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Inicio del verano: Abonado de plantas con orgánicos y reposición de los acolchados.

Habíamos nutrido bien el suelo al inicio de primavera para que afrontaran el gran crecimiento y floración de los siguientes meses. Lo hicimos con los rosales y con todas las plantaciones del jardín
En este momento de la temporada, con el calor, las plantas siguen precisando nutrientes, especialmente potasio y fósforo. En cambio no conviene agregar demasiado nitrógeno porque este elemento como sabemos ayuda a crecer a las plantas y no es el momento idóneo para ello.
Quisiera aclarar dos temas importantes en mi opinión con relación a este abonado de verano.
1.- Uno es que si tuviera un suelo arcilloso que contuviera los nutrientes mejor que el mío que se lixivia con mucha facilidad y es bastante arenoso no abonaría ahora. Dejaría transcurrir unos meses y esperaría a que pasaran los grandes calores. Aplazaría esta nutrición al final del verano o inicios de otoño. Me refiero a los árboles y arbustos, las rosas siempre las he abonado en verano y me ha ido bien. Y retrasándola ya no me preocuparía como ahora de incorporar la menor cantidad posible de nitrógeno.
Añadir ahora mucho nitrógeno (N) sería forzar a las plantas a un crecimiento que por las condiciones atmosféricas no está muy indicado. En general habréis observado que las plantas en climas muy calurosos, en el rigor del verano se paran bastante. Sin embargo agregar los otros dos macronutrientes, fósforo (P) y potasio (K) sí parece conveniente porque ayudará a mantener las floraciones sobretodo de rosales y redundará en beneficio de la fortaleza general de la planta incluido el desarrollo de raíces.
Mi suelo es muy arenoso como digo, se lixivia con muchísima facilidad y ello da lugar a una pérdida constante de nutrientes. El problema solo se puede paliar agregando materia orgánica al suelo. No hay otra forma.
Conteniendo no demasiados nutrientes y estando en un momento de la temporada en el que las plantas han utilizado en su crecimiento y floración primaveral buena parte de estos nutrientes he creído conveniente hacer un nuevo abonado/enmienda del suelo.
Llevo dos años cuidando el suelo de este jardín y como he comentado en muchas ocasiones aporto materia orgánica de forma constante para mejorar la estructura de un suelo que de por natural es pobre porque es de origen granítico pero además el suelo de mi jardín ha sido maltratado durante décadas con constantes vertidos de herbicidas por todo él lo que llegó a matar prácticamente cualquier resto de vida. De ahí mi interés en nutrirlo, enriquecerlo, facilitar que surja y se diversifique la vida orgánica que haya en él. Solo con un suelo rico y vivo es posible que las plantas crezcan en condiciones aceptables. 
Así que en estos primeros años estoy añadiendo bajo los acolchados una buena capa de estiércol en otoño; de nuevo aporto estiércol bien fermentado al final del invierno y ahora, en verano agrego una capita de compost solamente.
Esta última aportación la he hecho durante dos años pero ahora, debido a que ya tengo muchísimas plantaciones la cantidad de compost que precisaría sería algo superior a la que estoy generando, de ahí que me vea obligada a mezclarlo con alguna cantidad de estiércol en pellets y con humus de lombriz. No he medido la proporción pero el estiércol utilizado ha sido mínimo.
Por tanto en cierto sentido más  que de un fertilizante, esta aportación de verano se debería considerar como una enmienda del suelo. Recordemos que estrictamente hablando se llama fertilizante cuando las cantidades de NPK están medidas y pueden ser garantizadas en una etiqueta. No es el caso del componente mayoritario de mi enmienda, el compost dado que es muy variable porque depende de los materiales de origen.
Cuando lleve varios años haciendo esto llegará un momento en que tendré un suelo bastante aceptable y podré permitirme quizás hacer solo un par de aportaciones en lugar de tres al año. De momento sigo viendo este suelo en exceso arenoso especialmente a cierta profundidad. Evidentemente los primeros centímetros se componen de unan tierra rica, negra y sustanciosa.
2.- El segundo asunto que quería comentar es que si siguiera abonando como  hacía antes en otros jardines de los que he cuidado con abonos químicos y siendo las mezclas más habituales muy altas en nitrógeno, sin lugar a dudas no lo aplicaría ahora.
Imagino que los profesionales tienen a su disposición abonos químicos compuestos solo por un macronutriente y pueden aportar solo potasio y fósforo sin añadir nitrógeno. No ha sido nunca mi caso. En mayor o menor medida las mezclas de abonos químicos que he visto siempre han tenido altas cantidades de nitrógeno. Al menos cantidades mucho más alta de lo aconsejable en este momento del año.
En mi caso, con orgánicos, pasarse y quemar las plantas con las cantidades de NPK que añadimos al aplicar este tipo de fertiliantes es bastante improbable dado que son muy bajas las cantidades de estos macronutrientes que se aportan con ellos si los comparamos con los abonos químicos.
Bien, en este caso, abonando con orgánicos las cantidades de nitrógeno que estoy agregando creo que no arriesgan en absoluto las plantaciones y que son tan bajas que es posible que algo les haga crecer pero no en demasiada. 
Precisamente para tener controlado el tema de fermentaciones que hubieran sido posibles en el caso de usar estiércol a granel y tener certeza de que la cantidad de nitrógeno que incorporaba era mínima y que en cambio sí contenía Potasio y Fósforo que me interesaba aportar en este momento del año al suelo de mi jardín, he elegido el estiércol en pellets que tenía y que venía etiquetado con su proporción de NPK.


Estos dos aspectos es importante que se tengan en cuenta. Cada jardín es un mundo e indudablemente las técnicas que conviene en un momento dado en un jardín concreto es posible que no se aconsejen en otro con un suelo o un clima distinto.
En definitiva, no precisa lo mismo un suelo arenoso y tendente a ser pobre como el mío que un jardín con un suelo arcilloso y rico en nutrientes. Ni las cantidades de nutrientes, ni el momento de aplicación podrán ser iguales.
De otra parte, no es igual abonar con químicos que con orgánicos como hemos visto. Con químicos es mucho más fácil quemar las plantas aportándolo ahora y añadir una cantidad de nitrógeno excesiva para las necesidades de las plantas en este momento de la temporada.
Hacerlo con orgánicos es otro tema. Las cantidades de macronutrientes no son las mismas y por tanto el riesgo de perjuicio para las plantas es prácticamente inexistente.
Dejemos claro pues que no es mi intención asegurar que en cualquier jardín con cualquier suelo, usemos el tipo de abono que usemos (químico u orgánico) sería positiva una fertilización en este momento. Yo estoy haciendo este aporte de fertilizantes orgánicos (bajísimo en nitrógeno) porque las condiciones concretas de mi jardín me hacen pensar que es conveniente. Otro jardín con otro suelo, requerirá de otras actuaciones. Indudablemente.
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Bien, una vez comentados estos dos aspectos sigamos con las explicaciones de esta fertilización veraniega.

