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Preparados, listos, ya!! Las rosas, la poesía!!

Cuando llega el inicio de la primavera se me olvidan toda la información botánica. Me ocurre igual en otoño. Es un olvido momentáneo, claro! Vivo el jardín de forma dual. De una parte, creo que lo escribí en otro artículo, soy una especie de Sherlock Holmes en él. Me paso la vida observando las plantaciones.

Independizar los "hijos" de nuestras plantas. Reproducción vegetativa (asexual)

Las plantas que introducimos en el jardín dedican sus primeras temporadas a formar un gran cepellón de raíces más que a crecer o florecer. Lo observamos siempre. Verdad? Pensemos en los rosales recién plantados. Algunos incluso no llegan a florecer la primera temporada o lo hacen en forma de tres o cuatro rosas. Todo ser vivo aspira a perpetuarse y a extenderse en el espacio y en el tiempo y las plantas no son ninguna excepción. Una vez han desarrollado este gran sistema de raíces pueden dedicarse a crecer y florecer pero además, dan un paso más: algunas empiezan a intentar extenderse más allá de la zona dónde se cultivan inicialmente. Cada una lo hace mediante un sistema.
Dos son las formas fundamentales de reproducción de las plantas
1.- Una es la reproducción sexual. La hemos tratado en varias ocasiones en algunos artículos Recordemos los semilleros de hortalizas o los de vivaces o la manera de reproducir mediante semillas una Althaea rosea (Malvarrosa).
La planta nueva que surge cuando se usa este sistema de reproducción es semejante a las plantas progenitoras pero no idénticas. 
Hablamos en plural porque en algunas plantas, el fruto es el producto de la polinizacion de una flor perteneciente a un ejemplar mediante el polen de otra flor de otro ejemplar. No en todas pero sí en algunas.
Cuando el polen (componente masculina) y el pistilo (componente femenina) pertenecen a la misma flor se dice que se trata de una polinización autógama.
Por el contrario, si polen y pistilos pertenecen a flores diferentes, sean del mismo árbol o de distinto árbol, se conoce como polinización alógama.
En el caso de los frutales más comunes, es mucho más frecuente que los óvulos de las flores de un frutal sean fecundados por el polen que proviene de otros frutales.
En todo caso, la semilla que se formará en el fruto proviene del material genético de dos padres y la planta resultante de la germinación de esta semilla siendo semejante a sus progenitores (porque contiene ADN de ambos) genéticamente no será idéntica a ninguno de ellos.
La reproducción sexual da lugar a mayor variabilidad en la población de una especie, es decir, produce individuos diferentes y por tanto con más probabilidades de que, para mediante la selección natural, pueda adaptarse (o no) al entorno dado que los nuevos individuos tienen características de ambos progenitores.
Son como nuestros hijos. Se nos parecen pero no son idénticos a nosotros (Afortunadamente jajajajja). Suelen tener características de su padre y de su madre pero constituyen ejemplares únicos.
Este tipo de reproducción es mucho más compleja que la que trataremos a continuación y sobre la que versa este artículo.

2.- La segunda forma de multiplicación es la asexual o vegetativa. Se produce cuando se divide una parte de una planta (Sea tallo, rama, raíz, rizoma, etc.) y se desarrolla por separado hasta que se convierte en una nueva planta.
Es un sistema de multiplicación muy difundido y existen muchas variantes. En este tipo de reproducción solo se precisa de un progenitor en contraposición a la reproducción sexual que precisa de dos. 
Todas estas variantes producirán nuevas plantas idénticas genéticamente a la planta progenitora. Es decir, es un clon de la misma.
Este tipo de reproducción tiene, como todo, sus ventajas e inconvenientes. De una parte requiere de mucha menos energía para la reproducción de la planta y da origen en poco tiempo a gran cantidad de individuos.
Por el contrario, al originar individuos idénticos los ejemplares resultantes tienen poca variabilidad. Usando de él "echan a una carta" su capacidad de adaptación al medio dónde crecen.

