Sesenta

Era el último día. Desde mi casa anduve tranquilamente hasta la parada del autobús que me llevaría al tren hacia la localidad dónde está (estaba) mi puesto de trabajo. Quería que todo pasara despacio; escudriñar mis emociones; diseccionar todo lo que pasara aquella mañana por mi cabeza y en mi corazón porque sabía que aquel día era un hito en mi vida. Me sentía extraña. Llevaba meses de baja médica desde que justo antes de la declaración del Estado de Alarma sufrí un infarto de miocardio. Pero no ir a trabajar durante un tiempo no hace que sientas que estás jubilada. Una tiene una sensación de que es una situación provisional y le resulta imposible pensar que nunca más volverás a trabajar. Aunque lo supiera, mentalmente necesitaba el protocolo de la firma. Y a eso iba, a firmar los documentos por los que cesaría en el servicio activo.

Mi taller de trabajo. Un espacio para la actividad creativa.

Tengo muchísimas aficiones. Me encanta realizar piezas para decorar, realizar toda la ropa de casa como cortinas, sábanas, etc; me gusta pintar al óleo, decorar piezas de porcelana, repujar, pintar seda... en fin, me entusiasman los trabajos que podríamos llamar artísticos y decorativos y disponer de un buen espacio para desarrollar algunas de estas aficiones era algo con lo que llevaba tiempo soñando.

Mi cocina y la bonita historia de un fregadero que vino desde Asturias

La cocina para mí es uno de los espacios más importantes de una casa. Cuando nos vinimos a vivir aquí los armarios de la vieja cocina se caían a pedazos y me vi obligada a renovarlos pero lo cierto es que lo hice con unos armarios sencillos y baratos, blancos y sosos absolutamente. No era la cocina en la que me sintiera a gusto. No por falta de espacio, ya que es bastante grande, si no porque no tenía el aspecto cálido, acogedor y funcional que yo necesitaba pero es que además era fea con avaricia. Pero las circunstancias eran las que eran y al no ser de mi propiedad todavía mi casa, no quise invertir en ella más que lo imprescindible.

Convertir una simple caja de los chinos en una maleta retro con encanto

Tenía ganas de colocar sobre la parte superior del armario de la ropa blanca de mi dormitorio una maleta con aire vintage pero conseguir una de tu gusto no siempre es fácil además del precio que suelen tener.
Solución? Invertir un poco de trabajo en una caja adquirida en los chinos y convertirla en una maleta retro.

Espejo vintage grabado al ácido

Es asombroso cómo y dónde terminan las cosas. Hará más de treinta años, mi madre solicitó de un cristalero el corte de las cinco piezas que componen este precioso espejo que os muestro. Por aquel entonces también encargó a mi padre que le cortase lo que tenía idea constituyera la trasera del espejo.

Tutorial: Pomazón, cojinete, guantelino, cojín o almohadilla de dorador. Cómo hacerlo paso a paso

Son muchos los nombres por los que se conoce (guantelino, cojinete, cojín de dorador...) aunque pomazón y almohadilla de dorador son los más...