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Deadheading: La eliminación de las rosas marchitas / poda de limpieza

Eliminar las rosas marchitas de nuestros rosales es una tarea que todos los aficionados a su cultivo hacemos habitualmente según se producen las floraciones. Es lo que en inglés se conoce como "Deadheading".
Además de constituir una labor que da un aspecto acicalado y limpio al arbusto, también anima a la planta a que vuelva a florecer.
Este asunto no parece presentar controversia. No así el modo de efectuar esta limpieza. 
Cuando el rosal ha producido sus flores y si éstas son polinizadas, engrosará su cáliz y la zona por debajo de los pétalos desarrollará lo que llamamos "escaramujos" o "Cinorrodones". Se trata del fruto el rosal y en su interior se encuentran las semillas que posibilitarán reproducirse al rosal.
Podríamos considerar de alguna manera que si dejamos las rosas secas sobre el rosal sin eliminarlas el rosal "considera" que ya ha cumplido su ciclo, es decir, que llegue a fructificar y formar semillas y por tanto ya no "tiene interés" en producir más rosas que a su vez formen escaramujos con semillas ya que ya las ha formado al no eliminarle las rosas secas.

Por el contrario, eliminarlas lo antes posible nos permite "engañar" al rosal haciéndole creer que ha fracasado en su proceso reproductivo y al no haberle permitido formar los escaramujos, gastará su energía intentándolo de nuevo con futuras floraciones para llegar a su meta final que es la formación de semillas para reproducirse.
Permitiendo al rosal que cumpla su ciclo, es decir, que llegue a fructificar es posible que el rosal siga produciendo rosas pero indudablemente lo hará en menor número ya que gastará su energía en la formación de unos frutos  que en este momento no deseamos.
Por tanto, la eliminación de forma continuada de las rosas marchitas ayuda y anima al rosal a ofrecer floraciones más adelante. Pero sepamos que no siempre la flor es polinizada. Cuando la rosa no llega a fertilizarse el pequeño tallo que la sostiene (Pedúnculo, cuando es una flor en solitario y pedicelo cuando se trata de un grupo de rosas) se seca y la flor termina por caer.
Así, aunque la razón principal por la que eliminamos las flores marchitas sea que el rosal conserve su energía no en producir frutos si no la formación de nuevas rosas, ésta no es la única.
Eliminando las rosas marchitas estamos eliminando escondites estupendos para todo tipo de plagas que se alimentan de ellos. Pero además, con este proceso de limpieza que bien puede calificarse de poda, en cierta medida también estamos favoreciendo la circulación del aire dentro del rosal al eliminar parte de su vegetación. Por tanto en alguna medida estamos evitando también enfermedades fúngicas.
Trips, tijeretas y muchos otros insectos prefieren lugares con materia en descomposición. Las rosas secas prendidas del tallo y los pétalos que caen alrededor de la base del rosal acumulándose en el suelo y formando a veces capas algo gruesas, son un lugar idóneo para estos insectos.
En todo caso, no hace falta aclarar que estamos hablando de limpiezas de rosas marchitas producidas en primavera y verano. No de las últimas rosas que produce el rosal al llegar al final de la estación.
Como en otros artículos hemos comentado, estas últimas rosas conviene no eliminarlas precisamente para favorecer que el rosal pueda cumplir del todo su ciclo y animarle en cierta forma a entrar en letargo. Podar estas rosas (que eso viene a ser lo que hacemos al eliminar vegetación) anima al rosal a seguir intentando fructificar y con ello a seguir emitiendo vegetación lo que puede ser peligroso en un momento ya del año en que es habitual que desciendan las temperaturas y este nuevo crecimiento no tendrá tiempo de llegar a madurar de manera que las heladas del invierno es posible que lo dañen.
Tampoco es el caso de rosales cuyos escaramujos especialmente hermosos queremos disfrutar como los que producen los rosales rugosa. Evidentemente si eliminamos las rosas marchitas, los escaramujos no podrán formarse.
Bien, pues si todos estamos de acuerdo en la conveniencia de eliminar las rosas según van marchitándose, en qué parece haber controversia? Pues en el modo de hacerlo
He tenido la curiosidad de buscar información en páginas especializadas y de pedir opinión a amigos jardineros preguntándoles sobre cómo lo hacen ellos. Al final he comprobado que cada maestrillo tiene su librillo, como tantas veces!!
He visto posturas de lo más diverso:

  • Especialistas en el cultivo de rosas que defienden acaloradamente que el corte cuando se elimina una rosa marchita debe efectuarse por encima de la primera o segunda hoja completa (normalmente se llama así a la hoja de cinco folíolos). 
  • También he visto quienes sostienen que debe realizarse justo por la parte baja del peciolo o pedicelo
  • Hay quienes incluso las eliminan con el método que podemos llamar "sin tijeras"... En fin, que el surtido de procedimientos es variado.

