Decorar un velador Chippendale con pan de oro, pintura Chalk paint (a la tiza) y cera de anticuario

Esta mesa de té (o velador) tiene la misma procedencia que el escritorio Davenport que os mostraba en el artículo anterior: Mi tienda en Málaga. Aplacé su definitiva decoración por los mismos motivos y tan solo le apliqué a modo de veladura un par de colores. Eso sí, le di un buen lijado y tampoco lo barnicé para permitirme, cuando llegara la hora, decorarlo sin tener el trabajo de levantar pinturas y barnices. Lo tenía puesto en el dormitorio y como no me gustaba porque no armonizaba con el conjunto, estaba cubierto con un precioso mantel blanco que me hizo mi madre.



1.- Las mesas de té estilo Chippendale

Este tipo de veladores fueron una creación del s. XVIII y suele atribuirse su invención al gran ebanista londinense Thomas Chippendale. Los estilos de los muebles clásicos suelen tomar su nombre del monarca que en cada momento ostentaba la corona, la primera vez que se nombra un estilo con el nombre del ebanista fue a partir de Chippendale. Muchas de las características de este estilo se han seguido aplicando incluso en muebles de construcción actual.

Las mesas de té de aquella época contaban con un tablero abatible gracias a una "jaula" ubicada bajo el mismo que permite colocarlo vertical cuando la mesa no esté utilizándose ahorrando así espacio cuando usamos estas mesas en habitaciones no muy grandes. 


Como sabemos los cambios de estilo no se producen de forma radical si no con solapamientos de manera que el tránsito de uno a otro se va haciendo progresivamente y nos podemos encontrar con piezas de un estilo que todavía conservan detalles de otro anterior según va cambiando el gusto de los clientes poco a poco. 

Pero si hay un detalle que distingue los muebles de estilo Chippedale son precisamente las patas cabriole. Patas curvas con saliente en el tramo superior y entrante en el inferior y pie de garra y bola en su extremo (terminadas en una garra de animal abarcando una bola).

2.- Análisis de la pieza y proyecto de decoración:

Como siempre digo, lo primero que hay que hacer a la hora de afrontar un trabajo de este tipo es analizar la pieza. Ver si es necesaria alguna reparación. Comprobar que no tiene golpes o rasguños que debamos rellenar con masilla y cerciorarse de que bisagras, tiradores y tornillos están en perfectas condiciones.

El segundo paso tener muy claro qué decoración vamos a aplicar. Esto es importante porque de aplicar algunos productos no hay marcha atrás. Por ejemplo, esta mesa está "terminada" con cera de ebanista, de haberme arrepentido y querer luego barnizarla hubiera sido imposible porque el barniz sobre la cera no se adhiere. Así que conviene tomarse un tiempo en estar seguros de qué aspecto queremos que tenga la pieza una vez salga de nuestras manos.

Evidentemente deberemos asegurarnos de que conocemos las técnicas para llevar el trabajo a cabo. Si tenéis dudas leer en libros, consultar en Internet... siempre hay blogs que os pueden aclarar dudas sobre los procesos que no dominéis.

Os aconsejo que nunca os pongáis a trabajar sin estar seguros de ésto. La cosa no es empezar a toda costa sino empezar cuando estemos seguros de todos los aspectos que intervendrán en el proceso de decoración.

Saber las técnicas decorativas que aplicaremos podremos saber qué instrumentos, herramientas y productos vamos a precisar

Por cierto, en este trabajo voy a usar dos productos que se pueden adquirir en tiendas de manualidades, bellas artes o alguna buena droguería pero que resultan muy fácil de elaborar en casa y además de ser mucho más económicos, os va a resultar un producto de mucha más calidad que los comprados. 

En los próximos artículos os explicaré como hacer una cera de ebanista de extraordinaria calidad que os valdrá para dar un precioso brillo satinado a vuestros trabajos o a cualquier mueble de vuestra casa. Os aseguro que es una cera que una vez seca es mucho más dura y por tanto mucho más resistente al rayado que las ceras que se comercializan. Una buena cera no es un producto barato. Haciéndola en casa os va a salir significativamente más barata. Pero además no os va a llevar más que unos minutos hacerla. Os explicaré también dónde podéis comprar los productos que se precisan incluso si vivís en zonas dónde no hay muchas tiendas especializadas.

