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Aclareo y repicado del semillero de flores

Hoy, a algunas variedades de los semilleros de flores les ha tocado un aclareo y a otras que ya se podían manipular con los dedos, las he repicado.

Han pasado casi dos semanas desde que hice unos semilleros de flores para cultivar junto a las hortalizas del huerto.
La verdad es que es cierto que dan su trabajo porque hay que estar muy pendiente de ellos. Los primeros días hasta que empezaron a brotar los mantuve en la casita de madera junto a la ventana que tiene orientación sur. 
Tan pronto empezaron a brotar vi que en su búsqueda desesperada por la luz las pequeñas plántulas tendían a inclinarse levemente hacia ella. No quise dejarlas en el interior más días por temor a que se me ahilaran (sus tallos se hicieran demasiado finos y largos) así que, como las temperaturas en el exterior durante el día ya eran suaves saqué los semilleros al jardín para que recibieran buena luz todo el día y durante la noche los resguardaba del posible frío.
Ya estos últimos días han estado tanto de noche como de día en el exterior.

En estos días han ido brotando las semillas de las distintas variedades. Los primeros en hacerlo fueron los Alhelíes de Virginia. A continuación les han seguido Ipomeas, Caléndulas, Capuchinas...y así hasta siete de las diez variedades que puse. Desgraciadamente creo que hay tres que ya no tengo muchas esperanzas de que broten porque si no lo han hecho en quince días...o quizás sí, no lo sé. De momento ahí están y no veo asomo de brote alguno. Aunque también es verdad que eso pensaba de los Digitalis y hoy he visto que están apareciendo unas casi microscópicas hojitas. Puede que cobeas, guisantes de olor y espuelas sean más tardonas en esto de brotar. No lo sé porque es la primera vez que pongo semilleros.

Hoy he comprobado que algunas variedades crecían demasiado apretadas. Ha sido preciso practicar un aclareo en algunas variedades. Demasiadas plántulas en un sólo alvéolo. De no haberlo hecho, habrían competido por el agua y los nutrientes todas ellas llegando a tal competencia que al final ninguna crecería bien. Mejor eliminar las más débiles y dejar únicamente las plántulas de mayor vigor y en una cantidad en cada alvéolo que permita que sigan creciendo.

Las semillas de los Alhelíes de Virginia eran demasiado pequeñas y creo que puse demasiadas en cada alvéolo de manera que han brotado plántulas en exceso.

He intentado repicarlas pero aún son demasiado pequeñas y no puedo manipularlas con los dedos. De todos modos no precisaré tantas plantas así que finalmente lo que he hecho es un aclareo. Es decir, he eliminado las suficientes como para que no se hagan competencia unas a otras por los nutrientes. He dejado tan sólo tres o cuatro en cada alvéolo y cuando crezcan un poco más las repicaré.

El aclareo me ha sido imposible hacerlo tirando con los dedos de las plántulas más pequeñas y peor desarrolladas porque al intentar tomar solo una entre los dedos me llevaba más de las que quería, así que me he valido de unas pinzas.


En otras variedades en cambio al desarrollar tallos y raíces más fuertes y vigorosos ha sido posible hacer hoy el repicado.

Con sumo cuidado he clavado una pequeña espátula metálica tratando de aflojar un poco la tierra del alvéolo tratando en todo momento de no dañar las delicadas raíces.

Al haber hecho una mezcla de sustratos para el semillero muy esponjosa no ha costado nada extraer las plántulas con sus raíz intacta. 


En algunos casos ha salido la plántula con sus raíces solamente en otros en cambio, como en el caso de las ipomeas, he podido extraer la plántula con un pequeño cepellón de tierra adherido a las raicillas.
Qué impresionante!! Algo tan minúsculo y con todas esas raicillas ya formadas. Lista para luchar por sobrevivir... como un bebé que aunque diminuto, lo tiene todo para la vida y solo precisa de nuestros cuidados y atenciones para crecer feliz! :D
En vasos de plástico a los que previamente he practicado varios orificios en su base para que drenara bien el agua de riego, le he añadido en el fondo algo de sustrato elaborado con las mismas proporciones del de siembra, después he depositado con sumo cuidado cada plántula extraída del semillero y por último he rellenado con sustrato.

