Aprovechado que con el final del invierno las matas de perennes aún están paradas en su mayoría en su actividad vegetativa pero "desperezándose" he desplantado los Chrysanthemum frutescens, una mata a la que tengo mucho aprecio por el colorido que aporta al jardín y porque no es una planta que tenga especiales dificultades de cultivo.
Creo que el grupo de las perennes (plantas no leñosas) sean perennifolias (que conservan sus hojas en invierno) o sean vivaces (que pierden durante la estación fría su parte aérea conservando con vida sus raíces de las que rebrotarán de nuevo los tallos con la llegada del buen tiempo) no es bueno que las dejemos años y años plantadas en el mismo lugar sin "renovarlas" Mi experiencia con ellas es que con el tiempo tienden a envejecer muchas de ellas y que desplantarlas cuando están dormidas, aprovechar para limpiarles las partes secas, viejas o dañadas y volver a plantar solo las partes sanas y fuertes ayuda a rejuvenecerlas y a la larga favorecemos que alarguen la vida. De hecho esta última temporada, he observado que la parte central de las tres matas de margaritas que tenía en el jardín pequeño iba muriendo mientras que la zona periférica se iba extendiendo. De ahí que llegara a la conclusión de que era buen momento para hacerle una buena limpieza.
Es aconsejable hacer esto cada tres o cuatro años, volviendo a replantar solo las partes que no están dañadas. La planta lo agradece porque es una forma de "rejuvenecer" este grupo de plantas que tanta floración nos aportan.
Con la pala he recortado el cepellón con cuidado de dañar lo menos posible las raíces.
Una vez fuera de la tierra, como digo, le he hecho una buena limpieza, cortándole todas las partes secas o muertas y dejando únicamente la parte sana de la planta.
Este grupo de plantas es idóneo para reproducirlas por división. Un sistema barato y fácil de aumentar el número de plantas sin esfuerzo alguno. Con un cuchillo afilado o con el borde de la pala seccionamos el cepellón en tantas partes como deseemos (por supuesto todas deben tener raices :)). Aquí en esta fotografía se puede ver que esta mata la he dividido en dos. Incluso formaré una tercera matita con las ramas que se han desprendido en el proceso y que llevan raíces. Quizás será pequeña esta temporada pero para la próxima disfrutaré de una preciosa margarita florida.
Incluso formaré una tercera matita con las ramas que se han desprendido en el proceso y que llevan raíces (A la izquierda de esta foto) Quizás será pequeña esta temporada pero para la próxima disfrutaré de una preciosa margarita florida.
Una vez limpia ya no queda más que hacer un buen hoyo en el suelo del jardín, de dimensiones bastante superiores a lo que ocupan las raíces y llenar su base con una mezcla de compost y buena tierra vegetal. Si vemos que se trata de una planta con dificultad para arraigar podemos añadir un puñado de activador de raíces, en este caso concreto, con las margaritas no es necesario.
Depositamos la mata ya limpia sobre esta base enriquecida y vamos rellenando con buena tierra vegetal mezclada con algo de estiércol bien maduro o de compost.
Acabamos de rellenar hasta cubrir totalmente las raíces mientras vamos compactando con las manos la tierra para que se eliminen posibles bolsas de aire que son muy perjudiciales.
Finalmente regamos en profundidad y cuidamos con esmero la hidratación de estas matas recién trasplantadas hasta tener certeza de que están bien arraigadas.
Lo mismo puede hacerse con cualquier otra mata. Este fin de semana he hecho lo mismo con las Espuelas de caballero (Delphinium Elatum de las variedades "Black Knight" y "Blue Bird"). Si hay alguna vivaz a la que es conveniente hacerles esta limpieza y replantarlas son las espuelas. Me parecen espectaculares con sus impresionantes espigas florales y se convierten en absolutas protagonistas cuando están en flor.
La lástima es que también tienen sus "pegas", tienden a la clorosis y muchas partes de las matas mueren en pocos años. En 2012 tuvieron una floración mejor que en la última temporada de 2013 así que pienso que les va a venir bien este rejuvenecimiento, a ver si esta primavera vuelven a florecer como hace dos años.
Aunque el arriate dónde las he plantado tiene muchísimo sol he preferido preservarlas un poco de él hasta comprobar que han arraigado perfectamente. Con unas ramas de arizónicas que podé les he hecho una especie de "paraguas" para que no les de el sol del mediodía. Dentro de unas semanas se lo retiraré, a ver cómo responden al pleno sol.
Los geranium vivaces son otra mata idónea para dividirlas de esta manera. En poco tiempo se extieden formando matas cada vez más grandes. Esta es la floración que me dieron al siguiente año de ser plantados, no podía estar más bonitos!!
Este invierno ha sido muy suave, tanto que los Geranium no han llegado a perder completamente sus hojas. Otros años, las heladas fuertes provoca que la parte aérea de la planta desaparezca totalmente.