A mí, personalmente, las cosas demasiado rígidas no me gustan. Creo que a veces distintos caminos conducen a las mismas metas y afirmar de modo tajante que las cosas siempre deben hacerse de un modo determinado, además de erróneo constituyen a veces afirmaciones que son difíciles de llevar  a cabo.
Ni todos los rosales florecen del mismo modo (Los hay que florecen en solitario, los hay que florecen en grupo..). Ni todos los rosales presentan la misma dificultad para efectuarles esta limpieza (Está claro que no podremos eliminar con la misma frecuencia y facilidad las rosas de un arbusto de un metro que las de un trepador o un rambler que cubra una pared de tres o cuatro metros). Ni buscamos siempre los mismos resultados con ellos (En ocasiones no queremos que un determinado rosal se haga demasiado alto. Otras pretendemos lo contrario...) Ni están en el mismo momento de crecimiento (Si llevamos a cabo la afirmación de que debe cortarse cada rosa seca por debajo de una hoja de cinco folíolos en un rosal que se plantó hace solo unos meses, con cuatro tijeretazos nos quedamos sin rosal)... 
Por eso, porque las situaciones son tan distintas creo que las afirmaciones categóricas valen de poco. Y pienso que lo más acertado sería eliminar estas rosas ajadas dependiendo de estas variables. No siempre las eliminaremos de la misma forma ni en el mismo momento.
Indudablemente la altura a la que efectuamos el corte en el tallo tendrá unas u otras consecuencias en el crecimiento del rosal. Luego hablamos de ello.
Si os parece, voy a comentar primero algunas de las formas en las que efectuamos la limpieza de los rosales sin utilizar las tijeras
Son casos en los que no aplico en absoluto la regla de cortar por encima de una determinada hoja: En algunos de estos casos no estoy eliminando las rosa completamente, por ejemplo cuando uso la manguera pero sí limpio el rosal y le quito de encima todo ese material seco que tanto le afea.
En rosales trepadores con difícil acceso.
Un rosal trepador adulto puede alcanzar varios metros de alto. Suelen estar encaramados a pérgolas, cenadores o adosados a muros y acceder a todas sus ramas se hace imposible si no es con ayuda de una escalera. Como es normal este trabajo puede hacerse solo de vez en cuando.
Para cualquier jardinero es impensable estar cada pocos días con una escalera a cuestas y la limpieza de este tipo de rosales es imposible hacerla de modo tan frecuente y escrupuloso como uno arbustivo por razones obvias.
No obstante para casi todos nosotros es inaceptable mantener el rosal con todas esos pétalos oscuros y resecos colgando de sus ramas hasta que el viento o ellas solas, terminen por caer.
Por razones de higiene y salubridad, nuestra aspiración es que el rosal, presente lo antes posible un aspecto más limpio y aceptable y para lograrlo, muchos de nosotros usamos el chorro a presión de una manguera dirigido a las partes altas del rosal.
No es una limpieza de los tallos florales, por supuesto, pero sí de los pétalos secos, lo que resulta suficiente para que el rosal vuelva a lucir con buen aspecto al menos provisionalmente.
La manguera nos posibilita acceder a alturas que sería imposible a mano. 
Esta limpieza a base de agua no nos libra de la tarea de eliminar verdaderamente los tallos florales usando una escalera o el medio que esté a nuestro alcance para eliminar con tijeras los cálices ya sin pétalos. Pero al menos con la manguera quitaremos del rosal todo este material muerto que lo afea y lo pone en peligro de contraer enfermedades.
La pega (inevitable) es que el suelo alrededor del rosal termina lleno de pétalos lo que obliga a barrerlos. 
Otro caso en que la limpieza del rosal solo la hago de vez en cuando son los rosales rambler. Sería un trabajo de chinos ir cortando rosita por rosita según van ajándose así que cada dos o tres días con el chorro de la manguera dirigido hacia los grupos de rosas es suficiente para que los pétalos de las rosas que están marchitas caigan, dejando el resto del grupo que contiene capullos sin abrir y rosas aún frescas, en buenas condiciones. Luego, cuando puedo, elimino todo el grupo  de rosas, incluso a veces no puedo afrontar este trabajo y cuando ha terminado toda la floración elimino los grupos de rosas marchitas, ya enteros y con tijeras.

"Zarandear" un poco los grupos de rosas cuando parte de ellas están pasadas pero aún quedan capullos por abrir me resulta cómodo para renovar el aspecto de los rosales rambler. Un ligero movimiento de las ramas para que se sacudan y todos los pétalos secos caen volviendo a tener buen aspecto el rosal completo. Caerán solo los pétalos de las rosas secas permaneciendo en las ramas los capullos sin abrir y las rosas en buen estado.
Igual que en el caso anterior, de vez en cuando, cuando tengo un rato libre, quito con atención todos los grupos florales ya marchitos eliminándolos con tijeras para favorecer que haya más rosas más tarde..



Quitar pétalos con la mano. Suelo hacerlo en rosales de fácil acceso cuando no quiero pararme o no puedo actuar con las tijeras. Al menos les elimino el mal aspecto de las rosas secas. Pero especialmente lo uso en los rosales que florecen en grupo. Sabemos que mientras algunas de las rosas están ya pasándose, otras apenas están abiertas e incluso hay capullos que tardarán todavía unos días en abrir.



Eliminar casi a diario estas rosas que forman parte de un grupo con las tijeras supondría un trabajo demasiado minucioso que yo al menos solo podría afrontar si cultivara solo unos pocos rosales pero yo tengo en el jardín muchos híbridos de musk, floribundas...que florecen de esta manera, formando ramilletes. No puedo plantearme ir cortando con las tijeras rosa por rosa!! Creo que es más práctico aplazar la eliminación de todo el grupo para cuando todas sus rosas estén marchitas. Unos días solamente no es plazo suficiente para que el rosal forme escaramujos y malgaste energías que conviene dedicar a nuevas floraciones.
Luego, cuando tengo un rato libre me dedico a eliminar el grupo de rosas una vez todas abiertas.

No me gusta ver rosas secas en los rosales. En ninguno!! Así que es raro el día que no hago un paseo capazo en mano para limpiarlos. Pero además, no solo lo hago por razones estéticas si no porque a la larga, me ahorra tiempo de barridos del suelo que rodea los rosales. De esta forma, recogiendo con la mano los pétalos que están a punto de caer evito basura sobre la tierra. Si dejamos las rosas secas demasiados días terminan por caer ellas solas al suelo y al final, lo que te ahorras en trabajo de quitar rosas lo gastas en barrer.

Por cierto... cada vez que voy llenando el capazo pienso que las rosas son bonitas incluso cuando están todas juntas aunque sean marchitas. O no? Mirad!

Sin duda limpiar el suelo a veces es un trabajo que es inevitable, como el caso de los trepadores o cuando uso la manguera. Pero una cosa es barrer unos cuántos rosales y otra bien distintas tener que barrer la zona de alrededor de todos ellos.
Y por mucha pereza que nos dé, si los pétalos se van acumulando en el suelo, no deberíamos aplazar la limpieza del suelo mucho tiempo. Los pétalos húmedos por el riego terminan pudriéndose a los pies de los rosales y esto no redunda en beneficio de ellos en absoluto.

Como sabéis cultivo varios rosales rugosa. Me encanta la floración de estos rosales pero no podría decir que sus escaramujos me gusten menos que las rosas. El año pasado eliminé las rosas marchitas y dejé sin cortar para que hicieran escaramujo las últimas de la temporada. Esta temporada me gustaría aumentar el número de escaramujos que disfrutaré en otoño.

Este año quiero probar hasta qué punto van a seguir floreciendo aún sin eliminarles las rosas. De esta manera, las rosas que sean polinizadas desde la primavera estarán formando escaramujos lo cual imagino que aumentará el número de los que habrá en otoño. 
Seguramente reflorecerán menos pero creo que no me importará demasiado si a cambio puedo disfrutar de muchos más escaramujos en otoño. De manera que he decidido a ver qué tal resulta, ir eliminando los pétalos solamente para que los rosales tengan un aspecto limpio pero dejarlos como digo, el cáliz para que fructifiquen.