También he usado goma laca descerada que yo misma preparé. También colgaré en breve un artículo explicando el paso a paso para su elaboración.

Por fin, después de veinte años, le toca el turno. ¡Ya era hora! La vida puede dar tantas vueltas... cuando cerré mi tienda me quedé para mi algunas piezas que me encantaban entre las que se encuentra esta pequeña mesa auxiliar. Después vinieron acontecimientos a mi vida que me tuvieron en "dique seco" en lo que hace a trabajos artísticos, me vine aquí a Madrid a vivir posteriormente y me dediqué al jardín. Bien, es el momento de afrontar su decoración.

Quiero repintar todos los muebles que tengo ahora en el dormitorio y tengo claro que van a ir en blanco antiguo. No me gustan las cosas demasiado homogéneas, poner un par de detalles con color puede quedar mejor que todo en blanco. Inicialmente no iba a aplicar pan de oro. Me pasa a veces, que tengo pensado una cosa y luego finalmente me decido por hacer otra.

No se trata de un mueble que haya que restaurar ya que está en perfectas condiciones, incluso con un lijado a fondo que le dio en su día un acabado muy, muy suave. Incluso el uso y con los años, el haber frotado su tablero para limpiarlo ha ido dándole más finura aún.

He pretendido actualizar la apariencia de la mesa dándole un toque mucho más romántico sin ceñirme a su estilo totalmente clásico con la aplicación de pintura con color logrando que el aspecto de la mesa fuera mucho más suave por eso he usado también aquí un color azul huevo de pato con un matiz distinto del escritorio Davenport que se encuentra en el mismo dormitorio. Pero a la vez he querido remarcar las preciosas tallas del borde del tablero y del pie con tres patas.

3.- El trabajo de decoración:

Empecé por desmontar todo lo desmontable. En realidad solo seis tornillos que sujetaban las barras laterales bajo el tablero que a su vez son la sujeción de la "jaula" que permite que el tablero sea abatible.

Continué eliminando con lijadora eléctrica la orla de hojas y frutos que decoré en su día con pinturas acrílicas muy aguadas, casi transparentes. Ha costado un poco porque la humedad de la mezcla de la pintura debió penetrar bastante en la madera. Pero lo que se ha resistido más es la línea negra que bordeaba los motivos. De no haber tenido esta línea quizás no hubiera sido preciso eliminar todo el color pero me daba miedo que el producto con el que hice el dibujo de diluyera con la pintura fresca y terminara apareciendo en la superficie.



La pintura Chalk Paint tiene un acabado precioso y aunque tiene buena adherencia prefiero casi siempre dar una mano de imprimación con gesso que facilitará aún más que la pintura se adhiera perfectamente y evite desconchados.

Una vez seca apliqué dos manos de chalk paint color azul huevo de pato dejando secar del todo entre mano y mano y dando una buena mano de lija entre ellas para lograr un acabado totalmente liso al taco.

3.1 Láminas de pan de oro: 

Las láminas de falso oro no son difíciles de aplicar.  Sí que necesitamos paciencia ya que las hojas son muy finas y no siempre se posicionan dónde queremos. Si se trabaja al aire libre como yo, debe ser un día sin viento, de lo contrario tendréis que ir corriendo tras las láminas porque vuelan con mucha facilidad. Lógicamente no se puede dorar al lado de un ventilador o de corrientes de aire de una ventana o puerta. También es mejor untarse un poco las yemas de los dedos con polvos de talco para poder cogerlas con facilidad.

Podemos usar para pegarlas mixtión al agua o al disolvente. Yo he usado el mixión al agua porque me resulta más cómodo a la hora de limpiar los pinceles. Hay que aplicar una mano de mixtión y esperar unos 20/30 minutos hasta que el producto adquiere "mordiente" es decir, hasta que al tacto resulta pegajoso (recién aplicado es líquido y no pega). Una vez se pone mordiente permanece así durante bastantes horas, tiempo de sobra para aplicarlo. Si pensamos que no vamos a estar trabajando más que un rato, es mejor no poner el mixtión a toda la zona si no sólo a la que pensamos que nos va a dar tiempo de aplicar las láminas.