He asentado muy mínimamente la superficie del sustrato con las yemas de mis dedos para no apelmazarlo y no dañar con la presión las delicadas raíces y por último un buen riego también con cuidado de no descalzar las plantas y para ello he usado la regadera casera hecha con una botella grande de plástico en cuyo tapón hice bastantes agujeritos de manera que el agua cayera en finos chorros y no en forma de gotas gordas que pudieran dañar las pequeñas plántulas.
Dejaré estas pequeñas plantas recién repicadas que ya crecen en recipientes individuales, un par de días sin que les dé el sol directo pero sí la luz. Creo que aunque en todo momento he tratado de trabajar con delicadeza, inevitablemente para las finas y pequeñas raíces puede que genere algo de estrés así que mejor eso, un par de días de sombra antes de ponerlas luego al sol y a esperar a que tengan un tamaño para volver a trasplantarlas a otro contenedor algo más pequeño antes de su traslado definitivo al huerto.

Creí que me iba a resultar más pesado cuidar de los semilleros y aunque es verdad que hay que estar muy pendiente de la hidratación la verdad es que cuando pasaron unos días ya tenía calibrada más o menos las necesidades hídricas que tenían los semilleros. Los regaba bien por la mañana para que aguantaran estar a pleno sol como los he tenido y hacía una nueva revisión por la tarde para ver si precisaban de nuevo agua. 
Me ha resultado bonito e interesante asistir a la germinación de cada semilla. Sí, tiene su magia el proceso! Es como asistir al nacimiento de la vida...
Un día ibas a echar un vistazo y veías como dos pequeños cotiledones pugnaban por salir del sustrato y al día siguiente ya tenían tallo. Algunos, qué graciosos, como la Ipomea, levantaban sus pequeñas hojitas juntas sosteniendo la piel de la semilla sobre sus puntas hasta que al abrirse la soltaban. Cada semilla se comportaba de un modo y en pocos días lo que eran pequeñas hojitas irreconocibles, se transformaban en hojas en los que no costaba trabajo ver ya la forma que tendrán las hojas de la planta adulta. Qué graciosas las capuchinas!! Tan minúsculas y con una forma tan reconocible...Incluso las caléndulas que hasta hace tres o cuatro días eran imposibles de identificar, ahora ya han adquirido el característico aspecto velloso que tienen las hojas de las plantas adultas. 



Todavía están en un proceso muy temprano. Algunas variedades habrá que esperar a que tengan el tamaño para poderlas manipular con los dedos y seguirán en el semillero. Otras en unos días las repicaré como he hecho hoy con ipomeas, caléndulas, capuchinas y alhelíes de Virginia.

Pero aunque el proceso no ha tocado a su fin sí puedo decir ya que me ha gustado este proceso de germinación. Aún no han llegado a su estado de madurez y tendrán que pasar varias semanas, algunas pasarán meses, antes de que comiencen a florecer y puede que en todo este camino alguna yo no sea capaz de llevarla a buen puerto pero sin duda otras terminaran por florecer y contribuirán con la alegría de sus colores y el aroma de sus flores a que mi huerto sea más hermoso y atraerán más insectos a él ayudando con ello a la polinización de las flores de mis hortalizas. Sin duda he disfrutado mucho cuidando de mis semilleros!!
Que paséis una feliz Semana Santa, queridos lectores y amigos!!

Los bancales del huerto de nuevo en funcionamiento

Quizás debería haber esperado hasta finales de mes. Pero ya son varias semanas que me llevo con los planteles comprados. Justo comprarlos y ver que las temperaturas bajaban en picado así que como os comenté, los trasplanté provisionalmente a contenedores de fibra de coco o de turba prensada para que pudieran ir desarrollando sus raíces y creciendo y los he tenido cubiertos por la noche con una manta térmica y cuidando por supuesto de que no les faltara riego.

Aunque es cierto que algún año se ha producido alguna helada tardía durante este mes, realmente es muy poco probable que ya se produzcan más a partir de ahora. He mirado las previsiones para los siguientes quince días y las temperaturas nocturnas parece que no bajaran demasiado de los 10º C. Así que me he decidido a empezar el cultivo de los plantones en el huerto. 
En febrero desmonté del todo los bancales. Los limpiamos bien de malas hierbas y restos de hortalizas de la temporada pasada e incorporamos una generosa capa de estiércol maduro que trabajamos muy superficialmente. Lo hemos dejado así durante estos meses para que el estiércol terminara de compostarse bien y el sustrato estuviera en su punto cuando llegara el momento de poner los planteles en él.