Otra forma de eliminar las rosas es hacerlo sin tijeras, a mano. No siempre vamos con las tijeras encima. Cuántas veces estamos paseando por el jardín y vemos un par de rosas pasadas? No sé vosotros, yo no puedo remediarlo. Es imposible dejar aquel colgajo prendido de lo alto de la rama!! No siempre vamos a desplazarnos en busca de las herramientas de cortar así que yo al menos, aplico una limpieza en plan "rápido" que es simplemente eliminar  la rosa sin tijeras, a mano. Que por cierto, luego termino el paseo con dolor de dedos tratando de apretar en el interior de mi puño todas las rosas que a mi paso he ido eliminando ajajjajaja


Esto debería de hacerse con cuidado de no producir rasgados del tallo. Lo mejor es asir con fuerza con dos dedos la base del cáliz de la rosa y con el resto de dedos tirar del peciolo (o pedicelo) hasta que éste se tronche. 




Pensemos que todo este pequeño tallo que queda no recibirá savia y morirá, es preferible por tanto que sea lo más corto posible para no estropear el aspecto del rosal con ramitas secas o muertas.


Y por último otro caso en que no aplico la famosa regla de cortar por encima de una hoja determinada: los rosales recién plantados. Como es lógico no han tenido tiempo de desarrollarse. Apenas si tienen unas ramitas que no levantan dos cuartas del suelo pero muchos de ellos ya presentan maneras desde que son bebés y se afanan en florecer aunque parece que a duras penas pueden con el peso de las rosas que producen. 
Este Rosa 'Pierre de Ronsard' apenas lleva unos meses en el jardín pero ahí lo tenéis, con una rosa del tamaño casi de un rosal adulto de su variedad y con más capullos por abrir. Está claro al menos para mí que no conviene quitarle demasiados tallos ni hojas, los precisa para hacer la fotosíntesis y seguir creciendo así que corto la rosa justo por debajo del peciolo. Sin más y sin eliminar hoja alguna que tan necesarias son en este momento para el rosal.


Como acabamos de ver no siempre eliminamos las rosas cortándolas por esta o aquella altura. Pero indudablemente tarde o temprano, tendremos que eliminar los tallos que han producido rosas aunque momentáneamente lo hayamos aplazado unos días con los sistemas anteriores que más que eliminar, adecenta el aspecto del rosal de forma rápida.
Es aquí dónde quizás pueden surgir más dudas a alguien que comienza en el cultivo de rosales. Tampoco en este aspecto tengo reglas taxativas. Por dónde corto? Pues depende... jajajaja Vamos a analizar un poco más esta labor.
El 'Deadhesading' del que estamos hablando además de favorecer la salud del rosal y nuevas floraciones no deja de ser una poda distinta de la habitual pero poda al fin y al cabo. Creo que es un buen momento la eliminación de las rosas para que "en paralelo" efectuemos a los rosales lo que se llama una poda de limpieza.
Esta poda de limpieza podremos efectuarla a lo largo de toda la temporada de floración, incluso más de una vez.
Y es aquí dónde a la vez que eliminamos las rosas muertas podemos dedicar de vez en cuando algo más de tiempo y mirar el rosal en su conjunto, cortando algunas ramas que den a la planta una forma equilibrada.

Creo que es una manera de mantener los rosales con formas más armónicas y de otra parte, como decíamos arriba, contribuye un poco a favorecer la aireación al eliminar algunas ramas junto con las rosas pasadas.
No se trata de la poda apurada del final del invierno. Ni mucho menos!! Pero sí conviene a la vez que eliminamos con tijeras las rosas ajadas, aprovechar para realizar algunos cortes allí dónde nos parezca que el rosal lo precisa.
No podría afirmar que cortar más o menos arriba favorezca en mayor o medida las nuevas floraciones. De manera que para mí, el hacerlo de un modo u otro depende más del crecimiento que en ese momento tenga un rosal, es decir, de la forma que ha adquirido y del grosor del tallo que dejo al nivel al que efectúo el corte. Luego me extiendo más en este aspecto.
De ahí que aunque lo de quitar las rosas con la mano, tronchando el peciolo es un sistema que mucha gente ha seguido de siempre porque es muy cómodo y rápido, yo sinceramente  le veo el inconveniente de que con esta forma de hacerlo no se "interviene" en la formación del rosal
Es decir, si unos tallos han crecido demasiado, sobresaliendo en exceso del volumen general del arbusto, quedarían a la misma altura una vez hemos cortado con las manos el peciolo que unía la rosa a él.
No digo que cada vez que corto con tijeras algunas rosas de un ejemplar efectúe esta poda de limpieza que antes mencionaba pero sí la realizo al menos una o dos veces durante la temporada de floración. Pondría un ejemplo que creo que es muy claro. Seguro que todos nos hemos fijado que nuestro cabello no crece igual y a la misma velocidad en unas zonas que en otras. Las patillas suelen hacerlo con más rapidez. Pues los rosales también tienen crecimientos dispares en algunas de sus zonas.
Voy a poner a modo de ejemplo de lo que comento un rosal que tiende a emitir algunas veces tallos que sobresalen bastante de la altura general del arbusto. De repente una o varias de sus ramas crece más que los demás y en su cima surgen un buen manojo de capullos. Se trata de Rosa 'Munstead Wood'. Si a la hora de eliminar rosas marchitas cortamos siempre a la misma altura tratando de aplicar una "regla" siempre igual, el arbusto quedará con una o varias ramas que sobresalen y lógicamente los siguientes vástagos que vayan brotando lo harán también a más altura que los que broten del resto de ramas de longitud normal.


Aun de forma más acusada le ocurre de Rosa 'Perle d´Or'. Es un rosal que resulta curioso en este sentido. En general tiene tallos no demasiado gruesos y su aspecto es frágil pero de entre medio de la vegetación surgen a veces tallos muchísimo más vigorosos que el resto y con un gran número de rosas en la cima que están a una altura muy superior al conjunto del arbusto.