Muchos de estos sistemas de reproducción vegetativa los hemos ido viendo a lo largo de estos años en muchos artículos en este blog
* Hicimos un acodo simple en un rosal 
* y otro aéreo en un Melia azedarach no hace mucho. 
* Vimos como reproducir por estolones una mata de violetas
* Sacamos nuevos ejemplares con retoños (hijuelos laterales)  de una Ajania pacifica
* Por división reprodujimos un Chrysanthemum frutescens hace ya tiempo. 
* Reprodujimos mediante esqueje un Rosa 'Charles Austin' y también unas tomateras una vez brotaron sus raíces metida un trocito de rama en agua, 

Aunque a largo plazo y cuando se analiza a nivel de la Naturaleza, este tipo de reproducción tiene sus desventajas, cuando se trata de un jardín, obtener nuevos ejemplares de plantas sin haber hecho nada o poco para que se reproduzcan es una gran satisfacción. Hablemos hoy de este tipo de "hijos" de las plantas que cultivamos en nuestro jardín y que ellas solitas (o casi) se reproducen de modo vegetativo dando lugar a plantas que pueden vivir posteriormente de modo independiente.
Algunos de los arbustos que os mostraré están cultivados en este jardín desde antaño pero otros los he introducido yo en estos últimos años. Estos últimos ya empiezan a ser maduros y han desarrollado un sistema de raíces que les permite intentar reproducirse. Alguno de ellos veremos que ya emiten largas raíces que se extienden por los alrededores; otros brotan desde ellas formando pequeñas plantas al lado de la planta madre; y en otros casos he sido yo la que he intervenido en esta reproducción acodando alguna de sus ramas. 
Cuando al inicio de la temporada incorporo al suelo el estiércol maduro y debo retirar para ello previamente el acolchado me resulta práctico "independizar" estos hijos y conseguir así plantas gratis que crecerán en otras partes del jardín sin haber hecho prácticamente ninguna inversión ni de tiempo ni de dinero.

Ventajas de estos "hijos" en relación a las plantas compradas.
  • La gratuidad es el primero que nos viene a la cabeza.
  • Pero gozan de una gran ventaja en relación a las plantas que compramos en un vivero o adquirimos en una página web: Son plantas que han crecido desde el inicio en nuestro jardín. Por tanto son totalmente resistentes en nuestra zona climática y están complemente adaptadas a la climatología, suelo y demás condiciones de crecimiento.
  • Pero además, cuentan con algo de lo que suelen carecer las plantas que traemos del vivero: Antes de independizarlas han desarrollado un magnífico sistema de raíces que les va a permitir sobrevivir una vez estén separadas de la planta madre con mucha más facilidad que las compradas.

Quiero mostraros hoy algunos de estos nuevos ejemplares que en breve crecerán en algunos rincones de mi jardín. Mientras se asientan un poco y comienzan a crecer independientes de la planta progenitora, los he metido en un contenedor y los he ubicado en una zona dónde estarán a resguardo del sol fuerte del mediodía.
Son plantas como digo, con un sistema radicular ya formado pero que hasta ahora, obtenían el agua y los nutrientes de la planta de la que provienen, así que conviene esperar a que desarrollen aún más raíces antes de ubicarlas en su lugar definitivo.

1.- En el primer caso no será un ejemplar si no varios los que habré obtenido de estos brotes de raíz de Sorbaria Sorbifolia 'Sem'. Un precioso arbustos, bello en todas las estaciones y que no presenta ningún problema de cultivo en mi jardín si está preservado del sol algunas horas del día.
La verdad es que hasta que ha empezado a brotar no me he dado cuenta de que había pequeños brotes saliendo de la tierra cercana a dónde crece la planta madre.



Al arrodillarme para levantar el acolchado del rosal que crece al lado (Rosa 'Gertrude jekyll') vi que del suelo asomaban preciosas ramillas tiernas. Como no quería que el rosal se vea invadido por esta planta simplemente tiré del brote más próximo al rosal et voilâ lo que apareció!: Una larga raíz que crecía horizontalmente al suelo y de la que cada poco brotaba hacia arriba un pequeño tallo.