Durante este tiempo, la lluvia, el sol ha endurecido una pizca la superficie del sustrato y lógicamente han crecido alguna mala hierba en él. Para trabajar más cómodamente he retirado provisionalmente la cuadrícula de listones de madera de cada bancal.

Antes de plantar he preferido trabajar muy superficialmente la capa de arriba del sustrato de los bancales para romper bien la ligera costra y que se aireara bien el sustrato y he aprovechado para eliminar cualquier resto de malas hierbas. Un suave rastrillado para alisar bien la superficie, poner de nuevo las cuadrículas y un buen riego en profundidad y listo!! El suelo está listo para recibir los plantones.

Ya sabéis que mis conocimientos sobre temas huertiles no son demasiados así que siempre ando consultando todo antes de hacerlo porque no tengo seguridad y temo equivocarme. Sé que las hortalizas no deben cultivarse año tras año en los mismos lugares de plantación porque eso no les favorece nada en su nivel de saludo. Del sustrato toman algunos elementos y aportan otros y cada año se cultiva el mismo tipo de hortaliza en el mismo bancal, algunos nutrientes terminan por ser deficitarios.
Este año también he hecho un pequeño croquis antes de plantar definitivamente tratando de distribuir las hortalizas de modo que la proximidad entre cada variedad fuera viable. Así he tratado de que hortalizas de la familia de las brasicáceas como por ejemplo las berzas no estuvieran junto a tomates. Por el contrario, he plantado cebollas a lo largo de las hileras de tomates porque según algún programa de horticultura que he consultado (Kitchen garen aid), su proximidad resulta beneficiosa para ambas.


La verdad es que es hasta divertido este tipo de ayudas informáticas. Cuando vas con el icono de la col a ponerlo al lado de un tomate te avisa!! jajajaj Es un poco como jugar a mover las fichas dentro de un tablero. En fin, no estoy segura del todo, pero creo que no he puesto una al lado de otra, hortalizas que sean incompatibles.
El año pasado me pasó lo que le pasa a los novatos, que se producen sorpresas desagradables por no tener los conocimientos precisos. Resulta que los pimientos que crecieron cerca e las guindillas vascas estaban picantes! Luego he leído que aunque las hortalizas son autopolinizantes, puede haber cruces entre ellas y de hecho se producen frecuentemente. Por eso este año también he tenido en cuenta no poner por ejemplo pimientos de variedades distintas uno al lado del otro y aunque en un huerto con tan pocos bancales como el mío en el fondo todo está próximo, imagino que a la hora del tema cruce de polen siempre dificultará algo las cosas que no estén tocándose.
Una vez hecho el pequeño croquis simplemente he ido colocando cada plantel en el lugar que previamente tenía asignado en el ordenador.


Al tratarse de bancales elevados rellenos con sustratos son muy fáciles de trabajar y de plantar en ellos. Está esponjoso, suelto y hacer los hoyos de plantación es bien sencillo en ellos. Cada plantel un hoyo y en el fondo un par de puñados abundantes de humus de lombriz. He ido mezclando ligeramente con la misma mano este humus con el suelo de algo más abajo y luego he procedido a plantar tapando las raicillas de los pequeños cepellones de los planteles. Tomates y pimientos un poco hundidos, unos centímetros de su tallo metido en tierra para que emitan raíces y conseguir con ello que la planta sea más fuerte.
Como mi ritmo de trabajo es sumamente lento, he precisado de mucha ayuda allí dónde sentada en mi silla de jardín portatil no alcanzaban los brazos pero bueno, estoy contenta porque al menos parte de este trabajo lo he hecho yo también de forma directa.
Compré demasiados planteles y no me han cabido todos en los bancales. Las lechugas las he tenido que plantar a los pies de los frutos rojos que cultivo en una de las esquinas del huerto. Seis matas de tomates tendré que cultivarlos en contenedor y ya veremos dónde las ubico y otros seis planteles de alcachofa tendré que pedir que me trabajen el suelo de un rincón del huerto junto al portón de entrada y seguramente me decida a ponerlos allí.