Por tanto, parece lógico que aunque acostumbremos a cortar por encima de una hoja de al menos cinco folíolos, en este caso cortemos más abajo para igualar un poco la altura de todas las ramas.
La tan repetida regla de una hoja de al menos cinco folíolos no es que no tenga sentido. Lo tiene sin duda. Si nos fijamos, muchísimos rosales tienen hojas de tres folíolos en la parte superior de las ramas (La zona que va creciendo en último lugar) y según descendemos en el tallo las hojas son ya de cinco o siete folíolos dependiendo de la variedad. Descender en el tallo supone que hablamos de un grosor superior. Es decir, las hojas no verdaderas (las de tres folíolos) crecen en la parte del tallo más delgado.
Si siempre cortamos muy arriba del tallo debemos pensar que estamos favoreciendo que los siguientes brotes surjan también a esa altura del corte o ligeramente por debajo de él. 
Tendremos que tener muy claro que no brotará un tallo de mayor diámetro o grosor que el tallo del que surge.
Así pues lo razonable parece cortar no tan arriba que los nuevos vástagos sean tan delgados que no puedan sostener el peso de las siguientes rosas. Pero no tan abajo que eliminemos demasiadas hojas que el rosal precisa para realizar su fotosíntesis y seguir creciendo.
El punto en el que el tallo tiene un diámetro razonable para que el nuevo brote surja con fuerza y emita una rosa de buen tamaño sin que se doble, ese será aproximadamente el punto por dónde deberemos cortar para eliminar las rosas pasadas.
No debemos perder algo importante de vista. Es el hecho de que es preferible cortar siempre por encima de una yema que esté orientada hacia el exterior del arbusto y no hacerlo demasiado lejos de ella. Hacerlo sobre una de la que se emita una rama hacia el interior es quitar luz y ventilación al rosal. Además de afear su aspecto.
Si queremos ya rizar el rizo debería decir que el corte debe ser ligeramente inclinado hacia fuera de la yema para evitar que el agua rebose hacia la axila. Pero que queréis que diga? Reconozco que con vértigo, encaramada a una escalera a la que me aferro como un gato porque estoy temiendo ir al suelo.... siempre me cercioro de que el corte tiene esta o aquella inclinación? Pues no, la verdad. Para qué voy a mentir. Corto por dónde puedo. Ya me doy con un canto en los dientes si logro llegar a todas las ramas que pretendo!! jejeje
 
En todo caso no es cuestión de acercarnos desde el inicio al rosal y eliminar las rosas. Yo prefiero alejarme un poco, ver la planta en su conjunto. Observar su forma y así sé cuando me dispongo a eliminar las rosas secas, si tengo que eliminar además alguna rama que sobresalga o que descompense el aspecto global. Es preferible usar esta labor de poda para ir conformando el crecimiento del rosal en la forma que nosotros busquemos o que convenga con relación a las plantas que lo rodean e incluso "conducir" con esta poda el nuevo crecimiento en la dirección que nos interese.
Como siempre repito, lo mejor que podemos hacer para cuidar bien nuestros rosales es observarlos. Ver cómo crecen, de qué manera florecen, qué grosor de tallo es suficiente para que la rosa se sostenga... Indudablemente según pasan las estaciones sabremos más de cada variedad de rosal que cultivemos. Todos no tienen el mismo comportamiento. Y la experiencia nos hará tener seguridad para elegir una u otra altura de corte dependiendo de nuestro rosal.
Os puedo comentar que suelo hacer anotaciones de las podas que realizo a mis rosales. Son cuatro apuntes sobre qué tipo de poda he aplicado a cada rosal que no me lleva más de un minuto el hacerlos. Igualmente anoto también algunos comentarios sobre esta poda de limpieza de algunas variedades.
Pretender acordarse de memoria de lo que hicimos la primavera pasada, al menos para mí es imposible. Estas anotaciones me resultan de suma utilidad para seguir aplicando las mismas técnicas o, si veo que no han dado resultado, variarlas.
Si el rosal está creciendo año tras año en la forma que uno desea y está floreciendo magníficamente, está claro que estaremos usando una técnica de limpieza adecuada. Sea la que sea. Sea por encima de la primera hoja de cinco folíolos o por debajo de la segunda.
Sí debemos saber algunas "reglas" de crecimiento y floración que pueden ayudarnos a elegir el punto adecuado para hacer los cortes.
Cuánto más abajo cortemos más fuerte será el vástago que surja de este corte (de las yemas cercanas por debajo del corte). La siguiente floración tardará algo más en producirse porque el rosal precisará de más tiempo para emitir sus nuevos tallos. Las nuevas rosas tardarán más también en formarse y abrir pero serán más grandes y probablemente sean también en menor cantidad. Es decir, que el tamaño de las rosas futuras estarán en proporción al diámetro de las ramas de las que brotan. Cómo hemos dicho hace un instante, si cortamos muy arriba, por una zona en la que la rama es muy delgada, los brotes que surjan de ella serán ligeramente más delgados y seguramente no producirán rosas tan grandes como si el corte lo realizamos algo más abajo dónde la caña sea de mayor diámetro.
También deberíamos tener presente que debemos dejar suficiente follaje en el rosal para que pueda producir las siguientes floraciones.
Otro aspecto que seguramente vosotros habéis observado en vuestros rosales es el hecho de que no es excepcional que las primeras rosas de la primavera surjan sobre hojas de tres folíolos. Por el contrario las que se producen en momentos más avanzados de la temporada suelen ser sobre hojas de cinco o siete folíolos. Sin duda esto no puede afirmarse de forma rigurosa, hay excepciones de todo tipo pero en general suele ser así.
No quiero terminar este artículo sin comentar que si nos interesa reducir un poco el tamaño de un rosal que ha llegado a más altura de la que queremos hacer una liminación de las rosas secas a mano como explicábamos en la parte inicial de este post, no nos ayudará a controlar su tamaño. Al contrario, el nuevo crecimiento comenzará muy poco por debajo de dónde se corta y por tanto es de prever que el rosal siga ganando altura a lo largo de los meses que seguirán a la primera floración.
De todos modos sepamos que lo de "controlar el tamaño" de una planta mediante poda siempre es relativo. Las plantas tienden a convertirse en los que son por naturaleza y la poda excesiva solo termina en una reducción muy provisional del tamaño de una planta pero a la larga, estamos fomentando un crecimiento mayor con las podas muy apuradas.
Es preferible buscar mucha información sobre un rosal antes de plantarlo en nuestro jardín y asegurarnos del tamaño que alcanzará en la madurez. De lo contrario, deberemos estar siempre podadora en mano y estaremos a la vez desnaturalizando el crecimiento de esa variedad no permitiendo que luzca según su tendencia natural que es la que proporciona belleza a los rosales.
Aunque al menos en la zona dónde está mi jardín no he tenido nunca este problema sí quiero mencionarlo aquí. Hablo de los barrenadores o taladros del rosal (insectos que penetran en el interior del tallo, comen su médula y van escarbando en su interior una galería mientras descienden llegando a poner incluso huevos en su interior a la vez que el tallo va muriendo progresivamente). Se trata de una peligrosa y verdadera plaga.
Según tengo entendido quienes la padecen en sus rosales tras la poda sellan los tallos con, masilla, pasta cicatrizante o una simple cola blanca (que aguante el agua para que con la lluvia no desaparezca).
Afortunadamente ya digo que no he visto de momento estos simpáticos visitantes en mis rosales pero no quiero pensar en el trabajazo que supone ir sellando corte por corte. Pardiez! Pardiez!! :S
Termino con algunos comentarios sobre esta poda de limpieza en rosales trepadores. Hablo de trepadores y no de rambling, eh!
Seguro que habéis comprobado como vuestros rosales trepadores una vez han emitido la primera floración es frecuente que comiencen a formar largos tallos que sobresalen de la estructura a l que suelen estar sujetos. 
A mí me da una rabia increíble. Te ocupas cuando haces la poda de febrero de atarlos bien, de que estén bien distribuidas todas sus ramas... y tan pronto termina la primera floración empiezan a crecer como locos!! Muchas veces vemos el rosal con ese aspecto de enloquecido y no estamos seguros de qué hacer con esas ramas que recién han salido.
A ver, cada jardinero tenemos nuestra forma de actuar y formas distintas a veces dan buenos resultados. Os explico qué hago yo sin decir que sea lo que necesariamente se tiene que practica. Está claro!
También en el caso de los trepadores hay diferencias. Tengo rosales trepadores que emiten sus flores en el final de tallos cortos. En ese caso corto poco y dejo suficiente tallo par que tenga algunas hojas.