Ahora, en el inicio del verano, de nuevo es necesario en mi jardín nutrir las plantas. Quedan muchos meses de crecimiento vegetativo, incluso muchas plantas seguirán floreciendo llegado el otoño. Para mantener su salud y tener energías suficientes para seguir creciendo sanas conviene hacer ahora, una nueva aportación de nutrientes en especial de fósforo y potasio.
A mediados de mes de junio abonamos los rosales y repusimos su acolchado. Quedaron así renovados los nutrientes que gastaron en su floración primaveral y protegido su suelo de las altas temperaturas estivales y de la evaporación del agua del riego.
De igual forma, algunos árboles y muchos arbustos han florecido en primavera y en este proceso las plantas han gastado buena parte de sus energías. De manera que hemos hecho lo propio con la mayoría de plantaciones del jardín. El trabajo estos días ha consistido en incorporar al suelo una capa de un nutritivo compost natural hecho en el huerto y renovar la capa de acolchado.

Y ya metida en harina, he aprovechado para reponer la forma de algunos alcorques cuya forma se va deteriorando sin querer al pisar sobre el acolchado, por el uso de herramientas de extracción de malas hierbas e incluso por las pisadas de mi perro..

Como siempre que aportamos abonos debemos regar en profundidad el suelo alrededor de las plantaciones antes de su incorporación. Esto evitará el riesgo de que dañe las raíces.
He tenido que levantar de nuevo la capa de acolchado externa, formada por madera troceada bastante pequeña, para incorporar una buena capa de compost.
Es un trabajo bastante arduo el tener que mover todo el acolchado de los setos. Pero bueno con paciencia y una escoba metálica he ido desplazando el acolchado fuera de los alcorques poco a poco.
Aprovechando estas labores he eliminado cualquier mala hierba que he visto crecer sobre las raíces alrededor de árboles y arbustos.

Tenía ya maduro en una de las composteras una buena cantidad de compost y he hecho uso de él como base casi única de este abonado estival. Pero como mi jardín es muy grande y son muchísimas ya las plantaciones no tenía suficiente compost, así que lo he mezclado con un poco de estiércol en pellets y algunos sacos de humus de lombriz para que me cundiera más y tener para todos los árboles y arbustos.

He usado pellets y no estiércol del que uso en otoño y principios de primavera porque me parece un material mucho más estable. Viene listo para usar y sé que no va a calentarse y seguir fermentando sobre el suelo y, sobretodo, porque contiene como hemos explicado arriba, solo una mínima cantidad de N.



He comprobado que el compost estuviera ya del todo maduro porque no quería que las altas temperaturas al calentar este compost provocara su sobrecalentamiento y dañara las raíces.
De todos modos esta capa de estiércol en pellets mezclado con compost muy muy maduro y humus de lombriz que he usado como abono la he cubierto como siempre con un acolchado de madera troceada que protegerá todo lo que hay bajo ella de altas temperaturas.
El tiempo va haciendo que este acolchado vaya incorporándose al suelo "adelgazando" poco a poco su grosor así que cada algunos meses hay que añadir más para que el grosor del acolchado sea efectivo. 

Si siempre es importante que se proteja el suelo, ahora, en verano, en el que las temperaturas llegan a achicharrar el suelo, resulta imprescindible!!! Y no solo para proteger frente a altas temperaturas.. También es de lo más efectivo para ahorrar en riegos.
Aquí os muestro uno de los arbustos de baya que tengo en el huerto. Están plantados en un rincón demasiado soleado para sus necesidades y en tanto no invente algo para protegerlos un poco del sol, esta capa generosa cubriendo el suelo dónde crecen indudablemente les viene de perlas para conservar la humedad que este tipo de plantaciones precisan.

He hecho muchas pruebas y en más de una ocasión, tras un riego he dejado sin regar unos días la zona para comprobado tras unos días como el suelo debajo de esta corteza permanecía aún húmedo en sus primeros centímetros. Incluso en días de muchísimo calor. Así que lo tengo claro. El acolchado, no me cansaré de decirlo, protege y mantiene la tierra más fresca y húmeda que un suelo que se expone desnudo al sol.
Pero además se incorpora lentamente al suelo aportando materia orgánica y favoreciendo con ello que se incremente la vida en él. Y más aún, retrasa y disminuye el crecimiento de las malas hierbas. Así que no hay duda, el trabajo de su mantenimiento en buenas condiciones merece la pena. 

El grosor debe ser el necesario. Una capa tan fina que a poco que se ande por los setos se desplace y deje al descubierto la tierra no valdría para nada. Es preciso que esta capa sea al menos de 4/5 cm. Así que me ha tocado extender bastantes sacos de este material para que una vez colocado el acolchado cubriera bien el suelo y formara sobre él una buena capa protectora sobre el compost recién incorporado.
Por supuesto he terminado con un buen riego en profundidad.
Qué bonito y pulcro queda el suelo de los setos, verdad? Da gusto verlo así ajajajjaa Pero ay!! Qué poco dura de esta guisa!!  
Y qué gusto saber que nuestros árboles, arbusto y vivaces están ahora bien nutridos y protegidos para afrontar con menos esfuerzo los rigores del verano.

Abonado de los rosales con fertilizante orgánico a principios de verano después de la floración.

Llegó el verano y con él las altas temperaturas, la sequedad del aire, la elevación de la temperatura del suelo. La mayoría de las floraciones de nuestros rosales han terminado. Al menos las primeras. Los que son reflorecientes volverán a hacerlo cuando las temperaturas decrezcan de cara al otoño. Mientras, al menos en mi clima, entran en una especie de parada. Algo así como un letargo que les hace "esperar tiempos mejores". Aunque siguen brotando, no lo hacen con fuerza. Incluso los capullos que aún no se abrieron y que se produjeron ya durante este mes, no dan lugar a rosas del tamaño propio del rosal. Son rosas más pequeñas incluso algunas con menos pétalos las que llegan a producirse (si es que llegan en algunas variedades) durante esta estación estival.