Las hojas suelen venir en forma de "libro" separadas por papel de seda entre ellas. Si no vamos a rellenar espacios muy grandes es mejor cortar varias hojas en tiras y así desperdiciaremos menos pan de oro y será más fácil de aplicar. Con cuidado vamos tomando las hojas y poniéndolas suavemente sobre la zona a dorar. Con un pincel de cerdas muy suave, acariciamos tumbando el pincel sobre la lámina de oro para que se adhiera al mixtión y alisarlo bien sin restregar para no romper las delicadas láminas.

Si doramos zonas con talla como esta mesa es normal que las hojas se vayan "resquebrajando" dejando ver zonas sin oro entre ellas. No hay problema. Simplemente aplicar encima un trocito de pan de oro y alisa con el pincel. Ir poniendo láminas hasta cubrir toda la superficie prevista.

A continuación es mejor dejar unas horas que se seque bien y luego cepillar las láminas con una brocha gorda sin rascar demasiado, simplemente "barrerlas" para que se desprendan los trozos de lámina que no se adhirieron. 


Al cepillar descubriremos zonas sin dorar, bien sea porque no se ha pegado el pan de oro, bien sea porque se nos pasó aplicar mixtión a esas pequeñas zonas. Volvemos a repasar estas zonas con mixtión, esperamos a que se ponga mordiente y volvemos a poner trocitos de pan de oro sobre ellas hasta que todo esté bien cubierto.

El trabajo debe ser perfecto en un dorado que no va a ir desgastado como este. En el caso de mi velador yo voy a lijarlo y desgastarlo bastante por lo que el trabajo de dorado no exige tanta perfección.

En todo caso si se nos pega algún trocito de pan de oro en algún lugar que no convenga que aparezca y que no es fácil de llegar con una lija, un truco es doblar e papel de lija en forma de cucurucho y con la punta podremos acceder perfectamente a cualquier recoveco. Hay que llevar cuidado en este punto porque la lámina de pan de oro no está aún fijada y por tanto podemos levantarla con mucha facilidad si nos aproximamos con la lija.

De nuevo esperamos a que este segundo mixtión que hemos aplicado esté del todo seco. Lo mejor es cerciorarse pasando la yema de los dedos sobre el pan y si no resulta pegajoso ninguna parte podemos continuar con el trabajo de fijación.

El pan de oro se fija con goma laca. La goma laca se elabora con las secreciones de un pequeño insecto. Su disolvente es el alcohol por lo que deberemos limpiar los pinceles y herramientas que usemos con él cuando terminemos de trabajar.

El tiempo de secado de la goma laca es muy breve, en media hora podemos aplicar una segunda mano. 

Aunque luego lijaremos este pan de oro yo prefiero fijarlo con goma laca primero porque me permite manipular posteriormente la pieza con comodidad sin miedo de dejarme pegado en los dedos algún trocito de pan de oro y segundo porque un pan de oro sin fijar no aguantaría una lija, eliminaríamos probablemente más del que queremos, por eso es mejor cierta resistencia a la lija y así asegurarnos de que el desgaste que producimos es en el grado que queremos y no más allá.

3.2.- Ahora es el momento de aplicar la pátina blanca. La pintura Chalk Paint es bastante espesa y si no agregamos unas gotas de agua a la mezcla quizás sería difícil de extender la pintura sobre las tallas doradas. He usado para esta página un color blanco antiguo.

Como puede verse en las fotos he cubierto con abundante pátina las áreas doradas. He esperado un par de minutos para que seque un poco pero no tanto que luego nos sea difícil de retirar. Aún tierna la pintura pasamos una esponja húmeda o un trapo sobre la zona con pátina haciendo un "lavado" que retirará el color blanco de las partes salientes de la talla permaneciendo en las zonas hundidas del dorado.

Si la esponja se nos satura de pintura y llega a no limpiar, es mejor enjuagar bien con agua y seguir trabajando con la esponja muy bien escurrida y limpiar. La cantidad de pátina que retiremos será a nuestro gusto. Podemos lavar bastante bien si queremos un efecto más despejado o, como en mi caso, dejar bastante blanco para un efecto más envejecido.

3.3.- El siguiente paso es el desgaste de la zona dorada con lija de grano muy, muy fino. Si no se tiene práctica es mejor empezar a lijar por una zona que no sea muy visible. Hay que llevar en cuenta que el pan de oro aunque está protegido por la goma laca los trabajos no están perfectamente secos en tanto no pasan unos días desde que se aplican los productos. 