Pero tengo otros que ya de por sí emiten las primeras flores en el final de tallos muy largos. Si cortara muy arriba, muy cercano a la rosa, los siguientes tallos que surgirán y que estamos comentando que salen disparados hacia fuera del arbusto, lo harían ya a una distancia excesiva del rosal con lo que estaría ayudando a que fueran aún más largos y sobresalieran más.

En esos casos el corte lo efectúo más abajo, más cerca de la rama principal. De las yemas que hay en las axilas de las hojas que dejo brotarán las nuevas ramas, y si el rosal es refloreciente, algunas presentarán rosas en los siguientes meses.

Quiero comentar también un caso muy frecuente cuando cultivamos un trepador. Es el de un ejemplar que aún no ha llegado a ocupar toda la zona que queremos que cubra.
Son rosales que todavía no han tenido tiempo de desarrollar toda su estructura así que a la hora de eliminar estas rosas pasadas podemos aprovechar para ayudar a que crezcan de la manera que nos conviene.
Mientras no van brotando desde abajo nuevos vástagos fuertes y largos que vayan cubriendo la zona, provisionalmente lo que hago es fomentar el crecimiento de determinadas ramas para que cubran zonas de la pared. Más tarde, en una o dos temporadas, el rosal ya tendrá ramas suficientes desde el suelo para colocarlas en forma más o menos de abanico y que tapen la pared o el soporte sobre el que crece. 
Si una de las ramas principales ha emitido rosas en su final, está claro que por ahí no va a seguir creciendo. Si me interesa que esa rama alcance una altura mayor o siga creciendo en determinada dirección, lo que hago es usar la última rama lateral que llevaba flor para convertirla en la prolongación de la rama principal tumbándola en el mismo sentido que llevaba ésta.
No sé si me explico. Esta última rama floral, la que está más próxima al extremo superior de la rama principal, no la corto muy abajo al eliminar la rosa que tiene. La corto lo imprescindible de manera que el largo de esta lateral me sirve para dejarla crecer y que se constituya en "la prolongación" de la rama principal de la que ha brotado. 
Cuando de las yemas de esta lateral van brotando ramas largas en verano/ otoño, las uso para ir rellenando la parte de pared, pérgola o lo que sea que me interese.
A ver si se entiende mejor con esta imagen. Yo creo que sí.

Vemos por tanto que lo que parece una simple limpieza de flores secas es mucho más. Un modo de conservar la salud de nuestros rosales; una labor que los ayuda a volver a emitir más flores pero además también una oportunidad para ir guiando el desarrollo del rosal de la forma que deseamos.
Espero que os haya parecido interesante este artículo. Que tengáis buena tarde, amigos!!
María.
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Cómo podar rosales: consejos generales

Cómo podar rosales: consejos generales

El otro día hablábamos sobre la conveniencia de no mitificar el asunto de las podas. Y es así, pensemos que lo hagamos bien o mal es difícil que causemos daños irreparables a nuestros rosales. Leer manuales sobre poda, consultar páginas web especializadas, evidentemente nos va a ayudar pero en última instancia, será con nuestra propia experiencia con la que aprendamos realmente a podar. 
Con el tiempo comprobaremos que estos sencillos consejos que damos en algunos blogs o que vemos en libros, etc, no dejan de ser de pura lógica, técnicas en definitiva que se aplican teniendo en cuenta de qué forma crecen nuestros rosales.
No obstante unas nociones generales sobre poda parece conveniente tener y para quienes comienzan puede servir de cierta ayuda su lectura. No es la pretensión de este artículo tratar de forma pormenorizada las diferentes podas que se deberían aplicar dependiendo de la variedad de los rosales de nuestro jardín. 
Más bien es dar una idea general que nos permita tener unas nociones sobre la poda de rosales y que sean de aplicación con independencia de las variedades. Así mismo nos parece importante ampliar un poco la idea que solemos tener de poda y que suele reducirse a la que en nuestros climas se practica al final del invierno o inicios de la primavera.