Tiré con cuidado de no estropear las raicillas y corté la raíz en una zona próxima a la planta madre.
Aquí tenéis varias raíces. Cada trozo que tiene ya raíces desarrolladas constituye una planta que, en poco tiempo, podrá vivir de forma independiente. Qué gozada, no?
Como se trata de trozos de raíz que deberé poner de forma horizontal, he preferido meterlos provisionalmente en un cacharro con agua para que no se deshidraten y en unos días me pensaré si los pondré en varios contenedores o directamente en el lugar que crecerán.
2.- Segundo ejemplo de planta en la que no ha habido intervención alguna de mi parte: Las sierpes de un Philadelphus.
Llevo ya años queriendo independizar estos tallos que emergen de una zona lateral del celindo pero por unas cosas u otras nunca he encontrado el momento de hacerlo. El domingo, aprovechando que había venido a trabajar en mi jardín mi ayudante y teniendo el tiempo necesario para realizar este trabajo que requiere el uso de herramientas, me decidí a realizarlo.
Habitualmente los Philadelphus crecen en forma de arbusto compuesto por infinidad de tallos que emergen del suelo. Se pueden conducir dejando solo tres o cuatro que formen una especie de tronco y permitiendo que las ramas broten únicamente en la parte superior. El resultado es precioso:
Las ramas cuelgan desde arriba formando una especie de paraguas con sus ramas arquedas.
El mío crece así sin haber hecho yo nada. Por cierto, tengo otro celindo que estoy intentando el mismo resultado pero aunque voy arrancando los brotes que salen del suelo de alrededor de los tres o cuatro que dejé entrelazados, no hay manera, salen y salen más y más...y es un fastidio estar siempre eliminándolos.
No sé si con el tiempo lograré que no salen muchos y tengan eliminar solo alguno de vez en cuando.
Así que vienen que este pequeño que brota al lado del padre tiene la pinta de crecer con las mismas características aunque con retraso por fin ya he logrado dos ejemplares iguales!!
Aquí veis el celindo con el acolchado retirado antes de incorporar el estiércol. Este celindo está cultivado en el suelo original del jardín, es decir, que la tierra está muy compactada y requirió la intervención de mi ayudante que con una pala de punta cuadrada fue bordeando el cepellón ayudándose de la fuerza del pie sobre ella.
No fue fácil. Las raíces se extendían por la zona próxima y hubo que utilizar una azada en las proximidades para ablandar el terreno y facilitar la extracción.
Por último, con ayuda de una podadora se cortó la raíz mediante la que se unía a la planta madre.
Listo! Planta madre "liberada" del hijo que vivía a "su costa" y bien nutrida. Y yo con otro ejemplar nuevo ajjajajja
No logramos sacarlo con demasiado suelo adherido a sus raíces pero tiene un buen sistema radicular desarrollado.
Eso sí, el desarrollo de su parte aérea es excesivo así que antes de plantarlo en un contenedor lo he podado bien reduciendo muchísimo el largo de sus ramas para que tenga posibilidades de sobrevivir.
3.- Un tercer caso de "gratuidad" total: Renuevos de una Syringa vulgaris (Lila). De esta me percaté este invierno pero hasta ahora no me he puesto a independizarlo.
Ya veis, en el lateral y a cierta distancia de la lila madre, emergía un pequeño conjunto de tallos que debía llevar creciendo cierto tiempo dado que tiene la madera madura.
No me ha resultado difícil separarlo. He ido clavando alrededor del crecimiento una pala de punta recta y con la fuerza de mi pie sobre ella he ido clavándola en todo el perímetro a la mayor profundidad que me ha sido posible.
Noté con la pala la gruesa raíz que la unía de la planta madre así que tuve que usar para cortarla una podadora fuerte.
Y aquí tenéis al nuevo bebé, un pequeño lilo con un cepellón perfectamente desarrollado. Este desde luego no tiene pinta de tener problemas lejos ya de su progenitor.