Durante el pasado mes de mayo y buena parte de éste han dado todo de sí mismos. Han gastado ingentes cantidades de energía en producir floraciones espectaculares y en estos momentos sus reservas no están lo que se dice muy boyantes. Es el momento de darles una nueva dosis de alimento!! Para que puedan seguir creciendo algo durante este verano pero sobretodo para que cuando se acerque el fin de esta estación se encuentre con nutrientes suficientes para poder florecer de nuevo con rosas quizás no tan abundantes como en la primera floración pero indudablemente algunas con tonos mucho más profundos y hermosos.
Hay que reponer la energía gastada durante su primera floración y como ya os comenté en algunos artículos del inicio de esta estación yo decidí abonar mis rosales son fertilizantes orgánicos.
Hice una mezcla de ellos con la intención de componer una "receta" equilibrada. Que contuviera los principales nutrientes que precisan (A saber, nitrógeno, fósforo y potasio) pero también algunos otros que aunque aún siendo secundarios, también les son necesarios para crecer sanos y tener abundantes floraciones (Calcio, magnesio y azufre) E incluso tuve en cuenta muchos de los elementos traza (Boro, cloro, cobre, hierro, manganeso, zinc, etc) que si bien es cierto que son mínimas las cantidades que precisan nuestros rosales no por ello pueden vivir adecuadamente sin su presencia en el suelo.

Fue la primera vez que hacía esta mezcla y por tanto no tenía todas las garantías de que funcionara bien pero la cuestión es que no he observado daño alguno en las plantas y que la mayoría de mis rosales han florecido magníficamente esta primavera. Así que de momento no haré cambios en las proporciones ni en los elementos con los que compuse aquella mezcla. Por cierto, me ha cabido todo el abono en este cubo que compré en los chinos y que me resulta muy práctico de transportar en la carretilla de rosal en rosal.
En marzo tenía muchos rosales que se habían plantado a raíz desnuda durante el otoño/invierno anterior y que no habían florecido todavía en mi jardín. Es mejor esperar a que produzcan la primera floración para aportar este tipo de fertilizantes y mientras tanto abonarlos con fertilizantes líquidos como un té de compost.
Estos rosales ya han florecido de manera que esta vez he tenido que hacer mezcla para un número mayor de rosales. En concreto para unos 78. No he abonado con esta mezcla ni los rosales que tengo en maceta ni los que proceden de esquejes y que aún están chiquitos por haberlos plantado hace unas semanas.
Así pues, como la otra vez, he reunido todos los componentes de la receta, y he multiplicado la "dosis" correspondiente a un rosal por 78. En esta imagen podéis ver los elementos usados en la mezcla y los gramos de cada uno para este número de rosales. Me he vuelto a servir de la misma jarra que usé la otra vez y que tiene la capacidad aproximada para los fertilizantes que corresponden a un rosal.

Podéis leer si es de vuestro interés el artículo en el que colgué varias fotografías del proceso para aplicarlo al suelo. Pero vamos es sencillo: Retirar el acolchado y la capa generosa de compost que puse en marzo, regar un poco la zona, agregar el fertilizante bien distribuido alrededor de suelo dónde crecen las raíces del rosal, trabajarlo someramente mezclándome un poco con el suelo, volver a reponer la capa de compost y encima la de acolchado a base de corteza y proporcionar un riego bien profundo de nuevo.

Debo decir que si bien en marzo no aboné los varios rosales rugosas que cultivo, en esta ocasión he decidido aportar nutrientes. Mi suelo es bastante arenoso y se lixivia con facilidad. No tratándose de un suelo que contenga demasiada riqueza nutritiva creo que no le irá mal a estos rosales esta dosis de fertilizante después de haber florecido tan magníficamente como lo han hecho esta primavera. Me he cuidado eso sí, de regar muy, muy bien en profundidad tanto antes como después del abonado y de esparcir bien la dosis por toda la base del rosal. En todo caso he abonado este tipo de rosales ahora en el inicio del verano porque lo he hecho con abono orgánico. De haber abonado con químico no me hubiera atrevido. Son rosales con los que hay que tener mucho cuidado en este sentido. Yo llevaba ya dos años sin incorporarles lo que entendemos estrictamente por un fertilizante y lo único que he agregado al suelo ha sido buenas capas de estiércol y de compost. Me gustaría volver a advertir aquí del peligro de chamuscarse sus hojas que hay cuando se lees aplica fertilizantes foliares.