Pero antes de empezar parece lógico que sepamos por qué es conveniente podar. No? :)
  • ¿Por qué o para qué podar los rosales? 
Empecemos por aclarar algo.No siempre es necesario podar. Más incluso, hay quienes preferimos no podar las primeras temporadas tras la plantación de los rosales. Y sólo pasado un tiempo, cuando el rosal se esté desarrollando un poco a su "aire" empezar a conformarlo y a aplicar un poco de poda.
Pero tarde o temprano la poda será necesaria si queremos que el rosal se mantenga sano y crezca de manera adecuada. No podar conduce a la larga a ejemplares enmarañados, con crecimientos desorbitados mucho más allá de la zona que se les tiene asignada y propensos a plagas y enfermedades que terminarán por menguar su salud y la vida del rosal al final.
La poda ayuda a mantener la salud del rosal porque permite formar un arbusto sin congestiones de ramas en su centro. Esto permite que el aire circule por dentro. Un rosal demasiado poblado de ramas en su interior es un rosal con una ventilación e iluminación deficientes. La lluvia o la propia humedad atmosférica permanecerán sobre sus hojas y ramas demasiado tiempo favoreciendo con ello las enfermedades fúngicas y el desarrollo de plagas.
No siempre se cuenta con el espacio para que un rosal se desarrolle todo lo que puede desarrollarse. La poda ayuda a contener este crecimiento y a conducirlo a veces como el caso de los trepadores que crecen sobre pérgolas, arcos o celosías. "Pero además aunque contenemos con mucho espacio para su desarrollo quizás deseamos acotarlo o modificar su crecimiento. 
La eliminación de ramas muertas, enfermas, débiles o demasiado viejas e improductivas permite que el rosal se regenere emitiendo nuevas ramas sanas y vigorosas que sustituyan las que vamos eliminando paulatinamente en la poda de cada temporada. 
Una poda adecuada ayuda y fomenta las floraciones e incluso en algunos casos puede condicionar el tamaño de las rosas según se pode más o menos severamente.
En climas suaves, la poda y tras ella el defoliado de las hojas que queden una vez se han cortado las ramas, ayuda a que el rosal entre en una especie de "latencia" que aunque breve es muy beneficiosa.
  • Antes de comenzar a podar: El equipo. 
Conviene revisar nuestras herramientas y comprobar si contamos con las precisas. No hace demasiado colgamos un artículo que trata con bastante detalle todo lo referente al equipamiento, útiles y herramientas para la poda de nuestros rosales. Unas buenas tijeras afiladas y limpias, unos guantes adecuados son siempre imprescindibles!!
  • ¿Cuándo podar? 
Generalmente será al final del invierno el momento mejor para realizar estas tareas.
Pero esto, como casi todo en jardinería, no es más que una afirmación general que tiene sus excepciones. Los rosales de una sola floración es mejor podarlos justo cuándo esta termina. Y en los climas extremadamente fríos, con heladas muy, muy profundas, es conveniente aplazar un poco la poda y hacerla ya comenzada la primavera. Colgué no hace mucho un artículo sobre cómo elegir el momento para la poda de nuestros rosales
  • La poda de los rosales por estaciones.
Aclaremos algo, cuando pensamos en poda tendemos equivocadamente a pensar exclusivamente en la que practicamos en climas como los nuestros al final del invierno o comienzos de primavera. pero hay otras prácticas que también pueden considerarse podas y que se realizan a lo largo del año, todas ellas encaminadas a lograr una mejor salud del rosal. Añadamos también que cualquier trabajo de limpieza, poda o recorte se hace siempre teniendo en cuenta como crecen los rosales. De ahí que la altura de los cortes, su inclinación, el tipo de madera que se elimina, etc. se deban hacer de la forma y en los puntos adecuados teniendo en cuenta siempre el modo que tiene de crecer el rosal.
Verano: Lo que se conoce con el término inglés como "Deadheading" no deja de ser otro tipo de poda. Consiste en la eliminación de las flores marchitas con el fin de evitar que el rosal dedique su energía a la formación de semillas si la rosa es polinizada. De este modo fomentamos nuevas floraciones ya que la planta en su afán de perpetuación será más fácil que vuelva a florecer (está claro que esto no ocurrirá en los rosales no reflorecientes) La limpieza de las rosas tan pronto se ajen permite al rosal reconducir su energías a la emisión de nuevas floraciones y no a la formación de semillas.
Evidentemente esta limpieza de flores marchitas deberá practicarse a rosales de los que se esperan nuevas floraciones y podrá realizarse durante toda la temporada hasta que esté próximo el momento de entrar en parada vegetativa.
Como regla general y para producir un nuevo rebrote, las flores marchitas no deberán cortarse por encima de una hoja inmadura (tres folíolos) si no que el corte se practicará por encima de la primera hoja completa de cinco o siete folíolos que mire hacia fuera del arbusto (El número de folíolos de las hojas maduras depende del tipo de rosal. Las de tres siempre son inmaduras).
Tras la floración, además de eliminar las flores pasadas es muy habitual realizar una poda ligera de verano o de mantenimiento. Para no alargar en exceso este artículo postergamos hablar de ella para hacerlo en un artículo aparte que intentaremos publicar más adelante.
Digamos de momento únicamente sobre esta poda que en rosales con flores de gran peso hay que tener presente que si los cortes los practicamos demasiado arriba de la rama, el brote que se producirá no será vigoroso, doblándose finalmente por el peso de las rosas en su extremo al no tener fuerza para sustentarlo.
El final del otoño o ya comenzado el invierno también es un momento adecuado para cortar las ramas excesivamente largas de los trepadores para evitarnos disgustos cuando en invierno se producen los temporales y el viento y la nieve pueden con su fuerza y su peso quebrar algunas ramas. Es el momento de sujetar firmemente estos rosales a las estructuras sobre las que crecen (celosías, pérgolas, arcos, etc)
Estos movimientos bruscos de las ramas largas que se producen en días muy ventosos pueden desestabilizar el rosal moviéndolo desde su base y aflojando con este movimiento las raíces que lo unen al suelo produciéndose a veces una gran desestabilización del arbusto.
A pesar de lo dicho sobre la limpieza de las flores marchitas, cuando llega el final del otoño y tratándose de rosales que producen hermosos escaramujos debemos tener presente que si en nuestro afán de mantener "acicalados" los rosales,  eliminamos estas últimas rosas estaremos eliminando con ellas la posibilidad de disfrutar también de los bonitos escaramujos.
Conviene permitir que el rosal cierre su ciclo natural posibilitándole la formación de escaramujos. En general, no deberíamos eliminar la última tanda de flores que se producen en la temporada. Permitiendo que el rosal forme semillas y escaramujos estaremos ayudándole a entrar en parada vegetativa y con ellos a un descansos que le resultarán muy beneficiosos. Seguir cortando las flores pasadas es animar a los rosales a que sigan intentando aquello para lo que están preparados genéticamente: para perpetuarse y por tanto a seguir emitiendo brotes y flores con el anhelo de formar semillas. Estos rebrotes en un momento del año en el que hay peligros ya de heladas puede ser muy perjudicial para los rosales. 
Momento de plantación: Como sabemos es el final del otoño o comienzos de invierno cuando suelen llegar nuestros rosales a raíz desnuda. Antes de plantarlos conviene hacer un ligero recorte de raíces, con ello fomentaremos que broten nuevas raicillas que ayudarán a que el rosal arraigue.
De igual modo deberían eliminarse antes de su plantación cualquier rama excesivamente débil y delgada, enferma o muerta e incluso acortar muy ligeramente las ramas principales para fomentar el surgimiento de brotes vigorosos.
Final del invierno: 
Tras las primeras temporadas de crecimiento y una vez el rosal ya está asentado se realizan las primeras podas invernales que son las de formación del arbusto
Antes de que comience de nuevo la actividad vegetativa con fuerza y siempre tras haber pasado el riesgo de heladas fuertes. Se trata de recortes que mantendrán el rosal con una estructura joven eliminando madera muerta o demasiado lignificada para seguir siendo productiva, ramas enfermas, etc. Es una poda que ayudará en algunos casos a limitar de alguna manera el tamaño del rosal y a conformar su estructura de manera que la parte interior del arbusto tenga una ventilación adecuada para no enfermar. Será más o menos intensa dependiendo de las variedades de rosales y del espacio que disponemos para el rosal en cuestión e incluso de nuestros gustos particulares.
  • Veamos a continuación algunas directrices generales sobre la poda de rosales que pueden aplicarse a cualquier rosal con independencia de la variedad o grupo al que pertenezcan
Como decíamos más arriba cualquier corte que practiquemos debe ser teniendo en cuenta como crecen los rosales.
No he tenido de momento en mi jardín problemas de barrenadores en los rosales así que no suelo aplicar sobre los cortes ningún tipo de producto. No obstante quienes tengan peligro de este tipo de plagas pueden poner sobre los cortes de ramas de cierto calibre productos cicatrizantes específico.
Debemos decir que hemos visto como muchos jardineros aplican cola blanca sobre ellos. Sinceramente, yo no puedo asegurar la conveniencia de su uso porque no he usado este producto pero por la frecuencia con la que hemos leído sobre el tema parece que no va mal este producto barato y de fácil aplicación.
*Recordemos aquí un tema importante. La capacidad que tienen los rosales de emitir nuevas ramas incluso en la madera vieja. Esta capacidad facilita muchísimo que podamos mantener arbustos jóvenes. 
Las yemas que existen a lo largo de una rama ya vieja están latentes y apenas son perceptibles, pero si cortamos por encima de ellas eliminando buena parte de esta rama vieja, fomentaremos la activación de estas yemas latentes y con ello la emisión de una nueva rama vigorosa, joven y productiva.
A pesar de que a veces resulta difícil llegar a ver las yemas latentes si nos fijamos bien, las hojas dejan una cicatriz en forma de media luna bajo las yemas. Es sobre estas yemas latentes sobre las que, si llega el caso, podemos cortar eliminando así las partes excesivamente viejas del rosal permitiendo el rejuvenecimiento del rosal.