Una vez extraído el joven ejemplar tuve que reponer todo el terreno y adecentar de nuevo los acolchados.
Estoy entusiasmada con su obtención porque mis lilos son muy antiguos y por los años de abandono y los nulos cuidados que recibieron durante muchísimo tiempo, están muy castigados. Están en el jardín desde hace treinta o cuarenta años y me encantará asegurarme de seguir cultivándolos. Con este "duplicado" tengo asegurada la supervivencia de ellos en mi jardín. Además, florecerá en color lavanda, como su progenitor ya que es un clon de él. Cosa que por cierto, me encanta!
4.- Por último y aunque esta vez sí ha habido intervención de mi parte al hacer un par de acodos con dos de sus ramas el verano anterior, he obtenido otro ejemplar de una planta a la que le tengo mucho cariño por ser un regalo de mi amiga Isabel. Me trajo un esqueje (no recuerdo si enraizado o no) de esta Buddleja x weyeriana 'Sungold'. Florece en amarillo lo que la hace bastante original. Pero además resiste mucho mejor que otras budleias que tengo en el jardín el calor y la sequía del suelo. Así que me interesaba obtener más ejemplares.
Igual que en los casos anteriores, aprovechando la retirada del acolchado de la Catalpa, quise comprobar si los dos acodos del verano habían enraizado.
Con muchísimo cuidado fui retirando el suelo alrededor de ellos hasta llegar a la altura que hundí las ramas. Una de ellas vi que aunque tenía raíces no eran suficientes y decidí volver a cubrirla con suelo y dejarla una temporada más.
La segunda sí, me pareció claramente enraizada. Simplemente practiqué un corte entre la rama que provenía de la budleia madre y el acodo y repuse el terreno que rodea la Catalpa aplicando el estiércol también.
Aquí está, lista para su plantación!
En fin, ayer domingo fue un día de lo más productivo!! Estoy contenta con mis nuevos ejemplares. Proceden todos de plantas preciosas y ellos, con genes idénticos a ellas, serán igualmente hermosas. Tardarán un tiempo en convertirse en ejemplares adultos y de buen tamaño pero no hay prisa... asistir al proceso será mágico y me producirá una gran alegría lograr que con mis cuidados, lleguen a convertirse en magníficos ejemplares.
Que tengáis buen lunes, queridos lectores. Gracias, gracias, siempre por vuestro apoyo, por vuestro cariño hacia mí que tantas veces demostráis en vuestros correos y comentarios y por la amistad que tengo con muchos de vosotros.

Aclareo y repicado del semillero de flores

Hoy, a algunas variedades de los semilleros de flores les ha tocado un aclareo y a otras que ya se podían manipular con los dedos, las he repicado.

Han pasado casi dos semanas desde que hice unos semilleros de flores para cultivar junto a las hortalizas del huerto.
La verdad es que es cierto que dan su trabajo porque hay que estar muy pendiente de ellos. Los primeros días hasta que empezaron a brotar los mantuve en la casita de madera junto a la ventana que tiene orientación sur. 
Tan pronto empezaron a brotar vi que en su búsqueda desesperada por la luz las pequeñas plántulas tendían a inclinarse levemente hacia ella. No quise dejarlas en el interior más días por temor a que se me ahilaran (sus tallos se hicieran demasiado finos y largos) así que, como las temperaturas en el exterior durante el día ya eran suaves saqué los semilleros al jardín para que recibieran buena luz todo el día y durante la noche los resguardaba del posible frío.
Ya estos últimos días han estado tanto de noche como de día en el exterior.

En estos días han ido brotando las semillas de las distintas variedades. Los primeros en hacerlo fueron los Alhelíes de Virginia. A continuación les han seguido Ipomeas, Caléndulas, Capuchinas...y así hasta siete de las diez variedades que puse. Desgraciadamente creo que hay tres que ya no tengo muchas esperanzas de que broten porque si no lo han hecho en quince días...o quizás sí, no lo sé. De momento ahí están y no veo asomo de brote alguno. Aunque también es verdad que eso pensaba de los Digitalis y hoy he visto que están apareciendo unas casi microscópicas hojitas. Puede que cobeas, guisantes de olor y espuelas sean más tardonas en esto de brotar. No lo sé porque es la primera vez que pongo semilleros.

Hoy he comprobado que algunas variedades crecían demasiado apretadas. Ha sido preciso practicar un aclareo en algunas variedades. Demasiadas plántulas en un sólo alvéolo. De no haberlo hecho, habrían competido por el agua y los nutrientes todas ellas llegando a tal competencia que al final ninguna crecería bien. Mejor eliminar las más débiles y dejar únicamente las plántulas de mayor vigor y en una cantidad en cada alvéolo que permita que sigan creciendo.

Las semillas de los Alhelíes de Virginia eran demasiado pequeñas y creo que puse demasiadas en cada alvéolo de manera que han brotado plántulas en exceso.

He intentado repicarlas pero aún son demasiado pequeñas y no puedo manipularlas con los dedos. De todos modos no precisaré tantas plantas así que finalmente lo que he hecho es un aclareo. Es decir, he eliminado las suficientes como para que no se hagan competencia unas a otras por los nutrientes. He dejado tan sólo tres o cuatro en cada alvéolo y cuando crezcan un poco más las repicaré.