El lijado es importante que se haga con una lija de grano muy fino para poder ir desgastando poco a poco y que no se produzcan arañazos profundos. Con este trabajo de lija veremos aparecer zonas en el dorado dónde se vea el azul huevo de pato de debajo, incluso si insistimos con la lija aflorará el blanco del gesso y si seguimos, llegará a verse la madera.

3.4.- Vamos a abordar ahora craquelado del tablero del velador. Tanto la parte superior como la inferior tiene dos capas de color azul huevo de pato como toda la mesa y tendremos un acabado muy fino al tacto trabajando con la lija entre mano y mano. 

Se puede conseguir un craquelado con muchos sistemas. En realidad el craquelado no deja de ser el "resquebrajado" de la pintura más superficial aplicada sobre una capa de pintura que no se ha secado del todo. Al secar esta capa más profunda produce cierto "movimiento" que se transfiere a la capa superficial produciendo el craquelado que todos conocemos. 

Hay muchos productos específicos para lograr este efecto pero a mí, personalmente, no me convencen en absoluto. Resulta un craquelado artificial,  Unos producen líneas solo en una dirección, otros resquebrajadoras tan profundas y grandes que... no, no es así como craquela la pintura o el barniz con el paso de los años. En todos ellos se requiere aplicar la segunda mano de pintura con pincelada desordeanada, nada estirada y por tanto no produce un acabado suave al tacto como el que yo quería.

El único que me parece completamente "creíble" es el que se logra con goma arábiga pero en este caso yo no podía usarlo porque pretendía terminar la mesa de té con cera de ebanista. Si le aplicaba la goma arábiga ya no hubiera tenido la pintura "cruda" que me absorbiera la cera.

Así que he usado un sello de silicona que tengo cuya impronta produce el dibujo del craquelado. Este tipo de sellos me parecen maravillosos, son flexibles por lo que pueden adaptarse a zonas con curvas, se lavan con facilidad y se utilizan tantas veces como se quiera.

Hice una mezcla de chalk paint blanco neutro con algo de agua hasta lograr una papilla no muy espesa pero no tan clara que luego se corra. 

Con un rodillo de caucho se extiende la mezcla de la pintura sobre el sello e inmediatamente lo volteamos sobre el tablero sin mover el sello en absoluto para que el dibujo que se produce no se desdibuje. Presionamos ligeramente el sello con las yemas de los dedos haciéndolo con distinta intensidad en diferentes zonas para que en unas produzca un dibujo más marcado y en otras menos.

En el primer intento apliqué el sello a todo el tablero pero el efecto no me gustaba. Quedaba recargado y sobretodo, artificial. Los craquelados naturales se producen solo en algunas zonas de las piezas, no es habitual que salgan en toda la superficie y de manera tan pareja.

Como la pintura estaba recién puesta, con una esponja húmeda y escurrida lavé el tablero y el craquelado desapareció inmediatamente.

Repetí esta vez craquelando solamente pequeñas zonas de forma aleatoria. Esta vez sí me gustó. Con una lija muy fina desgasté algún borde que parecía demasiado rectilíneo hasta que lo dejé a mi gusto.

3.5.- Efecto desgastado en toda la pieza. Además de "arañar" suavemente el pan de oro con lana de acero he provocado desgastes bastante más profundos en zonas muy puntuales. Con el trabajo de la lija hay que llevar cuidado y procurar no excederse para que resulte un envejecimiento natural y no resulte artificioso. Conviene incidir en aquellas zonas que lógicamente el tiempo las desgastaría antes: algunos salientes, el borde de la mesa, las aristas de las pata, los salientes de las tallas de la madera...

Este trabajo lo he realizado con distintos granos de lija. Algunas partes han sido un lija del 80 aunque la mayoría de la pieza está trabajada con lija mucho más fina para que no produjera arañazos demasiado profundos.

3.5.- Finalización con cera de ebanista.  Un acabado a la cera da una terminación preciosa a los muebles. Creo que ningún barniz se le aproxima. Y si hablamos de cera sobre pintura chalk paint aún es más maravillosa la terminación aterciopelada que se logra con la cera. Eso sí, aunque últimamente veo que la gente termina todos los trabajos con cera, hay que pensar que no protege la pintura ni de lejos como lo hace un buen barniz. 