Cortes por encima de una yema que crezca hacia fuera del arbusto. Nunca hacia dentro. Esta de la siguiente fotografía es una buena yema. 
En este corte, la yema que tomará más fuerza será la que se encuentre inmediatamente por debajo de la sección. El predominio apical hace que la yema que tiene el "liderazgo" en la rama sea la situada en el extremo final. Cortando las ramas, es decir, podándolas, favorecemos, sí, esta yema cercana al corte como decíamos pero también propiciaremos el desarrollo de algunas de las que se encuentran por debajo. 

* Corte en dirección contraria a la yema y a aproximadamente 0,5 cm. sobre ella. Sin obsesiones y sin ir con una regla para medir eh!! jejejje Los cortes deberían hacerse inclinados en dirección contraria a la yema para evitar acumulaciones de agua y por tanto de zonas propensas a hongos e insectos en el punto en que está la yema. En lo que hace a la distancia: ni muy próximo a la yema evitando el peligro de dañar al cortar; ni demasiado alejado para que no se formen los tocones de los que hablaremos a continuación.

* Eliminación de chupones.  Cuando lo que cultivamos en nuestro jardín son rosales injertados puede darse el caso que desde el portainjertos broten ramas que aparecen por encima del nivel del suelo. Generalmente se distinguen de las ramas emitidas por la variedad del rosal. Muchos portainjertos emiten ramas con foliolos de color mucho más claro, con hojas más pequeñas, etc.
Estos chupones no debemos cortarlos a nivel del suelo puesto que con ello lo que haremos es favorecer que rebroten más. Por el contrario deberemos retirar todo el suelo que los rodea hasta llegar al punto del injerto desde el que brotan y desde ahí, arrancarlos literalmente, tirando con fuerza. Cuesta un poco, pero salen al final!!
* Eliminación de tocones. Toda la parte de una rama desde la última yema hasta su extremo tarde o temprano morirá porque la savia no llegará más arriba de la yema. Por tanto si en podas anteriores hemos dejado tocones sin cortar, aunque no estén muertos, convendría eliminarlos. 

 

Eliminación de madera muerta.


Eliminación de ramas dañadas y/o enfermas. La madera con heridas, golpes, rasgaduras es una puerta abierta a plagas y enfermedades, de ahí la conveniencia de eliminarla. Igualmente una rama enferma provocará mayor facilidad para su propagación.

 

Eliminación de ramas débiles y poco vigorosas.

* Eliminaremos las ramas que crecen hacia el interior del arbusto.

* Las que crecen cruzadas ya que los aguijones al rozar una rama contra otra terminan por dañarse. Igualmente eliminaremos o acortaremos las ramas que claramente desequilibren la estructura general del rosal. Así, ramas que sobresalgan demasiado o que crezcan en dirección a la que no nos convenga.
Eliminación de madera vieja y poco productiva. Cuando veamos que una de las ramas ya no produce rosas e incluso pocos brotes es el momento de eliminarla. Esta práctica nos ayudará a mantener arbustos jóvenes. No hay que tener miedo de eliminarlas!! Cortar una rama vieja por abajo, junto al suelo, fomenta el surgimiento de otras nuevas que la sustituirán y que producirán rosas en abundancia.

