No puede decirse que mi Weigelia 'Bristol Ruby' sea un ejemplar destacable. No lo es porque es demasiado joven y como casi todos los arbustos de jardín precisan de unos años para lucir esplendorosos y para ofrecer todo lo que son capaces de dar de sí.
Las Weigelia son plantas fáciles de mantener. Prosperan en suelos dónde otros arbustos no lo hacen aunque, indudablemente si las plantamos en un hoyo con bastante materia orgánica se sentirá mucho más feliz.
Aguanta bastante bien la falta de riego y en realidad, en el jardín puede estar perfectamente con riegos esporádicos sobretodo en la época de temperaturas más altas.
La mía está a pleno sol pero creo que estaría aún mejor cultivándose protegida de los rayos de sol del mediodía. En climas más frescos del que goza mi jardín es una planta para ubicar en pleno sol pero en los de veranos tórridos se cultiva muy bien en semisombra.
Weigelia 'Bristol Ruby' es un arbusto caducifolio que pertenece a la familia de las caprifoliáceas y que es totalmente resistente a las heladas que puedan producirse en cualquier parte de nuestro país. Antes de caer la hoja adopta coloraciones que no siendo excesivamente vistosas no están carentes de belleza.
Puede cultivarse incluso en contenedor amplio, especialmente las variedades de un crecimiento más contenido. Evidentemente si no crece en el suelo del jardín el arbusto no alcanzará el tamaño natural y tendremos que estar mucho más pendientes de la hidratación y nutrición ya que en contenedor la tierra se lava constantemente con el agua del riego y de la lluvia y los nutrientes del sustrato se pierde pronto.
Cultivo dos variedades de weigelias en mi jardín. Planté esta que que veis en las fotografías, Weigelia 'Bristol Ruby' precisamente porque es una variedad que al hacerse adulta no abre tanto el arbusto y crece más alta, más vertical y con ramas algo menos arqueadas que otras variedades.
No quería que ocupar horizontalmente demasiado. Prefería que creciera por encima de la mata de Stachys bizantina que podéis ver delante del arriate y creo que cuando la Parrotia persica que crece a su izquierda, tocando su tronco casi el borde del camino central, extienda sus ramas por encima de esta weigelia se sentirá más a gusto. No quería que se hiciera demasiado amplia también porque tras de ella, un poco más a su derecha crece un Rosa 'James Galway' de floración hermosísima y aunque su estructura principal quiero guiarla según vaya creciendo sobre la hiedra de la valla divisoria que hay por encima del nivel de la construcción dónde almaceno sustratos, prefería que no tapar en exceso al rosal.
La otra que tengo es Weigelia florida 'Variegata' de luminosas y llamativo follaje veteado en crema y con hojas algo más grandes. Esta alcanza una altura inferior pero como digo se convierte con el tiempo en un arbusto más abierto, más amplio en altura.
Las hojas de esta segunda son más rugosas, algo más ásperas, un tanto pilosas al taco y presenta unos nervios más marcados en el haz de la hoja.
W 'Bristol Ruby' quizás no es tan hermosa y lucida cuando no está en flor si la comparamos con W florida 'Variegata' que constituye siempre un punto de interés fuera de su temporada de floración por tener precisamente unas hojas tan hermosas y hacer tan gran constraste si la ubicamos al lado de otros con hojas más neutras.
Weigelia 'Bristol Ruby' es un arbusto con largas ramas que florecen en su segunda temporada. En su mitad superior tiene pequeños y cortos brotes dónde se abren las bonitas flores en grupos de cuatro o cinco en las axilas de las hojas que salen a ambos lados de los tallos.
Como todos los arbustos de hoja caduca y floración en la primavera en ramas del año anterior, también Weigelia debe podarse en cuanto las flores se ven ajadas.
Practicaremos, como siempre que podamos cualquier planta, una limpieza de ramas muertas, débiles, enfermas o que crezcan en la dirección inadecuada o hacia el centro del arbusto.
A continuación, si el arbusto tiene en un número excesivo de ramas que parten desde el suelo, algunas de ellas para evitar que esté congestionado y que el aire circule sin dificultad entre el ramaje evitando así plagas y enfermedades.
Seguiremos eliminando aquellas ramas que ya veamos que son muy viejas y que apenas florecen eliminándolas desde la base. Hacer esto alarga la vida de los arbustos ya que el corte a nivel basal de estas ramas viejas fomenta que surjan otras nuevas y vigorosas que las sustituirán y que mantendrán el arbusto joven más tiempo.
Por último, las ramas recién florecidas este año las cortaremos por debajo de dónde han empezado a emitir capullos.
Practicar la poda justo tras la floración permite que el arbusto tenga tiempo de madurar aquellas ramas que crecerán tras la poda. Cuando lleguen la parada vegetativa y los fríos invernales es necesario que los vástagos que emitirá a partir de ahora se conviertan en una madera madura que no se dañada por las heladas y que la siguiente primavera tenga la capacidad de florecer.
Tiene el mal hábito de no tirar la flor cuando ésta se seca. Las flores pasadas permanecen en su mayoría en los cálices resecas y de un color oscuro no precisamente bonito lo que da al arbusto un aspecto descuidado.
Aunque solo sea por limpiar estas floraciones secas ya es mejor practicar la poda en este momento y no aplazarla a riesgo de que si vienen heladas fuertes y tempranas el arbusto no haya tenido tiempo de madurar el nuevo crecimiento como estamos diciendo.