El aclareo me ha sido imposible hacerlo tirando con los dedos de las plántulas más pequeñas y peor desarrolladas porque al intentar tomar solo una entre los dedos me llevaba más de las que quería, así que me he valido de unas pinzas.


En otras variedades en cambio al desarrollar tallos y raíces más fuertes y vigorosos ha sido posible hacer hoy el repicado.

Con sumo cuidado he clavado una pequeña espátula metálica tratando de aflojar un poco la tierra del alvéolo tratando en todo momento de no dañar las delicadas raíces.

Al haber hecho una mezcla de sustratos para el semillero muy esponjosa no ha costado nada extraer las plántulas con sus raíz intacta. 


En algunos casos ha salido la plántula con sus raíces solamente en otros en cambio, como en el caso de las ipomeas, he podido extraer la plántula con un pequeño cepellón de tierra adherido a las raicillas.
Qué impresionante!! Algo tan minúsculo y con todas esas raicillas ya formadas. Lista para luchar por sobrevivir... como un bebé que aunque diminuto, lo tiene todo para la vida y solo precisa de nuestros cuidados y atenciones para crecer feliz! :D
En vasos de plástico a los que previamente he practicado varios orificios en su base para que drenara bien el agua de riego, le he añadido en el fondo algo de sustrato elaborado con las mismas proporciones del de siembra, después he depositado con sumo cuidado cada plántula extraída del semillero y por último he rellenado con sustrato.

He asentado muy mínimamente la superficie del sustrato con las yemas de mis dedos para no apelmazarlo y no dañar con la presión las delicadas raíces y por último un buen riego también con cuidado de no descalzar las plantas y para ello he usado la regadera casera hecha con una botella grande de plástico en cuyo tapón hice bastantes agujeritos de manera que el agua cayera en finos chorros y no en forma de gotas gordas que pudieran dañar las pequeñas plántulas.
Dejaré estas pequeñas plantas recién repicadas que ya crecen en recipientes individuales, un par de días sin que les dé el sol directo pero sí la luz. Creo que aunque en todo momento he tratado de trabajar con delicadeza, inevitablemente para las finas y pequeñas raíces puede que genere algo de estrés así que mejor eso, un par de días de sombra antes de ponerlas luego al sol y a esperar a que tengan un tamaño para volver a trasplantarlas a otro contenedor algo más pequeño antes de su traslado definitivo al huerto.

Creí que me iba a resultar más pesado cuidar de los semilleros y aunque es verdad que hay que estar muy pendiente de la hidratación la verdad es que cuando pasaron unos días ya tenía calibrada más o menos las necesidades hídricas que tenían los semilleros. Los regaba bien por la mañana para que aguantaran estar a pleno sol como los he tenido y hacía una nueva revisión por la tarde para ver si precisaban de nuevo agua. 
Me ha resultado bonito e interesante asistir a la germinación de cada semilla. Sí, tiene su magia el proceso! Es como asistir al nacimiento de la vida...
Un día ibas a echar un vistazo y veías como dos pequeños cotiledones pugnaban por salir del sustrato y al día siguiente ya tenían tallo. Algunos, qué graciosos, como la Ipomea, levantaban sus pequeñas hojitas juntas sosteniendo la piel de la semilla sobre sus puntas hasta que al abrirse la soltaban. Cada semilla se comportaba de un modo y en pocos días lo que eran pequeñas hojitas irreconocibles, se transformaban en hojas en los que no costaba trabajo ver ya la forma que tendrán las hojas de la planta adulta. Qué graciosas las capuchinas!! Tan minúsculas y con una forma tan reconocible...Incluso las caléndulas que hasta hace tres o cuatro días eran imposibles de identificar, ahora ya han adquirido el característico aspecto velloso que tienen las hojas de las plantas adultas. 



Todavía están en un proceso muy temprano. Algunas variedades habrá que esperar a que tengan el tamaño para poderlas manipular con los dedos y seguirán en el semillero. Otras en unos días las repicaré como he hecho hoy con ipomeas, caléndulas, capuchinas y alhelíes de Virginia.