Aunque les he dado una dosis esta vez, es cierto que ha sido una dosis "escasita". Quiero decir que no he llenado la copa que usé como medida y que he aplicado algo más de la mitad por miedo a que no reaccionen bien.
Tras la aplicación del fertilizante y antes de volver a colocar el acolchado he eliminado cualquier mala hierba que he visto crecer próxima a los rosales y he repuesto la forma de algunos alcorques que durante estos últimos meses por el perro e incluso porque a veces piso dónde no debo, se han ido demejorando un poco. 
He renovado el material del acolchado. Veo que con el paso del tiempo los pequeños trozos de madera de los que se compone el acolchado es como si fueran desapareciendo porque como es lógico, esta materia orgánica poco a poco va compostándose y pasa a formar parte del suelo y lentamente va incorporándose al suelo con el trabajo de lombrices y microorganismos. Así que he añadido el material suficiente para formar una capa generosa que proteja el suelo de mis rosales de la erosión y sobretodo de las altas temperaturas del verano. De esta forma, a la vez, me ahorraré riego porque como sabemos el acolchado hace permanecer el suelo húmedo durante más tiempo al evitar en buena parte evaporaciones del agua de riego que se producirían en un suelo desnudo.
Creo que con estos cuidados y vigilando estrechamente la hidratación durante estos meses de altas temperaturas, mis rosales estarán preparados para volver a ofrecer preciosas rosas que harán mis delicias de nuevo cuando las temperaturas sean algo más tibias :)
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Son ya varios los artículos publicados en este blog que tratan de los fertilizantes en general y de los abonos orgánicos en particular. Pongo a vuestra disposición varios enlaces en los que se desarrollan estos aspectos y que estoy segura será del interés de algunos lectores no solo que cultiva rosales si no plantas en general.
- Fertilizar o abonar nuestros rosales. Nociones generales. El artículo que trata la temática de forma más general y que puede dar una idea de conjunto para aquel que se acerca por primer vez a estos aspectos.
"Abonos orgánicos para los rosales vs. fertilizantes químicos" En este enlace podréis leer algunas de las ventajas e inconvenientes tanto de los fertilizantes químicos como de los orgánicos. interés para algunos de vosotros . Espero sea de vuestro interés.
- Algunos abonos orgánicos y enmiendas que podemos usar con nuestros rosales. Una mirada algo más de cerca sobre estos materiales orgánicos que ayudan a mejorar el suelo y aportan nutrientes.
- La importancia el pH en el suelo para las plantas que requieren suelos ácidos. Aunque es un artículo específico sobre el cultivo de acidófilas (Calas, hortensias, rododendros... las rosas precisan de cierta acidez en el suelo dónde crecen. Puede resultar de interés su lectura.
- La clorosis férrica y los quelatos de hierro.  Este artículo puede ser de interés para todo aquel que cultiva sus rosales en suelos con pH alto (alcalinos).
- Cómo rectificar el pH del suelo dónde crecen nuestras plantas. En ocasiones nos veremos obligados a rectificar el suelo de los rosales. Este artículo trata sobre las enmiendas y técnicas que podemos usar para lograrlo.
- Qué tipo de suelo es el de tu jardín? La prueba desedimentación y medición del pH. Comprobar el tipo de suelo y el pH. En este artículo se propone un método casero para estimar sin exactitud pero con aproximación el tipo de suelo de nuestro jardín. Igualmente hablamos del uso de tiras indicadoras para medir el pH que nos dará un resultado también aproximado del valor de acidez/alcalinidad del que goza nuestro suelo.
- Receta (Mezcla) casera de abonos orgánicos o naturales para aplicar "en seco" a los rosales tras la poda. En este artículo proponemos una receta que no pretende ser ni mejor ni peor que otras. Simplemente es la que de acuerdo al clima, al suelo de mi jardín y a su pH, elaboré al inicio de esta primavera y que apliqué a mis rosales tras la poda. Me ha dado magníficos resultados y no he visto inconveniente alguno como digo y por tanto he decidido aplicarla de nuevo ahora en el inicio del verano tras la primera floración. En este artículo explico como elaboré la mezcla y como la aplico al suelo.
- Té de compost para rosales. Un buen abono soluble. Es posible que tengáis rosales que aún no han florecido su primera vez. Rosales que están recién plantados o que se cultivan en contenedor. Incluso podéis estar en el caso de querer proporcionar a vuestros rosales una refrescante y nutritiva lluvia de fertilizante foliar. En este post mostré como elaboraba yo un té de compost que apliqué en forma de fertilizante líquido al suelo de los rosales recién plantados.
- Té de cáscara de plátano. Una buena forma de aportar potasio (K) a nuestras plantas. De cara a la floración y fructificación, es interesante hacer aportaciones de este elemento. Este té no solo vale para rosales si no para muchas de las plantas del huerto.

Receta (mezcla) casera de abonos naturales para aplicar "en seco" a los rosales tras la poda