Cuando decoro piezas que van a tener mucho uso como mesas de diario, mesillas de noche dónde depositamos cosas todos los días, sillas, etc... yo no me decanto por un acabado a la cera por bonito que sea y aplico un barniz incoloro y mate para modificar el color lo menos posible.

La cera además no es resistente a productos de limpieza amoniacales por lo que tarde o temprano nos veremos obligados a retirar la cera anterior y volver a poner una capa de cera nueva.

En definitiva, creo que este acabado a la cera es idóneo para muebles como este velador, que tiene muy poco uso y que será difícil que se raye o deteriore la cera en bastante tiempo.

Hay muchas formas de aplicar cera sobre un mueble

No suelo usar demasiado la lana de acero para lijar directamente sobre la pintura porque a veces produce "agrisados" sobre ella y además las pequeñas partículas metálicas se meten en las hendiduras y en ocasiones llegan a verse si te fijas bien. pero sí me ayudo de ella cuando encero. En cambio sí me valgo de ella para extender la cera recién aplicada.

Para facilitar la aplicación prefiero dejar la cera en una zona un poco caliente para que se atempere, se ablande y sea más fácil extenderla. Una vez está más blandita con una brocha de encerar (gruesa, con punta roma y de cerdas no del todo blandas) extiendo la cera por todo el área. Debe ser de forma generosa para que llegue a todos los recovecos pero que no llegue a embadurnar en exceso porque luego nos resultará muy difícil extenderla.

Es mejor dar dos capas finas de cera que una gruesa. Luego, extendemos con lana de acero el producto eliminando buena parte del sobrante. Dejamos secar la cera después de haberla aplicado. No del todo pero sí unos minutos. A continuación con trapo de algodón perfectamente limpio frotamos hasta conseguir un brillo satinado y suave.

Al frotar sobre las zonas doradas debemos de llevar algo de cuidado y no hacerlo con tal intensidad que levantemos el pan de oro.

Necesité dos manos de cera para conseguir el acabado aterciopelado y suave que pretendía. Yo prefiero dejar pasar una noche entre capa y capa de cera.

4.- El velador terminado:

Bueno pues ya está colocado en su sitio. Ahora, con estos tonos tan suaves no "desdice" en el conjunto. Estoy satisfecha de los resultados. 

El brillo que aporta la cera es incomparable. ¡Nada que ver con un barniz brillante! La cera da un aspecto sedoso que es imposible de conseguir con ningún otro producto.  Podéis ver los objetos sobre el velador reflejados en la madera... ¡Qué lindo!


Creo también que hice bien en no dejar el craquelado que hice inicialmente en todo el tablero. Hubiera quedado sobrecargado y excesivo. El pan de oro ya es suficientemente protagonista como para necesitar más "ornamento". ¿No os parece?

Pretendía un efecto bastante desgastado. No quería que los límites entre el pan de oro y la zona pintada de color azul fueran demasiado evidentes. Y sí, con este trabajo de lija se ha logrado difuminar bastante. Me gusta la riqueza de texturas que hay en estas zonas producidas por el desgaste de la lija en zonas puntuales hasta dejar ver incluso la madera debajo del gessso.


La pátina blanca también elimina buena parte de la "estridencia" del pan de oro velándolo bastante aunque en algunas zonas he restregado con la esponja húmeda hasta dejar el oro limpio de pátina para que se vieran algunos destellos del metal.

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6 comentarios:

  1. ¡Qué arte tienes para hacer estas cosas! Me dejas alucinada, no sabía que fueras una artista en esta modalidad y me ha gustado mucho.
    Mil besos, guapa.

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  2. Muchas gracias, Montse. Te digo una cosa, este tipo de trabajos está al alcance de cualquiera, solo es necesario conocer las técnicas o tener ganas de aprenderlas y luego... eso, paciencia y echarle trabajo. Pero de verdad que todos podemos hacerlo. Un beso, guapa.

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  3. Te ha quedado muy bonito. Yo no tengo tanta paciencia. Besos.

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  4. Sin duda te quedo preciosa, menuda paciencia. Besos.

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  5. Muy buena técnica. Solo añadiría una pátina con un poquitito de betún con mezcla de betún de judea y cera alex

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  6. Hola, Beatriz. Tiene pátina blanca... qué sentido tendría haberla puesto para luego cubrirla con otra pátina hecha con cera y betún de judea que haría desaparecer el blanco?

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