rosal siendo en esta situación más fácil que contraigan enfermedades como el odio que se ve favorecido por altas temperaturas y la sequedad.
Las necesidades hídricas. Otro aspecto fundamental. Las raíces de un rosal que se cultiva en el suelo del jardín dispone a su alrededor de espacio con suelo con humedad suficiente como para que sus raíces no se sequen tan fácilmente. Las de un rosal cultivado en contenedor solo disponen de un espacio muy limitado. Si además del espacio consideramos que la superficie externa del contenedor se ve sometida a cambios de temperatura muy superiores a las que sufre un rosal en el suelo, seremos conscientes de que la hidratación que precisará también es mucho más elevada. En pleno verano, según dónde se viva, probablemente hará necesario un riego a diario cosa más difícil cuando los rosales se cultivan en el suelo.
Rosa 'Elfe' |
En general, las necesidades hídricas de los rosales en contenedor son muy superiores a las que precisan cultivados en el suelo. Comprobar a diario si la capa de sustrato unos centímetros por debajo de la capa superior está húmeda es imprescindible si no deseamos que el rosal padezca. Incluso en invierno no deberíamos olvidarnos del todo de comprobar, aunque sea de modo más distanciado, el estado de humedad del sustrato. En efecto las plantas en reposo tienen una necesidad hídrica muy baja, pero algo, aunque sea una pizca de agua, necesitan de vez en cuando si no llueve.
Rosa 'Uetersener' |
También es superior las necesidades de fertilizantes de los rosales en contenedor. El sustrato en el que crecen las raíces se ve "lavado" constantemente por los riegos frecuentes yendo a parar fuera del contenedor el sobrante de agua junto con buena parte de sales y micronutrientes. Así será preciso nutrir nuestros rosales con más frecuencia que las aplicaciones que hacemos a los rosales que crecen en el suelo del jardín. De lo contrario, descuidando la nutrición, en poco tiempo el rosal estará desarrollándose sobre un sustrato carente de nutrientes por lo que facilitará la debilidad de la planta y con ello la aparición de plagas y enfermedades.
A la hora de utilizar fertilizantes disueltos en agua seremos especialmente cautos ya que es mucho más fácil pasarnos en las dosis y producir quemaduras en las raíces.
No es aconsejable aplicar dosis alguna de abonos más allá del final del verano. Los fertilizantes, especialmente ricos en nitrógeno, animan al crecimiento vegetativo, al no tener tiempo de madurar esta madera recién brotada antes de que lleguen las heladas, es muy fácil que se dañe con el frío invernal.
Rosa 'Uetersener' |
El sustrato. Una mezcla adecuada para el cultivo de rosales se comercializa por muchas marcas pero nosotros podemos hacerla sin ninguna dificultad mezclando un buen sustrato, con una generosa cantidad de materia orgánica que proporcione capacidad de aireación y permita crecer las raicillas sin dificultad; unos buenos puñados de humus de lombriz que retendrá bastante la humedad a la vez que aporta materia orgánica y que permitirá regar algo menos y por último no está demás añadir a la mezcla cierta cantidad algo de perlita que facilitará el drenaje.
Es aconsejable que de vez en cuando eliminemos la capa superficial de sustrato con cuidado de no dañar las raíces y que la sustituyamos por más mezcla nueva y fértil.
Igualmente es aconsejable que cada tres años más o menos cambiemos el sustrato de los contenedores dónde crecen los rosales, durante este tiempo se habrá convertido en una mezcla sin casi nutrientes porque los riegos frecuentes provocan que los fertilizantes se lixivien con facilidad además de producirse una acumulación de sales procedentes de los fertilizantes.
Rosa 'Uetersener' |
Plantación. La plantación de un rosal en contenedor no difiere demasiado de la forma en que se planta en el suelo. Pero queremos comentar aquí dos prácticas que nos ofrecen algunos especialistas y cultivadores de rosas.