Hemos dado un vistazo a los fertilizantes orgánicos y químicos, hemos tratado más de cerca algunos de los naturales y visto sus cualidades y algunas formas de aplicación, sabemos la estructura y el pH de nuestro suelo (Aunque no sea de un modo exacto). 
Aunque la aplicación de estos fertilizantes orgánicos la realicé justo cuando podé los rosales, no he querido colgar este post hasta haber tratado el tema de los fertilizantes. 
Como se trata de abonos naturales es preferible hacerlo justo al podar para que las lombrices y microorganismos del suelo tengan tiempo de actuar y transformar estos nutrientes en el suelo de manera que puedan disponer de ellos las raíces de los rosales.
De usar abonos químicos, quizás es preferible esperar unas semanas hasta que se produzca claramente el crecimiento ya que los nutrientes de los químicos actúan de forma inmediata.
Como digo, es el momento de aplicar los nutrientes naturales que nuestros rosales, recién podados, van a comenzar a necesitar en breve para crecer saludables y producir floraciones abundantes.
Como sabéis quien es lector asiduo de este blog, mi jardín tiene ahora dos años. Partí de un suelo totalmente empobrecido por malas prácticas pero sobretodo por el abandono absoluto a su suerte y por la aplicación de litros y litros de herbicidas!! Arenoso de forma extrema, sin capacidad para retener humedad ni nutrientes algunos, con un alto grado de lixiviación, sin materia orgánica ninguna. Lavado por la erosión de las aguas de las lluvias que corrían sobre sus muchas pendientes y quemado literalmente por el implacable sol en verano. Paupérrimo!!!
En este suelo era difícil que ni un rosal ni nada que no fuera lo autóctono creciera de forma adecuada. O nos remangábamos y nos disponíamos a trabajar aquel suelo de manera que se saneara o pocas expectativas de tener un jardín como el que yo soñaba había.
Mis desvelos desde el primer día se han encaminado a paliar en la medida de lo posible esta situación y no he escatimado esfuerzos en la labor!! 
Antes de las plantaciones hemos trabajado lo mejor posible setos, bancales y zonas en las que deberían crecer rosales, árboles y arbustos, eliminando piedras, raíces muertas y no tan muertas de muchas mimosas invasivas. Hemos aportado, como he dicho muchísimas veces, metros y metros cúbicos de materia orgánica. Hemos protegido todas las tierras trabajadas con generosas capas de acolchado de madera triturada, hojas, paja, compost, estiércol...
Pero no es fácil transformar de la noche a la mañana un terreno casi yermo en un suelo lleno de vida, con una estructura adecuada para la abundancia de lombrices y microorganismos que facilitaran la nutrición de las plantas.
Durante estos dos años además de abonos naturales he echado mano de abonos químicos de forma muy moderada, eso sí,  que facilitaran los nutrientes básicos imprescindibles para las plantaciones ya que mi suelo no los contenía de momento. Había que dar tiempo a que la vida creciera en él. A que aquel suelo empezara a cambiar y a que comenzara a bullir la vida en él.
Creo que la situación ha cambiado. No todo lo que quisiera, pero ha cambiado. Sin duda.
Recuerdo con desolación como clavabas la pala y el pico para labrar aquella tierra amarillenta que no contenía vida alguna entre sus granos de arena y por mucho que buscaras no veías una sola lombriz... ni un solo bicho!! Madre mía... no puedo explicar la tristeza que sentía y lo que me entraba por el cuerpo cuando metía las manos en aquel suelo y miraba la arena como caía entre mis dedos al suelo de nuevo... :)
Creo que es el momento de seguir en la línea de respetar el suelo de mi jardín. Y para ello pienso que no hay mejor cosa que no aplicar técnicas jardineras que lo dañen si no lo contrario. Darle aquello que lo hará más rico, más lleno de vida y que a la larga, el suelo me devolverá mis desvelos y mis esfuerzos. Estoy segura.
Tras la poda de mis rosales decidí no usar abonos químicos para su nutrición. Espero que los microorganismos y lombrices que ya sí hay en mi suelo, que la materia orgánica mezclada en él y que he ido aportando en este tiempo y que los nutrientes de los acolchados que ya han tenido tiempo de liberar su alimento constituyan ya una base adecuada para el crecimiento de mis rosales y que con el aporte de abonos orgánicos no precise ya del uso de los químicos.
Voy a probar este años a ver qué tal me funciona. Estoy muy esperanzada y casi estoy segura de que no tendré que volver a recurrir a abonos químicos. Me haría muy feliz si así fuera!! Esperemos este año a ver qué tal resulta.
He consultado mucha información de la mucha disponible en libros y en Internet tratando de elegir una "receta" que me diera seguridad de estar aplicando los elementos necesarios y en la proporción adecuada para que mis rosas sigan siendo hermosas y mis rosales tengan un aspecto y un crecimiento saludable.
Lo cierto es que he visto tantas provenientes de páginas solventes y que ofrecen garantías, al menos para mí, que no he sabido decidirme. Estoy segura que cualquiera de ellas hubiera ido bien caso de haber elegido alguna. Y la verdad que lo que me ha llevado a más confusión ha sido lo distintas que eran entre ellas!! Así que he tomado "por el camino de en medio" jajajaj Me he hecho yo la mía propia :)
Es la primera vez que abono de esta forma y había algo que me preocupaba sobremanera: pasarme en las cantidades y pecar por exceso en el afán de proteger y nutrir mis rosas y terminar quemando o dañando las raíces. Pensé que era preferible poner de menos e ir aumentando las dosis que utilizar cantidades que perjudicaran porque el daño era mucho más difícil de sanar que simplemente aumentar una cantidad de un determinado abono.
Mi manera de ser, meticulosa y poco tendente a hacer las cosas "porque sí" no me permitía aplicar a mis rosales unas cantidades y unos abonos sin saber qué nutrientes estaba aportando de una manera al menos aproximada. Sabemos que los abonos orgánicos son algo más variables en su porcentaje de nutrientes que los químicos y que calcular de forma exacta las cantidades idóneas a aplicar es bastante difícil.
Pero eso de echar en el suelo de un rosal una  taza, por ejemplo de harina de huesos sin más...qué cantidad de nutrientes estaba aportando con ello? Así que pensé que era cuestión de hacer algunos cálculos. Sabía que estos cálculos no me llevarían, como digo,  a cifras exactas, tan solo aproximadas, pero no era otra cosa a lo que yo aspiraba. Tener una idea aproximada de qué estaba aportando a mis rosales y en qué cantidad y comprobar que la mezcla de materiales daba como resultado un conjunto de abonos que provenientes de uno o de varios de sus "ingredientes" al final, los nutrientes importantes e imprescindibles para los rosales estaban presentes en ella.
Sabiendo que precisaban los tres macronutrientes, los tres micronutrientes y la mayor cantidad posible de elementos traza, decidí hacer yo misma una mezcla que contuviera todos sin pasarse en la cantidad de ninguno
Lo cierto es que hasta me ha resultado divertido hacerlo jajaja A ver, no es cuestión de hacer matemáticas cada vez que una se pone a abonar pero se trataba de la primera vez y tenía que decidirme a elaborar una mezcla de estos abonos para aplicar una gama lo más variada posible de nutrientes así que mi curiosidad solo me obligaba a hacer algunos cálculos esta vez.
En fin, consciente de la inexactitud como digo, esta fue la mezcla que finalmente he aportado. Veremos qué tal resulta y en función del estado de salud que presenten mis rosales esta temporada que comienza y de la abundancia y belleza de las floraciones, actuaré en consecuencia. Quizás deba modificar alguna proporción, añadir algún "ingrediente" más o modificar las cantidades...Ya veremos cómo funciona este año y Dios dirá el siguiente...:)
De todos modos esta no será la único oportunidad para abonar los rosales esta temporada. Me gustaría prepara algún "té" con alguno de estos abonos o algún otro y seguramente en verano haré algún abonado foliar suave además de una segunda aplicación de abonos en seco.
De momento es posible que con este "primer plato" tengan para empezar a florecer y luego según vea iré haciendo.
Lo cierto es que vemos aquí una de las "desventajas" que los defensores de los abonos químicos esgrimen contra los orgánicos. La facilidad. Es verdad, si queremos aplicar un surtido variado de nutrientes debemos medir y mezclar pero, la verdad, pesar siete ingredientes y mezclarlos tampoco creo que sea para tanto.
No lo hacemos acaso cuando aplicamos en la mochila azufre, un aceite mineral o cobre? Tampoco es para tanto, creo yo :)

Como se ve los macro y micronutrientes al igual que algunos elementos traza están presentes. Posiblemente se trate de una mezcla suave pero ya digo, yo estaba interesada en no arriesgarme a quemar las raíces. 

De nuevo repetir que por muy ecológicos que sean estos abonos hay que manipularlos con precaución y que el uso de guantes y mascarilla es muy conveniente.

Como cuando cocinamos, ajjajajaj a pesar los ingredientes en la báscula!! :) (Por cierto, estos pequeños recipientes son de 100 cc)


Puede verse que es más abundante en fósforo, muy necesario para nuestros rosales y pensé en incrementar la cantidad de potasio con más estiércol en pellet pero eso hubiera aumentado a la vez el nitrógeno y preferí no subir la cantidad de este elemento y más adelante, hacer algún té de cáscaras de plátano que aportará algo más de potasio. 
Bien, en vez pesados los siete ingredientes me dio un total 220 gramos por rosal. Se me ocurrió luego que quizás pudiera ser buena idea volcar la "ración" por rosal en un recipiente que luego pudiera usar para tomar directamente la cantidad adecuada sin mucho trabajo.

Esta copa tan horrible de cerveza fue más o menos la medida que ocupaban los 220 gramos mezclados. Y es la que he usado para ir tomando la cantidad precisa para cada rosal.



Una vez calculada la mezcla para un rosal no había más que multiplicar el peso de cada ingrediente por el número de rosales a abonar.