Pero aunque el proceso no ha tocado a su fin sí puedo decir ya que me ha gustado este proceso de germinación. Aún no han llegado a su estado de madurez y tendrán que pasar varias semanas, algunas pasarán meses, antes de que comiencen a florecer y puede que en todo este camino alguna yo no sea capaz de llevarla a buen puerto pero sin duda otras terminaran por florecer y contribuirán con la alegría de sus colores y el aroma de sus flores a que mi huerto sea más hermoso y atraerán más insectos a él ayudando con ello a la polinización de las flores de mis hortalizas. Sin duda he disfrutado mucho cuidando de mis semilleros!!
Que paséis una feliz Semana Santa, queridos lectores y amigos!!

Los bancales del huerto de nuevo en funcionamiento

Quizás debería haber esperado hasta finales de mes. Pero ya son varias semanas que me llevo con los planteles comprados. Justo comprarlos y ver que las temperaturas bajaban en picado así que como os comenté, los trasplanté provisionalmente a contenedores de fibra de coco o de turba prensada para que pudieran ir desarrollando sus raíces y creciendo y los he tenido cubiertos por la noche con una manta térmica y cuidando por supuesto de que no les faltara riego.

Aunque es cierto que algún año se ha producido alguna helada tardía durante este mes, realmente es muy poco probable que ya se produzcan más a partir de ahora. He mirado las previsiones para los siguientes quince días y las temperaturas nocturnas parece que no bajaran demasiado de los 10º C. Así que me he decidido a empezar el cultivo de los plantones en el huerto. 
En febrero desmonté del todo los bancales. Los limpiamos bien de malas hierbas y restos de hortalizas de la temporada pasada e incorporamos una generosa capa de estiércol maduro que trabajamos muy superficialmente. Lo hemos dejado así durante estos meses para que el estiércol terminara de compostarse bien y el sustrato estuviera en su punto cuando llegara el momento de poner los planteles en él.

Durante este tiempo, la lluvia, el sol ha endurecido una pizca la superficie del sustrato y lógicamente han crecido alguna mala hierba en él. Para trabajar más cómodamente he retirado provisionalmente la cuadrícula de listones de madera de cada bancal.

Antes de plantar he preferido trabajar muy superficialmente la capa de arriba del sustrato de los bancales para romper bien la ligera costra y que se aireara bien el sustrato y he aprovechado para eliminar cualquier resto de malas hierbas. Un suave rastrillado para alisar bien la superficie, poner de nuevo las cuadrículas y un buen riego en profundidad y listo!! El suelo está listo para recibir los plantones.

Ya sabéis que mis conocimientos sobre temas huertiles no son demasiados así que siempre ando consultando todo antes de hacerlo porque no tengo seguridad y temo equivocarme. Sé que las hortalizas no deben cultivarse año tras año en los mismos lugares de plantación porque eso no les favorece nada en su nivel de saludo. Del sustrato toman algunos elementos y aportan otros y cada año se cultiva el mismo tipo de hortaliza en el mismo bancal, algunos nutrientes terminan por ser deficitarios.
Este año también he hecho un pequeño croquis antes de plantar definitivamente tratando de distribuir las hortalizas de modo que la proximidad entre cada variedad fuera viable. Así he tratado de que hortalizas de la familia de las brasicáceas como por ejemplo las berzas no estuvieran junto a tomates. Por el contrario, he plantado cebollas a lo largo de las hileras de tomates porque según algún programa de horticultura que he consultado (Kitchen garen aid), su proximidad resulta beneficiosa para ambas.


La verdad es que es hasta divertido este tipo de ayudas informáticas. Cuando vas con el icono de la col a ponerlo al lado de un tomate te avisa!! jajajaj Es un poco como jugar a mover las fichas dentro de un tablero. En fin, no estoy segura del todo, pero creo que no he puesto una al lado de otra, hortalizas que sean incompatibles.
El año pasado me pasó lo que le pasa a los novatos, que se producen sorpresas desagradables por no tener los conocimientos precisos. Resulta que los pimientos que crecieron cerca e las guindillas vascas estaban picantes! Luego he leído que aunque las hortalizas son autopolinizantes, puede haber cruces entre ellas y de hecho se producen frecuentemente. Por eso este año también he tenido en cuenta no poner por ejemplo pimientos de variedades distintas uno al lado del otro y aunque en un huerto con tan pocos bancales como el mío en el fondo todo está próximo, imagino que a la hora del tema cruce de polen siempre dificultará algo las cosas que no estén tocándose.
Una vez hecho el pequeño croquis simplemente he ido colocando cada plantel en el lugar que previamente tenía asignado en el ordenador.