Qué bonitas son las pequeñas hortalizas una vez puestas en los bancales y qué ilusión me hace comenzar la temporada de huerto de nuevo. Son como de juguete!! 
Cuando llega el otoño y se desmonta el huerto siento alivio porque es menos trabajo pero luego, tras la parada de los meses invernales me empieza a entrar las ganas de cuidar de él de nuevo.
Ya que estaba me he dejado puesto los tutores sobre los que tendré que ir sosteniendo las tomateras, calabacines, pepinos y pimientos cuando crezcan. Al final hay que ponerlos así que mejor tener la labor hecha. No creéis?




Poner en funcionamiento el huerto tiene bastante trabajo porque además hay que renovar los sustratos de las macetas en las que se suele tener aromáticas y algunas anuales o sustituir la capa de arriba para aportar nutrientes que precisaran ahora que vuelven a estar activas. 
También hay que limpiar de malas hierbas el camino y la zona que bordea los bancales para evitar el contagio de plagas y enfermedades.
En fin, mi huerto está listo para comenzar este año. De momento regaré a mano, en breve tendré que volver a poner el programador de riego y empezar a poner en funcionamiento el riego por goteo.
Así ha quedado una vez terminadas las plantaciones. Qué limpito y ordenado se ve... sé que soy algo tiquismiquis con esto de los huertos pero no lo puedo remediar, detesto el aspecto desaliñado y cutre que veo en muchos huertos. Es manía mía, lo sé...pero me gustan los huertos bonitos y alegres y estoy deseando que el semillero de flores que puse hace unos días siga germinando. De momento ya lo han hecho seis de diez, a ver si en estos días próximos terminan por germinar las otras cuatro variedades.

En cuanto pueda trasplantarlas traeré las plantitas al huerto para que crezcan entre las hortalizas o junto a ellas y además de alegrar y embellecer el aspecto del huerto contribuyan con sus flores a que vengan más insectos y la polinización de las hortalizas sea más fácil.
Prefiero los huertos así, hortalizas, flores y rosas... bonita combinación, al menos para mi :) 

Cuando hemos terminado el trabajo los últimos rayos de sol de la tarde caían sobre el la parte central del jardín y los árboles proyectaban ya largas sombras. Mientras, de camino a casa, andaba por el camino que bordea el seto sur vi a lo lejos dos palomas torcaces de buen tamaño. Solo pude tomar esta fotografía en la que apenas se aprecian pero que si la ampliamos y miramos con detalle, aunque con poca nitidez, se ve la parejita picoteando entre las plantaciones... qué lindas ellas!! (Y qué cansada yo ajajjaa) ;)

Semilleros de flores que atraigan insectos para favorecer la polinización de las hortalizas

Como os comentaba en el artículo anterior en el que os mostré como hice la mezcla de sustratos para mis primeros semilleros siguiendo las instrucciones del vídeo de "La Huertina de Toni", decidí empezar por uno de flores. No sé qué me hizo pensar que quizás las semillas de hortalizas requerían de algún detalle o información que desconociera y pensé que mejor preguntar primero a Pilar para no hacer mal las cosas.

Elegí de entre las semillas que tenía diez de flores muy vistosas. Son vivaces y alguna anual, la mayoría de gran colorido y muchas de ellas las he puesto a germinar con la idea de introducirlas en la huerta para atraer insectos y así indirectamente además de embellecerla, me ayudarán en la polinización de las flores de las hortalizas.
La verdad es que me he pasado una tarde estupenda haciéndolos. En la casita de madera hacía una temperatura muy agradable y me ha resultado muy cómodo hacerlos al poder estar sentada y tener todo lo que precisaba de forma muy accesible.

Ayer ya hice la mezcla de sustratos con los que hoy llené los alvéolos de las bandejas de poliestireno así que todo resultó menos engorroso.
Estas semillas las compré en invierno en el fondo como hago siempre, con el deseo de acordarme de sembrarlas y de que si llega el caso, tener la disciplina de cuidar de las siembras. Pero muchas veces me ha pasado, he comprado algún sobre y luego he tardado tanto en usarlas que cuando me he puesto a ello habían caducado. por fin esta vez al menos va a ser distinto!! :-) veremos el resultado...
Seleccioné las semillas que quería comprobando su fecha de caducidad. Es un dato muy a tener en cuenta ya que si lo sobrepasamos nos arriesgamos a que le poder germinativo de las mismas sea nulo o decrezca.
La casi totalidad de las diez variedades que elegí tienen semillas bastante gruesas (Salvo los alhelíes, las espuelas y las Nigelias) lo que facilita bastante las cosas.
Lo que precisaba lo tenia en la casita salvo las semillas que guardo en una caja hermética que dejo en un armario cerrado en un mueble de casa porque la casita se calienta bastante en verano en las horas centrales del día y es preferible que las semillas estén en un lugar fresco, seco y oscuro.