En mi caso puedo tener aproximadamente unos ochenta pero muchos están recién plantados y aún no produjeron su primera floración con lo que no es conveniente abonarlos de momento; otros están cultivados en contenedor y prefiero aplicar otro tipo de mezcla; tengo ademas algunos rosales especie que no precisan de abono y por último, son bastante los rosales rugosa que cultivo en mi jardín.
Por cierto, hay que llevar buen cuidado con el abonado de los rosales rugosa. Yo personalmente no los he abonado en estos dos años más que con los nutrientes que pueda aportarles el estiércol y el compost que uso como acolchado. Quizás un abonado muy, muy suave no iría mal pero está claro que el uso de abonados foliares en forma de pulverización puede constituir un riesgo y producir quemaduras en sus preciosas hojas. Y desde luego no me arriesgaría a aplicarles un abono químico alto en nitrógeno.
Bueno, la aplicación de estos abonos "en seco" ya sabemos como se realiza. No tiene misterio alguno.
Retiré la capa de acolchado de madera triturada y compost.

Un riego en profundidad previo a la aplicación es muy conveniente.
Una vez drenado espolvorear la mezcla de abonos alrededor del suelo que rodea el rosal y trabajar muy someramente para no dañar las raíces.



Volver a aplicar una buena capa de compost, bien generosa.

Regar de nuevo en profundidad asegura que no quememos las raíces.

Recien podadito, nutrido, acolchado, regado, protegido de nuevo con la capa de madera triturada...y ya tenemos nuestro rosal listo para empezar a florecer en poquito, poquito... ;)


Algunos abonos orgánicos y enmiendas del suelo que podemos usar con nuestros rosales.

Los fertilizantes es un tema muy amplio. Tratarlo en un solo artículo resulta imposible. De ahí que la información de la que disponemos sobre ellos creamos más conveniente seccionarla en varios artículos.
Hoy queremos detenernos algo más de cerca en algunas materias que podemos utilizar como abonos orgánicos. Vamos a ello!!

Repitamos también aquí lo que comentábamos en el artículo sobre los abonos orgánicos comparados con los químicos. No siempre es fácil y muchas veces tampoco barato, hacerse con algunos de estos materiales. No obstante como dijimos en el post anterior una posible solución sería el ponerse de acuerdo varios jardineros que residan en zonas cercanas unos a otros y que estén interesados en utilizar algunos de estos materiales y pedirlos a través de páginas de web cuando no estén disponibles en los viveros de la zona. 
El conocimiento y uso de algunos de ellos no está precisamente generalizado en nuestro país como lo está en algunas zonas europeas o EE.UU dónde existen un amplio abanico de oferta de estos productos para unos consumidores que llevan años utilizándolos, los conocen bien y de ahí que al demandarlos, el mercado lo ofrezca. Aquí aún tiene un uso que no puede decirse generalizado. Nos suenan, sí. Hemos oído hablar de ellos. Pero entre que no tenemos con muchos de ellos la costumbre de usarlos y que de otra parte, tampoco todos son fácil de encontrar a la venta…pues eso, que quizás no son todo lo conocidos que son en otros países.
De hecho si se visitan páginas especializadas y cuyo prestigio está reconocido en el campo del cultivo de rosas como es el caso de la Royal Horticultural Society, la American Rose Society, Heirloom roses, vemos como tratan con la más absoluta normalidad el uso de estos abonos. Algunos reputados especialistas en el cultivo de rosas como Michael Marriott cultiva su jardín bajo principios orgánicos. No hay más que darse una vuelta por foros, blogs de jardinería de estos países para comprobar lo extendido que está su uso..Se nota que los jardineros  los conocen y viene usándolos ya desde hace tiempo.
Seguramente en nuestro país, poco a poco las cosas vayan cambiando. Yo al menos eso espero. Que nos concienciemos cada vez más de las consecuencias para el medio ambiente tiene el uso exclusivo y masivo de los fertilizantes químicos y nos vayamos acercando únicamente con las prevenciones necesarias a los abonos orgánicos. 
Vamos a echar una mirada al abanico de los abonos orgánicos que ´suelen recomendarse para el cultivo de rosales. También incluiremos en este listado algún producto que aunque técnicamente no puede ser calificado de fertilizante si no más bien de enmienda del suelo, puede ser usado a la vez como aporte de nutrientes para nuestras rosas.
Aclaremos que los valores NPK que indicamos son de forma aproximada ya que las aportaciones de macronutrientes de este tipo de fertilizantes son muy variables a veces dependiendo del origen de la materia, de la estación del año, etc.
Y un último comentario. Antes de comenzar a aplicar este tipo de materias deberíamos saber qué tipo de suelo tenemos. Lo ideal lógicamente es encargar a una empresa especializada un análisis del mismo. Pero esto, está claro que la mayoría de nosotros, los aficionados, no solemos hacerlo. Quizás es ignorancia y pensamos que tiene un precio muy elevado. Yo no lo sé, francamente.
Pero aunque lo idea sería conocer en profundidad nuestro suelo para tener seguridad de qué tipo de aportaciones o modificaciones son precisas, al menos sí podemos saber grosso modo con qué tipo de suelo contamos en nuestro jardín para el cultivo de nuestras rosas. Las necesidades y características de un suelo arenosos no se parecen en nada a las que precisa un suelo arcilloso o uno dónde predomina el limo. 
Algunas pruebas muy sencillas e incluso caseras, nos pueden dar, si no una información exhaustiva, sí al menos "la dirección" en la que debemos hacer los "ajustes" si es que son necesarios.
Otro factor que se hace imprescindible antes de cualquier aplicación sería conocer el pH de nuestro suelo.
Empecemos por la Harina de huesos (NPK 3-15-0 Marca MiracleGro). Se trata de un preparado compuesto fundamentalmente por huesos molidos que constituye un estupendo abono de liberación lenta muy rico en fósforo. También tiene un alto contenido en calcio (recordemos, un nutriente secundario).
Es mejor aplicarlo en conjunto con otros abonos orgánicos ya que la harina de huesos ayuda a la efectividad de los demás y viceversa.
En el proceso de elaboración los huesos son desprovistos de la grasa pudiéndose así moler más fácilmente. El mercado nos la ofrece en forma de harina y a veces de pellets.