Tratar de mantener despejado el centro del arbusto para permitir una ventilación adecuada. Un centro con demasiadas ramas no permite que el aire circule entre ellas, de manera que la lluvia, el agua del riego o la humedad permanecen sobre las hojas demasiado tiempo, fomentando con ello como hemos repetido, enfermedades fúngicas y la proliferación de plagas. 
Fijaos en este centro, está lleno de ramas débil, surgen en exceso y una vez broten las hojas llenarán en exceso la base y el centro del rosal y el aire no podrá circular entre ellas.

Así pues, conviene eliminar algunas ramas sobrantes y dejar bien despejado el centro del rosal. Vemos a continuación dos fotografías con el antes y el después de la poda.


Aquí tenemos ya el rosal una vez se han eliminado los tocones,  la madera muerta, débil, cruzada, y se ha despejado el centro del arbusto.

* Voy a aconsejar algo a sabiendas de que no siempre es practicable: defoliar el rosal una vez podado. Sí, ya sé que hacerlo lleva su buen tiempo. Si, como es mi caso, tenemos en el jardín setenta y tantos rosales...la verdad, este año los he defoliado todos pero no tengo nada claro que una vez se hagan arbustos grandes esté en disposición de seguir haciéndolo. Pero en fin, aconsejar, siempre se debe aconsejar lo conveniente otro tema es que podamos llevarlo a término :) 
Las hojas viejas de la temporada anterior no aportan nada al rosal. Al contrario, se convierten en la guarida perfecta de plagas y hongos en distintos estados de desarrollo que favorecerán más adelante, cuando el rosal comienza a brotar que estas plagas y enfermedades hagan enfermar al rosal. 
Una limpieza escrupulosa de hojas y cualquier material de poda una vez terminemos el trabajo nos ahorrará problemas. Las hojas viejas, muchas veces enfermas o con larvas y hongos, los trozos de ramas enfermas, etc, son un poco de infección. Dejemos bien limpia el suelo que rodea la base de nuestros rosales!!

Una generosa capa de acolchado alrededor del suelo que rodea al rosal, a base de compost, corteza triturada o estiércol bien fermentado terminará por dejar nuestros rosales en perfecto estado para comenzar la nueva temporada.

  • Quiero por último hacer mención de algunos términos muy frecuentemente usados cuando se nos habla de las podas
* En muchos manuales y páginas web veremos que al hablar de la poda utilizan términos como "madera nueva" y "madera madura". Casi todos nosotros sabemos perfectamente diferenciarlas pero los jardineros nuevos en el cuidado de las rosas puede que tengan a veces alguna dificultad para ver las diferencias.
En la parte superior vemos una rama joven. Se trata de un vástago que brotó durante la última temporada. No tiene ramillas laterales, su exterior es de color verde, es una madera claramente joven y tierna. Incluso los aguijones que hay sobre ellas suelen verse tiernos, frecuentemente más rojos que cuando se trata de una rama vieja. Y si practicamos un corte y observamos su interior, el centro es esponjoso y blanco, rodeado de un círculo de color verde bajo la corteza.
Por el contrario, las ramas maduras tienen ramas laterales, su exterior se va lignificando con los años y ya no es de color uniformente liso y verde si no que presenta rayas, hendiduras y distintos tonos de marrones más oscuros. Sus aguijones vemos que han cambiado de color  y suelen presentarse como más grisáceos, oscuros y de material más seco. Su interior ya no es blanco y esponjoso si no que al igual que su exterior se va lignificando y endureciendo.
Estas ramas, pasadas algunas temporadas hay que eliminarlas porque según transcurre el tiempo cada vez producen menos flores. 

Tener claro cual es una rama madura (que es lo que se menciona normalmente como "rama principal" con sus ramas laterales ("Ramas secundarias") es importante en la poda de muchos rosales, sobretodo trepadores porque es en estas ramillas laterales dónde se producen las rosas.
Creo que estas dos imágenes puede ayudar. Primero vemos una rama madura, con sus ramas laterales. Estas son las que (siempre que no sean demasiado viejas y haya que eliminarlas) hay que recortar. 
En la siguiente foto se ve una rama principal con sus ramillas laterales ya podadas.

 

  • Y tras la poda. Qué?
Bien, tenemos podados ya nuestros rosales. Y ahora qué hacemos? Justo ahora, inmediatamente tras la poda y sin dar tiempo al desarrollo de insectos y hongos, es un buen momento para hacer la última aplicación de aceite mineral. Este tipo de productos actúa extendiéndose sobre el cuerpo del insecto tapando sus espiráculos (son las aberturas exteriores de las tráqueas de los insectos) o los estigmas de los ácaros y matándolos por asfixia.
Los aceites insecticidas actúan también sobre los huevos, las larvas y sobre los insectos en estado de hibernación. Son por tanto productos de actuación preventiva y que nos ayudarán a mitigar los efectos de las plagas sobre nuestras plantas cuando vuelvan a estar en actividad vegetativa.
Como ventajas sobre los insecticidas “normales” se puede mencionar: son su baja toxicidad para las personas y para el medio ambiente, el amplio abanico de insectos sobre los que actúan y que son efectivos sobre estados de los insectos que los otros insecticidas no lo son, por ejemplo sobre huevos y ninfas. La efectividad sobre fases hibernantes de los insectos es una gran ventaja de estos aceites.
* Ojo!! Si pensamos aplicar azufre a nuestros rosales o lo hemos aplicado recientemente, deberemos esperar entre 30/40 días desde la aplicación del aceite para aplicar el azufre y viceversa. Es importantísimo saber que azufre y aceite mineral son totalmente incompatibles!!
Aconsejo la lectura del artículo que el año pasado sobre el uso de este tipo de aceites

* También conviene hacer aplicaciones de fungicidas de contacto como preventivo de enfermedades fúngicas, éste es también el momento de hacerlo. En este caso, podemos mezclar el aceite y el cobre sin problema. 
Igualmente en este caso, recomendamos que antes de su aplicación nos informemos muy bien de su uso. Propondría la lectura del artículo sobre el uso de preparados a base de cobre y azufre que colgamos en diciembre de 2014

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* Hasta que los rosales no comienzan claramente a brotar no conviene proporcionarles abonos. Es mejor esperar tres o cuatro semanas para la aplicación de los fertilizantes. Trataremos del tema en posteriores artículos para quienes les interese este tema.
De momento esto es todo. Tenemos ya listos nuestros rosales para comenzar la temporada y darnos las ansiadas rosas!! :)

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