Lo primero que hice fue rellenar los alvéolos de las bandejas de plantación con  la mezcla de sustratos que hice ayer y presioné muy ligeramente pero sin apretar mucho ya que por lo visto necesitamos que el medio dónde han de germinar las semillas no esté compactado si no lo contrario para facilitar el crecimiento de las diminutas raicillas.



Regué luego las bandejas a conciencia con una regadera casera hecha con una botella de agua a cuyo tapón le practiqué bastantes pequeños orificios con una aguja de ganchillo puesta a calentar al fuego.

Una regadera normal emite chorros de agua demasiado gruesos que podrían hacer moverse las semillas que están casi en la superficie del sustrato. Ésta en cambio echa finos chorros de agua que no tienen fuerza para alterar la superficie del sustrato.


Mientras esperaba a que el sustrato drenara y perdiera el agua sobrante preparé las semillas.

Antes de abrir los sobres escribí el nombre de las variedades en las etiquetas de madera con un rotular. La siguiente vez que lo haga escribiré con un bolígrafo porque he visto que la humedad hace que se corra un poco la tinta del rotulador.


Por lo que se ve hay que revisar bien las semillas antes de ponerlas en tierra. Si hay alguna con aspecto raro o de color distinto o que esté seca o estropeada, hay que desecharlas.

Una vez tuve la tierra de las bandejas habían soltado el agua sobrante del riego fui poniendo tres o cuatro semillas de cada variedad en los alvéolos.

Para no cometer ningún error de identificación fui poniendo una etiqueta con el nombre de la variedad en el primer alvéolos en la dirección a la fila de alvéolos correspondientes.

La mayoría fue fácil depositar tan poca cantidad porque eran grandes pero la verdad es que fue inevitable que cayeran más de la cuenta cuando tocó el turno de las semillas de pequeño tamaño.
De todos modos da igual, si germinan más de la cuenta, con tirar de los brotecitos que sobren, asunto resuelto.
A continuación cubrí las semillas con una fina capa de la mezcla de sustratos y muy, muy levemente presioné un poco con los dedos.
Un nuevo y muy ligero riego con la regadera/botella y el trabajo había terminado.
He de reconocer que me ha resultado hasta divertido hacer estos semilleros!! He tardado un poco porque no tengo costumbre de hacerlos pero bueno, me lo he tomado como un pasatiempo para esta tarde.
No cuento de momento con un germinador que facilite la germinación de las semillas así que hasta que broten he decidido poner las bandejas frente a la ventana que está orientada al sur y recibe muchísima luz y sol. 

Es el lugar más adecuado que he encontrado. Las ventanas de casa no me parecían lugares prácticos y la única que hubiera sido posible usar hubiera sido la de la cocina y la verdad, creo que me hubiera resultado bastante incómodo tener un mueble sobre el que poner las bandejas en medio mientras cocino.
Seguramente cuando germinen saque las bandejas y las ponga sobre un murete de bloques que tengo en el jardín trasero y que está orientado al sur por lo que reciben la mayor cantidad de sol (y por tanto de calor) posible.

Pilar me ha aconsejado, yo creo que acertadamente, que lo cubra con plástico transparente y bastante gruesecito que permita el paso de toda la luz pero que proteja los planteles del frío de la noche y que durante el día posibilite que reciban algún grado más de temperatura.
Evidentemente habrá que cuidar con celo la hidratación y no permitir que en ningún momento se seque el sustrato.
En fin, de momento ahí, frente a la ventana las deje. Ahora estaré como una niña chica yendo y viniendo a ver si brota alguna ajjajaja
Aún tardarán unos días en hacerlo, incluso algunas semanas según qué variedades. Veis por lo que digo que mi naturaleza impaciente dificulta las cosas? :-)

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