Cenizas de madera (PNK 0-1-5 dependiendo de que procedan de la combustión de maderas duras o blancas)
Su contenido en nutrientes es algo variable. Contienen bastante potasio (K) y más en la medida que provengan de maderas duras. Hay que tener en cuenta que son muy alcalinas y su uso en terrenos con pH bajo debe ser muy moderado precisamente por ello. Las cenizas de carbón no deben utilizarse como abono nunca.
Sangre desecada (NPK 12-0-0 Marca Geolia) 
No siempre es considerado como un abono adecuado en jardinería orgánica. La razón de ello es la rapidez con la qe en condiciones cálidas y húmedas este subproducto animal aumenta el crecimiento bacteriano y tener una descomposición excesivamente rápida de modo que libera amoniaco en una cantidad suficiente como para poder dañar las raíces delicadas de las plantas.. No obstante he querido mencionarlo porque generalmente aparece en los listados de abonos orgánicos y es de cierto uso en jardinería.
Este abono tiene altas concentraciones de N, de hecho es el fertilizante orgánico con más alta concentración de este macronutriente. Puede usarse como activador del montón de compost.
Si se decide utilizar debería ser sin sobrepasar la dosis por los peligros que hemos mencionado. También debe tenerse en cuenta que su adición al suelo puede bajar el nivel del pH del mismo aumentando su acidez.
Algas marinas (HPK 1-0-2, vitaminas, enzimas y más de 60 oligoelementos, sobretodo manganeso, boro, cobre y zinc) 
Es el mejor vigorizante para las plantas y ayuda enormemente a aumentar su resistencia a las enfermedades y frente a parásitos. Contiene muchísimas vitaminas y es un gran potenciador del crecimiento.
La harina de algas marinas tiene una gran capacidad quelante, es decir, contribuye a liberar minerales que estando presente en el suelo no están a disposición de las plantas. Su gran aporte de potasio hace de ella una gran ayuda en la síntesis de las proteínas y aumenta la resistencia frente al frío del invierno.
Se trata de una sustancia interesante de aplicar de cara al final de la época activa de crecimiento. Y puede adquirirse en forma de harina, un producto seco; pero también en forma de extracto líquido.
Tiene una descomposición rápido lo que la hace útil también como acelerador del montón de compost.
Puede ser aplicada de distintas formas. Mezclada con el suelo cuando se prepara una zona para el cultivo. Directamente al suelo como abono en seco trabajada ligeramente en los primeros centímetros de tierra. 
Paul Zimmerman recomienda la aplicación de abonos foliares a base de este abono orgánico y afirma que estas aplicaciones disminuye la propensión del follage a contraer enfermedades fúngicas cuando se rocían con este producto.
Por último, también es posible aplicar riegos sobre el sustrato compuestos por harina de algas o extracto de algas mezcladas con agua.
La página de la Royal Horticultural Society nos informa de forma muy extensa sobre los productos fertilizantes a base de algas disponibles en el mercado. En ella se recomienda el uso de este producto que contiene oligoelementos de los que carecen otros fertilizantes y que aunque en poca cantidad, son muy necesarios para las plantas. No obstante nos aclara que aunque cada día hay más productos fertilizantes en los que forman parte de ellos los extractos de algas, sin embargo las algas secas o frescas y los preparados de algas concentrados no pueden calificarse en sí mismos como verdaderos fertilizantes ya que no garantizan de forma estandarizada el contenido de macronutrientes que tienen.
Esta misma página recomienda su uso en forma fresca en el montón de compost aconsejándose que se mezcle con materiales fibrosos dada la tendencia a tornarse demasiado viscosos
Las algas se presentan en distintas formas en el mercado. Tenemos harina compuestas de algas secas que son algas frescas que se han dejado secar y posteriormente se han triturado. También tenemos extracto de algas marinas en polvo hecho a base de algas que se han sometido a cocción y cuyo contenido líquido se ha dejado evaporar dejando un producto final en forma de polvo y por último extractos de algas marinas líquido que procede de algas frescas a las que se les ha extraído el agua.


Harina de pescado (NPK 10-6-0)
Muy rica en nitrógeno (N) y proteínas y de acción bastante rápida que estimula el crecimiento vigoroso de las plantas aportándoles un color verde sano y saludable.
Si se aplica de forma seca directamente al suelo, es conveniente trabajarla para que se mezcle con él cuando se aplica y cubrirla con compost. Con ello evitaremos el olor que durante unos días emana que por lo visto no es precisamente agradable :P
Aplicada como abono foliar disuelta es asimilado de forma muy rápida por las hojas.
El estiércol  (NPK 0,6-0,1-0,5) y el compost (NPK 0,5-0,3-0,8)
Echaremos mano de la página de la Royal Horticultural Society para ofrecer los datos aproximados de los nutrientes del estiércol y el compost. Su fuente es la Enciclopedia de jardinería de la RHS y dan estos datos que de todos modos son de lo más variados. 
Hablando del estiércol NPK 0,6-0,1-0,5 
Para el compost NPK 0,5-0,3-0,8
Vemos pues que las cantidades de nutrientes no son altas en absoluto. Necesitaríamos 1300 gramos de estiércol para sustituir 100 gramos de un fertilizante químico. Pero claro, lo que no tiene el fertilizante químico, como vimos en el artículo anterior, es la capacidad de mejorar la estructura del suelo que tienen estas dos enmiendas que a la vez también aportan nutrientes al suelo.
Ambos son productos que pueden usarse tanto para mejorar la textura del suelo (tanto en suelos arenosos como en los que prima la arcilla) y aportarle la tan necesaria materia orgánica como para usarlos como acolchado con la protección frente a temperaturas extremas, minimizar el problema de malas hierbas, ahorrar evaporación de humedad, etc..
Alfalfa (NPK 5-1-2)
La alfalfa, además de ser un alimento para los caballos constituye un estupendo abono orgánico y constituye un gran estimulante del crecimiento. Aporta muchísimas sustancias que los rosales precisan para crecer sanos y vigorosos. Nitrógeno, calcio, hierro, zinc, fósfor y muchas vitaminas están entre sus componentes.
La forma de aplicación al suelo es múltiple como lo es el formato en que podemos adquirir este material. Así, además de adquirir harina de alfalfa, también podemos hacernos con ella en forma de pellets cuyo tamaño depende del animal para cuyo alimento se fabrican.
Es posible aplicar la harina o los pellets directamente en el suelo trabajándolo someramente para que se mezcle bien con él y el agua de riego en breve los rompa permitiendo así que liberen lentamente los macronutrientes y elementos traza que contienen.
También se puede hacer con ellos un “té”. Estos preparados no dejan de ser una forma de extraer sus nutrientes con agua.
El momento adecuado para utilizar como riego de los rosales estos ”tés” puede ser al inicio del verano y al final de esta misma estación. 
Para la elaboración de este té al igual que de otras materias orgánicas existen infinidad de “recetas”. 
Daremos a continuación la que figura en la página de American Rose Society en un artículo en el que habla específicamente del uso de este material (Por lo que entendemos las cantidades que recomienda son para 30 rosales así que quien tenga menos es tan fácil como dividir proporcionalmente la alfalfa y el agua):
Tan simple como agregar 8/10 tazas de harina de alfalfa o pellets en un recipiente bien amplio donde quepa aproximadamente con agua, mezclar y tapar. Dejar macerar al sol durante 3/5 días removiendo todos los días alguna vez para dispersar bien la alfalfa en el agua.
La mezcla irá tomando un color anaranjado y el material orgánico fibroso se irá al fondo del recipiente. Por lo visto, según este artículo al realizar esta mezcla durante la estación del verano, el “té” adquiere bastante temperatura con lo que hay que llevar cuidado de aplicarlos en horas en que no esté caliente para evitar así quemar las raíces de los rosales.
La cantidad a aplicar a cada rosal adulto como riego sería unos tres litros y pico, no llega a cuatro (1 galón) y la mitad para un rosal miniatura.
Por lo visto a este “té” se podría hacer más nutritivo agregando al agua además de la alfalfa, otros fertilizantes como emulsión de pescado, sales de Epsom, etc. La materia orgánica que queda en el fondo del recipiente una vez aplicada la mezcla al suelo que rodea los rosales puede utilizarse sobre la tierra trabajando este material fibroso un poco con el suelo. Incluso sobre vivaces u otras plantaciones es posible incorporar estos restos del té. 
Cuando se trata de utilizar alfalfa en forma de material seco esta misma página aconseja una taza grande a los pies de cada rosal adultos y la mitad de esta cantidad con los rosales mini.
Abono orgánico en pellet (NPK 1,51- 2,22 – 2,8)
No siempre podemos tener estiércol disponible en el jardín. A mí me pasa con cierta frecuencia que pido varios metros cúbicos cuando preciso hacer las aportaciones de materia orgánica al suelo y para hacer acolchados y no siempre es fácil calcular para que te sobre cierta cantidad y poder usarlo a lo largo de la temporada. Normalmente tengo pero me ha ocurrido de usar todo el que he pedido así que disponer de algún saco de este abono orgánico en forma de pellets me resulta muy cómodo y me saca del apuro.
Incluso para jardineros que tienen un jardín chiquito y tiene dificultades para guardar estiércol de la forma clásica por problemas de espacio, este material sería una buena solución.
Puede ser usado como una estupenda enmienda para el suelo ya que aporta mucha materia orgánica y podemos usarlo tanto en a la hora de plantar, como formando parte de las mezclas de fertilizantes orgánicos, incluso en agregado en el agua l hacer algunos “tés” para ser usado como riego (no pulverizado sobre las hojas. Es mi opinión, pero yo no lo usaría sobre ellas por temor a quemarlas).
Las proporciones que de NPK tiene este abono depende del fabricante. El que yo uso tiene unos valores de NPK 1,51- 2,22 – 2,8