Al tratarse de bancales elevados rellenos con sustratos son muy fáciles de trabajar y de plantar en ellos. Está esponjoso, suelto y hacer los hoyos de plantación es bien sencillo en ellos. Cada plantel un hoyo y en el fondo un par de puñados abundantes de humus de lombriz. He ido mezclando ligeramente con la misma mano este humus con el suelo de algo más abajo y luego he procedido a plantar tapando las raicillas de los pequeños cepellones de los planteles. Tomates y pimientos un poco hundidos, unos centímetros de su tallo metido en tierra para que emitan raíces y conseguir con ello que la planta sea más fuerte.
Como mi ritmo de trabajo es sumamente lento, he precisado de mucha ayuda allí dónde sentada en mi silla de jardín portatil no alcanzaban los brazos pero bueno, estoy contenta porque al menos parte de este trabajo lo he hecho yo también de forma directa.
Compré demasiados planteles y no me han cabido todos en los bancales. Las lechugas las he tenido que plantar a los pies de los frutos rojos que cultivo en una de las esquinas del huerto. Seis matas de tomates tendré que cultivarlos en contenedor y ya veremos dónde las ubico y otros seis planteles de alcachofa tendré que pedir que me trabajen el suelo de un rincón del huerto junto al portón de entrada y seguramente me decida a ponerlos allí.


Qué bonitas son las pequeñas hortalizas una vez puestas en los bancales y qué ilusión me hace comenzar la temporada de huerto de nuevo. Son como de juguete!! 
Cuando llega el otoño y se desmonta el huerto siento alivio porque es menos trabajo pero luego, tras la parada de los meses invernales me empieza a entrar las ganas de cuidar de él de nuevo.
Ya que estaba me he dejado puesto los tutores sobre los que tendré que ir sosteniendo las tomateras, calabacines, pepinos y pimientos cuando crezcan. Al final hay que ponerlos así que mejor tener la labor hecha. No creéis?




Poner en funcionamiento el huerto tiene bastante trabajo porque además hay que renovar los sustratos de las macetas en las que se suele tener aromáticas y algunas anuales o sustituir la capa de arriba para aportar nutrientes que precisaran ahora que vuelven a estar activas. 
También hay que limpiar de malas hierbas el camino y la zona que bordea los bancales para evitar el contagio de plagas y enfermedades.
En fin, mi huerto está listo para comenzar este año. De momento regaré a mano, en breve tendré que volver a poner el programador de riego y empezar a poner en funcionamiento el riego por goteo.
Así ha quedado una vez terminadas las plantaciones. Qué limpito y ordenado se ve... sé que soy algo tiquismiquis con esto de los huertos pero no lo puedo remediar, detesto el aspecto desaliñado y cutre que veo en muchos huertos. Es manía mía, lo sé...pero me gustan los huertos bonitos y alegres y estoy deseando que el semillero de flores que puse hace unos días siga germinando. De momento ya lo han hecho seis de diez, a ver si en estos días próximos terminan por germinar las otras cuatro variedades.

En cuanto pueda trasplantarlas traeré las plantitas al huerto para que crezcan entre las hortalizas o junto a ellas y además de alegrar y embellecer el aspecto del huerto contribuyan con sus flores a que vengan más insectos y la polinización de las hortalizas sea más fácil.
Prefiero los huertos así, hortalizas, flores y rosas... bonita combinación, al menos para mi :) 

Cuando hemos terminado el trabajo los últimos rayos de sol de la tarde caían sobre el la parte central del jardín y los árboles proyectaban ya largas sombras. Mientras, de camino a casa, andaba por el camino que bordea el seto sur vi a lo lejos dos palomas torcaces de buen tamaño. Solo pude tomar esta fotografía en la que apenas se aprecian pero que si la ampliamos y miramos con detalle, aunque con poca nitidez, se ve la parejita picoteando entre las plantaciones... qué lindas ellas!! (Y qué cansada yo ajajjaa) ;)

Tutorial: Pomazón, cojinete, guantelino, cojín o almohadilla de dorador. Cómo hacerlo paso a paso

Son muchos los nombres por los que se conoce (guantelino, cojinete, cojín de dorador...) aunque pomazón y almohadilla de dorador son los más...