A la hora de efectuar la plantación de un rosal injertado en contenedor, Paul Zimmerman nos aconseja enterrar el punto de injerto. Sí, no es un error, lo aconseja y da algunas razones para ello. En su opinión, con independencia de la zona climática que disfrute nuestro jardín se debe enterrar el punto de injerto y cubrirlo bien con el sustrato. De este modo esta zona tan delicada del rosal queda protegido de las bajas temperaturas y de las heladas pero además proporciona mayor estabilidad al rosal impidiendo que el viento fuerte no lo zarandee de un lado aflojando la tierra alrededor de esta zona e impidiendo con ello daños a las raíces y fomento de enfermedades producidas por las oquedades que quedan al moverse excesivamente la planta durante los días de viento fuerte.
Pero además piensa que se producen mejores rosas cuando se hace esto es permitir que el rosal al final, con el tiempo, regresará a un crecimiento sobre sus propias raíces que brotarán de la la variedad del rosal y no dependerá solo de las del portainjertos como es lo habitual cuando se planta sin hundir.
Me ha parecido muy interesante este consejo, de hecho a partir de leerlo ha fomentado mi curiosidad y he visto que no solo Zimmerman, si no otros expertos aconsejan esta práctica. Estoy preparando un artículo sobre este aspecto que intentaré publicar en breve y en que veremos opiniones sobre este tema de varios especialistas.
El segundo consejo que queremos compartir aquí viene de la mano del cultivador de rosas Robert Mattock en un artículo de The Telegraph y nos parece que tiene toda la lógica si pensamos en como son las raíces de los rosales. Los injertados lo están, como comentamos en el artículo de ayer, en variedades sumamente fuertes y que desarrollan un gran sistema radicular. Este hecho en el suelo resulta estupendo pero a la hora de pensar en cultivar ese rosal en uun contenedor la cosa cambia. Lo que propone Mattock es podar cuidadosamente las raíces antes de plantar el rosal injertado para compensar la falta de espacio y para promover la creación de un sistema fuerte y fibroso de raíces. Las raíces fibrosas, es decir, las delgaditas se encargan de tomar el agua y los nutrientes del suelo y las gruesas son las que dan estabilidad y anclaje a la planta.
Así, Mattock aplica a las raíces fuertes del rosal injertado una poda semejante a la que se aplica a la parte aérea del rosal, es decir, acortando las raíces fuertes y largas promueve la ramificación lateral de las mismas y es en estas ramificaciones dónde se desarrollan las raíces finas y fibrosas que tanta importancia tienen para la vida del rosal. Con este sistema las raíces finas reemplazan las gruesas y permiten a la planta alimentarse e hidratarse más fácilmente en menor espacio.
Aunque él por lo visto aplica esta poda cada año puede que hacerlo a nivel de jardinero aficionado si se trata de contenedores grandes quizás resulte un trabajo algo pesado. Pero nos parece muy interesante esta práctica que quizás sería bueno que valoráramos la conveniencia de aplicar a nuestras rosas en contenedor cada pocos años.
Rosa 'Uetersener' |
Variedades adecuadas. Los rosales emiten unas fuertes y largas raíces de forma natural, este hecho impide que algunas variedades, sobretodo las que tienen un desarrollo muy grande del cepellón no sean idóneas para cultivar de forma saludable en contenedor. Pero ya sean trepadores, floribundas, antiguos o modernos, podría decirse que puede cultivarse en contenedor rosales de casi cualquier grupo de rosas, solo hay que buscar la variedad adecuada.
Los rosales patio y los miniaturas se dan especialmente bien en este tipo de cultivo. En todo caso las variedades que presentan un gran desarrollo no parece razonable pretender cultivarlas en un espacio tan reducido como un contenedor. Indudablemente el rosal vivirá pero no lo hará en unas condiciones de salud y belleza adecuados. Así pues un rambler o un trepador muy grande incluso algunos arbustivos de gran desarrollo es preferible que se cultiven directamente en el suelo de nuestro jardín. Si de todos modos queremos intentarlo sin duda deberemos disponer de un contenedor de unas dimensiones más que generosas, sólo así tiene posibilidad de un desarrollo adecuado un rosal trepador.