Quelatos de hierro
Aunque  no formaría parte de los fertilizantes puede ser considerado un material interesante de aportar a los rosales dada la necesidad que para su crecimiento tienen de hierro.
El aporte al suelo de estos quelatos dependerá lógicamente del suelo de nuestro jardín y de observar si en general nuestras plantas, no sólo los rosales, suelen padecer clorosis férrica. Ya sabemos que aunque presente en la mayoría de los suelos, el hierro no siempre está en un estado que esté “disponible” para que el rosal lo utilice. En estos caso, sería interesante aportar junto con el resto de fertilizantes orgánicos algo de quelatos de hierro. Ayudarán al rosal a disponer del hierro que no tiene a su disposición en el suelo. Los efectos sobre los rosales son muy rápidos. En cosa de una semana podremos ver sus efectos con un claro reverdecimiento del follaje de las plantas.
Sales de Epsom (Sulfato de magnesio) (10 % Mg – 10 % S)
Igual que con los quelatos ocurre con las sales de Epsom. No se trata de un fertilizante pero parece que algunso especialistas aconsejan su uso agregando cierta cantidad de este producto junto con los fertilizantes orgánicos en forma seca alrededor del suelo del rosal o formando parte de los “tés” con el que se rieguen. Una tercera forma de aplicar las sales de Epsom y ésta con resultados mucho más rápidos es como pulverización foliar. Las hojas absorben rápidamente la sales de Epsom ya que son muy solubles en agua. Hay quienes indican que este producto ayuda a luchar contra las plagas de los rosales pulverizados sobre las hojas.
Algunas plantas como guisantes, judías o lechugas crecen bien en suelos con bajos nieles de magnesio. Sin embargo los rosales precisan altos niveles de este mineral para un crecimiento óptimo. 
Las deficiencias de magnesio son más frecuentes en suelos con un pH superior a 7 y en suelos dónde hay un alto contenido en calcio y potasio. Estos dos minerales compiten con el magnesio a la hora de ser absorbidos por las raíces de las plantas. 
Las sales de Epson no son una sal, químicamente es sulfato de magnesio hidratado y los dos principales componentes son el magnesio y el azufre. Dos minerales de origen natural. 
Al uso de estas sales se les otorga efectos casi milagrosos jajajaja. La cultura popular jardinera, desde hace muchísimo tiempo aconseja su uso para una infinidad de problemas de las plantaciones y afirma gratuítamente beneficios de este producto que no están demostrados en absoluto.
Muchas son las páginas que incluso afirman que los brotes basales de los rosales aumentan claramente cuando se aplica sulfato de magnesio a las plantas. Del dicho al hecho, como suele decirse, va mucho trecho.
Me gustaría dedicar algún artículo en exclusiva a las sales de Epsom pero prefiero esperar a ver el resultado de su aplicación en mi jardín.
Una cucharada diluida en unos cuatro litros escasos de agua parece ser que es una proporción razonable para agregársela unas cuántas veces a nuestros rosales en forma de pulverización o de riego al suelo, varias veces durante la temporada de crecimiento.


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Bueno, pues con esto hemos dado un repasillo a los principales productos que se usan como fertilizantes orgánicos y enmiendas del suelo. Ya veis que el abanico es amplio y que aunque alguno de ellos nos resulte difícil de localizar siempre dispondremos de otros para sustituirlos.
La mayoría pueden ser usados en seco, solos o mezclados con otros abonos directamente sobre la tierra que rodea al rosal. Por supuesto antes y después de su aplicación es absolutamente necesario hacer un riego en profundidad. También pueden formar parte de los ingredientes para hacer los conocidos “té”. Cada rosero, cultivador especialistas en rosas y páginas especializadas ofrecen sus propias recetas. Incluso es frecuente usarlos en forma de abono foliar directamente sobre las hojas del rosal.
Para no extendernos demasiado en este post, en algún artículo posterior ofreceremos algunas de estas “recetas” y hablaremos con algo más de detenimiento sobre las distintas formas de aplicación.
Un saludo, amigos.
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